DOLOR Y ÉXTASIS.

YOGI BHAJAN 13 DE JULIO DEL 2000, ESPAÑOLA NEW MÉXICO USA.

Entramos al cielo a través de la puerta de la muerte y debemos pagar derecho de espacio, el problema
es que tu no quieres hacerlo. Esta negación a pagar es la causa del dolor en todas sus formas. Conquista
el dolor a través de tu poder para lograr las cosas, confiando en que hay luz del sol después de la
tempestad. Míralo como un proceso por el cual estas yendo a través. Cuando no te cierras a la maya y
al dolor, desciendes de las alturas para renovarte, nutrirte a ti mismo y florecer otra vez, y así
experimentar la Infinidad mientras asciendes de nuevo. Lenta y gradualmente la psique te eleva a las
alturas y estás en éxtasis. El dolor es un vehículo para lograr esto. El dolor, al igual que el éxtasis, es
una parte muy poderosa de la vida.

Amor es expansión y miedo es contracción. Ambas fuerzas crean barreras.

El Amor en su expresión finita es un callejón sin salida (maya), el mundo. El Amor debe mezclarse con
la infinidad antes de que puedas alcanzar el éxtasis.

Como aprendiz de este proceso, te ofreces a tí mismo en rendición para recibir el Toque del Maestro.
Te paras en las raíces del árbol cómo un pequeño oso, que se levanta para alcanzar el tronco y trepa a la
rama más alta para agarrar el enjambre de abejas y sin percatarse de las picaduras de las abejas, intenta
obtener la miel. Bebe la miel, se satisface y desciende a la tierra bajando por las ramas que amortiguan
su caída. Después de estirarse y haberse alimentado, el pequeño oso recuerda el sabor de la miel y la
sensación del logro. Una y otra vez trepa el árbol de nuevo alcanzando su logro en éxtasis sin
importarle nada más.

La vida es una mentira sí no te logras a tí mismo para tí mismo. Esa es tu miel, tu dulzura. Debes lograr
esa infinidad, en donde tu identidad sea tal “no-identídad", que se fusione en Todo. Una vez que seas
eso, entonces podrás bendecír a todos. Serás honrado y vivirás una felicidad absoluta, sin limites, sin
confinamiento, sin territorio, sin demandas, sin peticiones.

En este proceso provocas, ofreces, te rindes, logras y desciendes. Provoca, por que todo es
provocación, ya sea para controlar o recibir. Ofrece, por que debes decidir cómo ofrecerte o pre-
sentarte a tí mismo. Ríndete, por que cuando te rindes tu ser trabajador se vuelve cero: “Shuníya”. La
rendición es el más alto poder para ganar todo lo que tu quieres ganar. Logra, por que una vez que
tengas el sentido del logro y digas: '¡Dios Mío! ", si conviertes ese "¡Dios Mío! ' en '¡Alma mía!", ya
habrás encontrado a Dios. Tienes un alma, realízala. Cuando encuentras tu alma para ti mismo, estas
completo. Desciende, por que como una pala excavadora, podrás descender e ir a la tierra sucia y
moverla hacía arriba. Este descenso es el más alto estado de la mente y el espíritu.

Cuando la Era de Acuario venga y las personas te busquen, no tendrás tiempo más que de tocarlos y
decirles: “Bendito seas"' , y así balancear su psique entera y su ser. Ese toque creará un estado de: "Ad
Sach, Yugaad Sach, He Bíí Sach, Nanak Hosíí Bíí Sach”, Verdad en el principio, Verdad a través del
tiempo, Verdad ahora, y por siempre Verdad. Esto debe prevalecer a través de un toque. Este mantra te
dará el poder del Toque del Maestro.
No existe poder o magia en este planeta que lo pueda detener. Tiene tal permutación, combinación,
proyección y poder; que trae el “Prakírtí” entero, la existencia, hacia el ser del “Purkha” la divinidad.
Servirás a la creación de Dios, verás a Dios en todos, en tí mismo y en cada faceta de la vida.

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 MEDITACIÓN
Triangulo del conocimiento
Siéntate derecho con las piernas cruzadas. Coloca la punta el dedo índice derecho sobre la punta del
dedo índice izquierdo, la palma derecha viendo hacia abajo, la izquierda hacia arriba y sosteniendo el
resto de los dedos con los pulgares. Alza las manos a la altura del centro del corazón, con los codos
relajados hacia abajo. Ojos viendo la punta de la nariz. Siéntate cómo la más grande encarnación de
Buda, s¿ un santo, concéntrate.
Desde el punto del ombligo canta el mantra: "Ad Sach Yugaad Sach He Bii Sack Nanak Hosii Bii
Sach".
Entona tus oídos internos para que el golpe del martillo en el oído interno, active tu cerebro a fin de
analizar el sonido mientras lo escuchas. Continúa por 2 horas y media.
Relájate.

El mudra permite que la energía infinita venga. Cantar este mantra estimula el paladar su- períor con la
punta de la lengua, entonando el tálamo y el hipotálamo. El enfocarse en la punta de la nariz causa que
el lóbulo frontal, que controla la personalidad, se convierta en plomo. En algún punto el dolor se
volverá tan insoportable que no lo podrás tolerar.

Después se rompe y es entonces cuando has encontrado lo que estabas buscando, y esto será para
siempre. Nadie te lo podrá quitar. De cualquier otra manera serás un yo-yo, una boya: ahora ves, ahora
no ves, ahora amas, ahora no amas, ahora escuchas, ahora no escuchas. Para echar raíces, deberás
abrirte a ti mismo.

Fuente: “Meditaciones para el Nuevo Milenio”. Julio a septiembre del 2000.

Nam Publishers.

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