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● CONCEPTO DE FAMILIA.
La instrucción familiar es muy antigua. El Génesis nos habla de los primeros padres, Adán y
Eva y de sus hijos, Caín y Abel. Es la primera familia de la humanidad conocida
documentalmente.
Existen una serie de restricciones en el matrimonio por diversas razones, unas por motivos
de lugar (Endogamia, Exogamia) otras por prohibiciones (el incesto).
La familia, pues se configura como paradigma de los sistemas humanos. Está presente en
las diferentes sociedades y culturas de formas diversas, peculiares, se configura como un
medio en el que el individuo nace, crece, se desarrolla en múltiples aspectos.
Unión para formar una familia. El padre era la figura autoritaria e imponía sus decisiones.
Políticas que potencien factores protectores en las familias y eviten los riesgos.
La discriminación en función del género afecta a hombre (afectividad tácita u oculta) pero en
mayor medida a las mujeres, en todo el mundo.
La mujer compatibiliza las labores de crianza, o cuidado de otros familiares, mayores, con
las de subsistencia en numerosas ocasiones dentro del ámbito familiar (África, La India,
más cercano el ámbito rural, ámbito laboral), ayuda al sostenimiento de la economía
familiar.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre la mujer, (Pekín, 1995), trató sobre esto.
➔ Triana (1993): encontró que los padres con niveles educativos más altos no asumían
que las conductas del individuo estuvieran predeterminadas por factores genéticos.”
(Álvarez González 2003, 403).
Por otra parte en el ámbito internacional, encontramos organismos que trabajan en favor de
la mujer, entre otros:
Las nuevas tecnologías producen avances, las personas que viven en los países
desarrollados en líneas generales suelen tener acceso a las nuevas tecnologías, pero este
acceso es inferior en las mujeres (Aguinaga, 2002).
Este panorama pone de manifiesto la relevancia e interés que suscita la familia desde el
ámbito social, porque sigue siendo importante y el núcleo básico de referencia para el
desarrollo e identidad de la persona. En las siguientes líneas se analizan las diferentes
formas familiares, atendiendo a las necesidades que presentan según la aceptación social
que cada una de ellas recibe, aceptación que suele reflejarse en el reconocimiento legal que
tenga un determinado modelo de convivencia familiar en la actualidad.
Lo que hoy denominamos hogares monoparentales, hace unos años correspondía a las
situaciones como “madre soltera”, situación rechazada y temida por el frecuente deterioro
económico y la mala consideración social que afectaba a la madre y su hijo, también hay
que incluir los casos de viudas y viudos, y esta última circunstancia, sobre todo cuando se
trataba de hombres solía desembocar en un nuevo matrimonio, precisamente por
considerarse que la falta de la madre dejaba al grupo familiar “incompleto”. Todas estas
situaciones siguen dándose en la actualidad, aunque la viudedad con índices más bajos que
hace medio siglo, y hay que contar también con una modalidad que anteriormente era casi
inexistente, y son las personas que optan libremente por desarrollar su paternidad en
solitario.
Las familias “construidas” o “de segundas nupcias” han estado siempre mejor consideradas,
pues como se ha apuntado anteriormente era la forma de “completar” de nuevo la familia.
No obstante, sobre los nuevos padres o madres, recaía la sospecha de representar algún
tipo de amenaza para los hijos del primer matrimonio, de hecho, en distintas mitologías los
personajes malvados por antonomasía en los cuentos infantiles han sido las “madrastras” y
“padrastros”, y con más frecuencia las primeras. Estas connotaciones negativas no aludían
únicamente al hecho de quedar bajo la tutela de un padre o madre “postizo”, sino que
también se recelaba de los hermanastros, los cuales constituían una amenaza a sus
respectivas expectativas relativas a la futura posición social y económica.
Los prejuicios, estereotipos y expectativas que suelen formarse en torno a estas situaciones
familiares se mantienen en buena medida en la actualidad. Si bien es cierto que algunos
estigmas se han ido superando, todavía persisten diferencias de consideración y de trato, y
esto se refleja principalmente en las leyes, en la falta de reconocimiento y de protección con
que se encuentran determinados colectivos.
Los rápidos cambios que experimentan las sociedades actuales constituyen el motor de
transformación, tanto de los individuos como de las colectividades que estos forman, un
ejemplo sería la familia. Por ello,a la par que una sociedad se transforma, también siguen el
mismo proceso sus instituciones, ya que estas, generalmente, reflejan el perfil de una
determinada sociedad.
