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Primera edición, 2019.

González Leyva Alejandra Presentación


Construcción y destrucción de conventos del siglo XVI. Marco Antonio Silva Barón
Una visión posterior al terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Ciudad de México. Fotografía
ISBN: Eumelia Hernández Vázquez
©Alejandra González Leyva, 2019.
Planos e ilustraciones
Textos:
González Leyva Alejandra / Silva Barón Marco Antonio
Cynthia de Labra Espinosa de los Monteros
Luis Fernando López Cortés
Fotografía: Jesús Antonio Muñoz Cinta
Eumelia Hernández Vázquez Claudia Sabag Moreno

Diseño editorial y formación:


FTL Editorial. Rendón Rodríguez Jesús Francisco / Leyva Hernández Norma

Este libro se realizó con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes
a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, 2018

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial


de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía
y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación sin la previa autorización
por escrito del editor.

Impreso en México.
Créditos
Marco Antonio Silva Barón Investigación bibliográfica y archivística
Responsable del proyecto.
Luis Gerardo Huitron Flores
Alejandra González Leyva
Paleografía y aparato crítico.
Autora y coordinadora general.
Doctor en Historia del Arte por el Posgrado en Historia del
Investigadora y profesora de tiempo completo del Colegio
Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacio-
de Historia y del Posgrado en Historia del Arte de la Facul-
nal Autónoma de México.
tad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma
de México.
Rebeca Gisell Aguiñiga Careo
Pasante de la licenciatura en Historia, Colegio de Historia
Adjuntos: Leticia Domínguez Hernández
de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional
y Luis Gerardo Huitron Flores.
Autónoma de México.
Eumelia Hernández Vázquez
Leticia Domínguez Hernández
Fotografía.
Licenciada en Historia y estudiante de la maestría en His-
Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del Instituto
toria del Arte del Posgrado en Historia del Arte de la Facultad
de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autó-
de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de
noma de México.
México.
Cynthia de Labra Espinosa de los Monteros
Pintura del Códice Labra e investigación bibliográfica. Greta Vidahí Lucero Fernández Méndez
Maestra en Historia del Arte por el Posgrado en Historia Pasante de la licenciatura en Historia, Colegio de Historia
del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional
Nacional Autónoma de México. Autónoma de México.

Luis Fernando López Cortés Margarita Huertas Vázquez


Levantamientos arquitectónicos, ejecución de planos Pasante de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Fa-
y determinación de proporciones. cultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autó-
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura, noma de México.
Universidad Nacional Autónoma de México.
Lídice Abril Ramírez Ortiz
Jesús Antonio Muñoz Cinta Glosario
Levantamientos arquitectónicos e ilustraciones. Pasante de la licenciatura en Historia, Colegio de Historia
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura, de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México. Autónoma de México.

Claudia Sabag Moreno Perla Jazmín Reséndiz Núñez


Levantamientos arquitectónicos, ejecución de planos Glosario
y determinación de proporciones. Pasante de la licenciatura en Historia, Colegio de Historia
Arquitecta y estudiante de la maestría en Arquitectura de de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional
la Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autó- Autónoma de México.
noma de México.

Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
Presentación
Marco Antonio Silva Barón

El libro Construcción y destrucción de conventos del siglo xvi. Una visión posterior al terremoto Fachada del templo mendicante.
Tlayacapan, Morelos.
de 2017 constituye una aportación desde la sociedad civil para la investigación, reflexión y
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
divulgación sobre las consecuencias derivadas de los sucesos de 2017 en una serie de
edificios considerados monumentos, algunos de ellos son parte de la lista del Patrimonio
de la Humanidad de la unesco. Este proyecto es resultado del amor al patrimonio, la
historia y la identidad de nuestro país.
En este cometido, se entrelazan la academia y la gestión cultural. En primer tér-
mino, la investigación del equipo encabezado por la Dra. Alejandra González Leyva de
la Facultad de Filosofía y Letras de la unam, y después el programa de divulgación
concebido por Marco Antonio Silva Barón, historiador del arte, curador y gestor cultural
independiente.
El texto obedece al profundo interés y convencimiento que el cometido de la conser-
vación y preservación de los edificios es de suma relevancia para México y el mundo. Si
bien por ley son las instituciones del Estado las responsables de proteger los inmue-
bles en comento, la sociedad civil debe también tener cabida e involucrarse activamente
en los procesos, así como las discusiones en torno a las políticas y protocolos que se apli-
quen a los objetos patrimoniales.
Son diversos los entes que tienen agencia sobre los monumentos objeto de este
estudio y hay una multiplicidad de repertorios interpretativos que infieren sobre ellos.
Por un lado, se encuentra la derivación oficial, que los considera dignos de conservación
y estudio por su importancia histórica según la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas
Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972). La Academia, por otro lado, los considera
parte esencial de los procesos de evangelización, historia colonial, así como la historia
del arte mexicano.
Durante siglos, los conjuntos conventuales fueron la piedra de toque de un pro-
yecto de sociedad basado en la fe y la añoranza por la salvación, empero son edificios
que también atestiguan manifestaciones culturales más amplias y complejas, a saber,
el arte, la técnica, la energía y las ambiciones de la cultura material virreinal, las vicisi-
tudes de un siglo de independencia convulso, confuso y de ambiciones contradictorias,
y un México moderno que si bien legisla para proteger los monumentos, atraviesa para
lograrlo por un proceso de ensayo y error que deviene en afectaciones, alteraciones y
modificaciones que contribuyen a la problemática de conservación de los inmuebles.
No obstante, acaso más importante, es que los edificios en comento son parte inte-
gral de las comunidades en las que se encuentran. Los templos son todavía espacios

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de culto vivo, y si bien los conventos cerraron hace mucho tiempo, dichos inmuebles encontradas en Mesoamérica, lo cual, por ejemplo, dio como resultado la invención
permanecen como referentes de la comunidad, así como puntos de referencia de las de las capillas al aire libre, producto de la experimentación de los frailes para encontrar
comarcas en las que se encuentran. Para muchas personas, los ex conjuntos conven- un vehículo para realizar su cometido, pero entendiendo los modos de congregación
tuales son parte de algo difícilmente mensurable pero determinante en importancia: religiosa que las poblaciones nativas realizaban de siempre.
su identidad. El orgullo en la existencia de los ex conjuntos conventuales es algo vital En el capítulo referente a la construcción de los inmuebles, la autora adentra al
y sobrepasa cualquier legislación o proceso burocratizante del patrimonio. lector en los paradigmas urbanísticos heredados del Renacimiento y explica los res-
Los edificios son dispositivos del ciclo vital. La población nace, crece y muere con tos que quedan de los mismos en las poblaciones que estudia, del mismo modo relata
ellos alrededor. Los ritos de paso, las ceremonias que marcan los antes y después ocurren los procesos, técnicas y materiales que intervienen en la erección de la arquitectura con-
en sus templos. En ellos sucede el regocijo y la ilusión de nombrar a un nuevo integrante ventual, no dejando de lado ninguno de los temas contenciosos de lo anterior, como
de la comunidad, se hacen votos ante la divinidad y la sociedad para formar nuevas fami- pueden ser la autoría o la complejidad técnica en la erección de aquella arquitectura
lias y en muchos casos la comunidad se hace allí una para despedirse de los finados. Todo primigenia. Precisamente una aportación de este libro es el estudio realizado a mate-
se repite una y otra vez. Las vetustas paredes y las tradicionales capillas son testigos de riales de diversos componentes de los maltrechos edificios afectados.
alegría, ilusión, congoja y resignación, los siglos transcurren, las potestades de los inmue- De vital importancia para esta publicación y que corresponde al quid de la cuestión,
bles cambian, pero los hábitos comunitarios, aquellos que dan coherencia y estructura es el entrelazamiento del análisis arquitectónico, historia, historia del arte y estudio
a los lugareños, continúan. de las formas. En el texto, merced al rescate documental y confrontado a lo anterior,
A veces el patrimonio es carne de cañón. Las piedras no pueden defenderse. Si las se desmonta ya sin ninguna duda el romántico ideal, o más bien ilusión, que la arqui-
condiciones así lo permiten, son objeto de escarnio por las vicisitudes económicas, socia- tectura frailuna fue creada de jalón y que de alguna manera permaneció inmune al
les o ideológicas del momento. Son objetivos de agresiones por la prominencia de su paso del tiempo o a las vicisitudes naturales y prácticas de sus locaciones.
locación, por la importancia de su símbolo o simplemente están en el paso de los que La autora debate, tras la hecatombe sísmica, sobre las consecuencias de los para-
se sienten agraviados. digmas de restauración aplicados a lo largo del tiempo a los edificios dañados, propone
El texto de la Dra. González Leyva sirve para reflexionar sobre el devenir de los edi- ideas y aporta conclusiones profundamente valiosas que hacen reflexionar sobre la
ficios y es asimismo un adecuado instrumento para conocer el estado de la cuestión. viabilidad de conservación del patrimonio discutido. Su testimonio sobre el estado en
Al principio nos introduce al Nuevo Mundo virreinal en el que se gestó la gran arquitec- que encontró los inmuebles dañados funcionará como un referente de suma relevancia
tura frailuna, resumiendo el complejo proceso de la ocupación y desarrollo territorial para las generaciones futuras que tengan que lidiar, inevitablemente, con nuevos daños
novohispano, para después explicar el tema de la transformación religiosa de los natu- y retos producto de las decisiones en conservación y restauración, aunadas al fatídico
rales del reino comúnmente conocida como conquista espiritual. e inevitable fenómeno de los sismos.
De gran relevancia para la historia de la arquitectura mexicana resulta el conoci- Si bien nada es eterno, nada es perenne, nada queda intocado por los avatares
miento de las edificaciones ejecutadas en las laderas del Popocatépetl. Las ancestrales temporales, vale la pena estudiar, conservar y difundir los tesoros arquitectónicos
tradiciones y los hábitos religioso-espaciales heredados de Europa se trasladaron a de las laderas del Popocatépetl, sus muros hablan volúmenes sobre nosotros y quién
la Nueva España, mas, debieron de adaptarse y modificarse según las condiciones hemos sido y somos.

Ciudad de México, 2019

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A los conventos de las
vertientes del Popocatépetl
Agradecimientos, de la historia y del arte que deben prevalecer más allá de la invasión ordinaria, ofensiva
y soez que ofrecen muchos medios de comunicación y gobernantes de nuestro país.

utopías y argumentos Quiero agradecer a los funcionarios del Programa de Fomento a Proyectos y Coin-
versiones Culturales del fonca por su invaluable apoyo para llevar a cabo esta publica-
ción. Asimismo extiendo mi agradecimiento al arquitecto Arturo Balandrano Campos,
Alejandra González Leyva Coordinador Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropo-
logía e Historia, haberme otorgado las facilidades para hacer mi primera incursión al
monumento de San Martín Caballero en Huaquechula, Puebla. Así también al antro-
pólogo Víctor Hugo Valencia Valera, a la arquitecta Teresita Miravete Barrios y al señor
Mauricio Tomás Reyes del Centro Regional inah de Puebla, quienes siempre apoyaron
Durante los meses de octubre y noviembre de 2017, en el marco de la brigada de regis- mi trabajo en ese edificio. Queda aquí plasmada mi deuda con el arquitecto Roberto
tro e investigación al que convocó el doctor Renato González Mello, entonces director Carlos Villaseca Linarte de escoda, Técnicas de Arquitectura Monumental s.a. de c.v.,
del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de sin cuyo soporte jamás hubiera sido posible incursionar en el que fuera el primer con-
México, me sumé a la visita de varios de los conventos ubicados en las faldas del Popoca- junto conventual de los Ermitaños de San Agustín en Ocuituco, en el actual Estado Mo-
tépetl y que fueron fuertemente afectados por el sismo del 19 de septiembre. En esos relos. Mi reconocimiento es asimismo para el arquitecto Fernando Duarte del Centro
recorridos me di cuenta que en el Estado de Morelos los más deteriorados fueron los que Regional inah de Morelos, por permitirme el acceso al recinto religioso y al Museo de
se localizan en las poblaciones de Ocuituco, Tlayacapan, Totolapan y Hueyapan. Sin San Juan Bautista en Tlayacapan de la misma entidad federativa.
embargo con estos dos últimos no me identifiqué como con los otros porque las te- Debo expresar que este libro lo escribí siempre pensando en la deuda que tengo
chumbres descubrieron el concreto armado, lo cual me hablaba de materiales de los con todos los ex conventos que se fundaron en el territorio de la Nueva España durante
dos siglos que anteceden a este. Luego, por mi cuenta, inspeccioné el ex convento de el siglo xvi, edificios a los que he amado desde mi adolescencia y que me han ense-
Huaquechula en el Estado de Puebla, que aunque también se localiza en las vertientes ñado tanto a lo largo de mi vida profesional. En estas páginas el lector encontrará mi
del volcán, no está incluido en la lista de los edificios declarados como Patrimonio de tributo a esas ambiciosas arquitecturas de los otrora tiempos virreinales que hoy han
la Humanidad por la unesco en 1994. Tengo para mí que los tres recintos de Ocuituco, cambiado tanto y de las cuales ahora solo veo la sombra de lo que fueron y escucho el
Tlayacapan y Huaquechula fueron prácticamente destrozados durante las sacudidas murmullo de las voces que las habitaron. Hoy solo quedan muros y pinturas deteriora-
de la tierra en ese catastrófico día de septiembre, en que el santoral festeja a San Jenaro. das, bóvedas y altares rehechos o modificados, atrios y huertas donde crece inconmen-
Animada por mis alumnos, inicié un proyecto al que di el título de “Construcción y surable la hierba entre desperdicios. ¡Y qué decir de esos edificios después de un mes de
destrucción de conventos del siglo xvi. Una visión posterior al terremoto del 19 de ocurrido el cataclismo! Parecían fantasmas que se desmoronaban entre las grietas que
septiembre de 2017”. Para la investigación archivística y bibliográfica, la realización chorreaban el agua, rompían los muros y los separaban de los pisos. Las bóvedas abier-
de planos e ilustraciones he contado en todo momento con el apoyo de mis tesistas de tas, rotas por el impacto de las torres que se separaron de los cubos y volaron por el aire
las facultades de Arquitectura y de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autó- hasta estrellarse en aquéllas. Todo lo que se veía en esas edificaciones era destrucción
noma de México en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado. También se sumó y ruina inminente.
a este equipo la maestra Eumelia Hernández Vázquez del Instituto de Investigaciones Ahora esos edificios se están rehabilitando y ojalá que en estas páginas los habi-
Estéticas, de quien es la fotografía. Como parte de este equipo y de muchos otros, tantes de las poblaciones afectadas, así como las autoridades locales, estatales y fede-
Marco Antonio Silva Barón gestionó la obtención de los recursos, sin los cuales no rales se sensibilicen e identifiquen con la cultura, la historia y el arte de los inmuebles
hubiera sido posible llevar a cabo este proyecto. Todos juntos hemos estado inyectados aquí estudiados. Que entiendan, ¡por favor!, que se trata de monumentos fundamen-
de entusiasmo por emprender un trabajo en el cual expresamos nuestra identidad tales en la historia de la arquitectura de nuestro país, que son parte integrante del gran
nacional y nuestro amor por la arquitectura novohispana. Si bien este trabajo de inves- patrimonio nacional.
tigación de ninguna manera es exhaustivo, es nuestra contribución para alardear- Ojalá que al mismo tiempo que se rehabilitan los templos se refuercen las estruc-
nos de nuestro patrimonio nacional y tratar de que cada vez sea mayor el número de turas de los ex conventos, se retire la vegetación dañina, se controlen las humedades y
mexicanos que se identifique con ese legado que es parte de la historia del territorio se de un aplanado semejante a los originales de los que aún quedan huellas. Ojalá que
donde nacimos. Consideramos que el sentido de identidad está en el conocimiento se consolide bien la pintura mural que, valga la redundancia, se apartó de los muros,

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se rompió y se estampó en el piso echa añicos. Ojalá las poblaciones entendieran, al pueblos de indios, en los incipientes edificios religiosos, en los obradores y en los frailes
igual que los sacerdotes seculares que los habitan, que los edificios son monumentos que los imaginaron. Los conjuntos conventuales están impregnados del halo de la ar-
capitales en la historia del arte de México y del mundo, y que por algo la unesco los pro- quitectura “de romano” y de la pintura “de romano”, de la “maniera romana”, como
clamó Patrimonio de la Humanidad en 1994. Ojalá que los terremotos del 7 y del 19 de se entendía en aquel entonces lo que hoy se conoce como Renacimiento.
septiembre de 2017 marquen un alto a la destrucción de que han sido víctimas los edi- Sin embargo, la destrucción de los edificios se dio en los siglos siguientes. La in-
ficios novohispanos y que las autoridades sexenales, los habitantes de las poblaciones comprensión de la arquitectura renacentista alteró los espacios primigenios. Los sis-
afectadas y cada uno de los ciudadanos de este país que no se han preocupado en absoluto mos devastaron mucho de las construcciones, al igual que las constantes emisiones
de su conservación, viendo la ruina que dejó el sismo, se preocupen y los cuiden. del Popocatépetl. La secularización de 1640 en los conventos que hoy corresponden
Expreso mi deseo de que este libro sirva para hacer conscientes a los que lo lean al Estado de Puebla y desde 1750 los del actual Estado de Morelos causó gran parte
de la importancia de conocer, valorar y conservar los edificios no solo por un interés de los daños. Las guerras de Independencia, de centralistas y federalistas, de conser-
religioso, sino por amor a la historia, al arte, a la cultura y a nuestro país en general. vadores y liberales, de Revolución y hasta la cristera atrofiaron y desmantelaron las
La ignorancia de la historia y de los monumentos parece que se paga con la des- construcciones frailunas. Luego, el siglo xx vio su revaloración histórica y artística en
trucción y la ruina. Actualmente, el desconocimiento de la historia por parte de los la invención de los espacios o elementos decorativos que nunca existieron con mate-
pobladores y de los eclesiásticos que conviven en las localidades afectadas por el terre- riales totalmente contradictorios a los originales. Surgió la invención de los conventos,
moto del 19 de septiembre de 2017, provocó que solo quisieran un espacio para las la invención del arte.
ceremonias religiosas. El colmo de la destrucción de los conventos del siglo xvi sucedió el apocalíptico
Los conventos fundados en el siglo xvi son parte esencial de la mexicanidad toda 19 de septiembre de 2017. Las impresiones que recibí en las brigadas, las refiero en la
vez que la arquitectura novohispana nació del contacto de los habitantes de dos conti- crónica: “Después de la hecatombe”, que presento en un apéndice. En esos momentos,
nentes. Efectivamente, la fusión entre la cultura indígena y la europea creó la nueva me conmoví por las lágrimas de un convento: el de Ocuituco; entendí que las bóvedas
cultura; es decir, la novohispana, en la cual se gestó la mexicana. En estas páginas expreso flotan, como lo hicieron las del complejo arquitectónico que construyeron los frailes
mis sentimientos al respecto, porque creo firmemente que aún es tiempo de que los agustinos en Tlayacapan; comprendí porqué vuela una torre, la del templo franciscano
mexicanos se reivindiquen con el pasado novohispano a través de los conjuntos conven- de Huaquechula.
tuales establecidos en estas tierras en el siglo xvi. Los conjuntos conventuales de las vertientes del Popocatépetl, en especial los
Este texto se despliega en varios apartados, cuyo objetivo primordial es saber de Huaquechula, Tlayacapan y Ocuituco, fueron brutalmente heridos. Su recupera-
y dar a entender el contexto histórico en el que surgió el conglomerado de edificios ción quizá tarde muchos años. Sus lesiones fueron más terribles que las de Nôtre
conventuales de las vertientes del Popocatépetl. Por supuesto, aparte de la historia, se Dame de París del funesto 15 de abril de 2019. Sin embargo siguen en pie, mostrando
pretende explicar cómo se planearon las poblaciones en el siglo xvi; se quiere acercar orgullosos la belleza de la ruina. En unos años resurgirán rejuvenecidos y reinven-
a los lectores a las probables fuentes utilizadas en la construcción, a los tratados de tados nuevamente, pero su historia, su construcción y destrucción queda plasmada
arquitectura y a algunos manuscritos elaborados durante los siglos xv y xvi, los siglos en estas páginas.
del Renacimiento y de su internacionalización en el orbe, cuyos logros y avances cien-
tíficos, tecnológicos y artísticos no se hicieron esperar en las tierras del Nuevo Mundo.
Un Nuevo Mundo que prometía ser mejor que el Viejo y en él una Nueva España mejor Ciudad Universitaria, Ciudad de México. 19 de septiembre de 2019
planeada que la Vieja. Los ideales humanistas estuvieron presentes en los primeros (Dos años después del terremoto)

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CAPÍTULO 1. LA HISTORIA
Panorama general de la “conquista espiritual”
en los pueblos de indios de la Nueva España del siglo XVI

Las órdenes mendicantes

La conquista espiritual dio inicio después de tres años de consumada la conquista mi- Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
litar de México Tenochtitlán (13 de agosto de 1521). El conquistador Hernán Cortés, en
su Cuarta carta de relación del año de 1524,1 suplicó al emperador Carlos V que hiciera
venir a los franciscanos y los dominicos. La petición obedecía a la escasez de clérigos
seculares y también a que los frailes, desde su aparición en la Europa católica del siglo
xiii, se habían dado a la tarea de instruir en el Evangelio a los habitantes de las ciudades
para que no cayeran en herejías. Tanto unos como otros –al igual que los agustinos–
se denominaban mendicantes porque pedían limosnas para el sustento. Las tres órdenes
poseían una consistente educación religiosa y escolástica que se basaba en el trívium,
es decir, en la lógica, que permitía razonar mediante silogismos y sistematizaba las
ideas; en la gramática, que daba la capacidad de estructurar el lenguaje; y en la retórica,
que proveía de elocuencia para convencer a los oyentes. Las órdenes mendicantes habían
contado y seguían contando entre sus filas con maestros universitarios de la talla de
santo Tomás de Aquino, san Alberto Magno y fray Alonso de la Veracruz, por mencionar
algunos. Sabían latín y tenían métodos para aprender las distintas lenguas.2 En una
palabra: estaban capacitadas para persuadir a los feligreses y llevar a cabo la evange-
lización de los indios que habitaban la ya para entonces Nueva España.
Por otro lado, los mendicantes tendrían una absoluta legitimidad religiosa para
catequizar e impartir los sacramentos en el Nuevo Mundo, toda vez que los mismos
papas les habían otorgado esos privilegios. Las bulas alejandrinas de 1493 (Breve Inter
caetera, Inter caetera, Eximiae devotionis y Dudum siquidem) concedieron a los reyes de
Castilla y León las facultades de llevar a cabo la conquista y la evangelización de los
habitantes de las tierras descubiertas; las de Julio II de 1508 (Bula Universalis ecclesiae
regimis) establecieron el Regio Patronato Indiano para que la Corona quedara a cargo
de toda la empresa catequística frailuna y secular, así como de la construcción de cate-
drales, iglesias, conventos y hospitales; las de León X de 1521 (Alias Felicis) autorizaron a
las órdenes en la tarea de evangelizar a los pobladores; y finalmente, las de Adriano VI
de 1522 (Exponi Nobis Fecisti) concedieron a los mendicantes la potestad de administrar
los sacramentos donde no hubiera obispos en dos jornadas de distancia. Todo un apa-
rato jurídico estaba dispuesto también para dar cabida a la entrada de los frailes meno-
res (franciscanos), predicadores (dominicos) y ermitaños de san Agustín (agustinos).

La encomienda y el sistema de tributo en los pueblos de indios

Si bien el arribo de los mendicantes se debió a una legislación previa y a la petición de


Hernán Cortés, una vez consumada la pacificación de los territorios, el asentamiento
de los frailes se realizó conforme a las disposiciones de la Real Audiencia. La distribución
geográfica de los religiosos de las diferentes órdenes estuvo íntimamente ligada a las
áreas de mayores concentraciones de indígenas, a los sistemas de tributo de origen
prehispánico y a las encomiendas por supuesto.
21
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 1. la historia

La encomienda puede definirse como el pago por derecho de conquista que los Desde luego que los encomenderos tuvieron que llevar una buena relación con los
reyes de Castilla y León otorgaron a los militares según el capital que habían invertido líderes indígenas, llamados de manera general caciques, toda vez que ellos dirigían a
en la empresa de descubrimiento y sometimiento indiano. Consistía en tierra, agua y los macehuales que trabajaban la tierra. El cacique ostentaba una nobleza que le daba
mano de obra prácticamente gratuitas. Sin embargo, la tierra pertenecía a la Corona, preponderancia sobre sus subalternos, a los cuales podía ordenar el pago de tributo en
era ella la propietaria, mientras que el soldado que había luchado en las batallas se conver- especie y en labores. Al encomendero le convenía darle prerrogativas, ya que él hacía la
tía en encomendero con el derecho de usufructuar la tierra, usar los recursos humanos y tarea de recaudar los bienes y servicios que llegaban a sus manos. En efecto, al cacique
naturales para su beneficio económico por un cierto número de años o hasta su muer- correspondía la venta de tributos que se reunían en las cabeceras. Con esos recursos,
te. El encomendero tenía la obligación de pagar la quinta parte de sus ganancias a los él pagaba en reales a la Corona y al encomendero, solventaba los gastos del gobierno
monarcas y proporcionar todo tipo de facilidades a los misioneros en su labor de con- indiano, de las obras públicas y de la construcción y manutención de las iglesias. Tam-
versión. Si evadía el quinto real, no permitía la instrucción evangélica, o cualquier otra cir- bién hacía las reservas monetarias para casos de hambrunas o epidemias, y por si fuera
cunstancia, los reyes podían despojarle del territorio y reasignarlo a otro encomendero poco, disponía el tequio o trabajo comunitario gratuito en bien de sí mismo, del enco-
o bien enviar a un corregidor para que administrara las tierras. La encomienda no era mendero, del pueblo, de la iglesia y de los frailes. El cacique proporcionaba la riqueza
hereditaria porque era propiedad de la Corona, que solo encomendaba la tierra pero no de la encomienda. Empero, hacia la cuarta década del siglo xvi, los recursos los hacía
la cedía. Era una posesión eventual, no una propiedad fija. Las encomiendas tuvieron llegar al alcalde mayor (representante del gobierno hispano) con el propósito de que
distintas extensiones de tierra e incorporaron a uno o varios pueblos de indios. éste los distribuyera. En realidad los encomenderos y los alcaldes dependieron econó-
Los pueblos de indios fueron innumerables en el México prehispánico. Todos tenían micamente de los caciques y éstos de aquellos para seguir ocupando su estatus social
que tributar al Huey tlatoani de México Tenochtitlán. El sistema de recaudación consistía frente a los subordinados. La alianza entre peninsulares y caciques, luego entonces,
en la existencia de pueblos que actuaban como cabeceras de tributo y otros que fun- favoreció las ganancias de los primeros y la posición social de los segundos.6
cionaban como pueblos sujetos. En los primeros se recolectaban las contribuciones en
especie y en servicios personales de los otros, formándose una entramada red que ase- Los frailes en Nueva España y su asentamiento
guraba la entrega de todos los recursos materiales y serviles a su destinatario final. Por en las cabeceras de tributo, sedes de las encomiendas
ejemplo, desde la época de gobierno de Moctezuma Ilhuicamina (1440-1469), el tributo
de los pueblos sujetos del área sur del Popocatépetl se concentraba en las cabeceras de Como bien se sabe los hermanos menores llegaron a Nueva España en número de
las provincias de Oaxtepec y Cuauhnáhuac. A la primera contribuían los pueblos sujetos doce en 1524; los tres hermanos predicadores en 1526; mientras que los siete ermita-
de Totolapan, Yecapixtla, Yautepec, Tepoztlán y el mismo Oaxtepec, que también reci- ños de san Agustín en 1533. Eran solo veintidós frailes en un inicio para catequizar el
bía los impuestos de las poblaciones más pequeñas. Cada pueblo sujeto tenía otros que enorme territorio de la Nueva España. Los franciscanos se dividieron entre la Ciudad
le prodigaban materias primas u objetos de todo tipo.3 de México, Texcoco, Huejotzingo y Tlaxcala; los dominicos se retrajeron a la Ciudad de
La otra cabecera de tributo, Cuauhnáhuac, percibía los beneficios de sus propias México y solo avanzaron hacia Oaxtepec hasta 1528; y los agustinos fueron enviados
tierras y del pueblo sujeto de Ocuituco. Tanto Cuauhnáhuac como Ocuituco obtenían a Chilapa y Tlapa, pero los miembros de la Real Audiencia reconsideraron dirigién-
recursos de otros sujetos, y éstos de varios más y así sucesivamente. De esta manera, dolos a Ocuituco en 1533.
el Huey tlatoani de México Tenochtitlán recibía una enorme cantidad de bienes mate- Gran número de encomiendas ya estaban delegadas al arribo de los mendicantes.
riales y serviciales que procedían de las cabeceras, cuyos caudales se colmaban de los Los tributos de la Ciudad de México eran de la Corona y seguramente ésta proporcionó
sujetos, y éstos de otros más pequeños.4 los fondos para la fundación de la doctrina franciscana de San José de los Naturales,7
La complejidad del sistema tributario mexica no pasó inadvertida para los con- donde ya se encontraba desde un año atrás fray Pedro de Gante. La encomienda de
quistadores europeos, quienes retomaron una o varias cabeceras como emplazamiento Texcoco fue de Hernán Cortés hasta 1531 en que volvió a la Corona y hacia 1525 recibió
de su encomienda. Con ello, las contribuciones de los sujetos se quedaban en las cabe- a los primeros frailes.8 Huejotzingo, en primera instancia de Cortés, pasó a la Corona,
ceras y pasaban a las arcas del encomendero. Los tributos dejaron de llegar a la cúspide de a Gonzalo de Salazar y finalmente a Diego de Ordaz en 1530. A este sitio llegaron los
la pirámide económica de México Tenochtitlán, que había desaparecido. Con el nuevo hermanos menores en 1524 constituyendo un edificio de materiales perecederos sobre
régimen, los recursos materiales obtenidos en las cabeceras pasaban a manos de los una plataforma prehispánica en la cabecera principal.9 El caso de Tlaxcala fue muy es-
encomenderos. Un encomendero podía recibir el tributo de solo una cabecera, pero pecial, toda vez que nunca se estableció la encomienda debido a que fue un territorio
también de tres, cuatro o más, según la extensión de la encomienda. 5 Si ya de por sí aliado de los conquistadores y por tanto los dirigentes y macehuales no perdieron los
los bienes materiales eran cuantiosos, a éstos hay que agregar los servicios personales derechos económicos ni políticos de antaño. Como gran provincia aliada, Maxixcatzin,
de los indígenas. señor de Ocotelulco, una de las cuatro cabeceras de las que se componía Tlaxcala,

