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TESIS

Ovodonación Intrafamiliar e Intergeneracional


en el film Vida Privada

TUTORA: ​Natacha Salome Lima- DNI: ​30236823

AUTORA:​ Melanie Belén Zaia - DNI: 38844679

2do cuatrimestre, Año 2019




INTRODUCCIÓN

Recorte de la problemática

Dentro de la reproducción asistida, los tratamientos con donación de gametos son


la solución para muchas personas que no pueden aportar su material genético. En
este contexto, las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) han sido
reglamentadas como tercera fuente de filiación en el Código Civil y Comercial
(2015). Mientras que en algunos países existe la posibilidad de que allegados o
miembros de la familia se constituyan en donantes de gametos, en Argentina la
Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva sugiere que entre donantes y
receptores no exista ningún tipo de vínculo y que la donación sea anónima. No se
pronuncian sobre la donación de gametos entre miembros de familia, lo cual sí
ocurre en otros países como Estados Unidos (SAMER, 2012).

A partir del recorte de un caso, abordado desde la narrativa cinematográfica, se


trabajará con una situación ficcional donde se convoca a una mujer joven, sobrina
de una pareja con dificultades reproductivas, para que sea la donante de óvulos.
La participación de un tercero conocido y familiar abre interrogantes respecto de la
elección del donante, es decir ¿Por qué elegir alguien conocido y familiar frente a
la posibilidad de elegir un donante anónimo? ¿En qué medida el vínculo afecta la
libre decisión de la mujer a participar como donante? ¿Cómo se juegan el
altruismo y la deuda simbólica en este caso?

Marco teórico

Se entiende por Tecnologías de Reproducción Humana Asistida (TRHA) a las


técnicas médico-científicas a través de las cuales se intenta resolver problemas de
infertilidad, dándole la posibilidad a las personas de acceder a la maternidad o
paternidad. Este avance tecnológico ha introducido cambios en las estructuras

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familiares posibilitando nuevas conformaciones: madres o padres solteros (familias


monoparentales por donación de gametos) así como también parejas
homosexuales (familias homoparentales/afectivas). Esto supone cambios sociales
en relación a la estructura familiar tradicional que conlleva discusiones en torno al
concepto de parentalidad (Pesino, 2018). Bestard (1998) plantea que las TRHA, al
separar los componentes genéticos, biológicos y volitivos subvierten los
fundamentos del parentesco occidental, es decir la cópula sexual y el vínculo
consanguíneo. Esto implica necesariamente una modificación en la idea
tradicional de familia normada por la genética y la genealogía. Por medio de estas
técnicas se abren paso diversidad de elecciones donde se conforman familias a
partir de la intervención científica. De esta forma, el autor explica que “el
parentesco es un hecho social. […] Los padres reales son en definitiva aquellos
que planearon tener un/a hijo/a, mientras que los donantes quedan como los que
pusieron el material genético o hicieron posible el proceso.” (Bestard, 1998, págs
204-205)

En relación a este planteo, Cecilia Straw (2013) llevó a cabo un estudio cualitativo
entrevistando a mujeres que recurren a los tratamientos de fertilidad, en el cual
investigó qué actitudes están presentes para la producción de lazos de
parentesco. A partir de la misma, la autora encontró compatibilidades y
contradicciones en comparación con el ideal dominante donde la biología, la
consanguinidad y las semejanzas físicas son necesarias y exclusivas para
establecer lazos de parentesco. Como un punto de compatibilidad, la autora ubica
la intención de tener un hijo y de formar una familia con su pareja lo cual existía ya
en un pasado, y al mismo tiempo en un presente del cual forman parte las
tecnologías de reproducción humana asistida.

En cuanto a las contradicciones, la autora encontró en las mujeres receptoras de


óvulos donados distintos cuestionamientos relacionados con la definición del
vínculo materno-filial y en relación al procesamiento al interior de la pareja. Por
ejemplo, algunas de las mujeres entrevistadas planteaban una negativa a revelar

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que el óvulo era donado, otras tenían dudas en cuanto a cómo actuar frente a la
posibilidad de no compartir semejanzas físicas. Lo que se descubrió a partir de
esto es que en las entrevistadas aún se encontraba presente el ideal dominante
de la concepción de parentesco “tradicional” donde la biología es el componente
más valorado en la formación de lazos.

Straw (2013) explica que “esto sucede porque al emplear tecnologías


reproductivas, por un lado, se interviene sobre los elementos bio-genéticos y se
altera la base de significación a partir de la cual se establecen los vínculos de
parentesco” (Straw, 2013 pp 9). Esto traería como consecuencia la ruptura de la
idea de una única forma de reproducción, aumenta el número de personas que
participan en el nacimiento de la criatura y modifica la definición de los lazos de
parentesco biológicos, introduciendo ambigüedad e incerteza. La autora plantea
que una forma de procesar los nuevos vínculos sociales implicaría el
compatibilizar rasgos fenotípicos entre la donante y la receptora, lo cual muchas
veces podría incluso promover la utilización de óvulos de un familiar directo.

La reglamentación de las TRHA como tercera fuente de filiación (CCyC, 2015)


otorga preeminencia al elemento socio-afectivo (voluntad procreacional) por sobre
el genético o biológico, estableciendo en el caso de la donación de gametos que
con el donante no existe vínculo jurídico alguno: el nacido/a sólo tendrá el derecho
a conocer sus orígenes genéticos. La utilización de las tecnologías reproductivas
para lograr la descendencia está en consonancia con la posibilidad de satisfacer el
derecho a formar una familia, a gozar de los beneficios del progreso científico, a la
vida familiar, a la igualdad, a la autonomía personal, a la libre elección del plan de
vida y a la dignidad (Herrera, 2014). Desde este punto de vista se rompe con las
posturas más conservadoras y discriminatorias en relación a la idea de familia ya
que no hay sólo una idea de familia sino de varios tipos de familias. Según Herrera
(2014) esto significa una revolución a nivel jurídico y no sólo a nivel científico.

