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Banda Bonnot 2
Banda Bonnot 2
Claudio Albertani
1
Le Rétif, “Anarchistes”, Le Révolté no. 26, 28 de noviembre, 1908.
2
Véase: Frédéric Lavignette, La Bande á Bonnot à travers la presse de l’époque, Éditions Fage, Lyon, 2008.
Se trata de una extensa recopilación de artículos de prensa de la época que cubre la crónica de los asaltos
atribuidos a la Banda Bonnot y el proceso que siguió.
2
A los pocos días, sin embargo, un chivato reveló que, después de haber
sido sustraída a su legítimo propietario, la Delaunay-Belleville había
permanecido varios días estacionada en el taller de un tal Jean Detweiller,
mecánico de Bobigny, conocido por frecuentar a los medios libertarios. 3 Fue así
como el comisario Xavier Guichard 4, célebre investigador y jefe de la tercera
brigada -integrada por 24 agentes especializados en “anarquismo”- orientó las
pesquisas hacia los ácratas, auxiliado por su adjunto, el inspector Louis Jouin.
Pronto, se descubrió que los culpables eran unos jóvenes proletarios en guerra
contra la sociedad burguesa. Perseguidos por toda Francia, burlaron a la policía
durante meses multiplicando sus delitos y creando en torno a sí un halo de
terror, pero también de innegable simpatía. 5
La prensa los bautizó con el nombre de “Banda Bonnot” porque adjudicó
a Jules Bonnot, un mecánico lionés de 35 años, especialista en hurto de autos,
el papel de líder. Sin embargo, el criminólogo Émile Michon –que entrevistó a
los bandidos en la cárcel- llegó a la conclusión que el verdadero cerebro de la
pandilla era Raymond Callemin, alias Raymond la ciencia, 22 años, un joven
diminuto, aunque recio, de espíritu cáustico, amante de la música y del teatro. 6
Rápido para idear los golpes y aún más para ejecutarlos, Raymond solía decir:
“tenemos que echar mano de los progresos de la ciencia. Nada grande se logra
sin ella: automóvil, teléfono, telégrafo, armas de precisión; he aquí lo que
necesitamos. En cuanto a lo demás, podemos confiar en nuestro valor e
inteligencia”.7
Un periódico execrado
Conforme avanzaban las investigaciones, se supo que algunos miembros de la
banda eran -como el mismo Callemin- de origen belga. Todos frecuentaban la
redacción de l’anarchie (así, con minúsculas), una publicación radical de gran
formato que salía los jueves, alcanzando el tiraje, nada despreciable, de 6,500
ejemplares.8 Su fundador, Albert Libertad (Joseph Albert, 1875-1908), había
3
Le Petit Parisien, 29 de diciembre, 1911.
4
Xavier Guichard aparece en las novelas de Georges Simenon como jefe del famoso comisario Jules Maigret,
el personaje ficticio que le dio fama como escritor.
5
La literatura sobre la banda Bonnot es abundante. Véase, entre otros títulos: Rirette Maitrejean, Souvenirs
d’anarchie, Éditions La digitale, Quimperle (Francia), 2005 (primera edición, 1913); Émile Michon, Un peux
de l’âme des bandits, Dorbon-Ainé, Paris, 1913, Victor Méric, Les Bandits Tragiques, Simon Kra Éditeur,
Paris, 1926; Malcolm Menzies, En exil chez les hommes, Paris, rue des Cascades, 2007 (primera edición,
1987); Bernard Thomas, La bande à Bonnot, Claude Tchou éditeur, París, 1968; Richard Parry, The Bonnot
Gang. The story of the French Illegalist, Rebel Press, 1987; Anne Steiner, Les en-dehors. Anarchistes
individualistes et illegalistes a la “Belle Époque”, Éditions l’échappée, París, 2008. Existe también un filme
de 1968, La Bande à Bonnot de Philippe Fourastié, con el cantante Jacques Brel en el papel de Raymond
Callemin, https://www.youtube.com/watch?v=WhmPq2CgMXY
6
Véase la descripción de Raymond Callemin en: Victor Serge, Memorias de un revolucionario, Veintisiete
Letras, Madrid, 2011 (libro póstumo, primera edición en francés, 1951), pp. 28 y 44.