22 23
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 1. la historia

acogió a los padres franciscanos en su palacio, que fungió como templo, convento doctrinas, catecismos, sermonarios y confesionarios en diferentes idiomas y hasta
y centro de evangelización.10 La enorme cabecera de tributo de Oaxtepec también fue redactaron autos sacramentales o puestas en escena de episodios de las sagradas escri-
encomienda de Hernán Cortes y a la llegada de los dominicos en 1528, lo era de Juan turas. La música, la danza, el canto y las procesiones fueron también de gran apoyo
de Burgos.11 Ocuituco, otro centro tributario, estaba encomendado a Hernán Medel para dar a conocer la doctrina y encauzar la devoción de los naturales.
hacia 1533 en que arribaron los agustinos, pero dos años más tarde, era encomienda Un problema que los misioneros tuvieron que resolver fue el de la dispersión de
del obispo Zumárraga.12 los indios; es decir, aunque éstos pertenecían a una cabecera o a un pueblo sujeto no
Las seis primeras fundaciones mendicantes, luego entonces, se asentaron en las tenían propiamente un caserío planificado, si bien todos ellos se reunían en los centros
cabeceras de tributo y sedes de encomiendas muy ricas, donde los misioneros estable- ceremoniales al menos un día a la semana. La necesidad de congregarlos y concentrar-
cieron las primeras doctrinas o parroquias indias. De hecho las doctrinas dependie- los en un asentamiento bien proyectado fue indispensable para enseñarles la doctrina,
ron de los recursos de la encomienda. Si bien ésta recibía los tributos de los sujetos, aparte de que a los encomenderos les convenía tenerlos reunidos por cuestiones emi-
los frailes de la doctrina hacían visitas a cada uno de ellos. Ahí asistían a los naturales nentemente económicas, como la del cobro del tributo. Si los naturales continuaban
en la enseñanza del Evangelio una vez a la semana o al mes de acuerdo a la distancia. desperdigados, los frailes hubieran tenido que seguir buscándolos entre las escabrosas
Con el correr de los años y con el arribo de un número mayor de padres, muchas visi- montañas, por cuevas y matorrales, subir y bajar, y caminar distancias a veces impen-
tas con altos índices demográficos y económicos se convirtieron en doctrinas. En rea- sables. El único método que pudieron tener para acercarse a una contabilización apro-
lidad hubo incontables cambios económicos al menos durante el siglo xvi, toda vez ximada de catecúmenos fue el de instalarse en los centros ceremoniales, a los cuales los
que incluso pueblos sujetos se convirtieron en encomiendas, modificaron su nombre nativos acudían para llevar a cabo los ritos, ir al tianguis o servir en tequio. Incluso por
o desaparecieron.13 ello, los primeros templos católicos y habitaciones frailunas residieron en las plazas
y palacios de los centros ceremoniales.19
La “conquista espiritual” y las congregaciones de indios Por supuesto que sin las congregaciones de indios no existirían los actuales pue-
blos, ya mestizos, en una circunscripción territorial bien planificada. En realidad hasta
El concepto “conquista espiritual” apareció por primera vez en la crónica agustina de la fecha no existe la suficiente documentación para datar las primeras concentracio-
fray Juan de Grijalva.14 Se refiere a las formas que los mendicantes implementaron para nes, pero Peter Gerhard ofrece un panorama al menos de las ocurridas entre 1550 y
dar a conocer el Evangelio a los naturales de la Nueva España. En efecto, los frailes 1564; es decir, durante el virreinato de Luis de Velasco. Este personaje actuó en unión
iniciaron la predicación de la doctrina cristiana valiéndose de intérpretes y de señas; con los frailes para decidir los espacios que ocuparían los conjuntos conventuales, así
se enfrentaron a la idolatría y a la poligamia, y pretendieron erradicarlas; bautizaron, como los solares y tierras para labrar que corresponderían a cada familia indígena que
confesaron y administraron los sacramentos a caciques y macehuales de poblaciones anteriormente vivía diseminada en medio de los campos o de las serranías. Velasco
dispersas; congregaron o concentraron a los naturales en pueblos con traza reticular; estipuló también que los solares indígenas estuvieran cerca de los recintos misionales,
realizaron las primeras fundaciones conventuales y concibieron una arquitectura ex- la traza de calles y las obras y servicios públicos.20
perimental primero en las plazas de los centros ceremoniales y luego en los enormes Ciertamente los indígenas tuvieron resistencias a las congregaciones, toda vez
solares. Establecieron templos y conventos, escuelas para la enseñanza del catecismo, que no estaban acostumbrados a que las casas estuvieran pegadas unas con otras
del castellano, de artes y oficios, así como hospitales para el cuidado de los indígenas y a que las tierras para el cultivo cercanas no eran las mejores ni tan buenas como
enfermos durante las epidemias.15 las que tenían que abandonar. Tampoco querían estar tan cerca del encomendero ni
Franciscanos, dominicos y agustinos hicieron uso de telas o sargas con figuras de los caciques ni de los frailes porque éstos los obligarían a pagar el tributo, a efec-
pintadas alusivas a la religión católica, que eran leídas por un traductor nativo o indio tuar los servicios personales y a acudir a la catequesis. Incluso las concentraciones
ladino. Se ayudaron también de los “catecismos en imágenes”, realizados a manera de de indios en los pueblos se llevaban a cabo varias veces porque al parecer huían hacia
códices pintados por los indios tlacuilos.16 Uno de estos textos, empleado al menos por sus campos ancestrales. Los casos de Huejotzingo y Oaxtepec son ejemplos de la
los franciscanos y los agustinos en la época más temprana de la evangelización, fue el oposición indiana a la agrupación en los pueblos, ya que tuvieron varias etapas de
catecismo de fray Pedro de Gante.17 reducción. En efecto, el Huejotzingo prehispánico de la montaña cambió al valle al
Para llevar a cabo la misión apostólica, los frailes aprendieron las lenguas de los parecer entre 1529-1530, aunque quizá, según Gerhard, haya sido alrededor de 1552
indios. Si bien en un principio solo se dieron a la tarea de conocer el náhuatl, paulati- porque ya en 1555 la congregación estaba concluida.21 En Oaxtepec, los hermanos pre-
namente dominaron los idiomas de todo el mosaico lingüístico de la Nueva España. Se dicadores se instalaron al pie del cerro donde estaba el centro ceremonial, y fue has-
ayudaron de los vocabularios manuscritos de los padres que los precedieron incluso ta después de 1550 cuando pudieron concentrar a los indios en siete visitas dentro
antes de que se estableciera la imprenta en México entre 1536 y 1539.18 Escribieron también de los linderos.22

24 25
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 1. la historia

Finalmente los encomenderos y los evangelizadores lograron el objetivo de con- mismo instalaron sus propios altares, con el paso del tiempo, se dieron cuenta que las
centrar a los naturales en poblaciones bien planificadas, con una traza reticular, una celebraciones nativas se efectuaban en las plazas y fue en ellas, en los patios o hasta en
plaza al centro, y con los edificios más significativos a su alrededor en los que desta- los juegos de pelota, donde se dieron a la predicación (fig. 3). En los altares colocaban al
caba y sigue sobresaliendo el conjunto conventual frailuno. Santísimo, que no podía estar a la intemperie, por lo cual adaptaron una choza cubierta
de ramas denominada “ramada” o “enramada”, que por estar precisamente entre las
La arquitectura experimental de los mendicantes plazas o patios llamaron “capillas de patio”. Desde ahí los frailes llevaban a cabo la
en los alrededores del Popocatépetl y en Nueva España ceremonia de la misa a las multitudes indígenas. También podían montar su púlpito
itinerante de madera, leer el evangelio o las epístolas, arengar con sermones, instruir,
Los mendicantes, desde que se instituyeron como órdenes religiosas en el siglo xiii, predicar e incluso impartir los sacramentos. Podría decirse que la primera arquitectura
tuvieron que crear una nueva arquitectura. A diferencia de las órdenes monacales de de la evangelización fue improvisada y dentro de los mismos centros ceremoniales in-
benedictinos, cluniacenses o cistercienses, por ejemplo, tenían que vivir en ciudades dígenas. Una arquitectura humilde, a todas luces experimental y sin ningún proyecto
y no en las montañas o planicies boscosas alejadas del bullicio citadino. Ellos debían previo, pero funcional en todo sentido. Desde ahí los frailes pudieron estar en contacto Fig. 3
instalarse dentro de las murallas de las urbes y no alejarse. Rompieron con el sistema con las prácticas rituales e idear los atrios, las capillas abiertas y las posas posteriores.24 Predicación en un juego de pelota.
Diego Muñoz Camargo en Historia
monacal que había sido inquebrantable desde la época de san Benito (480-547). Con- El patio que precede al templo y al convento, denominado atrio en tierras novo- de Tlaxcala.
Fig. 1
Primer templo de los hermanos trariamente a los monjes, que vivían orando en los claustros y sin contacto con el exterior, hispanas,25 tiene como antecedentes las plazoletas de los centros ceremoniales, mien-
predicadores. Santo Tomás de Aquino. los frailes evangelizaban en las plazas públicas, llevaban púlpitos de madera portátiles tras la referencia de las capillas abiertas y de las procesionales son las “enramadas” y las
Toulouse, Francia.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2013. y exhortaban a la población a seguir el Evangelio, los dogmas del catolicismo y a aban- “capillas de patio”. En algunas de esas plazas precortesianas, además, quedan huellas de
donar la herejía. Con el tiempo, construyeron sus edificios religiosos que siguieron el arquitecturas católicas de sillería o mampostería, al parecer también experimentales.
modelo tradicional del templo unido al convento, según el dibujo de la abadía de Sankt Recuérdense por ejemplo las ruinas del templo de Achiutla, Oaxaca, al pie de la gran
Gallen, Suiza (825). Si a todas luces lo anterior es cierto, también lo es que los frailes plataforma en la que se yergue el conjunto conventual;26 o el Teopanco, “el templo viejo”
tuvieron que experimentar en la arquitectura de la planta del templo, toda vez que las de Tepoztlán, Morelos, cuyos restos aún se pueden ver encima de una explanada que
empleadas por las órdenes monacales servían como coro, en el cual oraban y cantaban yace sobre los muros de contención prehispánicos que rodean el cerro del Tepozteco.
las horas canónicas. No había feligreses. Desde ahí se observa la hondonada y en ella el pueblo nuevo con el enorme complejo
Si algo tienen en común los monacales y los mendicantes es el rezo del oficio divino arquitectónico que mandaron a construir los dominicos.27
en el coro, por lo cual estos últimos no pudieron prescindir de él, pero tampoco podían En las plazuelas precortesianas hay tanto restos de construcciones de materiales
dejar de dar cobijo a los fieles en las ceremonias religiosas. Había necesidad de dos es- perecederos, cuyo recuerdo solo pervive en algunas fuentes documentales, como rui-
pacios litúrgicos en la planta. Uno de los primeros experimentos consistió de dos naves nas de templos pequeños que quedaron en desuso una vez concluidos los grandiosos
longitudinales en la que una funcionó como coro y la otra como espacio para albergar a edificios que hoy todavía quedan. Empero, esto no es del todo cierto porque muchos de
los fieles. Ésta fue la idea del arquitecto del conjunto conventual de los jacobinos de esos conjuntos conventuales se levantaron en los mismos centros ceremoniales; mien-
Santo Tomás de Aquino de Toulouse, Francia, primera fundación de la orden de Santo tras que otros se alzaron en solares nuevos. El mismo pueblo actual de Tepoztlán es un
Domingo. Quizás así los hermanos predicadores resolvieron el problema de espacialidad ejemplo: hay arquitectura experimental sobre una plazoleta prehispánica y el enorme
para los frailes y los laicos. (fig. 1) Otros ejemplos son los de los templos conventuales conjunto frailuno en la cuenca.28
dominicos de Santo Tomás de Ávila y Santo Domingo de Scala-Coeli de Córdoba, en
España. En ellos hubo un primer intento de coro y altar en el ábside, que al parecer Los “primeros monasterios del siglo XVI en las vertientes
no funcionó porque finalmente los dominicos construyeron otro arriba del área de la del Popocatépetl”, Patrimonio de la Humanidad
puerta de entrada. (fig. 2) Parece que la localización del coro tuvo varios experimentos en la declaratoria de la UNESCO de 1994
hasta que cuajó el que conocemos a la fecha y que se usó en la arquitectura conventual
de la Nueva España.23 De las seis primeras fundaciones mendicantes en Nueva España que se han enumerado
El templo y el convento unidos entre sí llegaron a Nueva España de la tradición líneas atrás (Ciudad de México, Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo –1524–, Oaxtepec
Fig. 2
Templo de hermanos predicadores monacal de Europa Occidental, pero no ocurrió lo mismo con el atrio. Las capillas –1528– y Ocuituco –1533–), tres se asientan en las vertientes del Popocatépetl. En estas
de Santo Tomás de Ávila. abiertas o de patio y las posas o procesionales nacieron en el Nuevo Mundo. En estas tie- tres poblaciones y en otras que mencionaré más adelante se encuentran los conjun-
Córdoba, España.
Selbyman, 2012.
rras también los mendicantes realizaron una arquitectura experimental. Si bien los tos conventuales que hoy están en ruinas. No existirían si su territorio no hubiera sido
Wikicommons. frailes a su llegada habitaron en las casas y palacios de los caciques y principales, y ahí tan fértil ni con una densa mano de obra. Tampoco los veríamos si esas localidades

26 27
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 1. la historia

Fig. 6
Fachada del templo mendicante. actual y las dependencias que restan se hayan construido sobre un centro ceremonial
Hueyapan, Morelos. precolombino. (fig. 4)
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
La importancia cultural de la doctrina de Oaxtepec estriba también en que al pare-
cer funcionó como centro de estudios de náhuatl, toda vez que a su arribo a las tierras
novohispanas, los dominicos se instruían ahí en esa lengua para dar inicio a la ense-
ñanza de la doctrina cristiana entre los naturales. Ahí también hubo un hospital. La
cabecera de Oaxtepec, junto con las de Huejotzingo, Cuauhnáhuac y Ocuituco fueron
de hecho las más significativas durante los primeros años de la catequesis en las laderas
del Popocatépetl. Con la paulatina presencia de más frailes de las tres órdenes, las visi-
tas se convirtieron en doctrinas, aunque muchas de aquellas quizá por no ser grandes
cabeceras se quedaron siempre como tales o desaparecieron porque los habitantes
Fig. 8
fueron congregados en otros pueblos de indios. Fachada del templo mendicante.
Fig. 4 Desde la doctrina de Huejotzingo los franciscanos visitaban Calpan, Tochimilco y Ocuituco, Morelos.
Huertas del antiguo convento de Santiago. Fotografía: Ricardo Alvarado Tapia, 2017.
Ocuituco, Morelos. Huaquechula, por citar algunas, que como cabeceras de tributo pronto se convirtieron
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018 en doctrinas. Lo mismo ocurrió con las visitas dominicas de Oaxtepec, entre las que se
contaban Tepoztlán, Yautepec, Hueyapan y Tetela del Volcán. Caso semejante puede
vislumbrarse en Totolapan, Tlayacapan, Atlatlauhcan, Yecapixtla y Zacualpan de Amil-
pas que los ermitaños asistían desde Ocuituco. Es decir, con el aumento de frailes se
no hubieran estado ocupadas por cabeceras de tributo y por ricas encomiendas. En incrementó el número de doctrinas en los anteriores centros ceremoniales prehispáni-
Huejotzingo, en el solar en el que se dispuso el actual conjunto conventual, si bien no es cos que siguieron actuando como cabeceras de tributo y sedes de prósperas encomiendas.
un basamento prehispánico, hay al menos dos etapas de arquitectura experimental en Por supuesto que antes de que se construyera la arquitectura conventual, que hoy
el lado norte del templo.29 Desde ahí irradió la evangelización hacia el actual Estado de preserva muy poco de lo que fue en su origen, hubo una arquitectura experimental que
Puebla. Así también de la fundación franciscana de Cuauhnáhuac o Cuernavaca, situada la precedió en todos los pueblos cabeceras y tributarios. Solo después de mediados del
también al pie del volcán y solo un año posterior a la llegada de los doce primeros reli- siglo xvi se implementó la nueva arquitectura de cal y canto, es decir de cal y roca que
giosos, emanó el apostolado por gran parte de lo que hoy es el Estado de Morelos. De fue implementada por el virrey Luis de Velasco y los frailes, como se dijo líneas atrás.
hecho los frailes menores fueron los primeros que visitaron las cabeceras y los sujetos La gran capacidad constructiva de las tres órdenes fundadoras de las doctrinas y
del extenso territorio que rodea el Popocatépetl. Pero, una vez que los dominicos se de las visitas es a todas luces una proeza del siglo xvi. Efectivamente, los establecimientos
situaron en Oaxtepec, éstos diseminaron la predicación hacia el lado sureste del volcán, franciscanos de Cuernavaca, Morelos (1525)31, y los de Huejotzingo (1524), Calpan (1540
Fig. 5
que incluía a Ocuituco. La presencia de los agustinos en ese sitio en 1533, provocó la o 48), Tochimilco (1552 o 1569) e incluso Huaquechula (1540) en Puebla; los dominicos Fig. 9
Fachada del templo mendicante. fundación de otra doctrina y que se hicieran cargo de varias de las visitas “morelenses” de Oaxtepec (1528), Tepoztlán (1555, 56 o 59), Yautepec (1550 o 54), Hueyapan (1563 o Portada del templo mendicante.
Atlatlahucan, Morelos. Tepoztlán, Morelos.
que primero habían sido de los franciscanos y luego de los dominicos. En el caso de 1575) y Tetela del Volcán (1561); y finalmente los agustinos de Ocuituco (1533), Toto-
Fotografía: Elsa Arroyo Lemus, 2017. Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
las visitas “poblanas”, con el arribo de más padres menores se volvieron doctrinas y lapan (1535), Tlayacapan (1554), Atlatlauhcan (1570), Yecapixtla (1535) y Zacualpan
siguieron siendo administradas por los franciscanos al menos hasta 1640, en que se de Amilpas (1535) en Morelos, forman una red de interconexiones edilicias, difíciles de
dio la secularización. encontrar en otros contextos geográficos del que fuera el territorio de la Nueva España.
Desgraciadamente para la realización de esta investigación, las autoridades del Todos los habitantes de esas cabeceras formaron los pueblos de indios, ahora mes-
Centro inah Morelos no permitieron la revisión de los expedientes de los edificios frai- tizos, pero congregados en un espacio diseñado conforme a una traza regular de ori-
lunos que rodean el Popocatépetl, por lo cual no es factible saber si ha habido explora- gen europeo, al igual que los complejos conventuales. Los pueblos y las construccio-
ciones arqueológicas en las primeras fundaciones de los dominicos en Oaxtepec o de nes frailunas que rodean las faldas del Popocatépetl son testimonio de la riqueza de
los agustinos en Ocuituco que determinen la existencia de ruinas prehispánicas o arqui- las cabeceras, de las encomiendas y de las doctrinas que tuvieron los recursos y la
tecturas experimentales previas. Empero, en el caso de Ocuituco se puede conjeturar mano de obra para la realización de una arquitectura de gran envergadura. Ésta, si
Fig. 7 que dado las mínimas excavaciones que se han realizado en el lado poniente y norte bien introduce los resabios medievales del convento y la iglesia ligados entre si, también Fig. 10
Fachada del templo mendicante. Fachada del templo mendicante.
Oaxtepec, Morelos.
de la iglesia, así como a las curvas de nivel que ondean en el terreno del costado sur de crea y renueva esa vieja tradición con las adiciones del atrio, la capilla abierta y las Tetela del Volcán, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. lo que fue el convento, en las antiguas huertas, es probable que el conjunto conventual capillas posas. Fotografía: Ricardo Alvarado Tapia, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 1. la historia

El nacimiento de una arquitectura virreinal pensada en la evangelización de los ver que estos edificios se hallan cubiertos de pintura mural y cuentan con un inmenso
indios surgió de los experimentos continuos en varios puntos de la Nueva España, y terreno adosado destinado a las huertas.
uno de ellos estuvo en las laderas del Popocatépetl. Por ello, en 1994, la unesco declaró El nombramiento de la unesco también se detiene en la ocupación prehispánica
como patrimonio de la humanidad catorce conjuntos conventuales de esa extensa área de la región. Indica que la más temprana fue la de los olmecas hacia el año 1100 a. C.,
que abarca 88 km de longitud y 39 km de ancho en los estados de Morelos y Puebla. Las seguida de la influencia teotihuacana en Oaxtepec y Tepoztlán, que continúa con la
coordenadas de dicha extensión se localizan a los 98º 24’ 13” – 99º 14’ 92” de longitud cultura de Xochicalco hasta el siglo XI d. C. Es entonces cuando, según el documento, se
oeste y 18º 47’ 11” – 19º 09’ 27” de latitud norte. despliegan por la zona los chichimecas, chalcas, xochimilcas y tlahuicas, últimos en
Fig. 14
Los edificios mendicantes que entraron en la declaratoria de la Organización llegar, y se organizan como estados independientes. No obstante, conforme al texto, Fachada del templo mendicante.
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura de 1994 fueron los de no resistieron el dominio mexica que los convirtió en tributarios en el siglo xv, e ins- Zacualpan de las Amilpas, Morelos.
Atlatlauhcan (fig.5), Cuernavaca, Hueyapan (fig.6), Oaxtepec (fig.7), Ocuituco (fig. 8), tituyó las cabeceras de Oaxtepec y Cuauhnáhuac como centros de acopio. Así estaba Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
Fig. 11
Fachada del templo mendicante. Tepoztlán (fig. 9), Tetela (fig. 10), Tlayacapan (fig. 11), Totolapan (fig. 12), Yecapixtla (fig. la situación a la llegada de los conquistadores europeos, quienes libraron batallas en
Tlayacapan, Morelos. 13), Zacualpan de Amilpas (fig. 14), en el Estado de Morelos; y Calpan (fig. 15), Huejot- Totolapan, Tlayacapan y Yecapixtla y luego sometieron a Oaxtepec, Tetela y Hueyapan.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
zingo (fig. 16) y Tochimilco (fig. 17) en el Estado de Puebla. Desgraciadamente en el Por otra parte la nominación se refiere a la llegada de las órdenes religiosas a la
documento no se dice porqué no se integró el edificio franciscano de Huaquechula región, que ya ha sido relatada desde otra perspectiva en este texto. Empero, el docu-
(fig. 18), en este último estado, que debería estar incluido, ni al inmueble de Tlalmanalco mento ahonda en la forma en que los misioneros se distribuyeron alrededor de las zonas
en el Estado de México. Tampoco se comenta porqué se incluyeron Hueyapan y Cuer- montañosas del Popocatépetl y del Iztaccihuatl, y siguieron las rutas hacia “tierra ca-
navaca.32 (fig. 19) Uno ya prácticamente perdido y otro un tanto alejado de las faldas liente” o bien hacia Oaxaca. Se menciona asimismo a los posibles arquitectos de los
del Popocatépetl. edificios conventuales.
En la nominación de los inmuebles que son patrimonio de la humanidad se hace Para finalizar, el texto describe la organización colonial de la región. Alude a los
hincapié en el gran número, las enormes dimensiones, la cercanía entre uno y otro, y a caminos que la comunicaban y da el ejemplo de la ruta de Hueyapan a Tochimilco.
la construcción realizada en un lapso de tiempo muy corto. Así también, se refiere a que Asimismo, señala que la fundación de pueblos novohispanos se llevó a cabo en las
los edificios siguen un mismo modelo de arquitectura, que se repite muy pronto en los grandes concentraciones humanas de la época anterior, pero en torno a los complejos Fig. 15
Fachada del templo mendicante.
más de trescientos conjuntos conventuales del territorio que fue de la Nueva España. conventuales, que no fueron solo centros de culto y enseñanza, sino ejes rectores de Calpan, Puebla.
Sin embargo, el documento unifica, de una manera propia de la historiografía del siglo las poblaciones e incluso hasta catedrales, como ocurrió en la antigua Cuauhnáhuac, Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2009.
xx, los componentes arquitectónicos de los edificios, como si éstos no hubieran cam- hoy Cuernavaca. La disertación concluye con la idea de que la puesta en marcha del
biado en casi trescientos años de construidos. La carencia de interpretaciones metodo- Concilio de Trento en las tierras novohispanas, abrió la vía para el afianzamiento del
lógicas como la cultura material o la historia constructiva hace ver a estos inmuebles clero diocesano y la secularización de los conventos en los siglos xvii y xviii. Esta forma
Fig. 12 como si fueran entes inamovibles en el tiempo. de interpretar la historia, muy propia de la historiografía mexicana del siglo xx, no dio
Fachada del templo mendicante.
Totolapan, Morelos.
La certificación de la unesco estandariza los tipos de atrios al aire libre; las capillas luces sobre el devenir de los conjuntos conventuales durante las centurias posteriores
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. posas situadas en los ángulos de los atrios; los caminos procesionales que las unen en y hasta el año de la declaratoria de 1994.
las esquinas; las capillas abiertas; las cruces atriales, que merecen una acuciosa inves- Pese a lo dicho y a lo no dicho en la declaratoria de la unesco, parece que para la reali-
tigación historiográfica; y los calvarios adosados a los muros de los atrios. Por supuesto zación de ésta fue más importante impulsar la zona en los ámbitos social y turístico,
que hay una sección dedicada a las obras hidráulicas que perviven en los acueductos, para lo cual se creó la idea de homogeneidad de los inmuebles, que dejó fuera a los de Tlal-
fuentes y canales intra y extramuros. También el escrito puntualiza sobre el templo y manalco y Huaquechula e incorporó a otros como Hueyapan y Cuernavaca. Sin embargo,
sus dependencias como la nave, el presbiterio, el baptisterio y el coro, aparte de men- la idea de uniformidad de los conjuntos conventuales ha sido una constante no solo en
cionar las capillas y los retablos del siglo xvi, como el de Huejotzingo. (fig. 20) las vertientes del Popocatépetl, sino dentro de la historiografía hasta nuestros días.
En cuanto a los conventos de los conjuntos arquitectónicos que se hallan en las Los recintos conventuales o los “templos y sus anexos”, como los menciona el docu-
laderas del Popocatépetl, el texto llama la atención sobre la orientación y el patio cen- mento de la unesco, fueron declarados monumentos históricos desde el siglo pasado,
tralizado con corredores de dos cuerpos a los lados y cubiertas de crucería o bien de en la década de los treintas y de los cincuentas sucesivamente. Son bienes nacionales,
cañón. En el primer piso, aduce a los confesionarios, que hacían posible la comunicación propiedades de la nación, según la ley del 6 de mayo de 1972, que se refiere a “Los mo-
Fig. 13 entre el penitente del lado de la iglesia y el sacerdote del convento; a la sala de profundis, numentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas”. Dependen de la Secretaría de Fig. 16
Fachada del templo mendicante. Fachada del templo mendicante.
Yecapixtla, Morelos.
la sacristía, el refectorio, la cocina y la portería abierta hacia el atrio. En el segundo, indica Desarrollo Social y de la Secretaría de Educación Pública a través del Instituto Nacional Huejotzingo, Puebla.
Fotografía: Ricardo Alvarado Tapia, 2017. la importancia de la biblioteca y la necesidad de las letrinas. Además, la nominación hace de Antropología e Historia que realiza los trabajos de conservación.33 Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2015.

30 31
capÍtulo 1. la historia

Al parecer, al menos hasta el año 1994 los “templos y los anexos” de las vertientes
del Popocatépetl no habían sufrido daños cuantiosos ni pérdidas irreparables. Los
habitantes de los pueblos donde se encuentran no solo acudían a las ceremonias reli-
giosas, sino que presentaban un fuerte sentido de identidad y apropiación social de ese
patrimonio. Pretendían su conservación y participaban comunitariamente en su buen
estado.34 Las acciones a favor de la protección del patrimonio conventual de la zona,
según la declaratoria, prosiguió en la primera década del siglo xxi y tuvo repercusio-
nes sobre todo en Tlayacapan, donde efectivamente existe la mayor identificación
de la población con su patrimonio, gracias a la participación de la comunidad que la con-
forma y a las acciones didácticas de instituciones académicas.35 En esta localidad hay
promotores culturales nativos que saben que la protección de su conjunto conventual
y de sus capillas de barrio recae en ellos mismos, toda vez que deben hacer conscientes
de los valores históricos al resto de los habitantes. Ojalá que la revaloración histórica del
pasado fuera compartida por los otros pueblos que rodean el volcán y que fueron derrui- Fig. 17
dos por el terremoto del 19 de septiembre de 2017. Ahora están en restauración, cercados Fachada del templo mendicante.
Tochimilco, Puebla.
por telas de alambre, con la implementación de capillas abiertas provisionales de lona, Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
en medio de los atrios llenos de flora nociva, basura y todo tipo de desperdicios. Parece
que los sentidos de identidad y apropiación de los inmuebles yacen dormidos, inválidos
por el trauma del cataclismo. Hace falta que revivan el conocimiento de la historia
de su tierra, de su entorno, de su patrimonio. El descuido, el deterioror y la ruina de los
edificios es semejante a la pauperización de las poblaciones.Hace falta que vuelvan
a vivir su historia y sus edificios. Hay una gran necesidad de que los residentes de esos
pueblos se reconozcan en ellos como mudos testigos de su propia vida.

Fig. 20
Retablo de Huejotzingo, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez,
marzo 2017.

Fig. 19
Códice Labra. Mapa de conventos mendicantes afectados por los sismos.
Cynthia de Labra, técnica mixta, 2019.

Fig. 18
Fachada del templo mendicante. Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.

33
CAPÍTULO 2. LA CONSTRUCCIÓN

La traza de los pueblos de indios

Las congregaciones de indios hicieron posible la planeación y la traza de los caseríos Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
donde vivirían. Algunas veces se mantuvieron en los antiguos centros cívicos ceremo-
niales; otras en los valles, a los pies de las montañas. La legislación para el diseño de
los pueblos de indios está contenida en las Leyes de los reynos de las Indias,36 que inclu-
yen las del emperador Carlos V y de su hijo Felipe II. En el caso de las localidades que
rodean el Popocatépetl, las reducciones de indios datan de 1550 a 1564,37 y fue hasta
esos años cuando se realizó el proceso de urbanización.
Las Leyes de los reynos de las Indias en los títulos concernientes a las poblaciones,
ciudades, villas y pueblos son una paráfrasis del tratado De Re Aedificatoria de Leon
Battista Alberti.38 Basta leer al tratadista para darse cuenta que la legislación lo evoca
al pie de la letra en la planeación urbana de la Nueva España. Sin embargo, las dispo-
siciones del tratadista de la arquitectura de la antigüedad romana Vitruvio también
estuvieron presentes. Ambos escritos, el utópico renacentista de Alberti y el práctico
de Vitruvio, en conjunción con las explicaciones de las Leyes de los reinos de las Indias
se pusieron en marcha en el Nuevo Mundo, no solo en los pueblos de la periferia del
Popocatépetl, sino en gran parte de las tierras novohispanas.39
La idea clásica renacentista de los tres documentos antes referidos y que estaban
en boga en el siglo xvi, pueden definirse a partir de la racionalidad de una cuadrícula
urbana que había de partir de un diseño para trasladarse al terreno. El primero está
presente en la teoría de Alberti, para quien a partir del trazo de una línea recta:

…en cuyo centro hundo un clavo en el suelo, a través de la cual hago pa-
sar una perpendicular conforme a los dictados de la geometría. Y así,
cualquier medida que haya de tomar, la tomo con relación a estas dos
líneas. Todas las cosas salen bellísimamente: las líneas paralelas se ob-
tienen con facilidad, los ángulos se delimitan con exactitud, las partes se
corresponden con las partes y se conforman de la manera adecuada.40

¿Qué mejor manera de describir el diseño de una retícula como las que se imple-
mentaron en muchas de las ciudades y pueblos de indios de Nueva España? En efecto,
en éstos, conforme lo mencionan las Leyes de los reinos de las Indias, debía haber “plazas,
calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor y sacando desde
ella las calles a las puertas y caminos principales, y dejando tanto compás abierto, que
aunque la población vaya en gran crecimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar en
la misma forma”,41 además de que las cuatro esquinas de la plaza debían ver hacia los
cuatro vientos.
No obstante, hay que advertir que de las poblaciones indígenas que se quedaron
en torno a su centro de culto, Motolinía escribió que éste tenía un patio cuadrado de
donde salían “los caminos por cordel, muy derechos”. Kubler al interpretar la nota
sugiere que la “apariencia reticulada deriva, tal vez, de la traza precortesiana”.42 De ser
así habría casos en los cuales las vías ancestrales fueron el origen de la planificación
urbana en forma de retícula tan del gusto clásico del siglo xvi.

