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Las muchas víctimas de la violencia

Introducción

El presente trabajo investigativo constituye una contribución de primer orden a nuestro

conocimiento de la violencia y de su repercusión en las sociedades, su principal objetivo es hacer

efectiva la protección de los niños, niñas, adolescentes, mujeres y adultos mayores que son

víctimas de violencia de género y permitir la conciliación de los requerimientos de la vida laboral

con sus necesidades específicas, evitando la vulneración de derechos fundamentales.

Se evidencia hoy en día diversos rostros de la violencia, desde el sufrimiento "invisible" de

los individuos más vulnerables de la sociedad a la tragedia tan notoria de las sociedades en

conflicto. Hace progresar nuestro análisis de los factores que conducen a la violencia y las posibles

respuestas de los distintos sectores de la sociedad, y con ello nos recuerda que la seguridad y las

garantías no surgen de manera espontánea, sino como fruto del consenso colectivo y la inversión

pública.

A su vez, se ha demostrado que las personas víctimas de violencia de género que acuden a

los servicios de salud presentan un mayor riesgo de depresión, ansiedad, estrés postraumático

y suicidio (Tarzia, 2016) problemas físicos (heridas, fracturas, contusiones); abuso de sustancias

(tabaco, alcohol y otras drogas) infecciones de transmisión sexual y abortos selectivos. Por otro

lado, el país carece de una estrategia de seguridad ciudadana para las víctimas de la violencia. Por

ello poco se ha hecho por involucrar integralmente a todos los sectores, instituciones y organismos

que tienen algún tipo de compromiso y responsabilidad con la problemática de la violencia y de la

seguridad ciudadana. Como política ha primado una concepción de la seguridad en la que tiene

prioridad una fase del ciclo de la violencia: el control; por tal motivo, el énfasis ha sido policial y
legal. Se han desarrollado propuestas aisladas que no abordan de manera sistemática y eficiente el

conjunto de la violencia y la seguridad ciudadana. A pesar de ello la mayoría de las personas

víctimas de violencia no denuncian sus experiencias ni a la policía ni a una organización de

apoyo a las víctimas de este tipo de delitos (European Union, 2014)

El trabajo estudia, por un lado, la evolución legislativa sobre el reconocimiento de derechos

laborales y de Seguridad Social a las mujeres víctimas de violencia de género en nuestro país. Y

se delimita, por otro lado, el perfil y contenido actual de estos derechos, tal y como se definen del

conjunto de las leyes, y según se está posibilitando su ejercicio en la práctica. Además, se trata de

reflejar los logros y carencias detectados durante este tiempo en su aplicación, de donde surgen

propuestas para el futuro.

Nos encontramos ante una materia viva, en constante evolución, y sobre la que se están

realizando importantes esfuerzos, dada la magnitud demostrada de la problemática de la violencia

de género. De ahí que el objetivo último de este estudio sea abrir posibles líneas de actuación, de

cara a mejorar en un futuro, y dentro de este devenir, la protección y asistencia de las mujeres

maltratadas, en este caso desde el ámbito laboral.


Resumen

Los índices de violencia contra las niñas, niños, adolescentes, mujeres y adultos mayores

se refleja en diferentes formas de maltrato dentro del marco de la violencia social; no solo son

sostenidamente más altos, sino también más complejos a medida que se los estudia y detalla. Así

surgen las victimas secundarias o silenciosas de la violencia social.

La violencia es tan frecuente que muchas personas no comprenden que constituye un abuso,

la toleran e incluso la justifican. El reciente informe de UNICEF “Ocultos a plena luz” revela datos

estremecedores sobre la grave prevalencia de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes en

todo el mundo.

En la mayoría de casos, las víctimas se quedan calladas. Es así que 7 de cada 10 niñas

adolescentes entre 15 y 19 años, que sufrieron de violencia física y/o sexual, indicaron que nunca

pidieron ayuda, muchas dijeron que no se percataban de que sufrían una forma de violencia. Y

casi la mitad de las niñas de todo el mundo (126 millones) creen que en algunas ocasiones se

justifica que los maridos o las parejas íntimas golpeen o agredan físicamente a sus conyugues.

