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1. Aspectos generales
Los paradigmas pueden ser definidos como “un conjunto de creencias, actitudes y
visiones del mundo compartidas por un grupo de investigadores, y que implica,
específicamente, una metodología determinada en la práctica de la investigación”
(Rodríguez, 2003, p. 23). Estos permiten generar una aproximación a la realidad social
y al objeto de estudio, mediante visiones, concepciones y modos de interpretar la realidad
que permitan su interpretación teórica y uso de metodologías.
Cabe resaltar que todo paradigma se define a partir de ciertos fundamentos ontológicos,
epistemológicos y sobre las orientaciones metodológicas, las cuales proporcionan una
definición más clara sobre lo que supone la investigación educativa.
Cuadro N. 1.
Fundamentos o dimensiones del paradigma de investigación
Plantea que la realidad social Refiere a la adquisición Corresponde a los métodos por
es algo externo e interno a los de conocimiento. emplear, así como de los
sujetos, ya sea por Relación Sujeto-Objeto o principios y procedimientos que
imposición desde afuera o Sujeto-Sujeto de guían el proceso de investigación
por consenso intersubjetivo investigación. hacia la búsqueda del
conocimiento.
Para el caso del paradigma positivista, surge dentro de un contexto social caracterizado
por grandes cambios en las estructuras sociales, económicas, políticas y tecnológicas del
siglo XVIII. Durante ese periodo histórico, la ciencia moderna en su corriente fáctico-
natural (física, química, biología), logra desarrollar todo un proceso sistematizado,
estandarizado e institucionalizado en sus procedimientos para lograr el conocimiento
científico y objetivo.
A partir del desarrollo de las ciencias fácticas, surgen otras ciencias encargadas de realizar
un análisis de los hechos y fenómenos sociales, donde se pone énfasis en la reflexión y
en la consolidación de una ciencia de lo social (Sociología, historia, psicología). Esto
permite plantear las bases para la consolidación de la investigación social, en donde la
“verdad radicaría en la correspondencia entre lo que el sujeto conoce y la realidad que
descubre, hecho solo posible con la intervención del método de la ciencia” (Rodríguez,
2003, p. 26).
En este sentido el positivismo se viene a caracterizar durante finales del siglo XIX y
principios del siglo XX como aquel paradigma que está en funnción de la ciencia llamada
objetiva. Planteado esto, el investigador mantiene una posición distante respecto a su
objeto de estudio, de modo que logre interpretar la realidad con el objetivo de describir
las leyes que la rigen. Por otro lado, en términos epistemológicos, el sujeto cognoscente
puede acceder a la realidad mediante al uso de sus sentidos y por medio de la razón que
medio o mecanismo para el entendimiento.
Dado los avances en los procesos de investigación social, surge oros pensadores de las
ciencias sociales que permiten darle su consolidación y calificativo de ciencia moderna.
Algunos de ellos son Dilthey en la filosofía, Rickert y Weber en la sociología. Estos
autores se cuestionan el papel del positivismo y plantean el paradigma naturalista como
aquel que pone énfasis en que los objetos que la ciencia pone a conocer no son externos
al hombre, sino que están inmersos en nosotros mismos.
Es así como surge lo que ellos llaman la ciencia interpretativa, como aquella que parte
de la comprensión de la realidad social. Para el caso del sociológico alemán Max Weber,
la ciencia se debe encaminar hacia la creación de “tipos ideales”, estos, a su vez, son
interpretaciones del mundo, modelos teóricos presentes en el mundo psíquico. Cabe
resaltar que para este científico social la comprensión consiste en “entender las acciones
humanas mediante la captación o aprehensión subjetiva, empática, de los motivos y los
propósitos de los actores” (Rodríguez, 2003, p. 27).
Dado los cambios en el modo de interpretar la realidad social, surge durante el siglo XX
un nuevo paradigma influenciado por las corrientes de pensamiento marxista. Este fue el
caso del paradigma socio-crítico, el cual, mantiene una posición crítica respecto a los dos
paradigmas anteriores y postula la investigación acción participativa como un elemento
primordial de la investigación social. Es por esto que en este paradigma se hace énfasis
en aspectos como acción, praxis emancipadora y transformación de la realidad social. El
mismo responde a una máxima planteada por Karla Marx en su tesis XI sobre Feuerbach:
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo
que se trata es de transformarlo” (Marx citado en Antillón, 2014, p. 1).
Para efectos de comprensión la dimensión ontológica del paradigma crítico social plantea
que la realidad es construida a partir de la praxis, que significa una acción constante en el
mundo mediante la experiencia vivida. Esto abre paso a que el conocimiento (dimensión
epistemológica) sea visto como u proceso en constante compresión y acción crítica sobre
la realidad social, poniendo énfasis en la investigación a partir de la puesta en práctica de
los valores y subjetividades del todo investigador e investigadora (relación sujeto-sujeto).
Es así como el conocimiento se genera de manera colectiva mediante la participación
conjunta, es una praxis transformativa, donde el uso de poner mayor énfasis al papel que
juega los actores en el proceso de investigación.