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NARCOTRAFICO S.A.

la nueva guerra del opio

Introducción

En el Prefacio a la edición española se muestra la similitud entre la Primera Guerra del Opio
llevada a cabo por Inglaterra contra China, con la Segunda Guerra del Opio que de nuevo está
llevando a cabo los herederos de la vieja Compañía de las Indias Orientales británica –la
mismísima monarquía británica y algunas de las mismas casas bancarias- contra Iberoamérica.
Los perpetradores dirigen el cartel de mayor éxito en el mundo, Narcotráfico S.A. Tal vez algunos
nombres y domicilios ya no son los mismos. Pero, como veremos, se trata de la misma facción
oligarca, cuyo perverso método ha pasado de padres a hijos, y en muchos casos los apellidos y
las fortunas familiares, los fondi de la nobleza, son exactamente los mismos.

El Fondo Monetario Internacional ocupa hoy


día el lugar de la Compañía de Indias
Orientales británica, y el imperio soviético,
que heredó el designio de la rancia oligarquía
rusa de erigirse en la “Tercera y Última
Roma”, ha negociado su tajada en el imperio
internacional de Narcotráfico S.A.
En los comienzos de la Segunda Guerra del
Opio, los efectos estaban concentrados en
los EE.UU. como víctimas consumidoras.
Los proveedores se encontraban en el conocido “Triángulo Dorado”, una región entre la antigua
Camboya, Laos y Vietnam. El dinero sucio se lavaba en Hong-Kong. Pero en los últimos años
algunas de estas premisas han cambiado enormemente. El “Triángulo Dorado” perdió su
hegemonía y surgieron, la llamada “Media Luna Dorada”, región comprendida entre Irán,
Afganistán y Pakistán; e Iberoamérica (que además también comenzó a formar parte de las
víctimas). Para el lavado de dinero se usan ahora los bancos extraterritoriales del Caribe.

De hecho, 1978 fue el año en que se inició la gran operación de hacer a Iberoamérica una vasta
colonia productora de drogas. En ese entonces Jimmy Carter, el presidente estadounidense
nombrado por la Comisión Trilateral, sentó las bases para que la banca estadounidense se
pusiera a la par con los narco-bancos más grandes del orbe o fuese absorbida por ellos.

En octubre de 1979, Paul Adolph Volcker, jefe de la Reserva Federal designado por Carter e
íntimo amigo de David Rockefeller, cencerro de la Comisión Trilateral, inició su infame
legalización de la usura imponiendo tipos de interés de hasta 20%. Todo el sector en desarrollo,
y en particular Iberoamérica, quedó a merced de las maniobras de los narco-banqueros. Al
tiempo que las deudas nacionales se duplicaban o triplicaban, el Fondo Monetario Internacional
aceleró el proceso de recolonización.
Las naciones que esperaban entrar al siglo 21 como naciones desarrolladas se vieron obligadas
a renunciar a esa esperanza. Los grandes problemas industriales que fueron la esperanza de los
setentas –energía nuclear, riego, puertos y otras obras de infraestructura esencial para erigir
economías sanas- se desmantelaron por órdenes del FMI.

Los adalides de la “libre empresa”, los seguidores de Hyek y Friedman, que han justificado el
genocidio tal como el Pastor Malthus justificara las barbaries de la Compañía de las Indias
Orientales británica, victorearon la ni tan “libre” dictadura del FMI sobre todo el hemisferio sur.

El mismo dictador de la “libre empresa”, el FMI promovió con más fuerzas la legalización de la
“economía informal” de las naciones iberoamericanas, la libertad de los narcodólares para
infiltrar las bancas nacionales y los planes agrícolas basados en “cultivos de exportación”, cuya
verdadera finalidad es fomentar el cultivo de estupefacientes.

Con la crisis de la deuda de los ochentas vino la desesperanza del desempleo en masa, la
desnutrición crónica y la marginación: los ingredientes de un ambiente de pesimismo cultural,
propicio a la drogadicción, el terrorismo y el caos, y la desintegración social.

Por más que sociólogos y antropólogos cataloguen el terrorismo y la desmoralización de


nuestros días como “fenómenos sociales”, es evidente que se trata más bien de consecuencias
directas del obrar de las familias oligárquicas internacionales, obrar tan premeditado como
predecibles son esas consecuencias. Basta echarle un vistazo a la serie de ensayos políticos
publicados en 1979 por el Congreso de Relaciones Exteriores de Nueva York, el infame
Programa de los Ochentas , en el que se aboga sin tapujos por la “desintegración controlada”,
para entender ese juego de ajedrez mundial en el que los estados nacionales son meros peones
sacrificables.

Las operaciones de saqueo de los ochentas se planearon de modo que fuesen tan devastadoras
como los métodos británicos del siglo 18. Con fugas de capitales, bajas forzadas de los precios
de las materias primas del Tercer Mundo y brutales devaluaciones, se obligó a una nación tras
otra a desistir de sus planes de desarrollo y someterse a la recolonización virtual.

Bertrand Rusell
El narcotráfico internacional funciona como una firma
multinacional única, no muy distinta de los carteles
farmacéuticos suizos, con una administración
centralizada de la producción, el transporte, la
distribución, el almacenamiento y el financiamiento de
su “producto”. Su objetivo, al menos para la cúspide de
su jerarquía, no son las ganancias. Lo que se denomina
Narcotráfico S.A. constituye una fuerza estratégica
consagrada a ejecutar el trato que tienen concertado la
oligarquía financiera de Europa y la Ex Unión Soviética.

Es el trato que sellaron Bertrand Rusell y los representantes de la ex Unión Soviética vía las
discusiones de “trastienda” de las Conferencias Pugwash, celebradas en los cincuentas, entre
otros canales.

Según ese acuerdo, que el finado presidente ruso Yuri Andropov denominó “nuevo pacto de
Yalta” a principios de 1983, el mundo se redividirá así: las naciones de Europa occidental
devendrán satrapías del Imperio Ruso y los Estados Unidos quedarán relegados al hemisferio
occidental, a la función de brutal cobrador de las deudas contraídas por Iberoamérica con
intereses bancarios angloamericanos y suizos.

Henry Kissinger y su directorio político internacional, conocido como Kissinger Associates, son el
nudo central. Ese papel lo fortalece la posición regente de Kissinger en American Express,
entidad en la que se ha integrado buena parte de la jerarquía de Narcotráfico S.A.

Dichas jerarquía comprende los siguientes grupos principales:

• la combinación británica que domina los bancos extraterritoriales y el comercio de metales


preciosos; es decir, el Hong-Kong and Shanghai Bank, los intereses auríferos Oppenheimer,
importantes instituciones financieras como la Eagle Star Insurance y el Barclay’s Bank, y sus
parientes canadienses tales como el Banco de Montreal y el Banco de Nova Scotia;

• Los principales bancos suizos;

• los encargados de continuar las manipulaciones financieras veneciano-genovesas


personificadas por el finado Roberto Calvi, del Banco Ambrosiano y el sórdido Edmund Safra, de
American Express.

• los vástagos de la banca suiza y los viejos fondi europeos: el cartel granero internacional
formado por Cargill, Continental (de la familia Fribourg), Bunge y Louis Dreyfus; y

• las grandes instituciones financieras vinculadas al ex secretario de Estado de los estado


Unidos, Henry A. Kissinger, entre ellas los bancos Citibank y Chase Maniatan, y American
Express.

Este es el conglomerado financiero y político que respalda a lord Peter Carrington, ex ministro
del Exterior británico y ex secretario general de la OTAN, el Yago de la guerra británica de las
Malvinas, librada contra Argentina y toda Iberoamérica.

Este monstruo devora ahora las finanzas norteamericanas. Las finanzas de los Estados Unidos
dependen ya de que les llegue del exterior una corriente de capital por un total anual que rebasa
los 120.000 millones de dólares (en 1984). El Fondo Monetario Internacional reconoce de modo
oficial que la fuente principal de esos recursos es la “fuga de capitales”; es decir, fondos que
cruzan fronteras nacionales sin consideración alguna de las leyes impositivas o de cambio de los
gobiernos nacionales.

¿Cómo es posible que cada año cientos de miles de millones de dólares crucen impunemente
las fronteras internacionales? La respuesta es simple: una gran porción de la banca internacional
fue creada exclusivamente para lavar dinero sucio. Una comisión senatorial nombrada para
investigar los bancos, llegó a la conclusión, en 1983, que los principales implicados eran los tres
principales bancos suizos, el más grande banco británico, el Barclay’s, el banco de Nova Scotia
en Canadá y varias divisiones extraterritoriales de bancos estadounidenses.

