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Actas Dermosifiliogr 2001;92:233-238

CASOS CLÍNICOS

Foliculitis pustulosa eosinofílica (enferm edad de Ofuji):


respuesta al interferón alfa 2b

Resumen.—La foliculitis pustulosa eosinofílica se caracteriza ELOY RODRÍGUEZ-DÍAZ*


M .ª LUISA JUNQUERA LLANEZA*
por la aparición de placas muy pruriginosas, de mor fología DOLORES NOSTI M ARTÍNEZ*
circin ada, con stituidas por pápulas y pústulas foliculares. Las ARM ANDO BARRIO FUERTES*
LUIS PRADO D’ALM EIDA* *
lesion es se localizan en cara, tronco y extremidades superiores. ANTONIO M ARTÍNEZ M ERINO* * *
La biopsia de las lesiones revela un infiltrado de eosinófilos * Servicio de Dermatología.
y n eutrófilos tan to en el infundíbulo como en la glándula * * Servicio de Hematología.
* * * Servicio de Anatomía Patológica.
sebácea. Es h abitual la existencia de leucocitosis periférica Hospital de Cabueñes. Gijón (Asturias).
con eosin ofilia.
Describimos el caso de un hombre de 46 años que consultó por
la aparición de múltiples lesiones eritematosas y pustulosas,
muy prurigin osas, distribuidas por brazos, tronco y cara. El
h emograma reveló una eosinofilia periférica del 21%. El
examen h istopatológico de varias piezas de biopsia reveló la
existen cia de un denso infiltrado inflamatorio folicular, con
abun dan tes eosin ófilos, especialmente en el interior de la
glán dula sebácea. No se pudo demostrar ningún tipo de
patología asociada. Después de 3 años de enfermedad resistente
a múltiples tratamientos, el inter feron alfa 2b con siguió la
remisión de la en fermedad.
La foliculitis pustulosa eosinofílica es una dermatosis de
etiología descon ocida. Aunque se han comunicado ejemplos
en in dividuos san os inmunocompetentes, la enfermedad puede
estar asociada a algún tipo de malignidad hematológica. En
fun ción de n uestros hallazgos consideramos que nuestro caso
se correspon de con la forma idiopática clásica de la Correspondencia
en fermedad, in icialmente descrita por Ofuji. ELOY RODRÍGUEZ DÍAZ. Avda. de la Consti-
Palabras clave: Foliculitis pustulosa eosinofílica. Enfermedad tución, 30, 5.° dcha. 33207 Gijón.

de Ofuji. Eosin ófilo. Inter ferón. Aceptado el 15 de enero de 2001.

INTRODUCCIÓN rrentes de pápulo-pústulas foliculares estériles, agrupadas


en áreas bien delimitadas de la piel, configurando placas
Isé y Ofuji ( 1) publicaron en 1965 un trabajo a pro- de morfología circinada, que tienden a la progresión cen-
pósito de una dermatosis que entonces interpretaron trífuga y a la involución central (5). La distribución pre-
como una variante folicular de la dermatosis pustulosa ferente de las lesiones es en las zonas más seborreicas de
subcórnea, si bien Ofuji y cols. la reconsideraron poco la piel: cara, espalda y zona más proximal de la superficie
después como una dermatosis individualizada (2). Fue de extensión de las extremidades superiores (6-9). Con
llamada enfermedad de Ofuji en 1974 ( 3) . El primer relativa frecuencia existe también afectación palmoplan-
caso español fue publicado por Dulanto y cols. en 1977; tar (10, 11), razón por la cual, ante la ausencia de folícu-
ésta fue la primera observación en un paciente de raza los en estas localizaciones, algunos autores prefieren evi-
no oriental ( 4) . tar el término «foliculitis» y han propuesto denomina-
Las manifestaciones clínicas de la foliculitis pustulosa ciones tales como «dermatosis pustulosa eosinofílica» o
eosinofílica (FPE) consisten en la aparición de brotes recu- «pustulosis eosinofílica estéril» (12). La enfermedad pre-

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RESPUESTA AL INTERFERÓN ALFA 2B

domina en varones, en la tercera-cuarta década de la vida.


