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familia/

5 Herramientas de crianza positiva y


buen trato en la familia

Desarrollar el rol de padres y madres encierra una gran complejidad, sobre todo el ejercicio
positivo de la función parental, y a fin de evitar el mal trato y el uso de la violencia con los
hijos/hijas, te proporcionamos algunas herramientas para la crianza positiva y el buen trato
en la familia.
1. Proporcionar afecto y apoyo.
Todos necesitamos recibir atención, respeto, afecto y reconocimiento para nuestro
desarrollo personal. El no satisfacer esas necesidades básicas, da lugar a la aparición de
comportamientos conflictivos. Cuando los padres y las madres proporcionan afecto y apoyo
a sus hijos/hijas, los menores se sentirán aceptados, valorados y especiales. A continuación
te mostramos algunas opciones para demostrar afecto y apoyo a los pequeños:

 Acariciarlos, sobre todo cuando son pequeños.


 Juega e interaccionar con ellos.
 Escucha lo que tengan que decir, intenta comprender lo que
quieren decir, aunque no siempre se esté de acuerdo con ello.
 Habla con tus hijos/hijas con frecuencia en un tono amable y
respetuoso; firme cuando haya que comentarles aspectos que
no les guste oír.
 Pide que contribuyan a hacer algo que les gusta y que, a la vez,
es positivo para todos; y agradecer su ayuda y esfuerzo.
 Disfruta de su compañía y hacérselo notar.
 Transmite interés por lo que piensan, sienten y hacen.
 Transmite expectativas positivas sobre sus capacidades,
habilidades y potencialidades.
 Comparte con ellos sentimientos, ideas, planes, compromisos,
tiempo y actividades para que padres, madres e hijos se
conozcan, apoyen y protejan mutuamente.
 Ten comportamientos amables y respetuosos que los hijos
puedan imitar.

2. Dedicar tiempo para interaccionar con los hijos.


Las distintas responsabilidades que han de asumir cada día en la vida familiar, laboral y
social hacen que el tiempo se perciba escaso para conciliar y responder adecuadamente a
todas ellas. Esto lleva consigo contar con pocas opciones para el descanso y el disfrute
personal y familiar.

La percepción de la falta de tiempo lleva a los padres y las madres a


distribuirlo entre distintas tareas y rara vez se planifica tiempo exclusiva
para interaccionar tranquilamente con los hijos/hijas. Esto puede
deberse a que los padres y madres entienden que están con ellos mientras
conviven en casa, que tienen lo que necesitan, que controlan lo que hacen, y
que el hecho de vivir bajo el mismo techo ya facilita su desarrollo personal.
Sin embargo, los padres y madres pueden tener sentimientos de culpa por no
poder interaccionar con sus hijos todo el tiempo que desearían.
Algunas opciones pueden ser: charlar con tranquilidad, jugar, contar cuentos, escuchar
música, cantar, bailar, leer, ver televisión, escribir, dibujar, pintar, manualidades o cocinar
juntos. Salir juntos a pasear o a caminar, estar en contacto con la naturaleza en el campo,
la montaña, la playa, granjas, zoológico, parques, etc. Visitar bibliotecas, a los amigos. En
fin, hacer cosas juntos.

3. Comprender las características evolutivas y de comportamiento de los hijos a una


determinada edad.
Con cierta frecuencia los padres y madres comentan que les cuesta entender el
comportamiento de sus hijos; esto se produce tanto si estos se encuentran en la etapa
infantil como en la adolescente, dado que el comportamiento de los niños, como el de los
adultos, no se mantiene siempre igual. Varía en función de muchos aspectos, como puede
ser el contexto y las personas con las que uno se relacione en cada momento, el vínculo
afectivo que tengamos con ellas, la situación en que nos encontremos, el grado de ánimo
o de cansancio que uno tenga, etc. También varía en función de la edad que tengamos y
de la etapa de desarrollo en que nos encontremos.

El proceso de desarrollo de una persona se desenvuelve durante toda su


vida. Es continuo y ocurre en los diferentes ámbitos: biológico, psicomotor,
intelectual, afectivo, y social. Durante ese proceso los menores van
adquiriendo competencias personales según su edad y ritmo de desarrollo;
por ejemplo, dentro de un mismo intervalo de edad, unos niños pueden
aprender hablar o caminar antes que otros.
Van adquiriendo experiencias, habilidades, conocimientos, formas de pensar, de sentir, de
interpretar y de dar significado a la realidad y a las personas que les rodean que pueden
influir en el modo en que se relacionen y se comporten con ellas. Ten la humildad de
aprender junto con ellos y disfruta cada etapa, no será permanente ninguna.

4. Comunicarse abiertamente con los hijos, escuchar y respetar sus puntos de vista
y promover su participación en la toma de decisiones y en las dinámicas familiares.

La comunicación abierta y sincera entre padres y madres e hijos es fundamental


para promover un clima de convivencia adecuado en la familia. Contribuye a la
construcción del respeto mutuo y al desarrollo personal, de la autoestima y afectivo
de todos sus miembros.
Dado que en la infancia, los hijos aprenden a desarrollar comportamiento a
través de la observación e imitación de las conductas de sus padres y
madres, es conveniente allegarse de estrategias de comunicación. Te
recomendamos leer el artículo: 10 Conductas que dificultan la comunicación
en la familia y hacer una adecuada valoración de uno mismo como adulto que
contribuya a generar la asertividad y la seguridad personal, necesarias para
afrontar los diversos retos de la vida familiar, personal, laboral y social.
5. Establecer límites y normas para orientar el adecuado comportamiento de los hijos
y generar expectativas de que cooperarán en su cumplimiento.

Los niños y las niñas necesitan límites que les ayuden regular sus comportamientos
espontáneos, sobre todo cuando estos tienden a ser poco adaptados o poco
respetuosos con los demás, con los objetos o con el ambiente y contexto que les
rodea. Los hijos necesitan que sus padres y madres les vayan orientando desde
pequeños para que aprendan a respetar las normas establecidas en el hogar, en
los centros escolares y en la sociedad, así podrán adaptarse progresivamente a las
exigencias de convivencia.
Entre las estrategias que los padres y madres pueden utilizar para ayudar a
sus hijos a adquirir esa capacidad de autocontrol se encuentran generar
expectativas positivas hacia ellos de que cooperarán en el cumplimiento de
las normas y de las consecuencias asociadas a ellas. Esto se facilitará si se
producen, además, procesos de comunicación asertiva en la familia a través
de la escucha activa, la expresión de sentimientos y la empatía.
Recuerda que para tener relaciones sanas en familia, aprende a reaccionar ante
sus comportamientos, aunque parezcan inadecuados o desproporcionandos.
Explícales las cosas, ten una buena comunicación y evitando castigos violentos o
desproporcionados. Es un niño o una niña que esta creciendo.

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Artículo escrito por Angélica Meza, abogada y directora de Amigos la revista,
A.C. | Para conocer sobre su trayectoria haz clic aquí| Si deseas asesoría
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