En el mundo misterioso de los intercambios de cuentas gubernamentales, se conoce como


“discrepancia estadística en la cuenta global de las balanzas de pago” a una simple suma. Si el
intercambio comercial mundial fuera transparente, la déficit de un país serían superávit de otro,
de tal forma que la suma total debería ser cero. Pues no, las discrepancias demuestran que en la
década 73-83 (Informe del FMI) las discrepancias sumaban 800.000 millones de dólares. Es
decir, entraron ilegalmente al sistema bancario. Esta confesión del FMI indica que, después de
arruinar las economías y socavar la estabilidad política de la mayor parte de Iberoamérica, así
como de Nigeria, Filipinas y muchas otras naciones en desarrollo, el FMI reconoce lo que
provocan sus acciones: el éxodo en masa de capitales y la correspondiente inflación de la deuda
externa en los paises victimas.

El lavado de dinero sucio se realiza a través de una red financiera muy tupida, cuyos orígenes se
remontan al narcotráfico de las Guerras del Opio británicas de la década de 1840. El paradigma
de esta red es el Comité de Londres, o sea los directores acuartelados en Gran Bretaña del
Hong-Kong and Shanghai Bank, banco central del Narcotráfico S.A. Está directa e
inmediatamente vinculado a las cinco grandes cámaras de compensación londinenses, con los
cinco corredores del monopolio del oro de Londres, y los grandes bancos internacionales
canadienses.

Años de investigaciones realizadas por cientos de investigadores y corresponsales de Executive


Intelligence Review han reconstruido en sus tres dimensiones la maqueta Narcotráfico S.A. cuya
fachada principal y más obvia es británica. Sus otras dimensiones, igualmente integradas a una
sola jerarquía mundial, son la europea, asentada en Suiza, y la rusa.

El Hong-Kong and Shanghai Bank manejan ahora el duodécimo banco más grandes de los
Estados Unidos, y sus colaboradores de entre las cámaras de compensación británicas le han
entrado en grande a la banca estadounidense, mediante la apropiación del Crocker National
Bank de California, por parte del Midland, del BanCal-TriState, también de California, por parte
de los Rothschild, e incursiones similares al mercado estadounidense.

El grupo minero Oppenheimer, heredero del imperio de Cecil Rodees, es la fuerza dominante –
en colaboración con el HongShang y sus subsidiarias en el Medio Oriente- en el tráfico elegal de
oro y diamantes mediante el que se convierte en activos portátiles e indetectables tanto dinero
sucio. El grupo Oppenheimer, mediante De Brees, su monopolio diamantero, Aglo-American
Mining y Consolidated Gold Fields of South Africa, sus corporaciones mineras y Phibro, su
entidad comercial, ha extendido sus tentáculos a todo el mundo, y especialmente a los Estados
Unidos.

La Eagle Star Insurance, que sirve de enlace entre la oligarquía británica y los bancos
canadienses, ha penetrado entre las aseguradoras del continente europeo, a la vez que gana
enorme terreno en los Estados Unidos. La Eagle Star administra los fondos familiares de
aquellos gangsters de la época de la prohibición, a duras penas reencauchados, la familia
Bronfman. Los Bronfman, a su vez, comandan una variedad inferior de las especies hamponiles
de Estados Unidos y canada. Las aseguradoras canadienses que funcionan bajo la égida de
Eagle Star han venido a predominar en los mercados urbanos de bienes raices en los Estados
Unidos, desde Nueva York hasta Tejas.

Pero aún más importante es el papel que asumió Eagle Star a partir de 1983, cuando se convirtió
en el principal eslabón visible entre el narcotráfico y el alto mando británico, y con los intereses
financieros suizo-germanos organizados en torno ade las grandes fortunas familiares del sur de
Alemania. Allianz Versicherung, de Munich, la aseguradora más grande del continente europeo,
compró 30% de Eagle Star en una batalla de adquisición que recibió mucha publicidad.
Allianz representa una coalición de los más antiguos y venenosos fondi familiares alemanes,
incluidos los de la antigua dinastía bávara de los Wittelsbach, y la más perversa familia en la
Europa de habla alemana, los Thurn und Taxis. Fueron los Thurn und Taxis y sus parientes
políticos, los Braganza, la destronada familia real portuguesa, quienes crearon y sufragaron la
organización terrorista Tradición, Familia y Propiedad, involucrada en planes de asesinar al Papa
Juan Pablo II (en Venezuela fue prohibida y cerrada su sede).

La vieja United Fruit Company, rebautizada United Brands en los sesentas, ha sido el eje de la
gran delincuencia estadounidense desde comienzos del presente siglo, sirviendo de puente entre
la mafia siciliana de Nueva Orleáns y las firmas navieras de los “bramanes” de Boston. Desde los
inicios del narcotráfico iberoamericano, los buques bananeros de la United que entran a la bahía
de Baltimore han sido el más libre vehiculo de transporte físico de contrabando a los Estados
Unidos.

United Brands, merced a una serie de reorganizaciones empresariales, terminó en manos de


Carl Lindner, magnate de los seguros y principal socio de Max Fisher, cabecilla del hampa de
Chicago.

La suerte de United Brands, mediante un enredo de intereses financieros que parece imaginado
por un escritor de folletines de misterio, se ha unido a la American Express, el más eficiente
porteador secreto de dinero del mundo, y con el principe del lavado de dinero sucio del Levante,
el financista suizo-sirio Edmun Safra.

Sin duda el lector se siente perplejo en estos momentos. El mundo no puede ser tan distinto a
cómo se lo imaginaba. Continuemos…

Gran Bretaña y la Primera Guerra del Opio.

“Del exterior llega al país una


avalancha de estupefacientes,
importados por un grupo de
contrabandistas eficaces y bien
organizados. La quinta parte de la
población se torna drogadicta,
epidemia que supera a cualquiera
que se conozca desde la época de
las grandes plagas. Las instituciones
del orden están en ruinas”.

¿Ficción? No, historia. Fue lo acontecido a China en 1838, cuando los narcotraficante venidos de
Gran Bretaña introdujeron el opio. Para los británicos, el tráfico de opio no era un sórdido
negocio, sino un digno instrumento de la política de Estado. Grandes sectores del Lejano Oriente
se dedicaron al cultivo de la adormidera, a expensas de la producción de alimentos, al grado que
decenas de millones de individuos dependían totalmente del cultivo, la distribución y el consumo
de opio.
En 1840, el Emperador chino, frente a la aguda drogadicción que destruía por igual a los
mandarines y a la nación, intentó restringir las actividades de las compañías comerciales
británicas. La respuesta de Gran Bretaña fue la guerra. Las fuerzas militares chinas debilitadas
por la droga no pudieron contener a los británicos. Finalmente se rindieron y firmaron el Tratado
de Nanquín, en 1842, que le dio a la Corona británica la increíble suma de 21 millones de libras
de plata, así como el gobierno del “puerto libre” extraterritorial de Hong-Kong, que aún hoy sigue
siendo la capital mundial del narcotráfico británico.

Doce años después del Tratado de Nanquín, la Corona Británica comenzó la Segunda Guerra
del Opio contra China, otra vez con consecuencias desastrosas para los chinos y otra vez con
rendimientos monumentales para los narcotraficantes ingleses. En Octubre de 1860, una fuerza
expedicionaria franco-británica sitió Pekín, que cayó prácticamente sin resistencia. Este hecho
produjo la firma del Tratado de Tiensín que garantizaba a la Gran Bretaña siete octavos del
comercio total chino y un aumento de la compra de opio que pasó de 58.681 cajas en 1860 a
105.508 en 1880.

Gran Bretaña construyó una cabeza de playa en los Estados Unidos con las siembras de
algodón por esclavos negros y financiamiento británico. Este algodón era llevado a Liverpool. Ahí
era hilado y transformado en ropa en los talleres del norte de Inglaterra en donde se utilizaban
niños y mujeres con salarios extremadamente bajos. Los artículos de algodón se exportaban a la
India, lo que arruinó su industria textil. India pagaba sus importaciones de ropa con las divisas
que le producía la exportación de opio. Sin la “demanda” china de opio, se hubiera derrumbado
todo el armazon comercial inglés.

Por su parte, la familia Rothschild, así como los Lehman, de Lehman Brothers, sus primos
banqueros que luego formarían parte de “Nuestra Gente” de Nueva York, todos entraron a los
Estados Unidos mediante la trata de algodón y esclavos de antes de la Guerra Civil.

El opio comenzó también a penetrar los Estados Unidos y para 1875 se censaron 120.000
estadounidenses adictos.

