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Universidad de Cuenca

Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Historia 5

Crítica al movimiento moderno

Integrantes:
Paula Maldonado
Byron Peñaloza
Willam Salinas

21 de octubre de 2019
La adaptación y las limitaciones del orden: el elemento convencional
No hay leyes fijas en la arquitectura, sin embargo, el arquitecto debe ser capaz de decidir lo
que se toca y lo que no, lo que se hace, como y donde.
El aspecto de la complejidad y contradicción son resultado del medio más que del programa
del edificio. Ambas deben estar interrelacionadas. Las contradicciones pueden nacer de una
irregularidad excepcional, lo cual modifica el orden, así la relación entre irregularidad y
orden adapta al orden las excepciones circunstanciales. Levantando un orden y luego
destruyéndolo, pero por voluntad propia.
Mies se refiere a la necesidad de “crear un orden de la extrema confusión de nuestra época”.
Pero Khan ha dicho “por orden no quiero decir regularidad”.
Dos justificaciones para destruir el orden: el reconocimiento de la variedad y la confusión.
Cuando las circunstancias retan el orden, el orden debería doblarse, ya que las anomalías dan
validez a la arquitectura. Un edificio sin ninguna parte “imperfecta” puede no tener ninguna
parte perfecta. Una discordancia ingeniosa da vitalidad a la arquitectura. Se puede permitir
contingencias, pero no pueden prevalecer por todas partes, el orden debe existir antes de que
pueda romperse. “no hay ninguna obra de arte sin un sistema” decía Le Corbusier. Por
ejemplo, Le Corbusier en la Villa Savoye adapta las irregularidades excepcionales y
circunstanciales a un método y por el contrario Aalto crea el orden de las irregularidades,
aunque su orden no se capta fácilmente a primera vista, implica conexiones similares entre
el orden y lo circunstancial, como puede verse en el centro cultural de Wolfsburg.
El orden original de un edificio debe ser fuerte, pues la introducción de un elemento extraño
pone en duda todo el efecto de algunos edificios modernos. El arquitecto debería usar las
convenciones y hacerlas más vivas, es decir de manera no convencional, ni en masa o
estandarizados.
La principal justificación para elementos de mala reputación en el orden arquitectónico es su
existencia real. Estos elementos comunes se adaptan a las necesidades existentes de variedad
y comunicación, y la banalidad y el desorden serán el contexto de nuestra nueva arquitectura.
La arquitectura es tanto evolutiva como revolucionaria, y debe reconocer lo que es y debe
ser, lo inmediato y lo especulativo.
Los arquitectos en el pasado, tendieron a ignorar o rechazar los desarrollos de la tecnología,
desconectándola de la arquitectura. El arquitecto debe aceptar los métodos y elementos que
están ya a su disposición. El problema de los arquitectos del siglo XIX fue que ignoraron la
revolución técnica, y actualmente hoy su experiencia se limita más a la organización del
conjunto que a las técnicas de sus componentes.
El trabajo principal del arquitecto es la organización del conjunto con elementos
convencionales y la responsabilidad de introducir elementos nuevos cuando los antiguos ya
no funcionan, es por eso que la tecnología ha evolucionado, se podría decir que simplemente
es la forma de solucionar más cómoda o más rápida, los elementos nuevos están más a
disposición que los antiguos.
La Psicología de la Gestalt (Forma), mantiene que el contexto contribuye al significado, por
lo tanto, un cambio en el contexto causa un cambio en el significado. El arquitecto mediante
organizaciones crea contextos que dan significado dentro de un conjunto.
Los arquitectos modernos han utilizado elementos convencionales de manera limitada, si no
lo han rechazado totalmente por antiguos, lo han aceptado como un símbolo del orden
industrial progresivo, el arquitecto puede presentar innovaciones personales modernas
llevado de la mano con elementos antiguos, llevando a concluir que se podría simbolizar
ordenes de tiempos plasmados en la arquitectura, es decir que lo antiguo puede contar una
historia plasmada en una estructura.
En la arquitectura moderna se plasmó mucho el vocabulario industrial, de este modo se
conoció la estandarización y se fomentó la estética de la máquina, una máquina que ya no
simplemente se la veía como un objeto, sino que ya se la veía como algo estético que debía
ocupar un espacio en un lugar propiamente diseñado, un claro ejemplo fue Walter Gropius.
Los pintores Pop, dan un significado poco corriente a los elementos corrientes cambiando su
contexto o aumentando su escala, “Teniendo en cuenta la relatividad del significado y la
relatividad de la percepción.” El espacio y escala puede provocar variedad y vitalidad fortuita
de una ciudad, ya que el cómo se perciba dependerá de la mano del arquitecto por ende nos
provocará comodidad o incomodidad. Es decir, se busca compartir un significado oculto
dentro otro, todo dependerá de la percepción de los individuos que lo vean.
Una deducción del Pop Art se refiere a los métodos urbanísticos que buscan los arquitectos
modernos, el tratar de ocultar el paisaje convencional por su vulgaridad o banalidad,
promueve métodos para encubrir el paisaje existente para excluirlos del nuevo paisaje
urbanístico, pero fracasa porque no se puede ocultar la raíz de una historia existente en pie.
Al modificar o añadir elementos convencionales a otros elementos convencionales fijos,
mediante un cambio del contexto, pueden conseguir un efecto a través de un mínimo de
medios. Pueden hacernos ver las mismas cosas de una manera diferente.
Finalmente, la estandarización, como la convención, puede ser otra manifestación del orden
fuerte. Pero al revés de la convención, ha sido aceptada en la arquitectura moderna como un
producto que enriquece nuestra tecnología, aunque se la teme por su dominación potencial y
su brutalidad. La combinación de la estandarización con la irracionalidad, de manera que la
estandarización no es ya la que manda, sino la que sirve.
Bibliografía
Venturi, R. (1962) Complejidad y contradicción en la arquitectura: Capítulo 6, s.l, s.e

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