7
É. Michon, op. cit., pág. 20. Lo mismo señala Victor Méric, op. cit. http://bibliolib.free.fr/article.php3?
id_article=107
8
La revista se publicó durante nueve años, del 13 de abril de 1905 hasta el 30 de julio de 1914, por un total de
485 entregas. Una selección se puede consultar en: http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/cb34429211d/date.r=.langfr
3
19
Véase también: E. Armand, “Illégalisme”, L’Encyclopédie anarchiste (1934).
20
Émile Armand, El anarquismo individualista. Lo que es, lo que puede y vale, Pepitas de Calabaza, Logroño,
España, 2009 (primera edición en español 1916, traducción Costa Iscar).
21
E. Michon, op. cit., pág. 34.
22
Auguste Boyer, “Individualisme bourgeois et individualisme anarchiste”, l’anarchie no. 147, 30 de enero,
1908.
23
Mauricius, “Les précurseurs. Marx”, l’anarchie no. 177, 27 de agosto, 1908.
6
35
V. Serge, Memorias, op. cit., pág. 21.
36
Raymond Callemin (1890-1913, guillotinado).Después de purgar 10 años de trabajos forzados en la
Cayena, Jean de Boë (1889-1974). logró fugarse regresando a Bruselas en donde reanudó su profesión de
tipógrafo y la acción revolucionaria en ámbito sindical.
37
El Congo era administrado como empresa financiera de carácter privado por el rey Leopoldo II (1835-
1909)). En 1908, el Congo fue anexado a Bélgica con el acuerdo de la fracción del POB dirigida por
Vandervelde (1866-1938), a la sazón uno de los principales dirigentes del partido y de la II Internacional.
38
“Nous et le Congo”, Manifeste de la Jeune Garde Revolutionnaire de Bruxelles, Le Communiste no. 8, 18
enero, 1908 y Le Rétif, “A propos du Congo”, Le Communiste no. 12, 1º de mayo, 1908. El primer número
de Le Communiste salió el 15 de junio, 1907, con un tiraje de 2,000 ejemplares y el lema “la verdad te hace
libre, la libertad te hace bueno”. El último es de septiembre de 1908, por un total de 17 entregas.
39
Le Petit Parisien, 10 de abril, 1912.
9
40
V. Serge, Memorias, op. cit., pp. 35-36.
41
Clásico de la literatura anarquista, publicado por el periódico Le Révolté de Ginebra en 1880. Ahora en:
http://2014.kaosenlared.net/secciones/33926-un-texto-de-rabiosa-actualidad-a-los-jóvenes-de-pyotr-kropotkin
42
La colonia existió entre abril de 1905 y febrero de 1908, primero en Stockel y luego en Boitsfort. Véase:
Jacques Gillen, L’utopia anarchica messa in pratica. La colonia di Stockel, Roberto Giulianelli (a cura di),
Luigi Fabbri. Studi e documenti sull’anarchismo tra otto e novecento, “Quaderni della Rivista Storica
dell’Anarchismo”, n°1, Biblioteca Franco Serantini, Pisa 2005
43
Jean Moulaert, Le mouvement anarchiste en Belgique 1870-1914, Éditions Quorum, Louvain-La-Neuve,
1996, pp. 223-231. Sobre la colonia libertarias, véase: Jean Maitron, Le Mouvement anarchiste en France.
Des Origines à 1914, dos tomos, colección Tel/Gallimard, París, 1992, tomo I, pág. 382-408.
44
Véase: Michel Antony, Utopie : anarchistes et libertaires,
http://www.ecole-alsacienne.org/CDI/pdf/1301/130102_ANT.pdf
10
Rebelión y poesía
El joven Victor Serge se adhirió a los 17 años al anarquismo comunista y
revolucionario de matriz kropotkiniana. Como el mismo explica en las
45
Véase al respecto: Malcolm Menzies, Mastatal, Plein Chant, Bassac, 2012.
46
Reedición: George Thonar, Ce qui veulent les anarchistes, Éditions du libertaire, Le Havre, Francia, s/f.
47
Alexandra Myrdal, “Le bien et le mal”, Le Communiste no. 10, 21 marzo, 1908.
