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CASO: ANALISIS DE LA CADENA DE VALOR

Los nuevos paradigmas enfocados a la responsabilidad social empresarial señalan


que un enfoque basado en el beneficio al medio ambiente y a la sociedad de manera
sostenible es mucho mejor que el asistencialismo que en nuestro país se entiende
como responsabilidad social.

En el libro: La fortuna la Base de la Pirámide refiriéndose a la cadena de valor


aplicada como una forma de responsabilidad social señala que “la búsqueda es
romper con el paradigma de la dicotomía “lo social o los negocios” y así desarrollar
un nuevo paradigma que piense “lo social y los negocios””

La cadena de valor es una forma efectiva de integrar esos dos conceptos ya que
genera beneficio en el entorno en el que opera la empresa, los casos analizados
están enfocados en los proveedores, que son una parte fundamental de la cadena
productiva, y estas empresas además de asegurarse de obtener buenos insumos,
desarrollan su responsabilidad social estableciendo relaciones con proveedores
locales, generando empleos en la comunidad e impulsando el trabajo de las Pymes,
además, una parte fundamental es asegurar el bienestar de los trabajadores de los
proveedores, estableciendo requisitos tales como la seguridad en el lugar de
trabajo, el no trabajo infantil, el trato amable hacia la naturaleza, entre otros; antes
de establecer relaciones de negocios.

En nuestro país podemos citar como ejemplo al sector productor de uva, vinos y
singanis que integra su negocio con la comunidad de manera efectiva al aplicar una
cadena de valor, El Complejo Productivo de Vinos y Singanis aglutina actores de
diversos sectores socio económicos, entre ellos pequeños, medianos y grandes
productores de uva, y también pequeñas medianas y grandes bodegas.

La producción ha venido creciendo a un promedio anual de 7% y repercute


positivamente en el desarrollo de áreas rurales del país por el uso intensivo de mano
de obra apoyando de manera directa a la generación de 3.400 empleos dignos y
permanentes en el país
El 78% del empleo se relaciona con la producción de vino y singani (2.659) y el 22%
restante con la producción de uva de mesa (741). De las 2.659 personas que están
involucradas en los vinos y singanis, 1.559 trabajan en el cultivo de la uva, 900
trabajan en bodegas grandes tecnificadas y 200 en bodegas pequeñas y medianas.
De acuerdo al estudio “Socio-económico de la cadena de Uvas, Vinos y Singanis”
realizado por la Fundación FAUTAPO, para que una familia campesina abandone
su condición de extrema pobreza le basta con cultivar 0.6 hectáreas de uva. Por lo
tanto, la cadena de uvas, vinos y singanis ha sacado de la extrema pobreza a 2.300
familias y tiene la capacidad de sacar de la pobreza a una familia por cada hectárea
de producción que se incremente.

La uva tiene también un impacto medio ambiental positivo ya que recupera los
terrenos erosionados donde se hizo el cultivo. Finalmente, la cadena tiene un
significado cultural por que promueve la cohesión social, como son las
celebraciones durante la vendimia, y el orgullo nacional, ya que Tarija es sinónimo
de uva, y el singani es una bebida que solamente se produce en Bolivia.

Sin embargo, haciendo una comparación de este caso en nuestro país y los casos
analizados anteriormente, podemos ver que si bien hay generación de empleos al
proveerse de uva local para las empresas productoras de vinos y singanis, estas
empresas no tienen una política de selección de proveedores que garanticen la
calidad del ambiente laboral o de la condición de vida de los trabajadores, o el no
trabajo infantil u otras condiciones que garantizan el bienestar de la sociedad que
esta en el entorno y el actuar ético de sus proveedores.

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