Está en la página 1de 6

ALGDGADU

RESP LOG “HUMBERTO A. CAMEJO ARIAS Nº 251”


Or de Ciudad Bolívar, Edo. Bolívar Jurisdiccionada a la Gran
Logia de la República de Venezuela

SFU LIF

ORIGENES DE LA MASONERIA

Ciudad Bolívar, Mes de Agosto del 2017


ORIGENES DE LA MASONERIA
Antes de dar inicio al presente tema debo hacer la acotación que nadie
conoce con exactitud los verdaderos orígenes de la masonería, porque la
misma está llena de especulaciones y sobre la cual se ha escrito infinidades de
títulos desde la aparición de esta Sociedad secreta.

Quisiera de manera humilde aportar una serie de datos relevantes y en


algunos casos inéditos, debo mencionar que, han sido publicadas obras con
diferentes ópticas sobre nuestra institución y de lo que es la masonería en sí
misma.

En Suiza por los años cincuenta los más grandes maestros del Arte Real
al analizar la presente tendencia por su simbología, forma y fondo concluyeron
que la masonería, era considerada una filosofía iniciaciatica y espiritual.
Metafóricamente, en una cuartilla de un libro japonés del siglo XII,
encontramos la siguiente reflexión; “el pez vive muy feliz bajo el agua, y el
pájaro muy feliz en el bosque”; sin embargo, es necesario ser pez o pájaro para
entender qué se siente. Igual sucede con la masonería; porque resulta
complicado, y resbaladizo, transmitir el mundo iniciático. Por eso que sin caer
en el sincretismos, puede decirse que la masonería espiritual y el esoterismo
cristiano dicen y hablan el mismo idioma, sólo que de manera distinta.

Por ejemplo todos nos consideramos católicos practicantes y masones


desde el punto de vista filosófico, porque en sus premisas encontramos o
compartimos las siguientes pautas fundamentales:

1. La de creer en la existencia de un Ser Supremo llamado el Gran


Arquitecto del Universo, algo que cada cual entiende y considere según
su evocación.

2. De que trabajamos con un libro sagrado que, en nuestro caso, es la


Biblia, igual que nuestros hermanos árabes lo hacen con el Corán o los
judíos con la Torah.

3. La de poseer nuestros símbolos como el Triángulo, el Compás, la


Escuadra y la Acacia etc.

Podemos decir que los orígenes de la masonería son oscuros y Para


intentar explicarlos, parto de dos premisas, como lo son la Masonería
Operativa y la Masonería Especulativa. Por un lado nos encontramos con la
masonería operativa, la cual estaba representada por un gremio de canteros
que, sobre todo, construían catedrales góticas.

Se trataba de un gremio muy cerrado por los conocimientos que


manejaban para el levantamiento de catedrales y por los códigos de
comunicación que empleaban sus miembros.
Hay que pensar que la construcción de una catedral era una labor larga
que abarcaba varias generaciones. Los canteros vivían en las posadas de los
pueblos, y en las horas de descanso se reunían en una choza de donde
proviene el término logia para intercambiar impresiones o comer. Con el
devenir de los tiempos, estas construcciones góticas proporcionaron algún tipo
de conocimiento iniciático. En este punto encontramos que, la masonería
intenta hacer evolucionar a la especie humana para que retome la forma que
fue.

Las religiones hacen lo mismo, salvo con una diferencia. La religión


utiliza la virtud de la fe para llenar las grandes dudas que queden o puedan
quedan por resolver. En cambio la masonería llega hasta un punto donde no
existen explicaciones y nos da su apreciación, y de esta manera intenta hacer
evolucionar a la especie humana en sus reuniones, con el fin de que podamos
entender mejor la figura del gran arquitecto del universo.

Entre los años 1050 y 1350, y al calor del fervor religioso de las
Cruzadas, se construyeron alrededor de mil edificaciones en Francia, entre las
cuales destacan unas noventa catedrales. La masonería o gremio masónico,
creció; permaneciendo cerrado en sí mismo, se llamaban entre sí hermanos y
no dejaban entrar a nadie ajeno. Hubo un momento en el que se dejaron de
construir catedrales, y el gremio empezó a decaer. Es así como llegamos al
verdadero origen de la masonería, fuera de cualquier especulación.

Muchos versados en la materia masónica, como Diego Santiago Río


Asesor del Gran Maestro de la Gran Logia de Bilbao España, en su obra La
Verdadera Historia de los Masones el 27 de Febrero de 2006, sostienen que
Newton fue el padre de la masonería especulativa, igualmente el economista
ingles Lord Keynes quien llamaba a Newton un esoterista y el último de los
magos que veía en la naturaleza el templo del gran arquitecto.

Pues bien, Newton, a través de otros miembros de la Royal Society,


pensó en asumir la organización de las logias que quedaban y que se
remontaban a los canteros (masonería operativa). Cuatro de estas logias se
unieron el día de San Juan de 1717 en la Gran Logia de Inglaterra. Esta
sociedad comenzó a trabajar con cierto éxito.

El papa Clemente XII, quien por motivos de temporalidad o transición y


no por motivación de Fe o de Religión, prohibió la masonería mediante una
bula. Excomulgada y hereje, la propaganda fue tal que se expandió por los
cuatro vientos. Debo decir, por cierto, que ya no estamos excolmulgados,
gracias a Juan XXIII.

Encontramos que la institución sirvió de motivación para integrar los


restos de las sociedades iniciáticas que había por Europa como templarios,
alquimistas, espiritistas, magos, etc. Todos ellos aportaron sus conocimientos,
que quedaron reflejados en los rituales. Posteriormente ingresó la nobleza y
científicos.
Los problemas llegaron cuando entraron los empresarios, quienes
deseaban utilizar la institución para sus fines. Ahí empezó su desvirtuación.