Como se alude en varios momentos a lo largo de la obra, uno de los principales factores de
cambio ha venido determinado por la evolución y transformación de los distintos papeles
sociales atribuidos y ejercidos por cada miembro del grupo familiar, y hay que señalar
especialmente al de la mujer. Los autores que, en distintos estudios y enfoques han
abordado este tema, suelen mostrar acuerdo en apuntar a este factor como uno de los más
influyentes en la transformación familiar. Por ejemplo, Espín y otros (1996), llevaron a cabo
una investigación que se centró en la identificación de estereotipos de género,
principalmente, en los materiales didácticos de orientación profesional, y elaborar a partir de
esta información instrumentos que permitiesen el análisis de otros materiales pedagógicos
en los que se refiere a posibles sesgos sexistas.
En este estudio, los autores sugieren, como explicación a las situaciones que se plantea
actualmente en las dinámicas domésticas, que mientras que un porcentaje importante de
las mujeres se han incorporado a la actividad laboral remunerada, muchos hombres todavía
muestran reticencias a implicarse en las actividades domésticas. La revisión de estudios
que llevaron a cabo muestras que los cambios en las actitudes masculinas todavía no son
algo generalizado cual seguirá, durante un tiempo, planteando ciertos desajustes en las
relaciones familiares.
Ortiz (2000, pág. 187) coincide ampliamente con las observaciones hechas en este estudio
y considera que los factores que han incidido en los cambios experimentados por la familia
son los siguientes:
- “El acceso de las mujeres al sistemas educativo en todos sus niveles en igualdad de
condiciones con los hombres.
- El desarrollo del feminismo.
- La progresivo incorporación de la mujer al mundo laboral.
- El aumento de participación de las mujeres en la vida política.
- Las reformas legislativas para la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres
en todos los aspectos de la vida social, económica y política”.
Estos factores unidos a otros de otra índole (económicos, ideológicos, etc.) han ido
configurando los nuevos perfiles familiares. Ortiz (2000) señala los siguientes:
- Cohabitación.Se conoce habitualmente a estos grupos familiares como “parejas de
hecho”.
- Familias monoparentales, incluyendo los diversos tipos que pueden darse en esta
categoría.
- Familias de segundos y terceros matrimonios.
- Paridad de derechos entre hijos nacidos dentro del matrimonio y fuera de este, así
como las distintas formas de convivencia de los hijos con los progenitores.
Estas formas también han existido siempre, pero en la actualidad se registra un notable
incremento de las mismas. Las diferencias entre la familia considerada tradicional y estas
nuevas formas, se consolida principalmente en la consideración legal que reciben unas y
otras. Por ejemplo, la socioparentalidad por cualquiera de sus causas, separación, divorcio
o muerte de algunos de los cónyuges generalmente se han percibido como una situación
traumática y disfuncional en cambio a su articulación con el resto de la sociedad. En el
campo legal aún hoy no gozan de las mismas consideraciones y derechos accesibles a las
familias tradicionales.
Otro tipo de familias que todavía aparecen en situación de desventaja legal son las parejas
de hecho, en este caso, el reconocimiento legal todavía se dirige a las parejas
heterosexuales. A este respecto, los desarrollos normativos actuales empiezan a
considerarse también el caso de las parejas homosexuales y,en este sentido, la mayor parte
de las comunidades autónomas están implicadas, de una forma y otra, en algún proceso de
estudio legislativo para este colectivo.
Un estudio del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de 1997 ofrece datos que
muestran tendencias más favorables hacia las formas tradicionales, una de las preguntas
del cuestionario planteaba cuál sería, a juicio de los entrevistados, la forma de convivencia
más idónea. El 50 % respondió que el matrimonio “por la iglesia”, un 10 % opinó que el
“matrimonio civil”. En las restantes categorías se sugería la posibilidad de un periodo de
convivencia previo al matrimonio pero que finalizaría en la consolidación “oficial” de la
pareja. Un 14% piensa que en la convivencia sin estar casados es la forma ideal de familia.
★ Adopción y Acogimiento.
“...cuando un día, yo de mayor, descubres que la historia de tu vida es distinta de la que se
habían hecho crecer; sientes la necesidad de contestar a una serie de interrogantes: quién
eres , de dónde vienes… son preguntas que la persona necesita responder, que le
inquietan…”
Partimos de la base de que las familias adoptivas y los hijos adoptivos son un “normales”
como cualquier otra familia, por ello y en principio, este tipo de familia no debería implicar
más riesgos o dificultad que las demás. Sin embargo, hay que analizar diversos
movimientos de la evolución en la familia adoptiva para poder identificar los factores que
pueden general problemas.
