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Julio de 2019
Título: A 25 años del Salto Social. Memorias del gobierno de Ernesto Samper Pizano
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Contenido
Prólogo
¿Que no nos dejaron gobernar? Reflexiones sobre
el plan del Salto Social......................................................................... 9
Ernesto Samper Pizano
La paz integral
dos ofrecida por el Gobierno, que hubiera sido más que suficiente para
desarrollar una negociación con posibilidades de éxito.
Cuando se profundizó la crisis política del Proceso 8.000 y se vio
que el Gobierno de los Estados Unidos estaba participando claramente
en ella, las FARC abandonaron su agenda de paz, seguramente por-
que pensaron que Estados Unidos sí podría conseguir, por la vía de las
presiones diplomáticas sumadas, desestabilizar o derrocar mi gobier-
no, creando así condiciones más propicias para sus propósitos revolu-
cionarios. Siempre he pensado que si las FARC hubieran acelerado y
profundizado la agenda de paz que nos trazamos inicialmente, habrían
conseguido reemplazar la estrategia del Plan de Colombia que siguió a
mi gobierno, por una salida negociada del conflicto como la que, años
después, acordaron durante el gobierno del presidente Santos. Cuántas
víctimas, dolor y sufrimiento se habría economizado el país durante
todos los años que se prolongó la guerra.
Lo que finalmente conseguimos al terminar mi mandato fue dejar
una verdadera «caja de herramientas para la paz», que ayudaría a los
gobiernos que me sucedieron en la tarea de seguir buscando el esqui-
vo objetivo de la paz. Dicho anhelo fue confirmado, al terminar mi
gobierno, con una votación de 10 millones de personas a favor del
«Mandato por la paz». Como ya se dijo, el componente fundamental
de la política fue el compromiso indeclinable del Gobierno con el res-
peto a los derechos humanos y la inversión en la gente, que actuarían
como componentes legitimantes de la presencia armada del Estado en
las zonas de violencia.
El tiempo de la gente
P rimero el campo
El aterrizaje suave
La competitividad
A manera de epílogo
una sola de esas tareas ni una sola de esas misiones que no hubiera
menester de atención decidida e inmediata.
En efecto, resultaba imperioso incrementar y hacer más eficiente el
uso de la fuerza, tanto en el campo de guerras como la que cotidiana-
mente demandan las mil y una formas de delincuencia común, o la que
en condiciones muy desiguales y casi en solitario veníamos librando de
tiempo atrás contra la producción y el tráfico de narcóticos, o la mucho
más vieja que veníamos arrastrando contra la subversión armada y sus
métodos brutales, o la que se les debía declarar a organizaciones de
autodefensa salidas de madre y convertidas en ejércitos de mercenarios
sin dios ni ley. O, acaso la más importante de todas: la lucha contra el
secuestro, uno de los delitos más abominables, que tanto la delincuen-
cia común como muy especialmente las FARC y el ELN −en increíble
muestra de salvajismo− habían convertido desde hacía ya varios años
en su principal fuente de financiamiento.
Al mismo tiempo, también era necesario que el sector defensa, por
conducto de sus intenciones y su gente, presentara su concurso para
la facilitación de fórmulas de solución a las no pocas inquietudes, di-
ficultades y desentendimientos −e incluso roces, unas veces puntuales
y otras de más amplio espectro−, que, por razón de una determinada
coyuntura propia del momento, se presentaron en las relaciones con
países limítrofes y con Estados Unidos.
El mundo de la defensa nacional es muy distinto del que ordina-
riamente tiene en su imaginación el ciudadano común. Mientras este
suele verlo frío y duro, la verdad, por el contrario, que se trata de un
universo caracterizado por una profunda sensibilidad, en el cual lo va-
lores y los principios juegan un papel de enorme significación. Y mien-
tras algunos lo ven altanero, distante, petulante, lo que realmente hay
en él son sana altivez, sencillez y sentimentalidad, adobadas, quién lo
creyera, en un mucho de timidez.
En ese mundo, el amor a la patria, el valor, el espíritu de sacrifi-
cio, el heroísmo, la vocación de servicio, la lealtad, la solidaridad y
el espíritu de cuerpo entre varios otros valores y principios que en el
lenguaje castrense se conocen con el nombre común de “intangibles”,
36 A 25 años del Salto Social
Por el lado del tema de la movilidad del Ejército −desde luego in-
dispensable para aumentar decididamente su eficacia y su capacidad
de combate, tanto como para multiplicar sus posibilidades de hacer
presencia en más lugares más pronto sin tener que duplicar o triplicar
el número de sus efectivos−, el paso más significativo que se dio fue el
de la creación de la Aviación del Ejército.
Ella se instituyó por disposición del Derecho 1422 de 1995 y acto
seguido se comenzó la tarea de dotarla, no sólo de la infraestructura
administrativa y logística necesarias, sino de los equipos que le per-
mitieran comenzar a cumplir su misión. Para este efecto, luego de un
concienzudo análisis, se concluyó que siendo la necesidad de transporte
rápido de tropas la mayor de todas, el mayor esfuerzo inicial se debía
centrar en la adquisición de helicópteros modernos de una adecuada
capacidad de carga. Y luego de un detenido y concienzudo proceso
contractual, se adoptó la decisión de adquirir unos primeros siete he-
licópteros tipo Blackhawk, para transporte y ágil apoyo en zonas de
combate y unos primeros 10 helicópteros tipo MI-17, de gran capa-
cidad de carga y transporte, que incluso permitían mover de un río
a otro, pesadas lanchas patrulleras de la Armada. Unos y otros se ad-
quirieron mediante negociaciones de gobierno a gobierno con los de
Estados Unidos y Rusia, respectivamente. Como complemento, esta
nueva arma del Ejército se dotó además de algunos aviones medianos,
también de transporte.
En materia de comunicaciones, tanto por razones tecnológicas
como por elementales razones de tipo táctico y de seguridad, se decidió
acometer el proyecto de reemplazar el sistema de radio por el sistema
satelital. Aquel no sólo era ya un tanto anacrónico, sino que tenía el
inconveniente −que además constituía una vulnerabilidad demostra-
damente peligrosa− de que exigía la instalación de antenas y estaciones
repetidoras a lo largo y ancho del país, con la consiguiente y costosa
necesidad de dotarlas de protección. Precisamente por razón de esta
circunstancia y por el enorme nivel de exposición que ella comporta-
ba, ocurrió en Puerres (Nariño) el aleve ataque con explosivos a una
patrulla motorizada del Ejército que regresaba de cumplir cambio de
Los hitos cardinales de la política de defensa en el gobierno... 39
de modo que fueron ellos, más bien que los conscriptos, quienes con-
forman la primera línea de combate y quienes libraran el grueso de la
lucha en frente de batalla, no sólo había que multiplicar su número,
apenas incipiente, sino organizar su profesionalización, hasta entonces
apenas perfilada. Tal organización de la profesionalización comenzaba
por la necesidad de dotar la vinculación, la permanencia, lo ascensos
y los retiros de los soldados profesionales, que para entonces acababan
de superar el número de 20.000, del soporte jurídico adecuado. Eran
menester una leyes que establecieran el marco básico de la relación
entre los infantes y soldados y el Estado colombiano, que regularan
convenientemente su remuneración y el régimen de sus prestaciones;
que los incorporaran a la seguridad social en materia de salud y de
pensiones; que los prepararan para el momento de su futuro retiro, de
modo que, llegado el momento, ellos estuvieran capacitados para asu-
mir otras tareas productivas dentro de la colectividad, y no solamente
supieran combatir.