48
Pierre Monatte (1881-1960), militante anarcosindicalista, fundador en 1909 del periódico La vie ovrière y
en 1925 de La Révolution prolétarienne, que publicó los textos que Victor Serge mandaba desde la URSS y
participó en la campaña para lograr su liberación cuando estuvo deportado en Oremburg. Amedée Dunois
(1878-1945) periodista libertario cercano al sindicalismo revolucionario, redactor de L'Action directe, la
Bataille syndicaliste y L’Humanité. Detenido en 1944, fue portado a Oranienburg, donde murió.
49
“Le Congrès Anarchiste d’Amsterdam”, Le Communiste no. 4, 21 de septiembre, 1907.
50
“Federation Anarchiste de Belgique”, Rhillon, “Le commencement de la fin” (sobre Draveil) y GRB,
“Assassins!”, Le Communiste no. 17, 8 de agosto, 1908.
11
¿Ilegalista?
Le Rétif duró muy poco tiempo en Lille. París le llamaba. París, el centro del
mundo, la capital de las revoluciones del siglo XIX. París, la ciudad donde, como
escribió el poeta ruso Ossip Mandelstham, se puede bogar sin conocer el tedio,
olvidando el resto del universo. 68 París, la ciudad que ponía en escena todas las
contradicciones de la vida moderna, todas las alienaciones del individuo, pero
62
Pierre Kropotkine, “La propagande par le fait” (el original apareció en el Bulletin de la Federation
Jurassienne, 5 de abril, 1877) y Le Rétif, “Illegaux”, Le Révolté no. 29 de marzo, 1909
63
Le Rétif, Lèttre de Belgique, “Le Libertaire”, no. 34, 20 de junio, 1909 y no. 37, 11 julio de 1909.
64
Le Rétif, “Le procès Hartenstein”, op. cit.
65
En Le Révolté no. 59, 15 diciembre, 1909, Courbe aparece como gerente de la revista cuya redacción se
encontraba por entonces en calle de Flandres, en Bruselas.
66
R. Maitrejean, op. cit., pág. 27.
67
Ibídem, pág. 28.
68
Ossip Mandelstham, De la poésie, Gallimard, París, 1990, pág. 151.
14
69
E. Armand, “Kibaltchiche et l'anarchie”, L'unique no. 29 de avril, 1948 ; “Questions d'histoire”, L'unique
no. 45, enero, 1950.
70
Le Rétif , “La vie anarchiste”, l’anarchie no. 233, 23 de septiembre, 1909. Su primer artículo fechado en
París es “La haine” (El odio), no. 230, 2 de septiembre, 1909.
71
Véase, por ejemplo: “Les pauvres”, l’anarchie no. 237, 21 de octubre 1909; Nôtre antisyndicalisme”, “La
religuese ou la laïque”, no. 250, 20 de enero, 1910; l’anarchie no. 255, 24 de febrero, 1910;
“L’ouvrierisme”, l’anarchie no. 259, 24 de marzo, 1910; “De l’activité anarchiste”, l’anarchie no. 298, 22 de
diciembre, 1910.
72
Véase los informes de policía correspondientes a los días 27 de agosto y 28 de noviembre, 1911, Dossier
Victor Serge, Fonds du Service des Archives de la Préfecture de Paris, 4, rue de la Montaigne Sainte-
Geneviève, 75005 París, Francia.
73
V. Serge, Memorias, op. cit., pág. 53. Dossier Victor Serge, Archives de la Préfecture de Paris (en adelante
Dossier Victor Serge), informe 27 de agosto, 1911.
15
74
Ibídem, pp. 48-52; Le Rétif, “Una tête va à tomber”, l’anarchie, no. 268, 28 de abril, 1910; “La grande
colère du 13 de octobre, 1909”, Le Populaire, 18 de octobre, 1936. Agradezco a Charles Jacquier el envío de
este texto poco conocido de Serge. Sobre Liabeuf, véase: Yves Pagès, L’Homme Hérissé. Liabeuf, tueur des
flics, L’insomniaque, París, 2001.
75
V. Serge, Memorias, op. cit. pág. 19.
76
V. Méric, op. cit., pág.216
77
Ibídem,., pág. 122.