La violencia es un fenómeno sobre el que aún se conoce muy poco, dado a que no se

denuncia y que no se registran los casos en la medida en que se debería.

En España, las mujeres que han sufrido episodios de violencia por sus parejas y

desarrollan trastornos psíquicos, como crisis de ansiedad, depresión, síndromes de estrés

postraumáticos o abuso de alcohol y/o sustancias psicoactivas, son derivadas entre otras, a las

consultas de enfermería de los centros de salud mental (CSM). En los CSM, a las mujeres se

les aplica un plan integral de atención, por un equipo interdisciplinar. En este plan se realiza

un acompañamiento y seguimiento, con el que se pretende fomentar actitudes, valores y


actividades que favorezcan la autonomía personal de la mujer. Además, se intenta que la paciente

víctima de violencia hable de su relación traumática con el agresor ayudándola así a visibilizar

la naturaleza de su relación abusiva y superar la negación, culpa y otras secuelas psicológicas. Por

último, se potencia todos los recursos psíquicos y sociales de la mujer, para poder comenzar una

nueva vida. (Comunidad de Madrid, 2014)

Las raíces de la violencia

No existe un factor que explique por sí solo por qué una persona se comporta de manera

violenta y otra no lo hace. En el análisis realizado en el marco del Informe mundial sobre la

violencia y la salud se ha recurrido a un modelo ecológico que tiene en cuenta numerosos factores

biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos que influyen en la violencia. El modelo

consta de cuatro niveles: el individual, el relacional, el comunitario y el social. En el nivel

individual se examinan los factores biológicos y de la historia personal que aumentan la

probabilidad de que una persona se convierta en víctima o perpetradora de actos violentos. Entre

los factores que es posible medir se encuentran las características demográficas (edad, educación,

ingresos), los trastornos psíquicos o de personalidad, las toxicomanías y los antecedentes de

comportamientos agresivos o de haber sufrido maltrato. En el nivel relacional se investiga el modo

en que las relaciones con la familia, los amigos, la pareja y los compañeros influyen en el

comportamiento violento, teniendo en cuenta a tal efecto factores como el hecho de haber sufrido

castigos físicos severos durante la infancia, la falta de afecto y de vínculos emocionales, la

pertenencia a una familia disfuncional, el tener amigos delincuentes o los conflictos conyugales o

parentales. En el tercer nivel se exploran los contextos comunitarios en los que se desarrollan las

relaciones sociales, como las escuelas, los lugares de trabajo y el vecindario, y se intenta identificar

las características de estos ámbitos que aumentan el riesgo de actos violentos (por ejemplo, la
pobreza, la densidad de población, altos niveles de movilidad de residencia, la carencia de capital

social o la existencia de tráfico de drogas en la zona). El cuarto nivel se centra en los factores de

carácter general relativos a la estructura de la sociedad, como las normas sociales que contribuyen

a crear un clima en el que se alienta o se inhibe la violencia, aunque también tiene en cuenta las

políticas sanitarias, económicas, educativas y sociales que contribuyen a mantener las

desigualdades económicas o sociales entre los grupos de la sociedad. Además de esclarecer las

causas de la violencia y sus complejas interacciones, el modelo ecológico indica asimismo qué es

necesario hacer en los distintos niveles estatales y sociales para prevenir la violencia.

Las formas y los contextos de la violencia

En el informe se emplea una tipología de la violencia que divide los comportamientos

violentos en categorías, dependiendo de quién ha cometido el acto, quién es la víctima y a qué tipo

de violencia ha sido sometida.

Violencia interpersonal: Es decir, los actos violentos cometidos por un individuo o un

pequeño grupo de individuos, comprende la violencia juvenil, la violencia contra la pareja, otras

formas de violencia familiar como los maltratos de niños o ancianos, las violaciones y las

agresiones sexuales por parte de extraños y la violencia en entornos institucionales como las

escuelas, los lugares de trabajo, los hogares de ancianos o los centros penitenciarios.