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Dentro de una amplia gama de problemáticas que atañen a las TRHA, en la


presente investigación el acento recae en la ovodonación entendida como un
proceso por el cual una mujer dona sus ovocitos a otra para que puedan ser
fecundados con el semen que, generalmente, es de la pareja de la receptora. Se
recurre a la donación de ovocitos cuando la mujer que busca quedar embarazada
tiene óvulos de mala calidad, no funcionan como es esperado o tiene una reserva
ovárica disminuida (a menor cantidad de óvulos, menos posibilidades de
embarazo). En nuestro país la donación es anónima, es decir no existe ningún
vínculo entre la donante y los receptores. Sin embargo, han existido casos donde
se ha propuesto como donante a un miembro de la familia. Estos casos han
interrogado la eticidad de estas prácticas y sus posibles efectos. La ovodonación
intrafamiliar puede ser dentro de la misma generación o intergeneracional -lo cual
implica una donación entre miembros de distintas generaciones (Bortoletto et. al.,
2018).

En relación a los vínculos que se establecen entre la donante y los receptores,


Jadva (2011) realizó un estudio en el cual entrevistó durante 10 años a madres
cuyos hijos habían sido fruto de una ovodonación de algún miembro de la familia.
Los resultados de esta investigación arrojaron que existen relaciones positivas
entre la donante, los receptores y los hijos. En gran parte de los casos las
receptoras indicaron que mantuvieron buenas relaciones con la donante,
manteniendo un vínculo de calidad y estable a lo largo de la vida. Al mismo
tiempo, la mayoría de las madres fueron felices con el grado de involucración que
tuvieron las donantes con sus hijos y no se sintieron amenazadas por esto.
Además, se mantuvieron los roles que cada miembro cumplía en la familia antes
de la ovodonación. Una vez nacidos sus hijos, por ejemplo, la receptora ocupó el
rol de madre y la donante (hermana de la receptora) ocupó el rol de tía del recién
nacido. En estos casos, el vínculo social parece más importante que el genético, al
momento de determinar la naturaleza de la relación que tendrán los adultos con
ese hijo.

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Estado del Arte

Según una investigación realizada en el Centro de Infertilidad y Cirugía


Reproductiva en Massachusetts “Apoyo público para la donación de óvulos
intergeneracional en Estados Unidos” (2018), la mayoría de los estadounidenses
encuestados apoyan la práctica de ovodonación intergeneracional. Informan que
el motivo principal para la donación es el deseo de ayudar a un miembro de la
familia. Otras motivaciones están relacionadas con preservar la genética, reducir
costos y también con una mayor satisfacción entre los familiares, afianzando los
vínculos (Bortoletto et. al, 2018).

La encuesta también indagó sobre las preocupaciones relacionadas con la


donación de óvulos entre diferentes generaciones a partir de las cuales surgen
preguntas sobre la autonomía y la coerción, cambios en la dinámica familiar e
impactos en el hijo resultante de este procedimiento. Según este estudio, el miedo
a la coerción y el riesgo de que ocurra, depende mucho de la cercanía física y
emocional de la donante con los receptores, la madurez de las partes involucradas
y los grados de dependencia económica. (Bortoletto et. al., 2018)

En el artículo “Un estudio longitudinal de los puntos de vista de los receptores y


sus experiencias en la donación de óvulos intra-familiar”, Jadva (2011) analizó los
vínculos que se establecían entre la donante y los receptores a lo largo de los
años. El estudio consistió en visitar a las madres y entrevistarlas cuando sus hijos
concebidos por donación de óvulos de algún miembro de la familia tenían 1, 3, 7 y
10 años. Lo que demostró su investigación fue que la mayoría de las madres
informaron mantener relaciones positivas entre la donante y los miembros de su
familia (entre ellas, con sus parejas y con sus hijos).

En relación con los grados de influencia y la posibilidad de tomar decisiones


autónomas, la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, por sus
siglas en inglés) publicó el artículo titulado “Convocando a miembros de la familia

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como donantes de gametos o subrogantes” (2012) en donde sugieren que la


distancia emocional es necesaria para que el/la donante pueda tomar decisiones
libres y completamente informadas. Los riesgos parecen más grandes en
donaciones intergeneracionales que en intrageneracionales ya que, por ejemplo,
una hija podría sentirse obligada a donar sus óvulos a su madre porque aún
depende económicamente de ella. Algunos autores afirman incluso que la decisión
de participar en tales procedimientos, de un modo verdaderamente libre, es
imposible (ASRM, 2012).

En el mismo artículo se aborda el tema del ​dolor emocional del/a donante.​ Los
autores explican que los/as donantes en los acuerdos intrafamiliares están
expuestos tanto a un riesgo emocional como físico. Estos podrían esperar un
reconocimiento de parte de otros miembros de la familia por sus esfuerzos pero,
en lugar de ello, encontrarse con sentimientos negativos. La donación de gametos
intrafamiliar no siempre es bien vista por el público o por otros miembros de la
familia. (ASRM, 2012)

La Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, 2012) encuentra


necesario tener un cuidado especial para asegurar la protección de los intereses
de todas las partes implicadas. En principio, sería necesario un tiempo adecuado
para evaluar las propuestas de estos arreglos intrafamiliares. Además, los
programas deberían incluir consultas psicológicas con un profesional experto en el
tema de donación de óvulos. Las sesiones/encuentros con el psicólogo deberán
focalizarse en cómo los participantes afrontarán los aspectos únicos de este
arreglo y las consecuencias en el niño por venir. También es importante el
consentimiento informado; los médicos deben asegurarse que la decisión de donar
gametos fue voluntaria, sin manipulación y/o influencia de los interesados en
recibirlos.