16
84
Le Rétif, Contre le Faim, Éditions de l’anarchie, París, 1911.
85
Le Rétif, “La guerre au service de la vie”, l’anarchie no. 343, 2 de noviembre, 2011. En las Memorias (op.
cit., pág, 55), curiosamente, Serge escribe que abrió una polémica con Faure, cuando lo que hizo fue defender
a Faure de las críticas que le hizo La guerre sociale.
86
Le Rétif, “Être le plus fort”, l’anarchie no. 278, 4 de agosto, 1910.
87
Le Rétif, “L’illusion révolutionnaire”, art. cit.
88
E. Armand, “Kibaltchiche est mort”, L'unique no. 26 de diciembre, 1947.
89
Véase: V. Méric, “Souvenirs d’Eugène Dieudonné”, VIII, Romainville, Paris-Soir, 16 de diciembre, 1925.
Véase también Les bandits tragiques, op. cit., pp. 109-10.
90
V. Méric, Les bandits tragiques, op. cit. pág. 115.
91
Le Rétif, “L’Art et la vie”, l’anarchie no. 317, 4 de mayo, 1911; “l’art utile” l’anarchie no. 318, 11 de
mayo, 1911; “L’art dans la propagande et l’éducation”, l’anarchie no. 319, 18 de mayo, 1911.
18
El final
Regresemos a los acontecimientos de ese invierno de 1911-12. El asalto de la
calle Ordener fue la primera de una serie de acciones espectaculares que
asolaron a Francia entre diciembre de 1911 y mayo de 1912. Mientras Caby, el
empleado del banco, se recuperaba de sus heridas (quedaría lisiado de por
vida), el 24 de diciembre, integrantes de la banda desvalijaron una armería en
la céntrica calle Lafayette. Habían cruzado el punto sin retorno: en adelante
sus atracos se caracterizarían por una violencia indiscriminada y por el número
de víctimas. Esa misma noche, Callemin y Garnier se entrevistaron con Victor y
Rirette en la nueva sede de l’anarchie, calle Fessart no. 24, en Belleville. Ya no
eran los mismos hombres; marcados por la muerte esperaban el instante fatal
en que pagarían su deuda. Fue un encuentro ominoso. Exhausto y agotado,
92
Ibídem, pág. 44.
93
Véase: Jean-Luc Sahagian, Victor Serge. L’homme double, Libertalia, Paris, 2011.
94
V. Serge, Carnets, op. cit., pág. 540.
19
95
V. Méric, Les bandits tragiques, op. cit., pág. 132.
96
B. Thomas, op. cit., pp. 122-23 y V. Serge, Memorias, op. cit. pp. 59 y 65.
97
Excelsior, 11 de enero, 1912.
98
“Les bandits”, l’anarchie no. 352, 4 de enero, 1912. Véase también “Expedientes”, no. 354, 18 enero, 1912.
99
Apuntes para sendas conferencias citados en Jean Maitron, “De Kibaltchiche à Victor Serge. Le Rétif
(1909-1919)”, Le mouvement social, no. 47, abril-junio de 1964, pp. 64-6. Ahora en:
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k6125457q?rk=42918;4
20
100
Le Petit Parisien, 31 de enero y 1º de febrero, 1912; L’Humanité, 1º de febrero, 1912. R. Maitrejean, op.
cit., pág. 89.
101
Le Rétif, “Anarchistes et malfaiteurs”, no. 356, 1º de febrero, 1912.
102
L’anarchie, no. 357, 8 febrero de 1912. Dossier Victor Serge, cit., informe del 31 enero, 1912.
103
Dossier Victor Serge, cit., informes del 8 de febrero y del 1º de abril, 1912. Los informes muestran que los
policías conocían los pseudónimos Le Rétif, Ralph y Yor que usaba Serge a la sazón.
104
Le Petit Parisien, 4 de febrero, 1912. Véase la entrevista con Rirette.
105
L’anarchie, no. 364, 28 de marzo, 1912.
106
Le Petit Parisien, 29 de febrero, 1912.