En materia del fomento al celoso respeto de los derechos humanos,
la acción del Gobierno fue mayúscula. Por una parte, la materia se
convirtió en obligatoria en todas las escuelas de formación. Era in-
dispensable hacer de ella una preocupación y una ocupación central
de todos y cada uno de los miembros de la fuerza pública. Inculcarles
lapidariamente la idea de que la legitimidad en el uso de las armas no
provenía, en sus orígenes de la propia arquitectura del Estado de dere-
cho y tenía como soporte algunos de los principios fundamentales de
éste, sino que se tenía que confirmar cada día, todos los días, a base de
velas celosamente porque no hubiera desbordamientos ni excesos en el
empleo de la fuerza. Al fin y al cabo, esa es precisamente su diferencia
fundamental con la violencia.
Por otra parte, se acometió a un ambicioso proyecto, consistente en
establecer una oficina de derechos humanos en cada una de las guar-
niciones militares y de los comandos de policía del país. Se trataba de
acompañar las tareas a cargo de las unas y de los otros, de modo que los
encargados de cumplirlas tuvieran cotidiana conciencia de la necesidad
de hacerlo siempre a través del prisma de los derechos humanos. Sólo
42 A 25 años del Salto Social
así se podría aspirar a contar, ante los ojos del país, del mundo y de la
propia conciencia, con la autoridad moral que la democracia exige y
espera de aquellos a quienes le asigna una responsabilidad tan delicada
como la de un militar o un policía. También se trabajó arduamente en
punto de la exigibilidad del cubrimiento cabal, celoso y honesto de las
funciones a cargo de unos y otros, campo en el cual son así mismo in-
dispensables la autoridad moral y el propio ejemplo. Quienes portan un
uniforme ejercen una autoridad, se deben caracterizar por la dedicación
a tarea y por una absoluta verticalidad en su cumplimiento.
Para conseguirlo, entre otras cosas se tramitaron normas que per-
miten la desvinculación, por vía administrativa y sin fórmula de jui-
cio, verdad sabida y buena fe guardada, de los miembros de la Policía
sobre cuyo comportamiento pesaran sombras de duda razonable. Ello
permitió retirar del servicio, en muy breve término, a centenares de
los miembros de esta fuerza, y, por esta vía, darle un importantísimo
espaldarazo al proceso de su purificación interna.
A instancias del Gobierno se integró una comisión de destacados
miembros de las Fuerzas Militares, de connotados juristas y algunos
otros expertos, a quienes se encomendó la tarea de preparar un nuevo
Código Penal Militar. Como atrás se dijo, la idea era revisar la legis-
lación vigente, estudiar los profundos cambios que en esa materia se
habían venido dando en otras latitudes, analizar con espíritu crítico
nuestra propia experiencia, y, a partir de ahí, elaborar un proyecto que
redefina los ámbitos estrictamente militar y ordinario en materia penal,
que precisara conceptualmente los delitos correspondientes a una y
otra esferas y que señalara las competencias jurisdiccionales del caso.
Que nos pusiera a tono con un mundo moderno cada más receloso de
una justicia a la considera complaciente y segada.
En materia de procedimientos, se revisaron también, con criterio
de eficiencia y de transparencia, los atinentes a la contratación de
bienes y servicios para las fuerzas. La idea era la de que precisamente
porque la ley ha establecido de tiempo atrás que los contratos relacio-
nados con la defensa nacional no tienen que estar precedidos de los
mismos procesos de selección del co-contratante que imperan en el
Los hitos cardinales de la política de defensa en el gobierno... 43
resto del sector público, por obvias razones de reserva, ella no fuera
−o no diera la impresión de ser− un obstáculo para una contratación
celosa y pura. Ni una manera de eludir las reglas básicas en materia de
objetividad y transparencia. En ese orden de ideas no fue extraño du-
rante el Gobierno que en ocasiones fuera el propio Ministro de Defen-
sa el que solicitara la intervención de los órganos de control respecto
a algunos contratos específicos, o el que denunciara directamente ante
ellos las irregularidades que había detectado o de las que tenía algún
indicio o sospecha.
Por el lado del mejoramiento general de las condiciones de todos
los miembros de las fuerzas y del personal civil de las mismas y del Mi-
nisterio de Defensa, se revisó la legislación vigente en materia de salud
y de seguridad social y se impulsó en el Congreso una muy importante
y conveniente reforma de la misma, que quedó recogida en la Ley 352
de 1997. Paralelamente se acometió también el mejoramiento general
de las condiciones, los servicios y el nivel profesional del Hospital Mi-
litar Central, que incluyó un significativo mejoramiento en el esquema
de remuneración a todo su personal.
Los resultados de esta política, de estos grandes esfuerzos y de es-
tas enormes inversiones han sido muy satisfactorios. Con el correr del
tiempo, todos ellos habrían de comenzar a hacer parte muy importante
de la diferencia que a la postre ha permitido ir inclinando la balanza
del lado de las fuerzas del orden y de la institucionalidad. En todo caso,
al mismo tiempo −porque ni las circunstancias ni la necesidad de ac-
tuar con urgencia y decisión en ciertos campos permitían esperar a que
todo este proceso de fortalecimiento se hubiera culminado por comple-
to−, se fueron acometiendo varios de los grandes planes y operaciones
conjuntas, militares y de policía, que con enorme éxito se cumplieron
a lo largo del cuatrienio. Si bien había concluido con éxito la guerra
contra Pablo Escobar y el Cartel de Medellín, era claro que ese no ha-
bía sido más que el comienzo de la lucha frontal que el Estado por fin
había decidido iniciar contra las drogas. Faltaban los carteles de Cali,
la Costa Atlántica, el Norte del Valle, Amazonas, Bogotá y los Lla-
nos Orientales, que, con diversos tamaños y niveles de capacidad, de
44 A 25 años del Salto Social
Almabeatriz Rengifo †
Ministra de Justicia, 1997-1998
A ntecedentes
D epuración y orden
El P lante
Extradición
M ás logros
R eferencias
1
Este trabajo fue escrito en noviembre del 2008.
62 A 25 años del Salto Social
Por eso su ascenso político estuvo ligado a las metas más esenciales
para la nación. Su lucha fue un camino inspirador para millones de co-
lombianos que nos unimos a su brega por la transformación social de país
y lo llevamos a la Presidencia en el período 1994-1998, en una de las eta-
pas más difíciles que el país recuerde, no sólo por la defensa de las institu-
ciones, sino por las amenazas desde todos los lados, incluso los cuarteles,
se hizo contra la paz y la concordia y la estabilidad nacional.
