Está en la página 1de 1

Un Documento Histórico Sobre Jesucristo

Se trata de una carta por Publius Lentulius de Poncio en calidad de Gobernador de Judea,
carta dirigida al Emperador Romano, César, en la que trata de Jesucristo. El documento
está escrito en latín y data del tiempo que apareció Jesucristo como predicador del
pueblo, o sea, en los comienzos de su vida pública. Damos a continuación la traducción
castellana de dicho documento. Fue descubierto en Roma en el año 1914 en la Biblioteca
de los Padres Lazaristas, y no está claro si es auténtico.

“El Gobernador de Judea, Publius Lentulius, al Gobernador Romano: Supe, ¡Oh César!
que tú deseabas saber algo respecto al hombre virtuoso que se llama Jesucristo y a quien
el pueblo considera como Profeta y como Dios y de quien sus discípulos dicen que es el
Hijo de Dios, Creador del Cielo y de la Tierra. En realidad, ¡Oh César!, se oyen de El
diariamente cosas maravillosas. Para decirlo brevemente, El hace resucitar a los muertos
y sana a los enfermos. Es hombre de mediana estatura, de un aspecto benigno, de
grandísima dignidad, lo cual se manifiesta en su rostro de tal manera que considerarlo
uno, infaliblemente siente la necesidad de amarlo y de temerlo. Su cabello largo y caído
sobre las orejas tiene un color de nueces maduras y desde allí cayendo sobre las
espaldas de un color brillante dorado. En la mitad de la cabeza, está dividido, según lo
usan los Nazarenos. La frente lisa y la cara sin arrugas, ni manchas. La barba igual al
cabello de la cabeza en el color, es crespa y sin ser larga, se divide en el medio. La
mirada seria posee la virtud de un rayo solar. Nadie le pude mirar fijo en los ojos. Cuando
habla amonestando, inspira temor, pero apenas acaba de reprender está como llorando.
A pesar de ser muy severo es muy afable y amable. Se dice que nadie le ha visto reír,
pero sí llorar. Todos encuentran su conversación afable y agradable. Pocas veces
aparece en público y cuando lo hace, se le ve siempre muy modesto. Tiene una
presentación muy noble. Es hermoso. Por lo demás, su madre es la mujer más hermosa
que jamás se haya visto en estas regiones.

¡Oh César! Si tú deseas verlo, como me has escrito una vez, házmelo saberlo y te lo
enviaré en seguida. El no hizo nunca estudios; no obstante, sabe todas las
ciencias. Anda descalzo y con la cabeza descubierta. Muchos al verlo de lejos se ríen,
pero apenas se acercan tiemblan y lo admiran. Dicen que jamás se ha visto en estas
tierras un hombre semejante a Él.

Los hebreos aseguran que jamás se ha oído una doctrina como la suya. Muchos dicen
que Él es Dios, algunos que es enemigo del César. Los malos hebreos se molestan
mucho. Pero jamás se dice ha dejado descontento a alguno, más bien su intento es
dejar contento a todos.

En todo caso ¡Oh César! cumpliré cualquier orden que tú me mandes respecto a Él.

En Jerusalen inbisto 7 del undécimo mes.

PUBLIUS LENTULIUS
Gobernador de Judea

También podría gustarte