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MONICIÓN INICIAL.
Hoy es uno de esos días que está muy metido en nuestra Iglesia. No
siempre tenemos la oportunidad de acompañar al Señor Eucaristía,
por las mismas calles por las que nosotros caminamos. El Corpus
Christi, fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor, es para nosotros un
motivo que nos invita a creer y cuidar la presencia de Cristo en el pan
y en el vino.
MONICION A LA LITURGIA DE LA PALABRA.
Las lecturas que vamos a escuchar en este día nos hablan del poder,
de la acción de Dios a través de los siglos. Dios nunca nos abandona.
Además, el participar en la Eucaristía es entrar en comunión con Dios,
con Cristo en el Espíritu. Que veamos y vivamos la Eucaristía como
una fuente de paz, de fuerza, de vida y de entrega.
MONICION A LA SECUENCIA.
La secuencia, en la liturgia católica, es un himno rimado que, como
indica su nombre latino, sigue al Aleluya previo al Evangelio. Su
origen se conoce a partir del siglo noveno IX, y alcanzó gran difusión
en la Edad Media. La secuencia Lauda Sion, poesía admirable en que
Santo Tomás de Aquino sintetizó toda la teología y toda la mística de
la Eucaristía, esta se debe cantar durante la Solemnidad de Corpus
Christi, inmediatamente antes del aleluya y el santo evangelio.
queridos Hermanos: escuchemos ahora este himno a la Eucaristía,
que, escribió Santo Tomás de Aquino, en el que nos describe con la
profundidad de su sabiduría espiritual este gran misterio; Nos
ponemos en pie.
MISA XII DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y
SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
PALABRA DE DIOS.
Salmo 109
R/ Tú eres sacerdote eterno, según el rito de
Melquisedec.
PALABRA DE DIOS.
SECUENCIA
Canta, oh Sion, con voz solemne al que a redimirte viene, a tu
Rey, y a tu Pastor, Alaba cuanto se puede, que a toda alabanza
excede, toda es poca en su loor. De alabanza sin medida, el pan
vivo y que da vida, alto objeto es hoy doquier.
Que al colegio de los Doce, nuestra Iglesia reconoce, dado en la
postrera cena. Al cantar lleno y sonoro, con transporte, con
decoro, acompañe el corazón. Pues la fiesta hoy se repite, que
recuerda del convite, la primera institución.
Nueva Pascua es la ley nueva, el Rey nuevo al mundo lleva, y a
la antigua pone fin. Luz sucede a noche oscura, la verdad a la
figura, el nuevo al viejo festín. Lo que practicó en la cena,
repetirlo Cristo ordena, en memoria de su amor. Y en holocausto
divino consagramos pan y vino, al ejemplo del Señor.
Siendo dogma, el fiel no duda que en sangre el vino se muda y
la hostia en carne divina. Lo que ni ves ni comprendes con fe
valiente defiendes por ser preternatural. Bajo especies diferentes
sólo signos y accidentes, gran portento oculto está.
¡Pan del Ángel, pan divino, nutre al hombre peregrino; ¡pan de
hijos, don tan fino, no a los perros se ha de echar! Por figuras
anunciado, en Isaac es inmolado, maná del cielo bajado, Cordero
sobre el altar, ¡Buen pastor, Jesús clemente! tu manjar de gracia
fuente, nos proteja y apaciente, y en la alta región viviente,
haznos ver tu gloria, ¡oh Dios!
Tú, que lo sabes y puedes, y que al mortal lo sostienes; por
comensales perennes, al festín de eternos bienes con tus Santos,
llámanos.
¡Amén –Aleluya
Del Santo Evangelio de
Nuestro Señor Jesucristo
según San Lucas
9, 11b‑17