El Comité de ética de la ASRM afirma que muchos de los acuerdos de


reproducción intrafamiliares pueden ser éticamente aceptados y satisfactorios,

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pero otros deberán ser rechazados, por ejemplo al existir un riesgo de


consanguinidad (un hermano no puede donar su esperma para fertilizar el óvulo
de su hermana) o por falta de libertad o ausencia del consentimiento informado.
(ASRM, 2012)

Un estudio hecho por Khamsi (1997) se basó en recabar información sobre las
motivaciones que subyacen a la ovodonación intrafamiliar en un programa de
ovodonación en Toronto, Canadá. Este programa sugería a las parejas receptoras
elegir a familiares o amigas cercanas como donantes de óvulos, para evitar el
prolongado tiempo de espera que implicaba participar de los programas de
fertilización in vitro. Se entrevistó a las parejas involucradas en este programa,
junto con la donante, y como resultado se obtuvo que la razón más prevalente
para donar óvulos era el altruismo. Muchas de las donantes hablaban de la
ovodonación como sinónimo de “​dar un regalo”​ , y todas afirmaban que el deseo de
ayudar a sus familiares era el principal motivo por el cual lo hacían. Es necesario
destacar que ninguna de las donantes que participaron en este programa recibió
una compensación por su donación.

En una investigación que analizó las motivaciones en donantes de óvulos sin


vínculo familiar o afectivo previo Lucía Ariza (2016) plantea que la motivación de
tipo “altruista” no viene dada desde un principio en la persona, sino que se da por
la configuración socio-técnica que resulta de la relación entre la donante de óvulos
y el cuerpo médico. Esto se debe a que los actos del habla tienen una tendencia a
incidir en la realidad, lo cual es conocido como la capacidad performativa del
lenguaje (Austin, 1962). En el caso de la ovodonación, la autora encuentra
referencias sobre el carácter altruista que pueden encontrarse en la ley, en los
folletos de las instituciones así como también en el Código de Ética de la Sociedad
Argentina de Medicina Reproductiva y en los consentimientos informados. En
palabras de la autora “la constante iteración clínica de la donación en tanto
motivada por cualidades solidarias va sedimentando esta particular forma de
caracterizarla, construyendo un sentido tácito y unívoco respecto del carácter de la

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donación.” (Ariza, 2016, pp 254). De esta forma, se invisibiliza el rol que juegan los
distintos dispositivos implicados en el tratamiento como productores del carácter
altruista, entendiendo esto último como algo más que una característica
psicológica de la persona.

Asimismo, Viera Cherro (2018) investigó sobre las distintas modalidades que
presenta la donación de ovocitos en Uruguay, a partir de las cuales surgen
distintas concepciones del altruismo. En dicho país, las mujeres pueden acceder a
los ovocitos por ​donación pura​, en donde se recompensa a las donantes por
medio de una suma de dinero durante todo el tratamiento por las molestias
ocasionadas en el acto de donar (lucro cesante); o por ​donación en paralelo​,
modalidad en la cual la donante es también usuaria, es decir está ella misma
atravesando un tratamiento de estimulación ovárica para lograr el embarazo y
puede decidir donar los óvulos que no utilice. En esta última forma de donación, la
receptora interesada en estos óvulos sólo paga la intervención pero la donante no
recibe una compensación económica. Quienes participan de la donación de óvulos
pura, sostienen que las donantes en el procedimiento de donación en paralelo no
tienen una motivación altruista, pudiendo existir coerción, debido a la relación de
inequidad y asimetría entre el paciente y el médico. En este sentido, lo consideran
una práctica amoral ya que coaccionan a las mujeres. Al mismo tiempo, quienes
participan de la donación en paralelo consideran amoral la donación pura al existir
una compensación económica por la ovodonación.

Lo que tienen en común ambos procedimientos, según Viera Cherro (2018), es la


necesidad de disociar el concepto de intercambio de gametos de un intercambio
mercantil. Sin embargo, aunque estos procedimientos no se reconocen con el
carácter mercantil, existen intereses que no necesariamente implican un interés
económico como por ejemplo la necesidad de solidarizarse para ayudar al prójimo.

En consonancia con lo que plantea Lucía Ariza, la autora explica que “el altruismo
resulta del modo de proceder del sistema de gestión de la donación de material

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reproductivo. Vemos así que el carácter altruista de la donación tiene sentidos


disímiles que repercuten en el modo de proceder a la captación de ovocitos” (Viera
Cherro, 2018 pp 300).

OBJETIVOS

General

● Explorar la problemática de la donación de ovocitos intrafamiliar a partir de


un recorte cinematográfico extraído del film Vida Privada.

Específicos

● Conocer las motivaciones que subyacen a la ovodonación intrafamiliar e


intergeneracional (en la pareja para elegir a la sobrina, y en la sobrina para
aceptar formar parte del intercambio).
● Analizar las consecuencias de involucrar a un familiar como donante de
óvulos teniendo especialmente en cuenta las consecuencias afectivas y los
movimientos subjetivos que pudieran aparecer en la dinámica familiar.

METODOLOGÍA

Se abordará la ovodonación intrafamiliar e intergeneracional a partir del estudio de


un caso extraído de la película Vida Privada (“Private Lifes”) de Tamara Jenkins
(2018). ​La lectura clínico-analítica de películas (Michel Fariña, 2016) permite
analizar el caso ficcional y abordarlo desde las coordenadas de la clínica y la ética.
La película convoca a la mirada analítica, propia el psicoanálisis, la cual permite
un peculiar acto de lectura que, por medio de la ficción, enseña a revisar y
rectificar las evidencias (Michel Fariña, 2013). En este caso, el análisis se
estructura desde las coordenadas que prevé el recorte de la donación de ovocitos
intrafamiliar e intergeneracional.