35
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Dibujo 1.
Hubo varios métodos para el traslado del modelo de retícula de Alberti al pro- Vista de pájaro del templo
yecto de ciudades bien orientadas que fueron conocidos desde la Antigüedad y que y convento de Santiago Apóstol.
Ocuituco, Morelos.
seguramente se emplearon en Nueva España. Uno de ellos era el de la groma o escuadra Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
de agrimensor, un instrumento compuesto de un pie en cuya cúspide había dos aspas
perpendiculares que generaban cuatro secciones, de las cuales colgaban cuatro cuerdas
con plomo. El pie debía quedar fijo en el terreno para conservar una posición vertical,
mientras el viento dirigía las aspas para señalar en el terreno la sombra de las líneas
rectas. En éstas se colocaban cuerdas y estacas en forma horizontal y vertical que
daban como resultado una cuadrícula en la superficie.43 Vitruvio da cuenta de otro
sistema para trazar las ciudades en las que la distribución debía realizarse a partir de
la plaza y las calles con la orientación hacia los puntos cardinales en asociación con
los ocho vientos. Consistía en un cuadrante de mármol en medio del cual había un
gnomon (una especie de varilla de bronce), que como un reloj de sol indicaba las som-
bras cinco horas antes del mediodía y después del mediodía. Con estos dos puntos y
Fig. 21
Uso de la groma,
con ayuda del compás se trazaba una figura en forma de aspa, con la cual se delimitaban
Juanelo Turriano (1500-1585), las regiones meridional o sur y la septentrional o norte. A partir de éstos se señalaban
Los veintiún libros de los ingenios
y de las máquinas,
otros dos puntos y de los cuatro se trazaban líneas por el centro a fin de determinar
t. 1, v. 64. Biblioteca Nacional de España. “espacios iguales para los ocho vientos. Siguiendo los ángulos, entre las dos zonas
de los vientos, se alineaban los trazados de las plazas y de las calles. Siguiendo esta
estructuración descrita, los vientos perjudiciales quedaban excluidos de las viviendas
y de las calles.”44 Otro procedimiento de la Antigüedad era usar el cippo, quizá semejan- Las manzanas en la actual población de Tlayacapan, Mor., están muy modifica-
te al cuadrante vitruviano, que cortaba el espacio en dos secciones denominadas kardo das, al igual que el perímetro del conjunto conventual y ya solo se puede determinar el
(con dirección norte-sur) y decumanus (de oriente a poniente), en cuya intersección se que quizá fue el eje rector o kardo con la calle de Justo Sierra que pasa frente a lo que
generaban dos sentidos perpendiculares,45 con los cuales se llevaba a cabo una traza en fue el convento y la plaza, así como el decumanus, que pudo ser la calle Benito Juárez.
forma de tablero de ajedrez. En Ocuituco, Mor., la única calle que prevalecería como el kardo sería la de Los Alacra-
Seguramente los métodos de traza de ciudades se fusionaron a lo largo del tiempo nes, ya que las otras vías no tienen qué ver con la racionalidad clásica.47 Quizás esto se
porque hay una lámina en Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas de la Biblioteca deba a que en el espacio que ocupa el conjunto agustino se ubicaba un centro cere-
Nacional de España que muestra a tres agrimensores usando la groma para el trazado de monial prehispánico en el que se inició la evangelización y esto posiblemente impidió
un círculo con los ocho puntos cardinales, conforme lo establece Vitruvio.46 (fig. 21) una traza bien organizada. (Dibujo 1)
Los pueblos de indios para las recién formadas congregaciones debían estar cerca Entre otras trazas racionales de las laderas del Popocatépetl de las que aún
de los manantiales, al igual que de los materiales para la construcción de edificios y de quedan huellas, podrían mencionarse Huejotzingo, Calpan y Tochimilco en Puebla, así
las tierras de labor. Quizá tuvieron pocas manzanas, ya que según las Leyes de los reynos de como Atlatlahucan y Yecapixtla en Morelos. El Huejotzingo prehispánico que se asen-
las Indias las poblaciones para españoles debían ser habitadas por más o menos treinta taba en un cerro, después de varias congregaciones indígenas se estableció en el valle
vecinos. Tal vez en las localidades cercanas al Popocatépetl, los agrimensores después a mediados del siglo xvi poco después de ejecutarse la traza. Ésta posiblemente tuvo
de tener la mejor orientación y la sombra de las líneas perpendiculares, establecieron como kardo la hoy carretera 190 y como decumanus la calle Nicolás Bravo. El complejo
los dos ejes rectores para disponer la plaza y el convento, y a partir de ellas ir generando las arquitectónico del convento franciscano, la escuela y las casas porfirianas del poniente
manzanas para los solares. En la traza del poblado de Huaquechula, aún salta a la vista conformaron una manzana, cuyas medidas aparentemente se repitieron hacia ese
cómo la medida del cuadrado en que está inmerso el convento se repite en varias lado oeste, lo cual hace pensar en que el cuadrado que se originó fue el módulo rector.
Fig. 22 manzanas a la redonda, lo cual podría hacer pensar que las perpendiculares se genera- Ese módulo cuadrado se repitió varias veces y con el correr del tiempo se fragmentó
Fotografía satelital de Google Earth con ron a partir de la actual calle 2 Sur, que se prolonga a la 2 Norte, y la calle de Arévalo. Si se en tres secciones en dirección oriente-poniente, y se dividió en dos de norte a sur.
la identificación de la traza reticular de
Huaquechula, Puebla.
retomara la nomenclatura romana, el kardo o eje principal sería la calle 2 Sur, mientras el Ello dio como resultado que los solares cuadrados dispuestos en el siglo xvi se convir-
Jesús Muñoz Cinta, 2019. decumanus, la calle de Arévalo. (fig. 22) tieran en seis manzanas rectangulares evidentemente de menores dimensiones en los
siglos siguientes. Este sistema se repitió y las cuadras que se generaron se han

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

venido respetando en su devenir histórico. Así el crecimiento de la pequeña urbe del país. Huejotzingo es un paradigma, una urbe ideal que fue reflejo del modelo
siguió manteniendo un orden clásico quizás en un 90%. (fig. 23) clásico renacentista que permeaba en la mentalidad de los occidentales del siglo xvi.
En Calpan al parecer el kardo está presente en la actual calle de 16 de Septiembre Tal vez hubo otros arquetipos en las poblaciones de las vertientes del Popocatépetl, pero
y el decumanus en la de Las Cajas, que a la altura del ex convento se transforma en San quedan muy pocas huellas, éstas se han borrado o no existe la suficiente investigación.
Francisco. El Tochimilco del siglo xvi quizá solo contó con tres cuadras, cuyo punto de El caso de Ocuituco es enteramente diferente porque al parecer el conjunto con-
intersección del kardo y el decumanus estuvo en la actual avenida Cuilotepec y la avenida ventual se dispuso sobre las ruinas de un centro ceremonial prehispánico, cuya
Monte Olivet. En Atlatlahucan subsisten tal vez como kardo la calle Hidalgo y como población dispersa se congregó en torno al recinto religioso sin ningún orden, como
decumanus la de Independencia. En Yecapixtla se conserva posiblemente la dirección hasta hoy puede verse.
norte sur del kardo en la calle No Reelección y la dirección oriente poniente de la ave-
nida Emilio Carranza, cuyo eje prosiguió hacia el este. Sin embargo las trazas de las Los maestros de obra y los comitentes
Fig. 23
poblaciones del hoy Estado de Morelos son muy ambiguas porque o bien se limitaron Desgraciadamente no se tienen los nombres de los arquitectos del siglo xvi que tra-
Fotografía satelital de Google Earth con solo al recinto conventual y nunca se continuaron los ejes direccionales o el crecimien- zaron los conjuntos conventuales. La lucha por encontrarlos no ha fructificado ni con
la identificación de la traza reticular de
Huejotzingo, Puebla.
to demográfico sin control y una mala política urbanística las devastaron totalmente. la búsqueda en los pocos libros de cuentas que quedan. El prestigio que debía osten-
Jesús Muñoz Cinta, 2019. En la actualidad solo hay trazas irracionales sin dirección y sin lógica como ocurre tar el arquitecto, maestro de obra, alarife o constructor de cada recinto mendicante o
por ejemplo en Cuernavaca y Oaxtepec, que desde la época prehispánica fueron centros bien ha quedado en el anonimato o se atribuye a los frailes que se mencionan en las
económicos muy importantes y cabeceras de tributo. Esto pudo ocasionar que la re- crónicas. Falta ver si esos padres tuvieron alguna formación dentro de la actividad
tícula resultara inoperante como lo manifestó George Kubler.48 (fig. 24) edilicia previamente a su llegada a Nueva España o incluso si pudieron adiestrarse
aquí como discípulos de algún arquitecto.
La planificación de los conventos El mismo Kubler que se negó a aceptar que hubiera maestros de obra en la cons-
trucción de los conventos frailunos, dio los nombres de algunos alarifes, albañiles y
El abastecimiento de agua hasta de un maquetista como participantes en obras de la Ciudad de México durante la
Desde luego que los agrimensores que trazaron los pueblos de indios primero identifi- primera mitad del siglo xvi.50 Mencionó también los nombres de arquitectos y alarifes
caron los valles, localizaron los manantiales, los yacimientos de roca, arena y cal para bien formados para intervenir en las obras urbanísticas, de la segunda catedral y de los
la construcción. También pensaron en la cercanía de los bosques para la obtención de conventos de Santo Domingo y de San Agustín de la Ciudad de México, al tiempo que
la madera de las cimbras, los andamios, los medios de transporte, como lo especifican se refirió a los frailes constructores de conventos de la segunda mitad del quinientos,
Vitruvio, Alberti y las Leyes de los reynos de las Indias. entrenados ya en Nueva España.51 ¿Por qué no admitir hoy día el trabajo de técnicos
El agua no fue ningún obstáculo para los constructores de los recintos frailunos que expertos que realizaron la fábrica de los conventos de los pueblos de indios? No porque
están a las faldas del Popocatépetl, toda vez que procede del deshielo y de las copiosas no aparezcan los nombres no los hubo. No se puede concebir que la arquitectura de
precipitaciones pluviales que se filtran y crean los mantos acuíferos subterráneos o bien gran envergadura de los recintos frailunos haya sido obra de manos inexpertas.
corrientes externas que son cuantiosas en los meses de lluvias.49 Si bien se carece de los nombres de los maestros constructores de conventos novo-
En los casos de Huejotzingo, Pue., y en el alejado Yanhuitlán, en la Mixteca oaxa- hispanos del siglo xvi, lo mismo ocurre cuando se quiere encontrar los de los obradores
queña, se llevó el agua a los solares que se destinarían a los conjuntos conventuales de los edificios medievales. Las pocas menciones de arquitectos que se conocen son
y desde ellos se distribuyó el líquido a los pobladores. Seguramente existen un sinnú- producto de la revisión de los contratos o libros de cuentas o bien por las marcas en
mero de casos de localidades en las que de manera simultánea se llevó a cabo la traza sillares de cantera o epitafios labrados. Sin embargo, queda del medievo el Cuaderno de
y se urdió la forma de conducir el agua. En los dos ejemplos mencionados con anterio- dibujos de Villard de Honnecourt (1200-1250), prácticamente un tratado de arquitectura
ridad quedan vestigios de acueductos que fueron usados y rehechos más tardíamente. gótica que revela el nombre de un maestro de obras, aparte de considerar la importan-
También quedan rastros de sistemas hidráulicos dentro de los edificios. Unos captaban cia de la geometría en la traza de los edificios de su época.52 La autoría de las obras se
el líquido de las pendientes de las azoteas que desaguaban a través de gárgolas, ya sea daba a los comitentes, o sea a los patrocinadores que las financiaban y que se consi-
en el atrio o en las huertas. Otros, por medio de canalillos llevaban el fluido a aljibes o a deraban de mayor relevancia. El trabajo de los constructores se entendía de manera
dependencias que ya es difícil distinguir, como en los casos del multicitado Yanhuitlán, muy diferente a la actual. Incluso el mismo Antonio Averlino Filarete en su Trattato di
Fig. 24
Oaxaca, o bien en Ocuituco, Mor. Architettura, mencionaba que “al arquitecto corresponde la maternidad de la obra;
Fotografía satelital de Google Earth con la La planificación de la urbe, la seguridad de los surtidores de agua y los mate- la paternidad es del príncipe”.53 En este sentido, la creación de los proyectos de los
identificación de la traza reticular de
Calpan, Puebla.
riales de construcción cercanos, hicieron posible que las congregaciones indígenas edificios de los mendicantes en el siglo xvi novohispano recaería en el Regio Patronato
Jesús Muñoz Cinta, 2019. se trasladaran de los cerros a los valles en que hoy se asientan muchos pueblos Indiano, en los encomenderos y en los indígenas que con su financiamiento y mano de

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

obra los hicieron posibles. Queda la duda sobre los frailes constructores, pero si no lo de obra aparece de pie y llevando los atributos propios de su oficio como la maqueta
fueron, la relación entre ellos y los maestros de obras debió ser muy estrecha para que que porta en la mano derecha, la vara de medir en la izquierda, la escuadra y el com-
estos últimos crearan edificios funcionales para el seguimiento de la evangelización y pás a sus pies.57 (fig. 26) Los planos y maquetas perecederos incluso se usaron durante
de la vida de la comunidad religiosa. Sea como fuere, los nombres de los maestros de el Renacimiento. El mismo Filippo Brunelleschi (1377-1446) los utilizó mientras sis-
obra de los recintos frailunos novohispanos no trascendieron y el crédito es de los co- tematizaba el conocimiento científico de la perspectiva y de la escala de los edificios
mitentes y de los frailes que aceptaron la realización de los proyectos. en un plano de papel.58 Leon Battista Alberti menciona constantemente el empleo de
También es cierto que durante el siglo xvi solo se gozaba de la preeminencia de planos y maquetas en su tratado sobre arquitectura.59 Los planos y maquetas eran de
los pintores, escultores y arquitectos en la Península Itálica, donde esas actividades uso común no solo entre los grandes arquitectos florentinos, sino incluso en aquellos
ya eran vistas como artes del diseño y estaban consumados los privilegios del artista. que realizaban obras que no trascendieron. ¿Por qué no pensar que los maestros de
Fig. 25 En otras latitudes de Europa, con excepción de Flandes donde los pintores firma- las construcciones frailunas del siglo xvi novohispano proyectaron las obras en pla-
Montea de la iglesia de Santa
Clara de Compostela. ban, los hoy denominados artistas y entre ellos los maestros de obras no importaban nos dibujados en áreas niveladas en el piso? De hecho trabajaban a partir de monteas
ABC Galicia, España, 2014. porque su trabajo se consideraba mecánico, manual y hasta servil. dibujadas ahí para medir las dovelas de las portadas. Hay que considerar también que
idearon pequeñas maquetas de materiales perecederos, que por su mismo carácter efí-
Los planos, las monteas y las maquetas. La organización del proyecto mero desaparecieron. Si esto fuera verdadero, la inexistencia de planos y maquetas de
Otra de las búsquedas infructuosas ha sido la de los planos y maquetas, que segura- factura fugaz sería más que obvia.
mente hubo y no se conservaron. Éstos, al igual que los libros de cuentas con los rastros Los maestros de obra antes de empezar las fábricas debían prever cualquier con-
Fig. 26
de los nombres de los obradores de conventos, pudieron perderse o quemarse porque tratiempo una vez asegurados los solares, la captación de agua, el abastecimiento, el Epitafio de Hugo Libergier,
carecían de importancia para los párrocos diocesanos que sustituyeron a los frailes en traslado de los materiales y la mano de obra. La aceptación del proyecto no solamente catedral de Notre Dame
de Reims, Francia.
la actual zona Puebla-Tlaxcala desde 1640 o bien en el hoy Estado de Morelos, cuya implicaba los planos y maquetas, necesitaba de presupuestos y costos a corto y a largo Palauenc05, Wikipedia, 2016.
secularización de los conventos comenzó a mediados del siglo xviii. Otros factores his- plazo. Requería de mecanismos de tracción como poleas para elevar los materiales. En-
tóricos de extravío documental probablemente fueron la Guerra de Independencia, trañaba una serie de mecanismos de organización como la mano de obra especializada
las cruentas batallas que asolaron el territorio nacional durante el siglo xix y por y su adiestramiento previo en el manejo de herramientas y madera para las cimbras.
supuesto la desamortización de los bienes eclesiásticos, que tuvo continuidad Demandaba el ordenamiento de cuadrillas y hasta la alimentación y el alojamiento
durante el porfiriato. Por desgracia la destrucción persistió mientras se daba la de los trabajadores. Cada obrero debía saber exactamente su función para que la obra
Revolución y la Guerra Cristera. quedara como el arquitecto la había planeado en los dibujos y maquetas.
De las arquitecturas medievales tampoco se han conservado planos ni maquetas.
Solo quedan algunos dibujos como el de la abadía de Sankt Gallen en Suiza, los que La geometría y el manejo de la proporción
aparecen en el cuaderno del ya mencionado Villard de Honnecourt y de las catedra- A lo largo de la historia de la construcción siempre ha habido un proyecto que direccione
les de Estrasburgo, Reims, Ulm, Viena y Colonia que quizá sirvieron para mostrar los las obras, de otro modo éstas no existirían. Los maestros de obras de todos los tiem-
modelos a los comitentes.54 En el caso del diseño de Sankt Gallen, fue solo para que el pos y contextos históricos han asumido la geometría, la mecánica de los materiales, los
abad lo estudiara como posibilidad de construcción. No quedan planos ni maquetas espacios geográficos y hasta la administración de los recursos económicos y humanos
de ningún monasterio, catedral o edificios religiosos y civiles de ese periodo. Hay sin como fuentes para la realización de cualquier fábrica edilicia. No en balde el trata-
embargo varias monteas que han aparecido en España últimamente. Una de ellas es dista Vitruvio menciona la disposición o idea que debe existir en la planta, el alzado y la
la que se encuentra grabada en las losas del piso de granito de la iglesia de Santa Clara perspectiva. Estos elementos exigen el uso del compás y la regla para plasmar esa idea
de Compostela y que se usaba como guía para determinar el tamaño de cada sillar y en un plano antes de que se levante cualquier inmueble. La creatividad o disposición
dovela de la portada (fig. 25)55. Al parecer los planos y monteas no se dibujaban sobre del maestro se convirtió en la realidad tangible de los conjuntos conventuales que aún
papel sino que se marcaban en las losas de los pisos, en una plancha de tierra húmeda permanecen de pie en las faldas del Popocatépetl.
o lodo cocido, y las maquetas se hacían de madera o se levantaban con ladrillo, mam- Los ideales clásicos humanistas sometidos a las reglas de orden, disposición,
postería, arcilla o barro de pequeñas dimensiones.56 Los materiales efímeros con que euritmia, simetría, ornamentación y distribución,61 no solo fueron puestos en mar-
estaban fabricados esos planos y maquetas los hacían de fácil destrucción al término de cha en la traza de algunas de las nuevas poblaciones indígenas, sino incluso en los
la obra o bien los vientos y las lluvias arrasaban con ellos. El empleo de una maqueta solares donde se construyeron los templos y conventos dedicados a la evangelización.
puede verse en la lápida sepulcral de Hugo Libergier (1229-1263), constructor de la igle- Al menos así ocurrió en los conjuntos conventuales de Yuriria, Gto., Yanhuitlán, Oax.,
sia de la abadía benedictina de Saint-Nicaise en Reims. En dicha tumba, el maestro y Actopan Hgo., que se han estudiado más profusamente.62 Circunstancias semejantes

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

debieron ocurrir en las laderas del volcán. Los recintos religiosos no seguirían en pie En este sentido, todavía existen algunas huellas de los sistemas de proporción de
sin la aplicación de una normatividad geométrica. Hoy día los historiadores de la varios de los solares en los que se construyeron los recintos religiosos de las laderas del
arquitectura o de los sistemas constructivos de Occidente no pueden concebir las Popocatépetl. Éstos se pensaron inmersos en un solar rectangular o cuadrado dividido
fábricas de la Antigüedad, del medievo y las siguientes épocas sin la elaboración de en cuatro secciones. El cuadrante noreste por lo general se planeó para el convento y
planos que hayan reflejado un concienzudo conocimiento de la geometría.63 En el con- la iglesia; el noroeste para el atrio; y los dos del sur para las huertas, independiente-
texto novohispano y de los conventos del siglo xvi ocurre lo mismo. No pueden pensarse mente de que el convento estuviera al sur o al norte de la iglesia. Sin embargo, en otras
sin la geometría y sin un sistema de proporción. ocasiones se usó el cuadrante sureste para levantar el templo y en el cuadro noreste se
La proporción se genera a partir de la relación de una de las partes con el todo. erigió el convento como ocurrió en Tepoztlán, Mor.
La arquitectura humanista tiene como referencia el cuerpo humano donde por ejemplo La iglesia normalmente se concebía al centro de su propio recuadro en eje con
el largo del pie se relaciona con la altura, así también la cabeza o cualquier miembro, la entrada del atrio. Todavía es posible ver esta proporción en los complejos conven-
de tal manera que la figura femenina o masculina resultan agradables por la propor- tuales de Huejotzingo, Huaquechula, Tochimilco y Calpan en el hoy Estado de Puebla
ción entre todas las partes: “el pie es la sexta parte de la altura del hombre, o lo que es (Plano 1). En Yecapixtla también se puede observar el cuadrante original del solar; en
Fig. 27 lo mismo, sumando seis veces un pie delimitaremos la altura del cuerpo”.64 La parte Atlatlahucan, el espacio que pertenecía a las huertas ha sido ocupado por viviendas;
Fotografía satelital de Google Earth del con la que se relaciona el todo se llama módulo. Al igual que en el cuerpo humano el en Tepoztlán todavía se evidencia el recuadro original, pero también obstruido por
convento de Huaquechula, Puebla.
División del solar en cuatro
largo del pie constituye el módulo que rige la totalidad y le da proporción al cuerpo, casas habitación y comercios; en Totolapan ocurre lo mismo que en los dos casos
y dentro del cuadrante noreste, en la arquitectura ocurre lo mismo. Para Vitruvio la proporción de un edificio se medía anteriores; en Tlayacapan se perdió todo rastro de la cuadrícula del solar (Plano 2).
la iglesia al centro del recuadro en eje
con la entrada del atrio.
a partir del módulo que se tomaba del diámetro inferior del fuste de una columna y En Cuernavaca, Tetela del Volcán, Oaxtepec, Yautepec y Zacualpan de Amilpas en el
Jesús Muñoz Cinta, 2019. que se denomina imoscapo. Dicho módulo se multiplicaba y dividía varias veces para actual Estado de Morelos, ya no es posible detectar ningún sistema de proporción
definir el largo, el ancho, la altura de un edificio y todos sus ornamentos como pedes- en el recuadro del solar primario. En este lance son paradigmáticos los recintos del
tales, basas, fustes, capiteles, entablamentos, frontones y sus respectivas molduras. ahora Estado de Puebla y Yecapixtla en Morelos, toda vez que ostentan un sistema
El edificio resultante era totalmente proporcionado al igual que “el cuerpo de un hombre de proporción reticular al menos en los solares cuadrados o rectangulares de origen,
bien formado”.65 es decir que competen a la traza novohispana primigenia. (fig. 27)
Para el arquitecto español del siglo xvi Rodrigo Gil de Hontañón, las medidas de los Es muy interesante encontrar que en los prototipos poblanos que se acaban de
templos deben tener una proporción, como el cuerpo humano y conforme lo explica señalar, en el cuadrante en el que se localiza el templo y el convento se puede conti-
Vitruvio. Un templo debe tener la misma proporción en los muros y cada una de sus nuar con el trazo de perpendiculares siempre en el punto medio de la anterior y que
partes. Indica además que los pueblos pequeños no necesitan iglesias de varias naves éstas parecen determinar una retícula que genera el largo y el ancho de la iglesia,
sino solo de una y da las medidas en pies que éstas deben tener.66 el cuadrángulo del convento, el centro del mismo, las alas de las dependencias y hasta
Si bien es cierto que las normas de proporción edilicia proceden de la más remota la colocación simétrica de cada uno de los arcos de la galería. El mayor problema que se
Antigüedad, también es verdad que se originan de diversas figuras geométricas que se ha encontrado para establecer con exactitud las perpendiculares es que los recuadros
trazan con escuadra y compás. Las construcciones medievales derivan de triángulos, o rectángulos de los solares se han alterado mucho durante su vida histórica y ya las
cuadrados y combinaciones de ambos.67 En el siglo xv la última palabra sobre sistemas bardas atriales guardan medidas que no son las originales.
de proporción deriva de Alberti. Para él, como ya se dijo, el proceso se da a partir de
una recta en cuyo centro se traza una perpendicular y en relación a estas dos líneas, La tradición medieval 70 y los novedosos atrios novohispanos
se dibujan el número de paralelas que se requieren con lo cual los ángulos delimitan el El planteamiento del templo pegado al convento proviene de los monasterios me-
terreno y cada parte se corresponde con el todo.68 dievales. Por el contrario, el atrio que precede al conglomerado edilicio, las capillas
El proyecto de una obra tiene que ver con el trazado, cuyo objetivo es que los edifi- de patio o abiertas y las posas son originarias del hoy territorio mexicano, conforme
cios y sus partes posean una proporción y una distribución. En la planta, la traza debe se explicó en el apartado dedicado a la arquitectura experimental de los mendicantes
dividir el espacio en áreas más reducidas y con la misma forma, de tal manera que de en Nueva España.
la suma de todas se obtenga la totalidad e integridad del conjunto. “Por consiguien- En efecto, el proyecto del templo unido al convento al parecer deriva de la época
te, una adecuada subdivisión será aquella que forme un todo sin cortes, que no sea carolingia, de la abadía de Sankt Gallen, Suiza, donde aún sobrevive la copia del
desordenada ni embrollada, unida en sus elementos y lograda a partir de componentes dibujo del siglo xii que emula otro que se trazó en el año 825. Si bien el diseño muestra
acordes entre sí”.69 Con ello se da la relación de las partes con el todo. multiplicidad de dependencias que no presentan los conjuntos frailunos novohis-
panos, lo cierto es que la iglesia está ligada al claustro y éste a varias estancias como

42 43
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

el refectorio, la cocina y las letrinas; la sacristía y los dormitorios localizados en el


segundo cuerpo sobre el calefactorio. Quizá la tradición de la iglesia unida al monas-
terio viene desde las primeras congregaciones monacales establecidas por san Benito
en Occidente, pero de ellas no hay ningún vestigio, aunque de seguro la homogenei-
dad de los recintos monacales fue un logro de los múltiples ensayos y experimentos
constructivos que tuvieron que solucionarse para procurar el mejor desempeño de
las comunidades religiosas. Lo incuestionable es que la vida monacal de tradición
occidental pervive en la arquitectura de las iglesias unidas al convento, como ocurre
Dibujo 2.
en la Nueva España. Detalle del medio punto de los muros
Las edificaciones monásticas de las diferentes órdenes regulares muestran una de las celdas de Ocuituco, Morelos.
Escena del Monte del Calvario,
organización funcional en la iglesia y en las estancias que rodean al claustro. En el grisalla del siglo XVI.
primer piso, el templo presenta el ábside al oriente y al lado de éste, en el claustro, Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
se encuentran la sacristía y la sala capitular, mientras en la panda del sur o del norte,
como ocurre en varios ejemplos novohispanos, se localizan el refectorio, la cocina y las y se comunicaba con el refectorio porque era empleada por los frailes antes de pasar a
letrinas, en tanto que en el piso superior se distribuyen los dormitorios comunitarios, nutrir el cuerpo. En ella se rezaban los salmos por el profundo descanso de los muertos.
las celdas individuales y la biblioteca. Tanto en los monasterios de monjes como en los conventos de frailes existía
La explicación simbólica del orden de las alas del norte, oriente y sur del claustro una antesala denominada portería que comunicaba con el exterior mediante un por-
radica en el pensamiento benedictino, según el cual alrededor de él se localizan tres de tón. Éste lo abría un portero ante el llamado de algún fiel. Ningún individuo que no
los aspectos humanos: espíritu, mente y cuerpo. De tal manera que la iglesia al norte perteneciera a la comunidad religiosa podía ingresar al claustro. En Nueva España la
representa el espíritu; las dependencias del oriente, el intelecto; y las del sur, la materia portería normalmente se situaba en el ala poniente y se comunicaba con el claustro
humana. por medio de un vestíbulo, y con el exterior a través de un pórtico. La historiografía
En el ámbito novohispano, efectivamente la sacristía y la sala capitular se localiza- del arte novohispano relaciona el pórtico de la portería con los portales de peregrinos
ban al oriente. La primera tenía la función de guardar los objetos sagrados, así como las europeos. Empero, éstos solo tenían cabida y la siguen teniendo en los santuarios
vestimentas del sacerdote. La capitular era el espacio de reunión y asamblea para donde se venera alguna reliquia o milagro de un santo o la aparición de la divinidad.
los integrantes de la comunidad religiosa. En su origen, esta sala proviene de los monas- En estos portales pernoctaban los peregrinos cansados de viajar a pie para llegar a su
terios benedictinos donde los monjes también se congregaban para rezar un capítulo destino. Los conventos novohispanos no fueron santuarios, sino centros de evangeli-
de la regla de San Benito. Empero, en los conventos frailunos del territorio virreinal, zación, por lo cual una portería no tiene nada que ver con un portal de peregrinos.
en ese espacio se organizaba la administración conventual, se establecían las formas de Desgraciadamente los espacios que ocupaban las estancias conventuales an-
aprendizaje de las lenguas de los naturales, se discutían los procedimientos para im- cestrales han desaparecido en la gran mayoría de los recintos frailunos que rodean el
partir el evangelio, se indicaban las rutas que debían seguirse para la mejor distri- Popocatépetl, toda vez que en varios casos ya no existen los muros divisorios o bien
bución de frailes en la encomienda, en los pueblos sujetos e incluso en una o varias se abrieron o cerraron paredes. Ahora casi es imposible determinar sus huellas. Tal
provincias. Se discutían las nuevas fundaciones y hasta los recursos con que se contaba vez solo quedan vagos recuerdos de la sacristía pegada a la iglesia y de la larga nave
para llevar a cabo la edificación, con la anuencia siempre del virrey y de la Real Audiencia. del refectorio. Quizás existan vestigios de paredes humeadas donde se localizaba la
Las decisiones que se tomaban en esas juntas colegiadas se escribían en lo que se co- cocina o algún rastro de las letrinas. En realidad las otrora dependencias conventuales
noce como actas capitulares. Éstas últimas son de un valor incalculable, ya que gracias del primer piso han desaparecido en su mayoría. Por fortuna en el segundo cuerpo aún
a ellas se podrían saber los nombres de los maestros de obra y de los pormenores y quedan celdas o al menos indicios de que las hubo. En algunas de ellas permanecen
costos de la construcción de los conjuntos conventuales que ahora se estudian, pero destruidos murales con imágenes de devoción para el rezo de los frailes, mismas que
desgraciadamente la mayoría de ellas han desaparecido. hacen recordar los cuadros al fresco que pintó fra Angélico en los pequeños camarotes
En los conventos novohispanos, en el ala sur o norte, según se haya diseñado el del convento de San Marcos de Florencia (Dibujo 2). Las celdas normalmente se locali-
claustro con respecto a la iglesia, siempre orientada al este, se localizaron el refectorio o zan al oriente, poniente y sur con respecto a la iglesia y las preceden largos corredores Fig. 28
Corredor interno del área de celdas.
comedor, la cocina y las letrinas, como si efectivamente esa área fuera la dedicada a las internos, en los cuales hay puertas que conducen a los pasillos abiertos a las arquerías Huaquechula, Puebla.
necesidades corporales. La sala de profundis se situaba del lado poniente del claustro claustrales. (fig. 28) Los cubos de las escaleras se ubican indistintamente, a veces en Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Dibujo 3.
el centro de un ala, como en Tlayacapan y Huejotzingo o bien en un ángulo. No hay Perspectiva reconstructiva
que perder de vista que todos los conjuntos conventuales de las vertientes del Popoca- de la pintura mural de las
celdas de Ocuituco, Morelos.
tépetl, franciscanos, agustinos y dominicos, tenían pintura mural de gran calidad en Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
todas y cada una de las dependencias, ya sea con santos o escenas de su vida, episodios
del Evangelio, frisos de grutescos y hasta temas filosóficos (Dibujo 3). Cada uno de los
murales hace ver su procedencia de estampas grabadas en Flandes, Alemania o Italia
o del célebre tratado de Sebastián Serlio Boloñés. La maestría del dibujo deja observar
a pintores informados y educados dentro de la cultura del Renacimiento. Desgracia-
damente infinidad de murales se perdieron debido a la humedad, los terremotos,
las agresiones soldadescas de las múltiples batallas que se dieron cita en los recintos
sobre todo en el siglo xix (Dibujo 4). Las aperturas de los muros realizadas por órdenes
de mentes incultas, las malas intervenciones de los conservadores y el grafiti super-
Fig. 29
Pintura mural de Jesús atado a la columna en puesto por manos ignorantes también han ocasionado la pérdida de tan valiosas obras
una antigua celda del convento. de arte. (figs. 29, 30)
Totolapan, Morelos.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017. Lo innegable es que en el cuadrante noreste de los solares entregados a los frai-
les para continuar con la evangelización de los pueblos de indios, se construirían
los templos unidos a los conventos de tradición medieval, pero con un sistema
de proporción reticular, que resultaba completamente novedoso y conllevaba el
pensamiento renacentista.
Al frente de la iglesia y el convento, en el cuadrante noroeste del solar, se dispondría
el enorme atrio con las capillas del patio y las procesionales en los ángulos, confor-
me se había ideado después de practicar una arquitectura improvisada. La diferencia ayudaba con picos y mazos para hacer palanca y romper el pedrusco dándole la forma
entre unas y otras capillas serían los materiales: perecederos en las construcciones requerida previamente. El método era común y ampliamente conocido por los canteros
experimentales; de cal y canto, en las que perduran hasta nuestros días. El espacio que daban los acabados finales al bloque usando escuadras. De ahí que el bloque de
de los atrios, luego entonces, se conformó de manera semejante a los patios de los roca perfectamente tallado sea conocido como sillar escuadrado.
teucallis, como indicó Motolinía.71 Los dos cuadrantes del sur serían utilizados como A veces los cortes de grandes dimensiones hacían innecesarios los morteros
huertas. o mezclas porque su propio peso los hacía inamovibles. En otros casos los cortes de
La espacialidad, la proporción y la funcionalidad del núcleo evangelizador de los bloques eran más pequeños y necesitaban mezclas de cal, arena y agua o bien de
los pueblos de indios estaban más que planificados por el o los maestros de obra y los grapas de metales o aleaciones, que podían ser de plomo, hierro o bronce.
frailes para llevarse a la práctica e iniciar la construcción. También se hacían fábricas menos finas con mamposterías que usaban rocas, pero
sin labrar, aglutinadas, de igual manera, mediante un mortero compuesto la mayoría
Los materiales y los sistemas de construcción72 de las veces por arena, cal y agua.
Los materiales y la reutilización de rocas talladas del período prehispánico Vitruvio, el tratadista de la Antigüedad; Alberti, el gran arquitecto del Renaci-
A lo largo de los siglos y de la historia de la humanidad se han levantado grandes miento; al igual que Serlio, Vignola o Palladio se refirieron a las calidades de los materiales
arquitecturas para adorar a los dioses y venerar a los reyes. Estas construcciones para emprender obras de gran envergadura. Dedicaron capítulos enteros a la arena, la
monumentales perduran hasta nuestros días por la calidad de los materiales que defi- cal, las canteras, las maderas, los metales y hasta a las tierras como el polvo de Puzol,
nitivamente no es la misma que se utiliza para las habitaciones de los comunes mor- que endurece rápidamente con el agua, por lo que se le ha comparado con el cemento.
tales. Los edificios dedicados a las divinidades y a los soberanos que siguen en pie y Estos materiales se han utilizado en las arquitecturas que se podrían calificar de
retan al tiempo y a la historia son aquellos en los que se utilizaron rocas de todo tipo eternas por la cantidad de años que llevan a cuestas y que se pueden encontrar en
Fig. 30
Pintura mural de la imposición de la corona como mármol, alabastro, basalto, granito, pórfido, calizas, travertinos, tobas, etcétera. muchas regiones del mundo. Tal es el caso de los conjuntos conventuales edificados
de espinas a Jesús en una antigua El corte de los bloques se hacía con cuñas de madera que se encajaban siguiendo la en territorios de la Nueva España hace casi quinientos años. Construcciones dedica- Dibujo 4.
celda del convento. Detalle del grutesco de cenefa de
Tlayacapan, Morelos.
forma de un paralelepípedo previamente dibujado. Las cuñas se remojaban constan- das a Cristo, a su madre y a los santos para instruir en el Evangelio a los habitantes de las celdas de Ocuituco, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018. temente hasta que se hincharan y empezaran a abrir las rocas. Luego, el picapedrero se los pueblos de indios. Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

