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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE CHIAPAS

IUDECH
PLANTEL LA CONCORDIA

MATERIA:
DEONTOLOGIA DEL TRABAJO SOCIAL

CATEDRATICO:
LIC. ANA ISABEL GUZMAN VELASCO

ALUMNA:
REBECA SEAS LARA
EMANUEL PEREZ GONZALEZ

CUATRIMESTRE
OCTAVO

TEMA:

CUESTIONES ETICAS EN EL TRABAJO SOCIAL

LA CONCORDIA, CHIAPAS; A 09 DE FEBRERO DEL 2020


INTRODUCCIÓN

Nos encontramos en una época de densidad ética debido a que las normas
éticas se están convirtiendo en el referente en sociedades avanzadas. La
ética como indicativo para la acción: cuestiones que apelando a las leyes
se resuelven mal y encuentran una mejor solución si se encauzan desde la
ética a causa de la conciencia, de modo que se sitúan por encima de la ley,
en un rasgo de coraje y futuro, al reformular normas para el beneficio de
los demás, para mejorar.
Es el bien consensuado, dialogado entre todos, ya que el bien y las normas
son dinámicos y cambiantes. El poder de la ética asumido por todos se
encuentra representado en la Deontología como teoría del deber aplicado a
una profesión.

El carácter, como manera de ser, se va forjando con la ayuda de la ética, y


ayuda a tomar decisiones buenas y prudentes basadas en la libertad y
responsabilidad, decisiones aceptadas por todos como grupo que reconoce
su originalidad frente a la sociedad y ofrece a ésta un conjunto de buenas
prácticas como objetivo del bien de la actividad perseguida.

Estas buenas prácticas son el resultado de un método común que refleja el


carácter de la profesión y beneficia finalmente a la sociedad, al usuario, en
la calidad del servicio prestado,
.
El discurso de la calidad tan presente en la actualidad en nuestro ámbito
pertenece igualmente al terreno ético, en cuanto hace referencia a la
actitud con que se ejecutan las funciones encomendadas por la sociedad a
una profesión a la que cabe exigir determinados comportamientos, y a nivel
organizacional, la eficacia y efectividad se asientan sobre un carácter o
integridad que deriva del trabajo y la comunicación como medio para
obtener el bien común.
CUESTIONES ETICAS EN EL TRABAJO SOCIAL

Cualquier intervención profesional, sea de la disciplina que sea requiere


acciones y actuaciones éticas. Profesiones como la del trabajo social que
persigue objetivos de mejora en la calidad y bienestar de las personas, no está
exento de ello.

Desde sus inicios el trabajo social y sus precursores nos han hablado de
los principios éticos que lo sustentaban, de la asepsia y neutralidad que debían
tener las intervenciones profesionales, de la autodeterminación de los usuarios,
del respeto a su intimidad, de la confidencialidad y el secreto profesional, de lo
objetivo y subjetivo, de lo universal y particular, de lo operativo e inoperante y
en definitiva de la ayuda eficaz y efectiva.

Si realizamos una mirada retrospectiva a esos inicios y un pasado no tan


lejano, vemos como los valores y los principios más universales de las
relaciones humanas (respeto, aceptación, libertad, justicia, igualdad,
solidaridad, etc.) junto con la lógica y el sentido común, eran los referentes que
con mayor vehemencia marcaban gran parte de las acciones profesionales e
incluso las personales.

El trabajo social ha estado inmerso siempre en las referidas normas, principios,


valores y criterios para poder diferenciar así lo prescrito, lo permitido, lo
preferible y deseable de la acción profesional.

3.1. TOMA DE DECISIONES

El código deontológico ayuda al trabajador/a social a decidir qué es lo


mejor y más adecuado en una situación dada, de acuerdo con los
valores socialmente aceptados. Pero en la práctica deontológica profesional no
sólo se han de tener en cuenta dichos valores sino también las normas sociales
que regulan las relaciones humanas en el contexto donde se actúa.
El trabajo social acepta una serie de principios, normas y criterios que
inicialmente todos los profesionales comparten. Estas normas y criterios sirven
de referente para distinguir entre lo permitido, prescrito, preferible o deseable a
nivel profesional. Sería lo que constituye los valores y la cultura profesional.

El trabajo social, al tomar como valor central el respeto a la persona en


su dignidad y libertad, defiende también la aceptación y la autodeterminación
como principios inherentes al ejercicio profesional, buscando en sus acciones
la neutralidad, la actitud no judicial y evitar actuaciones esterotipadas. Como
consecuencia, la particularidad, singularización e individualización se
consideran también principios básicos de la actuación profesional.

El Código Deontológico de la profesión de Trabajo Social, actualmente


vigente, desarrolla en primer lugar el principio general de la profesión, similar a
los establecidos en la Declaración Internacional de Principios Éticos realizada
desde la Federación Internacional de Trabajadores Sociales. Al hilo de estos
principios, se establecen de forma más exhaustiva las relaciones y modos de
actuación que han de tener los profesionales con los usuarios y en las
entidades y organizaciones donde presten sus servicios los trabajadores
sociales.

Concreta además aspectos específicos de la práctica profesional y de


las relaciones con los colegas trabajadores sociales y/ó otros profesionales, así
como las obligaciones de los trabajadores sociales en relación con la
organización colegial.

3.2. LO ÉTICO, LO TÉCNICO Y LO LEGAL:

La ley no nos dice lo que debemos hacer, sino lo que podemos hacer. La
misma ley refleja ciertos valores y normas de la sociedad.

