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INFORME SOBRE UN RUBRO INDUSTRIAL

“LA INDUSTRIA MADERERA”

Estudiantes: Santillán Daniel – Smitarello Brian – Vallejos Martín

Curso: 3ro B de Geografía

INTRODUCCIÓN

La industria maderera es el sector de la actividad industrial que se ocupa del


procesamiento de la madera, desde su plantación hasta su transformación en objetos de
uso práctico, pasando por la extracción, corte, almacenamiento o tratamiento bioquímico y
moldeo. El producto final de esta actividad puede ser la fabricación de mobiliario, materiales
de construcción o la obtención de celulosa para la fabricación de papel, entre otros
derivados de la madera.

Entre los países que más se trabaja la madera como mercancía


son Chile, Brasil, Estados Unidos, Malasia e Indonesia, así como en varios países
de Europa del Este. Esta industria es diferente de la carpintería y del trabajo en madera a
causa de que estas últimas se realizan bajo un modelo artesanal de producción. Además
del corte, moldeo y finalización, también se diferencia en todo el proceso anterior, la tala
de árboles o replantación de áreas taladas, conocida como reforestación.

La industria maderera necesita la logística necesaria para el procesamiento de la madera


desde el bosque en que ha sido talada hasta un aserradero. El término también se usa para
indicar un amplio rango de actividades forestales o de silvicultura. En la era moderna, la
gente usa motosierras para cortar árboles.

Es importante destacar que la madera es la única materia prima renovable utilizada en


gran escala. Sólo puede compararse con la energía solar de la que realmente procede. En
su estudio podemos considerarla desde dos puntos de vista: uno energético y otro como
elemento estructural y decorativo. El carbón es madera acumulada y de él existe una gran
reserva energética, mucho mayor que de petróleo. En cualquier caso el mayor potencial
energético lo constituye la madera en pie.

Las industrias con sus procesos de fabricación fueron cambiando en su relación con los
entornos, en la mayoría de los casos por progresos intrínsecos y en ciertas ocasiones por
las decisiones políticas estatales. El presente trabajo tiene como objetivo analizar el impacto
y la modificación del espacio y sus articulaciones territoriales causadas por la producción
maderera. Para tal objetivo, se utilizarán una serie de fuentes de varios autores que nos
servirán de pilares para desarrollar la temática.

Por otra parte, se aclara que sólo se desarrollarán algunos aspectos de la industria
maderera, ya que este tipo de producción requiere un trabajo arduo que no va al caso en
este documento. Por este motivo se trabajarán algunos aspectos tales como el origen y la
localización de la madera utilizada y el proceso de transformación de la misma para dar
cuenta de las distintas actividades y el trabajo realizado por los empleados. Luego se
analizarán las formas de distribución y comercialización de la madera para dar cuenta del
consumo y porcentaje de ventas tanto en el interior del país como también en las
exportaciones. Por otra parte se abordarán las problemáticas productivas y laborales
seguido del impacto ambiental que causa la industria maderera.
Como último apartado se harán algunas consideraciones sobre la actualidad y la
perspectiva a futuro de la industria seguido de una serie de reflexiones y conclusiones, no
con la intensión de informar al lector, sino que el trabajo queda expuesto como fuente de
consulta para críticas de generaciones futuras.

ANTECEDENTES

La madera ha formado parte, total o parcialmente, de las edificaciones construidas por el


hombre. La percepción negativa sobre la madera como material de construcción de alta
peligrosidad ígnea se ha mantenido hasta nuestros días, en el ámbito de la Europa
mediterránea. No así en los países del norte de Europa, en los que la madera siempre ha
sido el principal material de construcción, muy estimado por sus cualidades isotérmicas. Ni
en los Estados Unidos, donde la madera fue desde el principio, y sigue siendo, el material
de construcción más consumido. Con el tiempo, y gracias a los tratamientos a los que se la
sometió, la madera fue recuperando su buena fama como material de construcción fiable
porque se ha demostrado su excelente comportamiento en caso de incendio, ya que se
ennegrecen y endurecen, con lo que evitan el derrumbe.1

En el caso de Argentina entre el siglo XIX y primera mitad del siglo XX, fueron
sobreexplotados el bosque chaqueño, El monte occidental y la selva misionera.

En la región chaqueña el quebracho colorado chaqueño, fue talado para obtener el tanino
utilizado para curtir cueros, postes labrados para alambrar estancias y de durmientes para
los ferrocarriles. Esto devastó el bosque, abarcando Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero.
En el caso de Misiones la explotación se centró en los cedros, lapachos y peteribíes. Otras
especies quedaron en riesgo de extinción, como el palo rosa y el pino Paraná. En la selva
tucumana salteña o nuboselva, permanecen las especies amenazadas por la tala forestal
y la expansión agropecuaria. A estas se le sumó la búsqueda de esencias madereras como
el roble o palo trébol y el pino del cerro.2

La explotación de madera comienza en 1904 en la provincia de Tierra del Fuego en los


bosques de lenga nativa (roble fueguino). Este tipo de madera es la más representativa del
bosque andino patagónico, pudiendo medir hasta 30 metros de altura. Se caracteriza por
su buena calidad y es utilizada para la producción mobiliaria, ya que es una madera
semidura y de un alto valor.

En el siglo XX los presidiarios de la cárcel de Tolhuin comenzaron estas tareas utilizando


hachas de mano. Esta ciudad se destacó por su actividad forestal, los aserraderos
proliferaron en su población de más de 4.000 habitantes. Una vez cortados los rollizos se
transportaban directamente al aserradero, donde eran catalogados, seleccionados antes
del saneamiento.

Por otra parte, se introdujo una técnica denominada Finger-Joint que cumplía la función
de encastrar dos piezas de madera maciza, en la cual a partir del talado de las puntas se
consiguió un ensamble firme y seguro. Este recurso, permitió la construcción de muebles y
todo tipo de equipamiento.3

1
Wabo Enrique, “Breve historia de la actividad forestal en la Argentina” ver en:
https://www.interempresas.net/Madera/Articulos/44265-Breve-historia-de-la-madera-como-material-de-construccion.html
2
Módulo de cátedra 3, “Las modificaciones en el espacio”. Apuntes del profesor
3
Castro, Ricardo; “Oficios del fin del mundo, Industria maderera”, Episodio 9: ver en: https//m.youtube.com/watch.com
Posteriormente, cuando estalló la Primera Guerra Mundial surgió la necesidad de
sustituir las manufacturas importadas, por productos nacionales. Así, se estimuló el
desarrollo de las industrias de la pasta de papel, sulfato de aluminio, cemento y textiles.
Dentro de los productos textiles prevaleció la industria de la lana, dado que los productos
de algodón no contaban con suficiente materia prima.

Cuando terminó la guerra, y se reanudaron las importaciones, sólo algunas industrias


persistieron. Las industrias que pudieron continuar en actividad, fueron la del cuero, los
frigoríficos, los lácteos y el extracto de quebracho y el aceite de lino. La razón esencial para
su subsistencia, era que contaban con materia prima y tenían suficiente mercado interno.4

En el caso de la industria maderera, las zonas que presentan mayor número de especies,
se encuentran localizadas en áreas fronterizas, dificultándose su explotación por la
distancia a los centros de consumo y la falta de una infraestructura de transporte eficiente.5

El Estado argentino en la historia forestal

Ya en el siglo XX, la Ley 1054 es reemplazada por la Ley 4167, hecho que ocurre en el
año 1902. Esta Ley establecía que “mientras no se dicte una Ley especial de bosques, el
Poder Ejecutivo podrá conceder hasta 10.000 hectáreas por el diez por ciento del valor de
la madera en la estación o puerto de embarque, y por el término máximo de diez. Asimismo,
deroga todas las Leyes generales de tierras, bosques y yerbales anteriores a ella. Esta Ley
lleva a que, en la práctica, queden pocas disposiciones en materia de regulación forestal.