En 1919 y 1920 ocurrieron dos acontecimientos de importancia estratégica decisiva para la


guerra del opio de Gran Bretaña en contra de los estados Unidos. Primero se fundó el Real
Instituto de Asuntos Internacionales, el cual tenía el objetivo de restaurar a la Gran Bretaña como
máxima potencia mundial incluyendo la recuperación de los Estados Unidos. El segundo
acontecimiento fue la declaración de la guerra del opio por parte de Gran Bretaña a los Estados
Unidos. Los norteamericanos conocieron ese episodio como la “Prohibición”.

La Prohibición trajo a los Estados Unidos el narcotráfico, los narcotraficantes y el hampa en gran
escala. Las bebidas alcohólicas ilegales y las drogas ilegalers eran las dos líneas de producción
diferentes de la misma multinacional. Los abastecedores eran los británicos, con sus destilerías
de Escocia y Canadá, y sus refinerías de opio de Shanghai y Hong-Kong. Los del dinero eran
británicos, con sus bancos en Canadá y el caribe. Los británicos, merced a sus nexos políticos
en los Estados Unidos, crearon las condiciones políticas esenciales para reconquistar a los
Estados Unidos.

Juntas, las entradas que produjo el tráfico ilegal de wisqui y drogas durante la Prohibición
constituyeron un botín multimillonario del mercado negro. Aunque familias como los Kennedy y
los Bronfman medraron como bandidos a principios de los treintas con la transición al comercio
“legítimo” de bebidas alcohólicas, todo el andamiaje financiero que hacía falta para mantener la
infraestructura del hampa exigió diversificar el mercado negro y ampliarlo en áreas que
anteriormente casi no se había aprovechado. El mercado de las drogas ilícitas en los Estado
Unidos, por más que creció significativamente como resultado de la experiencia de la
Prohibición, sólo vino a representar un negocio multimillonario pasadas varias décadas.

En los treintas y cuarentas, al invertir fenomenales dividendos de la Prohibición en garitos, en


estadios deportivos e hipódromos, el hampa echó los cimientos del narcotráfico que se iniciaría a
mediados de los cincuentas, una vez que se creó el ambiente cultural propicio a la drogadicción.

Parte II

Cómo funciona el imperio de las drogas

El narcotráfico es el segundo negocio del mundo por sus


dimensiones, sólo superado por el petróleo. Las piezas
que componen el rompecabezas que debemos armar
para entender su funcionamiento se resumen en:

1. La descripción detallada que han reunido


investigadores estadounidenses y de otras
nacionalidades, de la mecánica del comercio del opio
desde el triángulo Dorado hasta los puertos en donde
sale para el resto del mundo.

2. La identidad de los principales mayoristas de opio, sobre todo entre emigrados chinos, sin
faltar los nombres de algunos banqueros.

3. Un panorama completo de las finanzas británicas en el Lejano oriente (cuyo eje financiero es
Hong-Kong y su principal banco, el Hong.Kong y el Shanghai) y en particular la telaraña de las
relaciones de los británicos con la banca de los emigrados chinos en toda la región.

4. Una descripción de cómo funcionan los mecanismos –la banca extraterritorial, el comercio del
oro y diamantes, etc- todos bajo el mando británico, con que se lava el dinero sucio, que
asciende cada año a cientos de miles de millones de dólares.

5. Un inventario del muchísimo material de circulación general que prueba la integración del
Lejano oriente británico y las transacciones financieras con dinero sucio en todo el mundo, con
los altos mandos de la política exterior británica, principalmente el Real Instituto de Asuntos
Internacionales.

6. El material similar que prueba la existencia de un acuerdo estratégico entre Gran Bretaña y la
República Popular China, por lo menos desde las negociaciones entre los trafiocantes británicos
de opio y Mao Tse-tung, bajo los auspicios del Real Instituto de Asuntos Internacionales.

7. Veinte años de documentación oficial –de fuentes estadounidenses, japonesas y taiwanesas-


que indica que la República Popular China produce y exporta opio no sólo para obtener divisas,
sino para costear operaciones secretas de inteligencia, por intermedio de emigrados chinos.

8. Un cuadro de los lazos íntimos que unen a todos estos elementos –los viejos traficantes
británicos de opio, los manejos británicos con dinero sucio, las operaciones de los chinos en el
extranjero, el acuerdo político sino-británico- con el elmento canadiense que eslabona el hampa
estadounidense.

9. Una descripción de la telaraña internacional del cabildo “sionista” de Gran Bretaña, y su


función especial en lavado de dinero sucio, el comercio de oro y diamantes con dinero sucio, la
subvención del terrorismo internacional, y el gobierno financiero de los canales del narcotráfico
entre Canadá y los Estados Unidos.

10. Finalmente, los datos que demuestran que los principales directores de la guerra del opio
contra los Estados Unidos no sólo se sientan en las mismas juntas directivas empresariales y
mantienen otros vínculos de negocios, sino que tienen lazos de “sangre”, lo que hace de esta
telaraña una sola familia.

El tráfico ilegal de drogas es no sólo la agencia de subversión y estafa más grande del mundo: la
dirige un solo grupo de individuos perversos cuyos nombres y filiaciones damos más abajo, y
cuyos lazos mutuos de propiedad, familia y colaboración política se remontan a hace unos 200
años. Sabemos sus nombre y domicilios, y cómo acabar con ellos.

Aunque la mayor parte de los elementos del asunto están desde hace mucho tiempo al alcance
del público, tanto los investigadores como la gente tienden a concebir el mundo del narcotráfico
como una pelicula de “buenos” y “malos”: contrabandistas árabes o colombianos, bandidos de
pelo largo y mala cara, políticos corruptos. Si, si existen estos individuos, pero son sólo peones
de un monstruo cuya cabeza es la monarquía británica y aliadas.

Un detalle muy sutil es que el precio de la heroína en las calles de cualquier ciudad de los
Estados Unidos es siempre el mismo. La razón es que el suplidor es también siempre el mismo.

¿Qué tan grande es la industria de las drogas?

Tomemos el ejemplo de la heroína. Se estima que este sólo producto (con el opio para fumar y
otros derivados) maneja 25.000 millones de dólares anuales (en 1978). Para comparar, el
negocio mundial del oro y de diamantes juntos para ese mismo año movilizó 12.000 millones de
dólares USA, apenas la mitad que la heroína. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos que
el negocio de la droga mueve alrededor del 20% del comercio total mundial.

¿Adónde va el dinero?

Con tan inmensos volúmenes de dinero, sólo cabe una respuesta: una buena parte de la banca
internacional y de las operaciones financieras conexas se creó con la sola finalidad de manejar
dinero sucio. Más aún, esa parte de la banca internacional disfruta de la protección soberana de
un buen puñado de gobiernos. [1] Las actividades bancarias de la oligarquía británica reúnen los
requisitos siguientes:

1. Por siglo y medio han dirigido el comercio de estupefacientes.


2. Dominan las zonas bancarias libres, vedadas a las autoridades judiciales de los Estados
Unidos y otros países.

3. Casi todas esas zonas bancarias libres, donde funciona la banca extraterritorial, se hallan bajo
la férula política de la monarquía británica y sus aliados.

4. Dominan toda la banca en el corazón del narcotráfico: el Hong-Kong and Shanghai Bank,
creado en 1864 para financiar el comercio de estupefacientes, es ejemplo de ello.

5. Gobiernan el comercio mundial de oro y diamantes, aspecto necesario del trueque de bienes
“tangibles” por drogas.

6. Abarcan todos los mecanismos de enlace con el hampa, de cabildeo en pro de leyes
favorables a las drogas en los Estados Unidos, y todos los demás elementos de distribución,
protección y apoyo legal necesarios.

Prácticamente, la única zona bancaria libre que los británicos no gobiernan oficialmente es
Panamá; no es casual que Panamá sea el único de esos centros donde hay muchos más bancos
estadounidenses que británicos. Lo cual no quiere decir que Panamá sea un dechado de
limpieza; por el contrario, la mayoría de los dineros del narcotráfico colombiano de marihuana y
cocaína se limpia en Panamá, por medio de los tres bancos colombianos que ahí funcionan. Sin
embargo, los bancos estadounidenses gozan de un campo de maniobra del que carecen en las
Caimán o en las Bahamas, donde las autoridades británicas andan siempre husmeando.

Del campo al banco

Los productores de estupefacientes de Iberoamérica, son en su mayoría viejas familias


terratenientes, que también cultivan caña de azúcar, que crece en suelo similares a la
marihuana, y café, cuyas condiciones de crecimiento son idénticas a las de la coca. Esas
familias gozan de inmenso poder en naciones como Colombia, Bolivia o Perú. La vieja oligarquía
terrateniente tiene canales directos a los mercados bancarios de Nueva York, Londres y el
Caribe.