21
Espera angustiosa
El final espectacular de Bonnot, Dubois, Garnier y Valet contribuyó a que la
banda entrara en la leyenda lo cual, evidentemente, complicaba más aún la
situación jurídica de los encarcelados. La conmoción en torno al caso fue tal
que Émile Michon, el citado psicólogo criminalista, obtuvo el permiso de visitar
a los presos para hurgar en sus almas y arrojar un poco de luz sobre las
razones de su comportamiento, aparentemente, incomprensible. Lo curioso es
que, en lugar de acreditar la versión de que eran unos monstruos sanguinarios,
el ilustre científico acabó fascinado por su humanidad exuberante. “¿Tienen
estos hombres el culto de la amistad? Yo diría que sí. Cuando les pregunté:
¿cuál es el dolor moral que más les preocupa? Todos contestaron: la traición de
un amigo. A la cuestión: ¿quiénes son sus seres más queridos?, todos
asignaron un lugar preponderante a los amigos. Interrogado sobre cuál sería
una sensación agradable, uno de ellos manifestó: -la completa harmonía de
mis sentidos y facultades cuando vagabundeo con un amigo querido, un
hermano del alma”.113
Lo cierto es que esos muchachos no encajaban en el estereotipo del
criminal feroz que había creado la prensa. Practicaban gimnasia sueca, eran
buenos conversadores, rigurosamente abstemios y muy limpios, lo cual
111
Excelsior y Le Petit Parisien, 29 de abril, 1912; Le Petit Journal, 5 de mayo; Excelsior, 10 y 13 de mayo.
112
El documento se mantuvo oculto en los archivos de la policía de París hasta que fue descubierto por Jean
Maitron, Ravachol et les anarchistes, Gallimard, 1964, pp. 179-195.
113
É. Michon, op. cit., pp. 84 y 86.
23
114
Ibídem., pp. 121 y 23.
115
Ibídem, pp. 24-27.
116
Dossier Victor Serge, cit. 6 de junio, 1912.
117
Ralph,“Pronostiques Politiques” “En passant”, “Les Fédérés”, l’anarchie no. 360, 361 y 364, 29 de febrero,
7 y 28 marzo, 1912; Yor, “La grace”, “Faute des grives”, l’anarchie no. 362 y 364. Le Masque, “L’homme en
cage”, l’anarchie no. 370, 16 de mayo, 1912.
118
Le Masque, “L’impasse”, no. 364 bis, 4 de abril, 1912; Le Masque, “L’illegalisme”, no. 376, 26 de junio,
1912. Es el primero de una serie de 7 artículos publicados en l’anarchie hasta el no. 386, 5 de septiembre,
2012. La “moderación” de los textos de Le Masque provocaron la cólera de un tal Tony B. que publicó, en
respuesta, “Reflexions sur l’illegalisme” (no. 389, 26 de septiembre, 1912).
119
Robert Lanoff, “De la rue Ordener aux Aubrais”, l’anarchie no. 392, 17 de octubre, 1912 y Lanoff, Robert,
Dictionnaire des militants anarchistes, http://militants-anarchistes.info/?article3036
24
El proceso
¿Cuál sería la actitud de Victor y Rirette en el proceso? No querían renegar de
sus amigos, ni mucho menos hacerles daño, pero no estaban dispuestos a
pagar por crímenes que no habían cometido y que les indignaban, como la
masacre di Thiais. “¡Qué difícil evitar los malentendidos!”, escribió Victor a
Armand. “¡Y cómo se equivocan sobre nuestros sentimientos! Tenemos,
evidentemente, el deseo de volver a la vida, el deseo apasionado de ver el fin
de esta pesadilla imbécil y no merecida. Me parece, sin embargo, que todo en
nuestras actitudes anteriores debería aclararles que no haremos nada y no
permitiremos se haga algo contrario a nuestros sentimientos. ¿Necesito
explicarlo? Confieso que me resulta extremadamente desagradable. (…) El
tribunal no es, evidentemente, el lugar para hablar contra el ilegalismo. Obvio.
No queremos hacerlo. Pero si se me acusa de actos que me repugnan, tendré
que explicarme. (…) Y si digo que nunca fui partidario de un método de acción
desastroso, si lo digo más tarde como pienso hacerlo, o si me encuentro en la
120
Le Matin y Le Petit Parisien, 12 de septiembre, 2012; L’Humanité, 3 de febrero, 1913.