El prurito no es un síntoma constante; aparece en el
40-50% de los casos. En ocasiones existe cierta alteración
del estado general. Se suele acompañar de leucocitosis y
una eosinofilia periférica mayor del 5%. Los cultivos bac-
terianos y micológicos siempre resultan negativos (13, 14).
La evolución habitual de la FPE es crónica, con exacer-
baciones y remisiones a lo largo de un período variable
de tiempo que llega en los casos de evolución más pro-
longada a varios años.
Desde el punto de vista histopatológico, en las eta-
pas iniciales se observa espongiosis en la pared del
infundíbulo a expensas de un infiltrado de eosinófilos
y algunas células mononucleares. En etapas más avan-
zadas del proceso puede apreciarse un auténtico clivaje FIG. 2.—Lesiones polim orfas en cara y cuello cabelludo.

o vesícula longitudinal, con neutrófilos, linfocitos y gran


número de eosinófilos, que separa toda la pared infun -
dibular, afectando, con frecuencia, a la propia glándula zona interescapular de la espalda. De una manera más
sebácea (15). Algunas pústulas se extienden desde el difusa se advertían en la cara y zona frontoparietal del
infundíbulo hacia la epidermis vecina formando pús- cuero cabelludo ( Fig. 2) , así como en la porción supe-
tulas epidérmicas subcórneas, secundarias en este caso, rior del tronco ( Fig. 3) , elementos inflamatorios poli-
pues la pústula es primariamente intrafolicular (4). Es mor fos, de más pequeño tamaño, cuyo examen más
posible encontrar, además, algún grado de degenera- cercano permitía advertir que se correspondían tam-
ción mucinosa de la vaina epitelial externa (16, 17). bién con placas de foliculitis agminada. No se palpa-
ban visceromegalias ni adenopatías. No había fiebre,
sudoración anómala ni pérdida de peso.
DESCRIPCIÓN DEL CASO Realizadas dos biopsias cután eas ambas revelaron
h allazgos semejan tes ( Fig. 4) . Se trataba de un pro-
Varón de 46 años, ex fumador, bebedor moderado, ceso in flamatorio cen trado en el folículo piloso, cuyo
con antecedentes personales de incompetencia del can al in fun dibular aparecía ocupado por un absceso
píloro, hipertrigliceridemia, ulcus duodenal e intole- que, secun dariamen te, daba lugar a imágen es de ve-
rancia a picaduras de artrópodo, sin tratamiento far- sículas epidérmicas subcórn eas en la vecin dad del
macológico habitual, que consultó por una dermatitis óstium folicular. La infiltración inflamatoria era causa
muy pruriginosa de 8 meses de evolución, refractaria de exocitosis en la pared del in fun díbulo folicular y
a los varios tratamientos antifúngicos orales y tópicos en la glán dula sebácea. En tre las células in flamato-
que hasta ese momento se le habían indicado. rias destacaba un gran n úmero de eosin ófilos. Exis-
La exploración cutánea reveló la presencia de varias tía, además, un in filtrado in flamatorio muy rico en
placas circulares con gestivas y edematosas, en cuya eosin ófilos, de localización perivascular y perifoli-
periferia más activa se advertían pústulas de localiza- cular. Realizada tin ción con azul alcián a pH 2,5, se
ción folicular. Presen taba una placa grande en brazo puso de man ifiesto la presen cia de mucin a, en can -
izquierdo ( Fig. 1) , un a en cada mejilla y varias en la tidad algo mayor de la habitual, en el interior de algu-

FIG.1.—Lesión anular en brazo izquierdo. FIG. 3.—Lesiones ocupando la porción superior de la espalda.

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En los 2 años posteriores a su diagnóstico el