Las acciones concretas para intentar revertir la situación se inician casi medio siglo
después, a través de medidas técnicas y legales. En 1943 se crea la Dirección Forestal
como responsable del desarrollo forestal y del control de la tala indiscriminada. Se articulan
algunos mecanismos para la lucha contra los incendios forestales y se instalan las primeras
Estaciones Experimentales.

En 1948 se promulga la Ley 13.273, denominada de "Defensa de la Riqueza Forestal",


crea como órgano de aplicación a la Administración Nacional de Bosques (ANB), con
jurisdicción directa sobre los bosques situados en el territorio de la administración central.
En ese momento la Argentina estaba organizada en 14 provincias y 10 gobernaciones
dependientes del Gobierno Central que representaban el 40 por ciento del territorio
nacional. Los bosques ubicados en las gobernaciones quedaron incluidos dentro del marco
de la Ley y bajo la jurisdicción de la ANB. Por su parte, las provincias se reservaban el
derecho de adhesión; aquellas que lo hicieran gozarían de ciertos beneficios indicados por
la misma Ley, para lo cual tenían la obligación de crear un organismo forestal provincial,
que representó el origen de las direcciones de bosques provinciales.

A partir de la promulgación de la Ley 13.273 se inicia una fuerte acción orientada a


ordenar el sector productivo forestal. Las actividades se inician sobre los bosques nativos,
debido a que la mayor parte de ellos se hallaban dentro de las gobernaciones y, por
extensión, bajo el dominio de la ANB. Las plantaciones comerciales a gran escala aún no
habían comenzado. La ANB inicia los primeros Inventarios Forestales y se incorporan los
primeros lineamientos sobre Ordenación de Bosques. La escasez de experiencia local llevó

4
Equipo editorial del Surdelsur: “Actividad industrial de Argentina”. Disponible en:
https://surdelsur.com/es/secciones/gente
5
Módulo de cátedra 3, “Las modificaciones en el espacio”. Apuntes del profesor
a asociar en forma inseparable la técnica del Inventario Forestal con los bosques nativos,
aun cuando dicha técnica también es aplicable en plantaciones; esta asociación errónea
puede decirse que aún hoy persiste en nuestro medio. La escasez de antecedentes locales
llevó a la necesidad de emplear métodos que en otros países ya se habían dejado de lado
y que debían tomarse como transitorios, aunque puede decirse que duraron hasta la década
de 1980. Para el aprovechamiento de los bosques se estableció la obligatoriedad de
presentar Planes Dasocráticos sujetos a la aprobación de la autoridad.

En términos de políticas económicas que favorecieran la actividad industrial argentina, el


estado recurrió históricamente a diversas medidas como ser la fomentación de las
provincias en la radicación de empresas en sus territorios, descentralizar las actividades
que se realizaban en la provincia de Buenos Aires, incentivar la industrialización de materias
primas regionales, crear fuentes de trabajo, elevar el nivel de vida de zonas postergadas,
desalentar las migraciones internas, entre otras. Sin embargo, la expansión y la recesión
fueron constantes en la década del cincuenta. En los sesenta, llegaron capitales extranjeros
que no reinvirtieron sus ganancias en el país, sino que apostaron a la especulación
financiera.6

En el año 1969 la Administración Nacional de Bosques se reestructura y se convierte en


el Servicio Forestal Nacional. En 1972, la Argentina es sede del VII CONGRESO
FORESTAL MUNDIAL, lo que indica la importancia que la actividad estaba alcanzando en
el país en esos momentos.

En 1973 se sanciona la Ley 20.531, por la cual el Servicio Forestal Nacional pasa a
denominarse Instituto Forestal Nacional, conocido como IFONA, conservando su estructura
funcional y adquiriendo el carácter de organismo autárquico. Pero a comienzos de la
década de 1990 y como parte del plan de desregulación, el gobierno nacional disuelve al
Instituto Forestal Nacional. La actividad forestal que estaba en manos del Estado, en ese
momento centralizada en el IFONA, se dispersa en dos Secretarías, una que pasa a tratar
opera las plantaciones y otra que pasa a tratar con los bosques nativos; y en un organismo
autárquico de investigación y extensión que es el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA). Como consecuencia de estos cambios, el personal del IFONA se
distribuye entre estos tres ámbitos.

Este grupo se destacó por ser pionero en el uso de fotografías aéreas e imágenes
digitales para el estudio de los bosques, incorporó el concepto de Ordenación Forestal,
incorporó el concepto moderno de muestreo en los inventarios forestales, incorporó las
parcelas circulares de muestreo en forma masiva, inició el desarrollo masivo de ecuaciones
y tablas de volumen, inició el estudio de indicadores de densidad como el Índice de Reineke,
y desarrolló el primer sistema de curvas de Índice de Sitio bajo una concepción moderna.
Asimismo, instaló las primeras parcelas experimentales para el estudio del crecimiento de
distintas especies nativas.7

La complejidad del sector llevó a la necesidad de estudios específicos. Pero la mala


situación de la Administración Pública, con técnicos mal pagos y escasez de fondos para
financiar proyectos eran un serio obstáculo para su ejecución. Sin embargo, y tal vez a
causa de la mayor facilidad que tenía el Estado para crear nuevos organismos que para
modificar a los ya existentes, llevó a la creación de organismos con escalafón propio, a fin

6
Equipo editorial del Surdelsur: “Actividad industrial de Argentina”. Disponible en:
https://surdelsur.com/es/secciones/gente
7
Wabo Enrique, “Breve historia de la actividad forestal en la Argentina” ver en:
https://www.interempresas.net/Madera/Articulos/44265-Breve-historia-de-la-madera-como-material-de-construccion.html
de poder ofrecer sueldos más atractivos, sin interferir con las remuneraciones del resto de
la administración. Así, se crean el Centro de Investigación Tecnológica de la Madera
(CITEMA) y el Centro de Investigaciones en Celulosa y Papel (CICELPA).

Por otra parte, a partir de la ley N° 25080 de inversiones en bosques cultivados, es sector
forestal ha consolidado su crecimiento desde la fase primaria de producción, pasando por
la industrialización hasta llegar al notable incremento del comercio exterior. 8

La actividad privada en la historia forestal argentina

Las plantaciones comerciales en gran escala se inician en la década de 1940. Por aquel
entonces la Argentina era importadora neta de papel, por lo que se toma conciencia de lo
ventajoso que sería reducir o eliminar la importación de ese elemento. Para ello se
recomienda la plantación de especies exóticas de rápido crecimiento.
La mayor tasa de crecimiento de las especies exóticas, comparadas con las especies
nativas, genera el interés forestal hacia ellas. Esta acción se vio favorecida por el subsidio
estatal a la plantación, y por el incentivo a la instalación de industrias consumidoras de
madera de esas especies.

Importantes cantidades de dinero se transfirieron hacia las plantaciones, en forma directa


o indirecta, hecho que no ocurrió con los bosques nativos. Uno de los argumentos más
usados para justificar el subsidio a las plantaciones fue que de esa manera se quitaba
presión sobre los bosques nativos y que, por lo tanto, era una forma de protegerlos.

Con el fin de promover la forestación, se establecieron distintos mecanismos de


promoción. Uno de ellos fue la desgravación impositiva, que era un mecanismo ideado para
transferir fondos al sector por esta vía. Sin embargo, el resultado no fue el esperado. Una
segunda alternativa fue el llamado Crédito Fiscal, por el cual el plantador recibía un subsidio
por única vez, que era equivalente al 60 por ciento del costo de plantación. Sin embargo,
los costos se exageraban para que de esa forma se financiara el 100 por ciento del costo.

