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La voz de Laura Restrepo es suave, pero suena con firmeza en un recinto poblado de

miradas atentas.

Sus palabras reflejan convicción, la misma que plasma con su magistral pluma en sus
novelas. Algunas de ellas, retratos descarnados de la violencia, la discriminación e
incluso el pecado.

La escritora bogotana de 70 años, residente en Barcelona aterrizó en Barranquilla


para participar de uno de los encuentros culturales más importantes del Caribe: el
Carnaval Internacional de las Artes, que este año alcanza su decimocuarta edición.

En una conversación con el periodista y escritor Carlos Polo habló sobre la realidad y
la ficción en su narrativa, desentrañando su obra rica en elementos distópicos, pero
con personajes que, en sus palabras, no pierden la alegría ni la dignidad.

En su más reciente obra, la novela de ficción Los divinos, la escritora colombiana


desnuda uno de los casos más aterradores de los últimos tiempos en un país en el que
la violencia está naturalizada entre sus gentes: el asesinato de Yuliana Samboní, la
niña de siete años asesinada por Rafael Uribe Noguera, un arquitecto de la alta
sociedad bogotana.

“Ese es un caso que te estremece y despierta una rabia muy profunda porque todas las
mujeres hemos vivido la discriminación y la violencia machista en sociedades como la
nuestra y las de todo el mundo, porque la violencia machista no es patrimonio
latinoamericano. En ese momento estaba trabajando en otra novela que llevaba muy
adelantada, pero después de ese caso tan terrible no pude pensar en otra cosa. Tenía
una herida profunda”, manifestó.

Restrepo no quiso ahondar en los detalles periodísticos sobre la tragedia que


estremeció al país, pero sí en los simbolísmos detrás de ella.

“Fue más fácil para mí crear el mundo de ese personaje donde una cosa de esa
magnitud se pudiera responder con la única herramienta que tenemos para contar: las
palabras”.

Al llevar la novela Los divinos junto a su agente a editoriales en Estados Unidos, estos
dijeron que la publicarían solo si le subían la edad a la niña.

“Parece muy brutal que una niña de siete años sea violada ¡pero las niñas de siete años
son violadas en todo el mundo!. Hasta hace muy poco la violación era un gran secreto
porque a la mujer que hablaba se le venía encima la familia, la sociedad.
Afortunadamente, hace algunos años eso se ha ido destapando”, dijo Restrepo,
quien anunció que la obra finalmente salió traducida tal como la había concebido.
En una entrevista dolorosa pero amena; lacerante y realista, de lenguaje sencillo y
franco, Laura Restrepo y su entrevistador hablaron de sus estéticas, de las
construcciones de sus personajes y de sus narrativas en un interés recíproco.

La escritora aprovechó su nutrido auditorio para pronunciarse en contra de la


estratificación de la cultura por su valor universal.

“Los seres humanos tienen vigencia en cualquier lado, debemos reivindicar la


universalidad de lo que hacemos. La jerarquización de la cultura nos mata. Si es
abogada puede leer a Nietzsche, pero no si es prostituta. No podemos permitir que nos
jerarquicen. El lenguaje es nuestro”.

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