Desde los inicios de la masonería especulativa encontramos que los


requisitos para ser masón son muy sencillos: en primer lugar, ser mayor de
edad, ser libre y de buenas costumbres, además tener ciertos conocimientos
intelectuales para entender el mundo complicado que encierra.

Por otra parte las diferencias entre los masones y las religiones son
abismales. Desde el punto de vista masónico la Logia es considerada como la
célula madre de la masonería, donde se reúnen los hermanos maestros para
trabajar. Donde la obediencia del país correspondiente la reconoce, la logia
tiene autonomía propia y las divergencias entre logias pueden ser grandes en
cuanto a los conocimientos, algo que no sucede.

En cambio, la Iglesia, aplica la normativa a dos mil millones de personas


que la conforma para hacerla homogénea para que a todos se les apliquen las
mismas normas, algo que no sucede en la masonería. Hay logias cuya forma
de trabajo y conocimiento avanza mucho, mientras que en otras no sucede así.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo y dónde se inició la masonería. La


tradición afirma que la antigua masonería se inició en Egipto, entre los
maestros y arquitectos que dirigían la construcción de las grandes Pirámides.

Otros ubican sus orígenes en Israel, en la época en que los judíos


construían el Templo de Salomón, dado el recurrente simbolismo alusivo en las
logias actuales. El primer indicio de su existencia, sin embargo, aparece en el
siglo XIII, cuando grupo de albañiles, que constituyeron gremios que llegaron a
monopolizar la construcción y para conservar los secretos y las técnicas del
gótico instituyeron los tres grados: aprendiz, compañero y maestro e
implantaron ceremonias de iniciación y de fidelidad.

Se ha planteado de manera recurrente que el origen de la masonería


está dirigido su inicio a la construcción del Templo de Salomón por Hiram de
Tiro, primer masón quien constituiría el símbolo mítico de la masonería, tal
afirmación figura en el rito de iniciación de los tres primeros grados, es aquí
donde queda demostrada de manera general la unanimidad en señalar el
concreto origen histórico de la masonería.

Cabe mencionar que La primera constitución moderna reguladora de la


masonería especulativa es la redactada por el pastor presbiteriano inglés
James Anderson, quien la elabora en 1723.

En estos textos encontramos que los mismos se refieren a la historia


legendaria de la orden y del arte masónico los llamados deberes, en la
existencia de un reglamento para las logias y los cantos para los tres grados
iniciales.
Pero la parte más importante es la relativa a los “deberes”, en la que
establece como pilar fundamental la creencia en el “Gran Arquitecto del
Universo.

Debemos señalar la existencia de un cisma en la masonería, dicho


cisma ocurrió según el ilustre masón Robert Amadou, el afirma que es hacia
año 1860 cuando el Gran Oriente de Francia, la mayor organización masónica
después de la inglesa, se desvía de la iniciación a la política partidista, al
servicio de una filosofía materialista y atea.

Ello se plasma, jurídicamente hablando, en 1877 cuando la Asamblea


General de esa obediencia francesa, siendo Gran Maestre Fréderic Desmons,
suprime de sus constituciones la fórmula del Gran Arquitecto del Universo,
siendo por ello “excomulgado” por la Gran Logia Unida de Inglaterra, al igual
que el resto de obediencias que le siguieron en ese paso.

Esas obediencias constituyen la llamada masonería “irregular” dando


lugar en muchos países a una duplicidad de obediencias. Desde entonces, casi
toda la masonería francesa, española, italiana y belga integra la mencionada
masonería irregular o liberal.

No podemos olvidar de mencionar la existencia de una Federación


Internacional de Logias Femeninas y Mixtas: de igual manera existen otras
múltiples organizaciones, de carácter sectario muchas de ellas y de contenido
ocultista, en el límite de la masonería. Otras organizaciones, como el Club de
los Leones o los Rotarios, de finalidad filantrópica y humanitaria, ellas adoptan
algunas características próximas en ciertos aspectos a la masonería. Incluso
algunos de sus miembros mantienen la doble pertenencia; pero conceptual e
históricamente se trata de organizaciones netamente diferenciadas.

Para finalizar y a manera de complementar información al tema en


cuestión, surge la interrogante ¿Qué significa la palabra masón? Allí
encontramos que según Eduardo R. Callaey sostiene que para el siglo VIII, ya
era conocida la palabra latina Machionis, palabra que fue descrita por San
Isidoro de Sevilla en su obra etimología.

El vocablo masón tiene su origen en la alta Edad Media, en tiempos


anteriores al Imperio de Carlomagno. Según San Isidoro de Sevilla se
denominaban machionis (albañiles) a los trabajadores de la construcción, a
causa de las machinas (andamios) que utilizaban para alcanzar la altura de las
paredes.

De este vocablo machio derivan los términos Macón (francés), Mason


(inglés), Masón (español), Maurer (alemán) y Muratore (italiano). Por lo tanto,
su actual utilización se remonta al siglo VIII, aunque es frecuente encontrar en
antiguos textos monásticos el concepto latino Magíster Caementarius para
definir al maestro albañil.
En determinado momento, éstos trabajadores recibieron ciertas
franquicias y privilegios constituyéndose en gremios o corporaciones llamados
a menudo guildas que gozaban de libertades especiales, entre ellas la de
moverse libremente a lo largo de Europa.

Es por esa razón que los masones se convirtieron en francmasones al


anteponer la palabra libre a la de albañil (freemasons, freimaurer,
francomuratori etc.).

Sin embargo, en la actualidad, se utiliza indistintamente cualquiera de


los dos vocablos (masón, francmasón) para identificar a quienes pertenecen a
la Masonería.

MM YSMAEL DE JESUS MAURERA BEJARANO

También podría gustarte