Hong-Kong , Capital Mundial de las drogas

Las drogas ilegales son el mayor negocio en el


Lejano Oriente. Pero en Hong-Kong, las drogas no
sólo dominan la economía, son la economía. Echar
un vistazo a la colonia británica de Hong-Kong es
como observar una miniatura de la economía
mundial de las drogas y el dinero sucio.

Para empezar Hong-Kong es el lugar del mundo


con la mayor proporción de drogadictos.

Según los cálculos oficiales de la policía británica, 10% de la población de Hong-Kong son
drogadictas. Las cifras extraoficiales elevan esa cantidad al 50%. En promedio podemos
estimarla en un 20-30%, es decir, alrededor de un millón de personas. Si cada opiómano o
morfinómano gasta 10 dólares al día, el banco HongShang recibe alrededor de 3.700 millones de
dólares por año por la puerta trasera.

Un cálculo análogo da una cifra cercana a los 9.000 millones de dólares para la ciudad de Nueva
York. ¿De dónde sale tanto dinero? Seguramente no de empleos bien remunerados, ni de
asaltos callejeros, ni aún la prostitución alcanza esos niveles de dinero. Sólo puede provenir de
las actividades del hampa: loterías, apuestas, venta de protección, incendios por contrato y
ocupaciones similares. La drogadicción no existiera sin los medios de subvencionarse que le da
el hampa.

El mito de que la economía de Hong-Kong se ha desarrollado rápidamente por su electrónica y


sus textiles baratos, no tiene fundamento alguno.

La Conexión China

“Algunos soldados estadounidenses en Vietnam empiezan a probar el opio. Y nosotros los


ayudamos…¿Se acuerda cuando el occidente nos impuso el opio? Nos atacaron con opio y
nosotros vamos a combatirlos con sus propias armas… El efecto que esta desmoralización
tendrá en los Estados Unidos será muchísimo mayor que lo que cualquiera alcance a
imaginarse”Primer Ministro chino Chou En-Lai, en conversación con el Presidente egipcio Gamal
Abdel Nasser, junio 1965.

Sólo a partir del viaje de Henry Kissinger a China en 1972, se dejó de mencionar en los titulares
de los diarios el papel chino en el comercio internacional del opio. Las autoridades
estadounidenses, europeas y japonesas no dejaban de indicar que China es uno de los
principales productores y exportadores de opio y sus derivados, y aún los británicos, ante la
considerable presión de otros países, tenían que asentir.

¿Quién o Qué protege a Hong-Kong?

El motivo más importante es que, en gran medida, el refinamiento de la heroína –que se traslado
por completo de Shanghai a Hong-Kong tras la toma del poder por los comunistas en 1949- ya
no se realiza en Hong-Kong. Antes bien, la importancia de Hong-Kong radica primordialmente en
la esfera del manejo del narco-dinero, y secundariamente en el trasbordo de la heroína. El
traslado de la producción y la refinación del opio de la ruta Shanghai-Hong-Kong al Triángulo
Dorado (que incluye amplia porciones de la provincia de Yunan en China) ocurrió en plena
guerra de Vietnam, a la que los Estados Unidos entraron por consejo de Gran Bretaña, con lo
que crearon un gigantesco mercado cautivo, de fácil acceso por las áreas de cultivo de Birmania,
Tailandia y Laos, algunas de las cuales ya habían cultivo cantidades sustanciales de opio
durante el período colonial británico.

La catastrófica participación de los Estados Unidos en Vietnam le dio al regimen de Mao la


oportunidad de oro en el mundo de los estupefacientes, al que Pekín entró con los dos pies. Los
Estados Unidos pagaron el precio del súbito aumento de la drogadicción. Sin embargo, las
postrimerías de los sesentas fueron sólo un período de transición, la ejecución de un plan
estratégico bosquejado a principios de los cuarentas entre Mao Tse-Tung y las principales
familias opieras de Gran Bretaña.

El Real Instituto de Asuntos Internacionales administra el narcotráfico

Según su acta constitutiva, publicada en 1920, el Real Instituto de Asuntos Internacionales es


“un cuerpo apolítico no gubernamental” cuyo fin es “impulsar las ciencias de la política, la
economía y la jurisprudencia internacionales”, “propiciar y mantener medios de información sobre
asuntos internacionales” y “fomentar el estudio y la investigación de tales asuntos”. Pocas veces
tendrá el lector la oportunidad de leer tantas mentiras en tan pocas líneas.

En el testamento de Cecil Rhodes, que fundó los imperios del oro y los diamantes que hasta la
fecha, bajo la égida de Anglo-American y De Brees, dominan los mercados mundiales, y fundó
también el narcotraficante Standard Bank, y que le legó su fortuna al Fondo Rodees, expresa:

Cecil Rhodes

“Establecer un fondo, de y para el establecimiento,


fomento y desarrollo de una sociedad secreta, cuyo
verdadero fin y objetivo será la extensión del poder
británico por todo el mundo, el perfeccionamiento de un
sistema de emigración del Reino Unido y de colonización
por parte de súbditos británicos de todas aquellas islas
donde pueden obtenerse medios de sustento mediante la
energía, el trabajo y la empresa, y especialmente la
ocupación de colonizadores británicos de todo el
continente de Africa, la Tierra Santa, el Valle del Eúfrates,
las islas de Chipre y Candia, toda la América del Sur, las
islas del Pacífico que no pertenecen todavía a la Gran
Bretaña, todo el archipiélago Malayo, las costas de China
En mayo de 1919, nació el Real y Japón, la recuperación final de Estados Unidos de
Instituto de Asuntos América como parte integral del Imperio Británico, la
Internacionales para cumplir con consolidación de todo el Imperio, la inauguración de un
los sueños de Cecil Rhodes. sistema de representación colonial en el Parlamento
Imperial que pueda tender a unir los miembros
Canadá, el Hong-Kong de disgregados del Imperio, y, finalmente, la fundación de una
Norteamérica potencia tan grande que en adelante haga imposibles las
guerras y promueva los mejores intereses de la
La mayor parte de la heroína humanidad”.
que llega a Norteamérica entra
por Canadá. La idea de que Canadá es una nación –en el sentido en que entiende ese término,
por ejemplo, un estadounidense- es producto de una campaña publicitaria no por sutil menos
persistente. Tanto en lo político como en lo económico, Canadá depende linealmente de la
monarquía británica, comenzando por un gobernador general que nombra la Reina y siguiendo
por el consejo de gobernadores, hasta el grupo que conforma el núcleo de los Caballeros de San
Juan de Jerusalén, quienes detenta la mayor parte del comercio candiense.

El papel de Canadá en el flujo de drogas que reciben los estados Unidos no es muy diferente del
que jugó durante la Prohibición. Canadá pasa la mayor parte de la heroína que entra al mercado
estadounidense, porque se creó y se mantiene como dominio británico precisamente para llevar
a cabo ese tipo de operaciones en el flanco norte de los Estados Unidos.

Según fuentes canadienses de alto rango, la mayor parte de la heroína que llega a Norteamérica
la transporta Canadian Pacific Air y luego se lleva a diversos lugares al sur de la frontera
estadounidense. Con esta conexión occidental canadiense está firmemente entrelazado el grupo
Bronfman, cuyos centros administrativos y financieros son Seagram y Trizec.
El Triángulo plateado de Canadá

El Royal Bank tiene la más sucia reputación de cualquier banco caribeño. Según fuentes
diplomáticas bien enteradas, el Royal Bank of Canadá dio órdenes directas al gobierno de
Guyana de sembrar marihuana para obtener divisas extranjeras. En 1976, cuando Guyana cayó
en una quiebra total y recurrió al Fondo Monetario Internacional en busca de auxilio de
emergencia, se reunió con altos funcionarios del gobierno guyanes una delegación del Royal
Bank of Canadá. El Royal Bank insistía en que Guyana orientara su economía hacia la
producción de “cosechas de exportación”, antes de que ese o ningún otro banco pudiese
otorgarle préstamos. Los guyaneses, desesperados, hicieron lo que se les pedía. Como
consecuencia, el noroeste de Guyana se ha convertido en uno de los principales abastacedores
de marihuana al mercado norteamericano.

Todo en Familia

¿Por qué, habiendo pruebas tan detalladas del funcionamiento del narcotráfico mundial en el
dominio público o en los expedientes policíacos, se ha podido mantener por tanto tiempo oculta
esta realidad? La respuesta es que hay que ir más allá de las juntas directivas de las grandes
compañías y de los mercados de los metales preciosos y asomarse a la vida íntima de la élite
británica: todo el tráfico de estupefacientes del mundo lo ha dirigido desde sus inicios una sola
familia. Esto se aplica no sólo al cultivo y la distribución sino también al apoyo político, ideológico
y de inteligencia.