Nada impidió que el compromiso social del presidente Samper sem-
brara en los corazones del pueblo la esperanza de un mejor mañana. Su
liderazgo permitió abrir espacios para la búsqueda del fin negociado del
conflicto armado interno, que como una maldición nos persigue desde
hace varias décadas.
Fue esa bandera, precisamente, la que le permitió ganar en franca
lid las elecciones presidenciales del 1994, con la ayuda de millones de
compatriotas que creyeron en sus ideas y en sinceridad de sus promesas.
El tiempo de la gente llegó con Ernesto Samper. Y con él y su equi-
po de gobierno, del que formé parte en calidad de Ministro de Gobier-
no, primero, y luego como ministro del Interior, se inició el programa
del Salto Social, que se constituyó en un tratado de paz para vencer las
causas objetivas del conflicto armado y la desigualdad.
El presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, desde el ini-
cio de su mandato le habló al país y al mundo de la necesidad de un
diálogo útil con la guerrilla. En su discurso de posesión dijo: “al igual
que todos mis antecesores, también tengo el sueño de poder avanzar, durante
mi gobierno, en la búsqueda definitiva de la paz para Colombia. Esta tarea,
por esquiva que parezca, no puede dejar de ser un propósito nacional”.
Y para cumplirlo se diseñó el Plan Nacional de Desarrollo “EL Salto
Social”, que contenía todos los elementos de la política de reconcilia-
ción del Gobierno Nacional. Su concreción buscó desactivar las causas
objetivas y subjetivas de la confrontación, y pagar la enorme deuda
social contraída con los más débiles.
La Red de Solidaridad Social; el Plan Nacional de Lucha Contra la
Pobreza; el Plan Nacional de Pleno Empleo; el fortalecimiento de la
seguridad ciudadana, los derechos humanos y el Derecho Internacional
Samper: el Salto Social hacia la paz 63
Las cosas con el ELN fueron diferentes. Esa organización aceptó por
primera vez iniciar un proceso de exploración de la salida negociada
con el Gobierno Nacional. Con esa organización se dieron mayores
espacios de acercamiento, gracias al acompañamiento de la Iglesia y de
sociedad civil.
Fue de especial ayuda la labor secreta del ministro alemán Bernd
Schmidbauer, quien, con la ayuda de la Iglesia alemana, sentó las
bases para un proceso de paz con el ELN. El país aún recuerda la
70 A 25 años del Salto Social
L os D erechos Humanos
Negociar no es debilidad
Conclusiones
La Biblioteca Familiar
1
Acevedo Carmona, Darío. Conflicto armado colombiano y derechos humanos ante la
comunidad internacional. Revista Foro No. 26.
2
“Para que la fuerza que ejerce el Estado sea legítima tiene que ser justa y lo será en la
medida en que Colombia haga realidad su compromiso de defensa y respeto de los derechos
humanos. En mi Gobierno los Derechos Humanos se cumplirán no como resultado de
una concesión a los alzados en armas o a sus organizaciones defensoras, sino como el
desarrollo natural de mi profunda convicción de que ningún Estado puede exigir respeto a
88 A 25 años del Salto Social
sus ciudadanos si sus propios agentes obran de manera arbitraria atropellando los derechos
de los individuos”.
3
Informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre
Colombia. Distr. General E/CN.4/1997/11, 24 de enero 1997 Original: Español Comisión
de Derechos Humanos - 53º período de sesiones - Tema 3 del programa provisional.
Ver anexo acuerdo relativo al establecimiento en Colombia de una oficina del Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Pág. 4.
Los derechos humanos, un compromiso de estado... 89
4
Ibídem.
Los derechos humanos, un compromiso de estado... 91
5
Acuerdo entre el Gobierno de la República de Colombia y el Comité Internacional de
la Cruz Roja. Febrero 16 de 1996.
6
Tathiana Montaña. Indepaz. Febrero de 2006. El período 1994-2000 presenta al
escenario político una cantidad estimulante de acciones sociales por la paz a lo largo y
ancho del país. Se constituya el Comité de búsqueda por la paz (1994), la Comisión de
Conciliación Nacional (1995), la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la paz y
Los derechos humanos, un compromiso de estado... 93
ciembre 1997 como la Ley 418, normas por las cuales se aplaza la incor-
poración al servicio militar obligatorio de los menores bachilleres hasta
el cumplimiento de los 18 años, excepto cuando voluntariamente, y
con la autorización expresa y escrita de sus padres, opten por su cumpli-
miento inmediato. En este último caso, los menores de edad reclutados
no podrán ser destinados a zonas donde se desarrollen operaciones de
guerra, ni ocupados en acciones propias de la confrontación armada.
Empresarios por la Paz (1998), el Consejo Nacional de Paz (1998), el Proyecto Colombia
Va (1999) y Paz Colombia (2000).
7
Comisión de Investigación de los sucesos violentos de Trujillo. Caso 11.007 de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe Final. Imprenta Nacional de
Colombia. Septiembre de 1995. Palabras del presidente de la República, Ernesto Samper
94 A 25 años del Salto Social
9
Existen numerosas publicaciones académicas sobre el origen y la evolución
del paramilitarismo. Al respecto, el académico Javier Giraldo M.S.J., define: “La
desnaturalización de la institución militar. Pero estas desviaciones llegan al nivel máximo de
perversión cuando son acondicionadas a mecanismos de clandestinidad, como subterfugios para
burlar las responsabilidades”.
98 A 25 años del Salto Social
10
Fiscalía General de la Nación. Resolución No. 02725 de diciembre de 1994.
Los derechos humanos, un compromiso de estado... 99
11
En 1997 la Corte Constitucional resolvió, mediante su decisión C-296 de 1997, que
la entrega de armas restringidas a civiles, y específicamente a los grupos CONVIVIR, es
inconstitucional.
106 A 25 años del Salto Social
R eferencias
1
Este trabajo fue escrito en Santiago de Chile, en junio de 2008.
110 A 25 años del Salto Social
L os antecedentes
1
Este escrito tiene como base, además de las memorias del autor para ese período, las
de los exministros Cecilia López Montaño (1995-1996 y 1996-1997) y Antonio Gómez
Merlano (1996-1997 y 1997-1998).
134 A 25 años del Salto Social
ese daño. La tercera decía que bajo ese esquema era imposible aprove-
char a plenitud el potencial de crecimiento del sector agropecuario.
Bajo estos postulados, al inicio de la administración del presidente
César Gaviria se optó por introducir cambios a las políticas comercial
y arancelaria, de precios, de comercialización interna y de crédito; se
concibió un nuevo régimen cambiario, y se propuso modernizar la in-
fraestructura. En cuanto a las políticas comercial y arancelaria, lo fun-
damental consistió en la eliminación de la licencia previa para la im-
portación de todos los productos de origen agropecuario, la puesta en
marcha de un programa de desgravación arancelaria y la eliminación
del monopolio que el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IDEMA)
había tenido hasta entonces en la importación de los productos agro-
pecuarios. De esas decisiones se desprendió, a su vez, la necesidad de
revisar la política para la determinación de los precios internos. Bajo
el paradigma aperturista dichos precios no se podrían referir a los cos-
tos internos de producción, sino a los costos mínimos de importación,
pues, de lo contrario, si el IDEMA decidía intervenir en la compra de
las cosechas nacionales, podría incurrir en cuantiosas pérdidas, con los
consecuentes efectos fiscales.