En estrecha relación con la teoría psicoanalítica se encuentra la investigación de


tipo cualitativa, la cual según Vasilachis de Gialdino (2006) se basa en la

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interpretación y comprensión de la problemática así como también del contexto en


la cual se desarrolla, incluyendo la perspectiva y la experiencia de quienes se
encuentran implicados en la misma. El método analítico de preferencia es el
inductivo, a partir del cual se espera hacer descubrimientos en torno a las teorías
de carácter empírico. En palabras de la autora, la investigación cualitativa “intenta
comprender, hacer al caso individual significativo en el contexto de la teoría,
provee nuevas perspectivas sobre lo que se conoce, describe, explica, elucida,
construye y descubre.” (Vasilachis de Gialdino, 2006, p. 4)

La selección del film Vida Privada estuvo motivada por tratarse de un caso
representativo de la temática a desarrollar. Asimismo, se tomó la decisión del
estudio de un caso ya que “nos encontramos con una cuestión que se debe
investigar, una necesidad de comprensión general, y consideramos que podemos
entender la cuestión mediante el estudio de un caso particular” (Stake 1998, pp:
16). Siguiendo a este autor se plantea el uso de un caso en particular con el fin de
aprender sobre la especie humana mediante un análisis intensivo y exhaustivo del
mismo (Stake 1998).

Mason (1996) explica que la investigación cualitativa se basa en una posición


filosófica que se ocupa de cómo es entendido y experimentado el mundo social.
Existen distintas formas en las cuales se pueden abordar estos temas, por ejemplo
el investigador puede centrarse en los discursos, significados o en las prácticas
sociales. Considerando a las TRHA como una práctica social, se eligió este tipo de
metodología.

Recorte Situacional

La película comienza con una pareja heterosexual que está atravesando un


tratamiento de fertilidad. En la primera escena, Richard le inyecta a Rachel una
dosis que le resulta muy dolorosa. Ella no lo esperaba, ya que había estado
investigando en foros y al parecer decían que no sería doloroso. Le atribuye a
Richard la causa del dolor, y al mismo tiempo él se enoja con ella porque está

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cansado, “​no es médico”​ e hizo todo según las instrucciones de la enfermera.


Luego de que Rachel finaliza la etapa de la extracción de los ovocitos para iniciar
la fecundación in vitro, los médicos informan que en la muestra de Richard no hay
espermatozoides y que necesitarán realizar la extracción desde el testículo ya que
es probable que uno de sus conductos esté obstruido. A pesar del costo adicional
(emocional y de exposición física) ambos acceden a continuar con el tratamiento.
Unos días después, en la consulta con el médico, este les informa que el embrión
que había sido transferido no implantó, pero que podían volver a intentarlo ya que
ella había respondido bien al tratamiento, y había sido la primera vez que
probaban con alta complejidad. Sin embargo, el médico sugiere que como hace
muchos años que lo intentan, y sumado al factor económico y a la edad de
Rachel, convendría hacerlo con óvulos donados. Ante esta recomendación, la
pareja queda en silencio y sin respuestas. El médico a partir de la reacción de la
pareja comenta que entiende que es difícil hacerse a la idea de no poder concebir
con los gametos propios, y no pretende subestimar la pérdida del vínculo genético
con Rachel, pero afirma que hay muchos aspectos positivos en esta opción: ella
podría gestar el bebé, controlar el entorno pre-natal, dar a luz, amamantar,
además contaría con el aporte genético de Richard. Finalmente, les facilita
información sobre el programa de la clínica que lleva el siguiente nombre: ​“Para
formar una familia a veces se necesitan tres”​.

Ella sale del consultorio completamente enojada, diciendo que el médico está loco
y que ni muerta lo haría. Él, en cambio, piensa en la posibilidad de intentarlo y le
comenta que ya lo había considerado antes pero no quería presionarla a hacer
algo con lo que tendría que vivir el resto de su vida. Ante esto, ella le responde
que pensaba que opinaban igual pero que al parecer “​él tenía fantasías secretas
acerca de la donación de óvulos”.​ Y agrega que suponía que “​el límite era esto, la
ciencia ficción”​ . Richard rechaza esta idea de ciencia ficción y lo compara con los
animales, donde suele hacerse la donación de óvulos, a lo que Rachel grita ​“¡No
soy una cabra!” Entre los argumentos que enumera para no hacerlo, explica que

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no quiere meterse partes de otra persona en su útero. Luego de una acalorada


discusión en la calle, él termina abrazándola.

Resuelven la situación optando por intentar con la donación de óvulos y Rachel


comienza a buscar donantes por internet en donde las mujeres tienen perfiles con
su imagen e información sobre su edad, educación, gustos y profesión. Mientras
revisa un perfil, dice “​no me extraña que done sus óvulos, no tiene trabajo​”.

Luego de que fracase el intento de conocer personalmente a una donante, Rachel


expresa ​“sería diferente si al menos tuviera una hermana menor, una prima, una
amiga de la familia, alguien con quien tuviéramos una conexión real. No
tendríamos que explotar el cuerpo de mujeres desconocidas”.​ En ese momento
reciben una llamada de Sadie, ella es sobrina de la pareja y recurre a ellos porque
necesita vivir en la ciudad, pero no cuenta con los recursos económicos para
enfrentarlo sola.

