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Moral, Kropotkin, y el Dilema del Prisionero dentro del proceso de toma de Decisiones

Consideraciones Preliminares:

Si bien el objeto del presente análisis está sujeto a una serie de pautas que invitan a relacionar
los postulados de algunos autores puntuales con el proceso de toma de decisiones a nivel
individual o colectivo, es necesario remarcar que la amplitud de la premisa inicial permite
abarcarlo desde una diversidad enfoques posibles. De todos ellos, procederé a realizar un breve
abordaje al pensamiento de Piotr A. Kropotkin reflejado en el folleto “La moral anarquista”1 (La
morale anarchiste”, 1891), para luego contraponer su idea de moral con la defensa hacia el
existencialismo practicada por Jean-Paul Sartre en la transcripción taquigráfica de una de sus
conferencias, titulada “El existencialismo es un humanismo” (“L´Existencialisme est un
humanisme”,1946)2. Por último, y a modo de disparador para interrelacionar lo extraído de
ambos autores con el dilema del prisionero, me valdré de un fragmento de la película El
Caballero Oscuro (The Dark Knight; Nolan, Christopher, 2008).

La moral y el pensamiento desde una mirada transversal de los autores Kropotkin y Sartre
Kropotkin inicia el texto analizando la historia del pensamiento humano, como una cuestión
oscilante, que depende del avance de la crítica como herramienta para combatir el
conservadurísmo de aquellas figuras –gobernantes, magistrados y religiosos- en las que reconoce
como productoras del letargo al que el hombre se encuentra sometido. Es así como destaca que el
espíritu de investigación, productor de nuevas ciencias, discurre entre diversos períodos de
expansión y adormecimiento, evitando así hacer foco en cuestionar a la moral establecida, que
parece erigirse como el modo de conducta adecuado para encontrarse dentro de lo aceptado por
la sociedad. De allí que el autor se pregunta porqué determinada moral ha de ser obligatoria (pág.
16 op. Cit.), y responde que no es posible entenderlo en tanto sea creído como un privilegio
exclusivo de la naturaleza humana, por ello procura comprenderlo desde el razonamiento, desde
la crítica al paradigma imperante, para luego pasar establecer cuál es la causa generadora de los
actos humanos. Así es como se desprende que todos ellos derivan del impulso por la búsqueda
del placer, o como contracara, de evitar el dolor. Ante esto procede preguntarse, como lo hace

1
Kropotkin, Piotr, La morale anarchiste, 1981 ( La moral anarquista, Editorial Anarres, Colección Utopía Libertaria,
2008, 1ª Ed. - Buenos Aires, Recopilado por Mintz, Frank)
2
Sartre, Jean- Paul, L´ Existencialisme est un humanisme (El existencialismo es un humanismo, 1ª Edicion, 6ª
reimpresión, Barcelona, 2010, Trad. Praci de Fernandez, Victoria.
Kropotkin, si todos estos actos son indiferentes, y es aquí donde se ve su formación en el campo
biológico, donde tras analizar las distintas conductas del reino animal concluye que:
“La idea del bien y del mal no tiene así nada que ver con la religión o la misteriosa
conciencia; es una necesidad de las especies animales. Y cuando los fundadores de
religiones, los filósofos y los moralistas, nos hablan de entidades divinas y metafísicas,
no hacen más que recordarnos lo que las hormigas, los pájaros, practican en sus pequeñas
colectividades: ¿Es útil a la colonia? Luego es bueno. ¿Es nocivo? Entonces es malo.Esta
idea puede hallarse muy restringida entre los animales inferiores o muy desarrollada entre
los más avanzados; pero su esencia es siempre la misma.”3