En el marco de la adopción y el acogimiento caben una serie de modalidad que suelen estar
en función de los vínculos y permanencia de la relación que se establece entre el hijo-hija,
padres adoptivos y padre biológicos. Así, se distingue entre adopción plena cuando la
relación entre hijo y padres biológicos, no custodios, se corta definitivamente para integrarse
con todos los derechos y deberes en la nueva familia.
Otra modalidad es la adopción simple por la que se establece un vínculo entre hijo o hija y
la familia de adopción, no obstante se conservan los lazos de parentesco con la familia de
origen. El criterio a la hora de establecer normativas sobre estos procesos es siempre el
bienestar que pueda derivarse para el niño o niña en esta situación.
Palacios (1998) expone una serie de situaciones, en relación con características de los
padres y de los hijos, que pueden dar lugar a distintos grados de riesgos. Este autor
presenta la posibilidad de riesgo graduada en dos extremos: alto y bajo, y lo expresa de
forma gráfica en la Figura 7.1:
De esta forma aparecen grupos de familias, uno de ellos con un índice bajo de riesgo, ya
que este es bajo tanto en padres como en hijos, en el polo opuesto, las familias con alto
índice de riesgo, al ser elevado en padres e hijos, y dos grupos en los que el riesgo sería
moderado según los valores que presenten bien los padres o lo hijos.
Uno de los factores de riesgo que se ha mencionado es el del apoyo social y profesional
con que pueden contar las familias que se deciden a adoptar. A este respecto hay que
destacar que la situación española no es muy optimista en lo que a tiempos de espera se
refiere, sobre todo si la adopción lleva algún tipo de condición, como que el niño sea recién
nacido o muy pequeño. En la situación actual estas peticiones no pueden ser atendidas en
buena parte de nuestras Comunidades Autónomas, al menos en un plazo corto de tiempo,
por lo que se está promoviendo que las familias se decidan por niños mayores con algún
tipo de problema, y estas circunstancias apuntan claramente a la necesidad de un
incremento en las ayudas y apoyos a estas familias.
★ Acogimiento (temporal).
Existen diversas modalidades de adopción, las cuales suelen tener un carácter de
permanencia en lo que se refiere a la relación establecida entre padre e hijos, y es
precisamente este rasgo el que establece la diferencia con el acogimiento, este último
constituye un recurso social dirigido hacia aquellos menores que por diversas circunstancias
no pueden o no es conveniente durante un tiempo que convivan con sus familias de origen.
Ejemplo: “En una cárcel, a una mujer que cumple condena le han concedido diez días de
permiso, su hija de cuatro años está con una familia de acogida con previsión de retorno.
Esta mujer ha solicitado a la trabajadora social que se ponga en contacto con la familia para
que su hija pueda estar con ella durante este permiso”.
Como sucede con la adopción, también existen diferentes modalidades de acogimiento, las
más reconocidas suelen ser las siguientes:
➔ Acogimiento familiar simple: Tiene carácter transitorio ya que, generalmente, la
separación de su familia es transitoria, o bien se prevé adoptar, en breve una
medida de protección más estable.
➔ Acogimiento familiar permanente: Se recurre a esta modalidad cuando la edad y/o
las circunstancias del menor así lo aconsejan de acuerdo con los informes del
servicio social de atención al menor. En este caso se suele pedir al juez que otorgue
a los padres acogedores las facultades necesarias para que estos puedan llevar a
cabo sus reponsabilidades con el menor.
➔ Acogimiento familiar preadoptivo: Suele estar promovido por la entidad pública a
través de la cual se realizó el acogimiento, este puede elevar a la autoridad judicial,
en los casos que proceda, la petición de adopción por parte de la familia acogedora
y una vez realizados los oportunos informes.
Esta decisión suele fundamentarse en la idea, muy extendida, de que un individuo que sea
educado por padres homosexuales resultaría perjudicado, ya que este entorno podría
crearle confusión tanto en su identidad sexual como en los papeles que socialmente se
atribuyen a cada uno de los sexos, haciéndoles más susceptibles de desarrollar una
orientación homosexual.
Con respecto a este tema, se han realizado diversos estudios en los últimos veinticinco
años, un ejemplo sería la obra Lesbian and Gay parenting, Research finding (Patterson, CJ,
1995). En estas investigaciones no se ha constatado ninguna de las sospechas apuntadas,
es decir, que la educación a cargo de padres homosexuales perjudique a los niños, que los
padres homosexuales sean peores padres que los heterosexuales, o que estos niños
muestren tendencias a la homosexualidad con mayor frecuencia de los esperado
habitualmente.
