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Universidad pedagógica y tecnológica de Colombia

Liliana ginteh Alfonso


Escuela keynesiana
Cadenas de valor

Qué es?

En una cadena de valor, los eslabones consisten en las distintas actividades que la
empresa u organización deben llevar a cabo para lograr producir y vender un bien
o servicio. Los eslabones parten desde la obtención de la materia prima, pasando
por las actividades de diseño, fabricación, distribución y otras hasta llegar a la venta
del producto final.
El término global se refiere a que las etapas de la cadena de valor no se realizan
en un solo país o localidad geográfica sino que se reparten en distintos países para
luego completar el producto final en una sola localidad. Así por ejemplo, un
ordenador se fabrica en Alemania pero el 80% de sus partes y piezas son de origen
chino, mientras que algunos de los programas informáticos necesarios para su
funcionamiento se fabricaron en Estados Unidos.
Con respecto al término valor, este se refiere a que en cada eslabón de la cadena
de producción se genera un valor añadido de modo que el producto final es más
valioso que la suma de sus componentes o insumos. Cuando existe valor añadido
en un producto, los consumidores estarán dispuestos a pagar más por él que por el
conjunto de sus partes.

Ahora en Colombia Es más que evidente que la industria manufacturera ha venido


perdiendo terreno frente a la industria de la mayoría de socios comerciales e incluso
frente a otros sectores de la economía nacional. Estos hechos han levantado las
alertas de muchos agentes públicos y privados, alrededor de las causas que han
conducido a esta realidad.

“La lógica de los mercados internacionales ha cambiado radicalmente. Por un lado


están las grandes potencias de consumo y, por el otro, los grandes sistemas de
producción de manufacturas y servicios, que tienen a su disposición una muy amplia
y heterogénea oferta de centros de producción a todo lo largo y ancho del planeta.
Todos estos centros de producción cuentan con características muy diversas,
algunos con ventajas de talento humano, otros con ventajas de ubicación, otros con
sistemas tributarios que incentivan la actividad económicas, otros con ecosistemas
altamente innovadores, o con infraestructura y estabilidad jurídica que genera
confianza a las organizaciones internacionales. Los productores, entonces,
incluyendo a las multinacionales colombianas, toman sus decisiones de inversión
y producción basados en un modelo de optimización, que cuenta como marco con
los acuerdos comerciales generales o bilaterales que permiten acceder a los
mercados sin barreras”. (Imelda Restrepo)
Este ha sido en realidad uno de los grandes determinantes de la creación de las
Cadenas Globales de Valor. El reto para los países como Colombia, que todavía no
son parte de esos ecosistemas productivos, es insertarse en los mismos. Hay que
resolver todos los obstáculos y fallas de mercado que afectan la competitividad,
pero sobre todo hay que diseñar e implementar una estrategia que conduzca a que
los grandes grupos productivos del mundo consideren que tiene sentido insertar
facilidades productivas locales en esos grandes flujos mundiales.

El mundo hoy permite construir los distintos componentes de un producto en los


sitios que mejores condiciones ofrecen para cada uno de ellos, ensamblarlos en otro
lugar y llevarlos a los centros de consumo en cuestión de horas. Algunos
componentes, por ejemplo, pueden ser más intensivos en mano de obra o en
tecnología, y se puede escoger el mejor lugar para cada pieza, logrando una versión
óptima de producción. Los mercados y las tendencias de los mismos, en algunos
casos determinadas por la tecnología, la atención de necesidades básicas como
alimentación y educación, y cada vez más por la sostenibilidad, serán en gran
medida las fuerzas que determinarán el futuro de lo que consumirá la humanidad
en los próximos años.

A diferencia del período de sustitución de importaciones, donde se hablaba de


políticas sectoriales ya fueran industrial, agropecuaria o de servicios-, como simples
complementos a las políticas generales y planes del gobierno, en la actualidad una
estrategia de industrialización es el centro de la política pública y privada. Suponer
que el sector productivo solo responde adecuadamente a la teoría del “laissez faire,
laissez passer” es un gran error, hecho que está demostrado, no solo en
Latinoamérica, todos los países que han logrado importantes niveles de desarrollo
industrial lo han hecho acompañados de decididas políticas de industrialización,
innovación, soporte comercial, financiación y defensa de prácticas de comercio
desleales.
El análisis de otros sectores y de otros países demuestra la eficacia de las políticas
públicas en el apoyo a sectores estratégicos de las economías. Unos buenos
ejemplos son el sector de hidrocarburos, de la construcción o de la infraestructura
en Colombia y los sectores industriales o agroindustriales en países de la Unión
Europea, el Lejano Oriente o incluso países más cercanos a nosotros como México,
Brasil o Perú. Sin duda, la forma de pensar una política cuyo eje sea la empresa y
el crecimiento económico, tiene que ser una política de competitividad que incluya
aspectos como la investigación, la innovación y la tecnología. También, son
aspectos centrales de esta estrategia temas como los servicios de infraestructura y
logística, capital humano, mercado de capitales, certidumbre jurídica,
fortalecimiento institucional y,por supuesto,
la política comercial.

Se necesita que tanto el sector público como el sector privado tengan como proyecto
de país el desarrollo de empresas competitivas y sostenibles; se necesita así, un
entorno productivo favorable, lo que implica capital humano calificado,
infraestructura adecuada, mercado de capitales desarrollado, instituciones
eficientes y transparentes y un ambiente favorable para la innovación gracias a la
ciencia y la tecnología. Se necesitan, también, unas políticas sectoriales activas y
concertadas cuyo objetivo sea la competitividad delas empresas.

Otra característica de estas políticas es que son de mediano y largo plazo. Esto
quiere decir que no pueden cambiar con cada nuevo período presidencial. Esto no
significa que la política no tenga variaciones. Por el contrario, debe actualizarse y
revisarse de acuerdo con los avances logrados y sujeto ala evolución de la
economía local, regional, nacional y mundial.

Por otro lado Keynes desde esa perspectiva incrementaría el gasto del Estado. El
Estado gastaría lo que no gastan los agentes privados, porque él cree que el
problema es una demanda que no llega a todo lo que somos capaces de producir.
El problema son los trabajadores parados, las máquinas paradas, la importante
cantidad de recursos disponibles y sin uso que se acumulan durante una crisis.
Cuando el Estado gaste, por ejemplo, en obras públicas, pagará a las empresas
adjudicatarias de las obras y éstas a los obreros, a sus proveedores, a quienes les
han prestado dinero.
Así, los trabajadores tendrán dinero en el bolsillo para gastar, de forma que se
incrementará la demanda de las empresas a las que adquieran los bienes y
servicios esos trabajadores. Esas empresas funcionarán a mayor rendimiento y se
creará empleo. Como cada consumidor gasta una proporción de lo que dispone,
incrementa el gasto de los demás, porque su gasto será renta para otro. Ese otro
consumirá también una parte de lo que le pagan. No es un proceso sin fin, porque
con cada fase solamente se gasta una parte (la otra se ahorra), de forma que los
incrementos adicionales son cada vez más pequeños, pero el gasto se multiplica.
De lo que se trata es que el Estado, gastando sin retirar dinero del bolsillo de los
consumidores, endeudándose, conseguirá levantar la demanda. Esa mayor
demanda será la que conseguirá poner en marcha algunos de los recursos no
empleados, como trabajadores en paro o máquinas paradas.

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