Tanto a causa de su origen como de su evolución, la producción forestal, el productor de


madera y la industria quedaron asociados, como si todos formaran parte del mismo equipo
y las necesidades de uno fueran las mismas que tenía el otro. Es así, que tanto la empresa
como el productor comenzaron a hablar de producción de madera, sin distinciones ni
diferencias.

Como resultado de esta mezcla fue predominando la valoración de la producción de


madera en términos de volumen más que en términos de dinero, y ha habido una búsqueda
por especies de rápido crecimiento. Pero debido a las deficiencias del sector público, el
sector privado con mayor poder económico estableció su propio organismo de estudios,
que actualmente recibe el nombre de Centro de Investigaciones y Experiencias Forestales
(C.I.E.F.).

En la década del 80, el Estado nacional, por medio del gobierno de turno impulsó la
política e “Promoción industrial”, la cual intentó beneficiar a aquellas provincias con menor
desarrollo industrial, para que sean las destinatarias de las nuevas radicaciones y también
atractivas, para trasladar diversas instalaciones de industrias ubicadas en las ciudades más
grandes del territorio nacional. Los principales objetivos eran, buscar un equilibrio entre las

8
Módulo de cátedra 3, “Las modificaciones en el espacio”. Apuntes del profesor
distintas provincias, generar una distribución más apropiada del empleo y evitar el constante
desarraigo de las migraciones internas.9

En la década de 1980 se inician las primeras exportaciones importantes de madera


rolliza, especialmente de eucalipto. Actualmente, las provincias de Misiones, Corrientes,
Entre Ríos sobre la costa del Río Uruguay y el Delta del Paraná, son en Argentina las
regiones donde se concentran las plantaciones. Últimamente, también empezó a cobrar
importancia el sudeste de la provincia de Buenos Aires.10

A nivel industrial se han llevado a cabo inversiones importantes y con alta tecnología,
aunque la mayor parte del parque es obsoleto, poco eficiente, y de baja capacidad
competitiva a nivel internacional. Algunas plantas de pasta de papel y de aserrado son la
excepción.

Recién a fines de los ’90 se inician las tareas que desembocan en el Primer Inventario
Nacional de Bosques Nativos (PINBN), en el cual se le da prioridad a cuatro regiones
forestales: Parque Chaqueño, Bosque Andino Patagónico, Selva Misionera y Selva
Tucumano Boliviana. Al mismo tiempo se lleva a cabo el primer Inventario Nacional de
Plantaciones Forestales.

Además se destaca la falta de controles en el aprovechamiento y extracción de la


madera, a nivel provincial, derivado de su escaso personal y sus escasos medios. Ello llevó
a la obtención y comercialización de madera clandestina, que como tal, posee un bajo
precio.

En los últimos años se ocuparon de algunas cuestiones tales como el aprovechamiento


sostenible o manejo forestal, aunque no siempre queda claro cuál es el alcance real de
tales términos ni la complejidad que implican. La ley nacional 26.331, otorga presupuestos
mínimos para bosques nativos, que es de acatamiento obligatorio por parte de las
provincias y que establece una serie de normas para proteger los bosques y financiar sus
servicios ambientales. La ley crea un Fondo Forestal, crea un Registro de Infractores, crea
un Programa de Protección de Bosques Nativos y establece la necesidad de llevar a cabo
el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos. La aplicación de esta ley está recién
en sus inicios.11

Actualmente los dos métodos principales de construcción utilizados mundialmente hoy


en día son: las casas de troncos y las casas prefabricadas de madera de entramado ligero.
Al llegar la industrialización, se utiliza la estructura metálica de acero, combinando los
materiales de madera, acero y hormigón o mortero. Entre el 60 y el 80% de todas las
viviendas que se construyen en países como Finlandia, Suecia, Austria, Estados Unidos y
Australia, son de madera, y la gran mayoría de ellos son edificios de entramado ligero.

ORIGEN Y LOCALIZACIÓN
La industria maderera abarca distintos procesos que van desde la obtención de la
madera con la tala de árboles, hasta la producción de insumos para la construcción de

9
Módulo de la cátedra 4 “Actividades y modificación del espacio” (Segunda parte). Apuntes del profesor
10
Wabo Enrique, “Breve historia de la actividad forestal en la Argentina” ver en:
https://www.interempresas.net/Madera/Articulos/44265-Breve-historia-de-la-madera-como-material-de-construccion.html
11
Wabo Enrique, “Biometría Forestal”, Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad Nacional de La Plata. 2017.
muebles, pisos, elementos decorativos, entre otros; pasando para ello por varios procesos
intermedios.
En el territorio argentino se pueden distinguir seis regiones forestales: el Parque
Chaqueño, la Selva Misionera, la Selva Tucumano Boliviana, el Bosque Andino Patagónico,
el Monte y el Espinal, con características propias marcadamente diferentes. La cadena
adquiere relevancia por tratarse de actividades importantes en términos de generación de
empleo, especialmente en la etapa primaria, donde es, además, un factor de retención de
la población rural.
En la zona de la Mesopotamia Argentina –provincias de Misiones, Corrientes y Entre
Ríos– se localiza el mayor porcentaje de total de la superficie forestada del país. Se
encuentran una importante masa de bosques implantados, en su mayoría compuesta por
eucaliptus y pinos, con sus respectivas industrias extractivas y de procesamiento. En esta
región, es donde se concentra la mayoría de aserraderos y de trabajadores del total del
país. No obstante, es evidente la gran importancia que representa la Mesopotamia en la
actividad maderera, además se desarrolla una importante actividad forestal y de
aserraderos en la Patagonia y noroeste del país.
La localización geográfica de los aserraderos es próxima a los recursos forestales, a los
bordes de las rutas provinciales o nacionales y en los límites de la zona rural con los centros
poblados, con la intención de vincularse con los mercados que demandan sus productos,
conformando una de las principales actividades regionales.
La Mesopotamia es en la actualidad la región de mayor concentración de bosques
cultivados, donde predominan las coníferas. En la provincia de Buenos Aires, las
forestaciones son de eucaliptos, pinos, y álamos en secano; mientras que en el delta del
río Paraná predominan álamos y sauces. La región de la Patagonia Andina (oeste de las
provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut) se especializa en el cultivo de pinos. En la
región del Noroeste Argentino (provincias de Salta, Jujuy y Tucumán) hay bosques
cultivados de pinos y eucaliptos, en tanto en la región de Cuyo (provincia de Mendoza) y en
el Valle de Río Negro (provincias de Río Negro y Neuquén) se encuentran las más extensas
forestaciones de álamo bajo riego con fines de protección. En la región Chaqueña
(provincias de Formosa, Chaco y Santiago del Estero) se localiza la mayor superficie de
plantaciones con especies nativas del género Prosopis. A diferencia de esto, las industrias
que incorporan mayor valor agregado, como la del mueble, están instaladas cercas de los
principales centros urbanos como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé.12

Materias primas utilizadas


Las actividades de este complejo tienen como insumo base la madera y esta se obtiene
a partir de bosques nativos o implantados. Los primeros se refieren a toda región boscosa
con fauna nativa, autóctona o naturalizada mientras que los bosques implantados provienen
de la siembra o plantación de especies arbóreas exóticas, adaptadas ecológicamente a la
región. Según el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN) la cantidad total
de estos bosques es de 53,7 millones de hectáreas, el Noroeste Argentino (NOA) es la
región con mayor proporción de bosque con una participación de casi el 40% del total
nacional. Por otro lado, existe un total de 1,3 millones de hectáreas de bosques
implantados, los cuales se encuentran ubicadas en gran medida dentro de la región