Mientras que la violencia comunitaria, y en particular la juvenil, es muy visible y suele

considerarse un delito, la intrafamiliar (por ejemplo, el maltrato de menores y ancianos o el

comportamiento violento en la pareja) queda más oculta a la mirada pública. Además, en muchos

lugares la policía y los tribunales están menos dispuestos o preparados para afrontar esta violencia

o para reconocer la violencia sexual o actuar contra ella. El miedo no aparece sólo por la
amenaza de daño físico a la mujer, también aparece por otras circunstancias, como el

secuestro o el daño de los hijos (Gregory et al, 2017). Además, otros estudios revelan como el

maltrato se puede ocultar por miedo al insulto, la discriminación, o el abandono en el caso de

mujeres embarazadas o dependientes económicamente al hombre (Mc-Cleary-Sills et al; Rishal

et al, 2016)

La doctora Neldy Mendoza Flores, experta en salud de mujeres, niñas y adolescentes, y

también en bioética y asesoría para la familia, enumera a esas otras víctimas. Empieza por nombrar

a las niñas. A más de los abortos de niñas en estado embrionario y estado fetal, están las niñas en

edad preescolar. "Nuestras investigaciones indican que la principal razón de violencia hacia niñas

menores de 7 años es el comportamiento agresivo por parte de la madre. Le sobreexige, la insulta,

la golpea, la castiga con agua para acallar el llanto".

Esto, enfatiza la médica, inhibe el desarrollo cerebral y hace propensa a la adolescente a

ceder a la influencia de otras personas, por estar desprovista de la capacidad de defensa. Esta

habilidad se desarrolla a partir de la apreciación y el afecto en los tres primeros años de vida. Esta

es la etapa en la cual se aprenden las primeras normas de convivencia y la afectividad; si se omite

el diálogo cariñoso, la niña adquiere una sensación de poca valía. En la adolescencia, es común la

dependencia emocional afectiva derivada de la mala relación con la mamá. "Una mujer que ha

pasado por la descalificación de la madre", concluye Mendoza, "no va a lograr desarrollar

capacidad de autoprotección solo con charlas de estima personal".


Conclusión

Hemos llegado a la conclusión con el presente trabajo investigativo que existen muchos

casos de violencia hacia las personas como los niños, niñas, adolescentes, mujeres y adultos

mayores que suelen ser víctimas que son maltratados por aquellas personas que sufren alguna

frustración y hace necesario compensar con violencia quizás sea por algún sentimiento de soledad

o abandono, el alcohol es un factor importante en este caso que conlleva a la violencia al maltrato

físico y psicológico. Confrontar esta problemática exige que los profesionales de la salud

reconozcan que la violencia es un problema de salud colectiva que sobrepasa todas las dimensiones

de las relaciones sociales, cuyas raíces están en la desigualdad de género.

Tenemos que hacer conciencia de que la violencia no sólo les provoca a las personas daño,

dolor y humillación sino que puede causarles hasta la muerte, especialmente los niños que son

los más vulnerables son criaturas inocentes que han sido objeto de abusos graves o de abandono

lo cual les puede traer diferentes dificultades en su aprendizaje y desempeño escolar, pueden tener

bajos niveles de autoestima y sufrir depresión, lo que, en el peor de los casos, puede ser motivo de

que adopten conductas de alto riesgo y comportamientos autodestructivos.

No permitamos la violencia y no seamos víctimas de la misma.


Anexo 1

Anexo 2
Anexo 3

Anexo 4
Bibliografía
Comunidad de Madrid. (2014). Plan estratégico de salud mental . Obtenido de Plan estratégico de salud
mental : https://www.conocimientoenfermero.es/index.php/ce/article/view/55/33

European Union. (2014). Revista cientifica del CODEMISSN 2605-3152. Obtenido de Revista cientifica del
CODEMISSN 2605-3152:
https://www.conocimientoenfermero.es/index.php/ce/article/view/55/33

Gregory et al. (07 de 03 de 2017). Qualitative study to explore the health and well-being impacts on
adults providing informal support to female domestic violence survivors. Obtenido de
https://www.conocimientoenfermero.es/index.php/ce/article/view/55/33

Mc-Cleary-Sills et al; Rishal et al. (11 de 12 de 2016). Global Public Health. Obtenido de
https://www.conocimientoenfermero.es/index.php/ce/article/view/55/33

Tarzia. (26 de 02 de 2016). Revista cientifica del CODEMISSN 2605-3152. Obtenido de


https://www.conocimientoenfermero.es/index.php/ce/article/view/55/33

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