Estos casos, constituyen parte del campo de actuación de los denominados Servicios de
apoyo social a las familias, su función, entre otras, es ofrecer asistencia desde diferentes
frentes, por ejemplo, las ayudas domiciliarias, la oferta de plaza de guarderías, apoyos
económicos, etc.
Iglesias de Ussel (1988), sugiere algunas situaciones por las que se puede llegar a la
monoparentalidad, algunas de estas pueden representar riesgo a causa dado que implican
procesos tradicionales en la vida familiar. A estas categorías, hemos añadido el caso de las
parejas casadas que viven temporalmente separadas, en este caso, cuando hay hijos, se
puede, dar situaciones semejantes a las que ocurren en las monoparentales:
Respecto al nacimiento:
- Madres solteras (si la situación no se ha elegido libremente)
Respecto a la relación matrimonial:
- Abandono de la familia.
- Separación de hecho del matrimonio.
- Anulación del matrimonio.
- Divorcio.
- Viudedad.
Respecto al ordenamiento jurídico:
- Adopción por solteras/os.
En función de situaciones sociales:
- Hospitalización.
- Emigración.
- Parejas viviendo en ciudades distintas y alejadas. En ocasiones pueden presentar
rasgos de monoparentalidad.
Como puede apreciarse, las situaciones de monoparentalidad no son homogénea, y por esa
razón, es inadecuado generalizar respecto a situaciones, riesgos o consecuencias que
puede tener esta forma de convivencia. La perspectiva que ofrece Iglesias Ussel (1988) en
cuanto a las situaciones expuestas permite profundizar en las peculiaridades que presenta
cada grupo concreto.
Iglesias de Ussel (1998) ofrece algún dato más referido a nuestro contexto, por ejemplo, en
1992 había en España 301.300 hogares de este tipo y el 85% de estos estaban sostenidos
por mujeres. A este respecto, un dato preocupante es que, en la actualidad, se constata que
el 80% de estos hogares tienen escasos recursos económicos.
★ Familias reconstituidas.
A partir de las familias monoparentales puede surgir otro tipo de convivencia conocido
tradicionalmente como las “segundas nupcias”, es decir, tras la ruptura de una pareja o la
desaparición de uno e los miembros, en algunos casos, uno u otro cónyuge y a veces
ambos, rehacen su vida familiar sobre una relación nueva. Se trata de las familias que en la
actualidad se denomina “reconstituidas”, aunque reciben otro apelativo como
“reconstruidas”, de “tejido secundario”, “combinadas”, “pluriparentales”, etc. En definitiva se
trata de designar a las parejas, y otros miembros de la familia en su caso, que forman un
núcleo a partir de grupos familiares anteriores.
Entre las definiciones que se han elaborado en torno a este tipo de familias, citamos
algunas, por ejemplo la de Ahrons (1979) que toma a los hijos como eje central del
concepto y propone el término de “familia binuclear” y se refería a ella como resultado
“postserparación o postdivorcio” en el que un niño pertenece a un sistema familiar con dos
núcleos, el materno y el paterno, con distintos grados de cooperación y tiempo entre ellos.
Otra definición más próxima en el tiempo es la de Sarvisé Lalaguna (2000, pág. 162):
“Familia reconstituida es una unidad de vida familiar compuesta por una pareja donde uno
o los dos miembros ya han formado parte de una unión precedente, así como de uno o
varios hijos de esta/s unión/es anterior/es, deshechas por separación, divorcio o muerte”.
Jacobson (1987), por su parte, habla de “sistema familiar conectado” explicando este
concepto como el sistema en el que existen dos hogares, uno en el que el niño reside
habitualmente y otro que visita ocasionalmente con mayor o menor frecuencia.
Sarvisé (2000, pág. 163), hace una revisión de los distintos estudios que se han realizado
en torno a las familias reconstituidas y observa que en el ámbito anglosajón se proponen
tres modelos de análisis:
- Años ´50-´60: Estos estudios establecen comparaciones entre el primer y segundo
matrimonio. Se trataba de plantear la idea de que la familia reconstituida fuera una
copia deficitaria de la familia nuclear.
- Años ´70: En este caso las investigaciones se interesaban por la particularidad de
los miembros que experimentaban la situación de segundas nupcias.