12
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca. (2012). Argentina: Plantaciones forestales y Gestión Sostenible. Ciudad
de Buenos Aires. Presidencia de la Nación. Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas (2016). Informes de Cadenas de
Valor. Ciudad de Buenos Aires.
mesopotámica. La actividad del bosque nativo presenta aspectos diferenciados en relación
con el bosque implantado debido a las características de la actividad extractiva, las
especies predominantes, el destino de la producción y los ciclos de reposición.
En tal sentido, se destaca que el bosque implantado tiene un ciclo de reproducción
significativamente más cortos que el nativo. Dentro de las actividades de silvicultura o de
extracción de madera se encuentran distintas regulaciones público-privadas según el tipo
de bosque donde se vaya a realizar estos procesos. Los bosques nativos y las plantaciones
forestales representan un gran potencial para contribuir al desarrollo económico nacional.
Según datos oficiales, Argentina cuenta con 26.589.000 hectáreas de tierras forestales,
que incluyen diversas formaciones como selvas y bosques de clima templado frío y cálido
y 1.120.411 hectáreas de bosques cultivados, predominando las forestaciones de pinos
eucaliptos, sauces y álamos, de las cuales el 80% se concentra en la Mesopotamia y el
delta del río Paraná.
● Bosques nativos
La madera de bosque nativo es muy variada según provincia, presenta características
diferenciadas a lo largo del territorio Argentino debido a las al menos 6 grandes
ecorregiones existentes: Bosque Andino Patagónico, Espinal, Monte, Yungas, Parque
Chaqueño y Selva Paranaense.
Los rollizos provienen de las distintas especies extraídas del bosque y luego son
transportadas a los aserraderos y carpinterías, donde se realizan los procesos de primera
y segunda transformación. Este tipo de madera incluye la corteza, que tras el descortezado,
esta puede destinarse a la producción de tanino, trementina, colofonía, entre otros
derivados químicos.
La leña puede extraerse de distintas especies, aunque en su mayor parte proviene de
los montes de Itín y quebracho colorado. El producto se extrae y luego se comercializa, sin
incluir procesos de agregado de valor, a excepción de la leña para carbonización. Los
postes y rodrigones casi no reciben un trato salvo por la impregnación de ciertas mezclas
químicas que incrementan su durabilidad. Los muebles que se producen de árboles de
bosque nativo pueden ser de madera dura si se utilizan algarrobos o robles, o de madera
blanda si se utilizas cedros o pinos por ejemplo.
● Bosques implantados
La madera de bosque implantado tiene la capacidad de abastecer aproximadamente el
95% de la industria foresto industrial, no presenta una amplia variedad de especies debido
a que se conforma de árboles exóticos con una tasa de crecimiento rápido a fin de obtener
un sector con rápida renovación. Las especies más populares a lo largo del país son: Álamo,
Sauce, Pino y Eucalipto, estos dos últimos representan alrededor del 80% de árboles a nivel
nacional y alrededor del 85% de las extracciones. Esto se explica debido a que el suelo
Argentino en sus regiones más productivas como la Mesopotamia, presenta ventajas
comparativas en la tasa de crecimiento de pinos (coníferas en general) y Eucaliptos con
respecto a sus competidores (Chile, N. Zelanda, Estados Unidos y Canadá).
A partir de la madera del bosque implantado se pueden realizar dos tipos de
extracciones: el corte total (o tala rasa), y los raleos. En la primera se extrae la totalidad del
tronco del árbol, mientras que en caso de realizar raleos, se corta el árbol de madera tal
que le permita volver a crecer y realizar otra extracción luego de un crecimiento
aproximando de cuatro años. De la extracción total del árbol, es decir, de una tala rasa, se
extrae un 80% de madera sólida (en rollos) y un 20% de madera triturable. Mientras que de
los raleos, salvo casos concretos, se obtiene el 100% madera triturable, téngase en cuenta
que se atribuye como madera triturable principalmente a las ramas de los árboles. Los
descartes de la madera en rollos (denominados subproductos), son potencialmente
destinados a la trituración.
La madera sólida en rollos es tratada para convertirse en madera aserrada o laminada
para posteriormente presentar segundas trasformaciones, ya sea en muebles, carpintería,
pisos, envases, etc. Se destaca la diferencia entre los muebles de madera de bosque nativo
con los de bosque implantado dada la durabilidad de los mismos, en la industria de
implantados solo se puede generar muebles a partir de árboles de madera blanda (pino y
eucalipto). Por su parte, la madera triturable presenta tres principales usos. El primero es
la industria de pasta celulosa, destinada a la producción de papel, el segundo es la industria
de tableros, que a partir de diferentes procesos de compresión se obtienen maderas sólidas
y por último la industria de generación de energía, cumpliendo la función de la leña y carbón
vegetal.13

Localizaciones fabriles
La región mesopotámica y del delta bonaerense son las zonas que han alcanzado mayor
desarrollo forestal. Misiones cuenta con un complejo celulósico-maderero consolidado,
especialmente en el centro norte de la provincia. Por su parte, si bien en Corrientes la
expansión de dicha actividad fue posterior a la de Misiones, alcanzó una superficie similar
a esta provincia, pero con un nivel de industrialización menor. La competitividad de estas
provincias se basa en adecuadas condiciones agroecológicas, material genético altamente
mejorado y adaptado a la zona y servicios vinculados al sector (contratistas de plantación,
cosecha, transporte y mantenimiento especializado y de alta productividad, desarrollos
comerciales y tecnológicos).

PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN DE LA MADERA


Esta cadena de valor comprende al sector forestal primario, a las actividades industriales
constituidas principalmente por la transformación física y química de la madera, y a los
servicios correspondientes a la comercialización y transporte de sus productos.
De este modo, se puede afirmar que la actividad forestal está enmarcada dentro de las
grandes “industrias madres”, en cuanto a términos de clasificación según supremacía. Esto
es así, porque esta industria que utiliza la madera como principal materia prima, provee a
una gran diversidad de industrias consumidoras, como pueden ser las industrias pasteras-
celulósicas, y las de fabricación de muebles o de construcción.
Respecto a la clasificación por la tecnología aplicada utilizada por esta industria, se
correspondería a la actividad forestal –la que realiza la extracción– colocarla en aquellas
de mediana tecnología, mientras que a la actividad secundaria –aquellas que utilizan la
madera– como las de fabricación y consumo, se incluirían dentro de las de baja tecnología.
Las actividades forestales pueden ser organizadas, de acuerdo con el recurso primario
que procesan, en bosque nativo e implantado. En este sentido, se reconocen diferentes
características que definen las diversas etapas de la cadena, según se trate de materia
prima proveniente de uno u otro tipo de bosque. En particular, se evidencian contrastes en
cuanto a las características de cada actividad, siendo la del bosque nativo netamente

