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Tradición e Innovación
Tradición e Innovación
Antes que ser una artesanía o un producto comercial, estas piezas fabricadas en el
Magdalena son un elemento ancestral. Así es como algunas de sus tejedoras adaptan este
oficio milenario a las dinámicas mercantiles actuales.
Para varias comunidades indígenas del departamento del Magdalena, elaborar una mochila
es un ritual sagrado que se transmite de generación en generación, en el que se entretejen los
buenos pensamientos, aprendizajes y lineamientos cosmogónicos que rigen la vida de la
mujer indígena.
Cuando la pieza es elaborada por una mujer mayor, se crea una atmósfera especial en la que
se usa el tabaco para limpiar el lugar y el tiempo. Así se alejan las malas energías, se
concentran las positivas y se obtienen fuerza y sabiduría para tejer.
Junto a la función cultural y tradicional de las mochilas, está la económica, ya que en los
momentos del año en los que termina la cosecha de café, cacao, plátano, papa y otros cultivos,
la venta o trueque de las mismas contribuye al sustento familiar.
Hoy, la mochila es usada por jóvenes y adultos para expresar estas tradiciones y por ser
también una de las artesanías más representativas de Colombia. Para su comercialización, los
indígenas se agrupan en asociaciones, en las que escogen una líder que los representa ante
entidades como Artesanías de Colombia, que los apoya con capacitaciones y su participación
en ferias.
Recientemente, respaldó a comunidades de los arhuacos y de los ette ennaka. “El año pasado
tuvimos nuestra primera participación en Expoartesanías, después nos llamaron para ir a
Expoartesanos, en Medellín. Nos fue muy bien a pesar de la falta de experiencia. La mochila
arhuaca es un producto culturalmente nuestro, pero nos hacía falta capacitación para saber
comercializarla”, explica Judith María Torres, quien desde 2016 trabaja para que los arhuacos
asistan a este tipo de exposiciones.
Sin embargo, las comunidades se sienten amenazadas porque sus mochilas están siendo
imitadas. “Hay mujeres que tejen nuestros diseños y los venden como si los hubiéramos
hecho nosotras. Estas personas no tienen en cuenta el significado cultural, le están haciendo
cambios, le meten cuero; así se pierde la identidad. Por eso le hemos puesto un nombre a
nuestro producto: Marca Arhuaco”, revela Torres, quien también deja ver su preocupación
por la cantidad de gente que se infiltra en sus resguardos y compra estas piezas dando a
cambio un poco de comida y artículos innecesarios.
La innovación es la respuesta
Durante el segundo periodo del año se implementará esta metodología en las comunidades
artesanales portadoras del saber tradicional en la elaboración de mochilas. El laboratorio será
una estrategia de innovación social y llevará a las zonas a expertos en diseño que asesorarán
en comercialización, apertura de mercados y participación en ferias.