- Años ´80: En esta década, el objeto de estudio se centra en la cadena completa de
transiciones familiares, y no sólo en la parte reconstituida. Este tipo de estudio es
menos alarmista que los anteriores, ya que los problemas no se sitúan en el hecho
del segundo matrimonio sino en los procesos de redefinición de los vínculos
familiares.
El conjunto de estos estudios ha dado lugar a serie de clasificaciones sobre este tipos de
familias, distinguiendo en función de la trayectoria familiar de cada uno de los cónyuges, de
que haya hijos de las anteriores uniones y, en su caso, hijos de la nueva unión, etc. Estas
clasificiaciones son numerosas, aquí vamos a indicar únicamente la que expone Sarvisé
(2000, pág. 165):
Como se puede observar, las seis categorías constituyen tres ejes principales que pueden
combinarse entre sí.
En relación a todas estas posibles situaciones, el orientador familiar debe tener en cuenta
los aspectos que pueden derivarse de las mismas y provocar situaciones de conflicto: Por
ejemplo, en las relaciones entre hijos/padrastros/madrastras, pueden aparecer tensiones
por lealtad a unos u otros; en los adultos pueden aparecer sentimientos de culpabilidad.
Otra fuente de posibles problemas es el ejercicio de la autoridad, establecimiento y
negociación de normas y disciplinas cuando conviven con la nueva-pareja los hijos de una
relación anterior y también hay que tener en cuenta la posibilidad de que las respectivas
familias extensas interfieran en esta nueva relación.
No hay que olvidar los aspectos económicos del nuevo grupo familiar. En principio, la
economía no tiene porque resultar muy diferentes de la experimentada anteriormente, no
obstante, los sucesivos compromisos que se van adquiriendo pueden resultar problemático,
sobre todo cuando no están claramente definidos. A este respecto, en Europa todavía no
hay una normativa que contemple de forma global a estas estructuras familiares.
Las interacciones que se establecen entre estos dos grupos no están exentas de
complejidad ya que prácticamente todos los miembros deben enfrentarse a situaciones
nuevas, por ejemplo, personas que anteriormente no habían tenido hijos, se encuentran
ejerciendo funciones de padre o madre, un hijo o hija únicos que empieza a convivir con
hermanos. De igual forma, pueden ampliarse los grupos de abuelos, tíos, etc.
Este autor también plantea otras situaciones que pueden dar lugar a conflictos de relación,
algunas serían:
- Competencia por la atención de los padres.
- Comparaciones entre hermanos.
- Discusiones de las parejas por los hijos.
- Trato desigual hacia los hijos de cada miembro de la pareja.
Todas estas cuestiones de relación entre los distintos miembros de la familia reconstituida,
constituyen un campo importante de intervención para la OF, abordando temáticas como
desarrollo de habilidades de comunicación entre los miembros de la familia, establecimiento
de límites, negociación de normas, etc.
★ Parejas de Hecho.
La situación designada por este concepto lo ha sido también por otros como cohabitación, o
familia consensuada. En cualquier caso, tratan de definir la situación elegida libremente por
una pareja, de convertir un lugar de residencia, unos bienes y, en definitiva, unos objetivos
existenciales son pasar por el refrendo social de un matrimonio civil o religioso.
El perfil de las parejas de hecho en España en comparación con las que otros países
presentan diferencias, por ejemplo, en el modelo nórdico hay muy pocas diferencias entre
parejas legalizadas y de hecho; una diferencia que se observa es que en nuestro país las
parejas de hecho muestran una tasa de natalidad por debajo de la de las parejas casadas.
El debate en torno a las parejas de hecho se centra fundamentalmente sobre los aspectos
legales de reconocimiento social y acceso a los beneficios y recursos contemplados para
las parejas civiles, entendiéndose incluidos en este concepto los matrimonios religiosos. En
lo que se refiere a nuestro contexto, dicho reconocimiento social todavía es muy limitado; el
bloque más importante de reclamación viene principalmente del reconocimiento de las
parejas homosexuales. A este respecto, cabe citar la ley de 29 de marzo de, aprobada por
las Cortes Valencianas sobre parejas de hecho.
Como ejemplo de algunos resultados prácticos de dicha ley, se puede señalar que, en el
caso de los funcionarios, estos obtienen los mismos permisos o libranzas por motivos
familiares que en el resto de las familias y también acceden a las subvenciones que
conceden la Generalitat. Por contrapartida, la posibilidad de acceso a programas de
adopción y la mayoría de los relativos a los impuestos quedan fuera de esta ley, ya que son
competencia de ámbito nacional, y la Comunidad Valenciana no puede legislar sobre estos
aspectos al no tener derecho foral propio.