La mayoría de decisiones en el trabajo social implican una interacción


compleja de aspectos éticos, políticos, técnicos y legales, todos
interconectados. Nuestros principios éticos o valores determinarán nuestra
interpretación de la ley.

· Cuestiones éticas: Impregnan la labor del trabajo social, incluyendo lo


que parecen ser problemas legales o técnicos.

· Problemas éticos: Surgen cuando el trabajador social ve que la


situación implica una decisión moral difícil, por ejemplo, cuando debe rechazar
la solicitud de una persona muy necesitada porque esta persona no cumple
totalmente los requisitos.

· Dilemas éticos: se producen cuando el trabajador social afronta una


elección entre dos alternativas igualmente inadecuada que puede implicar un
conflicto de principios morales y no está claro que la elección será la correcta.

3.3 CUESTIONES ETICAS

· Cuestiones sobre derechos individuales y bienestar. Existe un


conflicto entre el fomento del bienestar del usuario y los derechos del usuario a
tomar sus propias decisiones.

· Cuestiones sobre el bienestar público. Éste es un caso para decidir


si el interés público prevalece sobre el interés privado. Ejemplo: dejar en
libertad a un ladrón para su propia re-habilitación o mantenerlo preso para la
seguridad de la ciudadanía.

· Cuestiones sobre la desigualdad y la opresión estructural. El


trabajo social es una actividad muy compleja, con muchos niveles de
obligaciones y responsabilidades (por ejemplo, hacia la propia integridad moral,
hacia el usuario, hacia la institución y hacia la sociedad). Éstas entran a
menudo en conflicto y deben ser equilibradas entre si. Dependiendo de la
persona ésta puede llevar a cabo un trabajo social u otro en los servicios
sociales.
3.4. EL TRABAJO SOCIAL COMO UNA PROFESIÓN DE SERVICIOS
HUMANOS.

El trabajo social se puede observar como una profesión de servicios


humanos. Tiene un conocimiento y una experiencia especial y debe ser objeto
de confianza por parte del usuario para que actúe a favor de sus intereses.

Trabajador Social ------------ Usuario

Relación de confianza

Algunos comentan que el trabajo social es una “semiprofesión” porque


dependen de médicos y abogados. El trabajo social también funciona como
parte del estado del bienestar, aunque este último es muchas veces
contradictorio.

3.5. TRABAJO SOCIAL Y ESTADO DEL BIENESTAR

Estado de Bienestar, Servicios sociales incluyen: Educación, salud,


seguridad Social, vivienda, servicios públicos, policía, ejercito, construcción de
carreteras etc.
Éstos son servicios públicos que benefician a la comunidad entera.
En el estado del bienestar está dentro de un estado capitalista y entre ellos hay
contradicciones:

Capitalismo:
· aumentar riqueza
· Individualismo
· Competitividad en el mercado

Ideales del Estado Del Bienestar:


· Justicia social e igualdad
· Compartir y redistribución de la riqueza
· Erradicación de la pobreza

El Estado Del Bienestar Se ve también como un instrumento represivo


del control social, porque individualiza los problemas y los distingue entre los
que merecen o no ser beneficiarios.
El Trabajo Social Contribuye a la expresión del altruismo de la sociedad
(asistencia) y al refuerzo de las normas sociales (control), respalda los
derechos individuales de la misma forma que protege el bien colectivo.

3.6. VALORES INCOMPATIBLES

Los valores, evidentemente pueden chocar, razón por la cual las culturas
son, a veces incompatibles. La incompatibilidad puede darse entre culturas,
entre grupos de una misma cultura o entre individuos. A pesar de discutir
nuestros puntos de vista y de intentar encontrar un entendimiento común, éste
puede no ser compatible con los fines que cada uno persigue y a los que,
considera, haber consagrado su vida. Los valores pueden chocar incluso
dentro de un mismo individuo; y eso no significa que unos sean verdaderos y
otros falsos. La justicia implacable es para algunas personas un valor absoluto,
pero puede no ser compatible con lo que pueden ser valores no menos
fundamentales para ellas, como por ejemplo, la clemencia y el perdón, en
ciertos casos concretos.
CONCLUSION

Aun teniendo una serie de principios éticos comunes, un código


deontológico aprobado por la comunidad de expertos sociales, en la práctica, el
trabajo social y sus profesionales nos desarrollamos entre un conflicto
importante de valores.

La contradicción entre las creencias personales, determinados aspectos


del código deontológico y los propios valores y principios de las
administraciones y organizaciones para las que trabajamos, propician
situaciones de malestar profesional.

A nivel operativo, en la práctica del día a día., se cuestionan muchas


veces la validez ética de las intervenciones, sobre todo cuando éstas entran en
contradicción con los criterios, referentes éticos y las valoraciones personales
de los usuarios y de las entidades e instituciones desde las que trabajamos.

El reto pasa por el inconformismo ante una administración social


burocratizada e informatizada hasta tal punto, que pone una pantalla entre el
usuario y el trabajador/a social y se preocupa más de los números que de los
nombres, de las caras, de las miradas y de los sentimientos de las personas.

Si los trabajadores sociales nos desenvolvemos en un modelo de trabajo


en el que prima la burocracia, se transformarán en profesionales defensivos y
adaptativos que siguen únicamente normas de la institución sin reflexionar ni
cuestionarse. Así nunca tendrán dilemas en consensuar lo que piensan con lo
que sienten, dicen y hacen. Si por el contrario, se cuestionan la validez ética de
sus intervenciones profesionales se convertirá en profesionales reflexivos y
transformadores.

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