En cuanto al crédito, la apertura coincidió con la puesta en marcha
de Finagro y con una precaria situación financiera de la Caja Agraria,
y aun cuando se mantuvo el esquema de inversiones forzosas, con tasas
de interés inferiores a las del mercado, se señaló la necesidad de elimi-
nar el subsidio al crédito en el largo plazo.
En el contexto de ese análisis, la política cambiaria se concibe teóri-
camente como el elemento a través del cual se legitimaba la protección
a la producción nacional. Es más, el modelo aperturista postulaba que
el crecimiento de la tasa real de cambio era el elemento a través del
cual se compensaría la supresión de otros incentivos y las reducciones
arancelarias propias del proceso. Es decir, en abstracto, la liberación
cambiaria y la desgravación arancelaria deberían conducir a una tasa
de cambio de equilibrio superior a la existente antes de iniciarse el pro-
ceso de apertura, con lo cual podrían ganar participación en el merca-
do mundial los bienes exportables y encarecería en el mercado interno
La política agropecuaria y rural durante la administración... 135
La crisis sectorial
vida en las zonas rurales, como indica el hecho de que al tiempo que
la pobreza rural alcanzó niveles superiores al 64%, la indigencia en el
sector pasó del 26,7% en 1991 al 35% en 1993.
L os primeros resultados
Este último hecho fue símbolo del inicio de la recuperación del sector,
pues en 1995 el ritmo de crecimiento de la actividad agropecuaria y pes-
quera alcanzó el 3,7%, destacándose la dinámica de la actividad pecuaria.
No obstante, lo cual ese comportamiento fue diferencial por tipo de culti-
vos. Pasaron de tasas negativas a tasas positivas de crecimiento productos
como el arroz y el sorgo; al tiempo que presentaron aumentos superiores a
los registrados en 1993 productos como el fríjol y la caña de azúcar.
De otra parte, se mantuvieron tasas positivas de crecimiento, aun-
que menores a las del año anterior, en productos como la papa, el maíz,
el trigo y las flores. Sólo presentaron tasas negativas el banano, el ca-
cao, el algodón y el tabaco.
1
El presente trabajo se expuso originalmente en el seminario sobre “El modelo
económico colombiano: Instituciones, desempeño y perspectivas”, organizado por el
Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Londres, en abril del 1996.
Fue actualizado en agosto de 1998, revisado marginalmente en noviembre y publicado
en Coyuntura Económica en diciembre de dicho año (Vol. XXVIII, No. 4). Aquí se
reproduce con ligeros cambios. El autor agradece a Camilo Tovar por su colaboración en la
realización de este trabajo. Para evitar analizar los eventos macroeconómicos acontecidos
durante la Administración Pastrana, en especial los efectos de los nuevos choques externos
y las medidas adicionales de ajuste fiscal, así como las reestimaciones posteriores de las
cuentas del sector público, a lo largo de este trabajo se utilizan en forma exclusiva los datos
colombianos disponibles en julio de 1998.
150 A 25 años del Salto Social
2
Véase la visión del autor sobre los problemas planteados por esta dualidad de las
estrategias a principios de los años 90 en Ocampo (1992).
152 A 25 años del Salto Social
3
Los cuadros están como anexos en las pp 194-201.
La política económica durante la administración Samper 155
4
Véase Urrutia (1995).
158 A 25 años del Salto Social
5
Los gráficos están como anexos en las pp. 202-206.
160 A 25 años del Salto Social
6
Véase al respecto, Botero y Rhenals (1995) y Ocampo (1995).
162 A 25 años del Salto Social
7
Una de las razones dadas para tomar las decisiones mencionadas en los meses anteriores
a agosto de 1994 fue que los agentes privados habían contraído deudas ante la expectativa
166 A 25 años del Salto Social
9
Las opiniones del Gobierno respecto a la combinación deseable de las políticas fiscal y
monetaria se presentaron a mediados de 1996 en Ministerio de Hacienda y Crédito Público
(1996).
168 A 25 años del Salto Social
11
Este hecho se aplica especialmente a los episodios cambiarios de mayo-junio. En
la semana anterior a la primera vuelta de las elecciones presidenciales (31 de mayo) se
produjo la primera ola de especulaciones, asociada, según varios analistas, a la posible
victoria del candidato liberal, Horacio Serpa. La especulación continuó después de la
victoria de dicho candidato en la primera vuelta, pero desapareció tras la segunda, cuando
fue elegido Andrés Pastrana.
12
El depósito en pesos exigido a los préstamos extranjeros se redujo del 30% al 25%, y su
plazo de vencimiento, de 18 meses a 12 meses.
La política económica durante la administración Samper 171
Desempeño macroeconómico
13
Muchos analistas atribuyeron la moderada reducción del PIB trimestral en el primer
trimestre de 1997 (-0,3%) a la incertidumbre provocada por las medidas de emergencia
La política económica durante la administración Samper 173
económica. En contra de este punto de vista, las encuestas empresariales indican que las
expectativas “mejoraron” durante el trimestre. En el nivel internacional, las medidas de
emergencia también redujeron el margen de riesgos (spread) de los bonos soberanos de
Colombia, lo que indica que la imagen del país mejoró en ese período. Por lo tanto, la mini
recesión de comienzos de 1997 respondió a otros factores, especialmente al pronunciado
descenso de la producción de café y los ingresos cafeteros durante la cosecha de 1996-1997.
174 A 25 años del Salto Social
Samper (el 3,3%, según el Cuadro 2), dicho promedio se podía reducir, aunque sólo
marginalmente.
La política económica durante la administración Samper 175
Una segunda serie de resultados adversos tiene que ver con la inca-
pacidad de corregir el desequilibrio de la cuenta corriente de la balanza
de pagos que la economía colombiana había acumulado durante los
años del auge de la demanda. Como se indica en el Cuadro 2, aunque
la tendencia de la balanza comercial fue moderadamente positiva, el
aumento de los pagos de intereses y, sobre todo, de remesas de utilida-
des, contribuyó al deterioro de la cuenta corriente. En el plano interno,
el mantenimiento del déficit en cuenta corriente mostró la incapacidad
para revertir las tendencias adversas del ahorro nacional; visto desde el
punto de vista de las cuentas externas, la evolución del déficit en cuen-
ta corriente se presentó pese a la tendencia nuevamente ascendente de
la relación entre exportaciones y PIB y, en particular, del dinamismo de
las exportaciones de petróleo (Cuadros 2 y 3). Por su parte, la ausencia
de una tendencia más positiva de la balanza comercial se puede atri-
buir a la evolución de los precios de algunos principales productos de
exportación (que frustró, en particular, el auge esperado de los ingresos
petroleros) y a la evolución del tipo de cambio real.