Esta familia ha dominado a Gran Bretaña por cientos de años, posee virtualmente todos los
cargos importantes del poder empresarial y político y que cree que hacer que sucedan las cosas
moviendo los hilos tras bambalinas es tan normal como tomar el té a las cinco.

El Real Instituto de Asuntos Internacionales fue la “sociedad secreta” que proporcionaba la


oficialidad del comercio de drogas. Pero el Real Instituto fue fundado por un grupo todavía más
secreto: el Círculo de Iniciados, el cual contaba entre sus primeros miembros a lord Milner, Cecil
Rhodes, fundador del imperio minero británico en Africa, el futuro Primer Ministro Arthur Balfour,
Albert Grey y lord Rotshchild.

Parte III

La Trampa de la deuda y la narco-economía en Iberoamérica


David Rockefeller

David Rockefeller, jefe del Chase Manhattan Bank, empezó a


buscar dinero mafioso a mediados de los sesentas, por los días
en que el Citibank organizaba su sección de “servicios
bancarios personales internacionales” para administrar el
desplazamiento de capitales ilegales, y el Bank of America
sufragaba al Banco Ambrosiano de Italia.
Pero no fue sino hasta 1976, cuando David Rockefeller se compró un gobierno estadounidense y
los rancios fondi europeos se instalaron en Wall Steet, cuando el narcotráfico comenzó a
convertirse en negocio digno de la atención de los bancos más grandes del mundo.

El narcotráfico iberoamericano llegó a su máximo florecimiento casi en el momento mismo en


que Jimmy Carter tomó posesión de la Presidencia de los Estados Unidos. Dos años después,
Había hecho un caos de la distribución de dinero por todo el sistema de la Reserva Federal
estadounidense. Apenas tenía dos años Jimmy Carter en la Casa Blanca y ya el tráfico de
estupefacientes se había convertido en la industria más grande de Florida, con entradas de
13.000 millones de dólares.

Los Estados Unidos, mediante el Departamento de Hacienda de G. Miller y la Reserva Federal


de Paul Volcker, respaldaron la descarada campaña del Fondo Monetario Internacional para
obligar a Iberoamérica a producir estupefacientes para pagar la deuda, y redoblaron sus
esfuerzos después que el aumento del precio del petróleo en 1979 dejó a los deudores del
Tercer Mundo en la insolvencia.

Volcker había sido vicepresidente de Planeamineto Estratégico propiedad de Rockefeller en


1966, cuando el Chase Manhatan solicitó al banco HongShang una tajada del mercado de dinero
sucio. Entonces la Comisión Trilateral, membrete de Rockefeller que había postulado a su
mascota Jimmy Carter a la Presidencia de los Estado Unidos, arremetió de lleno contra
Iberoamérica. Henry Kissinger puso en marcha la “Iniciativa de la Cuenca del caribe”, que
culminó con el golpe marihuanero de 1980 en Jamaica, respaldado por el Departamento de
Estado encabezado por Cyrus Vance.

La red privada de socios de David Rockefeller, al igual que el Grupo Grancolombiano en Bogotá,
los socios de Manual Ulloa en el Perú, y la Organización Diego Cisneros en Caracas, abrieron
los conductos por los que podrían entrar y salir de diferentes capitales de Occidente fabulosas
sumas de dinero sucio, en nombre de la “libre empresa” y la “economía paralela”.

El Fondo Monetario Internacional, sobre todo, le apretó las tuercas a los deudores de
Iberoamérica, en espcial a Jamaica, Colombia y Perú, los principales abastecedores de
marihuana y cocaina del mercado estadounidense.

Para 1978 la economía del narcotráfico era ya la política oficial expresa del FMI. Jonh Holdson,
veterano encargado de asuntos latinoamericanos en la oficina de comercio internacional y
movimientos bancarios del Banco Mundial, declaró:

“Sé que la industria de la coca es muy ventajosa allí para los productores. Es más, desde su
punto de vista, simplemente no podría encontrarse un producto mejor. Sus ventajas son que no
requieren técnicas complejas o semillas híbridas, y la tierra y el clima son perfectos”.

Frederick Wills, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Guayana, declaraba por su parte:

“Los países esperan que con obtener el visto bueno del FMI se le abrirán las puertas del crédito
de otros paises y de los bancos privados. Pero la aprobación del FMI requiere que se apliquen
con buen éxito sus programas. Si no se tiene éxito, entonces se seca la corriente de fondos de
los bancos y los mercados monetarios. Esto quiere decir, en primer lugar, que los ministros de
gobierno deben responderse la siguiente pregunta: ¿qué exportaciones pudieramos emprender
que reditúen ganancias inmediatas en efectivo para salvar esta brecha de la balanza de pagos?
Sólo hay una mercancia que satisface este requisito, las drogas".

Jamaica, ejemplo de “libre empresa” según el FMI

Tras cuatro años de intervención del FMI, el ingreso marihuanero de Jamaica se calcula
conservadoramente en 3.500 millones de dólares al año, más que todo el Producto Interno Bruto
de 1980, cuando el FMI instaló en el gobierno a Edward Saga.

A diferencia de Colombia y Perú, donde las fuerzas nacionalistas se oponen a los planes de los
banqueros de convertirlos en plantaciones de coca y marihuana, Jamaica es un ejemplo
indisputable del FMI.

Edward Saga apenas si figuraba e los planes de la Comisión Trilateral cuando Sol Linowitz,
negociador designado por el gobierno de Carter en las discusiones sobre el Canal de Panamá,
presidió en 1979 una reducida reunión semisecreta en la Casa Blanca para tratar sobre el
Caribe. Linowitz, quien sería funcionario de la United Fruit, formó en el gobierno de entonces un
grupo de “Acción Caribeña-Centroamericana”, núcleo de lo que sería después la famosa
Iniciativa de la Cuenca del Caribe, de David Rockefeller, y de la Comisión Bipartidaria sobre
América Central, de Henry Kissinger. Como subproducto del grupo de Linowitz, Gustavo
Cisneros, protegido de Rockefeller en Venezuela, creó en 1981 el “Comité Venezolano-
Jamaicano de Empresarios”, para darle más apoyo a Seaga.

El drama de Colombia

En agosto de 1983, Rodrigo Lara Bonilla, fue nombrado Ministro


de Justicia de Colombia, siendo Presidente Belisario Betancur.
El 30 de Abril de 1984, menos de un año después de su
nombramiento, Rodrigo Lara Bonilla es asesinado por la mafia
narcotraficante colombiana. La mafia colombiana es una
ramificación local de una organización supranacional, mucho
más poderosa y peligrosa, conocida como Narcotráfico S.A. Esta
organización criminal actúa con toda impunidad a escala
planetaria.

Rodrigo Lara Bonilla, un hombre honesto y nacionalista, se había atrevido a declararle la guerra
a la droga, en un ambiente social en que los zares de la droga compraban a la población y los
puestos políticos que le convinieran, en el que los ex presidentes y premios Nóbel cantaban las
virtudes de los narcodólares.

Apenas una semana después del asesinato, el seis de mayo, en Panamá, los narcotraficantes
colombianos Pablo Escobar y Jorge Ochoa (entre otros) se reúnen con el ex presidente Alfonso
López Michelsen (presidente en el período 74-78). El objeto de la reunión fue un ofrecimiento de
los narcotraficantes para “comprar” una amnistía total por 3.000 millones de dólares USA.
Después de la negación de tal ofrecimiento por el valiente presidente Belisario Betancur, su
contraparte, el narcopresidente López Michelsen declaraba: “Si estos señores quieren entregar
sus laboratorios, pistas y cultivos y vender sus aviones, entonces yo creo que el camino para
reducir la cuestión del narcotráfico probablemente es más corto por las buenas que por las malas
para llegar al mismo objetivo”.
Siendo Presidente López, su ayuda al narcotráfico fue descarada: dio instrucciones a su ministro
de Hacienda para que creara una “ventanilla especial” en el Banco de la República, el banco
central colombiano, para permitir a los narcotraficantes incorporar sus dólares a la circulación
legítima sin averiguaciones de ninguna clase (el Presidente Betancur la cerró en la primera
semana de su posterior gobierno). Por otro lado, impulsó a su primo, Jaime Michelsen Uribe,
presidente del mayor consorcio financiero del país, el Grupo Grancolombiano, a ocupar la
primera posición del hampa narcofinanciera de Colombia. Los haberes del Grancolombiano se
inflamaron con dinero del narcotráfico que pasaba por la “taquilla-lavandería”, triplicándose en
tan sólo los seis primeros meses de 1976, fecha para la cual despegó definitivamente el
narcotráfico y la Florida se desbordaba con torrentes de dinero sucio.