121
Mauricius, “Le crime”, l’anarchie, no. 405, 16 de enero, 1913.
122
Carta sin fecha deVictor Kibalchich a Rirette Maitrejean, incluida en É. Michon, op. cit., pág. 105.
25
123
Carta de V. Kibalchich a E. Armand, 22 de enero de 1913 en J. Maitron, Le mouvement social, op. cit. pp.
51-4.
124
Cuando no especificado, la reconstrucción que sigue se fundamenta en los reportajes de los periódicos
citados de febrero de 1913.
26
125
La contradicción está registrada también en el acta de acusación contra Anna Estorges, Prefectura de París.
Copia incluida en el Dossier Victor Serge, Centre d’Histoire Sociale du XXème siécle, 9, rue Malher, 75004
París. El documento tiene anotaciones de Victor y Rirette.
126
Citado en Richard Parry, op. cit., pág.158.
127
L’illustration, 8 de febrero de 1913.
27
128
R. Maitrejean, op. cit., pág. 82. Las percepciones de Victor y Rirette estaban equivocadas ya que no
salieron cuestionamientos sobre la honorabilidad de Lorulot.
129
Véase, al respecto, la versión de Lorulot en J. Maitron, “De Kibaltchiche à Victor Serge”, op. cit., pp. 67-
69.
130
Es el llamado “Proceso de los 66”, celebrado en Lyon en 1883 contra varios activistas anarquistas, entre
ellos Kropotkin.
28
Epílogo
El miércoles 26 el jurado se reunió para deliberar. Al cabo de un debate que se
prolongó hasta la mañana del día siguiente, condenó a la pena de muerte a
Callemin, Soudy, Monier y Dieudonné. De nada sirvió que, al último momento,
Raymond confesara ser él el agresor de Caby. Era demasiado tarde. Sin
pruebas fehacientes, Carouy y Metge fueron sentenciados a trabajos forzados a
perpetuidad. Esa misma noche, al regresar a su celda de la Conciergerie,
Carouy, el fanático de la libertad, burló la justicia suicidándose con la pastilla
de cianuro que escondía en la suela de sus zapatos. Metge purgaría su pena en
La Cayena, capital de la Guayana Francesa, hasta su muerte, a principios de la
década de los treinta, cuando se desempeñaba como cocinero del gobernador.
Jean de Boë fue sentenciado a diez años por asociación criminal y
encubrimiento. A finales de año fue enviado a la Isla del Diablo, la colonia penal
más dura de la Guayana Francesa, cuyo solo nombre evocaba el infierno.
Intentó fugarse y no lo logró, pero la segunda vez consiguió llegar a
Paramaribo, Guayana Holandesa. Trabajó para pagarse el boleto en barco y
llegó a Bruselas en 1922. Reanudó su profesión de tipógrafo y se consagró, en
adelante, a la militancia sindical, a la actividad antifascista y a la solidaridad
con la revolución española. En 1937 visitó Barcelona y, al finalizar la guerra
civil, adoptó dos niñas asturianas cuyos padres habían sido asesinados por los
franquistas. Vivió mucho tiempo, pero nunca quiso volver a hablar de sus
andanzas con los bandidos trágicos, a pesar de los repetidos intentos de
entrevistarlo al respecto.131
131
Malcolm Menzies, comunicación al autor. De Boë murió en Bruselas en 1974.
29
Las tres mujeres fueron absueltas, junto a Léon Rodriguez quien, sin
embargo, permaneció en la cárcel, acusado de otros crímenes. Vale la pena
gastar algunas palabras sobre este personaje, ignorado por los historiadores.