paciente siguió todos los siguientes tratamientos en
combinaciones diversas y sin apenas resultados clínicos:
prednisona entre 20 y 60 mg/ día; sulfona, 100 mg/ día;
ranitidina, 300 mg/ día; doxepina, 75 mg/ día; dexclor-
feniramina, 6-18 mg/ día; cetiricina, 10 mg/ día; indo-
metacina, 50-100 mg/ día; hidroxicina, 25-50 mg/ día; itra-
conazol, 100 mg/ día; isotretinoína, 60 mg/ día, fotote-
rapia (PUVA) ; ciclosporina, 300 mg/ día, y diversos
tópicos ( corticosteroides, permetrina, cetoconazol) .
La evolución del paciente había sido mala hasta ese
momento por la persistencia de gran número de lesio-
nes inflamatorias activas y especialmente por la exis-
tencia de un prurito invalidante. En general, la expre-
FIG. 4.—Absceso folicular con gran núm ero de eosinófilos. sión clínica de la enfermedad había sufrido cierta
variación, evolucionando desde las iniciales lesion es
anulares bien delimitadas, hacia una piel infiltrada de
n as estructuras foliculares, en tre las células del in fil- una manera más difusa por pápulas foliculares (ya ape-
trado in flamatorio ( Fig. 5) . nas pústulas) asemejándose algo a la clínica de la muci-
Entre las exploraciones complementarias realizadas nosis folicular. Repetidas biopsias cutáneas revelaron
resultaron con valores dentro de la normalidad la bio- hallazgos idénticos a los iniciales.
química sérica, VSG, pruebas de fun ción h epática, Finalmente se inició tratamiento por vía subcutánea
protein ograma, in mun oglobulin as in cluyen do IgE, 3 días por semana con inter ferón alfa 2b en dosis pau-
ANA, complemen to, radiografía de tórax, ECO abdo- latinamente crecientes hasta alcanzar en 4 semanas la
minal, estudio ECO-cardiológico, frotis de sangre peri- dosis de 9 millones de unidades por administración.
férica e in mun ofen otipo de subpoblacion es lin foci- A partir de la sexta semana de tratamiento se consi-
tarias. Fueron negativas las serologías para VHA, VHB, guió por vez primera en 3 años de enfermedad una
VHC, VIH y lúes, así como varios cultivos de exuda- remisión completa del cuadro clínico, así como la total
dos y biopsias cutáneas en medios para bacterias, hon - normalización de la eosinofilia sanguínea. En la actua-
gos y micobacterias. Sólo destacaba en el hemograma lidad el paciente sigue en este régimen de tratamiento
un a leve leucocitosis ( in icialmen te 13.460/ mm 3) y ( previsto para un año) , con una excelente tolerancia
un a eosin ofilia que duran te el seguimien to del a la medicación.
pacien te h a oscilado desde un mín imo del 6%
( 630/ mm 3) a un máximo del 21% ( 2.390/ mm 3) . La
biopsia de médula ósea reveló un a médula ligera- DISCUSIÓN
mente hipercelular a expensas de la serie blanca (rela-
ción mieloide/ eritroide, 65/ 35) , con eosinofilia mar- La etiología de la FPE es desconocida. La enfer-
cada ( 16%) y h ierro aumen tado en depósitos ( side- medad se puede interpretar como una reacción de
roblastos, 35%); el inmunofenotipo celular en médula hipersensibilidad foliculocéntrica a estímulos antigé-
ósea fue n ormal. nicos de localización folicular en un terreno de dis-
regulación inmune que favorece el protagonismo del
eosinófilo como célula efectora final. La expresión
focal de ciertas moléculas de adhesión (ICAM-1) deter-
minaría la migración selectiva de los eosinófilos ( con
LFA-1) hacia la vaina epitelial externa folicular ( 18) .
Se ha descrito algún ejemplo de cuadros de superpo-
sición con otras enfermedades cutáneas caracterizadas
por infiltrados eosinofílicos, tales como la enfermedad
de Kimura, la gastritis eosinofílica o la celulitis eosi-
nofílica ( 19) .
Entre las hipótesis fisiopatológicas para explicar esta
enfermedad se ha especulado sobre un cierto papel
de la actividad sebácea por diversas razones: la distri-
bución de las lesiones en las áreas más seborreicas de
la piel, los habituales antecedentes personales de acné
FIG. 5.—Tinción con azul alcián. Gran núm ero de eosinófilos y pre-
en las personas afectadas y finalmente los cambios his-
sencia de escasa m ucina intrafolicular. topatológicos que respetan totalmente la porción infe-