En los conventos que rodean el Popocatépetl, tanto del lado del hoy Estado Mo- En el complejo conventual de Ocuituco se recogieron más muestras que en el
relos como del de Puebla, los materiales de construcción son muy similares a los que de Huaquechula, donde básicamente se recolectaron en la iglesia. En Ocuituco, los
enuncian los tratadistas. Las maderas para las cimbras fueron básicamente de pino, ejemplos se tomaron de las ruinas existentes en los lados oriente y sur del conjunto
encino, oyamel, ayacahuite, ciprés y cedro que son comunes en los bosques de esa zona edilicio, en el templo y el ábside, en los muros, aplanados y cubo de la escalera del con-
hoy día.73 Particularmente, las maderas empleadas en las construcciones del noreste del vento, en los vestigios de la única capilla posa que subsiste, así como en la barda atrial.
actual Estado de Morelos provenían de las poblaciones de Totolapan, Ocuituco, Te- En este caso, la roca ígnea utilizada fue generalmente basalto y toba. El suelo está cons-
tela del Volcán y Hueyapan;74 Ocuituco era un gran centro maderero desde la época tituido por una arcilla arenosa café que tal vez fue la misma empleada en los morteros.
prehispánica, toda vez que ese material formaba parte de los tributos que desde ahí se En efecto, en éstos, no se usaron únicamente los materiales tradicionales de arena y
mandaban a Xochimilco para trasladarse a México Tenochtitlán.75 cal, sino que aparte se usaron tezontles muy finos de colores rojo y negro, arcillas
Las rocas de origen volcánico seguramente proceden del mismo entorno de las arenosas de colores café claro y oscuro. La mezcla tiene un alto poder aglutinante,
vertientes del Popocatépetl y se usaron para los cimientos y muros con morteros de tanto, que el recinto religioso ha permanecido de pie pese a los embates del tiempo.
cal, arena y agua, así como de tierras arcillosas, tezontles rojo y negro.76 La cal pudo (Ver tabla 2, pág. 73)
proceder de Oaxtepec, donde la había en abundancia, así como de la zonas de Tepeaca Por lo que concierne a Tlayacapan y a Totolapan los materiales no cambian mucho
o Tecali.77 con respecto a Ocuituco. De igual manera los morteros de cal, presentan este material
Durante los días posteriores al terremoto del 19 de septiembre de 2017 se tomaron unido a arcillas arenosas de colores café a café oscuro, tezontles finos de colores rojo
muestras de las ruinas de los ex conventos de Huaquechula, Ocuituco, Tlayacapan y y negro y arenas finas. En el caso de Tlayacapan, sí se tomaron muestras in situ de la
Totolapan, las cuales se mandaron a analizar al laboratorio. Los resultados estable- destruida bóveda del templo. En ésta, la mampostería está constituida por rocas de
cieron que en el caso de los materiales recogidos en Huaquechula hay básicamen- tezontle rojo de 4”, y de morteros de cal con gravas de tezontle de hasta media pulgada,
te morteros de cal compuestos por arenas finas y medias de color gris con carbonato arena fina y arcilla café. La utilización de tezontles, por su poco peso, provocó la ligereza
de calcio. Las canteras volcánicas son de tipo pumicita de colores amarillo y rosa que y estabilidad de la bóveda durante varios siglos. Al igual que esta última, el piso del
generan las tonalidades que ostentan los muros de la iglesia y de la capilla abierta, coro también exhibió su mampostería de gravas de tezontle y su mortero de cal, arena,
así como las nervaduras de las bóvedas de esas edificaciones. Solo en los restos que tezontle fino y arcillas café. (Ver tabla 3, pág. 74)
probablemente pertenecieron al coro y que se estrellaron en el piso, se levantaron En Totolapan, la única diferencia hallada está en el contrafuerte del lado oriente
arcillas gris verdoso, arenas de finas a medias, carbonato de calcio y piedra pómez de del claustro donde se obtuvo dolerita, una roca volcánica ígnea intrusiva de color gris
color gris, aparte de los cántaros de barro. En otro punto de este texto se hace el estudio oscuro. (Ver tabla 4, pág. 75)
de la bóveda de crucería de terrados con vasijas de barro destruida, cuyos materiales Las mamposterías constituidas por rocas y morteros de los tres conjuntos re-
evidentemente eran muy ligeros. El piso del templo tiene tabique con mortero de cal, ligiosos del Estado de Morelos son diferentes al menos al templo mendicante de
conformado por arena fina a media de color café, grava, carbonato de calcio y pedace- Huaquechula en el Estado de Puebla. La inferencia proviene de las escasas muestras
ría de tabique. En el área de lo que fue el convento únicamente se tomó una muestra obtenidas, toda vez que de ninguna manera fueron exhaustivas ni determinantes, ya
de los restos de una pintura mural de la panda oriente poniente del segundo piso, en que se adquirieron únicamente de los restos de los muros que se vinieron abajo con el
la cual se usó mortero de cal y lechada también de cal. Asimismo, en los despojos de cataclismo. No obstante, se considera que a los tradicionales morteros de arena y cal,
una tina que se localiza en el exterior del lado sur, se halló tezontle fino y arena fina en se agregaron los tezontles finos y las arcillas, composición que parece proceder de la
el mortero de cal. Esta tina no parece ser del siglo xvi, sino de los últimos procesos cons- costumbre indígena de la zona, como se verá en un apartado posterior. La mezcla
tructivos. En realidad fueron tan pocas las muestras que se tomaron, que sería ideal de arcillas con arena y cal quizá tenga semejanza con los morteros de arena, cal y el
extender el análisis de materiales a más áreas, no solo del inmueble de Huaquechula, polvo de Puzol que menciona Vitruvio, ya que éste provoca “una gran solidez a los edi-
sino de los demás que se estudian en este texto. (Ver tabla 1, pág. 72) ficios”.78 Sin embargo, el polvo, obtenido de las cercanías del Vesubio, ha conservado
Por los escasos restos recogidos en la iglesia de Huaquechula, los morteros pre- más resistencia que el mismo cemento Portland, ya que existe en edificios romanos
sentarían una composición de arenas y cal. Mientras que las canteras de los muros y milenarios como el Panteón de Roma. La comparación con el polvo de Puzol y el cemento,
las nervaduras serían de pumicita, una roca ígnea de gran resistencia que sirvió para tal vez no sea tan exacta, porque aquél tiene una mayor duración.79 El polvo de las
la talla de sillerías, dovelas, claves, cruceros, columnas y al menos los capiteles de la vertientes del Vesubio no se deshace con el agua, mientras que las arcillas del noreste
capilla abierta y las dos portadas del templo. de Morelos sí, como fue evidente durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017,

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

conforme se leerá más adelante. Según Elsa Arroyo Lemus, en comunicación personal, iban a ir disminuyendo en escarpe a medida que subían hasta alcanzar el grosor
en los casos de Tlayacapan y de Totolapan los morteros de los enlucidos rugosos no del paramento requerido, cuyo eje central debía caer a plomo, o sea en línea recta al
son de cal hidráulica pues el tamaño de las partículas de tezontle no es tan fino como núcleo de la base de los cimientos. El soporte de todo el peso de la fábrica caería en
para lograr un sistema de alta resistencia por su interacción con la cal, y además, el aquéllos, por lo cual las zanjas debían tener la misma profundidad y planicie. Para
componente de arcillas presentes en las mezclas provoca movimientos posteriores lograrlo pudo hacerse un firme o cama de arcillas o mortero, o bien colocar tablones de
al fraguado debido a la hidratación y rehidratación del material (peor por los cambios madera. Todo ello con el fin de soslayar los asentamientos irregulares. Finalmente
estacionales en la región). las zanjas se rellenaban con varias hiladas de mamposterías y morteros muy sólidos
Tanto en la zona de Morelos como en la de Puebla, se reutilizaron rocas volcánicas y bien compactados.82 (figs. 32, 33)
talladas del periodo prehispánico. Al menos saltan a la vista en el ábside del templo El caso de los cimientos del templo franciscano de Huaquechula es un paradigma,
de Huaquechula, en una dependencia del claustro alto de Ocuituco y en la barda atrial toda vez que se encontraron dos varas castellanas en muros y tres varas castellanas en
de Tlayacapan. Infinidad de rocas empleadas en los paramentos, cubiertas y contra- cimentaciones; es decir, alrededor de 1.67 m en el ancho de los muros y 2.50 m en el
Fig. 33
fuertes deben proceder de centros cívicos ceremoniales, toda vez que resultaba más ancho de los cimientos, lo que daría una proporción aproximada de 1: 1.5. Así también
Muro atrial con cimiento en escarpe,
fácil desmantelarlos y reciclar los materiales rocosos que extraerlos de los yacimientos dichos cimientos tienen una profundidad que va de 1.15 m a 1. 80 m, ya que en ese fondo fracturas y desprendimientos de
y pulirlos en una de las caras para que sirvieran en las mamposterías inciertas o bien se encontró la roca madre. Curiosamente, al ras de los cimientos se encontraron tres roca provocadas por el terremoto
del 19 de septiembre de 2017.
Fig. 31 labrarlos “a base de líneas rectas y con los ángulos iguales, [es decir] ‘escuadrados’,”80 niveles de criptas del lado de la torre.83 (Dibujo 5) Tochimilco, Puebla.
Reutilización de rocas talladas del periodo para muros de sillería. Como se ha insistido, puede ser que el complejo conventual de Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
prehispánico en el ábside
del templo de San Martín Caballero. Ocuituco se localice sobre un basamento prehispánico, lo cual haría lógico el empleo Mamposterías
Huaquechula, Puebla. de rocas recicladas, pero en Huaquechula, según las últimas excavaciones, no se La mezcla de rocas de origen volcánico, arcillas arenosas, tezontles finos de colores
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
encontró ninguna evidencia de algún centro ceremonial en el sitio del conjunto con- rojo y negro, cal, arena y agua constituyen los componentes de las mamposterías de la
ventual y sí materiales precolombinos del posclásico reaprovechados en la fábrica.81 zona que rodea el volcán, al menos en los tres edificios del Estado de Morelos donde se
(fig. 31) recogieron muestras de las ruinas; es decir en los conventos de Ocuituco, Tlayacapan y
Totolapan. Los muros de mampostería presentan rocas amorfas de diferentes tama-
Cimientos ños, careadas o pulidas de un solo lado y colocadas una encima de otra o bien de manera
Desde luego que emprender las tareas de cimentación fue una operación ardua y que desordenada. Este tipo de mamposterías, el arquitecto Palladio, al igual que Alberti
requirió de una gran mano de obra. Había que buscar las planicies y aún así nivelar el años atrás, las denominaron de “piedras inciertas”:
gran espacio del suelo pétreo propio del descenso o de la pendiente de la montaña. Fig. 34
Restos de capilla posa abovedada con
En los conjuntos conventuales del área que se está estudiando, aún se pueden ver los Para hacer estos muros usaban una escuadra de plomo, la cual, doblada mampostería,
casos de muros atriales en escarpe, es decir en declive, que desde la gruesa anchura según el lugar donde debía ser puesta la piedra, les servía para ajustar- Ocuituco,Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
inferior van decreciendo conforme se elevan creando muros de contención donde la; lo que hacían con el fin de que las piedras se juntasen bien entre sí y
se sostienen plataformas, como sucede en el complejo franciscano de Huejotzingo. para no tener que probar una y otra vez si la piedra iba bien en el lugar
También es posible encontrar terrenos que se rehúnden, como el recinto dominico de en que habían pensado ponerla.84
Tepoztlán que se halla prácticamente en una cuenca. En el caso del establecimiento de
Huaquechula hay que ascender y descender porque unos accesos al atrio están al ras Leon Battista Alberti en lugar de usar el término mampostería usó el de aparejo
de las calles y otros necesitaron de escalinatas. El patrón de los contornos religiosos incierto por el empleo de roca irregular. 85
que se elevan o que se entierran más en el suelo es común en el área por el declive que El uso de muros y bóvedas de mamposterías inciertas domina prácticamente en
genera el cono del volcán. Sin lugar a dudas la superficie para la edificación requirió todos los conjuntos conventuales de las vertientes del Popocatépetl. En los que actual-
de un asiento homogéneo, firme y sólido. Una vez realizada la nivelación del terreno, mente se encuentran en el Estado de Puebla; es decir, en Huaquechula, Huejotzingo,
seguramente se procedió a delinear la planta de la edificación y a trabajar a cordel, es Calpan y Tochimilco se utilizaron sobre todo en las fábricas de los conventos y en las
Fig. 32
Mampostería al descubierto decir a alinear los espacios con cuerdas y estacas de madera, para excavar las zanjas bardas atriales. Hay sin embargo diferentes ejemplos de mamposterías en el área del Fig. 35
en una estancia del segundo de la cimentación con una profundidad que llegara hasta un lecho rocoso. Al igual que volcán. Al parecer, las del siglo xvi se identifican por la colocación homogénea de una Mampostería del muro norte
cuerpo del ex convento. del templo de San Juan Bautista
Ocuituco, Morelos.
las bardas perimetrales, las zanjas debían tener el doble del ancho o al menos tener roca sobre la otra, como si se sobrepusieran, cuidando la forma, el tamaño y el color, de Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Cecilia Gutierrez Arriola, 2017. una proporción del 1.5 del espesor pensado para las paredes, toda vez que los cimientos quizás este orden provenga de las prácticas de la construcción indígena que pervi- Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Dibujo 5.
Corte constructivo del muro numeraban y se colocaban en el suelo a manera de rompecabezas sobre una montea o
del templo de San Martín Caballero, diseño realizado sobre una plancha de argamasa, barro, lodo o cualquier otro material
Huaquechula, Puebla, en el que se
ve la constitución del muro
del tamaño del arco, la portada o cualquier otro elemento de arquitectura del que se
de tres capas y la cimentación. requirieran cortes de cantería. Una vez que se veía la exactitud del diseño o montea en
Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
el piso con los bloques cortados, éstos se trasladaban a los espacios para los que ha-
bían sido labrados, no sin antes haber colocado las cimbras conforme a las molduras.
La estereotomía o corte de sólidos geométricos, en este caso de la cantera, se aplicó
desde luego a las técnicas de construcción de Nueva España y existe en la ruta de los
conventos que circunda el Popocatépetl. Se encuentra en arcos, portadas, bóvedas de
crucería y arquerías de templos y claustros; columnas, capiteles, tambores, etcétera.
El conocimiento de la estereotomía era de gran tradición en el Viejo Mundo. Fig. 38
Capilla abierta sobre la portería del conjunto
La conocieron los egipcios, los griegos, los romanos, trascendió al medievo, al Renaci- edilicio de San Martín Caballero.
miento y se utilizó hasta el siglo xviii en que perdió vigencia con la Revolución Industrial. Huaquechula, Puebla.
Los canteros medievales guardaron celosamente los secretos de la estereotomía y de Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.

la cantería. Sin embargo escribieron notas y cuadernos para explicar a sus discípulos
cómo debían proceder en el conocimiento de la cantería. Al parecer los maestros de
cantería nunca pensaron en la publicación de sus apuntes por lo que tal vez sus obras
no sean consideradas tratados. Entre las publicaciones de cantería del Renacimien-
to, en el ámbito francés figuró Philibert de L’Orme (1514-1570),87 pero en el español se
conocen los manuscritos de Hernán Ruiz el Joven (1514-1569),88 Rodrigo Gil de Hon-
vieron en las primeras etapas edilicias. Las de los siglos posteriores evidentemente son tañón (1500-1577),89 Alonso de Vandelvira (1544-1626)90 y Ginés Martínez de Aranda
Fig. 36 de los crecimientos de otras campañas. Éstas son fácilmente identificables porque dan (1556-1620).91 Según Eduardo Báez Macías, los arquitectos españoles que escribie-
Porciúncula del templo. la sensación de muestrarios que reutilizan rocas careadas y sin carear de diferentes ta- ron sobre cantería siguieron las instrucciones de Philibert de L’Orme; conocimientos
Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Alejandra González
maños y colores. (figs. 34, 35) que incluso Claudio de Arciniega (1527-1593), el arquitecto de la segunda Catedral de
Leyva. 2017. La abundancia de agua en las vertientes del Popocatépetl, con el correr de los casi México, enseñó para el diseño de patrones en el contexto novohispano.92 Al parecer,
quinientos años de construcción de los edificios frailunos, ha contribuido al deterioro los cortes de cantería eran de uso cotidiano y tradicional entre los canteros europeos,
de las mamposterías, ya que las rocas porosas chupan la humedad de los morteros, la por lo cual su conocimiento no debe sorprender entre los maestros de obras de los
cal se libera de las arenas, los tezontles y las arcillas, las rocas pierden estabilidad conventos frailunos iniciados en el siglo xvi. Seguramente éstos sabían mucho de geo- Fig. 39
Arcángel en uno de los capiteles
y se desbaratan las paredes, como bien pudo verse durante el terremoto del 19 de metría y cómo proceder en la factura de las plantillas, en el corte de la roca, sin olvidar de la capilla abierta.
septiembre de 2017. jamás cómo debían realizar y colocar las cimbras para que no hubiera ningún fallo Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018.
estructural. Al igual que Claudio de Arciniega, otros maestros de obra o de cantería
Cantería, sillería y estereotomía españoles enseñarían a los naturales los secretos del corte de las canteras, de la factura
Los muros de sillería consisten en bloques de cantera perfectamente escuadrados, es y colocación de las cimbras y hasta de que no se advirtiera la juntura entre cada pieza.
decir, cortados con apoyo de moldes, reglas y compases. Por supuesto que requería La portada de la porciúncula del templo de San Martín Huaquechula es una gran
de una mano de obra muy especializada en el conocimiento de la geometría. Además, muestra del trabajo de estereotomía en las dovelas del arco y en todos y cada uno de
para el trazo de formas cóncavas y convexas eran imprescindibles una escuadra con un los cortes de los pedestales, nichos, pilastras, tambores de columnas y sillares que
brazo curvo y otro recto que tenía el nombre de baivel, y un compás de brazos planos anteceden a la moldura final. Los cortes precisos de la porciúncula quedan inmersos
que transportaba ángulos denominado saltarregla, así como de herramientas, entre en el muro norte del edificio de sillarejo, ya restaurado (fig. 36). Del mismo modo, la
las cuales se hallan las cuñas, picos, mazos, hachas, cinceles, gubias y por supuesto la portada principal de la iglesia es un gran ejemplo de arco de medio punto con cortes
plomada.86 Los moldes o plantillas se calcaban sobre la roca para dibujar los perfiles de dovelas con un perfecto conocimiento de la estereotomía, dentro del paramento de
de paralelepípedos o sillares, dovelas para arcos, cruceros para bóvedas de crucería, sillarejo de la fachada (figs. 37, 38, 39). Es posible advertir también los cortes finísimos
Fig. 37 jarjas para los arranques de las nervaduras, claves, canes, capiteles, tambores, mol- en el primer cuerpo de la portada del templo de Ocuituco, Mor. (fig. 40), así como en Fig. 40
Portada del templo franciscano. Portada del templo agustino.
Huaquechula, Puebla.
duras y toda clase de elementos arquitectónicos. Los cortes de cantería se hacían con los arcos de medio punto de las portadas de la iglesia de Calpan, Pue., y de las capillas Ocuituco, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. una gran precisión para que ensamblaran con corrección. Normalmente las piezas se posas de este último conjunto conventual. (fig. 41) Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez. 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Sillarejos al menos hasta el siglo xviii. Alberti menciona, por ejemplo, que los rellenos pueden
La factura de sillares requería de mayor tiempo para la construcción de un edificio, tener tierra o barro en lugar de cal como aglutinante.96 Palladio, por su parte, describe
aparte de la mano de obra muy especializada, como se dijo atrás. Por ello resultaba muy seis formas de construir muros con rellenos, así como los nervios, ligaduras o hiladas
cara y solo se incorporaba a estructuras sustentantes y decorativas. Caso contrario era que deben incluirse a diferentes distancias para que adquieran mayor solidez. Además,
el del sillarejo, que no requería la precisión geométrica en los cortes, ya que las piezas este tratadista explica que el ancho de los muros debe ir disminuyendo a medida que
de roca se cortaban de manera semejante a un ladrillo, es decir con forma de parale- se elevan, cuyo centro debe caer a plomo sobre los de abajo, para que en perfil adquiera
lepípedo o bien cuadrangular, y no importaba tanto que tuvieran medidas desiguales una forma piramidal y obtengan una mayor estabilidad para soportar los pesos que se
ni empotraran perfectamente, toda vez que se utilizaban solo en paramentos y nunca incorporen.97 En el ámbito humanista de la Antigüedad y del Renacimiento, los muros
en soportes ni ornamentos.93 El sistema de sillarejos se usó en el levantamiento de muros con rellenos recibieron la denominación de “tres capas”, “de cortezas” y “de envolturas”.98
sobre todo en los templos de la región poblana del área que rodea el Popocatépetl, (Dibujo 5, ver pág. 48)
Fig.43
como se puede ver en Huejotzingo (fig.42), Calpan, Tochimilco y Huaquechula. En Si bien los muros de mampostería dominan en la zona que rodea el volcán del lado Muro atrial.
las capillas posas de Huejotzingo y Calpan, así como en el muro atrial de Tochimilco, del Estado de Morelos, los de sillarejo destacan en las fábricas de los templos estudia- Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Alejandra González
los sillarejos son bloques cúbicos que están unos sobre otros compartiendo las juntu- dos de Puebla. Tanto unos como otros son de tres capas. Por lo general, la interna es de Leyva, 2017.
ras tanto verticales como horizontales, quizás este tipo de monolitos obedezcan a una cal, arenas arcillosas, cascajo de rocas volcánicas, piedra bola de río y tabiques rotos.
Fig. 41 tradición prehispánica. En Zacualpan de Amilpas, Mor., en los paramentos exte- (figs. 43, 44)
Alonso de Vandelvira,
Libro de cortes de cantería, f. 184. riores del patio claustral, hay una muy buena restauración a partir de sillarejos de una
Biblioteca Nacional de España. cantera amarillenta, pero la del muro sur de mampostería del segundo cuerpo del ex con- Muros de bahareque
vento, resulta antiestética por estar inmersa en un muro de mampostería de otro color. Este tipo de muros de ramas de árbol colocados vertical y horizontalmente con rellenos
Por desgracia no se cuenta con los datos de procedencia de los yacimientos don- de tierra tienen una amplísima tradición histórica. Desde la Antigüedad se usaban en
de pudo extraerse la roca que abasteció las fábricas de los centros de evangelización las construcciones perecederas, pero siempre corrían el riesgo de incendiarse, además
de Huaquechula, Huejotzingo, Calpan y Tochimilco, aunque hay que destacar que de que los enlucidos se fisuraban si se ponían vigas sobre ellos. Vitruvio recomendaba
Fig. 44
el Estado de Puebla, hasta la fecha, presenta una gran producción minera de arcillas, que los muros de zarzos o bahareque se utilizaran en elevaciones, tal y como ocurre en Muro atrial.
arenas, basaltos, calizas, gravas, tezontles, etcétera y que Huejotzingo se registra una de las celdas del ex convento de Huejotzingo.99 (fig. 45) Ocuituco, Morelos.
Fotografía: Cecilia Gutiérrez Arriola,
entre las principales minas y bancos de material.94 En la tradición de los pobladores de 2017.
Huaquechula yace la idea de que la cantera del templo franciscano proviene del cerro Los enlucidos o aplanados de las paredes
cercano de Santiago Tetla, pero las muestras tomadas en los bordes de esta loma no Independientemente de la pintura mural que guardan todos los edificios de las ver-
evidencian pumicita, una roca ígnea, sino una lutita, que es sedimentaria de color café tientes de Popocatépetl (Dibujo 6), que no es el tema de esta investigación, hay que
claro, así como arcillas y cal. Si la creencia fuera certera, la pumicita de colores amarillo, decir que en ellos quedan restos de sillares pintados sobre los aplanados de los mu-
rosa y blanco habría sido extraída de un diferente estrato de ese yacimiento. ros y las bóvedas de mampostería y crucería de los interiores, así como de los paramen-
tos externos. De seguro existen diferencias entre las composiciones de los materiales
Los muros de tres capas o con rellenos porque unos tienen una coloración amarillenta y otros, una grisácea. En los sillares
Los conjuntos conventuales que están en las faldas del Popocatépetl presentan mu- pintados en el exterior del claustro alto de San Juan Bautista Tlayacapan parece que
ros constituidos por dos paredes paralelas de mampostería con rellenos de cal, arcillas está presente el tezontle fino rojo y negro, la arena fina y el carbonato de calcio para dar la
arenosas de colores café claro y oscuro, cascajo de rocas volcánicas, cantos rodados y tonalidad rojiza (Ver tabla 3, pág. 74). El matiz grisáceo de los sillares dibujados del coro
tabiques. Motolinía comenta que este tipo de muros se usaban desde antes de la llega- del templo de San Martín Huaquechula probablemente se debe a la composición de la
da de los europeos, ya que los indios fabricaban los cimientos y los paramentos de los arena fina, el carbonato de calcio y a la lechada de cal (Ver tabla 1, pág. 72). En ambas,
templos y palacios con mamposterías de roca volcánica y morteros de lodo, adobe o los rectángulos que dan apariencia de sillares se dibujaron con cal y arena fina de las
barro colmados de “tierra bien tapiada”.95 Por las palabras del cronista se puede inferir que resulta el color blanco, y en algunas ocasiones se observan como si tuvieran relieve.
Fig. 42 que los naturales estaban capacitados para la realización de este tipo de muros que se Al parecer el delineado tan vertical y horizontal se logró con el uso de cordel y escuadras. Fig. 45
Sillarejos cúbicos del interior de la capilla posa encuentran prácticamente en todos los edificios religiosos de las vertientes del volcán. Las restituciones posteriores de esta pintura no siguen la rectitud de los originales, se sus- Muro de bahareque del interior de una celda
noreste del atrio del conjunto conventual. del segundo cuerpo del ex convento.
Huejotzingo, Puebla.
Sin embargo los paramentos con rellenos no devienen únicamente del entorno mesoa- tituyen con pinceladas a mano alzada, muy libres y descuidadas que se salen del contorno, Huejotzingo, Puebla.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017. mericano, toda vez que son comunes a las arquitecturas europeas desde la Antigüedad aunque también están trazadas con cal, arena fina y algunas veces con tezontle rojo. Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Dibujo 6.
También se hallan zonas de reemplazos con esténcil. Hay que mencionar que la pintura Detalle del desarrollo plano de la pintura
con cal permite que el aire penetre entre los muros y su reciclaje constante entorpece la de la bóveda de cañón de las celdas del
ex convento de Santiago Apóstol.
acumulación de abultamientos por humedades.100 Ocuituco, Morelos.
Existen sillares pintados sobre el muro de sillarejo de la fachada del templo de San Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
Miguel Arcángel de Huejotzingo (fig. 46); en el interior del templo de Santo Domingo
de Oaxtepec; en el exterior de los claustros alto y bajo de los ex conventos de San Juan
Bautista de Tlayacapan y de Santiago Apóstol de Ocuituco; en la capilla abierta de San
Mateo Apóstol de Atlatlahucan y en la actual catedral de la Asunción de Cuernavaca,
por citar algunos ejemplos, pero debe quedar claro que hay vestigios de sillares pinta-
dos prácticamente en todos los conjuntos conventuales de las faldas del Popocatépetl
y en muchos más del territorio que perteneció a la Nueva España.
En la destruida bóveda del templo de San Martín Caballero de Huaquechula tam-
bién hay sillares pintados con cal y arena. Éstos se acababan de recuperar gracias a la
intervención del restaurador Pablo Vidal Tapia, pero desgraciadamente sus esfuerzos
se vinieron abajo junto con los estragos que sufrió la bóveda durante el terremoto del Fig.49
19 de septiembre de 2017. En efecto, la bóveda medía 46 m de largo por 11.5 m de ancho Sillares pintados en el primer templo
Fig. 46 de los hermanos predicadores.
Sillares pintados sobre el muro de sillarejo de y había “sillares simulados formados por juntas de enlucido de cal y arena aplicado Santo Tomás de Aquino.
la fachada del templo de San Miguel Arcángel. sobre el aplanado original, de manera que, las juntas de color blanco destaca[ba]n so- plos. Sin embargo hay también pies derechos con dos medias muestras que flanquean Toulouse, Francia.
Huejotzingo, Puebla. Fotografía: Alejandra González Leyva, 2013.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2016 bre el tono grisáceo del fondo”, a lo que se sumaba la apariencia de volumen por estar el pilar y con un contrafuerte de mampostería por detrás, como sucede por ejemplo en
incisas en el aplanado. Así también, el conservador logró la recuperación del color de la el primer cuerpo de la galería del patio claustral de San Juan Bautista de Tlayacapan,
cantera amarillenta con vetas rojizas de las nervaduras y de las molduras de los nueve Morelos. (figs. 50, 51)
arcos de las ventanas.101 (figs. 47, 48) En efecto, las columnas, los pilares y los pies derechos, aparte de los muros, son los
La tradición de pintar sillares con cal y arena sobre los muros de los templos y con- elementos de apoyo de los arcos, las bóvedas y las techumbres de viguería. En las logias
ventos, parece que se remonta al medievo, toda vez que se han encontrado vestigios de que rodean los patios claustrales de las faldas del Popocatépetl se hallan columnas y
que a los maestros de obra de las catedrales góticas no les gustaba que los sillares que- medias muestras de varios tambores con fuste liso y estriado; pilares de mampostería;
daran con el color de la roca.102 Este gusto pudo pasar a las comunidades mendicantes y pies derechos con sillarejos y contrafuertes de mampostería. Los tambores son cilin-
del siglo xiii. Al menos así se ve en el templo de los jacobinos de Toulouse, Francia, dros de roca que se acoplaron uno encima del otro. Hay que destacar que en los pies
Fig. 47 que fue la primera fundación dominica. Desde luego que la sillería pintada de la igle- derechos, al igual que en los muros descargan las jarjas de las crucerías de las bóvedas. Fig. 50
Sillares pintados con cal y arena en la bóveda
sia francesa al igual que en los complejos arquitectónicos novohispanos ha sufrido de Las arquerías del claustro bajo y alto de Santiago Ocuituco se apoyan sobre pila- Medias columnas con pilares, pie derecho
destruida del templo de San Martín Caballero. y jarjas del primer cuerpo del ex convento.
Huaquechula, Puebla. intervenciones contemporáneas. (fig.49) res y contrafuertes de mampostería. No tienen necesidad de pies derechos porque el Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. cerramiento se hizo con bóveda de cañón y no con bóvedas de arista y crucerías como Fotografía: Jesús Muñoz Cinta, 2018.
Columnas, pilares y pies derechos se fabricaron en el primer cuerpo y en los rincones de claustro del segundo piso de las
Alberti define la columna como “una cierta parte sólida y estable del muro que va en galerías de San Juan Bautista Tlayacapan.
perpendicular desde el suelo hasta lo más alto de la construcción con el fin de soportar A diferencia de las logias masivas de Ocuituco y Tlayacapan, en la doble arque-
la techumbre”.103 La columna consta del fuste, la basa y el capitel. Puede encontrarse ría claustral de San Miguel Huejotzingo, en el segundo registro del también claustro
sobre un pedestal o un antepecho, como suele ocurrir en las arquerías de los claustros franciscano de Huaquechula y en la portería del recinto de San Andrés Calpan hay
o patios centrales de los recintos monacales o de las residencias palaciegas. Del mismo columnas que dan la sensación de esbeltez y que delatan la factura de los canteros de
modo, se usaron columnas cuadrangulares o pilares, que también tuvieron una fun- la zona actualmente poblana. Las columnas parecen proceder de un mismo taller de
ción sustentante. Sin embargo, en los pies derechos o machones se apoya una mayor cantería y quizás hasta de una plantilla semejante, ya que los fustes lisos presentan un
Fig. 48 carga, toda vez que soportan hasta el doble o más del peso de una bóveda, por lo que diámetro igual en el imoscapo y en el sumoscapo, así como una escocia entre dos toros Fig. 51
Sillares pintados con cal y arena en la bóveda tienen un mayor espesor.104 Un pie derecho puede describirse como un pilar en cuyas en la basa y el capitel. Este tipo de columnas son repetitivas sobre todo en los con- Pie derecho del primer cuerpo de la arquería
destruida del templo de San Martín Caballero. del ex convento de San Juan Bautista.
Huaquechula, Puebla.
cuatro caras hay medias columnas. Normalmente se localizan en los ángulos de los juntos conventuales de la región Puebla-Tlaxcala. Imitan el género toscano, pero les Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018. rincones de los claustros, así como en los tramos que dividen las cubiertas de los tem- falta el mayor diámetro en el imoscapo y la proporción de siete módulos para lograr Fotografía: Jesús Muñoz Cinta, 2018.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

