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DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS minusvaloración que de ella se hace en


COTIDIANAS otros países. Le parecía, sin embargo,
DE VIOLENCIA que los colombianos veían "su"
violencia, pero no la del resto del
MYRIAM JIMENO* mundo.

Durante un congreso de historia en ¿Qué configuración interpretativa


Colombia, el historiador británico articula estos elementos contradictorios
Malcom Deas planteó que a comienzos en los que se traslucen al tiempo horror
del siglo los conflictos agrarios de una y fascinación, y por qué la violencia se
región colombiana "no eran particular- destaca en la demarcación identitaria?
mente violentos". Para su sorpresa, esta ¿Qué relación existe entre la reiteración
afirmación levantó entre los asistentes discursiva de la acción violenta y las
ardientes protestas y alguno le increpó experiencias de violencia? ¿Produce
sobre cuántos muertos necesitaba para usualmente el ejercicio de la vio lencia
considerarlos "violentos". En un fin de ese efecto paradójico de atracción y
semana en Medellín, arguyó él sin repulsión y cuáles son sus efectos sobre
éxito, hay más muertos que en esas la acción y las dinámicas sociales?
confrontaciones. Pero su principal sor-
presa no fue la discusión, sino el Este texto argumenta que el discur so
rechazo inmediato de la audiencia a su más extendido en la sociedad
punto de vista e inclusive le pareció que colombiana, al cual puede llamarse,
ésta "quería un pasado violento"54 . siguiendo a R. DaMatta 55 , discurso
erudito, imputa los actos de violencia a
En otro contexto social, durante 1997, un rasgo de la identidad nacional. En
uno de los colegios capitalinos para contraste, las personas de los sectores
escolares de clase alta seleccionó el urbanos de menores ingresos entienden
tema de la violencia para las repre- la violencia como originada en
sentaciones artísticas de su semana cul- confrontaciones personales. El uso de la
tural. Suponiendo que se trataba del violencia en el hogar es visto por ellos
mismo fenómeno que impresionó a como un medio para lograr la corrección
Deas, decidimos asistir a la principal de lo indeseable y para obtener el
representación y preguntar a la profe- respeto mediante el ejercicio del control
sora, una europea joven, la razón de esa del grupo doméstico. Así, la diversidad
elección. Arguyó que los colombia nos de experiencias de violencia es
rechazan y a la vez reiteran per- interpretada de mane ra diferencial por
manentemente la violencia que padecen. los distintos sectores sociales,
Una vez que ella sobrepasó el impacto interpretaciones que guardan relación
inicial de vivir escuchando con las construcciones cognitivas sobre
descripciones escabrosas sobre actos de la sociedad y con los modelos sobre las
violencia, encontró positivo apoyar esa relaciones con otros. Unas y otras
forma de insistir sobre la violencia en formas de clasificar las acciones
contraste con el ocultamiento o violentas tienen problemáticos efectos
compartidos sobre las relaciones de
convivencia y la vida democrática.
*
Sociología, Centro de Estudio Sociales
Universidad Nacional de Colombia
54
Malcom Deas y Fernando Gaitán, Dos
55
Ensayos Sobre la Violencia en Colombia, Roberto DaMatta, "Os discursos da violencia
Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, no Brasil", en Conta de mentiroso. Sete ensaios
Departamento Nacional de Planeación, Tercer de antropologia brasilera, Ed. Rocco, Río de
Mundo Editores, Bogotá, 1995,p.8. Janeiro, 1993, p.175-197.
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ETIQUETAS DE IDENTIDAD Y Los símbolos de identificación, de


VIOLENCIA exclusión y de inclusión, las etiquetas
simbólicas ligadas a la gente, siguen
En las sociedades contemporáneas, las siendo la sustancia cultural con la cual el
formas clasificatorias mediante las modelo del mundo se crea 58 . Pero, "la
cuales se construyen definiciones sobre identidad es una categoría dinámica, un
uno mismo y sobre los otros se han proceso de identificación más que un
hecho complejas. La fragmentación de estado" en el cual "la construcción de
la identidad y su pérdida de sustancia es modelos de identificación toma la forma
un tema recurrente en las discusiones de una acción simbólica", "con
intelectuales. Lash y Friedman56 capacidad para ordenar, estimular y
destacan que tanto los modernistas dirigir las acciones sociales"59 . Por otro
estructuralistas como los llamados post- lado, la relación entre la acción social y
estructuralistas tienen como piedra sus modelos simbólicos no es evidente
angular de su teoría la irrelevancia de la ni transparente, de manera que expe-
identidad y de la subjetividad del actor riencia y valoración de la experiencia se
social; para algunos, como M. Foucault, articulan de manera peculiar y
éstas son creadas por el discurso, enmarañada. En la misma acción vio-
mientras para otros, como Lyotard, el lenta, como en otros campos críticos de
sujeto carece de sustancia. la interacción social, como lo subrayó
Obeseyere60 , los actores socia les se
Pero esta nueva "ortodoxia" deja una mueven en un campo con alta carga
profunda insatisfacción sobre la simbólica de fantasías e interpretaciones
comprensión del sistema de referencia personales que la hacen compleja.
cultural intersubjetivo y sobre la La ambigüedad intrínseca de la materia
relación entre las narrativas y los simbólica con la cual se cons truyen las
procesos sociales. Tampoco ayuda a la interacciones sociales lleva a dar
comprensión de la forma como los preponderancia analítica a sus aspectos
grupos humanos seleccionan de manera contextuales, objetivables, y a su puesta
especial ciertos motivos emblemáticos y en escena en situaciones de interacción.
se apropian de ellos para convertirlos en Se suelen privilegiar los juicios
distintivos frente a otros, aún en cognitivos frente a otras formas de juicio
contextos de multiplicación y (estéticos y morales) y frente a la
fragmentación de las identidades percepción61 . Son menos aprehensibles
personales y colectivas. Por otro lado, los sistemas de aprendizaje y los tejidos
las prácticas discursivas institucionales culturales estructurantes que son
o las dominantes en la sociedad, se actualizados y toman una expresión
confrontan con otras narrativas, concreta en las situa ciones específicas 62 .
fantasías, cargas afectivas y
construcciones metafóricas para formar Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá,
un universo cultural que modela las documento de trabajo inédito, 1997.
58
prácticas sociales y recrea de nuevo los Zdzislaw Mach, Symbols, Conflict, and
diferentes discursos57 . Identity, State University of New York Press,
New York, 1993; ver discusiones en
compilación de Lash y Friedman, op. cit.
59
56 Mach, op. cit. p. 30-39.
Scott Lash y Jonathan Friedman, 60
Gananath Obeseyere, " "British Cannibals":
"Introduction", en Scott Lash y Jonathan Contemplation of an event in the Death and
Friedman (comp.), Modernity and Identity, Resurrection of James Cook Explorer", en Critica¡
Blackwell Publishers, Oxford-Cambridge, 1992. Inquiry, N.18, Summer, 1992, p. 630-654.
57 61
Begoña Aretxaga, Confessional Narratives and Lash y Friedman, op. cit.
62
the Genre of Sate Violence in Post-Franco Spain, Ver G. Bateson en relación con las categorías
Seminario Violencia en las sociedades modernas, lógicas y el aprendizaje en Gregory Bateson,
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Por otro lado, las discusiones sobre los tácitas o explícitas, especialmente
puntos de vista constructivistas acerca porque las clasificaciones interactúan
de la acción social han señalado ya las con los sujetos que clasifican y modelan
simplificaciones a que éstos pueden dar y cambian la forma en la cual los
lugar. I. Hacking ha seña lado la individuos se experimentan a sí
confusión entre la referencia a procesos mismos. Configuran y alteran su
sociales o a los sistemas de ideas de comportamiento y lo inducen a aceptar
referencia sobre ellos, lo que puede o bien a escapar de la clasificación.
resolverse con afirmaciones triviales Importan, entonces, las conductas, las
sobre la historicidad de los procesos experiencias que cobija la acción, tanto
sociales y la influencia de las como la conciencia y la autoconciencia
disposiciones culturales63 . La fuerza de de las mismas65 .
los enfoques constructivistas cuya
piedra angular es la demolición de la Ahora bien, aquí interesa examinar la
universalidad y de la base natural de los relación entre las clasificaciones
fenómenos sociales, ha traído también identitarias, las experiencias de vio-
una frecuente sobre-simplificación de la lencia y el aprendizaje de guías psico-
relación entre la. acción social, los cognitivas para la interacción social.
procesos reflexivos y la interpretación También interesa cómo estas guías
de la acción misma. Es por ello compiten y difieren en distintos grupos
importante que frente a la violencia, sociales dentro del ámbito nacional, sin
como una forma particular de relación, entrar a debatir si apuntan a mayor
se vaya más allá de la mera afirmación cosmopolitismo o por el contrario, a la
de su construcción cultural e histórica. diferenciación, la fragmentación y el
localismo. Así mismo, cómo algunas
La violencia puede entenderse como guías se integran en categorías y
una interacció n entre personas y grupos modelos amplios de comprensión y
en la cual ocurre una transacción clasificación de la vida social, mientras
específica entre el individuo y su otras hacen parte de imágenes
ambiente; no es una característica diferenciadas y opuestas. Para la
intrínseca de las personas ni del grupo discusión contrastaré nociones y
social. Este enfoque permite enfatizar narraciones sobre violencia que afloran
en el análisis, no simplemente las en los medios de comunicación y en las
conductas violentas o los aconteceres de discusiones académicas colombianas,
violencia, sino lo que sucede entre las frente a las elaboradas por personas de
personas en las interacciones violentas y menores ingresos de la ciudad de
cómo se integra en un modelo Bogotá y los puntos de encuentro entre
cognoscitivo y emocional64 . Este ellas.
enfoque permite también aproximarse a
las formas de clasificación social, EL PRIMER PLANO:
LA REITERACIÓN DEL HORROR
Pasos Hacia una Ecología de la Mente: Una
Aproximación Revolucionaria a la
Examinar la prensa nacional, los
Autocomprensión del Hombre. Planeta, Buenos mensajes televisivos y radiales en re-
Aires, [1964] 1991. lación con la transmisión de hechos de
63
lan Hacking, "Taking Bad Argumenta violencia, resulta un ejercicio bastante
Seriously", en London Review of Books, vol. tedioso. Es tedioso por lo simple y
19, N.16, August, 1997, p.14-16.
64
Como en el texto anterior, esta afirmación se
repetitivo del mensaje. En efecto, la
inspira en el aspecto comunicativo y relacional
de las conductas humanas que pone de
65
manifiesto G. Bateson, op. cit. Hacking, op. cit., p.15
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reiteración es cotidiana: somos unidad de las violencias, la malevo-


"insensibles"; nos "acostumbramos" a lencia colombiana y una línea inter-
la violencia; es "nuestra forma natural minable de violencias históricas. Casi
de convivencia"; tenemos "una cultura no pasa un día sin que algún columnista
de la violencia"; no "hacemos nada" destacado demuestre, dando ágiles
para enfrentar la violencia; "la muerte saltos de siglos, que la historia
se rutiniza"; "Un siglo de odio". colombiana es una repetición inter-
minable de violencias. Ese ejercicio de
"Los colombianos [somos] lúcidos, entresacado histórico desdeña y ataca
ingeniosos, brillantes, pero más bien como una traición todo intento de
duros de corazón, (...) no parecen mayor contextualización histórica y
conmovernos las masacres en nuestro sociológica. El horror no se oculta
propio suelo; (...) esa guerra sórdida de como una vergüenza nacional, narrada
secuestros y minas traicioneras que en voz baja y en pequeño círculo, sino,
arrecia allá lejos en aldeas y campos es que alimenta la idea de una identidad
el reflejo monstruoso de otra guerra que nacional perversa. Por ello se lo exhibe,
vive en nuestros corazones (...); el peor se lo demuestra y saborea a diario. Las
enemigo de un colombiano es otro imágenes de las masacres, los ataques y
colombiano". las crueldades replicadas por la
televisión, sobrepasan la efectividad de
En conclusión, "somos el pueblo más las palabras. El primer plano del
violento del mundo"66 . discurso es, pues, la reiteración del
horror.
La reiteración se confirma con es-
tadísticas diversas 67 o con los detalles Muy entusiastas, y en buena parte
escabrosos de los acontecimientos generadores de esa reiteración del
diarios que, en efecto, son muy nu- horror y de atribuir la violencia a un
merosos. Pero lo más llamativo es que rasgo de la identidad colectiva, los
detalles terribles de algún aconte- intelectuales68 se encargan de precisar
cimiento de violencia familiar se ligan fechas, enumerar las guerras civiles y
de manera inmediata con las otras recontar los muertos. Algunos añaden la
formas de violencia, guerrillera, para- masacre de los pueblos prehispánicos,
militar o delincuencial, para resaltar la otros a los campesinos expropia dos,
unos más insisten en el sinfín de
66
Citas de diversos artículos publicados en los atropellos y exclusiones contra las
diarios El Tiempo, El Espectador y las revistas
Cambio 16, Semana y en opúsculos de
68
invitación a seminarios académicos sobre el Centro de Investigación y Documentación
tema de la violencia. Adicionalmente, este Socioeconómica -CIDSE-, Universidad del
aparte se basa en anotaciones recientes sobre Valle, Cali, Agosto-Diciembre, 1992, p. 45-76.
noticieros y entrevistas de radio y televisión. Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos
67
El apoyo fáctico de la exaltación intelectual Miguel Ortiz, Tendencias del Desarrollo
de la violencia está en la magnitud de la misma Municipal y Violencia en Colombia 1985-1993,
en Colombia. En 1996 las cifras oficiales Universidad Nacional de Colombia, CES,
registraron 26.642 homicidios, para una tasa Bogotá, 1995, inédito; para enfoques poco
global de 67 homicidios por cada 100.000 usuales sobre cultura y violencia ver Jaime
habitantes, sobre una población total de 39,5 Arocha, La Violencia en el Quindío, Tercer
millones de habitantes. Los homicidios en Mundo Editores, Bogotá, 1979; y María Cristina
Bogotá, en ese mismo año, llegaron a 3.500, Rojas de Ferro, "Civilización y violencia. La
excluyendo los accidentes de tránsito, con una lucha por la representación en el siglo XIX en
tasa de 61\100.000 habitantes y una población Colombia", Ponencia en el Seminario del
de 5,7 millones de habitantes. (Instituto Programa Internacional Interdisciplinario de
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Estudios Culturales de América Latina, Bogotá,
Forenses y Policía Nacional, 1997). julio 1997.
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capas más pobres de la población, y convierte en una emanación oscura,


todos terminan en el continuo hilo fatal enfermiza y omnipresente.
de nuestra historia. Es decir, el horror
lleva de su mano la fascinación69 . De manera simultánea, se resaltan los
Fascinación por un ser monstruoso, determinantes estructurales del
encarnado, personificado, agente activo conflicto, mientras, como lo ha se-
de la vida social, sello distintivo de la ñalado J. Arocha 72 , se desestiman los
colombianidad. procesos agenciales, los aspectos de
comunicación humana y la diversidad
No pretendo desestimar la importancia de prácticas culturales que abren las
fáctica de los fenómenos con- posibilidades de resolución no violenta
temporáneos de violencia en Colombia, del conflicto. Arocha ha insistido en
su diversidad y el inquietante colapso que por "las decenas de homicidios
de las formas sociales de contención de diarios no [es] fácil que los medios de
los grupos violentos. Pero sí resulta comunicación académica y de
llamativa la exhibición pública, la comunicación de masas permitan que
fascinación relativamente impúdica y, se forme una opinión pública sobre
sobre todo, los efectos que tiene esa sucesos alternativos"; por ello, "la
exhibición sobre el pensamiento y la prensa y los órganos académicos
acción social. Sus efectos obedecen tienden a referirse tan sólo a las
justamente al mencionado vínculo dimensiones políticas y negociables 73 .
interactivo entre los modelos
clasificatorios (la acción social como De manera paradójica, para los
ideas socialmente construidas) y la intelectuales radicales, quienes han
acción social misma 70 . Ambos se reiterado el origen histórico de la vio-
moldean y se transforman lencia en las variadas formas de
recíprocamente y ese vínculo es el que injusticia social, el modelo para la
permite una intencionalidad acción que se desprende de la fasci-
transformadora71 . El efecto más llama- nación y la reiteración del horror es
tivo de la fascinación por el horror es derrotista e inmovilizante. Habría que
comprender la violencia como un ente cambiarlo todo para controlar la vio-
sin sujeto social, intrínseco a la lencia. Inclusive los actores violentos,
condición de la colombianidad. Los los delincuentes o aquellos con moti-
sujetos sociales y sus acciones quedan vaciones políticas o de lucro personal,
así enmascarados en la malignidad no son responsables de sus actos. Son
nacional. La violencia pierde sustancia apenas producto de un orden injusto o
y enraizamiento en condiciones de profundas "pulsiones". La violencia
sociales y culturales específicas, se es pues nuestro castigo merecido como
nación y un rasgo intrínseco de nuestra
69
Al respecto de fascinación sobre muerte, sexo conformación desequilibrada 74 . La
y violencia en la cultura japonesa ver Moeran,
B. en David Riches (coord.) El Fenómeno de la
72
Violencia, Ediciones Pirámide, Madrid, 1988. Jaime Arocha, "Observatorio de convivencia
Sobre la fascinación por la violencia y la corrida étnica en Colombia". Programa de investigación
de toros en España, Marvin, G., en esa misma para el Departamento de Antropología de la
compila ción. "En muchas sociedades", dice Universidad Nacional de Colombia, Bogotá,
Marvin, "la violencia y los acontecimientos documento de trabajo inédito, 1991.
73
violentos resultan fascinantes; atraen y En Colombia existen Consejerías
repugnan, y tienden a producir fuertes Presidenciales para los Derechos Humanos y la
respuestas emocionales en aquellos que los Paz.
74
presencian", Marvin en Riches, op. cit, p. 167. Estas afirmaciones se encuentran en cualquier
70
Hacking, op. cit. examen de la mayoría de la literatura académica
71
Ibid. sobre el tema, como lo ha demostrado C. M.
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vecindad entre esta visión radical- trabajo de Maria Isaura Pereira de


pesimista de la sociedad y las visiones Queiroz76 sobre los bandidos nordestinos
conservadoras, igualmente de mitad de siglo en Brasil 77 . Fernando
pesimistas 75 , es muy grande, y ambas Cubides en la reseña sobre las memorias
tienen como efecto inhibir la búsqueda de Dariel Alarcón Ramírez, guerrillero
de respuestas colectivas frente los de la revolución cubana y sobreviviente
actores violentos y subestimar la par- de la incursión del Che Guevara en
ticipación ciudadana. Bolivia, entre otras actividades insur-
gentes, resalta la "fluida transición, la
Una alternativa para comprender la básica continuidad (...) entre el caza dor
importancia social de la pareja horror y furtivo, el contrabandista y el
fascinación es considerarla como una guerrillero", que ya había llamado la
manera de adaptación social a atención de la literatura de Pérez Galdós
condiciones cotidianas de alta y de Miguel de Unamuno 78 . La
incidencia de formas de violencia en la ambigüedad de ese límite no es, sin
sociedad. Así, la reiteración delimita, embargo, patrimonio exclusivo de las
subraya y hace excepcional el acto viejas sociedades rurales. Se encuentra,
violento, pero al mismo tiempo lo por ejemplo, en el manejo por la prensa
naturaliza y lo domestica. Si bien en española de ciertos hechos recientes de
apariencia se da allí un movimiento violencia en ese país 79 .
contradictorio, no sólo existe una sutil
separación entre estos aspectos, sino un Finalmente, la domesticación del acto
vínculo interactivo. Pueden consi- violento también comunica miedo y
derarse ambos como recursos psico- desconfianza frente a las interacciones
lógicos que apuntan a sobrepasar el sociales, lo que es muy notorio en
efecto traumático de la violencia y Colombia. El miedo y la desconfianza
permiten su asimilación como expe- sobrepasan el posible efecto adaptativo
riencia. En ese sentido, comunican la del horror y la fascinació n, pues
idea de continuar la vida diaria, de deterioran la calidad de la convivencia y
proseguir y reconstruir el sentido de la confianza básica de las personas en su
continuidad social. entorno. Pero, ¿piensan de igual manera
los sectores de menores ingresos sobre la
Otro aspecto de la sutil separación entre violencia como experiencia y sobre su
domesticación y excepcionalidad de la relación con la identidad nacional?
violencia es la oscilación de ciertos
personajes entre héroes y bandidos, EL SEGUNDO PLANO: LA
muy frecuente entre las capas populares INTERPRETACIÓN DE LAS
en Latinoamérica. Lo muestra bien el EXPERIENCIAS PERSONALES

Ortiz, op. cit., 1992; igualmente en la revisión


del tratamiento periodístico del tema de la
76
violencia y el de los columnistas más Maria Isaura Pereira de Queiroz, Os
destacados de los principales medios de cangaceiros. La epopeya bandolera del nordeste
comunicación del país, entre los cuales se de Brasil, Áncora Editores, Bogotá, 1992.
77
cuentan políticos, intelectuales y periodistas La imagen popular de ciertos narcotraficantes
profesionales. en Colombia es un ejemplo similar de tratamien-
75
Keith Nelson y Spencer Olin en Why War? to héroe \ bandido. (28) La indagación tomó
Ideology, Theory, and History, Los Ángeles como población a las personas mayores de 14
University of California Press, Berkeley, 1979, años.
78
realizaron un análisis pormenorizado sobre la Fernando Cubides, "Sobreviviente' a propósito
relación entre ideologías y teorías, liberales, de Memorias de un soldado cubano. 'Benigno",
conservadoras y radicales, respecto a la Dariel Alarcón Ramírez, Bogotá, en prensa, p. 2.
79
violencia. Aretxaga, op. cit.
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Para este segundo plano acudiré a la evitación de las relaciones estrechas con
investigación realizada entre 1993 y los vecinos, lo que al parecer es una
1995 por un grupo interdisciplinario característica bastante extendida en el
sobre experiencias de violencia entre país según diversos estudios.
sectores urbanos de menores ingresos 80
de la ciudad de Bogotá. Poco menos de la mitad de las personas
narró maltratos en su hogar durante la
El trabajo se dirigió a las memorias niñez, un 13% del total con castigos
sobre experiencias de violencia de las brutales. De estos últimos, la mayoría
personas, partiendo de que existen correspondió a quienes tenían más de 50
diferencias entre los sucesos acaecidos, años. Los niños (de ambos sexos) son
la interpretación de los mismos y su sin duda los blancos predilectos de la
transformación posterior en narrativas violencia cotidiana hogareña. ¿A qué
personales. A partir de éstas se trató de elementos recurren las personas para
llegar a los marcos culturales y explicar sus experiencias de violencia?
psicológicos que organizan las En primer lugar, las experiencias son
experiencias y los referentes interpre- identificadas de manera clara por
tativos mediante los cuales las hacen quienes las han sufrido. De ninguna
comprensibles y las convierten en guías manera las interacciones violentas son
para la acción. En este texto enfocaré "normales" o inapreciables para ellos.
primero los resultados sobre las Los mayo res de 50 años insistieron en la
experiencias de violencia y luego su noción de violencia como correspon-
relación con las atribuciones de diente a la agresión grave, física o
identidad. psicológica, mientras el componente
llamado "psicológico" se enfatizó en los
Desde el punto de vista técnico, el más jóvenes. Las personas diferenciaron
estudio aunó medios estadísticos para la entre las nocio nes de violencia y
selección y tratamiento de la infor- maltrato basados en una línea sutil sobre
mación con miras a obtener un referente la valoración de la intensidad de los
estadístico controlado, con la hechos. El "maltrato" suele aplicarse
interpretación de las narrativas perso- más a las experiencias en el hogar,
nales. La mayoría de los entrevistados mientras el término violencia, a lo que
(264 en total) fueron mujeres, princi- ocurre en la calle o en la sociedad
palmente inmigrantes a Bogotá con más colombiana.
de cinco años de residencia en ella y un
tercio estuvo entre treinta y cincuenta Las experiencias de violencia en el seno
años 81 . La educación primaria y la de la familia son explicadas a la luz de
media inconclusa fueron las más un conjunto de representaciones para las
frecuentes. En cuanto al estado civil, cuales es central el propósito del
predominó el casado. Una elevada maltratador de prevenir
movilidad residencial y la manifiesta comportamientos indeseables, la no ción
debilidad de vínculos y actividades de popular de "corregir". La "corrección"
vecindario, barrio o paisanaje, están sería el propósito último del progenitor.
unidas a una deliberada y expresa Esta noción mitiga y protege al
maltratado del dolor emocio nal y
80
permite la exculpación de la agresión de
Publicada en el libro de M. Jimeno, 1. Roldán manera bastante efectiva. Pero si bien la
y otros, con el título, Las Sombras arbitrarias.
Violencia y autoridad en Colombia, Editorial
intención correctiva explica en últimas
Universidad Nacional, Bogotá, 1996. el uso de la violencia contra los hijos y
81
La indagación tomó como población a las la cónyuge, no llega a ocultar su huella
personas mayores de 14 años.
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como experiencia dolorosa. Tampoco capacidad del progenitor de ser acatado,


excluye el uso preventivo de la sin discusión, por los miembros de la
corrección, antes de que ocurra un familia que se suponen bajo su
comportamiento sancionable. Por ello, responsabilidad. Es respetado quien
al indagar por la causa circunstancial mantiene la dirección de la familia y no
del maltrato, muchas personas permite que ésta "se salga de control".
respondieron, confusas, que no Desde el punto de vista del recuento de
reconocían motivación conductual clara las experiencias, es evidente la
y el maltrato ocurría "sin motivo" importancia cuantitativa de los casos en
alguno. los cuales es justamente lo que tiene
que ver con el control de los miembros
El propósito correctivo tampoco de la familia lo que desencadena el
protege de los "excesos", ni los hace maltrato. Alrededor del uso del tiempo,
moralmente legítimos. Más bien obli- del cumplimiento estricto de órdenes, a
ga, tanto al maltratado como al mal- menudo excesivas o absurdas, del
tratador, a buscar razones del "exceso". control de las amistades, del sexo, se
Un conjunto de personas lo atribuye a agrupan las interacciones violentas. El
condiciones personales del agresor: la respeto inhibe las respuestas del
pobreza o el desempleo. Pero atributos agredido y le traza sus límites. No es
personales y de condición se sólo en razón de las condiciones de
encuentran estructurados por la bús- dependencia afectiva o económica por
queda paterna de un fin último co- lo que las personas soportaron un
rrector. Esto explica la razón por la maltrato reiterado. Estas condiciones
cual un grupo importante calificó como adquieren significación y valor
afectuosa la relación con el progenitor operativo por medio del "respeto" de
maltratante pese al maltrato sufrido los hijos a los padres y de la mujer al
(44%), a menudo ilustrado con cónyuge varón. Este código cultural
narraciones emotivas sobre el dolor pone en marcha significaciones emo-
que ocasionaron las acciones violentas. cionales esencialmente ambivalentes,
En ese sentido, el uso de la violencia amor, rabia y miedo simultáneamente,
en el hogar, si bien aparece ligada a como guías de los futuros com-
particularidades personales o de portamientos. El respeto guía no sólo la
condición, sobrepasa lo intrínseco a conducta sumisa frente a las violencias
ellas para convertirse en una aplicación parentales o conyugales, sino que forja
con fines instrumentales. La ausencia la idea de la autoridad como
de la mediación del fin correctivo impredecible, al borde del exceso hasta
paterno parece explicar que el pequeño llegar a la crueldad. Por respeto y en
número de personas que atribuyó el aras de la corrección, la autoridad
maltrato a "maldad" u "odio" del padre despótica en la casa se acepta como un
o la madre no puede "perdonar" la falta mal inevitable, por amor y sobre todo,
y calificaron como "hostil" la relación por miedo.
con el maltratador (11%).
El estudio encontró una asociación
La finalidad última de la corrección a estadística entre el hecho de haber sido
los ojos de este sector social es cumplir maltratado en el hogar de origen y
adecuadamente el rol social esperado: calificarse a sí, mismo como nervioso y
corregir lo indeseable y alcanzar el triste. Se observó también una
respeto como autoridad en la familia. asociación significativa entre la des-
El "respeto" es así pareja de la cripción sobre el estado de ánimo,
corrección. El respeto se sustenta en la admitir la necesidad de recurrir al
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maltrato en el hogar actual y el haber conflictos, pues "hay que evitar meterse
sido maltratado en el hogar de origen. en problemas". Las personas afirmaron
En forma similar, la dificultad para que no sienten respaldo o protección en
controlarse cuando se está enojado, fue las autoridades frente a las conse-
altamente dependiente de la frecuencia cuencias violentas de un conflicto
con la cual se maltrata en el hogar interpersonal. Inclusive ejemplificaron
actual y de haber sufrido maltrato en la cómo la autoridad (juez, policía) puede
infancia. asociarse con la contraparte (aún con
delincuentes), por un pago o por
Pero las implicaciones emocionales del influencias personales.
maltrato no se detienen en la vida
privada, sino que impregnan la En últimas, este sistema interpretativo
comprensión de la relación con otros y otorga a la violencia que les parece
de la vida en común. La idea de significativa un origen en con-
corrección permite comprender el frontaciones interpersonales. En con-
ejercicio de la violencia en aras de un traste, la violencia instrumental,
fin último educativo, mientras la idea impersonal, si bien los azota, pues casi
de respeto remite a la autoridad como el 70% de las personas habían sido
algo indiscutible, que se vive con robados en más; de una ocasión y un
fatalismo y puede ser ejercida de 45% fueron atracados, no les parece tan
manera arbitraria. De esta manera, se importante, no les causa tan profunda
aprende que la autoridad se ejerce en impresión. Les había causado mayor
una relación opaca, no evidente, entre impresión ver en la televisión actos de
castigo y transgresiones. violencia como las bombas colocadas
por el narcotráfico en sitios públicos,
El respeto pone en marcha también los las heridas por las minas quiebrapata a
mecanismos de la huída, la evasión y el niños, los ataques guerrilleros o los de
recelo 82 . De allí que, pese al deseo paramilitares, todos ellos con víctimas
expreso de las personas del estudio por con rostro, personalizables. La
manifestar solidaridad ante hechos de violencia emocional, la que tiene su
violencia contra terceros, ellos mismos origen en confrontaciones entre
trataron de ignorarlos o de aguardar personas, les conmueve profundamente.
pasivamente; con la esperanza de no La violencia que ocurre en Colombia no
ser atacados. No es de extrañar que casi les es indiferente ni están "habituados"
el 70% manifestó eludir las relaciones a ella 83 . Más bien piensan que detrás de
con los vecinos, pues suponen que el los actos importantes de violencia, por
origen de los conflictos violentos es ejemplo, los magnicidios, se esconde un
personal, proviene de los rasgos conflicto personal: "por algo sería...”
personales de atacante y atacado, y del
tipo de relación personal que se tenga Atacar "inocentes" es por ello tan
con otros, de manera que una estrategia escandaloso para las personas, pues la
de prevención es evitar al máximo el acción violenta se descubre de su
contacto con otros. El "encierro" sobre enmascaramiento benéfico-correctivo o
el grupo doméstico es un mecanismo
de protección frente a potenciales
83
El 17% de las personas destacó como los
hechos de violencia de mayor impresión,
82
El 63% de las personas se calificó a sí misma algunos vistos por la televisión entre los cuales
como desconfiada; de manera simultánea, el sobresalieron el ataque en 1985 al Palacio de
90% se consideró valioso. La mayoría confía en Justicia y los magnicidios, las masacres y las
el barrio donde vive, si bien elude el contacto bombas en sitios públicos ocurridos
con los principalmente entre 1988 y 1992.
DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

de otra clase de motivos personales. resultados. El 85% dijo no confiar en la


Además, los actos de violencia contra justicia ni en la policía. Así, parece
"inocentes" remiten a una condición crítico para la percepción de la vio-
perturbadora de la violencia, su rela tiva lencia en la sociedad el que las auto-
impredecibilidad, su carácter de ridades, lejos de contener a los vio-
desgracia, para retomar las palabras de lentos, son incapaces, los toleran o
DaMatta 84 . La violencia puede incluso se sirven de ellos para sacar
entonces romper sus anclajes perso- provecho. Existe, pues, una profunda
nales y tomar rumbos imprevistos que desconfianza en la capacidad institu-
son una amenaza para cualquiera. En cional para resolver conflictos y sujetar
forma similar a lo que señala DaMatta a los actores violentos.
para el Brasil, también en este nivel de
percepción las personas resaltaron el La desconfianza se resuelve haciendo
plano personal: la desgracia "puede del miedo y la evitación un recurso que a
acontecerme". Esto contrasta con el su vez tiene efectos sobre la
discurso de los medios y el erudito, que participación ciudadana. Profundiza la
siempre acentúan lo universal, lo prevención frente a los mecanismos
impersona l y lo abstracto 85 . impersonales de media ción y la
desconfianza sobre las garantías que la
VIOLENCIA E IDENTIDAD sociedad ofrece para la seguridad de las
personas. La imagen misma de la
Entre las personas del sector social de sociedad se ve impregnada de miedo e
menores ingresos la incidencia eleva da impredecibilidad. El ambiente social no
de hechos de violencia contra las es fiable 86 . Podría catalogarse esa
personas no se asocia a una "manera de alimentación recíproca entre
ser" del colombiano, a su identidad experiencias persona les y percepción de
colectiva. Se vincula, por un lado, con la sociedad como una relación del tipo
ese potencial impredecible de la vio- que G. Bateson llamó sistemas
lencia y por otro, con la precariedad y esquismogénicos, en los cuales se
ausencia de mediaciones en la con- producen secuencias acumulativas de
frontación entre individuos como re- interacción, "círculos regenerativos o
fiere DaMatta para Brasil. Por supues- viciosos", alimentados por la cultura y el
to, el uno aumenta el potencial activo sistema de relacio nes entre las
de la otra. Esto ayuda a comprender el personas 87 La eficacia de la interacción
número sorprendente de personas acumulativa, así como la de las
(cerca de la mitad) que manifestaron su relaciones que por el contrario, la
confianza en Colombia, mencionaron desactivan y actúan como elementos de
su cualidades y ventajas, y no la catarsis, reside en que descansan en
consideraron especialmente peligrosa. patrones aprendidos tempranamente.
No obstante, las personas sienten Esas interacciones como aprendizajes,
miedo de ser alcanzadas por la vio- tienden a conformar patrones estables
lencia y se perciben inermes frente a de orientación conductual y perceptiva,
ella. Pese a la frecuencia de hechos de núcleos de significación para interpretar
violencia delincuencial, sólo el 23% el mundo. Tales patrones integran las
acudió a alguna autoridad en estos experiencias propias de violencia
casos. El 28% había demandado judi- familiar con las que ocurren en la
cialmente a alguien, de quienes la
mitad quedó insatisfecha con los 86
Ver al respecto Anthony Giddens,
Consecuencias de la Modernidad. Alianza
84
DaMatta, op. cit. Universidad, Madrid 1994.
85 87
Ibid, p. 182 Bateson, op. cit, p. 134-153.
DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

sociedad en general y con los núcleos el contrario, intenta eludir el ser blanco
interpretativos. De esta manera, el de la violencia. En ambas opciones, las
conjunto rabia \amor\miedo presente en personas son muy susceptibles y se
las ideas de corrección y respeto sienten amena zadas por pequeñas
orienta la comprensión de las lesiones o pérdidas de autoimagen en
relaciones sociales más amplias y no se las interacciones sociales,
restringe al ámbito familiar. Semejante especialmente en las situaciones que
generalización ocurre principalmente afectan el control social88 . Las personas
reforzada por la experimentación de un se sienten vulnerables al
ambiente de riesgo dada la precariedad desconocimiento de la sociedad y de su
de la acción institucional y de los propio grupo doméstico. Frente al
mecanismos impersonales de control desconocimiento, la pasividad y el
social. La noción más incluyente que empleo de la violencia son alternativas
se forja en esa clase de experiencias es no excluyentes de autoafirmación y de
la de la autoridad como arbitraria `y es solución de conflictos.
ese el aprendiza je central en las
interacciones violentas, sean éstas Sin embargo, a diferencia del discurso
experiencias personales o aquellas erudito, la violencia no hace parte de
sobre las que se tiene conocimiento. las etiquetas con las cuales demarcan la
identidad colectiva los sectores
La importancia y extensión de la populares urbanos. Pertenece a la esfera
noción de la autoridad como arbitraria oscura y relativamente impredecible de
cubre vastos sectores populares. Las qué esperar de los otros y cómo
personas no encuentran reglas sociales encararlos.
claras y quienes abocan hechos de
violencia no saben si van a encontrar COMENTARIOS FINALES:
protección, desconocimiento, o la VIOLENCIA E IMÁGENES
propia autoridad (gobierno, policía, CONTRASTADAS DE IDENTIDAD
jueces) se volverá en contra de ellos. NACIONAL
Las acciones de la autoridad dependen
de las circunstancias y de la calidad de Distintos hechos de violencia atraviesan
los actores involucrados. También la la sociedad colombiana en los últimos
autoridad, como la vio lencia, depende años en Colombia 89 y como tal es
para su ejercicio de cualidades y
posiciones personales. Quienes tienen
88
una posición social más alta pueden Ver John J. Gibbs, "Situational Correlates of
manipular a su favor la autoridad, que Agression", en Anne Campbell y John Gibbs
(eds.), Violent Transactions: The Limits of
es circunstancial, maleable, Personality. Basil Blackwell Ltda., Oxford,
personificable. Si por el contrario, se 1986.
89
ocupa una posición baja en la jerarquía Los estudios muestran que lejos de una curva
socioeconómica, se es fértil para uniforme de homicidios a lo largo del siglo, el
acciones y reacciones vio lentas y país presenta un ascenso abrupto a partir de los
primeros años de la década del ochenta. Igual
también para que el miedo y la ascenso se verifica si se miran delitos como
pasividad se vuelvan mecanismos secuestro, terrorismo, hurto de automotores,
esenciales en la adaptación al entorno. atraco a bancos y la violencia guerrillera. Ver
La anticipación violenta puede ser un Mauricio Rubio, Homicidios, justicia, mafias y
recurso en ambientes de riesgo, una capital social Otro ensayo sobre la violencia
colombiana. Documento CEDE 96-06,
opción en la solución de los conflictos Universidad de los Andes, Bogotá, 1996; Gaitán,
sociales y un medio para reafirmarse en Deas y Gaitán, op. cit.; Cubides, Ortiz y
como persona social. La pasividad, por Olaya, op.cit; Departamento Nacional de
Planeación, Justicia para la gente: plan de
DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

continuamente interpretada, expresada historia se reduce a episodios de vio-


y diseccionada. Su interpretación, no lencia debidos a patologías de la
obstante, no es uniforme en la mentalidad colectiva y de la formación
sociedad colombiana. Mientras de la identidad nacional. También
algunos sectores de las capas más puede reducirse a pulsiones o instintos.
letradas la elevan a rasgo de identidad
nacional, otros, como los sectores Se le otorga predominio a una in-
populares urbanos, la consideran terpretación política de la violencia que
principalmente como el producto de acude "siempre a los brazos del Estado",
confrontaciones de orden personal con entendido como una "realidad
agentes violentos. Estos agentes deben indiscutible y hasta cierto punto
ser enfrentados por cada persona con independiente de los procesos sociales y
sus propios recursos de contención del políticos básicos" y como responsable
conflicto, con débil o arbitrario papel "por nuestra felicidad y miseria"90 . Este
institucional. Más aún, el derrotero énfasis olvida las relaciones entre las
impredecible de la violencia se formas de violencia y las formas
aumenta de manera dramática por la particulares de ejercicio del poder; entre
ausencia de mediaciones el dominio público y el privado;
institucionales. confunde poder con poderío en el
sentido de H. Arendt91 y silencia el
En un primer plano, las imágenes que vínculo entre aprendizajes culturales
más circulan y se imponen en la específicos y recursos violentos. La
sociedad colombiana asignan la vio- cultura, entonces, no es construcción
lencia al campo de los atributos del sino esencia.
"ser" colombiano, actual o histórico.
Estas imágenes tienen efectos sobre el Para el sector popular, en cambio, el
comportamiento personal y en espe- "ser" colombiano no es más violento
cial sobre la desconfianza en la parti- que otros; pese a que hay personas y
cipación social, terreno en el cual se grupos muy violentos, no es carac-
encuentran, pese a llegar por otro terística común. Aún quienes piensan
caminos, con los sectores populares. que Colombia es peligrosa por la vio-
Las imágenes del primer plano apun- lencia, no creen que esto sea especial-
tan a diluir la especificidad de las for- mente colombiano y creen que la
mas de acción violenta, que se pierde violencia es de "todas partes". Suponen
en aras de la violencia global, indife- que casi siempre detrás de un he cho
renciada, difícil si no imposible de violento existe un vínculo personal
combatir. Como imagen de la socie- entre los actores y quizás alguno ha
dad, su efecto político es una descul- infringido reglas de las interacciones:
pabilización de los violentos, que son "le debe algo a alguien". Para ellos en
vistos como producto de fuerzas que la acción violenta entran en juego las
los sobrepasan y los mueven. En su calidades morales de las personas; pero
versión más radical, la malignidad del estas calidades no son entendidas como
ser colombiano no es existencial sino
histórica, lo que permite defender más 90
DaMatta, op. cit., p. 180.
91
abiertamente a los violentos como Hannah Arendt, On Violente, A. Harvest/HBJ
grandes víctimas de una sociedad Book, San Diego-New York, 1970, propone que
injusta. La violencia puede reducirse el poder es la capacidad humana de actuar de
común acuerdo, para lo cual delega en personas
al curso torcido de la historia y la la puesta en marcha de la acción común,
mientras el poderío es una característica
desarrollo para la justicia, 1994-1998. personal, y depende del sustento de la fuerza;
Documento CONPES 2744, Bogotá, 1994. como tal no es perdurable y es siempre precario.
DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