13
Misirlian, E. (2019). Análisis del Complejo Foresto Industrial Maderero en Argentina. Universidad Nacional de San
Martín.
extractiva, mientras que el bosque de cultivo surge de la implantación de especies. Por otro
lado, los ciclos de reposición en el bosque implantado son significativamente más breves,
entre 10 y 15 años, mientras que el bosque nativo posee ciclos de reproducción más largos,
dependiendo de la especie y la región que se trate. En cuanto a las especies
predominantes, existe mayor diversidad en los bosques nativos y menor en los implantados;
también difiere el destino de la producción, siendo el principal aprovechamiento de los
bosques nativos la leña como combustible y carbón, el tanino y los muebles, mientras que
la extracción de bosques implantados se destina, en su mayor parte, a madera aserrada,
tableros, muebles y celulosa.
Argentina posee amplias ventajas comparativas para la producción forestal, a partir de
un patrimonio de 1,2 millones de hectáreas de plantaciones forestales y 50 millones de
hectáreas de bosques nativos, reconocidos en los ordenamientos provinciales realizados
bajo la Ley 26.331, de importancia tanto por sus valores ambientales como sociales,
culturales y económicos.
Las cadenas forestales del bosque implantado, representados fundamentalmente por
especies exóticas de rápido crecimiento, en su mayor parte de pino y eucalipto, se originan
a partir de los productores silvícolas, quienes implantan los árboles para, posteriormente,
comercializar los rollizos o madera en rollo para uso industrial. Las forestaciones cubren la
mayor parte de la demanda de madera de las industrias y, a la vez, quitan presión sobre
los bosques nativos. Se pueden realizar distintos tipos de extracciones de los bosques de
cultivo: el corte total o tala rasa, las podas o recortes para obtener fustes rectos con menos
ramificaciones y los raleos o eliminación de árboles dentro de la plantación que permiten el
mejor crecimiento del bosque. De estas extracciones se obtiene, aproximadamente, un 80%
de madera sólida y un 20% de madera triturable.
A partir de la madera sólida se encadenan los siguientes procesos, los cuales son
intensivos en materia prima donde ésta representa más de la mitad del costo total. Los
rollizos con un diámetro entre 15 y 18 centímetros son destinados a los aserraderos, donde
se realiza la primera transformación mecánica, es decir, el proceso de aserrado (corte con
sierra), a partir del cual se obtiene madera aserrada (aproximadamente entre el 40 al 45%
de la materia prima), pequeños trozos de maderas o chips, corteza y aserrín. El proceso de
la madera aserrada continúa con el secado y cepillado, cuyo destino principales la industria
de re manufactura de la madera, de la construcción y del mueble. La segunda
transformación de la madera sólida comprende la industria de las re manufacturas de
madera, entre las que se incluyen las maderas perfiladas, blanks, blocks, fingerjoint ,
molduras, listones, machimbres, productos para construcción (ventanas, puertas, pisos) y
otros objetos de adorno, instrumentos musicales, herramientas de madera y la fabricación
de muebles y sus partes.
Las astillas o chips que surgen de estos procesos de transformación de estos rollos, se
destinan a la producción de tableros reconstituidos, pasta celulósica y generación de
energía. La corteza y el aserrín son utilizados para producir energía que habitualmente se
aplica en el proceso de secado de la madera. Los rollizos con mayor diámetro, mediante el
debobinado (corte rotativo con cuchillas) o faqueado (corte plano con cuchillas) se
convierten en láminas o chapas de madera, para la fabricación de tableros compensados o
contrachapados. De este proceso también se obtienen astillas, chips y corteza para la
generación de energía. A partir de la madera triturable se enlazan los siguientes procesos,
los cuales son capital intensivo. Por medio de un proceso de compresión se obtienen
distintos tipos tableros reconstituidos: de partículas o aglomerado, de fibra de mediana
densidad (MDF), de fibra de alta densidad (hardboard) y de fibra orientada (OSB). Dichos
tableros son empleados en la fabricación de muebles y, excepto los MDF, en la industria de
la construcción, en especial, los OSB, como perfiles estructurales por su elevada
resistencia.
De la transformación química de la madera triturable se obtiene pasta celulósica, que en
una segunda transformación se convierte en papel. Cabe destacar que el papel se produce
tanto a partir de pasta celulosa como de papel reciclado y otras fibras. Los distintos tipos
de papel se pueden clasificar en culturales (diarios, impresión y escritura tanto encapado
como sin encapar), industriales (para corrugar, kraft, cartulinas, impermeables, embalaje,
etc.) y domésticos (papeles tissues, servilletas, toallas, higiénico, entre otros).
Adicionalmente, existen otros tipos de papel como el celofán, fotográfico, entre otros. Dada
su condición de material combustible, la madera luego de un proceso bioenergético es
transformada en energía. La bioenergía es la conversión de biomasa en energía la cual
comprende todos los recursos dendroenergéticos y agroenergéticos. Los recursos
dendroenergéticos son: la leña, el carbón vegetal, los residuos forestales, el licor negro y
cualquier otra fuente energética de origen arbóreo. Es importante señalar que es posible
producir grandes cantidades de combustible a partir de los bosques y los residuos de los
aserraderos.
La industria del mueble de madera es muy heterogénea, ya que se caracteriza por utilizar
una gran diversidad de materias primas (tableros, maderas macizas de bosques de cultivo
y nativas, nacionales e importadas), por poseer una amplia distribución geográfica, por
proveer de una diversidad de productos finales dirigidos a una gran variedad de segmentos
y mercados diferenciados, así como también a distintas formas de eslabonamientos
productivos. Por último, cabe mencionar el proceso de impregnación de postes y madera
en el cual se emplean equipos autoclave para la aplicación de productos químicos, con el
fin de prolongar la vida de la madera al aire libre, como es el caso de los postes de líneas
telefónicas, eléctricas y de cable, y la madera aserrada para la construcción. En este
proceso tradicionalmente se utilizaba creosota, sin embargo en la actualidad, se aplican
sales del tipo cromo–cobre–arsénico (CCA) en diferentes concentraciones según el uso en
interiores, exteriores cubiertos o intemperie.
Por su parte, el aprovechamiento del bosque nativo, conformado por árboles autóctonos
principalmente el quebracho colorado, el algarrobo y el quebracho blanco, comprende
diversas actividades tanto primarias como manufactureras. Estas actividades productivas
se originan en los productores forestales u obrajeros, quienes extraen los productos del
bosque. La producción forestal primaria se agrupa en diferentes categorías de materias
primas que se extraen del bosque nativo, y luego se comercializan como tales, o son el
inicio de posteriores procesos productivos. Abarca la extracción de rollos, rollizos y leña —
para combustible y carbón—. Además, se incluye entre las actividades extractivas la
producción de postes y rodrigones, la cual se lleva a cabo dentro del monte, con escaso
grado de elaboración. Los rollos comprenden distintas especies que se extraen del bosque
y que luego se transportan a los aserraderos y carpinterías, donde se realizan los procesos
de primera y segunda transformación mecánica.
Los rollizos incluyen a los desbastes (descortezado) del quebracho colorado, a partir de
los cuales y mediante procesos termoquímicos, se obtiene tanino y furfural. La leña alcanza
productos de distintas especies, que se extraen y luego comercializan, sin sufrir procesos
de agregado de valor, a excepción de la leña para carbonización. Por lo tanto, este producto
tiene menor significación en términos de valor, en relación con la extracción de rollos y
rollizos, pero sin embargo adquiere importancia en términos físicos. Las especies más
explotadas en la producción de postes y rodrigones son el itín y el quebracho colorado
chaqueño y santiagueño, sin que se registren posteriores procesos de valor agregado. 14
La actividad industrial procedente del bosque nativo comprende procesos mecánicos y
termoquímicos. A partir de los procesos mecánicos, se obtienen los productos del aserraje
de los rollos, que pueden incluir o no el secado de la madera. Los productos de madera
aserrada comprenden desde el aserrado simple hasta los que requieren la intervención de
elementos y maquinarias de carpintería, con un mayor grado de terminación, moldurado y
armado; la producción de muebles; materiales utilizados en la construcción como aberturas,
pisos y parquet, envases, pallets y cajones; y aplicaciones rurales como tranqueras,
mangas y cercos.
Entre los procesos termoquímicos se incluyen la producción de tanino o extracto de
quebracho, furfural y carbón vegetal, a partir del cual se obtiene el carbón activado y la
carbonilla. El uso principal del tanino es la curtiembre de cueros, dado que este extracto
natural confiere al cuero características que no se logran con productos sintéticos. El
extracto de quebracho es también utilizado en otras aplicaciones industriales, como la
perforación de pozos petrolíferos, la flotación de minerales, la industria de la cerámica y de
los artículos sanitarios, como aditivo para cemento y asfalto y en la realización de tinta,
barnices y lacas.

DISTRIBUCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN
El consumo aparente 23 de madera en rollo para uso industrial en 2014 fue de 13.644
mil toneladas24, con un incremento del 28,8% entre los años 2010 y 2014. Alrededor de la
mitad del consumo aparente de rollizos de bosque implantado para uso industrial tiene
como destino la elaboración de pasta celulósica, el 27% de la industria de la madera
aserrada, repartiéndose el resto entre la producción de tableros (de fibra y de partículas) y
otros usos (por ejemplo: la producción de láminas de madera). En 2014, el consumo
aparente de madera aserrada fue de 3.474 mil toneladas, registrando un crecimiento del
75,7% en los últimos 5 años, impulsado principalmente por la demanda interna generada
por la construcción.
Con respecto al consumo aparente de tableros de madera, fundamentalmente de
partículas y de fibras, en 2014 fue de 1.060 mil toneladas, con un aumento del 11,8% entre
2010 y 2014; su evolución está determinada por la situación de las industrias del mueble y
la construcción en general, principales destinatarias de sus productos. Por su parte, el
consumo aparente de pulpa de madera o pasta celulósica en el año 2014 fue cercano a las
715 mil toneladas, en el período 2010 y 2014 registró un crecimiento del 21,5%; es
importante señalar que en el caso de la producción de pasta celulósica química blanqueada
de fibra larga, gran parte se exporta y, por el contrario, la mayor parte de la fabricación de
pasta de fibra corta está dada en forma de planta integrada con fabricación de papel, es
decir, que la disponibilidad de pasta de fibra corta en el mercado es casi inexistente. Por
último, el consumo aparente de papel y cartón en fue de 1.821 mil toneladas en 2014, con
una declinación del 8,2% en los últimos 5 años; es importante señalar que una parte
importante del consumo interno es cubierto con importaciones, resultando la balanza
comercial negativa para estos productos. En el anexo se incluyen los gráficos con la
evolución del consumo aparente, entre los años 2010 y 2014, de los productos
seleccionados.

14
Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas (2016). Informes de Cadenas de Valor. Ciudad de Buenos Aires.
Condiciones Económicas y Comerciales
Las exportaciones argentinas de productos de la cadena forestal fueron de US$598
millones en 2015, y aportaron el 1,1% al total de las ventas del país al exterior. Por su parte,
en el mismo año las importaciones de productos forestales rondaron los US$1.529 millones,
el 2,6% del total nacional importado. La balanza comercial es estructuralmente deficitaria,
situación que especialmente se profundizó en 2015, cuando el saldo comercial negativo
alcanzó los US$931 millones.
Las ventas de productos forestales al exterior alcanzaron su valor máximo de US$1.077
millones, en 2011, año a partir del cual disminuyen en forma constante; a lo largo de período
analizado, entre los años 2010 y 2015, el valor de las exportaciones forestales decrecieron
a una tasa acumulada anual del -10,8%, debido al menor volumen exportado (t.a.a -15,0%).
Cerca del 36% las exportaciones forestales, en 2015, correspondieron a papel, cartón y sus
manufacturas; seguidos por pasta celulósica (22%), madera y sus manufacturas (19%),
tanino (10%), otros productos forestales (9%), carbón (3%) y muebles de madera el 2%
restante.
El 72% de las ventas en 2015 se concentró en seis países de destino: los más
significativos fueron Brasil (28%) y Chile (18%) y en menor escala Uruguay (8%), Estados
Unidos (8%), México (8%) y China (5%). Considerando también a Paraguay (4,1%) y a
Bolivia (2,8%), los países limítrofes poseen una gran incidencia entre los destinos de la
producción forestal argentina. Estas participaciones se mantienen relativamente estables
en el período 2010–2015, registrándose caídas en las ventas a todos los destinos; las
disminuciones más significativas en valores absolutos corresponden a las exportaciones a
Brasil (-39,4%) y Chile (-47,4%).
Las compras al exterior también mostraron una tendencia declinante entre los años 2010
y 2015, a excepción de2011 -cuando adopta el valor más alto - y del último año analizado;
en dicho período, el valor las importaciones forestales decrecieron a una tasa acumulada
anual del -1%, debido al menor volumen comprado (t.a.a-0,8%), en tanto que los precios
internacionales para el conjunto de productos prácticamente no se modificaron. En 2015, el
63% de las importaciones correspondieron a papel, cartón y sus manufacturas; le siguen
en menor medida los otros productos forestales (15%), pasta celulósica (13%), madera y
sus productos (8%) y muebles de madera (1%). Cabe destacar el comportamiento disímil
entre los productos importados; en efecto, entre 2010 y 2015, las disminuciones más
significativas en valores absolutos corresponden a las importaciones de papel, cartón y sus
manufacturas (-4,7%) y otros productos forestales (-13,8%), mientras que las compras al
exterior de pasta celulósica se incrementaron en un 40,4%.
El principal país proveedor de productos forestales fue Brasil, que concentró el 36% de
las compras argentinas en 2015; en menor medida, otros países desde donde provienen
las importaciones son los Estados Unidos (8%), Chile (7%), China (7%) y Uruguay (6%). En
el período 2010-2015 se registran caídas en las compras desde todos los orígenes, excepto
las provenientes de China y Uruguay. La balanza comercial resulta negativa en todos los
años del período 2010-2015, alcanzando el máximo nivel de déficit en 2015.
A nivel de productos, las importaciones muestran un fuerte predominio de bienes
elaborados para el consumo final, principalmente papel, cartón y muebles, mientras que las
exportaciones más importantes son de bienes intermedios, con menor grado de
elaboración. Esta estructura del comercio replica, en gran medida, la estructura productiva
del complejo en la Argentina, donde predomina un desarrollo escaso de la etapa industrial
y, fundamentalmente, de la segunda transformación —etapa de elaboración de productos
con alto valor agregado.
En el año 2015, cinco de los siete segmentos que conforman la balanza comercial de la
cadena forestal presentaron déficit. El 80% del saldo negativo se debe a las partidas que
conforman el grupo de papel, cartón y sus manufacturas. Las mayores importaciones con
respecto a las exportaciones de otros productos forestales contribuyeron con el 19% del
déficit comercial. Los muebles de madera representaron el 1% del saldo negativo y el 1%
se atribuye a madera y sus manufacturas. Es importante señalar que hasta el año 2011 el
saldo comercial de pasta celulósica fue positivo, a partir del cual se transforma en deficitario
y contribuye con el 8% del déficit en el último año. Por otra parte, los dos segmentos con
saldos positivos fueron tanino y carbón, con el 6% y 2% respectivamente, aportaron a
morigerar el creciente déficit comercial de la cadena en su conjunto.