el clasicismo que tal vez buscaron los canteros.105 Normalmente están sobre plintos de plo y del primer registro de la arquería del claustro de San Juan Bautista Tlayacapan
cantera y a veces llevan un ábaco como en el ejemplo de Huaquechula. Las columnas (fig. 57); los de las arquerías inferior y superior del patio central, porciúncula y capillas
que se usaron en las fábricas que comprenden el área de estudio no son de un solo procesionales de San Miguel Huejotzingo; las dos portadas del templo, el segundo
bloque, más bien consisten en tambores de diferentes largos que se encajan por medio cuerpo del claustro y las arquerías de la portería y de la capilla abierta de San Martín
de junturas. La mayoría de las veces están pegados con mortero de cal compuesto por Caballero de Huaquechula; el arco de la puerta de ingreso a la iglesia de Santiago Apóstol
arenas finas y medias con carbonato de calcio, como ocurre en una de las columnas de Ocuituco; los arcos de la portada principal y de las posas de San Andrés Calpan
de la arquería superior del claustro de Huaquechula. (Ver tabla 1, pág. 72) (figs. 52, 53) (fig. 58). En fin, los arcos de cantería están en un sinnúmero de ejemplos. (fig. 59)
Fig. 52
Columnas del segundo cuerpo del claustro.
Huejotzingo, Puebla. Arcos Bóvedas de cañón
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2016. Un trabajo importantísimo era el que realizaban los carpinteros. Si bien ellos cons- La bóveda de cañón puede definirse como una techumbre semicircular. Para Alberti
truían los andamios y poleas para subir los materiales a los diferentes niveles, también es “una cubierta curvilínea [que] está constituida por arcos”.111 Es también la prolon- Fig.55
preparaban las estructuras de las cimbras para sostener las dovelas que conformarían gación de un arco como si fuera un cilindro cortado a la mitad y colocado horizontal- Tres tipos de arco de “romano”,
Alonso de Vandelvira,
los arcos de las puertas, ventanas, portadas y bóvedas de cañón o de arista realizadas mente. Por eso este tipo de bóvedas “cubren superficies cuadrangulares, tanto aquellas Libro de cortes de cantería, f. 26,
en la zona del Popocatépetl. Su trabajo estaba muy relacionado con los tejedores de que son más cortas como las que son más largas”.112 Espacios semejantes son los que se Biblioteca Nacional de España.
lazos de fibras vegetales, los plomeros y con los herreros, ya que ellos suministraban observan en gran número de los conventos y templos mendicantes de las faldas del Po-
los cordeles, plomadas, herramientas, pernos y clavos para que los tablones se ciñeran pocatépetl. En esta región no hay bóvedas de cañón de sillería, todas son de mampos-
perfectamente. La hechura de las cimbras era capital y no era lo mismo el ensamblaje tería, aunque la composición de los morteros cambia. En el área morelense, al menos
para un arco de mampostería que para un arco de dovelas de cantería. El manuscrito en las muestras que se tomaron en Ocuituco, Tlayacapan y Totolapan, como ya se dijo,
de Alonso de Vandelvira ofrece varios diseños para el trazado geométrico de cimbras hay arcillas arenosas, tezontles finos, cal, arena y agua;113 en la poblana Huaquechula
de diversas formas de arcos de medio punto de cantería. Para la cimbra del arco avan- al parecer solo existen estos tres últimos materiales. Sea como fuere, tanto las bóvedas
zado por ejemplo, indica que en la misma madera se labren las formas de las molduras de cañón de sillería como las de mampostería necesitaron de normas geométricas. Ro-
Fig. 53
Columnas de la portería de San Andrés. del arco. Para él hay tres tipos de arcos de “romano”, es decir los que estaban en boga drigo Gil de Hontañón, en el capítulo 46 de su Compendio de architectura y simetría de los
Calpan, Puebla. durante el siglo xvi, que corresponde a la internacionalización, si se puede llamar así, templos, “trata de la medida de cañón de bóveda de medio punto, rebajado y redondo”,
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017.
de los principios del Renacimiento a la “maniera romana”. Estos arcos clásicos son el de dice que este tipo de bóvedas deben ser de un grueso muy pequeño y da las instruccio-
medio punto, el carpanel y el escarzano.106 En realidad son los mismos que menciona nes para sacar su ancho en relación con el largo de la nave y el espesor de los muros.114
Alberti, aunque con diferentes nombres. Al primero lo denomina entero, que es un Si no existiera la relación del ancho con el largo y el espesor, las bóvedas resultarían Fig. 56
Trazo y cortes de la dovela,
semicírculo completo; al otro, lo llama compuesto “que consta de dos arcos rebajados”; desproporcionadas, chuecas y hasta desequilibradas. Así acontece al parecer en las Alonso de Vandelvira,
y al último lo designa “rebajado, porque no es un semicírculo completo, sino una cierta pandas del claustro bajo del ex convento de Huaquechula, donde no hubo la misma Libro de cortes de cantería, f. 8,
Biblioteca Nacional de España.
parte de él”. Para el tratadista, “el arco en sí consta del acoplamiento de numerosas altura para las impostas y el medio punto se desniveló alterándose completamente.
dovelas”.107 En el ámbito hispano las dovelas también recibían el nombre de “bolso- De mejor trazo son las bóvedas de cañón de los corredores de los claustros frailunos de
nes”. La parte cóncava se llamaba “mocheta”; la convexa, “tardosa”; y las rectas que Oaxtepec y Ocuituco, por mencionar algunas. (figs. 60, 61, 62)
las unían, “tirantes”. Con la medida de la mocheta y el tirante se confeccionaba un Las bóvedas de cañón necesitan una cimbra bien calculada en cuanto a altura,
instrumento denominado baivel, que servía para el trazo de las plantillas, las cuales largo y ancho de la nave en forma de medio punto que arranque de las impostas; es decir
se calcaban sobre la roca a partir de un molde para luego esculpirlas.108 Una vez que se de la última hilada de los paramentos laterales. Alberti comenta que las armaduras
tenían las dovelas previamente numeradas, éstas se acomodaban en la montea dibu- deben extenderse mediante ligaduras y luego rellenarse “con el material correspon-
jada con anticipación en el suelo del tamaño real del arco y si se lograba que todas diente”, aunque aconseja que éste sea de “una piedra muy ligera, para que no soporten
encajaran, se incorporaban sobre la cimbra, donde recibirían el mortero de cal y arena, los muros un peso excesivo sobre ellos”. Incluso para el centro de la bóveda recomienda
es decir las juntas de unión.109 Los arcos y las enjutas se construían al mismo tiempo la piedra pómez.115 Para el relleno de las enjutas o “caderas” sugiere la mampostería,
Fig. 57
Fig. 54 para que ambos muros fueran unidos “en hiladas sucesivas con el fin de que [la] obra pero también vasijas colocadas boca abajo, sobre las cuales se echen mezclas de rocas Arco de medio punto y entablamento de
Colocación de la cimbra de un arco avanzado, disponga del mayor número de ligaduras y lo más firme que sea posible”.110 (figs. 54, 56) muy livianas,116 sistema constructivo que quedó a la vista en la bóveda del sotacoro del sillería del primer cuerpo de la portada
Alonso de Vandelvira, del templo de San Juan Bautista.
Libro de cortes de cantería, f. 138,
La factura de arcos de cantería está presente en numerosos edificios de las vertien- templo franciscano de Huaquechula después del desastre del 19 de septiembre de 2017. Tlayacapan, Morelos.
Biblioteca Nacional de España. tes del Popocatépetl. Entre algunos se pueden mencionar los de la portada del tem- Finalmente, el tratadista del Renacimiento sugiere que para que las bóvedas no se Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

agrieten, las armaduras o cimbras deben aflojarse lentamente durante días e incluso En efecto, en planta forman un cuadrado sobre el cual se levantan cuatro arcos
meses y nunca quitarse en tanto no haya pasado el invierno para evitar cualquier de medio punto que prolongan su espesor como una secuencia de arcos continuos
resquebrajamiento.117 que se cruzan y conforman cuatro aristas, de ahí el nombre. Las bóvedas de arista con
Las bóvedas de cañón, tanto de las pandas exteriores como de los corredores crucería más tempranas se han encontrado en las naves laterales del coro de la cate-
internos y hasta de las diferentes dependencias conventuales de las faldas del Popoca- dral de Durdham (1093-1104) en Reino Unido. En ellas hay arcos que se encuentran
tépetl, sufrieron agrietamientos longitudinales durante el sismo. En algunas bóvedas diagonalmente, pasan por el centro, o sea en la clave, y caen también en las aristas.
las fisuras fueron leves y solo serpentearon a la altura de la clave, como en Oaxtepec. El cruzamiento de los cuatro arcos con dovelas de sillería forman a su vez cuatro
En otras, las hendiduras centrales se ramificaron y multiplicaron hacia todos lados. Así plementos, por lo cual reciben el nombre de bóvedas cuadripartitas, que se elevan
pasó en Ocuituco, Tlayacapan y Zacualpan de Amilpas, por mencionar unas cuantas sobre los tramos de la nave.119 (Dibujo 7)
bóvedas dañadas durante el terremoto de 2017. Incluso la arquería oeste de Totolapan Un elemento imprescindible de las bóvedas de crucería son las claves o dovelas
se vino abajo. Esto viene a colación por el comentario de Alberti, ya que la extrema hu- centrales, localizadas precisamente en la intersección de las bóvedas y donde con-
Fig. 58 Fig.61
Arco de medio punto de dovelas en capilla medad de las arcillas y el nulo fraguado aunados a los movimientos telúricos provocaron fluyen los arcos diagonales. Estas claves tienen forma circular u ochavada con varios Bóveda del claustro bajo del ex convento.
posa sureste del atrio de San Andrés. los terribles resquebrajamientos de las bóvedas de mampostería sobre todo en el área brazos para unir las nervaduras. Por ejemplo, las claves de las bóvedas cuadripartitas Oaxtepec, Morelos.
Calpan, Puebla. Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2017.
morelense. tienen cuatro ramificaciones, mientras la de ocho, ocho, lo cual puede dar lugar a una
Sin lugar a dudas, una de las bóvedas de cañón de mayor relevancia en las laderas gran variedad de plementos.
del Popocatépetl es la del templo otrora de los agustinos de Tlayacapan. Esta cubierta Los plementos son los espacios que existen entre las nervaduras y que en los ca-
fue destruida por el terremoto del 19 de septiembre de 2017. Resquebrajaduras en sen- sos de la arquitectura conventual de las vertientes del Popocatépetl están rellenos de
tido longitudinal hirieron de muerte las bóvedas del sotacoro y de la nave del templo. mampostería. Hubo edificios en Nueva España, como el tan citado recinto dominico
En el tercer tramo de esta última se desprendió y se vino abajo una gran parte de la de Yanhuitlán, cuyos plementos presentan hiladas de sillares de cantería, y que por
mampostería. Incluso falló uno de los enormes contrafuertes, dejando la cubierta sin supuesto resultan más caros y necesitan una mayor mano de obra muy bien calificada.
estribo alguno. No es la primera vez que la bóveda cede a los ímpetus de un cataclismo. Las bóvedas de arista, así como todas las de crucería no solo necesitan descargar
Quedan huellas de otra anterior en los arranques de la recientemente devastada, toda sobre columnas, pilares o pies derechos exentos, sino que también lo hacen sobre las
vez que son notorios los bordes a través del aplanado. Incluso los primeros contrafuer- paredes. Los elementos de apoyo que se hallan entre las impostas de éstos y los arcos se
tes eran más esbeltos, estaban a la altura del primer y cuarto tramo. Dichos estribos llaman jarjas. Las jarjas tienen un formato de base horizontal labrado con los ángulos
Fig. 59
Arquería del claustro.
fueron reforzados para mantener en pie la techumbre que acaba de resquebrajarse. de cada nervio que se articula a las nervaduras. Suelen sobreponerse en varios registros
Huaquechula, Puebla. Sin embargo, esta bóveda como la anterior flaquearon durante los balanceos de ese abriéndose en triángulo para recibir los arcos. Las que se hunden en los muros solo Fig. 62
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. Bóveda de cañón del claustro alto del convento.
día. (fig. 63) están labradas por el exterior, ya que ostentan un gran espesor normalmente cúbico
Ocuituco, Morelos.
La bóveda del templo mendicante de Tlayacapan presentaba cinco tramos y el del que se encaja en los paramentos. Las jarjas o arranques deben coincidir con las dovelas Fotografía: Cecilia Gutiérrez Arriola, 2017.
presbiterio. Cada tramo estaba sustentado por pilastras y medias columnas. En ellas se de los nervios, contar con las mismas molduras y perfiles para que la estructura caiga
apoyaban las ligaduras o juntas constructivas, las cuales también fallaron sobre todo de manera uniforme, además, gracias a la homogeneidad de las junturas logran una
en el centro. Al parecer, los medios puntos de la bóveda no estaban bien trazados de gran armonía visual. (figs. 50, 66)
origen, ya que al menos visualmente dan la sensación de que se elevaban por encima Los elementos señalados con anterioridad son los esenciales para entender las
de las impostas y no se apoyaban en ellas. Esto pudo contribuir a su destrucción. bóvedas de crucería o nervaduras que trascendieron del medievo al siglo xvi español
Conforme se ha dicho en el apartado sobre materiales, la mampostería de la bó- adecuándose a las bóvedas clasicistas como son la de arista, la baída y la de media na-
veda frailuna de Tlayacapan se componía de rocas de tezontle rojo de 4”, y de morteros ranja.120 La enorme experiencia de este tipo de bóvedas en la Península Ibérica favoreció
de cal con gravas de tezontle de hasta media pulgada, arena fina y arcilla café; com- que los maestros de obras de los conventos frailunos las introdujeran en Nueva España.
binación semejante a la bóveda del piso del coro (Ver tabla 3, pág. 74). Desde luego Dichos elementos están presentes en todas las bóvedas de crucería de los templos
que estas bóvedas eran muy ligeras por los tezontles del conglomerado, según las y arquerías claustrales de las vertientes del Popocatépetl. Estos edificios mendicantes
recomendaciones de Leon Battista Alberti. (figs. 64,65) son los de Huaquechula, Tochimilco, Huejotzingo, Cuernavaca, Oaxtepec, Tepoztlán,
Tlayacapan, y Yecapixtla.
Fig. 60 Bóvedas de arista, de formas de estrella y de flor con crucerías Probablemente la bóveda cuadripartita, a la que se aludió en el primer párrafo de Fig. 63
Bóveda del claustro bajo del ex convento. Bóveda de cañón de mampostería del templo.
Huaquechula, Puebla.
Las bóvedas de arista se definen como la intersección de dos bóvedas de cañón. este punto, sea la misma a la que se refiere Alonso de Vandelvira cuando menciona la Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. Alberti indica que la bóveda de arista “es la indicada para superficies cuadradas”.118 capilla por arista cuadrada, advirtiendo que es la de diseño más fácil. En su manuscrito Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

explicó los trazos geométricos de la planta, los arcos, los cuadrados en que debe caber
cada dovela, el dibujo de la misma para sacar los moldes y además, cómo hacer los
patrones de las cerchas; es decir las plantillas para las cimbras y colocar sobre ellas las
dovelas de cantería.121 Del ensamble exacto y geométrico de las dovelas y las cerchas,
del acoplamiento de lo cóncavo con lo convexo, de lo negativo con lo positivo, resul-
taría la bóveda cuadripartita o la capilla por arista cuadrada. Este tipo de bóveda de
arista cuadripartita de crucería se localiza en los cuatro corredores externos del primer
cuerpo del claustro de Tlayacapan. (fig. 67)
Fig. 64
Bóveda de mampostería. Otro modelo de cubiertas existentes por ejemplo en los ex conventos de Oaxtepec
Vista desde la parte superior del cañón roto y Tlayacapan son las que quizá Vandelvira denomina bóvedas de rincón de claustro,
del templo de San Juan Bautista.
Tlayacapan, Morelos. semejantes a las techumbres de las arruinadas capillas posas de Tepoztlán. El proce- Fig. 67
Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018. so de los trazos geométricos para la realización de patrones de cantería y cerchas lo Capilla por arista cuadrada,
Alonso de Vandelvira,
enseña Alonso de Vandelvira al referirse a dos arcos de arista que se encuentran en un Libro de cortes de cantería, f. 132,
rincón.122 (figs. 68, 69) Biblioteca Nacional de España.

Las jarjas también tuvieron una solución geométrica, con la cual se llevaban a
cabo los moldes, los cortes de cantería y las cerchas de madera, como se puede ver en
las instrucciones y en los dibujos de Vandelvira.123 (figs. 70, 71)
No obstante lo anterior, las bóvedas de los rincones de los claustros antes aludidas,
no nada más muestran los arcos o las nervaduras que se atraviesan diagonalmente
y se unen en la clave, sino que a éstas se suman otras en forma de cruz que también
emergen de los brazos de la clave central y que reciben el nombre de espinazos o for-
maletes. Los espinazos se unen a otras nervaduras sesgadas denominadas terceletes y
que son resultado de cuatro triángulos isósceles que se trazaron en cada lado del cua-
drado. El punto de enlace entre los espinazos con los terceletes configura otra clave Fig. 68
Fig. 65 menor por el número de ramificaciones, la cual hace las veces de una ligadura. Estas Bóveda de rincón del claustro.
Bóveda de mampostería. Oaxtepec, Morelos.
Vista desde la parte superior del cañón roto ligaduras originan las estrellas que hay en muchas bóvedas de crucería, lo que provoca Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
del templo de San Juan Bautista. un mayor número de plementos.124 Ahora bien, el trazo de cuatro triángulos equiláteros
Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Alejandra Gonzále Leyva, 2018.
que parten de las bases del cuadrado y llegan a las claves de los terceletes da como
resultado un círculo en medio de la estrella, lo cual crea una bóveda de nervaduras con
más claves y puntos de apoyo. (Dibujo 8)
Se podría plantear que las bóvedas de nervaduras parten de la de arista cuadri-
partita y que de ésta surgen un sinnúmero de formas a partir de triángulos isósceles
y equiláteros. Dichos triángulos forman los espinazos, los terceletes y las claves me-
nores o ligaduras. Parecería que los maestros de obras se entretuvieron mucho dise-
ñando bóvedas con un sinnúmero de nervaduras unidas a las claves. En el entorno del
Popocatépetl, las bóvedas de nervaduras en forma de estrella son las dominantes en
los rincones de los claustros y en las cubiertas de los templos que se han enunciado
líneas atrás.
Fig.66
Las bóvedas de crucería de los tramos centrales de las naves de los templos men-
Jarja o can que sostiene la crucería. dicantes de Huaquechula y Oaxtepec, así como la de la sacristía de Tlayacapan son en Fig. 69
Primer cuerpo de la arquería del claustro
forma de estrella sencilla; las del templo de Huejotzingo llevan un solo círculo, que más Trazo de dovelas y cerchas para una bóveda
del ex convento, San Juan Bautista. de rincón de claustro, Alonso de Vandelvira,
Tlayacapan, Morelos. Dibujo 7. Ilustración del proceso de manufactura de una dovela para una bóveda cuadripartita del claustro bien da la apariencia de octágono. Las del presbiterio de Huaquechula y la del coro de Libro de cortes de cantería, f. 45,
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018. bajo del ex convento de San Juan Bautista. Tlayacapan, Morelos. Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta. Oaxtepec son idénticas; éstas sí con un círculo de ocho claves, pero en lugar de mostrar Biblioteca Nacional de España.

62 63
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Los trazos geométricos de las bóvedas de crucería en forma de estrella, con uno
y dos círculos, también aparecen en una lámina del manuscrito de Vandelvira. José
Carlos Palacios hizo una detallada explicación de estos dibujos. El investigador abor-
da la forma de confeccionar los baiveles para que los canteros tallaran las dovelas,
las cuales, en el corte de perfil, adoptaron la forma de punta de flecha. También, el
autor plantea la hechura de las diferentes claves. Éstas tenían forma de cruz con cuatro,
cinco u ocho brazos y el corte de perfil de punta de flecha. Sobre la central, esclarece
que es “simplemente, una pieza tallada mediante el baivel, con la concavidad de la
bóveda, sobre la que, posteriormente, se procede a tallar la estrella de ocho brazos.”126
Las claves secundarias eran más complicadas toda vez que necesitaban proyecciones
Fig. 70 para que las nervaduras se pudieran dibujar en patrones, se calcaran en la cantera, se
Jarjas o arranques para hacer moldes
de cortes de cantería y cerchas cortaran, se tallaran y se ensartaran perfectamente. Según el mismo autor, el cincela- Fig. 73
de madera, Alonso de Vandelvira, do de las claves requirió de especialistas dentro de los mismos canteros, ya que no se Bóvedas de crucería del templo.
Libro de cortes de cantería, f. 160, Huaquechula, Puebla.
Biblioteca Nacional de España. podía tener el mínimo error y debían caer correctamente sobre las jarjas. Una vez con Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
las jarjas, dovelas y claves, se procedía a su montaje sobre el cimbrado.127 (Dibujo 7)
Los plementos de la bóveda de crucería de Huaquechula se rellenaron uno a uno
con mampostería de rocas volcánicas, entre las cuales se distinguen los colores ama-
rillentos rosáceos y blanquizcos de la pumicita, arena y cal desde el arranque de los
nervios, subiendo hasta el espinazo y luego hasta la clave cuidando que no se dejaran
oquedades sobre la cimbra.128 Por el exterior de la bóveda de Huaquechula no se evi-
dencia ninguna tierra arcillosa en la estratigrafía. En la cresta, la mampostería de la
bóveda es muy delgada, de unos 50 cm aproximadamente. (fig. 77)
Es de notar que las dovelas de las bóvedas de crucería, tanto en las láminas del
manuscrito de Vandelvira como en las ilustraciones del libro de José Carlos Palacios,
exhiben forma de flecha, cuyo eje queda oculto en la mampostería de los plementos. Fig. 74
Bóveda del coro.
Así se dejan ver en la bóveda destruida del templo de San Martín Huaquechula. En Huaquechula, Puebla.
efecto, la dovela de la nervadura ostenta una punta de flecha al aire con una sección Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
Fig.71
Jarjas o arranques para hacer moldes que quedó subsumida en los plementos de mampostería de la bóveda desde que ésta
de cortes de cantería y cerchas Dibujo 8. Esquema de los componentes geométricos y constructivos de la bóveda nervada del presbiterio del se colocó en el siglo xvi. Lo mismo sucedió con la clave central de ocho brazos de la
de madera, Alonso de Vandelvira, templo de San Martín Caballero de Huaquechula, Puebla. Dibujo: Jesús A. Muñoz Cinta.
Libro de cortes de cantería, f. 162, bóveda del sotacoro del mismo edificio. Dos de ellos se liberaron de las dovelas, des-
Biblioteca Nacional de España. nudando las flechas y mostrando cómo encajaron en la mampostería tan delgada del
un segundo círculo concéntrico, ostentan una flor en medio de la estrella. Los pétalos centro de la bóveda. (fig. 78)
se hallan constituidos por nervaduras curvadas que se originan en las claves de los Por fuera, por encima de la techumbre del templo de San Martín Caballero, que
arcos sesgados y el círculo; se apoyan en la tercera parte del tercelete; y de ahí se unen es el mejor ejemplo para observar el sistema constructivo de una bóveda de crucería
a la clave de los arcos que componen los cuatro lados del tramo. (figs. 72, 73, 74 y 75) en tierras novohispanas, hay un enladrillado de petatillo. Éste envuelve los diferen-
Las bóvedas de los templos frailunos de Huejotzingo, Huaquechula y Oaxtepec dan tes tramos con cubiertas piramidales. En los ángulos superiores se hallan las salientes
la apariencia de estar inmersas en arcos de medio punto, pero en realidad lucen un de las claves mayores; en los que caen hacia los extremos de la nave están los tubos de
arco ligeramente ojival. Vandelvira las denomina “modernas” por “su arcos apun- desagüe sobre los que se alza un doble parapeto o antepecho de mampostería, al pare-
tados”, a diferencia de las “romanas” con arcos de medio círculo. En realidad, como cer de factura contemporánea. (fig. 79)
dice José Carlos Palacios, “las bóvedas de nervaturas modernas son cada vez más
Fig. 72 esféricas”.125 Por ello es posible decir que al menos las bóvedas con las que aquí se Bóveda de crucería y de terrado con vasijas de barro Fig. 75
Bóvedas de crucería del templo. Bóveda de crucería del templo.
Oaxtepec, Morelos.
ejemplifican las de las iglesias mendicantes de las vertientes del Popocatépetl, estaban La bóveda del sotacoro de la iglesia franciscana de Huaquechula presenta un arco Huejotzingo, Puebla.
Fotografía: Alejadra González Leyva, 2017. a la vanguardia del siglo xvi español. (fig. 76) carpanel o de tres centros, de los más modernos del siglo xvi en la opinión de Leon Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2015.

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capÍtulo 2. la construcción

Fig. 76
Bóveda moderna, Alonso de Vandelvira,
Libro de cortes de cantería, foja. 97r.
Biblioteca Nacional de España,
en José Carlos Palacios, Trazas…, p. 291.

Fig. 78
Clave de la bóveda del sotocoro, Huaquechula, Puebla. Deja ver dos de los brazos en forma de flechas subsumidos
en la mampostería. Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018.

Battista Alberti y de Alonso de Vandelvira.129 Se desplanta también sobre un cuadra-


do conformando una capilla redonda carpanel, como la llamaría Vandelvira. El dibujo
parte del que aparece en el Primer Libro de Geometría de Sebastián Serlio, según el
mismo autor, y como en todo el manuscrito, enseña los trazos, cortes y colocación de Fig.77
las cimbras, tanto para el arco, las pechinas y la propia capilla, como llama a los tramos. Plemento relleno de mampostería de
la bóveda destruida del coro del templo
El arco carpanel fue prácticamente usado en todos los sotacoros de los templos mendi- de San Martín Caballero.
cantes que rodean el Popocatépetl. (figs. 80, 81, 82) Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
Los estragos del terremoto del 19 de septiembre de 2017 dejaron a la luz el sis-
tema constructivo de la bóveda del sotacoro del templo de San Martín Caballero de
Huaquechula. La estratigrafía que se dejó ver presenta por lo menos diez secciones.
De la inferior a la superior se pueden enumerar las siguientes: en la primera, las do-
velas de las nervaduras de cantera de tipo pumicita; en la otra, una delgada cubierta
de cal con arenas finas, sobre la que se colocaron sillarejos alineados y pegados con
mortero de cal, cuya composición al parecer también es de arena fina y carbonato de
calcio. Estos tres estratos se hallan sobre toda la bóveda de crucería incluyendo los ple-
mentos, aunque hay que hacer notar que en varias secciones se advierte que en alguna
intervención contemporánea se inyectó cemento. En las pechinas continúa una cuarta Fig. 79
Bóveda del templo de San Martín Caballero.
Huaquechula, Puebla.
Fig. 80 Los ángulos superiores denotan
Centro de la bóveda del sotocoro del templo, San Martín. Huaquechula, Puebla. las salientes de las claves.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018.