Con Sadie instalada en el departamento de la pareja, surge la idea de preguntarle


si estaría dispuesta a donar(les) sus óvulos. Ellos en un principio no saben cómo
abordar el tema pero finalmente en una cena le comentan a Sadie que están
buscando donantes de óvulos y ella recuerda que una amiga aprovechó la
oportunidad de la ovodonación para pagar su tesis de grado. Richard le explica
que esta vez sería diferente, en comparación con su amiga, porque ella los
conoce, y le explican lo que implicaría: pasar por el mismo procedimiento que
Rachel con la FIV (la estimulación ovárica, exceptuando el momento de la
transferencia del óvulo fecundado), estudios de sangre y una evaluación
psicológica para evaluar si ella está preparada para pasar por todo esto. Además,
le pagarán por su donación. Luego de pensarlo unos minutos, Sadie accede
disminuyendo la preocupación de ellos al explicarles que no tiene otra cosa que
hacer, ni siquiera tiene un trabajo y además ​“¿Qué podría ser más gratificante que
ayudar a dos personas que amo a tener un bebé? Siempre fueron modelos a
seguir para mí, son tan comprensivos y no me juzgan. Van a ser unos padres

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increíbles, mejores que los míos.”​ A partir de esto, ellos le comentan que
necesitan ser transparentes y por lo tanto quieren contarle a sus padres sobre esta
decisión. Ella dice que no tiene problema, y que de hecho su madre siempre le
pide que encuentre un propósito en la vida ​“¿Qué es más real que esto?”

Durante una cena familiar en la casa de los padres de Sadie, ella les da la noticia
de la decisión tomada “​ayudar a Richard y Rachel a cumplir su sueño. Con una
pequeña parte de mí puedo darles el regalo más valioso que se puede pedir: el
regalo de la vida, un ovocito.” Al principio, toda la familia queda en silencio
conmocionada ante la noticia. La abuela empieza a aplaudir y le siguen un par de
aplausos de Sadie que dice contenta “​es una buena noticia”​ . Sin embargo, la
madre de Sadie se levanta abruptamente de la mesa, enojada y la aparta del resto
de los familiares. Sadie le explica que esto no tiene nada que ver con ella porque
“es su cuerpo”, pero la madre argumenta que esto no es como donar sangre o
marcar la casilla de la donación de órganos en un papel. “​Vivirás con esto
siempre, nuestra familia se verá afectada. Ahora es divertido, pero ¿qué pasará
cuando nazca el bebé?” A lo que Sadie responde ​“Seré la tía Sadie, la prima
Sadie o lo que ellos quieran que sea.​” La madre insiste en que está poniendo en
juego su fertilidad, y que debería congelar sus óvulos en lugar de venderlos, pero
Sadie refuta esto comentándole que ella no piensa tener hijos ya que quiere una
carrera. La escena finaliza con Richard, Rachel y Sadie escapando de la cena
familiar en el auto.

Después de la primera estimulación ovárica de Sadie en el control médico le


informan que no está produciendo la cantidad de ovocitos deseada. Se observa en
el film el poco tacto y hasta el maltrato del médico al momento de comentarle los
resultados. Ante esto, ella comienza a inyectarse más dosis de las necesarias lo
que termina provocando una internación. En el consultorio del médico ella explica
que “Nadie me obligó a hacerlo, aumenté la dosis yo misma. Quería que esto les
saliera bien. ¡Gastaron tanto dinero! y sé lo que significa para ustedes. No quería

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decepcionarlos.” Sadie logra recuperarse, y a pesar de que pudieron extraerle


óvulos antes de la internación, Rachel no logra el embarazo.

DESARROLLO

Motivaciones subyacentes a la ovodonación intrafamiliar.

Dentro de los objetivos del presente trabajo, uno de ellos propone indagar las
motivaciones que conducen a la pareja receptora a elegir a un miembro de la
familia como donante de óvulos. En el film Vida Privada ​se observa que en
principio no es la primera opción que consideran al momento de recibir la noticia
de que los óvulos de la receptora ya no son útiles. Rachel, tras ser informada de
esto, se rehúsa a la idea de recibir “partes” de alguien que no conoce y lo compara
con los tratamientos de fertilidad que se realizan en animales. Buscar en la
donante algo “familiar” coincide con lo que postula Bortoletto (2018) al decir que
una motivación para tomar esta decisión se relaciona estrechamente con la
preservación genética: si bien no es su propio ADN, es la genética de un miembro
de la familia.

En consonancia con este planteo, Straw (2013) coincide con Bortoletto (2018)
cuando afirma que un motivo para elegir como donante de ovocitos a un miembro
de la familia estaría estrechamente relacionado con las semejanzas físicas ya que
en la idea de “familia tradicional” es un requisito necesario para el fortalecimiento
de los lazos de parentalidad.

Otra motivación que subyace al hecho de hacer partícipe a un miembro de la


familia en este procedimiento es la necesidad de reducir costos económicos y de
tiempo (Bortoletto, 2018). En Vida Privada, la pareja ya había pasado por
tratamientos de fertilidad con sus propios gametos que no resultaron, y el factor
económico se muestra como una complicación en tanto Richard se ve obligado a
pedir un préstamo a un familiar para poder llevar a cabo estudios que no estaban

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planificados con anterioridad. Previamente a proponerle a Sadie ser partícipe del


tratamiento, la pareja había estado revisando perfiles de donantes de óvulos pero
ninguno en particular los convencía. Todo este proceso además de tener un costo
económico adicional, traía aparejado un tiempo que se vuelve un factor clave dado
que la pareja está en búsqueda de un hijo hacía años. Es por todo esto que en un
momento de la película, Rachel exclama “S​ería diferente si al menos tuviera una
hermana menor, una prima, una amiga de la familia, alguien con quien tuviéramos
una conexión real.”