Aunque la marcada tendencia a la revaluación que caracterizó el pe-
ríodo 1990-1994 se frenó, no fue posible revertirla, tal como el Gobierno
había considerado necesario hacerlo en 1994. Esto generó debates inter-
nos acalorados en torno a los determinantes del tipo de cambio real.15
La opinión dominante en el banco central y en gran parte de los
analistas académicos era que la sobrevaluación respondía sobre todo a
presiones fiscales (el rápido crecimiento de los gastos o el déficit presu-
puestal, con énfasis en uno u otro según el autor16).
Por lo contrario, el Gobierno hizo hincapié en que las presiones
hacia la apreciación provenían de la cuenta de capitales, especial-
mente de los flujos privados de capital, y que era necesario usar más
15
Véase, en particular, los trabajos recopilados en Montenegro (1997).
16
Es interesante señalar que la crítica más enérgica a la idea ortodoxa, según la cual la
revaluación y las altas tasas de interés obedecían al déficit fiscal, no provino en realidad
del Gobierno, sino del analista empresarial más influyente, Javier Fernández Rivas, en su
análisis regular de las condiciones económicas. Véase Prospectiva Económica y Financiera,
varios números.
176 A 25 años del Salto Social
17
Véase las opiniones del autor en Ocampo y Gómez (1997). Para el registro histórico,
cabe agregar que, en su carácter de Ministro de Hacienda, el autor expresó en dos ocasiones
a la Junta del Banco de la República (a mediados y finales de 1996, respectivamente), la
opinión de que la banda cambiaria se debía devaluar.
18
Esta preferencia se hizo evidente de dos maneras. En primer lugar, el Banco adoptó dos
decisiones explícitas en la década de los 90 que produjeron una revaluación nominal (el
cambio del sistema de certificados de cambio en octubre de 1990, y la revaluación de la
banda cambiaria en diciembre de 1994) pero, hasta agosto de 1998, ninguna que generara
una devaluación nominal, pese, en este último caso, a las presiones frecuentes sobre el
límite superior de la banda desde 1995. En segundo lugar, las bandas cambiarias siempre se
fijaron con base en la inflación esperada; como las metas de la inflación se cumplieron sólo
en 1997, ello generó presiones hacia la revaluación real, ya que no hicieron correcciones
posteriores de la banda para tener en cuenta este hecho.
19
La inversión extranjera directa, neta de los ingresos por privatizaciones, ascendió al
2,3% del PIB en 1995-1997 (calculado al tipo de cambio de paridad de 1994) frente al
1,2% registrado en 1991-1994.
La política económica durante la administración Samper 177
20
Véase Ocampo (1997).
21
En Sánchez et al. (1995) y Ocampo (1997) presentan un análisis detallado de las
tendencias de las finanzas públicas durante estos años.
La política económica durante la administración Samper 179
profesionales, pagadas tanto por el empleador como por el empleado. Hasta 1993
corresponden a aquellas canceladas por el sector privado al Instituto de Seguros Sociales;
desde entonces, a las contribuciones que pagan tanto el sector público como el sector
privado al sistema de seguridad social.
180 A 25 años del Salto Social
23
Comisión de Racionalización del Gasto y de las Finanzas Públicas (1997); véase
también Ocampo (1997) y Hernández y Gómez (1998). La manifestación más clara de
la rigidez estructural es la relación entre los gastos “obligatorios” (desembolsos dispuestos
legalmente más pagos de interés) y los ingresos del Gobierno Central que, según Hernández
y Gómez, aumentó de menos del 50% a principios de la década al 85% en 1998.
La política económica durante la administración Samper 181
24
Uno de los rasgos más problemáticos del régimen de pensiones militares es que la
base para el cálculo de las pensiones es el salario vigente del personal activo. De esta
manera, el incremento de los salarios reales del personal militar decretado en 1992 (y
aplicado gradualmente, hasta 1997) se tradujo en un rápido aumento del costo global de
las pensiones correspondientes.
25
Véase Ocampo (1997).
182 A 25 años del Salto Social
26
Como los datos que figuran en el Cuadro 4 se refieren a los desembolsos en efectivo,
sobreestiman el incremento de los gastos hasta 1996 y la contracción registrada en los
últimos dos años, especialmente en 1997. Las deudas flotantes que se contabilizaban en
el rezago presupuestal aumentaron del 1,7% del PIB en 1994 al 3,2% en 1996, y luego
se redujeron al 2,6% del PIB en 1997 y al 2,2% programada en 1998. De esta manera,
el incremento de los pagos que se produjo en 1997, medidos como proporción del PIB,
obedeció en gran medida a la reducción del rezago presupuestal.
27
En realidad, aumentaron hasta 1996. De esta manera, las reducciones de los salarios
reales se concentraron en 1997 y 1998. Estar estimaciones se refieren a los salarios básicos
según cálculos de la Dirección General de Presupuesto del Ministerio de Hacienda y
Crédito Público.
28
Medida por causación, la caída se inició igualmente en 1997.
184 A 25 años del Salto Social
29
En Ocampo (1997) se hace un análisis completo de este tema.
La política económica durante la administración Samper 185
30
Véase J.P. Morgan, World Financial Markets, tercer trimestre de 1998, Nueva York, 1º
de julio de 1998.
31
Para 1997, Ocampo (1997) estimó que el bajo crecimiento económico era responsable
por una reducción de más del 1% del PIB en los ingresos tributarios, lo que indica que,
según las definiciones de la OCDE, los déficits “estructurales” eran inferiores a los déficits
operacionales y de caja en esta misma magnitud.
186 A 25 años del Salto Social
32
Véase Comisión de Racionalización del Gasto y de las Finanzas Públicas (1997).
33
Los gastos del Gobierno central por concepto de sueldos y salarios, excluidos los
sectores de defensa y justicia, equivalían a sólo el 0,9% del PIB en 1998. De tal manera,
un recorte apreciable de dichos gastos tenía efectos relativamente pequeños sobre el
gasto total. Por otra parte, el total de erogaciones del sistema nacional de cofinanciación
equivalía al 0,5% del PIB.
34
La DIAN estimó entonces que la evasión del IVA disminuyó del 35,1% en 1994 al
30,3% en 1996.
La política económica durante la administración Samper 187
35
Véanse las comparaciones pertinentes en Departamento Nacional de Planeación
(1998), con base en datos de CEPAL (1997).
36
En Departamento Nacional de Planeación (1998) se presenta un análisis detallado
de los avances alcanzados durante la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo “El Salto
Social”. La mayor parte de datos presentados en este párrafo y en el resto de esta sección
proviene de esta fuente.
188 A 25 años del Salto Social
no se incluyen en el análisis, a fin de facilitar una comparación adecuada con las cifras
internacionales.
38
Véase Departamento Nacional de Planeación (1995).
190 A 25 años del Salto Social
sector público en este sector, debido a las medidas de ajuste fiscal, pese a
lo cual las inversiones totales en infraestructura de transporte siguieron
siendo más elevadas que los registros históricos existentes hasta 1994.