Es en esta identificación de aquella idea del “bien”, traducido en conductas tendientes a la


búsqueda del placer lo que permite determinarlas como útiles a la sociedad, en la medida en que
sean tendientes a sostener, mantener o mejorar su conservación; y considerando disvalioso o
malo aquellas conductas que sean nocivas o perjudiciales para la sociedad en su conjunto.
Aquí es donde considero prudente acercar las ideas de Jean-Paul Sartre, quién desde una
corriente ateo existencialista, manifiesta que ante la no existencia de un Dios creador, esto no
atentaría contra el postulado fundamental del existencialismo (la existencia precede a la esencia),
sino que justamente busca poner en el centro de la escena al Hombre, haciendo recaer “sobre él
la responsabilidad total de su existencia”4 . Ahora bien, ante esta afirmación, Sartre se encarga de
afirmar que el hombre5 es responsable de todos los Hombres6, ante tal afirmación resulta difícil
aceptar tamaña responsabilidad de autodefinirse, y al mismo tiempo, de definir a la especie,
motivo por el cuál me atrevo a disentir parcialmente con el autor cuando menciona que “elegir
ser esto o aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de lo que elegimos, porque nunca
podemos elegir el mal; lo que elegimos es siempre el bien y nada puede ser bueno para nosotros
sin serlo para todos”. Considero que tal aseveración, sin atenuantes, implica dar por sentado que
cualquier elección que el hombre tome es buena per se, cuando me parecería más razonable
enfocar la cuestión hacia la posibilidad de tomar decisiones, ya que en definitiva, sobre ellas

3
Kropotkin, Piotr, La morale anarchiste, 1981 ( La moral anarquista, Editorial Anarres, Colección Utopía Libertaria,
2008, 1ª Ed. - Buenos Aires, Recopilado por Mintz, Frank) Pag. 28.
4
Sartre, Jean- Paul, L´ Existencialisme est un humanisme (El existencialismo es un humanismo, 1ª Edicion, 6ª
reimpresión, Barcelona, 2010, Trad. Praci de Fernandez, Victoria. Pag. 33.
5
y 6 N.de A.: Con la alternancia en el uso de la mayúscula distingo entre hombre como individuo y Hombre como
especie.
recaerá la atribución del valor, que como luego bien expresa Sartre en el desarrollo de su texto,
dicha tarea recaerá una vez más sobre los hombros del Hombre.
Me valgo nuevamente de las palabras de Kropotkin, ya necesariamente adentrándonos en su
concepción de la Anarquía fundada en el principio de tratar a los demás como uno pretende ser
tratado, por lo que se pregunta “…¿Y cómo puede uno llegar a creerse anarquista sin ponerlo en
práctica?...¿Con qué derecho, en efecto, pediríamos que se nos tratase de cierta manera,
reservándonos tratar a los demás de un modo completamente opuesto…” (1891, 36). Ante esta
afirmación, es necesario referirnos a la historia personal del autor, quién abandona
voluntariamente las comodidades y privilegios del buen pasar económico familiar para tomar
contacto con las miserias e injusticias que se producían en la sociedad, afrontando persecuciones
y hasta la cárcel por ser fiel a sus ideas. De ello, sigue
“Nuestro sencillo concepto de igualdad se subleva a esta sola idea. La igualdad en las
relaciones mutuas, y la solidaridad que de ella resulta necesariamente: he ahí el arma más
poderosa del mundo animal en su lucha por la existencia. Y la igualdad es la equidad.
Llamándonos anarquistas declaramos por adelantado que renunciamos a tratar a los
demás como nosotros no quisiéramos ser tratados por ellos; que no tolerarnos más la
desigualdad, lo cual permitiría a alguno de entre nosotros ejercitar la violencia o la
astucia o la habilidad del modo que nos desagradaría a nosotros mismos. Pero la igualdad
en todo -sinónimo de equidad- es la anarquía misma.” (1981, 36)