POSIBLES PROBLEMÁTICAS AMBIENTALES


La industria maderera basada en la explotación de bosques nativos, al menos en los
países subdesarrollados, ha sido una actividad poco o nada sustentable. Desde el punto de
vista ambiental, la extracción del recurso generalmente no ha sido acompañada por
programas de reforestación que asegurasen su disponibilidad para las futuras generaciones
y, por el contrario, esas tierras se han ido destinando a las labores agropecuarias. Desde
el punto de vista social esta actividad presenta consistencias e inconsistencias. Las
primeras están vinculadas a la generación de mano de obra, sobre todo en la etapa inicial
y de desarrollo, que producen un gran dinamismo económico. Las inconsistencias están
relacionadas con los efectos sanitarios que genera y a la inevitable decadencia productiva
en función del manejo inadecuado de los recursos naturales que, al no alcanzar la tasa de
renovación, terminan agotándose, afectando seriamente a las poblaciones.
En muchas regiones del mundo los incendios forestales son cada vez más frecuentes.
Diversos estudios coinciden en que el mayor efecto del cambio climático estará asociado a
la disminución de las precipitaciones y al incremento de la ocurrencia de incendios
forestales. El porcentaje de bosques cultivados afectados por fuego anualmente es de
aproximadamente el 0,5% al 1% de la superficie existente en Argentina. En la Mesopotamia
(Misiones, Corrientes y Entre Ríos) durante 2012 fueron afectadas un número importante
de hectáreas, debido fundamentalmente a aspectos climáticos, ya que los meses de enero
a septiembre se caracterizaron por altas temperaturas, fuertes vientos y extrema sequía,
principalmente en la Región sur de Misiones, norte y centro de Corrientes. Durante el año
2013, en la Mesopotamia hubo exceso de precipitaciones y temperaturas, lo que originó
una importante reducción en la superficie quemada, que significó un 24,6% menos que la
superficie afectada el año anterior.
Si consideramos una tasa de forestación de 40.000 ha/año, lo que representa un
incremento de 1.000.000 m3/año (asumiendo un valor promedio de crecimiento de 25 m3/
ha/año), se obtiene un valor anual de captura de carbono para Argentina de 364.000
toneladas. Haciendo una proyección para el período 2015 -2020, la absorción bruta sería
de aproximadamente 6.679.400 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale al 2,8%
del total de las emisiones netas del país para el año 2000.
En las zonas donde el promedio de lluvias es bajo, el desarrollo de los árboles es escaso,
con lo cual si se realiza una deforestación intensiva traerá como consecuencia
problemáticas ambientales; desertificación por la disminución de humedad, erosión del
suelo y un desequilibrio entre la tala de árboles y el tiempo de crecimiento que requiere
para su desarrollo.15

Problemáticas productivas y laborales


A los fines de estudiar la evolución esperada del mercado de trabajo se ha optado por
desarrollar proyecciones sobre el nivel de empleo en las provincias para las cuales la
gravitación de la actividad forestal resulta de relevancia. Las mencionadas provincias son
Chaco; Corrientes; Entre Ríos; Formosa y Misiones, además del Total País. La opción por
el estudio del empleo y la tasa de empleo radica en el vínculo directo que existe entre el
nivel de actividad económica y la demanda de factor trabajo; vínculo que se encuentra
únicamente afectado por shocks de índole tecnológica y los asociados a los precios
relativos de los factores. Los mencionados shocks pueden redundar en una mayor
intensidad en la utilización de un determinado insumo productivo.
Como comentario final puede indicarse que, para las provincias con un importante peso
relativo del sector forestal, la dinámica del mercado de trabajo es bastante heterogénea y
responde a diferentes factores, tales como la dimensión del empleo público, migraciones,
bajos niveles educativos y de capacitación técnica, desaliento por persistencia de la
situación de desempleo, cambios en la tasa de actividad, etc. Podemos suponer que si se
incrementa el peso de la actividad forestal en esas áreas, esta situación contribuirá en parte
al desarrollo económico y social de la población. Sin embargo, los dramáticos indicadores
de pobreza e indigencia que presentan estas provincias representan un común
denominador entre ellas, así como la alarmante situación de los niveles educativos y de
salubridad, por la ausencia en unos casos, la deficiencia en otros y la dificultad de acceso
a esos servicios.

Incidencias Sociales
Para estudiar las relaciones entre la industria maderera y sus procesos productivos, en
conjunción con el espacio y las relaciones sociales dentro del territorio nacional, podemos
comenzar identificando la realidad de esta industria desde las transformaciones que han
ocurrido durante el siglo XXI.
Para comprender que las modificaciones que surgieron fueron producto de las
necesidades de eficiencia productiva, de las realidades urbanas y por las decisiones de
planificación estratégica del Estado, hay que reconocer que las fabricas se instalaron en los
centros urbanos por aquellas conocidas necesidades de mano de obras cercanas y de
provisión de energías con respecto al mercado de consumo.
Habiendo incursionado en el abordaje de las transformaciones producidas en la industria
maderera, debemos recordar las incidencias producidas por la tecnología dentro de la
actividad tanto primaria como secundaria ha desplazado a las fábricas hacia la periferia de
la ciudad, logrando de esa forma conservar la provisión de recursos necesarios para su
funcionamiento y para contar con una ubicación más efectiva en cuanto a logística y
distribución. Además cercanas a las vías de transporte naval, ferroviario y automotor.16
Si bien el presente más inmediato está absorbido por el frente financiero, la cotización
del dólar y los síntomas de fragilidad externa que ha presentado Argentina ante el cambio

15
Canal Encuentro. “Forestación: Corrientes, Misiones y Entre Ríos”. Ver en:
https://www.educ.ar/recursos/103884/la-forestacion-corrientes-misiones-entre-rios
16
Módulo de la cátedra 4. “Actividades y modificación del espacio” (segunda parte). Apuntes de profesor.
de contexto internacional, es importante ponderar la fuerza que el entramado productivo
local tiene. La industria es parte de la solución al problema argentino de restricción externa,
creación de valor y empleo de calidad; dado que emplea al 22% de la población
económicamente activa, paga un 32% más de salarios y es el sector con mayor potencial
de innovación y vínculo con los servicios y recursos naturales. Y es por esto que la
estrategia económica debe poner por delante una política industrial que dote de
herramientas e incentivos a los inversores de la economía real.
Además la industria está integrada por la Asociación Forestal Argentina que participa del
Consejo Nacional de Certificación de Competencias Laborales y Formación Continua del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, así como de los Organismos
Certificadores de Competencia Laborales de trabajadores del sector forestal y de la madera.
También integra aLa Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, que actualiza acerca
de las mejores estrategias y metodologías para evitar accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales.

ACTUALIDAD Y PERSPECTIVA A FUTURO


De acuerdo a estimaciones del Observatorio FAIMA, la industria de madera y muebles
presentará una contracción en su producción del 8,4% este año y las ventas tendrán una
caída superior al 10%. El sector, conformado en un 98,7% por pymes, atraviesa un
momento crítico en materia de rentabilidad. A la caída de ventas en el mercado local se
suman los aumentos de costos asociados a tarifas de servicios, tasas de interés siderales
y algunos insumos dolarizados. En este sentido, se deterioraron las expectativas de
inversión. El bloque presenta una dinámica heterogénea hacia adentro. Mientras que las
principales urgencias se observan en el rubro mueble y en el segmento de aserraderos
pequeños; los grandes jugadores del sector muestran continuidad en su recuperación en
parte por oportunidades de exportación abiertas para la actividad primaria y primeros
eslabones de la cadena de valor maderera en los últimos meses.
En el micro sectorial, las principales preocupaciones pasan por el financiamiento de la
demanda para sostenimiento del consumo, el financiamiento de empresas tanto en capital
de trabajo como inversión, la carga impositiva y el incremento de las importaciones. El
pasado martes, en reunión con el presidente Macri, se presentaron desde el sector privado
como puntos críticos y de posible resolución en el corto plazo el alivio de algunas presiones
micro que condicionan aún más al sector en esta etapa donde la macro no funciona. En
primer lugar, se solicitó la suspensión por 180 días del sistema de scoring para los planes
de facilidades de AFIP, el cual es particularmente estricto con las pymes que mayores
problemas financieros tienen en momentos de crisis, calificándolas de manera baja y
dejándolas afuera de planes de facilidades, castigándolas por un problema endógeno de
financiamiento de pagos a término y no por su voluntad de pago. En segundo término, se
pidió con especial énfasis que se orienten recursos a herramientas de financiamiento para
capital de trabajo a tasas diferenciales. Con tasas al 60%, la cadena de pagos del sector
empieza a verse rota en regiones clave de fuerte injerencia mueblera como la Provincia de
Santa Fe.17
El desafío no es solo superar esta crisis cambiaria y de deterioro de la macroeconomía;
es importante que en paralelo se muestre de forma contundente una estrategia de política
industrial de mediano y largo plazo que se corra del día a día y que brinde a los sectores
industriales un marco menos propenso a los efectos de ciclo; incorporando aspectos
fiscales y energéticos, de administración de comercio y de estímulos a la inversión real. La

17
Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines. Ver en: http://www.faima.org.ar/
conducción económica debe tener puesta la mirada en un modelo estratégico de desarrollo
en el cuál es imposible obviar el potencial y el aporte del entramado industrial y de sectores
con futuro y potencial como la cadena foresto-industrial.