La expansión de la cobertura de los servicios públicos fue uno de los
resultados de las elevadas inversiones en infraestructura (Cuadro 5). Se
reflejó, en particular, el auge en el servicio de telecomunicaciones; la
extensión acelerada de la red de gas; el aumento notable de la genera-
ción termoeléctrica, que redujo la dependencia de los servicios de elec-
tricidad de las condiciones climatológicas (lo que quedó confirmado
durante el fenómeno de “El Niño” que se presentó entre 1997 y 1998),
y los mejores conservación y mantenimiento de la red vial nacional (de
acuerdo con las encuestas realizadas por INVÍAS, el porcentaje de ca-
rreteras nacionales en buenas condiciones aumentó del 37% al 76%).39
Como se señaló al comienzo de este ensayo, uno de los principales
diagnósticos de Plan Nacional de Desarrollo era que la insuficiencia
de capital humano e infraestructura se había convertido en una res-
tricción importante al crecimiento económico de Colombia. Por lo
tanto, los progresos en estas dos áreas representaron un gran avance.
En algunos ámbitos, entre otros en lo que respecta a las condiciones
para realización de inversiones privadas en infraestructura, el país llegó
a ocupar una posición de vanguardia en el nivel regional.
Por lo tanto, las tareas más importantes que se les planteaban a las
autoridades fiscales que sucedieran a la Administración Samper eran:
el diseño de un programa gradual de ajuste que no sacrificara los logros
cuantitativos en estas áreas; el incremento simultáneo de la eficiencia
del gasto social y del gasto en infraestructura, ya que sería práctica-
mente imposible contar con nuevos recursos fiscales para mejorar la
cobertura y la calidad de estos servicios; y seguir estimulando las in-
versiones privadas en infraestructura sin incurrir en riesgos fiscales in-
debidos. La gradualidad del ajuste no era imposible, dado el moderado
coeficiente de endeudamiento público que tenía Colombia a fines de la
R eferencias
Crecimiento real de la
oferta monetaria
M1 4,1 0,2 2,7 -15,4 -1,2 9,9 8,5 6.7 -11,2 -1,7 5,1 -19,1 2/
M2 9,0 8,1 3,6 0,8 -2,0 13,3 11,9 14,2 6,5 0,5 4,1 1,7 2/
M3 10,3 4,0 1,1 -2,0 11,3 13,3 15,2 10,9 0,7 6,9 2,0 2/
Operaciones de mercado
abierto (pasivo a fin de año 1,6 2,3 6,3 6,1 3,9 1,9 0,3 0,7 0,1 0,0 1/
como % del PIB)
vicios no comercializables
Crecimiento de la deman-
4,8 2,4 3,4 2,3 0,1 10,0 12,1 12,0 4,8 1,9 3,9 0,0 1/
da agregada interna
Tasa de ocupación
(% de la población en 45,8 48,2 50,9 52,2 53,5 54,6 55,0 54,6 54,6 52,9 52,5 53,0 2/
edad de trabajar)
Desempleo urbano (% de
la población económica- 9,4 11,1 11,4 10,5 10,2 10,2 8,6 8,9 8,8 11,2 12,4 15,1 2/
mente activa)
1990 1994 1995 1996 1997 1998 1991-1994 1995-1998 1991-1994 1995-1998
Gasto propio 5,2 7,1 7,2 7,4 8,2 6,9 1,9 -0,2 12,1 1,9
Corriente 3,2 4,8 4,8 4,7 5,2 4,8 1,6 0,0 14,9 3,0
Inversión 2,0 2,3 2,4 2,6 3,0 2,0 0,3 -0,3 7,1 -0,3
Transferencias 4,5 6,2 6,7 7,8 7,7 8,3 1,7 2,1 12,0 10,6
Regionales y municipales 3,0 4,3 4,2 5,1 5,1 5,2 1,3 1,0 12,9 8,2
Seguridad social 0,9 1,5 1,8 2,1 2,1 2,2 0,6 0,7 17,7 12,9
Otros 0,6 0,4 0,7 0,6 0,5 0,9 -0,2 0,5 -5,8 24,3
Total excluyendo intereses 9,7 13,3 13,9 15,2 15,9 15,2 3,6 1,9 12,1 6,3
Pago de intereses 1,3 1,4 1,4 2,1 2,3 3,0 0,1 1,7 4,5 26,0
Internos 0,3 0,7 0,9 1,6 1,7 2,2 0,4 1,5 25,7 37,3
Externos 1,0 0,7 0,5 0,5 0,6 0,8 -0,3 0,3 -6,6 8,9
Totales 11,0 147 15,3 17,3 18,2 18,2 3,7 3,6 11,2 8,6
Fuente: Ministerio de Hacienda
La política económica durante la administración Samper 199
200 A 25 años del Salto Social
Rural
Pobreza (%) 72,6 62,5 60,9 49,6
Indigencia (%) 44,4 35,5 35,5 22,8
Servicios públicos
Energía 78,5 86,0 93,8
Agua 73,1 80,0 85,6
Alcantarillado 59,4 63,3 70,8
C. Calidad de la vivienda
Materiales inadecuados 13,8 7,3 7,6
Hacinamiento 19,4 12,8 11,0
Carencia de servicios básicos 21,8 10,4 5,7
Fuente: DNP
La política económica durante la administración Samper 201
Urbano
Pobres (%) 49,1 45,3 42,7
Indigentes (%) 15,3 12,6 11,3
Rural
Pobres (%) 75,9 74,8 77,0
Indigentes (%) 41,0 39,3 38,9
Fuente: DNP
14
12
10
8
6
%
4
2
0
-2
-4
-6
9
3
4
5
6
7
8
9
0
1
2
3
4
5
6
7
8
0
1
2
5
6
7
198
198
198
198
198
198
199
199
199
199
199
197
197
197
197
197
198
198
198
198
199
199
199
Deuda de corto plazo Deuda de largo plazo
Inversión extranjera directa Cuenta corriente
B. Deuda externa
(% de las exportaciones de bienes)
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
75
76
77
78
79
80
81
82
83
95
96
97
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
21
20
19
18
% del PIB
17
16
15
14
13
12
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
Nominal Real
20%
18%
(% del PIB a precios corrientes)
16%
14%
12%
10%
8%
6%
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
Ahorro Inversión
A. % del PIB
16
15
14
(% del PIB)
13
12
11
10
9
90
91
92
93
94
95
96
97
98
19
19
19
19
19
19
19
19
19
Causacion Operaciones efectivas de caja
19
14
(%)
-1
90
91
93
94
96
97
98
9
9
19
19
19
19
19
19
19
19
19
A. Total
18
16
14
12
% del PIB
10
8
6
4
2
0
80
81
82
83
84
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
Excluyendo la seguridad social Total
B. Composición sectorial
18
16
14
12
% del PIB
10
8
6
4
2
0
1
7
198
198
198
198
198
198
198
198
199
199
199
199
199
199
199
199
Fuente: DNP
206 A 25 años del Salto Social
A. Pública y privada
4
% del PIB
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Pública Privada
B. Composición sectorial
4
% del PIB
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente: DNP
Estrategia nacional de competitividad
Gabriel Misas
Consejero económico y de competitividad, agosto de 1996-agosto de 1998
1. A ntecedentes
Tecnología
Una política tecnológica estratégica es requisito para la elevación
de la competitividad de la economía colombiana. De allí que el Co-
mité estuviera orientado a: desarrollar la capacidad de generación,
transferencia y adecuación de tecnologías en el país; crear y consolidar
centros de investigación y desarrollo tecnológico; fortalecer la infraes-
tructura de soporte a la incorporación de esquemas de calidad; analizar
las posibilidades de transferencia que abren las alianzas estratégicas.
