Está en la página 1de 1

ASI HABLA QUETZALCOATL...

SABIDURIA AZTECA.-
Limpia tu mente y todo se limpiará

Le decían:

¿Cómo sabremos qué nos enseña el atardecer, y cómo nos enseña la mañana y cómo
nos trae conocimientos cualquier circunstancia?

Y él así contestaba:

Cada cosa fuera de ti es un espejo donde te miras. Si la nube de la angustia llena el


horizonte de tu corazón, verás una nube de angustia en cada corazón. Si la calma
viene a sentarse en medio de tu pecho, verás que cada uno también lleva sentada la
calma en su pecho. Si tu cabeza es la guarida donde se esconden pensamientos de
odio, de rencor o de envidia, cuando camines por las calles y las plazas de la vida sólo
verás pasar por ellas al Odio, y sentado en las bancas al Rencor, y en cada esquina a
la Envidia.

Y dirás:

¡Desearía volar más allá de esta ciudad porque está contaminada y quisiera salir de
esta casa, para sentir el campo limpio y su Pureza!

Y yo te digo:

Limpia tu mente y todo se limpiará. Limpia tu corazón y todo se limpiará. Limpia tu


cuerpo y todo estará limpio. Ignorante es aquel que, viendo lo de fuera sucio, no se da
cuenta de su suciedad y dice: Me adentraré en mi corazón para limpiar mi templo,
porque el altar de mi semejante está sucio y su luz atenuada. Ignorantes son aquellos
que pretenden limpiar su templo en el templo de los demás, y todos los días y todas
las noches de su existencia piensan que el mal está fuera de ellos y no en su corazón.

Mira los centzontles y mira los jilgueros y mira el cocoztli, ¿quién podría decirles: tu
canto no es armónico?

Mira los sauces, y los ocotes, y los ahuehuetes ¿quién podría decirles: tu crecimiento
no es armónico? ¿Cómo entonces, podría decirse esto del hombre?

¡Cuánto aprendería un espíritu crítico si supiera que se está criticando en voz alta a sí
mismo, cuando critica a alguien! Cada cosa tiene su lugar, y cada uno tiene su
camino. Sólo aquel que no lo conoce sigue los caminos de otros, hasta que al fin,
encuentra el suyo.

¡Bendito el día en que lo encuentra, porque ese día ha nacido de nuevo! Sólo a partir
de ese momento le dirán algo los atardeceres, le dirán algo las mañanas, y le hablarán
las flores. Empezará a caminar con la Naturaleza, y su lengua será como la de los
pajarillos, sus manos serán como ríos, y sus ojos serán la Vida que mira a la vida.

del Libro: "Así hablaba Quetzacóatl"


— con Mauricio Luevano.

También podría gustarte