El 31 de Diciembre de 1983, el entonces Presidente Belisario Betancur desenmascaró a Jaime


Michelsen Uribe quien huyó a Miami, dejando tras de si en prisión a once funcionarios del Banco
Colombia.

La Familia Cisneros: los Bronfman de Venezuela

Venezuela tenía hasta hace poco una relación "privilegiada" con el narcotráfico sudamericano.
Hasta 1983 exenta de la producción de estupefacientes, Venezuela servía en cambio de
estación de trasbordo y "centro bancario" del narcotráfico.

Fueron narcodólares venezolanos, por ejemplo, los que iniciaron el torrente de dinero "lavado"
hacia el mercado de bienes raíces de Florida, antes de que a la mafia colombiana se le ocurriese
siguiera la idea. Llegó a tanto el volumen de dinero lavado procedente de Venezuela que se
convirtió en chiste popular decir que Florida se había separado de los Estados Unidos ... para ser
un nuevo estado de Venezuela. Para 1980, se calculaba oficialmente que el capital venezolano
invertido en bienes raíces floridanos ascendía a más de 1.100 millones de dólares. Y en 1983,
según cálculos de un funcionario de policía venezolano hechos públicos a principios de 1984, se
lavaron en Venezuela cerca de 5.000 millones de dólares.

Pero hace ya mucho que Venezuela perdió esa relación "privilegiada"; junto con las casas
bancarias que se lucran del narcotráfico hay ahora medio millón de adictos, según se calcula,
muchos de ellos hijos de los propios narcofinancieros. Con todo, identificar el aparato del lavado
de dólares y sus jefes sigue siendo el medio más eficaz de identificar en su conjunto a la mafia
venezolana de los estupefacientes.

Gustavo Cisneros
El 20 de julio de 1984 la revista venezolana Resumen
informó sobre versiones de que un miembro de la
familia Cisneros, una de las más poderosas familias
financieras de Venezuela, estaba metido hasta los
codos en el lavado de dinero del narcotráfico en
Florida. Según esa información, tomada en su
totalidad del libro In Banks We Trust, de la periodista
izquierdista Penny Lernoux, Oswaldo Cisneros
Fajardo había estado vinculado a la World Finance
Corporation (WFC), una lavandería internacional de
dólares.
La WFC, habiendo metido la pata ya demasiadas veces, finalmente se vino abajo, y su
presidente cubano-estadounidense, Guillermo Hernández Cartaya, paró en la cárcel en pago de
un delito relativamente leve: evasión de impuestos.

La crónica incluía algunos de los detalles más sórdidos de los negocios de la WFC: canje de
armas por drogas en el Caribe; recursos financieros puestos a disposición del gobierno de Fidel
Castro, etc. El reportaje suscitó aún más interés por el hecho de que El Diario de Caracas
acababa de publicar una foto del presidente Lusinchi leyendo el libro de Lernoux, en compañía
de dos altos funcionarios. El pie de la foto aseguraba que los lectores se habían interesado
especialmente en los lazos de Cisneros con el mundo del narcotráfico. Lo cual suscitó tanta
indignación como si la revista Newsweek hubiese acusado a David Rockefeller de lavar dinero
sucio. La Organización Diego Cisneros, compañía tenedora de la familia Cisneros, hizo publicar
desplegados de página entera en la prensa de Caracas en los cuales negaba tener relación
alguna con la World Finance Corporation, Credival, o el señor Hernández Cartaya. Oswaldo
Cisneros - en una entrevista con Resumen en la que presentaba su versión del asunto -
reconoció que en 1975 había contratado a Hernández Cartaya para que le reorganizara la firma
inversionista Inversiones Fénix, a la cual se le llamó después Credival, y que entre los dos
habían constituido una subsidiaria de la WFC en Caracas. Pero insistió que ése había sido el
último negocio que habían hecho juntos, y que no tenía conocimiento alguno - ni antes ni en ese
momento - de que Hernández Cartaya tuviese algo que ver con el narcotráfico o el lavado de
narcodólares.

Muchos salieron a defender la honra de Cisneros atacando la confiabilidad de Lernoux, lo que


resultaba harto fácil en vista de que su carrera de "periodista" fue patrocinada por la KGB y una
sarta de agencias vinculadas a la inteligencia británica tanto en los Estados Unidos como en
iberoamérica. Pero la mayoría de las pruebas que presentó Lernoux sobre el tema de la WFC
fueron tomadas de los expedientes de luengas investigaciones realizadas por varias instituciones
estadounidenses (entre ellas el Congreso, la Dirección de Aduanas, la Dirección de
Estupefacientes y un gran jurado federal) sobre Hernández Cartaya y la WFC.

Pero la verdadera historia de la familia Cisneros va mucho, mucho más allá de los meros indicios
que salieron a luz con motivo del escándalo de la WFC. El error está en tratar de mirar hacia
abajo desde la posición de poder de la familia Cisneros, en lugar de hacia los lados y hacia
arriba. El lector vería las cosas más claras si, por ejemplo, le informáramos de la existencia de
una prestante familia iberoamericana que: Se inició en los negocios con el patrocinio de uno de
los principales bancos canadienses de Narcotráfico S.A: el Royal Bank of Canada; Se ha
asociado por mucho tiempo con la familia Rockefeller, que le ha hecho el favor de venderle
migajas de su imperio en Iberoamérica, incorporando a sus miembros a las juntas directivas de
varias compañías tenedoras internacionales suyas, y que les ha permitido consolidar esos lazos
por matrimonio con sus parientes de la familia Phelps; Está sólidamente vinculada a los grupos
bancarios de Florida que se destacaron en el escándalo de las drogas del gobierno de Jimmy
Carter; Entró en sociedad con una casa financiera de Florida cuyas ligas con terroristas y
narcotraficantes están bien documentadas, y que recibió millones de dólares del Banco Narodni
de Moscú; Lleva décadas promoviendo el liberalismo económico de la Sociedad Mont Pelerin de
Fiedrich von Haytek, que aboga por la legalización del comercio de estupefacientes; y Se unió
recientemente a la campaña de David Rockfeller por hacer de la narcoeconomía jamaicana el
"modelo" para la cuenca caribeña en general.
Ahora tiene el lector una perspectiva adecuada para entender la verdadera historia de los
Cisneros, y comprender el hecho de que se trata del equivalente venezolano de los Bronfman.
No debe sorprenderle ya la asociación del primo Oswaldo con el corrupto Hernández Cartaya.

El Imperio de la Familia

La fortuna de la familia Cisneros se centraliza en la Organización Diego Cisneros (ODC),


compañía tenedora cuyo valor se calcula en 3.000 millones de dólares. La ODC descrita por un
banquero neoyorquino relacionado con ella, es una compañía "de tipo Gulf and Western", que
abarca unas 50 firmas productoras de bienes que van desde discos fonográficos, artículos
deportivos y computadoras hasta cosméticos y alimentos preparados, con propiedades en los
renglones de bienes raíces, agricultura, comunicaciones y finanzas. "El grupo Cisneros, cuyas
inversiones siempre han sido de orientación internacional, se desbocó a hacer adquisiciones en
los dos o tres últimos años", comentó el banquero, añadiendo que se calcula, "informalmente",
que ha colocado unos mil millones de dólares en el exterior.

Al igual que la Gulf and Western, dueña de Paramount Pictures, la ODC tiene también su
compañía de "entretenimiento": Venevisión. La familia Cisneros, que adquirió esa compañía de
televisión en 1961, cuando apenas arrancaba la televisión en Venezuela, se ha valido de
Venevisión para fomentar la cultura del rocanrol y la pornografía, indispensable para crear en
cualquier país el ambiente hedonista, "chévere", de las drogas, de "sentirse bien". El fenomenal
éxito de las ventas de discos de las estrellas de rocanrol y el disco - grabados por Sonorodven la
fonográfica de la ODC - es apenas uno de los efectos del poder publicitario que le da Venevisión
a la ODC.

El Royal Bank of Canada fue el que le dio al paterfamilias Diego Cisneros su primera oportunidad
en Caracas, tras emigrar este de Cuba en 1929. La vinculación con el narcobanco canadiense
continúa hasta la fecha, siendo representante de los Cisneros en la junta directiva del Royal José
Rafael Revenga, vicepresidente ejecutivo de la ODC y vicepresidente de Venevisión. En 1939
Diego se "independizo" y montó la primera franquicia embotelladora de Pepsi-Cola en
Venezuela, en compañía de su hermano Antonio. Ahora son sinónimos en Venezuela Pepsi y
Cisneros, y el hijo de Antonio, Oswaldo, es el actual presidente de la compañía [2].