La creación y el fortalecimiento de centros sectoriales o regionales de
productividad, desarrollo y servicios tecnológicos, en el marco de es-
trategia nacional de competitividad y de los lineamientos de las políti-
cas sectoriales, fue una forma de promover la adopción, la adaptación,
la transferencia y la difusión de tecnologías de producción, gestión
216 A 25 años del Salto Social
Infraestructura
El Comité Asesor en esta área, con la Secretaría Ejecutiva del De-
partamento Nacional de Planeación, identificó deficiencias en las in-
fraestructuras energética, portuaria, aeroportuaria, vial, fluvial y de te-
lecomunicaciones que afectaban la competitividad, con una visión de
futuro orientada a identificar las bases de la infraestructura del futuro.
El Salto Social
Estrategia de capacitación
La segunda estrategia fue proponer el diseño de un sistema de capa-
citación para el sector industrial, por cuando la baja calidad del recurso
humano se identificó como una de las mayores limitaciones a la mejora
de la competitividad. Un programa de tal naturaleza debía involucrar
en primer término a los empresarios, cuya formación debe contener las
claves para desarrollar las nuevas habilidades requeridas por los dirigen-
tes: capacidad de manejar la complejidad, fuerte relación teórica-prác-
tica, capacidad de adaptación al cambio.
Incluir, en segundo término, al personal técnico de alto nivel (in-
genieros y profesionales), para quienes se debe buscar el logro de un
pleno dominio del nuevo sistema técnico y organizativo; en tercer
lugar, al personal técnico general, para lo cual es necesario culminar
el proceso de cambio en el sistema de formación profesional, que parta
222 A 25 años del Salto Social
Desarrollo de la infraestructura
Es ya un lugar común afirmar que el estado de la infraestructura en
Colombia es el principal obstáculo para el crecimiento económico en
el actual modelo de desarrollo. La apertura económica hizo patente el
mal estado de la infraestructura existente para operar en un marco de
competencia internacional.
Tradicionalmente la infraestructura ha sido considerada elemento
básico necesario para la producción y la comercialización de casi todos
los bienes económicos. Cumple la función de proporcionar los servicios
que hacen posible la acción del capital directamente productivo. Tales
servicios son de utilización tan general y su festividad está tan relacio-
nada con el comportamiento de los demás sectores de la economía,
que no siempre es fácil medir su contribución al desarrollo. Una forma
como tradicionalmente se ha hecho es a través de la evaluación de las
economías externas, que se generan cuando la existencia de infraes-
tructura da lugar a menores costos para los diferentes sectores. Aunque
los historiadores de desarrollo siempre han destacado la relación entre
creación de infraestructura (ferrocarriles, electrificación, carreteras)
y desarrollo de las sociedades, solo en los últimos años la literatura
económica ha publicado buena cantidad de artículos que examinan la
relación entre la acumulación de capital público y la producción o la
productividad en el sector privado y estiman sistemas de ecuaciones
tendientes a evaluar el peso de dicha relación. Las necesidades del nue-
vo modelo de desarrollo, abierto al mercado internacional, pusieron de
presente las limitaciones que una débil infraestructura tiene sobre las
posibilidades de competencia en el mercado mundial.
Estrategia nacional de competitividad 223
El desarrollo regional
Para el desarrollo de esta estrategia, se realizaron los siguientes
acuerdos regionales de competitividad:
primarios que 10 años atrás, con una especialización sectorial con clara
preferencia por productos primario-extractivos. Se identificó la nece-
sidad de políticas sectoriales que representaran un viraje cualitativo
frente a las acciones del pasado reciente: se trataba de definir el tipo de
crecimiento industrial que requiere el país, de hacer explícitas las mo-
dificaciones estructurales requeridas y sus consecuencias en términos
de política y, finalmente, de articular la política sectorial activa con las
políticas generales de impulso a la competitividad a las áreas de desa-
rrollo de capital humano, inversión social, infraestructura y desarrollo
tecnológico.
Los actores
Por el Gobierno participaron principalmente los Ministerios de
Desarrollo, que coordinó; Comercio Exterior, y Trabajo. Por el sector
empresarial participaron los principales gremios en cabeza de Ascol-
tex, por los textileros; Asconfecciones por los confeccionistas; Andi
-Comité Lanero- por el sector de textiles de lana, y Andi por un grupo
de confeccionistas. Igualmente, participaron gremios representativos
de otros eslabones de la cadena, como es el caso de Conalgodón. No
sucedió lo mismo con el caso de los productores de fibras sintéticas.
La representación laboral se logró durante buena parte del Acuerdo,
con participación de los sindicatos de empresa de dos de las textilerías
230 A 25 años del Salto Social
El Acuerdo
Se firmó, finalmente, un Acuerdo de desarrollo del sector, en el cual
cabe destacar, en primer lugar, el compromiso empresarial para el logro
de una mejora sustancial en la productividad en los 10 años siguien-
tes que permitiría reducir la brecha de productividad existente con los
países líderes en la producción de textiles y confecciones en el nivel
mundial. El Gobierno, por su parte, se comprometió a desarrollar una
serie de acciones facilitadoras de la labor empresarial, mediante la de-
finición de políticas de comercio tendientes a rebajar los aranceles de
maquinaria e insumos no producidos en el Grupo Andino; la creación
de líneas de financiación destinadas a promover la capitalización de las
empresas, y la reconversión del sector mediante la financiación a largo
plazo de la compra de tecnologías de punta, ambientalmente limpias.
En el frente de la capacitación del recurso humano, se acordaron
acciones para la formación de personal en diferentes niveles y se de-
finieron los pasos para la puesta en marcha del centro de desarrollo
tecnológico del sector.
al del caso de la cadena de textiles. Firma, por parte del Gobierno, gre-
mios empresariales y sindicatos de trabajadores de una Declaración de
Voluntades en la cual se establecieron los principales aspectos sobre los
cuales versará el Acuerdo. Elaboración de un diagnóstico común, con
base en información primaria y secundaria recopilada y analizada por
el DNP, definición de una matriz de compromisos y negociación de los
mismos. Los temas del acuerdo hacían énfasis en problemas de comer-
cio exterior y competencia desleal y en financiación. Así mismo, en la
necesidad de definir instrumentos para mejorar la competitividad en el
largo plazo, como es el caso del sistema de diseño, de gran importancia
en este sector.