En España se estiman en 800.000 las parejas infértiles. Los efectos de esta circunstancia
varían de unas parejas a otras, en algunos casos, el logro de la descendencia es el eje
central de su unión, la cual se ve amenazada cuando este objetivo no se consigue.
La humanidad ha buscado remedio contra la infertilidad de sus comienzos, pero es en la
actualidad cuando los avances tecnológicos han empezado a alcanzar objetivos
absolutamente impensables en otras épocas. La fecundación “in vitro” puede llevarse a
cabo de distintas formas, las describimos brevemente a continuación:
Estos procesos de repoducción humana asistida tienen distintos efectos, sobre la pareja y
sobre el entorno en el que se producen. Algunos de ellos están completamente en la
normativa legal de los distintos países y otros constituyen procesos al margen de la misma.
A esta situación hay que unir que los problemas éticos a los que dan lugar determinados
procedimientos se anticipan y se desarrollan con más rapidez que los marcos legales que
deben responder a las situaciones planteadas. A este respecto, desde la OF se puede
ofrecer a las familias información sobre la situación de lasa diferentes modalidades de
reproducción asistida, así como de las posibles consecuencias que pueden darse con
determinados métodos.
Algunos de los temas de debate que se han planteado desde el inicio de estas tecnologías
son los siguientes:
➔ Respecto de la Fecundación in Vitro
- Los límites de la manipulación para seleccionar el sexo.
Si la inseminación es heteróloga…
- Posibles problemas de consanguinidad si no se limitan las donaciones en una
determinada localidad.
- Posibles problema psicológicos por parte de alguno de los miembros de la pareja
receptora.
- Cuestiones sobre el “derecho a saber” del hijo o hija. Con el tiempo podría
interesarse por el padre o madre donante. Conocimiento del hecho de forma
accidental.
- Posible problemas legales sobre la reclamación de maternidad. Cuando se trata del
caso de maternidad con preembrión donado, la mayor parte de los sistemas legales
se ha pronunciado en el reconocimiento de la madre gestante como la madre legal.
➔ Respecto de la Criopreservación.
- Entre los problemas derivados de la conservación por congelación de preembriones
no utilizados destinados a embarazos posteriores de la pareja, se puede señalar el
riesgo de daños por sucesivas descongelaciones del material genético;
determinación del tiempo límite de congelación.
- Si los preembriones proceden de óvulos donados, cabe la posibilidad de que la
mujer donante quiera conservar los preembriones.
➔ Respecto de la Subrogación.
Esta modalidad es la más controvertida, de hecho en muchos países no tiene
reconocimiento legal; entre las cuestiones que se plantean en tono a este procedimiento
destacamos las siguientes:
- Problemas derivados de que la madre portadora o subrogada se niegue a entregar
al bebé tras el parto.
- Debate sobre si la gestación subrogada debe ser voluntaria o remunerada.
- Escaso desarrollo legal que contemple las distintas situaciones en que pueden
encontrarse tanto la pareja como la madre subrogada.
- Posible rechazo del bebé por parte de la pareja solicitante cuando este nace con
alguna deficiencia.
- Necesidad de desarrollar normas éticas que eviten la “comercialización” de la
reproducción humana.
- Acceso del niño a la información sobre los donantes (“Derecho a saber”).
La educación en la familia es una forma de vida, donde adquirimos los primeros estímulos.
El medio por excelencia de la comunicación familiar es el diálogo, algo que hay que
fomentar desde que los hijos son pequeños.
Es muy importante que el niño se adapte a su hogar, y adopte una actitud positiva hacia el
ambiente en el que se desarrolla.
La familia, la casa, el hogar, no es sólo un ámbito físico, es un ámbito vital. En cada familia
se vive un tono vital: ansiedad, depresión, alegría, etc.
En la familia el sujeto está en continua interacción con los demás miembros del grupo
familiar. En el sujeto influyen el padre, la madre, el hermano, los abuelos. También influye el
lugar que cada hijo ocupa en la familia y el número de hijos que cada familia tiene.
● FAMILIA ACTUAL.
Esto puede limitar o potenciar el desarrollo del individuo, dependiendo de las interacciones,
de la formación, del clima, estímulo, afecto que se den dentro del ambiente en el que cada
individuo, nace y crece.
Por ello es importante tener en cuenta estos aspectos: