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fg El nombre de Ana Mark del Río es de referencia obligatoria en lo que

ya se conoce como una nueva narrativa chilena. Publicó, en 1985,


Entre Paréntesis, que reunió una treintena de cuentos breves con una
singular y rápida visión de personajes femeninos. Luego publicó tres
novelas, Oxido de Carmen, Amalia en el Umbraly Tiempo que Ladra,
que obtuvieron premios en concursos nacionales e internacionales.

ha conseguido con pleno reconoci- La señora K es diferente. Sabe lo que


miento de quienes leen sus libros con busca y se deshace de todas las ama-
ojos críticos o de los que buscan dis- rras para afirmar su condición de mu-
frutar de historias de la vida sin mu- jer con plenas aptitudes paraunasexua-
chas teorías. lidad plena. Se autodescubre, aunque
emostró un dominio segu- En su última novela Siete días de la sea durante los siete días en los que la
ro del oficio literario y, más seAora K (Planeta, Biblioteca del Sur, soledad la hace libre.
que eso, una penetración 1ú- 1993) explorael gozoso descubrimien- Los sueños de los sentidos se
cida en seres -mujeres siem- to del erotismo de una dueña de casa, corporizan. Golpean la puerta. Apare-
pre- que se enfrentan o sucumben ante igual a millones de otras. Ha vivido ce un muchacho con un telegrama que
sus irrealizaciones. Sus heroínas no siempre en función de un marido ruti- es seducido por la señora K. ¿Fue
tienen grandes inquietudes metafísi- nario y dominante, y de sus hijos que cierto? No importa. La mujer -enaje-
cas, como las de María Luisa Bombal, requieren de todo su tiempo para la nada en su derecho al erotismo- se ha
ni rebeldías visibles con las consi- atención de sus necesidades domésti- realizado. Su vida puede seguir igual,
guientes decisiones emancipadoras. cas, Un día el marido sale de viaje pero ha encendido todo el fuego de su
Son mujeres de las capas medias que y los hijos de vacaciones. S e queda más escondida y frustrada llama.
viven una especie de naufragio hacia sola, en su departamento. Allí em- La breve novela se completa con
adentro. Sin una conciencia clara de lo pieza una ensoñación erótica que cuatro cuentos afines: Lavaza, Flor
que desean, pero con heridas cuyo acepta sin rubores porque, por pri- Blanca,Pandora y Suse, que inciden
origen van identificandoen los peque- mera vez, puede descubrir su pro- en el mundo íntimo de otras mujeres
ños acontecimientos de su rutina coti- pio cuerpo y dar rienda suelta a las pero que no alcanzan a distraer la
diana. apetencias de los sentidos. atención del lector de la señora K.La
historia está más allá de la descripción
de un desbordado erotismo. Es,final-
mente, una exploración sin adornos a
Ana María del Río declara que le Ana María del Río no pensó en las profundidades de una mujer en
interesa «vivir mirando la biografía de Kafka para dibujar su personaje. El nada diferente a millones de otras
otros» y que en sus relatos persigue protagonistade EZ Proceso, José K, se mujeres. '
captar y novelar «loque no se ve». Lo enreda en unlaberintoquelo destruye. Martín Ruiz
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16 CULTURA CHILENA

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