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3 barreras que te impiden tomar decisiones y cómo

superarlas
¿Por qué nos cuesta tanto tomar decisiones?

El problema de la indecisión nace en la niñez. Muchos padres no entrenan a


sus hijos adecuadamente para que aprendan a tomar decisiones
sabias. Con las mejores intenciones, toman decisiones por sus hijos y no les
explican cómo funciona el proceso mental que es necesario conocer para
analizar una situación y resolverla con éxito.

Las tres razones principales por las que no tomamos decisiones y qué
puede hacer al respecto.
1. Temor al fracaso

Uno de los mayores obstáculos para un emprendedor es el miedo al fracaso. Cada vez
que nace una idea para un proyecto, el temor alza su cabeza fea y propone una serie de
desenlaces fatales que lo desalientan.

De pronto la idea ya no es tan brillante y el emprendedor se desanima, si sigue


meditando en los posibles malos resultados.

Y justamente ahí está la clave. No hay que enfocarse en una posible derrota.

Es verdad que todo negocio tiene su riesgo y es importante educarse para aprender a
medirlo adecuadamente, pero jamás se podrá eliminar en su totalidad.

Por eso hay que prepararse lo mejor posible y ser persistente positivo para actuar ante la
inceetidumbre.

2. Falta de ideas

Otra razón por la cual no se toman decisiones es por no saber con exactitud qué hacer.

Debido a los métodos de educación empleados en la mayoría de los establecimientos


educacionales, estamos demasiado acostumbrados a seguir complacientemente las
instrucciones de otros en vez de tener iniciativa y motivación propia.
¿Adónde se fue la creatividad?

El espíritu emprendedor, que yace en todo ser humano, se queda dormido mientras la
mente humana se programa para seguir la agenda propuesta por los demás en forma
pasiva. Éste proceso, a lo largo de los años, lleva a una pérdida en la iniciativa y la
creatividad en las personas.

Nuestro espíritu emprendedor, que yace dormido en nosotros, puede ser revivido. Es cosa de
alimentarse con la información correcta. Esta puede provenir de libros, cursos o de mentores
que nos inspiran a soñar de nuevo y a reconectarnos con ese motor creativo

3. Dejar las cosas para mañana

Es un mal hábito. Y es un engaño. El dejar las cosas para mañana nos deja con la idea de que
estamos activos, ocupados en planificar algo, pero, en realidad, estamos estancados y no
avanzamos.

Para vencer este mal hábito, hay que disciplinarse y obligarse a salir de su zona de confort.
Cuando llega el momento para tomar acción, ¡hay que actuar!

Las personas de éxito son personas que toman acción todo el tiempo. ¿Se equivocan? Si,
muchas veces. Pero avanzan, en vez de quedarse estancados en una zona de confort que los
mantendrá cautivos en un nivel que es inferior a sus capacidades.

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