En relación con esta “conexión real” a la que hace referencia el personaje de


Rachel, ocurrió algo similar en el caso planteado por la Lic. en psicología
1
entrevistada donde la receptora decide que su hermana sea la donante de óvulos
ya que rechazaba la idea de una donante anónima, por el simple hecho de no
conocerla. En dicha entrevista, realizada a una psicóloga especialista en TRHA, ​se
profundizó la indagación acerca de algunos nudos problemáticos que supone la
toma de decisiones en un caso de donación de gametos intrafamiliar. Según
refiere la profesional: donante y receptora (hermanas) ​estaban muy seguras de la
decisión. La demanda de evaluación psicológica no vino por parte de ellas sino por
parte de un médico que las derivó por precaución. El motivo principal por el cual la
receptora eligió a su hermana como donante es porque la angustiaba mucho la
idea de que el óvulo donado proviniera de una desconocida, de alguien ajeno.
Para ella no era una opción recibir material genético de una "extraña". La
psicóloga explicaba que son muy parecidas físicamente, pero la cuestión de la
elección no estaría dada por el parecido y los rasgos fenotípicos sino más bien
porque proviene de su hermana, de alguien conocido. A partir de esto, se focalizó
en asesorarlas para que las decisiones que tomaran sean a conciencia y por
voluntad propia.

1
Entrevista realizada a la Lic. Laura Wang para profundizar algunos aspectos de su presentación acerca de la
ovodonación intrafamiliar en el Pre-Congreso de Psicología en el marco del Congreso de la Sociedad
Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER, 2018)

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Sin embargo, la Lic. en psicología entrevistada explica que existe la posibilidad de


potenciales conflictos vinculares entre los pacientes, así como también un
potencial impacto en las personas implicadas y en relación con el niño por nacer.
Introduce como problemática que la voluntad procreacional es una condición
necesaria pero no suficiente, y que en estos casos es necesario poder establecer
parámetros que eviten una trama incestuosa.

Asimismo, existen distintas motivaciones por parte de la donante. En Vida Privada,


Sadie expresa en reiteradas oportunidades que acepta formar parte del
tratamiento de sus tíos porque sería gratificante para ella poder ayudar a cumplir
el sueño de las personas que ama. Esto se relaciona con el concepto de altruismo,
una característica que pareciera estar implícita en las donantes familiares y que
confirma la investigación de Khamsi (1997), en donde el altruismo fue la principal
motivación por la cual las mujeres donaban sus óvulos. En palabras de ellas, lo
relacionaban con dar un regalo y así poder ayudar a su familia. Sin embargo, Viera
Cherro (2018) propone que existen distintas concepciones de la palabra altruismo.
La autora explica que no existiría el altruismo, incluso sin haber compensación
económica, debido a la relación asimétrica que se establece entre el médico y la
donante.

Así, entra en juego el concepto de coerción desarrollado por Bortoletto (2018), y


en este sentido puede pensarse que hay una relación dispar entre la pareja y
Sadie dado que ella había acudido a sus tíos por necesidad de alojarse en la
ciudad. Esto es algo implícito en la donación intergeneracional, donde la toma de
decisiones puede verse vulnerada por la dependencia económica en tanto Sadie
podría estar aceptando formar parte del tratamiento de fertilidad como una deuda
simbólica. En esto concuerda la ASRM (2012) al decir que existen más riesgos
cuando la donación es intergeneracional que intrageneracional. Es en este sentido
que el comité de ética de la ASRM sostiene que es necesario rechazar los

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acuerdos donde no haya libertad en las decisiones que toman los participantes
implicados.

Siguiendo a Lucía Ariza (2016), no existiría en Sadie una motivación altruista


desde el momento cero del tratamiento sino que ésta sería el resultado de la
configuración socio-técnica del procedimiento que implica formar parte de un
tratamiento de fertilidad. Podría pensarse que la decisión tomada por Sadie no
habría sido estrictamente autónoma por las condiciones en las que recibió la
propuesta: estando alojada en el departamento de sus tíos, quienes le estaban
haciendo un favor.

Volviendo a Viera Cherro (2018) y considerando las condiciones mencionadas a


partir de las cuales surge la pregunta hacia Sadie respecto a si estaría dispuesta a
donar(les) sus óvulos, la autora plantea que siempre existen intereses de por
medio que no necesariamente están relacionados a un factor económico. En Vida
Privada, el interés por parte de Sadie podría ser el de solidarizarse con el fin de
hacer felices a sus tíos.

Consecuencias que subyacen a la ovodonación intrafamiliar.

El presente trabajo problematiza, también, las consecuencias que resultan de la


decisión de incluir a un miembro de la familia como parte de la donación de
óvulos. En el análisis de Vida Privada, revisten de importancia los movimientos
afectivos que se producen ya que traen aparejadas graves consecuencias. Luego
de que Sadie acepta donar sus óvulos a la pareja y pasa por el tratamiento de
estimulación ovárica, ella recibe la noticia de que el procedimiento no está
saliendo como se esperaba (ya que no está teniendo una respuesta ovárica
suficiente) y a partir de esto ella rompe en llanto debido a que confiaba en que
podría ayudar a sus tíos. Sin mediar palabra con la pareja, aumenta ella misma la
dosis de estimulación con el fin de obtener un mejor resultado pero en lugar de
esto obtiene lo contrario: Sadie termina internada, justificando su decisión
afirmado que no quería desilusionar a sus tíos porque los ama. Es entonces

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cuando Richard y Rachel notan el riesgo que implica hacer partícipe de esto a su
sobrina. Este desenlace puede relacionarse con lo especificado por la Sociedad
Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, 2012) al decir que es necesaria una
distancia emocional para poder tener suficiente autonomía en la toma de las
decisiones. La cercanía física y emocional entre receptor-donante es perjudicial en
tanto no sería posible ser racional cuando hay sentimientos involucrados. De esta
forma, puede pensarse que la decisión de Sadie de aumentar la dosis es una
consecuencia de la buena relación y admiración que tiene por sus tíos, y del
deseo de poder ayudarlos a concretar su proyecto familiar.

Asimismo, concuerda con lo que postula Bortoletto (2018) cuando explica que la
cercanía física y emocional presenta riesgos. Este autor, además, explica que esta
falta de distancia emocional también podría implicar algún tipo de coerción en la
toma de decisiones por parte de la donante. Es posible que Sadie haya elegido
formar parte del tratamiento de fertilidad de sus tíos por la situación en la que le
hicieron la propuesta: ella recién mudada al departamento de Richard y Rachel,
quienes le estaban haciendo un favor y a quienes admira y quiere incluso más que
a sus propios padres. Entonces, podría pensarse que la donación de óvulos por
parte de Sadie es una forma de devolver el favor y al mismo tiempo de demostrar
el aprecio que siente por ellos. Este aspecto puede relacionarse con la falta de
autonomía que mencionaba Bortoletto (2018). El sentimiento de dependencia
afectiva y emocional puede ocasionar problemas que, como se ve en el film,
aparecen cuando Sadie decide aumentar la dosis de la estimulación hormonal.

La falta de autonomía también puede relacionarse con la dependencia económica,


y/o la falta de madurez, además de la cercanía o compromiso emocional. Es
importante recordar que se trata de una ovodonación intrafamiliar pero también
intergeneracional, y esto muestra una relación asimétrica entre la joven y los
adultos con distintos poderes adquisitivos y también con una trayectoria de vida
más larga que la de Sadie. Las consecuencias afectivas que se encontraron en el
film Vida Privada pueden relacionarse con el planteo de la ASRM (2012) cuando

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postula como un riesgo de la ovodonación intrafamiliar el dolor emocional de la


donante en el sentido de que podría estar tomando la decisión de donar óvulos
como un esfuerzo por obtener reconocimiento por parte de su familia. Podría
entenderse entonces porque Sadie toma la decisión de aumentar la dosis ante el
temor de decepcionarlos y obtener de ellos una reacción negativa en lugar de
positiva, lo cual reconoce cuando Richard y Rachel la visitan en el hospital.

Además del reconocimiento por parte de la pareja, ella esperaba lo mismo de sus
padres y esto puede observarse cuando en el film aprovecha el momento del
brindis para dar la noticia de que formaría parte del tratamiento de fertilidad de sus
tíos. Por la forma en la que ella justifica su decisión se entiende que estaba
orgullosa de ayudarlos en este proceso y esperaba el mismo reconocimiento de
sus padres, aunque la reacción de su madre fue la contraria. A partir de este
momento, se desarrolla una discusión entre Sadie y su madre donde se exponen
las principales preocupaciones de esta última en relación a cómo esta decisión
repercutiría en la dinámica familiar. De esta forma se explicita que Sadie tenía en
claro el rol que cumplía dentro del tratamiento de fertilización asistida, mientras
que la madre de Sadie no pensaba lo mismo.

Esta disyuntiva entre madre e hija puede pensarse desde lo planteado por Cecilia
Straw (2013) en cuanto a las contradicciones que encontró a partir de su
investigación. Estas contradicciones estarían relacionadas con la idea tradicional
de familia, donde sólo la biología permite el establecimiento de vínculos
familiares. Pensando desde esta perspectiva, la posición tomada por la madre de
Sadie es la de una persona que aún no compatibiliza con la idea de las nuevas
modalidades de formar lazos de parentesco y de familia. En cambio, desde el
punto de vista de Sadie se puede ver una posición donde hay una concepción que
logra disociar la aportación de una célula reproductiva, de su rol social. Es decir,
no sé considera madre, sino “tía”, “prima” o cómo desean llamarla los padres del
niño/a.

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Las tecnologías de reproducción humana asistida han jugado un rol central en el


establecimiento de esta concepción más moderna del sentido de “familia”. Más
allá de las diferencias entre una concepción de familia y otra, Straw (2013)
destaca que lo que siguen compartiendo es el deseo de tener un hijo y formar una
familia por parte de la pareja. En Vida Privada, la pareja anteriormente había
intentado tener un hijo por métodos de reproducción humana asistida y en ninguna
oportunidad los padres de Sadie se habían mostrado en contra de este deseo. De
hecho, los ayudaron económicamente para que puedan llevar a cabo los
tratamientos. El problema en la familia surge cuando Sadie pasa a formar parte del
tratamiento, ya que trastoca la dinámica familiar y la concepción tradicional de
familia.

Desde el posicionamiento de Sadie, vemos como se reflejan las concepciones de


Straw (2013) en coincidencia con Bestard (1998) cuando sostienen que las
tecnologías de reproducción humana asistida hacen de las familias un hecho
social, en tanto no son sólo los lazos genéticos los que hacen familia a un grupo
de personas, sino que a partir de la intervención tecnocientífica se habilita el
intercambio de otros elementos. De esta forma, alguien puede ser madre o padre
por el deseo de tener un hijo y no ya por la vinculación genética, lo cual ha sido el
fundamento de las reglamentaciones vigentes al momento de la sanción del
Código Civil y Comercial (2015), instaurando a la voluntad procreacional como el
elemento central para determinar la filiación por técnicas de reproducción humana
asistida.

CONCLUSIONES

De lo desarrollado a lo largo de esta investigación de carácter cualitativo se


desprenden distintas conclusiones sobre cómo las tecnologías de reproducción
humana asistida inciden en la vida de las personas, pudiendo reflexionar además

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acerca de las motivaciones subyacentes a la ovodonación intrafamiliar e


intergeneracional a partir del recurso aportado por un caso ficcional.

En cuanto a esto último, se analizaron distintas motivaciones que llevaron a la


pareja de Richard y Rachel a elegir como donante de óvulos a su sobrina, Sadie.
En principio, se jugó en Rachel algo del orden de lo cercano en el sentido de que
no podía conciliar la idea de tener material genético de una persona desconocida.
La reacción negativa de Rachel al momento de la indicación sobre la necesidad de
recurrir a la donación de ovocitos pudo estar condicionada por el modo en que el
médico transmitió esa información. Lo que motivó que Rachel terminara
comparando los tratamientos de fertilidad con los procedimientos que se hacen a
los animales.