atributos de la identidad colectiva, injusta o corrupta. En forma contra-


sino que obedecen a idiosincrasias dictoria, esto redunda en la ganancia
personales (persona malva da, de respeto y de reconocimiento per-
envidiosa, nerviosa, irascible) o a sonal para quien así procede.
condiciones y situaciones (persona
ignorante, pobre, enferma, desemplea- Entre los sectores urbanos popula res el
da, sufrió una ofensa). Desde su punto respeto debido a los adultos por los
de vista, la búsqueda de la corrección miembros del grupo social se cifra en
y de respeto a la autoridad orientan la la capacidad de no ser lesionado en su
acción doméstica violenta, mientras la autoimagen, como autoridad en el
precariedad y manipulación de la hogar, y como persona fuera de él.
autoridad explican la proliferación de Esto conlleva una marcada
actores violentos en la sociedad. susceptibilidad a lesiones o pérdidas de
Distinguen entre la violencia autoimagen en las interacciones socia-
instrumental, delincuencial, y la vio- les94 , especialmente en las situaciones
lencia emocional, proveniente de que afectan el control social. Se recela
relaciones interpersonales, que es el desconocimiento propio tanto en la
considerada la más significativa. sociedad como dentro del grupo
Igualmente distinguen entre la ocu- familiar, de manera que miedo, pasi-
rrencia de violencia en la sociedad vidad y agresión son mecanismos psi-
colombiana actual y el llevarla al coculturales de adaptación al entorno.
plano de los atributos de identidad.
Pese a sus contrastes, las versiones
Por otra parte, en la forma de pensar eruditas sobre la catalogación y
de los sectores populares urbanos se explicación de la violencia en la
revela una relación crítica entre la sociedad colombiana y las de los
violencia y la llamada por DaMatta sectores populares parecen confluir en
"acción sin rodeos", que conduce a un punto: la autoridad es comprendida
una confrontación directa entre las como una entidad impredecible,
personas, sin intermediarios92 . La arbitraria, desbordada por actores
acción violenta rompe con las media- violentos y ella misma al borde del
ciones de la ley, con las inhibiciones exceso. Esta comprensión orienta a las
morales y de la costumbre, y se sus- personas a temer el curso impredecible
tenta en la fuerza, quebrando otros de la violencia o invita a su empleo en
ejes organizativos93 . La fuerza, sin un mundo que se vive con desconfianza
embargo, de manera contradictoria y nerviosismo. Ambas versiones diluyen
dada la abierta convicción sobre la la responsabilidad de los sujetos sociales
inmoralidad de su uso, permite la y dejan de lado la crisis de los sistemas
reafirmación de la persona dentro del colectivos de control social.
medio social e inclusive contribuye al
éxito social. Ocurre, así, que algunos
actores violentos se vuelvan héroes de
la antiautoridad mediante el vehículo
de la fuerza. Se asimilan cogniti- 94
Al respecto ver el estudio de Daniel T. Linger,
vamente el empleo ambivalente de la Dangerous Encounters. Meanings of Violence in
fuerza en la familia en aras de mante- a Brazilian City. Stanford University Press,
ner el rol parental y el empleo de la Stanford, 1992, sobre la violencia y las
interacciones sociales en el carnaval, en el cual
violencia para atacar una autoridad resalta la ambigüedad y susceptibilidad presentes
en el carnaval.
92
Ibid, p. 185-186.
93
Ibid
DEMOCRACIA IDENTIDAD Y EXPERIENCIAS …

Tambiah95 concluye respecto a la


violencia étnica en Asia que aunque ésta
no se limita a las democracias, sí es
claro que los esfuerzos por crear
democracias muy frecuentemente
producen una explosión de violencia
étnica por la relación entre la política, la
democracia y la necesidad de rea-
firmación étnica. De manera similar,
existe en Colombia un vínculo entre la
concepción sobre la autoridad como
ente personalizable, inclinado al uso de
la fuerza ante los conflictos y el
ejercicio de una democracia frag-
mentada, desregulada, influenciable por
la fuerza. La reiteración y la fascinación
por la violencia, su papel en los
atributos de identidad permiten su
asimilación, pero encubren los resortes
de la violencia como interacción social,
como relación construida, y los
aprendizajes y las transacciones que
supone la acción violenta. El efecto
paradójico de atracción y repulsión
frente a la violencia, su poder instru-
mental y el expresivo, se anudan para
poner en entredicho la participación
ciudadana y la sociedad como sistema
moral.

95
Stanley Tambiah, "Presidential Addres:
Reflections on Communal Violence in South
Asia", en The Joumal of Asian Studies,
vo1.49, N. 4, November, 1990, p.741-760.

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