Pero fue Diego Cisneros quien hizo de la ODC el imperio comercial y financiero que es hoy. En
Venezuela, la palabra "Rockefeller" se convirtió en asociación inevitable con la palabra
"Cisneros". Junto con otras ricas familias, la familia Cisneros se hizo cargo de muchos de los
negocios iniciados por los Rockfeller. Entre ellos, las subsidiarias venezolanas de Sears
Roehuck, la National Cash Register, y ese proyecto predilecto de Nelson Rockefeller, los
supermercados CADA. En un momento dado la ODC obtuvo los servicios como "asesor
internacional" de George S. Moore, expresidente del banco neoyorquino Citibank y director
emérito de W.R. Grace. Y Gustavo Cisneros, hijo de Diego Cisneros, se hizo de una esposa bien
conectada al imperio Rockefeller: Patricia Phelps, de los Phelps del Eastern Establishment
estadounidense.

Diego Cisneros sentía gran orgullo, además, de ser miembro de la sociedad Mont Pelerin,
eminentes ideólogos internacionales de la "legalización de la economía ilegal" cuyas labores en
pro de las drogas citamos en los primeros capítulos. Diego Cisneros patrocinó numerosos viajes
de los propagandistas de la Mont Pelerin a Venezuela para arengar a los empresarios del país, y
su consigna de toda la vida, según informa su propio hijo Gustavo, era nítida ideología Mont
Pelerin: "Denme el hombre apropiado, y trato hecho".
Al morir Diego en 1980, se hicieron cargo de los negocios sus hijos, Gustavo y Ricardo Cisneros
Rendiles, ocupando la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, de la ODC. Gustavo
devino heredero forzoso del imperio, y ha continuado la labor de su padre como campeón del
modelo de "libre empresa" en la cuenca caribeña. Cuando David Rockefeller creó en 1981 el
"Comité Estadounidense-Jamaicano de Comerciantes" para impulsar el "modelo jamaicano" de
estupefacientes y libre empresa, Gustavo Cisneros anunció la creación de una "Asociación
Venezolana-Jamaicana de Comerciantes" parecida, de la que se hizo copresidente.

La carrera de Gustavo como financista internacional va en ascenso. Es vicepresidente de la filial


venezolana de los Caballeros de la Soberana Orden de Malta, y para 1981 se había incorporado
a la junta internacional de asesores del Chase Manhattan Bank, uniéndose a gente de la calaña
de Henry Kissinger y su socio Per Gyllenhammer de la Volvo; "Joe" Martínez de Hoz, de
Argentina; Y.K. Pao, de la Worldwide Shipping Corporation de Hong Kong; Ian D. Sinclair,
presidente de Canadian Pacific Enterprises, Ltd; y el presidente de la Royal Dutch Petroleum
Co., G.A. Wagner. Todos ellos, por supuesto, encabezados por David Rockefeller. En noviembre
de 1983 pusieron a Gustavo en la junta internacional de asesores de Pan American World
Airways (PanAm), donde convergen, entre otros, Sol Linowitz, de United Brands; Cyrus Vance,
abogado de Gulf and Western; Theodore Hesburgh, rector de la Universidad de Nortre Dame; y
Yet Keung-kan, presidente del Bank of East Asia, de Hong Kong. Ahora se ha sumado también a
sus "realizaciones" una nueva posición en la junta internacional de asesores de la Beatrice
Foods.

Los lazos de Cisneros con la combinación Carter-Vance no son nuevos. Según fuentes en
Washington, durante el gobierno de Jimmy Carter, Cyrus Vance, entonces secretario de Estado,
a menudo se valía de Cisneros como "interlocutor" con ciertos grupos políticos de la región.
Cisneros y su viejo camarada Pedro Tinoco, hijo, hicieron desde Caracas cuanto estuvo de su
parte para impulsar el boom financiero venezolano en Florida. Cuando Robert Graham,
gobernador de ese estado y ferviente partidario del esquema de "banca libre", llegó a Caracas en
octubre de 1980 para estimular las inversiones venezolanas en Florida, Gustavo Cisneros y
Pedro Tinoco, hijo, fueron quienes le organizaron el gran agasajo a él y a sus patrocinadores.
Pero la conexión también se extiende, por supuesto, al ámbito financiero. Por 1978 los Cisneros
adquirieron propiedad minoritaria del Florida First National Bank de Jacksonville, la principal
integrante de una compañía tenedora de alcance estatal llamada Florida National Bank of
Florida. Puso a Tinoco en la junta directiva del banco para representar allí el interés de los
Cisneros.

Ahora, resulta que el Florida First National es un banco interesante. Es uno de los tres bancos
floridanos que encabezaron la pelea por levantar las restricciones bancarias en ese estado hacia
fines de los setentas. Tales modificaciones de la ley eran indispensables para convertir a Florida
prácticamente en un refugio bancario para el dinero del narcotráfico.

La Florida National Banks tiene también otro rasgo muy interesante: era la principal tenedora de
la Charter Oil Company, que tenía en la junta directiva de Florida National dos de sus directores:
Edward Ball y el presidente de la Charter, Raymond Mason. La Charter, que quebró en 1984,
alcanzó notoriedad cuando salió la noticia de que había servido como conducto de las compras
de petróleo libio impulsadas por Billy Carter, el hermano del presidente. Ese escándalo pasó a la
historia como el "Escándalo Billygate".
Pero a Gustavo Cisneros no lo perjudicó en lo mínimo todo eso. Todo lo contrario: en 1981,
según se dice, vendió sus acciones, obteniendo de ellas una ganancia multimillonaria.

La World Finance Corporation y el enlace cubano

Pareciera que Oswaldo Cisneros, primo de


Gustavo, dirige en Venezuela mucho más que
la compañía Pepsi-Cola. Según un informe
que apareció el 1 de julio de 1984 en El Diario
de Caracas, Oswaldo es el enlace de una plan
para reestablecer relaciones comerciales y
diplomáticas entre Venezuela y Cuba, con la
esperanza de legitimar su calidad actual de
intermediario comercial cubano-
estadounidense, en violación del embargo
impuesto por los Estados Unidos a Cuba.

El Diario de Caracas sostuvo que Cisneros visitó Cuba en un avión del a Pepsi-Cola el 7 de junio
de 1984 y que se reunió personalmente con Fidel Castro. En una entrevista concedida el 12 de
Agosto a la revista Resumen, Cisneros no negó que hubiese viajado a Cuba, pero insistió que
fue por motivos de familia y personales, que la reunión con Castro ocurrió por "pura casualidad"
y que sólo se habló de "una serie de generalidades". Oswaldo agregó que tenía muchos otros
miembros de la junta directiva de Pepsi que habían participado en la invasión de Bahía de
Cochinos y que todo el cuento era un intento de desacreditar sus bien cultivadas credenciales
anticastristas.

Pero hay otras cosas que le falta explicar a Oswaldo Cisneros. Su esposa, la cubana Ella
Fontanals de Cisneros, es hermana de José Fontanals Pérez, actualmente miembro de la junta
directiva del Banco Nacional de Cuba, en La Habana, y asesor económico de Fidel Castro. Los
nexos de Ella con su hermano no son cosa del pasado; su esposo Oswaldo reconoció en su
entrevista con Resumen que él facilitó por lo menos una visita discreta de José Fontanals a
Caracas, para asistir al funeral de su madre.

Según se dice, Ella vive parte del tiempo en Caracas y parte en Nueva York, y fuentes cercanas
a la DEA informan que en esta ciudad frecuenta sitios a donde acuden también diplomáticos
cubanos, tanto en funciones como retirados, así como narcotraficantes colombianos, entre ellos
Jemel Nassel de Lehder, ex esposa del rey de la mafia colombiana, Carlos Lehder.

Quizá el lector se pregunte cómo puede el clan anticastrista de Cisneros departir amigablemente
con los actuales diplomáticos fidelistas.

La historia de la World Finance Corporation (WFC), narrada en varias comisiones del Congreso
de los Estados Unidos, demuestra que la imbricación de las redes castristas y anticastristas en el
cálido bajo mundo de las drogas no es tan "imposible" como quisiera Oswaldo Cisneros que
creyeran los investigadores.

