Evaluacion Semana 6

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EMPRENDIMIENTO EN LATINOAMERICA

“El factor más importante de los emprendedores en Latinoamérica es su resiliencia


y su paciencia. La buena noticia es que está llegando más capital a la región y los
gobiernos están haciendo bien el trabajo”,
Los estudios buscan encontrar una salida permanente a una gran deficiencia
marcada en Latinoamérica, la falta de innovación, una región a la que se considera
una zona con muchas empresas y poca innovación.
El perfil de las personas que deciden poner en marcha su propio proyecto
empresarial en Latinoamérica sobre todo a universitarios con talento y creatividad,
entre principales virtudes se destaca la ambición por escalar alto, pero con los pies
en alto. Para ser emprendedor es necesario tener algunas características entre las
cuales está el ser creativo, flexible, dinámico y tener empuje, además de muchos
otros que varían dependiendo de los resultados que se busquen, pero en cuanto al
emprendimiento existe un trabajo en equipo, el mismo que debe ser exitoso.
El emprendimiento es un proceso que con el transcurso del tiempo, ha venido
causando en Latinoamérica un impacto positivo en la creación de empresas,
fenómenos que coadyuvan a la generación de empleo, mejorando su eficiencia en
la productividad y logran un nivel de competitividad en mercados nacionales o
internacionales.
Aunque el consumidor latinoamericano es cada vez más exigente, se distingue por
su empeño en ejercer un papel activo en la transformación de las empresas. Ello es
un elemento a favor, en un escenario, en el cual también conspiran
beneficiosamente la heterogeneidad de las diferentes regiones y la voluntad de los
gobiernos para impulsar el espíritu emprendedor entre sus conciudadanos.
Sin dudas, en los últimos años el sector público latinoamericano comenzó a jugar
un papel clave en la promoción del emprendimiento y la innovación, probablemente
alentado por el respaldo progresivo de muchas corporaciones que concientizaron la
necesidad de contar con las autoridades como aliados para expandirse por el área.
La velocidad que marcan los nuevos tiempos, bajo el influjo de los progresos de las
tecnologías de la información y la comunicación, obligo a muchos empresarios a
reconsiderar la idea de innovar por separado y esto alentó a una nueva modalidad
de innovación abierta, esto trajo consigo la búsqueda de nuevas maneras de hacer
las cosas, bajo nuevas reglas, nuevas estructuras, estrategias adaptadas y más
flexibles.
Las desventajas en Latinoamérica están emparentadas con un desempeño poco
satisfactorio en el pago de impuestos (126), el registro de propiedades (118) y la
apertura de empresas (116). Pero también con el hecho de que para cumplir con
las obligaciones tributarias establecidas por ley se deben efectuar, en promedio, 28
pagos al año, para lo que se requieren alrededor de 332 horas.
Pese a los obstáculos, algunos organismos reconocen a países como México,
Colombia, Chile y Argentina, porque están promulgando nuevas leyes para
estimular la creación de startups o empresas emergentes. Entre ellas, ayudas
financieras, exención de impuestos, programas de mentoring y lanzamiento de
nuevos espacios de coworking.
La apuesta clara desde los gobiernos gira por lo general en torno al desarrollo de
las tecnologías de la información, turismo, movilidad, energía, salud y agricultura.
Estas son las industrias que más oportunidades presentan en términos de
innovación, al mismo tiempo que crecen los proyectos orientados a proseguir
impulsando la transformación de las ciudades.
Las empresas latinoamericanas introducen productos nuevos a un ritmo menor que
las empresas de otras regiones en desarrollo. Países como Ecuador, Jamaica,
México y Venezuela introducen o desarrollan productos nuevos a un ritmo que es
menos de la mitad que en países como Tailandia o Macedonia.
Quizás por eso de la tradición, en Latinoamérica existe una fuerte cultura de miedo
al fracaso y de aversión al riesgo, pero las cosas están cambiando y los
emprendedores apuestan cada vez más por poner en marcha sus propios proyectos
pensando en global.
La mejor noticia es que con esta corriente cobró rango natural ver a mujeres
agricultoras, operadoras de maquinarias, empresarias, científicas, ingenieras,
médicas o desempeñando otros tipos de trabajos que en el pasado eran
considerados cosas de hombres. De tal suerte, pareciera que van quedando atrás
las visiones jerárquicas asociadas al machismo y a la discriminación hacia el género
femenino. En la actualidad, la actividad de ellas tiene un impacto positivo en la
economía centroamericana, sobre todo en el ámbito de los negocios, la agricultura
y la industria. Aunque muchas todavía subsisten con escasos salarios como
empleadas domésticas, vendedoras de mercados o cuidadoras de niños y adultos
mayores, muchas veces sin remuneración en efectivo.

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