En 1920 se evadió de La Cayena, iniciando una vida novelesca de
contrabandista, comerciante, traductor y periodista en Venezuela, América
Central, Colombia, México, Suiza, Trinidad, Estados Unidos, Italia… A lo largo de
cuarenta años, nunca dejó de enviar textos a E. Armand, quien los publicaba en
L’en dehors y L’Unique, las revistas que animaba. A principios de los sesenta,
regresó a París, cuando expiró su pena, sin que nadie pudiera molestarlo. Murió
en 1969, no sin antes confiar sus recuerdos al escritor Malcolm Menzies, de
quien fue amigo. Sus memorias se guardan en los archivos del Institut Français
d’Histoire Sociale, en espera de que algún editor se anime a publicarlas. 132
¿Y Victor? Ese 26 de febrero se sentía optimista. Pensaba que su defensa
había sido brillante y se esperaba una condena de seis meses, máximo un año,
lo cual le hubiera permitido recobrar la libertad. Pero no fue así: Victor-
Napoleon Llovich Kibalchich fue condenado a cinco años de prisión firme y a
cinco años de interdicción de residencia por el asunto de los dos revólveres,
encontrados en la calle Fessart. El día siguiente mandó una carta a Rirette:
“amiga mía estoy feliz por vuestra libertad; yo seré el único que seguirá
sufriendo. Todo terminará. Regresaré. Mientras tanto intentad ser feliz.
Conservad el afecto de Chinette. Aprovechad del sol, de las flores, de los
buenos libros, de todo lo que juntos amamos…. Pero lo que os pido, amiga mía,
es de no volver nunca, nunca a ese medio”. 133
Rirette confió sus recuerdos al periódico Le Matin que los publicó en
primera plana entre el 19 y el 31 de agosto, suscitando la ira de Mauricius, su
ex compañero.134 Victor, por su parte, purgó la pena en la cárcel de Melun,
donde el 4 de agosto de 1915, se casó con Rirette para obtener los beneficios
de las visitas conyugales. La nutrida correspondencia entre los dos -unas 500
cartas, según Vlady135- permanece extraviada. Esa mujer diminuta que Serge
describe como una “militante agresiva y delgada, de perfil gótico”, se mantuvo
fiel a los ideales libertarios hasta que murió en 1968, justo en tiempo para
enterarse de la revuelta de mayo.
Dieudonné se salvó al último momento, gracias a las gestiones de Moro-
Giafferri. El domingo 20 de abril el flamante presidente Poincaré conmutó la
pena de muerte a que había sido condenado por trabajos forzados a
perpetuidad en la Isla del Diablo, lo cual mostraba la insensatez del sistema
judicial porque, si era inocente -y lo era-, tendría que haber salido libre. No era
hombre que se rindiera fácilmente y, al cabo de tres intentos frustrados, logró
fugarse en balsa el 6 de diciembre de 1926, junto a cuatro presos más. Tras
132
Malcolm Menzies, Mastatal, op. cit. pp. 272-281; Léon Rodriguez, Mémoires et confessions.
Réminiscences d’un évadé du bagne et survivant de la Bande à Bonnot, manuscrito inédito.
133
R. Maitrejean, op. cit., pp. 62-3. Curiosamente, Victor y Rirette se hablaban de usted, en contraste con un
medio en donde todo el mundo se tuteaba.
134
Mauricius, “L’oeuvre d’une goule”, l’anarchie no. 437, 28 de agosto, 1913. Los recuerdos en cuestión
fueron republicados en R. Maitrejean, op. cit.
135
Entrevista con Vlady, op. cit.
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136
Albert Londres, escribió un relato sobre la fuga de Dieudonné: L’homme que s’évada, Les éditions de
France, París, 1928.
137
Eugène Dieudonné, La vie des forçats, Paris, 1930 (reedición, Libertalia, París, 2007, con introducción de
Jean-Marc Rouillan.
138
E. Michon, op. cit., pág. 52.
139
R. De Marmande, “Leur mort”, Les Temps Nouveaux, año 18, no. 52, 26 de abril de 1913.
140
E. Malatesta, “Les Bandits Tragiques”, La Société Nouvelle, año 19, no. 2, agosto de 1913.
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esfuerzos antibélicos, cuando lo que más temían los imperialistas era que los
trabajadores del mundo llegaran a entenderse. Victor Kibalchich, alias Le Rétif,
Ralph, Yor, Le Masque y algunos pseudónimos más, cumplió su pena hasta el
último día. Salió de la cárcel el 31 de enero de 1917, para empezar una nueva
vida, también rebelde, aunque muy alejada de su individualismo juvenil.