La mejor forma de sostener estos argumentos esgrimidos es con el propio acto, a continuación
transcribo un párrafo del texto Contra los jueces. El discurso anarquista en sede judicial, en
donde D´Auria deja expuesto con claridad como Kropotkin, durante su defensa “…Se compara
moralmente con sus jueces y sostiene que ninguno está por encima de su rectitud de conciencia
para juzgarlo. Tanto en su discurso como en el intercambio de palabras con el presidente del
tribunal, Kropotkin dice que él tiene más autoridad moral para juzgar a sus jueces que éstos a él.
Sin embargo, concluye diciendo que la mayor rectitud de conciencia es la de quienes no juzgan a
los otros por sus opiniones (lo que lo incluye a él mismo tanto como a sus compañeros
anarquistas procesados, ya que el juicio no se refiere a comportamientos sino a opiniones).Los
jueces que los juzgan, en este caso, se salen del derecho y se arrogan un juicio moral; Kropotkin
muestra que los que salen perdidosos en un juicio de tal tenor (moral) son los propios jueces; y
salen perdidoso.” (2009, 29).

Consideracion Final:
A modo de cierre, y siguiendo el desarrollo planteado ab initio, entiendo importante poder
establecer un punto de contacto entre lo anteriormente expuesto y la Teoría de los Juegos, o más
puntualmente en el Dilema del Prisionero, donde los jugadores deben enfrentar intereses
encontrados, debiendo decidir entre adoptar una estrategia cooperativa, aprovechando el
beneficio que de ella se produciría para el conjunto(situación que les permitiría salir antes de
prisión en caso de no confesar ambos); y de otra forma, optar por una elección egoísta que traería
mayor beneficio individual( traicionar al otro confesando esperando que el otro no confiese, para
liberarse).
Es a raíz de la película The Dark Knight (Nolan, Christopher, 2008) donde surge una iteración
del Dilema del Prisionero Clásico, donde el personaje antagónico conocido como The Joker (el
Guasón) sitúa dos Ferries con explosivos, uno repleto de ciudadanos de Gotham, y el otro
transportando criminales y les proporciona un detonador de la bomba situada en la embarcación
contraria, dándoles un límite de tiempo antes de que exploten ambos barcos. En el primer barco,
optan por votar, obteniendo como resultado hacer explotar el otro barco. En el bando contrario,
el director de la prisión decide no hacerlo explotar. El dilema se plantea respecto a las reglas
morales, donde se debe decidir si confiar o no en el otro, y precisamente eso es lo que advierten
en el primer Ferrie, al faltar escasos minutos para terminarse el plazo y comprender que aún
siendo criminales (y mas allá de cualquier prejuicio que puedan haber establecido al respecto),
ellos no habían tomado su decisión, entendiendo que rápidamente podrían haber hecho explotar
su barco, por lo que deciden dejar pasar el tiempo. Lo interesante aquí es ver como el rol de la
información y el debido intercambio de ella puede influir al momento de tomar una decisión, y
sobre como el mayor beneficio de ambos grupos, es a través de la cooperación, o en términos de
Kropotkin, de la ayuda mutua.
Bibliografia:

 Kropotkin, Piotr, La morale anarchiste, 1981 ( La moral anarquista, Editorial Anarres,


Colección Utopía Libertaria, 2008, 1ª Ed. - Buenos Aires, Recopilado por Mintz, Frank)
 Sartre, Jean- Paul, L´ Existencialisme est un humanisme (El existencialismo es un
humanismo, 1ª Edicion, 6ª reimpresión, Barcelona, 2010, Trad. Praci de Fernandez,
Victoria.
 D’Auria, Aníbal, Contra los jueces. El discurso anarquista en sede judicial.- Editorial
Anarres, 2009. 1a ed. - Buenos Aires.
 D’Auria, Aníbal El anarquismo frente al derecho : Lecturas sobre Propiedad, Familia,
Estado y Justicia - 1a ed. - BuenosAires : Libros de Anarres, 2007.
 El Caballero Oscuro (The Dark Knight; Nolan, Christopher, 2008).
 Presh Talwalkar, Game Theory in The Dark Knight: The opening escene. Mind your
decisions. 2008.(http://mindyourdecisions.com/blog/2008/08/19/game-theory-in-the-
dark-knight-a-critical-review-of-the-opening-scene-spoilers/#.Uo9uN9LuK_4)
20/11/2013.

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