67
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 2. la construcción

Fig. 86
capa conformada por cuencos de barro de diferentes formas y espesores acomodados Doble contrafuerte.
verticalmente y con la abertura de la boca hacia arriba. En la quinta sección se alojó Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez. 2017.
tierra apisonada, cuya composición quizá consiste en arcilla gris verdoso, arena fina a
media y carbonato de calcio suelto. En el sexto estrato se observa un filón delgado de
ripio conformado básicamente de piedra pómez de color gris claro. En el recubrimiento
sucesivo se volvieron a usar arcillas gris verdoso, arena fina y carbonato de calcio suel-
to. Sobre éste, un entortado de cal con arena fina. El penúltimo estrato consistió en una
capa fina de cal bruñida sobre la que se puso el revestimiento final con un enladrillado
delgado. Solo estas dos últimas cortezas se emplazaron sobre los tres primeros estra-
tos al centro de la bóveda, lo que dio por resultado un espesor central, escasamente de
Fig. 81
20 cm, menos ancha que su homóloga de arriba y de una ligereza extrema por el uso
Arco carpanel, Alonso de Vandelvira, de piedra pómez.130 (Ver tabla 1, pág. 72)
Libro de cortes de cantería, f. 27, El sistema constructivo que hay en la bóveda del sotacoro de la iglesia de Huaque-
Biblioteca Nacional de España.
chula es de terrado con ánforas de barro. Semejante composición ya ha sido encon-
trada en otras bóvedas en el territorio nacional. En el templo El Sagrado Corazón de
Colima, construido a fines del siglo xix, se hallaron cántaros de barro con el propósito
de disminuir el peso de las bóvedas en la intervención posterior al sismo del 21 de enero
de 2003.131 Lo mismo ocurrió en el templo de la Inmaculada Concepción de Coyoacán
durante los trabajos de restauración realizados en el extradós de la bóveda del sotacoro
durante los años de 2012 y 2014.132 El sistema al parecer data del medievo, toda vez que Fig. 84
Bóveda del sotocoro.
existió en España durante los siglos xiii y xiv.133 Alberti también se refirió al método Los muros laterales en los que se apoyan las bóvedas reciben la presión de éstas Huaquechula, Puebla.
cuando mencionó que era de uso de algunos trabajadores que en y tienen el riesgo de fisurarse, desplomarse hacia los lados y finalmente caer. Para que Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018.

esto no ocurra, la línea de empuje de la cubierta, que normalmente corre en diagonal y


…los espacios vacíos que quedan entre el arranque de los arcos de la bó- no de manera vertical, recae en los contrafuertes.
veda y el muro a que están sujetos, lo que los obreros llaman cadera, En las naves abovedadas de los templos frailunos en estudio, los estribos están
se rellenaran…, para aliviar la carga..., de..., vasijas de agua vacías, ra- colocados en los tramos donde caen las fuerzas transversales. Por el interior de la nave
Fig. 82
jadas boca abajo, para que no aumenten de peso por la humedad allí se pueden ver pilastras o medias columnas que coinciden con la colocación de los con-
Pechina carpanel, recogida y echa[…]n encima conglomerado de piedra muy ligera pero trafuertes de afuera. En aquéllas recaen los canes y las jarjas, los arranques, si se trata
Alonso de Vandelvira,
Libro de corte de cantería, f. 33,
resistente.134 de una bóveda de crucería, o las ligaduras u osaturas, como las llama Alberti, en las
Biblioteca Nacional de España. bóvedas de cañón. Los contrafuertes, las jarjas y las ligaduras conforman el efecto de la
Desde luego que los modelos encontrados en México dan cuenta de que el sistema osamenta de una bóveda.
persistió en Nueva España y en otras partes de América, donde se cuenta con varios Como ya se dijo en el apartado de bóvedas de cañón, la del templo de San Juan
ejemplos.135 (figs. 83, 84, 85) Bautista Tlayacapan fue seriamente afectada el catastrófico 19 de septiembre de
2017. La cubierta ya había colapsado en otra ocasión, toda vez que hay rastros de ree-
Contrafuertes dificaciones novohispanas. Aún se advierte el arranque devastado de otra previa a
Los contrafuertes son estructuras que sirven para reforzar el muro y que la cubierta la que acaba de arruinarse y un contrafuerte que cubre al de abajo. Este último fue un
pueda descansar en él. También reciben el nombre de estribos. En las construcciones reforzamiento novohispano. En efecto la sobre posición de muros fue recurrente en los
pensadas desde un principio para soportar bóvedas, se construían junto con los ci- edificios novohispanos. Al parecer, los maestros de obra consideraban que el aumento
mientos de los muros y se levantaban unidos. Este tipo de contrafuertes se denominan masivo proporcionaba mayor firmeza al edificio. Estos dobles contrafuertes lograron
arriostrados y aseguran la firmeza de la construcción. Por el contrario, el tipo de contra- su objetivo hasta los avatares ocasionados por el sismo de ese año. (figs. 86, 87)
Fig.83 fuertes que se colocan con posterioridad al muro no están arriostrados. De esta última
Terrado con vasijas de la bóveda del sotocoro clase al parecer son los que prevalecen en las faldas de Popocatépetl, quizá porque las Las portadas y su reaprovechamiento Fig. 85
del templo de San Martín Caballero. Bóveda del sotocoro.
Huaquechula, Puebla.
bóvedas de cañón o crucería de las naves fueron proyectadas después de elevar los En los actuales edificios frailunos de las vertientes del Popocatépetl hay varias porta- Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. paramentos. das que se reutilizaron y que pueden proceder de otras fábricas de la zona o de otros Fotografía: Alejandra González Leyva, 2018.

68 69
capÍtulo 2. la construcción

procesos constructivos. Es sabido que la zona en estudio es altamente sísmica y con


lluvias torrenciales durante los meses de mayo a octubre. Las características geológicas y
climáticas han ocasionado derrumbes o destrucción de áreas completas de los inmue-
bles a lo largo de la historia. Ello ha ocasionado que las obras se vuelvan a hacer y ha
generado, entre otros motivos, diferentes campañas constructivas. La reutilización de
portadas es algo común en los edificios. Así se puede apreciar en las portaditas clásicas
de sillería reaprovechadas en el corredor interno del ala oriente poniente del claustro
alto de San Juan Bautista de Ocuituco; en el arco conopial del paramento sur del ex
convento de San Martín Caballero de Huaquechula; y en los arcos del antiguo refec-
torio de San Juan Bautista Tlayacapan, por citar solo algunos ejemplos. En todos los
casos se trata de finas piezas de sillería de cantera del siglo xvi empotradas en la tosca
mampostería. Muestran una gran inestabilidad, asimetría y descuadre de las dovelas.
Las de Tlayacapan lucen totalmente desequilibradas, faltas de proporción y armonía.
Desde luego que la recolocación arbitraria de estas portadas no es del siglo del Renaci- Fig. 88
miento, toda vez que su reincorporación a los muros están muy alejadas de los cánones Reutilización de un arco conopial en
el paramento sur del ex convento
de ese siglo. Es seguro que esas tallas pertenecieron a las primeras etapas construc- de San Martín.
tivas de los complejos edilicios y que fueron reubicadas por manos inexpertas en la Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
estereotomía y en el conocimiento de geometría de los maestros canteros del siglo xvi.
(figs. 88,89)

Fig. 89
Fig. 87 Reutilización de arco en el paramento norte
Doble contrafuerte. del ex refectorio de San Juan Bautista.
Tlayacapan, Morelos. Tlayacapan, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017. Fotografía: Jesús Muñoz Cinta, 2018.

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74 75
CAPÍTULO 3. LA DESTRUCCIÓN

El impacto de otros terremotos históricos

Los terremotos en nuestro país han ocurrido a lo largo de la historia. No son de ayer Huaquechula, Puebla.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
o de hoy, son de siempre. Los códices prehispánicos e infinidad de fuentes novohis-
panas hacen mención de desastres, de edificios colapsados, de muertos y heridos, y
hasta de epidemias ocasionadas por las personas atrapadas entre los escombros, cuyos
cuerpos nunca fueron rescatados y se pudrieron entre las ruinas de las sillerías y las
mamposterías. Es una ilusión creer que los inmuebles novohispanos que vemos hoy
día, así fueron desde que se concluyeron. ¡Nada más lejano de la realidad! Las edifica-
ciones históricas siempre han sufrido los embates geológicos. Con el crujir de la tierra
las portadas se desarticulaban y se abrían mientras las bóvedas se venían abajo y des-
truían retablos, pinturas y esculturas; en los segundos cuerpos de las construcciones,
las habitaciones y las arquerías crepitaban y se desbarataban, igual que lo acabamos de
presenciar con los terremotos del 7 y 19 de septiembre de 2017.
Hay registros de sismos ya en los tiempos de Moctezuma I, desde el año de 1460,
hasta el periodo del gran Huey Tlatoani Moctezuma II en 1519. Éstos han tenido conti-
nuidad, aunados a las erupciones del Popocatépetl de 1539, 1571, 1664, 1665, 1697, 1720,
1920 y 1921. Los temblores más graves y que quizá más destrozos han causado en los
edificios religiosos y civiles fueron los del 11 de junio de 1611, 13 de febrero de 1619, 19
de marzo de 1682, 23 de agosto de 1696, 25 de febrero de 1697, 16 de agosto de 1711,
16 de agosto de 1712, 16 de marzo de 1729, 7 de noviembre de 1731, 19 de octubre de 1751,
21 de abril de 1776, 26 de junio de 1785, 8 de marzo de 1800, 31 de mayo de 1818, 4 de
mayo de 1820, 6 de enero de 1835, 7 de abril de 1845, 19 de agosto de 1857, 19 de junio
de 1858, 3 de octubre de 1864, 11 de febrero de 1875, 19 de julio de 1882, 7 de junio de 1911,
29 de mayo de 1932, 28 de julio de 1957, 10 de julio de 1969, 28 de agosto de 1973, 19
de septiembre de 1985,136 15 de junio y 30 de septiembre de 1999 y finalmente los del
7 y 19 de septiembre de 2017.
Es fácil entender, por lo anterior, que los conjuntos conventuales fundados en el
siglo xvi han llegado hasta nuestros días presentando muros y reparaciones no solo
de ese siglo, sino agregados e intervenciones sobre todo de los siglos xvii, xviii, xix, xx y
hasta del xxi. Las diferentes etapas, los cambios de función y la destrucción provocada
por los fenómenos naturales son visibles en sus distintas mamposterías y sillerías, en
los colores de las rocas usadas, en los restos de aplanados, en los morteros, cubiertas,
formas, proporción y hasta en las distintas campañas de pintura mural que se sobre-
ponen una a otra.
Uno de los terremotos que más se ha documentado para este texto es el que llevó
el nombre de “San Roque”, denominado así porque tuvo lugar el día de la celebración
de ese santo, el 16 de agosto de 1711 y que fue tal vez uno de los sismos más terribles
que asoló a la Nueva España del siglo xviii. Fue un terremoto nocturno, ocurrido entre
las 23:00 y 23:30 horas, que posiblemente alcanzó los 7.5 grados de magnitud,137 y que
devastó la Ciudad de México, así como el territorio de los actuales estados de Puebla,
Tlaxcala, Morelos, Oaxaca, Veracruz, y hasta Colima y Jalisco, según la documentación
encontrada. Tal vez el terremoto de San Roque fue tan catastrófico como el ocurrido el
19 de septiembre de 2017, día de “San Jenaro”, porque el santoral lo festeja ese día.

77
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 3. la destrucción

Horas antes del de San Roque, el 15 de agosto de 1711, había temblado en la región otros quebrantos que amenazan grave ruina de suerte que ni en la iglesia,
de Puebla-Tlaxcala con el colapso de templos y casas,138 y al día siguiente ocurrió la ni en el convento se puede entrar sin inminente riesgo…147
réplica, más demoledora, aunque los dos temblores pudieron tener epicentros diferentes,
como bien sabemos que ocurre. En la Ciudad de México se arruinaron los acueduc- El relato que se hace a partir de diversas fuentes bibliográficas y de archivo, recuerda
tos, se rompieron las cañerías, todos los inmuebles tuvieron afectaciones desde mínimas sin duda lo que se ha vivido recientemente. Los destrozos del convento de Totolapan,
hasta muy graves con la caída de diecisiete casas y “la muerte de hasta veinte perso- según la epístola de fray Gabriel de la Peña, parecen reiterarse continuamente. En la
nas que quedaron oprimidas en las ruinas de ellas”, según afirmó el virrey Duque de época novohispana, las bóvedas y los muros se volvieron a levantar o a arreglar y tal
Linares (1710-1716), quien también se quejó de lo acontecido en el palacio “en donde demás vez se vinieron a tierra en otras ocasiones que no se tienen documentadas.
de varias aberturas en sus paredes hubo el daño de haberse caído parte de la cárcel sobre Al igual que hoy día, los destrozos de San Roque se repararon en Nueva España,
la caballeriza produciendo la primera la ruina de ésta”.139 El edificio de la Inquisición aunque no de inmediato. Como ahora, pasaron meses y hasta años para que el gobierno
también sufrió gravemente. Pedro de Arrieta, el maestro de las obras, se dio a la tarea virreinal diera los fondos necesarios o bien para que otorgara la autorización de tomar
de revisar la construcción y hacer un análisis detallado de “todas las quarteaduras cau- los recursos del pago de los tributos. Claro que el virrey Alencastre, Duque de Linares,
sadas del temblor”. El arquitecto reparó las azoteas, las salas de audiencia, las cárceles, actuó de inmediato para “…, dar alivio y consuelo de los damnificados en este conflicto
las casas de los inquisidores, los arbotantes de la sala de tormentos y los del patio [aplicando] las providencias que me [han] parecido convenientes y caben en la posibi-
principal, la sacristía, la portería, el cubo de la escalera, el “serramiento” (bóveda) de lidad de lo gobernático…” 148
un pasillo, así como las paredes divisorias que daban a las casas del mayorazgo de don Lo cierto es que las reparaciones del edificio agustino de Totolapan han sido conti-
Francisco Valdés que presentaban grandes estropicios. El arquitecto, además de repa- nuas porque una y otra vez sufre desperfectos en las bóvedas del templo y del convento.
rar esos daños, recalzó parte de los cimientos del Santo Oficio, levantó paredes, cons- En marzo de 1960, los techos de la iglesia y el ex convento de Totolapan estaban des-
truyó el nuevo “serramiento” del corredor e incluso metió vigas como reforzamiento. truidos “…peligrando las pinturas al fresco”.149 Cuatro años después, el arquitecto Eco R.
Hasta el 3 de octubre de ese año, Arrieta había gastado trescientos pesos entre materiales y Badillo pedía autorización para construir de nueva cuenta la bóveda norte del claustro
mano de obra, y aún faltaba “recalzar todas las paredes por la parte de abajo del jardín alto que se hallaba destrozada.150 El temblor del 10 de julio de 1969 volvió a causar estragos
y de la calle”. Prácticamente Arrieta rehizo todo el edificio.140 En la ciudad de Tlaxcala en las bóvedas del otrora conjunto agustino.151 Por si fuera poco, en 1978, en “…un pegote an-
hubo “muertos y ruinas…”.141 “En Huamantla… los más labradores dormían en los patios, tiguo [de] la torre…se colocó un reloj improvisado rompiendo las bóvedas originales…”152
dentro de las carretas…”142 San Guillermo Totolapan es un ejemplo de la destrucción que pudo haber ocasio-
La ciudad de Puebla sufrió los estragos en los conventos de Santa Clara, San Francisco nado el terremoto de San Roque en otros recintos que abrazan el Popocatépetl y también
y San Juan de Dios. Las torres de todas las iglesias, el cimborrio de la catedral e innume- de las intervenciones que han sufrido y que han fallado sucesivamente.
rables casas se vinieron abajo.143 No quedó más que ruina en el ingenio azucarero de Es posible suponer que la cercana iglesia conventual de San Juan Bautista de Tlaya-
San Nicolás Tolentino de Izúcar, del obispado de Puebla.144 capan, que comparte periodos de reparación con la de Totolapan, fuera afectada por
Cayeron las torres y las bóvedas de los templos de la Mixteca. Los conventos domi- ese sismo, toda vez que hay huellas de reedificaciones novohispanas. En lo que queda de
nicos de Tonalá y Huajuapan cedieron a los embates de la tierra.145 El derrumbe del la bóveda de cañón de la iglesia, como se dijo en el capítulo anterior, se nota el arran-
recinto de predicadores de Yanhuitlán no se hizo esperar debilitado por los sismos que destruido de una bóveda anterior a la actual y un contrafuerte que envuelve a otro.
anteriores. La portada se fracturó; la espadaña y una de las torres sucumbieron; el sota- Bóveda y contrafuerte también deshechos durante el cataclismo de San Jenaro. El
coro se resquebrajó, al igual que la bóveda y el ábside; la portería, las celdas de los frailes estribo destruido, tan aparatosamente, hace ver que la capa externa fue un refuerzo
y quizá la arquería del segundo cuerpo quedaron derruidos.146 novohispano, intervenido con inyecciones de materiales ajenos a los virreinales durante
De la región que rodea el Popocatépetl, solo se sabe que el inmueble agustino de el siglo xx (figs. 92 y 93). De hecho, en un informe de los daños causados por el sismo del
Totolapan fue víctima de las agresiones tectónicas del día de San Roque, que quizá 28 de agosto de 1973, los arquitectos Ignacio Angulo y Rubén Rocha vieron una “…amplia-
fueron muy semejantes a las embestidas del día de San Jenaro. Los daños de la fábrica fue- ción de agrietamientos en la unión de contrafuertes y muros de la nave que no fueron
ron múltiples, conforme a la narración de fray Gabriel de la Peña, prior de ese convento construidos homogéneamente en la misma época… [y recomendaron] emplear siste-
de la jurisdicción de Tlayacapan, quien escribió: mas de consolidación basadas en morteros ricos en cemento con un expansor de base
metálica”.153 Cuatro años después, el licenciado Luis Barrera Flores y el ingeniero David
…el temblor de la noche del día diez y seis del corriente causó el estrago en Huerta Barrera autorizaron una restauración integral del edificio mendicante de Tlaya-
la fábrica de dicho convento de haber partido todas sus bóvedas arrui- capan, dado el deterioro ocasionado por grietas y humedades que se manifestaban en
nando dos campaniles de la portada, un dormitorio y dos celdas con los muros, bóvedas, contrafuertes, portada y murales.154 La intervención contempló

78 79
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 3. la destrucción

sobre todo “inyecciones a base de mortero de cemento, cal, arena con un aditivo expansor vislumbrado el control de los diocesanos en la predicación del Evangelio, administración
no ferroso”, mismo que también fracasó durante el último sismo, ya que en los restos de los sacramentos y en todo lo concerniente a la fe, destituyendo a los mendicantes y
de la mole del otrora contrafuerte se observa el desprendimiento de la envoltura preci- poniendo en práctica los estatutos del Concilio de Trento.159 Pese a la oposición de los
samente en las infiltraciones de ese mortero de tonalidades grisáceas, diferentes a los frailes, las disposiciones contra las doctrinas se pusieron en marcha a partir de 1640
de las mamposterías novohispanas. en la diócesis de Puebla y cobraron mayor fuerza a partir de la segunda mitad del siglo
xviii, como se ha venido diciendo, con lo cual las doctrinas del hoy Estado de Morelos
La secularización en los obispados de Puebla y México pasaron al dominio de los seculares.
En la diócesis de Puebla, muchos inmuebles frailunos fueron abandonados, otros
Si bien los terremotos han dañado los edificios religiosos de la comarca del Popocatépetl, como el de Huejotzingo, por ejemplo, siguieron habitados por los mendicantes, aunque
ha habido también fuertes alteraciones en ellos a partir de 1640 en el territorio del hoy dejaron de desempeñarse como centros dedicados a la evangelización, toda vez que los
Estado de Puebla y desde 1750 en los que se construyeron en el área que actualmente indígenas voltearon a las parroquias que se construyeron en frente o al lado de los con-
corresponde al Estado de Morelos. Efectivamente en la diócesis de Puebla en “el año juntos conventuales. Ello quizá preservó en mayor medida los recintos de los mendicantes
640 [ocurrió el] despojo”,155 como el cronista Agustín de Vetancurt llamó al momento en el ya mencionado Huejotzingo, así como en Huaquechula y en Tochimilco en el actual
en el cual el obispo don Juan de Palafox y Mendoza secularizó las iglesias conventuales Estado de Puebla. En esta primera secularización el obispo Palafox proporcionó los
de los mendicantes; es decir, implantó parroquias arrebatando a los frailes la licencia recursos para la construcción de nuevas parroquias, lo que no ocurrió en la segunda
que les había dado el papa Adriano VI desde 1522 a través de la bula Exponi Nobis Fecisti, parte del setecientos novohispano. En estas últimas, los frailes fueron expulsados
con la que les concedió la facultad de impartir los sacramentos, como se asentó en el de la clausura o bien en algunas de ellas se esperó la muerte o la renuncia de los frai-
primer capítulo de este texto. Con ello, el obispo Palafox despojó de las prerrogativas que les párrocos. Empero, una vez ocurrido esto último, los diocesanos se posesionaron
habían gozado las órdenes religiosas desde su llegada a Nueva España para otorgarlas de los conventos, de los bienes muebles y de los inmuebles, borrando las huellas de
al clero secular o diocesano. El botín consistió en la obtención de los servicios perso- la vida conventual.160 Tal vez este es uno de los factores por los cuales los inmuebles
nales que prestaban los indígenas; en los diezmos por impartir la doctrina; en el pago por del hoy Estado de Morelos presentan mayores alteraciones con respecto a los de Puebla.
dar los sacramentos; en la disminución y hasta en la eliminación de las subvenciones Los edificios que quedaron en manos de los diocesanos desde entonces han sido
reales en dinero y en especie; y en la dispensa de pagar a la Corona por la compra o objeto de atropellos y destrucción constante. Estos clérigos no tenían las mismas nece-
donación de tierras.156 sidades espaciales de los mendicantes y empezaron a afectar los conventos derribando
La primera secularización de los conventos ocurrida en Nueva España desmembró muros estructurales o bien abriendo vanos en ellos y colocando paredes divisorias
la economía de los frailes que pasó enteramente a manos de los seculares. Éstos últimos donde no las había, instalando “…baños, cocinas, closets” e incluso pintando sobre los
otorgarían a la Corona de dos a cuatro novenos de la captación de recursos, que los men- murales.161 El ejemplo puede verse en las paredes de adobe y ladrillo que cerraron los an-
dicantes no le daban, al mismo tiempo que el rey se liberaba de darles sostenimiento. tiguos espacios de los agustinos de Ocuituco, muchos de los cuales son contemporáneos,
Con el fin de la economía conventual entrelazada con la catequesis y la administración de toda vez que fueron pegados con cemento y cayeron casi íntegros el día de San Jenaro.
los sacramentos se dio paso al desmoronamiento de los centros de evangelización al La alteración de los muros estructurales con la apertura de todo tipo de vanos no es pri-
menos en el área que alcanzaba la diócesis de Puebla.157 vativa de Ocuituco, también está presente en Tlayacapan, en Totolapan, en Hueyapan,
El “despojo” dio al traste con el dominio económico y religioso que ejercieron sobre en Tetela, en Zacualpan y en todos los conventos que hoy en día siguen ocupados por
todo los franciscanos del obispado de Puebla. Pero la secularización no paró ahí, sino seculares. En mejor estado de conservación aunque no óptimo se hallan los conventos
que prosiguió en otras diócesis de Nueva España y tuvo un gran recrudecimiento alre- poblanos y los de Tepoztlán y Oaxtepec, toda vez que en éstos en los últimos años se
dedor de mediados del siglo xviii. Ciertamente, la expulsión de los frailes ilustrados de han instalado bibliotecas y museos.
sus conventos ocurrió bajo el dominio de los Borbones durante el gobierno de Fernando Los clérigos seculares desde mediados del siglo xviii y hasta nuestros días han
VI, quien por cédula real del 4 de octubre de 1749, ordenó que las doctrinas a cargo de venido alterando, modificando, dañando y contribuyendo a la destrucción de las fábricas
las órdenes mendicantes pasaran al clero secular. A partir de ese año se emitieron un originales con la consecuente inestabilidad de los inmuebles por el debilitamiento de
sinnúmero de documentos para ir arrebatando a los frailes los conjuntos conventuales las estructuras. Los seculares ocuparon sobre todo los claustros altos como casa habi-
con todos los objetos habidos en ellos, aunque sin duda, algunos recintos religiosos tación o bien los dejaron en manos de los sacristanes.
se salvaron de los atropellos y avaricia de los diocesanos y de la mismísima Corona.158 Considero que en gran medida los destrozos estructurales de los conventos se
La idea de la secularización venía desde el siglo xvi, de los decretos del Tercer deben a la apertura de vanos en los muros, así como a los tipos de cimentaciones y sue-
Concilio Provincial de 1585 y que fueron válidos hasta 1854. En ese concilio se había los, al parecer muy frágiles ante la llegada de las olas sísmicas. No obstante, también los

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 3. la destrucción

seculares son los causantes de la destrucción de los espacios originales y de la creación Las problemáticas actuales:
de dependencias sin ningún orden ni coherencia arquitectónica. Al constante deterioro la humedad y los materiales contemporáneos
que llevan a cabo los diocesanos en los antiguos conventos desde que asumieron el
control religioso de las poblaciones, se han venido sumando una serie de catástrofes Después de la devastación sufrida por los ataques de los revolucionarios y cristeros,
que han acentuado los daños. Entre ellos se encuentran los cambios de las “modas” los conjuntos conventuales a cargo de los seculares fueron presa de la maleza y del
artísticas que ocurrieron a fines del siglo xviii y durante el siglo xix. En esos años se abandono. A partir de los años treintas, en el periodo de la postrevolución, empezó la
destruyeron infinidad de retablos de madera dorada y estofada y se colocaron los “alta- lenta recuperación de los antiguos recintos frailunos con las sucesivas declaratorias
res neoclásicos”, denominados así por la historiografía tradicional. Todo ello sin contar que se fueron dando para convertirlos en monumentos nacionales. La creación del Ins-
con los encalados que sufrieron los murales, lo cual provocó que quedaran ocultos du- tituto Nacional de Antropología e Historia en 1939 por mandato del presidente Lázaro
rante muchos años. Aunque hay casos donde por encima de los encalados se pintaron Cárdenas del Río fomentó la aceleración de las declaratorias y con ellas las primeras
nuevos murales con otras temáticas. En el caso de Tlayacapan, los murales dieciochescos intervenciones llenas de muy buenas intenciones, pero con un gran desconocimiento
con marcos, medallones, mascarones y guirnaldas de color rojizo no se concluyeron, de la historia de los edificios, de sus materiales y sistemas constructivos. Los arqui-
pero quedaron las huellas de los orificios para anclar los nuevos repellados, según Elsa tectos e historiadores impregnados de un creciente nacionalismo pretendieron resca-
Arroyo Lemus en comunicación personal. Quizás estas marcas aún provengan de la tarlos del lamentable estado en que se encontraban. La revaloración arquitectónica,
ocupación mendicante y no de la secular. histórica y artística de los inmuebles que habían sido protagonistas de la evangelización
No solo las catástrofes naturales, las cimentaciones, los suelos, los diocesanos y en el siglo xvi estuvo a cargo de Jorge Enciso, Manuel Toussaint, Francisco de la Maza,
las “modas” afectaron los conventos, también contribuyeron a la destrucción las luchas Robert Ricard y George Kubler. Ellos fomentaron el interés en la historia, en la arqui-
persistentes que se dieron cita en México durante el siglo xix. Por casi una centuria los con- tectura, en la pintura y en la escultura de los antiguos espacios de predicación que,
juntos conventuales vivieron las ocupaciones de militares y los enfrentamientos entre pese a los daños ocasionados en casi tres centurias, seguían en pie. Los historiadores
grupos rivales. Muchos recintos se usaron como fortificaciones de las tropas realistas pensaron que así como estaban habían sido siempre, que se habían construido inme-
e insurgentes, así como de las centralistas y federalistas, de las conservadoras y libe- diatamente después de la llegada de las órdenes mendicantes. Que, por ejemplo, el
rales y aun de las revolucionarias y cristeras del siglo xx. La estancia de la soldadesca complejo arquitectónico de Huejotzingo se había construido muy pronto, después de
quedó manifiesta en las huellas de balazos, de humaredas provocadas por las fogatas la llegada de los hermanos menores a ese sitio, es decir en 1524, y que el constructor
y de grafiti. había sido un solo fraile. Al mismo tiempo los arquitectos fueron realizando la escalada
Otro hecho que mutiló los antiguos solares donde se construyeron los conjuntos de intervenciones, en las cuales imaginaron los espacios perdidos y crearon otros con
conventuales fueron las Leyes de Reforma y como parte de ellas la ley Lerdo o la Ley de elementos decorativos propios de la época en que vivían y que nunca existieron. Para ello
Desamortización de las Fincas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Reli- utilizaron materiales totalmente contradictorios a los originales. Surgió entonces la
giosas de México del 25 de junio de 1856. A partir de la proclamación de esta ley los invención de los conventos, la invención del arte. Invención que continuó durante el
bienes inmuebles de la Iglesia pasaron a formar parte del Estado y éste pudo ponerlas siglo xx y al menos hasta antes del terremoto del día de san Jenaro del 19 de septiembre
a la venta o bien cambiar su uso. Las propiedades de los templos y conventos fueron de 2017. Invención que seguramente continuará, como ya se puede vislumbrar al menos
fraccionadas y vendidas a particulares, por lo cual los atrios y huertas de los antiguos con- en la fachada del templo de Santiago de Ocuituco, Morelos, que ya luce una torre nueva
ventos novohispanos ya no aparecen hoy día dentro de los cuadrados o rectángulos y parece que la portada del siglo xvi se encaja en un muro reciente. Ojalá que la inven-
trazados durante el siglo xvi. En algunas secciones confiscadas por el gobierno se cons- ción de los conjuntos conventuales del quinientos novohispano que se lleva a cabo en
truyeron escuelas, cárceles, cuarteles o bien se enajenaron a pequeños propietarios. la segunda década del siglo xxi termine por fin con las humedades y no cause más daños
La Ley Lerdo, no solo se implementó durante la presidencia de Ignacio Comonfort, como los que produjeron los materiales contemporáneos empleados antes de tan funesto
sino que tuvo continuidad con los gobiernos liberales y todavía con Porfirio Díaz. Los con- acontecimiento.
ventos de las ciudades fueron los que más perdieron ya que solo conservaron la iglesia. Efectivamente, a los conjuntos conventuales vienen sumándose una serie de daños
Hasta las portadas fueron devastadas y aun se abrieron calles entre los templos y los originados por los terremotos, por la apertura de vanos irracionales en los muros estruc-
conventos. No obstante, los conjuntos conventuales de la región de las vertientes del turales, por las cimentaciones, por los tipos de suelos, por las guerras intestinas, por los
Popocatépetl fueron de los menos afectados durante la aplicación de la ley Lerdo, toda materiales ajenos a los originales, por humedades y hasta por fisuras que no han sido
vez que la gran mayoría muestran el atrio completo, aunque no ocurre lo mismo con reparadas de manera correcta.
las huertas.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 3. la destrucción