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rior del folículo por debajo de la glándula sebácea (5). descendidas en la enfermedad (36). Curiosamente es
De h ech o, en lípidos de la super ficie cutánea, obte- un hecho conocido que en los pacientes VIH predo-
n idos de áreas seborreicas de los enfermos, se ha mina la respuesta linfocitaria Th2 (37). En algunos tra-
demostrado la existen cia de factores quimiotácticos bajos se ha demostrado la existencia de inmunoglo-
para los eosin ófilos ( 20) . bulinas circulantes dirigidas, bien contra el citoplasma
Se han comunicado ejemplos, interpretados como de las células basales epidérmicas y de la vaina epitelial
FPE, en los cuales se pudo establecer relación con agen- externa folicular (38) o bien contra la sustancia inter-
tes etiológicos específicos. Se trataría en estos casos de celular (39), lo cual vincularía la enfermedad con fenó-
un patrón de respuesta inflamatoria exagerada a sapró- menos de autoinmunidad.
fitos o patógenos foliculares como Demodex foliculorum, Los tratamientos que hasta el momento se han comu-
dermatofitos (21, 22), Pseudomonas aeruginosa (23) o nicado útiles en la FPE incluyen corticosteroides ora-
larva migrans (24). Recientemente se ha sugerido la les y tópicos, cetirizina (acción antieosinofílica) (40), col-
posible implicación en la enfermedad de un retrovirus chicina, dapsona (41, 42), minociclina, cetotifeno, oxi-
no identificado relacionado con el HTLV-1 (25). En fenbutazona, indometacina (inhibidor de síntesis de
cuanto a la controvertida asociación con la infección metabolitos del ácido araquidónico, como el LT-B4, qui-
VIH (26), más bien parece que se trata ésta de una enti- miotácticos para eosinófilos) (43, 44), isotretinoína
dad clínica individualizada que comparte únicamente (inhibición de factores quimiotácticos cuya presencia se
con la enfermedad de Ofuji sus características histo- sospecha en los lípidos sebáceos) (45), acitretino
patológicas (27). También se ha descrito una forma de (inductor de maduración de los queratinocitos folicu-
foliculitis eosinofílica infantil (28). El diagnóstico dife- lares activados en la FPE) (46, 47), fototerapia UVB (48),
rencial entre estas tres variantes clínicas de foliculitis PUVA, ciclosporina (49), interferón-gamma e interfe-
eosinofílica se resume en la tabla I. rón-alfa 2b (efecto inhibitorio de la función de los Th2
No es infrecuente encontrar la FPE en un terreno de que segregan IL-5) (50, 51). Destacaremos, por su espe-
disregulación inmune. Se han descrito anomalías en las cial predicamento, los esteroides sistémicos, la sulfona
inmunoglobulinas, defectos en la movilidad de los neu- y la indometacina. Con todo, algunos pacientes parecen
trófilos y alteraciones en las funciones supresoras de las no responder a ningún régimen terapéutico. Existen
células T (29-31). Entre las posibles patologías asocia- algunos casos comunicados de evolución fatal per se (52)
das no resulta rara la asociación con malignidad hema- o por la patología asociada (33).
tológica: síndrome mielodisplásico (32), linfoma no Creemos que esta observación clínica tiene interés
Hodgkin (30, 33), leucemia linfocítica crónica (34), leu- como ejemplo característico de FPE clásica, a la cual
cemia mieloide aguda, mieloma y macroglobulinemia se ha de restringir la denominación de enfermedad
de Waldenström (35). Las citocinas de los linfocitos de Ofuji. En este paciente la inicial evolución refrac-
Th2, como la IL-5, se han comprobado elevadas en los taria a los tratamientos y el intenso prurito fueron
pacientes con FPE, y esta citocina es un potente factor causa de un importante deterioro en la calidad de
quimiotáctico para eosinófilos. Por el contrario, cito- vida. Únicamente el tratamiento con inter ferón ha
cinas de origen Th1 como el interferón gamma están conseguido un adecuado control de la enfermedad.
Además no descartamos la posibilidad de que el cua-
dro cutáneo pueda ser consecuencia de una patolo-
TA BLA I: VARIANTES CLÍNICAS DE FOLICULITIS gía sistémica oculta, circunstancia que sólo el segui-
EOSINOFÍLICA (FE) miento prolongado podrá determinar.
FE clásica FE asociada Finalmente consideramos que el patrón histológico
FE infantil de reacción folicular eosinofílica, aunque muy carac-
(Ofuji) a infección VIH
terístico, quizá no resulte tan exclusivo de la FPE como
Descripción Ofuji, 1970 (2). Soeprono, 1986 (26). Lucky, 1984 (28). alguna vez se consideró ( 53) . El fenómeno puede
Edad 3.a-4.a década. Cualquiera. Primer año. representar más bien un hallazgo histopatológico
Morfología Pápulo-pústulas agru- Pápulas aisladas. Pápulo-pústulas común a varias enfermedades, que sólo el avance en
padas en placas cir- aisladas.
cinadas.
el conocimiento permitirá ir discriminando del cua-
Distribución Cara, tronco, proxi- Generalizado. Cuero cabelludo, dro clínico descrito por Ofuji ( por ejemplo, dermati-
mal de miembros frente. tis papulosa del VIH, foliculitis por patógenos espe-
superiores. cíficos) . Es en este contexto cuando se hará posible
Prurito 50%. Siempre. No (?). también una más correcta delimitación nosológica de
Evolución Exacerbaciones y Crónico. Exacerbaciones la enfermedad de Ofuji.
remisiones. y remisiones.
Recuento Elevado. Disminuido. Elevado. Abstract.—Eosinophilic pustular folliculitis is
leucocitario
characterized by pruritic circinate plaques that are
Enfermedad ¿Malignidad hema- Infección VIH. No .
sistémica tológica? studded with follicular papules and pustules. Lesions
are located chiefly on the face, trunk and arms.

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Biopsies of lesion s demonstrate an infiltrate of 10. Saruta T, Nakamizo Y. Eosinophilic pustular folliculitis: par-
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in fun dibula an d th e sebaceous glands. Peripheral
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n oph ilic pustular folliculitis. Report of two cases with a
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On th e basis of our findings, we propose that 19. Andreano JM, Kantor GR, Bergfeld WF, Tuthill RJ, Taylor JS.
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