A partir del análisis de los textos revisado, se infiere que en la mayoría de las
mujeres que optan por la ovodonación intrafamiliar se juega algo en torno a la
necesidad de las semejanzas físicas y en relación a compartir, con el futuro hijo, el
material genético de la propia familia que pareciera ser necesario para poder llevar
a cabo el tratamiento y establecer así lazos de parentesco (arraigados en la idea
de “familia tradicional” o nuclear).

Asimismo, del material analizado se pudo inferir que otra motivación por parte de
la pareja estaba relacionada con la necesidad de reducir plazos, ya que conocer a
una donante supone más tiempo con el cual ya no contaban en tanto hacía años
que estaban en la búsqueda de un hijo (ya sea por tratamientos de fertilidad con
óvulos propios, como en el camino de la adopción). Al factor temporal se le suma
otro, no menos importante, que es el económico. Si bien desde un primer
momento le ofrecen a su sobrina una compensación económica por su aportación
(a lo cual ella se rehúsa) no se compara con la cantidad de dinero que implicaría
una donación anónima, y la compensación de la donante.

Con respecto a las motivaciones de Sadie, ella se presenta desde un principio con
la determinación de ayudar a la pareja a cumplir el sueño de ser padres y gestar a

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su propio hijo. Esto lo expresa desde el momento en el cual ellos le proponen ser
la donante para Rachel, hasta en el momento en el cual se lo informa a sus
padres, así como también cuando termina internada. Desde su discurso, se
percibe un posicionamiento solidario con su propia familia por la cual siente un
gran afecto y esto concuerda con lo planteado por los autores en relación al
altruismo que suele manifestarse en las ovodonaciones intrafamiliares.

Además del componente altruista presente en este caso de donación intrafamiliar,


es necesario reflexionar acerca de las particularidades de la donación
intergeneracional, donde hay una relación asimétrica por tratarse de distintas
generaciones en distintas situaciones. Es posible que la decisión no haya sido
completamente autónoma, debido a la relación desigual que se presenta en tanto
ella no tiene donde alojarse en la ciudad y por ello recurre a sus tíos quienes
aceptan hacerle un lugar pero luego le proponen ser donante, algo que ella nunca
había considerado antes pero que acepta de todas formas.

Este aspecto puede relacionarse con el componente coercitivo del intercambio; las
investigaciones revisadas sugieren que es necesario tener una distancia
emocional para poder tomar decisiones complejas como las que implican pasar
por un tratamiento de fertilidad. Asimismo, existen riesgos en tomar decisiones de
este tipo y esto pudo verse en Vida Privada en el momento en que Sadie,
decepcionada por los resultados que arrojaron sus propios estudios, decide
aumentar la dosis al punto de terminar internada. Sin lugar a dudas, es un
desenlace que podría haber terminado fatal y que nos permite inferir, por un lado
la magnitud del involucramiento del donante cuando se trata de un familiar; del
dolor que puede sentir esa persona frente al fracaso del tratamiento; de la
“presión” familiar debido a la falta de distancia emocional y compromiso con el
proyecto parental de otros.

Este film y el análisis realizado a partir del recorte de la problemática sobre la base
de investigaciones recientes permiten contextualizar los modos en que las

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tecnologías de reproducción humana asistida han transformado las relaciones


familiares. Se entiende que a partir de las TRHA se rompe con el modelo
tradicional de familia, donde los lazos de parentesco se fundaban en el
componente consanguíneo, dando paso a distintos tipos de familias, con la
participación de terceros, conocidos o no, en conformaciones monoparentales u
homoparentales.

En Vida Privada, si bien se trata de una pareja heterosexual, la dinámica de la


familia se ve alterada a partir de que Sadie pasa a ser la donante de óvulos para
su tía Rachel. El interrogante sobre qué rol cumpliría Sadie una vez nacido el hijo
de Rachel, aparece desde el discurso familiar como posible generador de
problemas ya que “se vería afectada la familia”. Sin embargo, ella resuelve este
conflicto sosteniendo que será nombrada como la pareja decida, sosteniendo
desde un principio que su aportación, no hace al rol ni desempeño de una función.

Y aunque en este caso el tratamiento no haya resultado, según los estudios de


Jadva (2011), una vez nacidos los niños las familias constituidas por donación de
un familiar han mantenido vínculos estables y de calidad entre la pareja receptora,
la donante y el niño nacido por ovodonación. Sin lugar a dudas, se desprende de
esto la necesidad de realizar más investigaciones sobre cómo los niños nacidos
por ovodonación intrafamiliar modifican la dinámica (o no) de las familias. No hay
disponibles estudios que refieran a esta temática en Argentina, en tanto aún es un
procedimiento relativamente reciente para poder ver resultados en la sociedad.

Por último, como este análisis se basa en un recorte elegido de ​la película Vida
Privada, no pueden extraerse conclusiones más generales. Sin embargo, sirve
como referencia y aproximación para poder reflexionar acerca de situaciones que
podrían llegar a la clínica de la reproducción, y es importante conocer para
construir un saber-hacer a la hora de orientar a los usuarios y donantes.
Siguiendo lo propuesto por la ​Sociedad Americana de Medicina Reproductiva
(ASRM, 2012) es imprescindible un asesoramiento y acompañamiento para las

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personas que opten por la ovodonación intrafamiliar ya que cuanto más


informadas se encuentren las personas implicadas, mayor será la autonomía y la
libertad a la hora de la toma de decisiones. Retomando la información brindada
por la Lic. en Psicología entrevistada, en Argentina no se sugiere hacer donación
familiar, y se observa que a los médicos les genera mucha pregunta sobre todo
teniendo en cuenta el bienestar del niño. Tampoco se plantea en el film el tema del
revelamiento o no del modo de concepción en el niño, pero sí puede reconocerse
que genera un "malestar" el hecho de que para la madre de Sadie, donar un óvulo
sí es un asunto de familia.

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