Las fisuras de los conjuntos conventuales que rodean el Popocatépetl han sido Las estructuras inestables por el rompimiento de los muros, la carga excesiva de
una constante. Quizá existen desde que fueron terminados. Tal vez empezaron a apa- los materiales con distinta composición química que se añadieron en las intervenciones
recer debido a las emisiones del volcán. Acaso emergieron con la erupción del volcán sobre todo del siglo xx y lo que va del xxi, fueron los factores que aunados a los movi-
de 1571.162 Seguramente las fracturas se fueron recrudeciendo con la continuidad de los mientos verticales del terremoto de San Jenaro, provocaron la separación de los muros
sismos, con los muros estructurales debilitados, con los hundimientos diferenciales de diferentes calidades. Las mamposterías, cargadas de agua, prácticamente se desmoro-
del terreno que han ido ocurriendo lo largo de su vida histórica. Otros factores que naron creando infinitas fracturas de grandes proporciones y finas fisuras en los para-
han agravado las fisuras son los materiales, los sistemas constructivos diferentes a los mentos, cubiertas y pisos, con el consecuente desprendimiento de los enlucidos y los
originales y sin duda alguna la humedad, producto de las lluvias torrenciales que se dan murales. Al mismo tiempo, las bóvedas de concreto se estrellaron en el piso y las torres
cita en el área durante los meses de mayo a octubre. El exceso de agua ha destruido se desprendieron y volaron por los aires hasta estamparse en el piso o estrellarse en
los aplanados de los muros y las impermeabilizaciones de las cubiertas, ha deslavado las una cubierta, como la del ex convento franciscano de Huaquechula.
mamposterías, arrastrando y hasta eliminando los morteros de tierras arcillosas. El
agua se cuela y penetra las fisuras hasta los interiores de los templos y conventos. Por Las posibles soluciones al desastre.
todo ello los conventos, sobre todo los del Estado de Morelos chorreaban y parecían ¿La consolidación de la ruina histórica, la invención contemporánea
desmoronarse un mes después del fatídico terremoto del 19 de septiembre de 2017. de muros, techumbres y torres de concreto o de materiales
En los expedientes que guarda el Archivo Geográfico Jorge Enciso y que refie- y estructuras de última tecnología?
ren las intervenciones en los conventos, llama la atención que las reparaciones que se han
hecho en los inmuebles mendicantes durante el siglo xx y lo que va del xxi siempre Como se ha venido diciendo, el terremoto del 19 de septiembre de 2017 no fue la causa
han sido en las mismas fisuras, que se volvieron recurrentes en cada uno de los sismos única de la destrucción de los monumentos edilicios de las laderas del Popocatépetl.
que han afectado la zona del Popocatépetl. Los materiales que se han usado para hacer Los deterioros se han venido agregando quizá desde que se concluyeron las primeras
las reconstrucciones son siempre idénticos: morteros de cemento, cal y arena con un etapas constructivas en el siglo xvi. De la suma de todos y cada uno de los daños, aunados
aditivo expansivo no ferroso y/o de base metálica. Sismo tras sismo, las grietas se vuel- desde luego a la falta de un mantenimiento correcto y al último cataclismo, resultó la
ven a abrir en las mismas zonas acentuadas por la humedad. Al parecer nunca se han devastación y ruina de los ancestrales centros de evangelización frailunos.
reparado correctamente porque han fallado y siguen fallando. Los morteros modernos Los estudios multidisciplinarios que se han estado realizando para intervenir al
se han inyectado en las paredes y vuelven a abrirse. Ello seguramente quiere decir que menos el conjunto conventual franciscano de Huaquechula pretenden rehabilitarlo sin
los materiales contemporáneos no sirven porque no se mueven de manera homogé- cometer los errores de antaño. Entre estos exámenes destacan los arqueológicos, los de
nea durante los temblores por su distinta composición química y densidad. Incluso mecánica de suelos y los de estructuras. Los primeros determinaron que no hay ningún
las bóvedas y las torres de concreto son perjudiciales para los inmuebles frailunos, basamento prehispánico en el área, aunque sí existe la reutilización de materiales pétreos
toda vez que se desplazan de manera diferente a las mamposterías y se desprenden de del posclásico tardío;163 los siguientes detectaron una desviación del edificio al este
éstas. Hay que ver las cubiertas hechas añicos en los templos de Hueyapan, Totolapan y entierros del lado oeste, en la fachada, que no permitieron la cimentación de origen;
y Tlayacapan, así como las torres de concreto que se vinieron abajo en las iglesias de los últimos descubrieron que efectivamente la apertura de vanos en el muro de unión
Oaxtepec, Ocuituco y Huaquechula durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017. entre el templo y el convento, donde tampoco existen cimientos, fue una de las causas
Menos mal que la del antiguo templo de predicadores cayó en el atrio, pero en el que fundamentales del debilitamiento del edificio. Del mismo modo el claro abierto en
fue de los franciscanos una de las torres voló hacia la bóveda, rompiendo no solo ésta la pared que conduce a la torre provocó que ésta no tuviera donde apoyarse, lo que prác-
sino incluso el coro y perforó hasta el piso. El daño es inaudito porque despedazó una ticamente la hacía flotar, toda vez que no hay cimientos en ese lado por la presencia de
de las bóvedas de crucería más emblemáticas de la zona, junto con las de los templos los entierros. Estos últimos investigadores se percataron igualmente de que el patrón de
de Tochimilco, Huejotzingo, Cuernavaca, Oaxtepec, Tepoztlán y Yecapixtla. grietas se dirige siempre hacia los vanos abiertos en los muros,164 lo cual puede ser deter-
Por otro lado el problema de la humedad no se ha resuelto prácticamente nunca. minante para entender el porqué las fracturas se abren siempre repitiendo su trayectoria.
Es un tema repetido en la documentación de los conventos de la zona que resguarda El ejemplo de la desgracia del templo franciscano de Huaquechula sirve para enten-
el Archivo Geográfico Jorge Enciso. La erosión de los aplanados que consisten básica- der que el suceso del 19 de septiembre de 2017 no fue fortuito, sino el resultado de los múl-
mente en tezontle fino rojo y negro, arena fina, arcilla café claro y carbonato de calcio tiples daños, desde el desacierto primario de no construir cimientos en la fachada del
(ver tablas), así como el deslave de las mamposterías externas que provocan las lluvias, templo ni en la pared que separa a éste del convento.
son otros causantes de las filtraciones y del reblandecimiento de los muros durante las Sin lugar a dudas la destrucción de los monumentos conventuales de las ver-
temporadas de aguaceros. Por ello la humedad persiste en todas las épocas del año. tientes del Popocatépetl obedece al maltrato de que han sido víctimas a lo largo

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi capÍtulo 3. la destrucción

de su historia. Agravios ocasionados por mentes y manos ignorantes, así como por ¿En las propuestas de reconstrucción de los edificios estará presente la restitución
fenómenos naturales. de los muros estructurales donde los seculares abrieron puertas y ventanas sin tener
Lo ideal sería que en la rehabilitación de los edificios de la evangelización se tuviera la menor idea de la debilidad que provocaban a los inmuebles? ¿Se habrá planteado
en consideración la interdisciplinariedad. La realización de consensos entre especia- qué materiales se usarán en la reconstrucción? ¿Cómo se coserán las fracturas de los
listas de distintas áreas del conocimiento y de diferentes instituciones académicas del muros y cubiertas de mampostería para que no se vuelvan a resquebrajar? ¿Esas grietas
país e internacionales. No solo entre arqueólogos, ingenieros, arquitectos y restaurado- se resanarán solamente para dejarlas inadvertidas y para que en el próximo sismo se
res, sino también con investigadores de la geología, la filología, la historia y la historia vuelvan a rasgar como siempre ha ocurrido? ¿Se habrá pensado siquiera en restituir
del arte, así como de expertos en la historia de las técnicas y de los materiales, que sepan los muros a la manera novohispana? Es decir, sobreponiéndoles paramentos a los lados
reconocer en las fábricas edilicias las diferentes etapas o campañas constructivas y con para lograr espesores masivos y muy sólidos, que por su misma pesadez consiguen una
qué metodologías y herramientas se levantaron éstas. De no existir estos peritos, habría mayor resistencia, tal y como ocurrió en la fachada del templo dominico de Yanhuitlán
que dar cabida a la investigación histórica que fundamente los procesos edilicios y los o en el fallido contrafuerte de la iglesia agustina de Tlayacapan. ¿Se habrá considerado
métodos de fábrica a partir de la búsqueda de manuscritos y tratados que hagan saber siquiera la posibilidad de rellenar con ripio y materiales originales las torres, para que
las formas en que se llevó a cabo la transferencia del conocimiento de los maestros de éstas funcionen como estribos y no se caigan sobre las fachadas o se desprendan del
obra, canteros, albañiles y peones a sus sucesores, para qué éstos, en el ámbito novo- cubo y vuelen por los aires?167
hispano, legaran esas formas de construcción a sus discípulos al menos durante los dos Ojalá se reflexione también en la restitución de los aplanados exteriores de los
siglos siguientes del virreinato. No en balde en España desde unos años atrás se está muros, altamente erosionados y con las mamposterías deslavadas por la pérdidas de
logrando la adquisición de los saberes del pasado para incorporarlos a la mejor rehabi- morteros ocasionadas por las lluvias torrenciales. Aún quedan algunas huellas de los
litación de los edificios medievales, del Renacimiento y de los siglos xvii y xviii.165 La for- recubrimientos de tezontles finos rojo y negro, arena fina, arcilla café claro y carbonato
mación de cuadros especializados para la salvaguarda de los monumentos históricos de calcio pintados con sillares y junturas blancas y rojas, de cal y hematitas, que se rea-
es indispensable en nuestros días. De nada les sirven ya a las construcciones virreinales lizaron con escuadras y a cordel. (Ver tablas).
las interpretaciones estilísticas o iconográficas o la repetición de los conocimientos de El mantenimiento de los edificios y la revisión periódica al inicio de la temporada
George Kubler que fueron impactantes en su propio momento y que sin duda alguna de lluvias son fundamentales. El empleo del impermeabilizante tradicional de alumbre
promovieron el más genuino interés por la arquitectura mexicana del siglo xvi.166 Quizá molido, jabón de lejía y agua en las proporciones correctas es imprescindible, así como
solo así se podría llegar a un mejor entendimiento de los inmuebles para aplicar la mejor el aseo, el deshierbe, el cuidado de las inclinaciones para la salida del agua de las bóvedas
solución en la salvaguarda del patrimonio nacional. son esenciales para evitar las filtraciones.
Mientras no se conozcan las técnicas históricas de construcción, la geometría ¿Se podría valorar siquiera que las posibles soluciones al desastre están en la con-
de proyección, el manejo de monteas, las herramientas con las que se trazaron los patro- solidación histórica planteada en los párrafos anteriores?
nes, los utensilios de cortes de cantería, las rehabilitaciones seguirán siendo efímeras y Parece una utopía la consolidación histórica de los monumentos que rodean el
a todas luces anti científicas. Del mismo modo, mientras no se usen los materiales Popocatépetl. Seguramente pronto se verán edificios renovados con cubiertas de ultima
originales, es decir las rocas de origen volcánico y los morteros de tezontle, arena fina, tecnología, con torres, cubiertas y fachadas nuevas. Los habitantes de las poblaciones
arcilla café y carbonato de calcio, la recuperación de los recintos frailunos de las faldas afectadas y los sacerdotes seculares se sentirán reconfortados de volver a los espacios
del Popocatépetl volverá a ser perecedera como siempre lo ha sido. La implementación tradicionales para la celebración de los cultos religiosos. Estarán felices al escuchar
de materiales y estructuras de última tecnología hasta ahora no han ayudado en nada el repicar de las campanas luciendo en lo alto de las flamantes torres. Quedarán ocultos
a los edificios. Al contrario, han incrementado los daños. ¿Por qué ahora sí tendrían los desastres del terremoto del 19 de septiembre de 2017. Desaparecerán de la memoria
que funcionar? No es posible que se vuelva a experimentar, a especular y a plantear los recuerdos de la destrucción en medio de la ilusión de estrenar un templo. Se dará
la hipótesis de que no habrá fallas. continuidad a la invención y a la reinvención de los otrora conjuntos conventuales. Se
usarán y se seguirán maltratando hasta que nuevos cataclismos los vuelvan a devastar.

86 87
APÉNDICE. CRÓNICA: DESPÚES DE LA HECATOMBE

Un convento que llora:


El ex conjunto conventual de Santiago Apóstol de Ocuituco, Morelos
después del terremoto del 19 de septiembre de 2017

Un mes después del terremoto


El conjunto conventual estaba totalmente acordonado, nadie podía pasar. Revisé la escali- Tepoztlán, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
nata, muy afectada. Las cariátides, colocadas sobre pedestales, se rompieron a la mitad
y permanecían tiradas en el piso. La barda atrial se encontraba destruida en algunas
secciones de las capas externas y con apuntalamientos improvisados. Los merlones,
de factura contemporánea y rehechos por los albañiles al igual que varias secciones de
adobe, se hallaban de pie. (Dibujo 1) (Plano 3)
Entré al atrio. Seguían ahí, en la sección sureste, las ruinas de una capilla posa que
había visto ya desde hacía más de veinte años y que continuaba en ese estado de “ruina”,
pero se había hecho añicos el muro de tres cortezas que dejaba ver la interna de tierra api-
sonada. Me alejé hacia la mitad del atrio. Desde ahí pude contemplar la torre de concreto
colapsada en el cupulín y en el último cuerpo. Recorrí la fachada poniente del edificio.
Parecía que brotaban gotas de agua de las fracturas de los muros de mampostería. ¡Era
tanta la humedad! El convento llora, pensé. (fig.91)
Me acerqué a la portada del siglo xvi, ¡tan clásica, de tan perfectos cortes y propor- Fig. 91
ción! Pude ver con tristeza que los cimientos estaban a la intemperie168 y que los sillares Ruinas de capilla posa en la sección sureste.
Ocuituco, Morelos.
ya no estaban ajustados, se encontraban desarticulados como piezas de dominó que Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
se hubieran movido sin ton ni son. El vaivén del sismo desfasó uno de los tambores
de la pilastra izquierda y creó una fisura que separó las juntas de la basa, las dovelas
y los sillares del arquitrabe. También la ventana del coro, hecha con sillarejos mal corta-
dos de roca gris, se había desmembrado, al tiempo que la herrería de los años sesentas
o setentas se había venido abajo. El alfiz de cordón prevalecía. Noté múltiples fractu-
ras que guiaban mi vista hasta el remate de tres lóbulos, de factura quizá neocolonial,
porque parecía que ahí había habido una espadaña que quizá cayó en otro siniestro de la
centuria pasada. (fig. 40)
Me pregunté: ¿A cuántos movimientos de la tierra se habría enfrentado esta mole
de mampostería iniciada en el quinientos novohispano? Era evidente que a muchos.
Así me lo decían los contrafuertes adosados a los lados de la fachada que no llegan hasta
el remate. Me lo repetían los estribos del convento que aún sostienen dos momentos de
construcción de lo que fue la primera fundación agustina de la otrora Nueva España: el
de abajo con mampostería de rocas alineadas casi en una secuencia serpenteada con
morteros que daban una apariencia de color amarillento; y el de arriba, con pedruscos
amorfos de diferentes texturas y tono grisáceo. Todas, eso sí, de origen volcánico, por
su cercanía con el Popocatépetl. Incluso, sobre la actual entrada al recinto frailuno hay
una portada que en algún momento fue reutilizada. Es de sillería, con arco de dovelas,
jambas, medias columnas, capitel y alfiz de cordón. También esta portadita quedó des-
articulada por el terremoto.
En otro proceso histórico, sobre un contrafuerte del templo y otro del monas-
terio se recargó una capilla, hoy dedicada al Santísimo, pero que de ninguna manera fue
capilla abierta y menos aún portal de peregrinos, como han aseverado las malas

89
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi apéndice. crónica: después de la hecatombe

lenguas. El espacio estaba devastado. Los muros aún ostentaban la bóveda de cañón y dos No fue menos fatal el acceso al coro. La ventana de herrería se mostraba torcida
esbeltos contrafuertes con derrames hacia el atrio. Seguramente fue construida todavía en el piso con los vidrios de colores rotos. La bóveda de lunetos también se hallaba
en los tiempos en que los agustinos habitaban el recinto, ya que aún conserva restos de cuarteada, con los aplanados amarillentos despegados y mostrando sus entrañas de
pintura mural con símbolos de la orden en la techumbre. Se comunica con la antigua por- hiladas de tabique de barro y de mampostería en sentidos longitudinal y transversal.
tería por medio de dos arcos mal hechos que rompieron el muro estructural de mam- Desde ahí, pude apreciar cómo colapsaron varios arcos fajones de concreto, cuyos trozos
postería amarillenta. En uno de ellos, en las dovelas se reutilizaron las impostas de otro quedaron en el piso de la nave. Lo mismo ocurrió al altar mayor y a varias claraboyas
momento, decoradas con ovas e hipotraquelios. La capilla sufrió fracturas por todas del siglo xx. Era evidente la gran fractura diagonal en el ábside, misma que observé
partes debido al sismo, pero la humedad preexistente acentuó el daño. El mortero de después por el exterior.
lodo se escapaba entre las piedras. De nuevo en el primer piso del claustro, volví a descubrir los cimientos que se han
Por fin llegó el presbítero Pedro Ocampo Ríos a abrir la puerta adintelada que diera dejado al descubierto durante muchos años. No se alcanzaba a mirar la mampostería
acceso. Ordenó que los integrantes de la brigada entraran de siete en siete y en silencio de la galería, pero sí los arcos revestidos con sillarejo de roca gris en el derrame interno,
porque el edificio podía colapsar en cualquier momento. Entré al oscuro corredor interno colocados durante las modificaciones de otros tiempos. La bóveda de cañón que corre
que daba acceso a las celdas del primer piso. Se escuchaban los aleteos de los murciélagos. por las cuatro pandas, mostraba humedades, fracturas y desprendimientos de la capa
(fig.92) Subí por el cubo de la escalera, cuyos muros se habían despegado y fragmentado pictórica de casetones coloreados. Los pedazos de murales despegados ya se habían
Fig. 92 mientras los aplanados de cal o de cemento caían en el suelo. ¡Hasta la huella de una barrido. Por el exterior, en el patio, se veían los aplanados amarillentos con varias Fig. 94
Corredor interno que conducía Patio claustral.
a las celdas del primer piso
puerta anterior tapiada con tabiques quedó a la vista! Se veía el lodo de la mampostería etapas pictóricas y con dibujos de sillares. Los de la capa inferior hechos con cordeles
Ocuituco, Morelos.
Ocuituco, Morelos. que seguía escurriendo sin cesar, sobre todo en la cubierta. Al voltear la mirada, descu- y escuadras, quizá solo con cal, sin pigmento; los de la superior, con pincelada suelta, Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018.
brí el otrora mapa de las fundaciones conventuales de Morelos. (fig. 93) desenfadada, a mano alzada, sin ningún cuidado de rehacerlos bien y entintados con
No fue más halagüeño el corredor externo del segundo piso: grietas paralelas y un óxido de hierro. Entre el primer y segundo piso se veían algunas reposiciones de
perpendiculares se habían abierto y filtraban el agua. Parecía que los muros se encon- gárgolas, colocadas ahí tal vez para registrar las que hubo en otro momento, pero que
traban separados del piso. Los enlucidos también se habían despegado de las paredes no explican su instalación actual.
y hecho añicos. Desde lo alto admiré el patio claustral con sus banquetas en forma Los muros, las cubiertas y los enlucidos de la sacristía se hallaban despegados y
de cruz y su fuente central. ¡Afortunadamente ésta había sobrevivido a los estragos del podía verse el muro oriente de adobe, lo cual me dio la certeza de que los distintos
cataclismo al igual que las arquerías! (fig. 94) materiales se sueltan con los cataclismos.
El panorama no era nada diferente en los espacios de la planta alta: pisos, paredes, Tuve que rogar al párroco Pedro para que me dejara pasar y analizar los exteriores
bóvedas, revoques rotos y murales sugerían liberarse entre sí, mientras vertían gotas del conjunto conventual. Finalmente accedió y pude ver la hierba silvestre que crecía
de agua. Asomé la cabeza por la terraza formada arriba de la capilla del Santísimo y pude sin piedad y provocaba mayor humedad a los muros; la basura también se pudría entre
mirar cómo también por fuera el edificio se desmoronaba como un terrón de azúcar la maleza. Los pobladores de la localidad lloraban la pérdida del edificio. Pero, ¿qué
que se deshace con el agua. no se daban cuenta que ellos contribuyeron a su destrozo? ¿Por qué a nadie se le ha
La rotura de los aplanados dejó ver entre la mampostería sillarejos de basalto ocurrido restablecer el tequio ancestral? Desde luego que hace falta el trabajo colectivo
cortados con escuadras, que tal vez pertenecieron a los primeros asentamientos que de cada vecino para mantener el monumento. El pago no sería en moneda circulante,
los frailes mandaron a construir. sino que quedaría en la conciencia de los lugareños, saber su contribución al manteni-
Los corredores internos también lucían quebrantados y húmedos. El del lado oriente miento del inmueble por el que ahora se lamentan. Todo esto pensaba, mientras veía
poniente guardaba pedazos de basas, entablamentos y tambores de columnas de otros la iglesia y el convento del lado norte.
procesos constructivos del edificio. En el testero del extremo este un enorme trozo de El cubo de la torre denotaba su factura posterior al muro del templo, toda vez que
mampostería colapsó sobre un arco de sillería. las mamposterías son diferentes. El último cuerpo de concreto se había venido abajo,
Las antiguas celdas tenían las puertas abiertas y daban acceso a los aposentos que mientras el primero se había quedado casi suspendido, mostrando las varillas y casi
había ocupado el presbítero hasta antes de la catástrofe. Las cubiertas de cañón de cada desmoronándose. Veía el absurdo de disponer ventanas con dobles dinteles de concreto
una de ellas aún guardaban restos de murales de casetones; los lunetos, de calvarios; que ya habían roto la pared de la iglesia, desde quién sabe cuándo. Los cinco contra-
Fig. 93
Mapa de los conventos del y las impostas, de frisos de grutescos. Al revisarlos, se veían poco intervenidos y en su fuertes que se alternan entre altos y rectos, y bajos en escarpe, me parecieron del siglo
estado de Morelos en el cubo factura, la utilización del mismo calco. Cayeron las paredes de tabiques que tapiaban los xix o xx, iguales a los del cercano conjunto conventual de Hueyapan. Por sus materiales
de la escalera del ex convento.
Ocuituco, Morelos.
antiguos vanos centrales que comunicaban las celdas entre sí y se amontonaban sobre se veían de la época en que se dispuso la bóveda y tal vez el ábside, que no es original
Fotografía: Fernando López Cortés, 2018. el vetusto mobiliario del clérigo. (Plano 4) (Dibujos 2, 4, 6) del siglo xvi ni tampoco las claraboyas. (Plano 5)

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi apéndice. crónica: después de la hecatombe

Atrás del conjunto arquitectónico, del lado oriente, entre la espesura de la flora Bóvedas que flotan:
nociva y la basura, pude advertir los cimientos y algunos restos de otras construcciones Los estragos del sismo en la fundación conventual
seguramente virreinales. Me saltaron a la vista los muros rotos y tapiados con adobe de San Juan Bautista Tlayacapan, Morelos
que ya había percibido en el interior, en la sacristía y el aposento que está sobre ella. Así
también las mamposterías de diferentes colores del primer piso y del segundo me cau- Unos días después del cataclismo
saron la inquietud de que se habían levantado en campañas constructivas diferentes. Lo primero que vi fue la barda del lado oriente del convento agustino de Tlayacapan.
A mis ojos eran palpables los muros disímiles. ¿Quizás en otro terremoto se había caído Había colapsado una sección del muro de tres capas que dejaba ver la interna de mam-
el cuerpo superior y luego se habría vuelto a levantar sobre las dependencias del primero? postería con mortero de tierra. Por las externas, aprecié las intervenciones de cemento
¿Posiblemente por eso el de abajo me mostraba unas ventanas abocinadas y el de arriba y rajuelas contemporáneos.
otras que parecían haber sido puertas en algún tiempo histórico? No obstante, ambos Frente a la barda poniente del conjunto conventual todo era destrucción de edificios.
niveles reflejaban el abandono, la falta de mantenimiento y la pérdida del mortero de El pórtico de la presidencia municipal se empezaba a apuntalar. Se asomaba la mampos-
entre las rocas debido al continuo deslave provocado por las lluvias. (fig. 95) tería de roca volcánica y mortero de tierra a través de las enormes lagunas formadas
Fig. 90
Reutilización de portadita en
Sobre los cimientos de una antigua construcción colonial se erigieron unos sanita- por el desprendimiento de los aplanados de la bóveda de cañón, en cuya clave se abrió
el lado oriente del claustro. rios de factura actual, sin la menor idea de la estética arquitectónica. Al pasar atrás de una enorme grieta que la recorrió de extremo a extremo. (Plano 6)
Ocuituco, Morelos. ellos, vislumbré otra portadilla reutilizada, de líneas clásicas y alfiz, igual a las de los Entré al atrio del lado sur. El área del templo y del convento ya estaban separados
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
lados de ingreso al convento y a la iglesia. Se localizaba en el segundo nivel comple- mediante una malla. Al frente de ésta ya se construía una nueva capilla abierta del siglo
tamente fracturada. La mampostería superior se rompió y un enorme terrón colapsó xxi con cubierta de lona en lugar de ramas, como en el otrora siglo de la evangelización.
sobre la clave, mientras las dovelas se resistían a abatirse. Por esta portada el párroco Era el 13 de octubre de 2017 y las lluvias torrenciales seguían derramándose inmiseri-
entraba y salía. Para ello se levantó una escalinata de mampostería ordinaria de hechura cordes sobre los muros abiertos.
contemporánea. (fig. 90) Quedé frente a la fachada rota de la iglesia. ¡No era posible la devastación a tal grado!
En el lado sur aprecié lo que fueron las enormes huertas que posiblemente se eri- La espadaña estaba partida en infinitos fragmentos, muchos de los cuales cayeron
gieron sobre ruinas prehispánicas porque se avistan diferentes curvas de nivel en todo el a los pies de la portada. El primer cuerpo de ésta, de índole renacentista, mostraba los
terreno. En los muros del convento pude ojear nuevamente la desigualdad de la mam- sillares dislocados. El ático de sillarejo, de siglos posteriores al de la Conquista, tam-
postería de ambos pisos y cinco contrafuertes adosados de fábrica novohispana, nada bién lucía un desgarre en diagonal, mientras las dovelas del arco coral de medio punto
parecidos a los de la iglesia. Se dejaba divisar, entre la hierba y la suciedad, un canalillo permanecían desencajadas. Las fracturas de las enjutas y el tímpano parecían las raíces
en pendiente hacia el oeste, que se alineaba en recta con las paredes del recinto. (fig. 4) de un árbol, que salía de la moldura del frontón y abría más las fisuras hasta quebrar
¿Qué fue lo que ocurrió? Sí, el terremoto. Pero, ¿por qué tanto destrozo? ¿Por qué la espadaña. (figs. 11, 57)
los muros se separaron de las bóvedas y de los pisos, al igual que la pintura mural? Me El terrorífico espectáculo continuó con mi entrada al templo. El sotocoro, la bóveda,
respondí que las lluvias, la terrible humedad y el movimiento telúrico habían provo- el ábside y hasta el altar del presbiterio estaban hechos añicos. No había espacio para
cado que el edificio prácticamente se estuviera desmoronando. Pero también la falta de entrar a la nave. La bóveda de cañón colapsó irrumpiendo en el piso y destruyendo
limpieza, de mantenimiento, de impermeabilizantes y de aplanados exteriores, al igual todo en su caída. Al levantar la mirada, pude percatarme del estado en que había que-
que la apertura de muros estructurales y la colocación de materiales diversos que no dado. Afloraba un enorme hueco con tres grietas y centenares de fisuras que se habían
eran precisamente los originales habían causado la devastación. ¡Era una catástrofe! ramificado por todo lo largo de la techumbre y hasta el testero, llevándose a su paso el
¿Cómo era posible que se hubiera olvidado la historia del pueblo y del edificio? ¿Cómo retablo de concreto. Los arcos fajones también fallaron, derrapando con ellos los morte-
era concebible que nadie recordara tan magnífico pasado? ¿Cómo era creíble el desco- ros de cal. Parecía un acto de magia que después de casi un mes de permanecer sin
nocimiento de las autoridades del país, del estado y del municipio en todos los niveles apuntalamiento alguno no se hubiera venido a tierra en su totalidad. A la altura de la
Fig. 95 y por supuesto de los habitantes de la localidad? imposta, en los arranques del cañón, aún se veía la huella de otra cubierta, que quizá
Vista del conjunto del Había que investigar en la historia del siglo xvi y del xx, ya que por lo pronto no era en otro terremoto histórico había dado al traste con una estructura semejante.
lado oriente del convento.
Ocuituco, Morelos.
posible saber lo ocurrido en el edificio durante los siglos xvii, xviii y xix. Era necesario Al igual que en el cercano convento de Ocuituco, en el sotocoro, las paredes y las
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018. saber el porqué del abandono… cubiertas se veían despegados entre sí, al tiempo que fragmentos de los enlucidos y
de la pintura mural se desprendieron y seguían fracturándose en su caída dejando
grandes lagunas.