REFLEXIONES Y CONCLUSIONES
La industria maderera presenta varios matices en los diferentes aspectos que la
configuran. En la Argentina la producción forestal presenta importancia, es uno de los
sectores de la industria más desarrollado y destacado, requiere de una gran cantidad de
condiciones para efectuar la actividad. Dentro del complejo forestal radican varias industrias
menores, que a lo largo de los últimos años fueron realizando innovaciones de diverso tipo.
La madera es utilizada en varias industrias que componen todo el sector forestal, éstas así
mismo se integran, posibilitando que la madera extraída de los bosques nativos e
implantados sea aprovechada en su totalidad.
El crecimiento del sector no viene siendo parejo en cuanto a las distintas industrias que
la forman. Hoy en día, la situación de la actividad forestal está prácticamente determinada
por la localización del circuito productivo. Mientras más cerca se encuentren las materias
primas de los establecimientos fabriles –como los aserraderos– mayor productividad se
desarrollará. Las extracciones de madera, son actualmente las que generan mayor
rendimiento en el sector.
En los últimos años, con el aumento del desarrollo de la agricultura el impacto ambiental
fue afectando de manera negativa la gran cantidad de bosques nativos, que en un principio
en nuestro país representaban una gran porción de hectáreas que fueron siendo arrasadas
por el avance de la actividad agrícola. Esto derivo en la implementación de planificaciones
de bosques implantados que iban a solventar el desequilibro entre la plantación de árboles
y la tala de los bosques. Argentina posee amplias ventajas para la producción forestal a
partir de un patrimonio de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales y 50 millones
de hectáreas de bosques nativos. La cadena forestal del bosque nativo adquiere relevancia
por tratarse de actividades importantes en términos de generación de empleo,
especialmente en la etapa primaria donde es además un factor de retención de la población
rural.
Respecto de la localización de los establecimientos fabriles, es evidente que donde se
concentra el mayor porcentaje de industrias dedicadas a esta actividad corresponde a la
Mesopotamia, región integrada por Misiones –la de mayor desarrollo en extracción– que
las demás provincias de Corrientes y Entre Ríos que vienen adquiriendo un gran
crecimiento.
Los grandes desarrollos económicos de la industria maderera no pueden estar alejados
de las políticas gubernamentales, por este motivo están enlazadas y eslabonadas en un
sistema que las integra y comprende las posibilidades que tiene el sector. Frente a las
políticas implementadas a nivel nacional que integran a los gremios, a los sindicatos, a las
aseguradoras en un enclave que desarrolla cursos de capacitación laboral para utilización
de las maquinarias y la detección de riesgos dentro del ámbito, ampliando el mercado de
consumo de trabajadores. La evolución del empleo total registrado está fuertemente
asociada a la trayectoria de la producción y ha mostrado un menor dinamismo que el
promedio nacional. Hay que reconocer que la industria forestal está, en una escalada de
implementación de maquinaria tecnificada, que amplía los márgenes de ganancia,
poniendo en baja la relación de generación de empleo.
La gran demanda de madera en el mercado global, está destinando a los procesos
productivos hacia diversos destinos. Principalmente a la industria papelera que en la
actualidad está funcionando como el motor del complejo. La misma industria nos describe
que la demanda es tan amplia que las industrias consumidoras como las empresas
multinacionales de producción de alimentos envasados, tiene que importar bobinas de papel,
pasta de celulosa y cartón de tetra pack para hacer frente al consumo de sus
establecimientos dentro de nuestro territorio. Por este motivo puede explicarse el déficit
económico, impulsado por el tipo de cambio que vuelve inestable el sistema productivo. La
realidad es que la industria maderera está atravesando una situación delicada, si bien la
actividad no está estancada, la producción es menor que la de años anteriores. Esto es
producto de la caída de ventas en el mercado interno y un fuerte aumento de los costos. La
industria de papel y cartón durante 2018 observa la mayor producción desde los últimos seis
años destacándose los productos de embalajes, sin embargo, no presenta gran crecimiento
a nivel histórico, el cual es menor al crecimiento de la demanda interna, esto genera que la
industria posea un saldo comercial ampliamente negativo, aun presentando en sus
importaciones productos que también son producidos dentro del país.

Además los datos de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA)


no son para nada alentadores ya que por año el promedio de la caída es de un 8% por lo
que la continuidad de los empleos no se puede garantizar. Además, no solo los obreros son
los que sufren esta falta de empleo, sino que también las familias enteras quedan expuestas
a no cubrir con los productos de una canasta básica.

Por otra parte, las tarifas de servicios que van en aumento generan el atraso de ventas en
el mercado local, por lo que calculamos que la caída sería más que sólo un 8% si además
le sumamos las tasas de intereses y algunos insumos dolarizados que condicionan la
rentabilidad del sector deteriorando las expectativas del sector.

Por este motivo creemos que este sector va a tener que realizar un esfuerzo enorme para
subsistir en este contexto. Para tal objetivo deberá contar con la ayuda del sector público
que deberá colaborar con sus herramientas para emerger algunas esperanzas. Por otra
parte el sector financiero que es el que cosecha todos los beneficios, no contribuye con
esfuerzos para estabilizar la situación y salir de esta situación que en verdad se torna
insostenible. Estas preocupaciones de la actividad cada día se hacen más urgentes si
hacemos un análisis de lo que es el financiamiento de la demanda a la oferta productiva y
de capital de trabajo, a los aspectos tributarios, laborales y de comercio exterior.

En cuanto al análisis de los efectos ambientales de las plantaciones forestales, creemos


que estas no deberían establecerse en las tierras que ya poseen bosques naturales. Si bien
las plantaciones generan un rol muy importante en el mantenimiento del ciclo hídrico,
además de crear empleo y oportunidades de ingresos, hay que tener en cuenta que también
la planificación y programas de plantaciones se debería tomar consideración los amplios
efectos sociales de estos programas, sobre todo cuando repercuten sobre las personas sin
tierras y sin un gramo de ventaja. A lo mejor sería más rentable si en un futuro hubiera más
plantaciones en gran escala pero de una especie y de una estructura simple para
proporcionar principalmente maderas industriales. Por otro lado, creemos que el
establecimiento de plantaciones con una estructura más compleja, que incluyan el uso de
especies mixtas y de distintas edades en una variedad de situaciones, minimizará el riesgo
para los pequeños cultivadores y cumplirá con otros objetivos tales como la restauración de
tierra degradada o fines asociados con el esparcimiento y el recreo.
Bibliografía
● Biritos, A.; Ferrari, M.; Fraga, C.; Françoise, C.; Herrera, S. & Quintal, A. (2011).
Industria de la Madera. Facultad de Ingeniería & Universidad Nacional de Cuyo.
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de2018).Recuperado de
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