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ADICTOS A LOS ADICTOS,

Artículo dedicado a tod@s l@s : Bruce Willis, Sylvester Stallone, Sara García , Libertad Lamarque,
Marga López y demás salvadores y sufridores.

No es de extrañar, que cónyuges, hijos, padres, consejeros, sacerdotes, asistentes sociales


o amigos bien intencionados no puedan dominar en el adicto la práctica de la adicción, pese a sus
mayores esfuerzos. Nadie puede rendir la voluntad ajena; por ende, nadie puede provocar la
recuperación de otra persona. Sin duda, los que deseamos intentarlo necesitamos, a nuestra vez,
efectuar una rendición propia.

Por cada alcohólico, drogadicto, glotón, gastador o apostador compulsivo hay, cuanto
menos, otras cuatro personas cuya vida es completamente ingobernable debido a su respuesta a la
conducta del adicto y sus infinitos intentos de dominar la conducta de esa otra persona. Por lo tanto,
la adicción constituye uno de los medios más potentes y de mayor alcance si se trata de lograr una
transformación amplia, pues involucra a toda la familia; todos sus miembros necesitan recobrarse y
cada uno de ellos puede así resultar transformado. Para los familiares, la recuperación significa
reconocer la propia impotencia con respecto a los otros, incluido el adicto. El simple reconocimiento
de la propia impotencia constituye una transformación por sí sola.

Permítaseme un ejemplo. Cuando yo dictaba clases sobre el tema de la adicción a


relaciones, siempre había entre el público una madre que me preguntaba:

-¿Cómo puedo evitar que mi hija haga esto? Por años enteros ella me vio sufrir por ser adicta
a una relación, pero está comenzando a hacer muchas de las cosas que yo hacía. Ahora que
comprendo lo enferma que he estado, quiero salvarla de cometer los mismos errores.

Mi respuesta invariable era preguntarle, sencillamente:

-¿Quién habría podido salvarla a usted? Entonces, la madre preocupada y muchos otros de
los presentes comprendían que nadie hubiera podido impedirles hacer su voluntad, que cualquier
cambio positivo había sido logrado gracias a la experiencia y al sufrimiento del adicto. Quien hubiera
impedido sus sufrimientos los habría privado al mismo tiempo del despertar.

Con frecuencia, los asistentes a esas clases llegaban a reconocer que, en sus familias, había
distintos casos de diversas adicciones entretejidas que se prolongaban de generación en
generación.

Al entender sus propias adicciones recibían la clave para comprender generaciones enteras de
dinámica familiar, hasta entonces incomprensible. Además, estaban aprendiendo a honrar el proceso
transformativo que se desplegaba en los seres amados y a no entrometerse en él.

La adaptación evolutiva nos ha llevado a desarrollar sutilísimos mecanismos para detectar


el engaño y la falacia: las especies empeñadas en sobrevivir no consideran virtudes a la
“candidez o la inocencia”.

Lo sé primo, ¡¡¡se entiende fácil se vive difícil !!! los adultos toman decisiones de adultos,
los niños toman decisiones de niños.

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