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi apéndice. crónica: después de la hecatombe

Al salir del templo y de atravesar la malla que resguardaba la zona de desastre del La destrucción del segundo cuerpo era mayúscula. La pintura mural estaba res-
lado sur, pude percatarme de que no le había ocurrido nada a la larga capilla diecio- quebrajada, millones de fragmentos se estrellaron en el piso; otros, se hicieron polvo.
chesca de ese costado. Pero, me detuve ante la sorpresa de ver uno de los masivos con- Las dovelas de los testeros no solo estaban desarticuladas, algunas se liberaron de las
trafuertes totalmente derruido. Me parecieron cientos las toneladas de roca volcánica y nervaduras.
de tierra las que cayeron seguramente con grandes estruendos. Entre los morteros, No pude entrar al coro. Sentí miedo de que se hundiera bajo mis pies. Pero el ante-
vislumbré un polvo entre blanquecino y gris, probablemente una inyección con mucho coro estaba deshecho, la mampostería reventó llevándose los aplanados y los murales.
cemento expansivo, un sellador de grietas que usan los arquitectos restauradores, pensé. El lado sur, pegado al templo, era el más dañado, sobre todo por la humedad. El agua
Mi mente empezó a repetirse que esos materiales contemporáneos solo ayudaban de lluvia proveniente de la bóveda del templo se derramó sobre ese sector sin protección,
a que las estructuras no se movieran al mismo ritmo en caso de un terremoto. En sin impermeabilizantes, sin ningún mantenimiento. Esta enemiga terrible de la arquitec-
el suelo yacían enormes pedruscos comprimidos con cemento que habían quedado tura penetró en los morteros de tierra de la mampostería y provocó la total devastación.
como amorfos terrones de azúcar. Tras ellos y la mampostería disuelta observé el Previamente al terremoto, los murales de las bóvedas de las cuatro pandas ya presenta-
contrafuerte que estaba abajo del que se desvaneció, más esbelto y alargado, lo que inme- ban enormes lagunas amarillentas de vaho. Durante la catástrofe, grietas longitudinales
diatamente me hizo especular sobre las huellas que permanecen adentro del templo, y ramificadas hirieron las cubiertas.
a la altura del arranque de la actual cubierta. Desde atrás del contrafuerte hecho trizas, Todo era desorden en los corredores internos y en los antiguos aposentos de los
contemplé el otro estribo. El que crea una de las paredes de la capilla del siglo xviii, frailes. Los clérigos que los habitaron hasta el 19 de septiembre de 2017, los tenían en
el que está en escarpe, a manera de arbotante, y que refuerza la cubierta de la nave la inmundicia, sin el menor sentido de la estética ni del aseo. A simple vista se podían
del templo a la altura del coro. Ambos contrafuertes indudablemente se construyeron ver las huellas de los antiguos muros divisorios que los seculares quitaron para abrir
para intensificar la resistencia de la bóveda y que ésta no volviera a caerse, como la más el espacio y con ello restaron fuerza a las bóvedas. Lo mismo pasó con los vanos
que quizá se derrumbó con el terremoto de San Roque ocurrido el 16 de agosto de 1711. abiertos sin medida y sin proporción. Las grietas corrían a todo lo largo y ancho de las
Como ya lo he explicado, éste devastó innumerables edificios novohispanos, entre ellos el diferentes estancias. Daba la impresión de que los pisos, paredes y bóvedas estaban
cercano conjunto conventual de Totolapan y el lejano de Yanhuitlán.169 Tal vez ese sismo separados entre si. No me explico aún porqué estas últimas no se vinieron abajo. Pare-
fue el motivo para construir la bóveda destruida el 19 de septiembre de 2017. Reflexioné cía que flotaban, que levitaban por algún encantamiento, saturadas de humedades
sobre el modo de restablecer una fábrica en la época novohispana; es decir, por medio amarillentas.
de la superposición de muros que crea un mayor ensanchamiento y provoca una gran Al igual que en las pasillos exteriores, los murales de las dependencias interiores se
fortaleza para soportar los movimientos telúricos. Lo mismo ocurrió en el templo con- quebrantaron junto con las bóvedas. Los frisos de grutescos, las cenefas, los símbolos
ventual de Yanhuitlán después del colapso de la portada el día de San Roque de 1711. de la orden de ermitaños de san Agustín y las imágenes de devoción ante las cuales
¡Ahí también se colocó una pared encima de otra y las torres se rellenaron de cascote, alguna vez oró un fraile en la privacidad de su celda, si bien ya casi se habían perdido
como estribos, creando una fuerza masiva y protectora no solo de la fachada, sino in- con el maltrato de los seculares, ya nunca volverán a recuperarse. Las finas facturas de
cluso de la bóveda!170 (Plano 7) (figs. 86, 87) los trazos originales, seguramente serán remarcadas por burdas pinceladas. Empero,
Seguí el camino junto con mis compañeros de la brigada, observando las fractu- todos los murales del convento, antes del catastrófico 19 de septiembre de 2017, ya
ras antiguas que se volvieron a abrir en los escurrimientos de las inyecciones expansivas habían sido masacrados y horadados con cinceles o punteros. Las huellas del ataque
de cemento, y otras nuevas que rasgaron el ábside. son más que evidentes. (figura 30)
Entré a la sacristía por el lado norte. La devastación me pareció inminente, sobre Con tanto destrozo, me pareció inaudito que ninguno de los cuerpos de las arquerías
todo de la bóveda quebrada y que al igual que la del templo se mantenía en vilo como que dan al patio claustral se despedazaran, como ocurrió en el vecino complejo conven-
en un acto de magia, mientras que los plementos se despojaron de la pintura mural. Las tual de Totolapan. Las arcadas se mantenían incólumes, orgullosas, desafiando a los
antiguas fisuras, ya restauradas, volvieron a abrirse, arrasando con ellas los murales años, sosteniendo las bóvedas casi milagrosamente. Me quedaba claro que no cayeron
de varias campañas de decoración. gracias a la magia con la que las levantaron los arquitectos novohispanos.
En el corredor del primer piso del convento, el panorama siguió siendo desolador. Por desgracia, los demás brigadistas y yo no pudimos ingresar a las dependencias
Muros rotos, separación de los aplanados que mostraban al desnudo la mampostería, inferiores a cargo de un comité del pueblo.
sillares dislocados de las portadas y, huellas de vanos de cambios arquitectónicos que Queda en mi mente la ruina del convento de Tlayacapan el 19 de septiembre de
se revelaron nuevamente. Lo peor fue ver el desajuste de las dovelas de las jarjas y de 2017. Las lluvias, la humedad de siempre, el descuido de las autoridades civiles y ecle-
los sillarejos de los pies derechos. Más aún, advertir el alud de los enlucidos con la capa siásticas, la carencia de aplanados, la falta de mantenimiento y por supuesto los sa-
pictórica. (Dibujo 7) (fig. 66) cudimientos de las placas tectónicas exhibieron las vísceras de un edificio que nació

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi apéndice. crónica: después de la hecatombe

durante el virreinato y que se negó a morir, al menos en la segunda década del siglo Volví a Huaquechula hasta el 18 de noviembre. Para entonces ya había recorrido
xxi. Ojalá que el recuento de los daños provoque el entusiasmo por conocer siquiera gran parte de los conventos de las vertientes del Popocatépetl con mis compañeros
un poco de su historia. académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tenía ya una visión general
de los destrozos causados por la hecatombe del 19 de septiembre de 2017.
Una torre que vuela: Ese día me recibió el señor Reyes Sarmiento y ya con el permiso del Instituto Na-
La devastación en el otrora templo franciscano cional de Antropología e Historia, pude entrar al edificio, acercarme y observar los
de San Martín Caballero de Huaquechula, Puebla daños detenidamente.
(Planos 8, 9) Entré por el lado norte del edificio. Tuve ante mí el espectáculo estremecedor de
la fachada desmembrada, los despojos de la espadaña y de los merlones de concreto
Una foto de Facebook me hizo despertar del letargo en que había permanecido desde el hechos añicos en el suelo, entre las varillas y herrajes retorcidos. Parecía que la portada
19 de septiembre de 2017. En ella se veía el templo franciscano de Huaquechula des- se había separado de la fachada. Me detuve a mirarla con más detalle. Las dovelas del
trozado, con la bóveda abierta y formando una gran oquedad. Eso no era todo, también arco, las impostas, jambas, pedestales, medias columnas, traspilastras, enjutas y mol-
la cubierta del sotacoro estaba arruinada. El suelo de la nave se encontraba lleno de duras superiores resistieron estoicamente. No percibí ningún bloque fuera de lugar. ¡Qué
escombros y los cuantiosos daños eran visibles en medio de la polvareda. La imagen grandiosa obra de estereotomía! ¡Qué resistencia! ¡Los ángeles de las enjutas la protegie-
me causó desasosiego. Quise ir de inmediato, pero pude hacerlo hasta el 30 de septiembre ron con el escudo de las cinco llagas de san Francisco!, pensé. (figura 37)
en que me acompañaron algunos integrantes de mi equipo de investigación. Al entrar El relieve de san Martín Caballero también se salvó al igual que el alfiz. Sin em-
al pueblo observé varios centros de acopio y conforme avanzaba me di cuenta que bargo, el tímpano de sillarejo se volvió a resquebrajar donde estaban las reparaciones
muchas construcciones estaban acordonadas debido a los daños que habían sufrido. contemporáneas de roca amorfa con rajuelas y cementantes contemporáneos. El óculo
Los muros de adobe cedieron ante el peso de las cubiertas de concreto. Éstas práctica- también se quebrantó aunque ya estaba reconstruido.
mente aplastaron las paredes. A lo lejos, vi una de las torres del templo de San Martín La torre ya estaba amarrada con cinturones de metal.
ya sin el cupulín. Estaba resquebrajada, me pareció que se tambaleaba. Estaba fuera La portería y la capilla abierta con el alfiz estaban bien. ¡Otro gran trabajo de es-
de plomo. tereotomía! ¡Lástima que los albañiles hayan dañado la bóveda! ¡Sí, las juntas de las
En la plaza del pueblo había una carpa que servía de refugio a los damnificados. dovelas, canes, jarjas, cruceros y claves estaban embarradas de cemento, cómo si nunca
El conjunto conventual también estaba acordonado. Busqué a las autoridades que me hubieran visto que en la portada principal ni se notan y solo se ven los cortes de la
condujeron con el Secretario de Turismo y cronista de Huaquechula Silverio Reyes Sar- roca perfectamente ensamblados! (figuras 38 y 39)
miento. Por más que le supliqué y le hablé de mi interés por ver el edificio no me dio ¡La puerta porciúncula seguía luciendo espléndida! ¡Todo un logro de la estereo-
acceso porque no llevaba una carta de autorización del Instituto Nacional de Antropo- tomía indiana muy bien aprendida! No tenía fracturas ni reparaciones evidentes, con
logía e Historia. No tuve más remedio que dedicarme, junto con mis acompañantes, a excepción de la junta maltrecha que algún peón colocó entre los bloques que dividen la
rodear el inmueble y verlo desde el muro atrial. figura de san Pablo y que está desde hace años. (figura 36)
Instalada detrás de la barda, a través del amplísimo atrio, pude ver nuevamente Al entrar al templo, solo pude ahogar un grito y expresar: ¡Qué desastre! Vi las bóve-
la torre fracturada sin cupulín. También observé que la espadaña, contemporánea a la das del templo y del sotacoro completamente despedazadas con el impacto del cupulín
torre de concreto y los merlones habían colapsado llevándose parte del muro de la fachada que se desprendió de la torre y voló por los aires para estrellarse en las hermosas cubiertas
y quebrantándola en su totalidad. A la distancia en que me hallaba no pude ver más. de crucería del siglo xvi. ¡No había visto nada peor en mi recorrido por los conventos
(figura 18) de las faldas del Popocatépetl! ¡Era la mayor devastación que había presenciado en
La barda atrial de sillarejo y rocas amorfas con juntas deformes atiborradas de un edificio histórico tanto en México como en Europa! (fig. 80)
cemento habían estallado en algunas secciones abriendo la capa externa y dejando ver Frente a las bóvedas que parecían mostrarme las entrañas, contemplé largamente
la interna de piedra bola y tierras arcillosas. Alcancé a ver algunos sillarejos con inscrip- los desastres del terremoto. Miles de dovelas yacían en el piso entre los escombros.
ciones. Era material reutilizado en la fábrica. Los plementos de mampostería estaban desechos, rotos por el impacto. Fue como
Las casas de mampostería y adobes de la acera contraria mostraban la pérdida de si cayera una bomba. Las fisuras ya reparadas se volvieron a abrir dando lugar a otras.
las cubiertas y de los muros. Era un panorama desolador. La bóveda del templo, recientemente restaurada, se perdió en su totalidad y lo que
La parroquia, localizada al otro lado de la plaza también evidenciaba quebrantos y de ella quedaba se veía con severas fracturas y manchas amarillentas de humedad.
fracturas, al igual que las viviendas cercanas. No pude ver más por ese día. (figs. 47, 48, 75, 77, 81, 82, 84, 85)

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construcción y destrucción de conventos del siglo xvi apéndice. crónica: después de la hecatombe

La bóveda del sotacoro se rompió exactamente en el centro. Las jarjas que resistían Atenta escuché la historia, mientras pensaba que todos los que vivimos ese día,
las enjutas o caderas, como les decían los obradores del siglo xv florentino, cedieron al teníamos una experiencia que contar.
ataque y dejaron a la vista los terrados con vasijas de barro, que sirvieron para aligerar El claustro bajo no me pareció que tuviera mayores afectaciones. Los corredores
el peso durante varios siglos. (figs. 78, 80, 83, 84, 85) seguían resguardando los bloques de piedra tallada de otras etapas constructivas. Las
Hacia todos los lados que dirigía la mirada solo divisaba la devastación y, aun dentro viejas heridas que provocó el jardín que había en el patio claustral, me eran eviden-
de ella, admiraba la belleza de la ruina. ¡Qué hermoso edificio! ¡Qué proporción! ¡Qué tes en las humedades de los sillarejos inferiores de las jambas, con junturas deformes
bien calculado estaba! ¡Era toda una bien lograda fábrica del siglo xvi! ¡Vitruvio, Alberti, como las de las nervaduras de la bóveda de la capilla abierta y de la barda atrial. Los re-
Vandelvira y Hontañón lo hubieran admirado mucho! Ahora el templo estaba perdido. sanes mal hechos y las huellas de las humedad de las bóvedas habían crecido desde mi
Las paredes también se rasgaron, sobre todo a la altura de las puertas que abrieron última visita algunos años atrás. Los sillares pintados sobre el enlucido de los estucos del
los seculares en algún momento de la historia del edificio. patio estaban ennegrecidos por las continuas lluvias y la falta de limpieza. Algunos
El piso también revelaba horadaciones por doquier. Las claves de las crucerías lo aplanados del muro se habían desprendido llevándose con ellos la pintura mural. Las
hirieron como puntales en su estrepitosa caída. Las claves y sus brazos estaban rotos. bóvedas, además de las manchas, presentaban un grieta zigzagueante que se desplazaba
Aun en éstos advertí el corte y el labrado del cincel plano, el punzón y el trépano. No sé por el centro. (figura 60)
cuánto tiempo estuve dentro del templo, revisando las dovelas y las claves tiradas en El segundo piso estaba más dañado. Las salas dispuestas para museo presentaban
el piso y explicándome el lugar que habían ocupado en la bóveda. (fig. 73) desprendimientos de los aplanados y fisuras ya reparadas que se volvieron a abrir. Las
Ya en el convento me presenté con el señor Mauricio Tomás Reyes, custodio del lugar. pandas externas y los corredores internos se hallaban más estropeados, con cientos de
Muy amablemente me condujo por todos los espacios del antiguo conjunto franciscano. miles de aplanados resquebrajados en el suelo, que parecían proceder de la techumbre
Mientras me acompañaba en el recorrido, me contó sus experiencias durante el terre- de concreto. Curiosamente, ésta se comportó bien durante el cataclismo. No se abrió ni
moto: él barría el claustro y de repente escuchó el crujido de la tierra. Inmediatamente perdió el equilibrio de manera diferente a los muros, aunque sí se vinieron abajo varias
sintió y vio los movimientos del edificio. Creía que moriría aplastado por los cientos de to- vigas colocadas debajo de las losas. (figura 28)
neladas de piedra del inmueble. Corrió y corrió a toda la velocidad que le permitían las Por fuera del convento todo me pareció en orden. Los cimientos, muros, huellas de
fuertes oscilaciones, quería salir lo más pronto posible. Consideró un triunfo llegar mechinales, arcos y portadas reutilizadas seguían ahí como mudos testigos de otras
al atrio y ahí siguió corriendo hasta alejarse de la construcción. Se detuvo cuando pensó etapas constructivas. (figura 94)
que estaba a salvo, pero la agitación continuaba entre los estruendos de la tierra y del Al salir del convento tuve la convicción de que con el uso de museo del Instituto
monumento. En medio del pánico, con asombro, atisbó cómo se desprendía la torre Nacional de Antropología e Historia, estaba mejor resguardado, más limpio y menos
y volaba por los aires hasta estrellarse en la bóveda. El crepitar fue como el del estallido deteriorado que los que se hallaban encargados a los sacerdotes diocesanos del Es-
de un cañón o de una carga de dinamita que reventó la piedra y la hizo saltar en cientos de tado de Morelos.
miles de fragmentos. En medio del ruido ensordecedor, creía que la agitación de la Volteé la mirada hacia el templo y deseé que se rehabilitara correctamente, sin
tierra nunca iba a terminar. Pero poco a poco las vibraciones fueron disminuyendo hasta invenciones, o mejor aún: que se consolidara la ruina. Finalmente la ruina tiene su en-
detenerse. La tolvanera que provocó la torre en su estrepitosa caída concluyó mucho canto, muestra la magnificencia y perfección de otros siglos. (figura 36)
tiempo después.

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COROLARIO

En estas páginas he expuesto mis interpretaciones sobre las fundaciones conventuales Bóvedas de crucería del templo.
Huaquechula, Puebla.
de las faldas del Popocatépetl que fueron tan terriblemente dañadas por el terremoto Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2017.
ocurrido el 19 de septiembre de 2017. Abarqué el contexto geográfico e histórico de la
evangelización; la práctica urbanística y constructiva de los recintos frailunos, en los
que se tuvieron en cuenta los ideales humanistas, los tratados y manuscritos del Renaci-
miento italiano e hispano; la destrucción paulatina de los conjuntos mendicantes a
partir del siglo XVII; y por supuesto, el grado de deterioro en que los encontré unas
cuantas semanas después del funesto acontecimiento.
Los temas enunciados, los desarrollé a lo largo de tres capítulos y un apéndice.
En el primero, dedicado a la historia, me di a la tarea de explicar los puntos que con-
sidero más relevantes para entender las circunstancias en las cuales se llevó a cabo el
apostolado de las órdenes mendicantes desde su institución y formación académica
en Europa durante el siglo xiii hasta la llegada a la Nueva España, gracias a la peti-
ción del conquistador Hernán Cortés y de las bulas pontificias que les otorgaron ese
privilegio. Consideré importantísimo que los lectores comprendieran que la predi-
cación y la construcción de los conjuntos conventuales no se realizaron de la noche a la
mañana, sino que requirió de al menos treinta años para que se empezaran a levantar.
Hice notar que la empresa de divulgación de la fe católica y de la fábrica de los inmue-
bles requirió de un amplio espectro económico en el cual se fusionaron el sistema de
tributo de origen mexica y la encomienda. Ambos, aunque se verificaron en toda la
Nueva España, me detuve a esclarecerlos más ampliamente en la zona de estudio. De
la misma manera, me ocupé de presentar los primeros espacios de la evangelización
en ese territorio, como fueron Huejotzingo (1524), Cuernavaca (1525), Oaxtepec (1528)
y Ocuituco (1533). Dejé ver cómo los misioneros no se hubieran podido establecer en
ningún lado y mucho menos empezar obra alguna sin la aprobación de la Real Audiencia
y por supuesto del Regio Patronato Indiano. Participé a los lectores de mi idea de una
arquitectura experimental que se dio cita en los antiguos centros ceremoniales y que
precedió a la actual. La arquitectura experimental, en mi apreciación, creó los modelos
que seguiría la de mampostería y cantería que se realizó con posterioridad al año de 1550,
toda vez que las congregaciones de indios se registraron en la zona del volcán alrededor
de ese año y obedecieron a las disposiciones del virrey Luis de Velasco, no a las de
Antonio de Mendoza, como ocurrió en otras regiones de Nueva España. El capítulo
lo cerré con algunos comentarios a la declaratoria de los “Primeros monasterios del
siglo xvi en las vertientes del Popocatépetl” como Patrimonio de la Humanidad realizada
por la unesco en 1994.
El capítulo II dio a conocer mis hipótesis sobre la traza de los pueblos de indios
en Nueva España en general y de las laderas del Popocatépetl en particular. Aquí conside-
ré los tratados de Vitruvio y de Alberti que fueron altamente estimados durante los
siglos xv y xvi, y que influyeron en las Leyes de los reynos de las Indias para la planeación
de ciudades, villas y pueblos. Di por supuesto que una vez establecidos y repartidos
los solares de las nuevas poblaciones se dio comienzo a la planificación de los con-
juntos conventuales. Para ello expliqué ampliamente la participación de los frailes y de
los maestros de obra en aquélla y cómo se pudieron ejecutar con el respaldo económico

101
construcción y destrucción de conventos del siglo xvi corolario

del Regio Patronato Indiano, los encomenderos y la mano de obra de los indígenas. darse cuenta del reempleo de éstas, ya que se integraron a los muros ulteriores que,
Asimismo di por sentado que los mendicantes incorporaron en los atrios los elementos la mayoría de las veces, fueron de mampostería y sin referencia a ninguna simetría ni
ya ensayados en la arquitectura experimental, que tan bien les había funcionado en orden en la recolocación de las dovelas ni de los sillares de las jambas. Además, procuré
los centros ceremoniales durante los primeros veinticinco años de la propagación del que los lectores se percataran de los acabados de las juntas, que se hicieron imprecisos,
Evangelio. De igual manera expuse mi convicción de que el atrio con las capillas abiertas desfigurados, torcidos e irregulares; invadieron los bloques de roca labrada, sin consi-
y posas nacieron en Nueva España y que el enorme espacio abierto se unió a la iglesia deración alguna a los cánones clásicos, donde el espesor era homogéneo, hasta imper-
pegada al convento de tradición medieval. Tengo la certeza, que aquí manifesté, de que ceptible, logrando entre los sillares líneas continuas de horizontales.
los maestros de obra trazaron los planos y las monteas, elaboraron las maquetas y El proceso de destrucción de los establecimientos mendicantes lo analicé en el
se dieron a la organización de los proyectos, donde mostraron sus conocimientos de capítulo III. En éste hice hincapié en el impacto de los terremotos a lo largo de su his-
geometría y de proporción conocida desde la Antigüedad clásica. Compartí mi juicio toria, fundamentales en la devastación y en la reedificación de las diferentes etapas
de que la geometría y la proporción humanistas aún son visibles en los otrora conjuntos constructivas. Otro de los factores que examiné fue el de la secularización iniciada en
conventuales que rodean el Popocatépetl del lado poblano. el obispado de Puebla en el año 1640 y la del obispado de México a partir de 1749. Ésta
Quedó dicho que los maestros de obra emplearon los materiales cercanos a las no solo significó la alteración de la economía de las órdenes mendicantes, sino aun
poblaciones de los bordes del volcán, aunque gran cantidad provenían de los centros el abandono de los conjuntos conventuales que sufrieron los embates del sacerdocio
ceremoniales precortesianos. También aclaré que una vez localizados los yacimientos de diocesano, ya que éste no tenía las mismas necesidades y por supuesto adolecía de una
materias primas y con la seguridad del abastecimiento y de la mano de obra, los arqui- vida comunitaria. Al respecto, delaté que fueron los clérigos quienes afectaron los mu-
tectos ordenaron las tareas de cimentación en escarpe, para luego levantar los muros de ros estructurales abriendo puertas y ventanas en ellos e incorporando torres que dañaron
tres capas, ya sea de mampostería, como se observan en los edificios del actual Estado fuertemente a los edificios.
de Morelos, o bien de sillarejo, como los que se localizan del lado poblano de las ver- El recuento de los daños me condujo a narrar cómo los edificios de la evangeliza-
tientes del Popocatépetl. ción se agravaron con las intermitentes rencillas partidarias que se han dado cita en
Compartí con los lectores mis investigaciones sobre estereotomía, la técnica que nuestro país desde el siglo xix. En mi opinión, los estropicios aumentaron con el devenir
enseñaba el corte de sólidos geométricos desde el tiempo de los egipcios y que tras- de los tiempos. La humedad ha sido la enemiga constante, acentuada por la falta de
cendió a la Antigüedad clásica, al medievo y de éste al Renacimiento. Di cuenta por lo mantenimiento, visible sobre todo en la carencia de impermeabilizantes, de aplanados
tanto, de que en las faldas del Popocatépetl hay obras de cantería labradas mediante y de un sistema hidráulico correcto, así como del follaje que crece entre los muros y que
ese sistema y que se localizan en portadas, arcos, arquerías claustrales y crucerías los rodea junto a la basura acumulada. Otra de las causas de la destrucción, ha sido
de bóvedas. Desde luego que creo que la práctica de la estereotomía se mantuvo como que nunca se hicieron las reparaciones adecuadas. Durante el siglo xx y hasta antes del
un secreto del oficio hasta que el arquitecto francés Philibert de L’Orme escribió Le sismo del 19 de septiembre de 2017, se utilizaron materiales y sistemas constructivos
premier tome de l’architecture en el siglo xvi, y que como eco, los maestros de obra escri- que no tuvieron nada en común con los originales, pero que pretendieron dar estabilidad
bieron los misterios de la técnica en España. Sobre la manera en que este aprendizaje y conservar los antiguos edificios frailunos. Con el intento de resguardar esos monu-
pasó a Nueva España, participé a los lectores que, aunque no se sabe si los constructores mentos, se recrearon los espacios y los ornamentos que se consideraron perdidos dando
de los conjuntos conventuales novohispanos conocieron esos manuscritos, tengo para lugar a la invención de la arquitectura mendicante.
mí y así lo manifesté, que sabían muy bien los enigmas que encerraban los cortes de En el apartado final de este texto, en el apéndice, exterioricé mi convencimiento
cantería y la elaboración de patrones. El método lo enseñaron a los indígenas y éstos de que el último debacle de los monumentos del siglo xvi, y quizá de la gran mayoría de
pudieron cortar la roca para emplearla en la fábrica de columnas, pilares, pies dere- los inmuebles virreinales, sobrevino con el terremoto del 19 de septiembre de 2017. Mi
chos, capiteles, dovelas, arcos y cruceros para bóvedas de arista cuadripartitas, con for- pesar por este siniestro lo expresé en las páginas finales dedicadas específicamente a rea-
mas de estrella o de flor, como aparecen en los edificios mendicantes de Huaquechula, lizar la crónica del estado de destrucción en que encontré las arquitecturas de Ocuituco,
Tochimilco, Huejotzingo, Cuernavaca, Oaxtepec, Tepoztlán, Tlayacapan y Yecapixtla. Tlayacapan y Huaquechula durante los dos meses siguientes al sismo. En estos renglo-
En el mismo capítulo afirmé que los sismos dieron al traste con gran número de nes terminales y después de examinar la trayectoria histórica de los edificios mendi-
edificios mendicantes. Una de las pruebas son las portadas de sillería del siglo XVI que cantes, me inclino a prefigurar que las rehabilitaciones de la actualidad conducirán a
fueron reutilizadas en etapas constructivas posteriores. Habían resultado muy caras nuevas invenciones, al engaño, a la ficción y al remedo de lo que fueron en la época de
e implicado horas de trabajo. El reaprovechamiento de portadas, expliqué, fue común la evangelización. Esa ha sido la historia de esas fábricas desde que fueron abandonadas
en los conventos de las faldas del Popocatépetl y seguramente en infinidad de edifi- y arrebatadas a los frailes.
cios levantados en el periodo virreinal. Revelé la forma en que cualquier persona puede

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Patio claustral. Ocuituco, Morelos.
Fotografía: Eumelia Hernández Vázquez, 2018. Plano 1. Posibles proporciones del terreno del convento de Huaquechula.
Plano 2. Posibles proporciones del terreno del convento de Tlayacapan. Plano 3. Conjunto conventual de Ocuituco.
Plano 4. Planta baja del convento de Ocuituco. Plano 5. Planta alta del convento de Ocuituco.
Plano 6. Conjunto conventual de Tlayacapan con atrio hipotético. Plano 7. Planta baja del convento de Tlayacapan.
Plano 8. Conjunto conventual de Huaquechula. Plano 9. Planta baja del convento de Huaquechula.
Glosario

Ábaco: Clave: clásica descansa sobre el entablamento. Pandas:


Moldura angosta y cuadrada que se coloca sobre el Es la dovela de mayores proporciones y colocada al Fuste: Son los corredores externos cubiertos y limitados
capitel de la columna y debajo del entablamento. centro de la estructura. Es el elemento más importante Parte de la columna entre la basa por arcadas que rodean los cuatro lados del
del arco o bóveda ya que sostiene a las demás piezas. y el capitel,puede ser liso o estriado. claustro de un convento o monasterio.
Ábside:
En un templo es el lugar donde se coloca el altar mayor Dovelas: Grutescos: Plinto:
o el retablo, es de planta semicircular cubierto por una Son cada una de las piezas o elementos que conforman Elementos decorativos usados en arquitectura Moldura de apoyo cuadrada y angosta
bóveda y son construidos con dirección al oriente. el arco y son talladas con estereotomía. y pintura derivados de la unión de formas que se encuentra en la parte inferior
antropomorfas, vegetales y zoomorfas de la columna, donde descansa la basa.
Alarife: Enjuta:
De acuerdo con George Kubler el término alarife designa Superficie delimitada por la parte exterior Hipotraquelio: Presbiterio:
a una persona con experiencia en las artes auxiliares de un arco, extradós, y la moldura rectangular En la arquitectura clásica es una moldura Parte del templo que antecede al altar.
de la construcción. Los títulos de maestro de obras y llamada alfiz. Tiene la forma de un triángulo. muy fina que se encuentra entre el capitel
alarife eran intercambiables. Era el responsable de la y el fuste de las columnas dóricas y toscanas. Porciúncula:
supervisión de todos los trabajos realizados en la ciudad. Entablamento: Es una puerta lateral de los templos franciscanos que
Estructura que se encuentra sobre el capitel de la Imoscapo: alude a una escena de la vida de san Francisco en la cual
Alfiz: columna y consta de tres elementos: el arquitrabe, Diámetro inferior del fuste de una columna. Cuando es le regalan una pequeña iglesia totalmente en ruinas
Moldura que delimita el espacio exterior de un arco; el friso y la cornisa. Sus decoraciones y proporciones una columna clásica el imoscapo siempre va a ser más para que haga sus primeras reuniones. Se cuenta que
es decir, el extradós. Es una moldura cuadrada dependen del orden al que pertenece. ancho que la parte alta del mismo, llamado sumoscapo. Jesús y la Virgen María se aparecieron ante este fraile y
o rectangular colocada como marco del arco. le prometieron que todo aquel que entrara a ese templo
Puede comenzar desde las impostas o desde el suelo. Escocia: Imposta: y rezara con fervor serían perdonados sus pecados.
Moldura cóncava, más ancha en su parte Elemento de la columna o pilastra
Arco de medio punto: inferior. Se coloca en la base de la columna sobre el que descansa un arco. Sotacoro:
Se define como la mitad de un círculo. Por generarse y generalmente en medio de dos toros. Parte del templo que se encuentra debajo del coro.
a partir de un punto se denomina de medio punto. Se usa especialmente en la arquitectura clásica. Juntura:
Unión entre dos elementos pétreos como Sumoscapo:
Arquitrabe: Espadaña: ladrillos o sillares que suele rellenarse Diámetro superior del fuste de una columna.
Es una de las molduras del entablamento Estructura que remata la fachada de un con un mortero de arena, cal y agua. Cuando es una columna clásica el imoscapo
que descansa inmediatamente sobre el capitel. templo al apoyarse sobre el entablamento siempre va a ser más ancho que el sumoscapo.
y que cumple la función de campanario. Lechada:
Can: Es una masa muy fina de cal, yeso Tímpano:
Elemento arquitectónco que sostiene una cornisa. Extradós: o argamasa que se usa generalmente Espacio triangular que se halla dentro de un
Vista externa de un arco. para hacer el enlucido o para unir las rocas. frontón que remata las construcciones clásicas.
Capitel:
Parte superior de la columna que descansa sobre el fuste. Friso: Merlones: Toro:
Es una pieza esculpida o decorada con molduras. Es uno de los elementos del entablamento. Elementos arquitectónicos que rematan un Moldura lisa convexa y semicircular
Se encuentra entre el arquitrabe y la cornisa, templo o un muro perimetral. Suelen ser de forma que se coloca en la base de una columna.
Cariátide: y puede ser liso o decorado con bajorrelieves. cuadrada y en ocasiones terminan en triángulo.
Escultura de figura femenina que suele
cumplir la función de columna o pilar. Frontón: Ovas:
Remate triangular de una fachada, también puede Ornamento en forma de óvalo o huevo
ir sobre puertas o ventanas. En la arquitectura que se coloca entre dos dardos.

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español..., 290-301. 97-98. Apunta a Piho Virve, “La secularización de las parroquias y la eco- mos, al menos en el templo dominico de Yanhuitlán se hallan en Alejandra
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168. El suelo se deshidrata conforme pasa el tiempo y se compacta. Por
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en Juan Orozco y Berra, “Efemérides sísmicas mexicanas…”, 322-324. 97-98. Apunta a Piho Virve, “La secularización de las parroquias y la eco- portante que los restauradores se percaten de no dejarlos a la intemperie
130. Con el rompimiento de la bóveda del templo y la del sotacoro, varias nomía eclesiástica en la Nueva España”, en Journal de la Societé des Améri- y ver dónde está la división de la subestructura con la superestructura.
de las vasijas cayeron al suelo y se fracturaron junto con su contenido: 143. Virginia García, Los sismos en la historia de México…,109 con base canistes, núm. 64, (1977), 81-88.
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del ex convento de Huaquechula, dice que en la tradición del pueblo, los 158. Martha Delfín Guillaumin, “Secularización de parroquias novo- ción (97), col. 83, exp. 4, fojas 40-64, 3 de octubre, año de 1711. (Paleo-
huesos son las huellas de las ofrendas de animales para que el templo 144. agn, Instituciones coloniales/Real Audiencia/ Tierras 110, conte- hispanas”https://www.ciberjob.org/etnohistoria/secularizacion.htm grafía de Luis Gerardo Huitron Flores); agn, Instituciones coloniales/Real
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cesidad de ofrendar seres vivos en las construcciones para mantener la Ramírez Salgado. mento localizado por Nelly Ramírez Salgado. agn, Instituciones colonia-
integridad de éstas y garantizar su durabilidad. 159. María del Pilar Martínez López-Cano, Elisa Itzel García Berumen les/Indiferente virreinal/Caja 3456, exp 001 (Templos y conventos, caja
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C

TRUCCIÓN y

DESTRUCCIÓN

de CONVENTOS

DEL SIGLO XVI.

Una visión posterior al terremoto

del 19 de septiembre de 2017.

se terminó de imprimir en noviembre de 2019

en los talleres de Inova&Kon impresores S.A. de C.V.

Isabel la Católica 215, Col. Obrera, CDMX, C.P. 06800

Para su formación se utilizaron las familias

tipográficas Crimson Pro y Barlow.

Tiraje de 500 ejemplares.

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