Los actores
El Acuerdo está firmado por cuatro ministros (Minas y Energía, de-
sarrollo Económico, Trabajo y Seguridad, y Comercio Exterior), cuatro
agremiaciones empresariales (Fedemtal, Acolfa, Acopi y Andi) y tres
representantes del sector laboral (CUT, Fetramecol y Utammicol).
Cabe destacar que fue el primer acuerdo efectivamente tripartito. En
efecto, el sector laboral participó en forma activa durante todo el desa-
rrollo del acuerdo y contó con un asesor especializado, escogido por el
sector laboral y financiado por entidades gubernamentales.
El Acuerdo
Pasar de un esquema de peticiones al Gobierno por parte de los
gremios empresariales a un sistema de acuerdos y compromisos basados
en un proyecto de desarrollo sectorial no es una labor fácil, ni rápida.
Uno de los principales compromisos del acuerdo fue la creación del
Centro Virtual de Desarrollo Tecnológico Metalmecánico, de gran im-
portancia tanto por su efecto esperado sobre el desarrollo del sector,
como por ser la primera propuesta de una nueva generación de centros
tecnológicos, cuyos lineamientos fueron definidos en documentos del
Consejo Nacional de Competitividad o del Consejo Nacional de Cien-
cia y Tecnología y acogidos por el sector privado. El compromiso del
gremio de sus empresarios fue importante en materia de aportes y de
dirección, y el del sector laboral en materia de enriquecimiento de los
programas de formación del recurso humano.
Estrategia nacional de competitividad 233
Actores
Visión Estratégica
Sobre la base de las características de la Cadena identificadas en la
síntesis de sus fortalezas y sus debilidades, se definen en esta sección,
cuáles son las perspectivas del sector en el mediano y largo plazos, qué
estructura de cadena se quiere construir hacia el futuro y en cuáles áreas
críticas se requiere la acción de los distintos actores públicos y privados.
Los actores de esta cadena, conscientes de las enormes posibilidades
que el consumo de pollo y de cerdo en los niveles nacional, regional y
mundial, así como de huevos en los niveles local y subregional, al igual
que de las perspectivas halagüeñas en el desarrollo de la genética aviar
y porcina que permitirá, por lo menos mantener los actuales niveles de
productividad física y considerando algunas potencialidades de la pro-
ducción primaria, manifiestan que el Acuerdo pretende alcanzar en el
mediano plazo, sobre la base de las condiciones naturales ya disponibles
y de los saberes adquiridos en las últimas décadas, la construcción de una
Cadena Nacional de Maíz, Sorgo, Yuca, Alimentos Balanceados, Avi-
cultura y Porcicultura, que alcance niveles con potencial competitivo
236 A 25 años del Salto Social
Actores
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Comer-
cio Exterior, Ministerio de Desarrollo Económico, Ministerio de Salud,
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA),
Consejería Económica y de Competitividad de la Presidencia de la Re-
pública, ACOLECHE, ANALAC, Asociación de Procesadores Inde-
pendientes de la Leche, ANDI - Cámara de la industria de Alimentos,
FEDECOLECHE, FEDEGÁN.
Visión Estratégica
La Visión de Futuro del subsector lácteo se construye a través del
diálogo y la concertación, debe ser compartida por los agentes que lo
conforman y el Estado. La cadena de productos lácteos será competitiva
238 A 25 años del Salto Social
Actores
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Comercio
Exterior, Ministerio de Desarrollo Económico, Instituto Interamericano
de Cooperación para la Agricultura (IICA), Consejería Económica y de
Competitividad de la Presidencia de la República, FEDEPALMA, ANDI.
Actores
Los cultivadores de arroz de Colombia, representados por el gerente
de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ); los indus-
triales molineros, representados por los gerentes de la Federación de
Industrias del Arroz (INDUARROZ), y de la Asociación Nacional de
Molineros de Arroz (MOLIARROZ); los productores de semillas cer-
tificadas, representados por el gerente de la Asociación Colombiana
de Productores de Semillas (ACOSEMILLAS); Gobierno Nacional,
representado por los Ministros de Agricultura y Desarrollo Rural, Co-
mercio Exterior, Desarrollo Económico, Hacienda y Crédito Público,
Medio Ambiente, Trabajo y Seguridad Social, Transporte, y la Direc-
tora del Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Visión estratégica
La cadena arrocera posee numerosas fortalezas, basadas principal-
mente en la gran experiencia productiva y empresarial, en la reconoci-
da tradición y la capacidad de investigación y desarrollo tecnológico,
en la calidad del producto, en la existencia de un núcleo importante
de productores e industriales altamente eficientes y dispuestos a con-
tribuir a la modernización de todo el sector, en la disponibilidad de
recursos naturales, y en el alto grado de desarrollo de sus instituciones
gremiales. Así mismo, la cadena dispone de importantes oportunidades
de crecimiento que deben ser aprovechadas, las cuales se basan princi-
palmente en tres fuentes: primero, el sostenimiento e incremento del
consumo interno per cápita, y la recuperación del mercado cedido en
los últimos años a las importaciones. Segundo, las mayores facilidades
de acceso derivadas de la Ronda de Uruguay y de los cambios estruc-
turales en la producción arrocera mundial. Y tercero, la posibilidad
de desarrollar producciones para sustituir en el mercado interno otras
fuentes calóricas en la alimentación animal.
Esta conjunción de fortalezas y oportunidades permite prever que
el crecimiento de la producción arrocera de Colombia se orientará
240 A 25 años del Salto Social
R eferencias
Yolanda Pinto
Secretaria General del Instituto Nacional de Vías (INVIAS), 1994-1998
Otoniel Fernández
Secretario General Técnico del INVIAS, 1994-1998
Francisco Daza
Funcionario del INVIAS durante el gobierno de Samper
1200000
1000000
Millones de pesos 2004
800000
600000
400000
200000
0
1995 - 1998 1999 - 2002 2003 - 2006
Períodos
Ejecutado
Por otra parte, para enfrentar uno de los problemas más críticos,
se seleccionaron y priorizaron 10 problemas para su estudio y para su
enfrentamiento institucional, mediante planes estratégicos de acción:
Transporte e Infraestructura 245
R eferencias
El control interno
O rganización administrativa
La lucha anticorrupción
1
Hasta ese momento además se preveía: Será requisito indispensable para la legalización de
los contratos de que trata el artículo anterior la publicación en el Diario Único de Contratación
Pública, requisito que se entenderá cumplido con la presentación del recibo de pago por parte
del contratista o de la parte obligada contractualmente para tal efecto. (Ley 190).
266 A 25 años del Salto Social
Un mundo cambiante
Este réspice similia, que implica mirar a los semejantes (en este caso
al Sur), quedará inscrito como uno de los legados de mayor peso y sig-
nificación del gobierno de Ernesto Samper Pizano.
Bibliografía
1
Son un grupo extenso de plantas dentro de las que se encuentran las vasculares, que
contienen vasos internos para conducir el agua y los nutrientes, así como las plantas que
producen semillas.
La primera agenda gubernamental por el medio ambiente... 285