La WFC fue fundada en Coral Gables, Florida, por un banquero cubano en el exilio, de apellido
Hernández Cartaya. Este sujeto tenía desde el principio algún tipo de contacto en las
organizaciones de inteligencia; participó en la invasión de Bahía de Cochinos, lo capturaron, lo
liberaron, y entró a trabajar en el Citizens and Southern Bank de Atlanta hasta que decidió poner
su propio negocio. El abogado de la WFC, cuya firma aparece en el acta constitutiva de esa
entidad, era Walter Sternling Surrey, muy bien relacionado ex agente de la OSS, quien se quedó
con la WFC hasta 1976. Surrey era también el abogado de Ronald Stark, un terrorista que
cumple sentencia en Italia por sus vínculos con las Brigadas Rojas. Antes de sus actividades en
Italia con los círculos del narcoterrorismo Stark había sido miembro de la Brotherhood of Eternal
Love, organización que partició en la producción de la mayoría de los alucinógenos que se
distribuyeron en los Estados Unidos a lo largo de los setenta. Esta hermandad, con la que nos
toparemos en capítulos posteriores, fue uno de los primeros conductos del narcotráfico y el
lavado de dinero sucio entre los Estados Unidos, el Caribe y América Central.

Según varios informes, la WFC fue desde el principio una lavandería de narcodinero. Ya en 1977
era propietaria de nueve compañías más un banco en Miami, así como de subsidiarias en ocho
países iberoamericanos. Unibank, una filial panameña, controlaba sucursales en las Antillas
holandesas, las islas Caimán, Londres, los Emiratos Árabes Unidos y Texas. A los siete años de
existencia, la hoja de balance de la WFC arrojaba un saldo positivo de más de 500 millones de
dólares. Una mala (y posiblemente ilegal) inversión en los Emiratos Árabes Unidos echó por
tierra el grupo en 1977, le costó a los inversionistas 55 millones de dólares y obligó a Hernández
Cartaya a huir del país con un pasaporte colombiano falso. La investigación posterior al
desplome de la WFC reveló que una subsidiaria de la que poseían el 98 por ciento, el National
Bank of South Florida, estaba involucrada en el lavado de narcodinero, los llamados
autopréstamos y varios otros abusos.

Pero antes que todo eso sucediera, la WFC había obtenido un préstamo de 2 millones de
dólares del Narodny Bank de Moscú en 1975. A juzgar por las pruebas disponibles, Hernández
Cartaya había hecho más que suficiente para merecerlo.

La red WFC incluía a la escoria del bajo mundo financiero del continente. El representante
colombiano del grupo inversionista panameño de la WFC, el Unibank, era Jaime Mosquera,
banquero colombiano que fue a dar a la cárcel en 1982 por fraude. Mosquera era contacto de
Hernández Cartaya desde que ambos trabajaron en Citizens and Southern, siendo Mosquera el
representante de ese banco en Bogotá. Una de las primeras acciones de la WFC fue comprar un
banco colombiano pequeño, el Banco del Estado, e instalar a Mosquera como presidente. En
1975, Unibank trató de negociar un papel estelar en un préstamo de 100 millones de dólares al
instituto agrícola Idema, propiedad del Estado colombiano, valiéndose para ello de la influencia
de Christian Mosquera, hermano de Jaime que por aquel entonces era superintendente bancario
de Colombia. Según testimonio ante la comisión del Congreso de los Estados Unidos que
investigó la maniobra de la WFC, Hernández Cartaya era al mismo tiempo representante secreto
del gobierno cubano y se proponía usar el préstamo como incentivo para que el gobierno de
López Michelsen cooperara con Cuba en las rutas "norteñas" del narcotráfico.

El Unibank de Panamá fungía también como conducto de las compras de armas de los
sandinistas, antes de que el grupo rebelde auspiciado por los cubanos derrocara a Anastasio
Somoza en 1978. También se tienen informes preliminares de que Unibank mediaba el canje de
armas por drogas tanto en Venezuela como en Colombia.

Hernández Cartaya era un tipo versátil. También se le acusó de financiar las actividades
terroristas del notorio grupo anticastrista de Orlando Bosch. Un funcionario de la WFC, un tal
Duney Pérez Alamo, pertenecía al grupo de Bosch y era amigo íntimo de Gaspar Jiménez, el
agente de Bosch que arrestaron en México en 1976 cuando intentó secuestrar al cónsul general
cubano en la ciudad de México. Fuentes del gobierno mexicano citadas por Lernoux afirman que
el gobierno tiene pruebas de que la WFC pagó 50.000 dólares para que Jiménez se escapara de
la cárcel, con la condición de que Jiménez cerrara el pico en relación a la WFC.

Los nexos de la WFC con los principales narcotraficantes eran abundantes. Los expedientes de
la Dirección de Estupefacientes indican que uno de los colaboradores más allegados de
Hernández Cartaya era un vendedor mayorista de drogas que trabajaba con la mafia de Santo
Traficante. En todo caso, la financiera Dominion Mortagage Corporation, vinculada a Traficante,
registró sus oficinas con el mismo domicilio que las de la WFC de Hernández Cartaya. La DEA
sostiene además que un empleado de la WFC llamado Enrique "Kaki" Argomaniz era
sospechoso de tráfico de drogas y armas y que es hermano del conocido mayorista de
narcóticos Alberto Argomaniz.

Oswaldo Cisneros le ratificó a la revista Resumen de Venezuela que trabajó con Hernández
Cartaya, de la WFC, pero insistió, "nunca supe, ni puedo afirmar que Hernández Cartaya haya
estado conectado" con el comercio de la droga. Según su versión, Hernández Cartaya y
Cisneros efectivamente fundaron conjuntamente una subsidiaria de la WFC en 1975-1976; la
relación duró un año, tras el cual se acabó la relación de Hernández Cartaya con Inversiones
Fénix, y no se volvió a saber nada de ellos, supuestamente.

Pedro Tinoco, hijo: socio de Cisneros

El abogado Pedro Tinoco, hijo, representante venezolano del Banque Sudameris, el banco de los
intereses financieros jesuitas y de las compañías aseguradoras venecianas, es socio de
Cisneros en diversos negocios. Informalmente, a Tinoco se le conoce también como "el hombre
del Chase" en Caracas, así como el contacto principal de la familia Rothschild. Gracias a su
posición como primer ejecutivo del Banco Latino de Venezuela, ocupa una destacada posición
en el llamado "Grupo Occidente", el más poderoso grupo empresarial en la frontera colombo-
venezolana, uno de los sitios más concentrados del mundo en lo que a cultivo de drogas se
refiere.

Los banqueros de Caracas pintan a Tinoco como "el banquero más listo de la ciudad... joven,
agudo y siempre en acción". También pudiera ser uno de los más sucios. Sus vínculos con la
familia Cisneros Rendiles son tales que se los considera como un solo grupo. Por ejemplo, en
1981, Gustavo Cisneros lo nombró presidente de la junta directiva de la cadena de
supermercados CADA.

Cuando el Banco Latino decidió crear una nueva sede central en 1980, Tinoco obtuvo el
préstamo del Banque Sudameris, de la Banca della Svizzera Italiana, de American Express
International Banking Corporation y de Araven Finance, Ltd. (asociación de la Kuwait
International Investment Company, Morgan Grenfell el Banco Consolidado de Venezuela, y el
Banco Latino, del mismo Tinoco).

Tal como se ha documentado en este libro, éste es el grupo que maneja grandes cantidades de
dinero ilegal. Las oficinas de Sudameris, American Express y las más venerables compañías
aseguradoras venecianas son omnipresentes en toda Iberoamérica. Ellas controlan el negocio
de seguros y reaseguros y otros grandes negocios relacionados. De 1981 a 1983, Iberoamérica
perdió más de mil millones de dólares en "fuga de capitales", la mayor parte ilegales, y continúa
perdiendo fondos en este momento, los cuales se dirigen hacia el sistema financiero de ultramar.
Cuentas falsas, falsas pólizas de seguros, subsidiarias falsas que emplean falsos consultores y
fletan barcos y aviones falsos, van a cuentas bancarias de ultramar, y después de ahí a
condominios e Miami o adonde sea. Existe una economía fantasma cuyo propósito es extraer
fondos de Iberoamérica, y la sostienen compañías mil millonarias como la Generali. Como ya
anotamos, el mismo grupo Cisneros tiene mil millones de dólares fuera de Venezuela.

Gustavo Cisneros Rendiles, Oswaldo Cisneros Fajardo, Pedro Tinoco y sus amigos mantienen
un pie en esta economía fantasma. Ellos trabajan a un nivel bastante superior al de los meros
políticos del país, a quienes se dignan dar apoyo económico de vez en cuando para obtener un
favor aquí y allá. Continuamente se codean - quizás con un ligero estremecimiento - con los
Hernández Cartaya y la World Finance Corporation. Como ya se dijo, el Hongkong and Shangai
Bank no mantiene bolsas de heroína en sus bóvedas, ni acostumbra prestarle dinero a los
mercaderes de del interior de Tailandia que cosechan la amapola; lo que hace es funcionar como
banco central y emisor de moneda para los cientos de bancos chinos de ultramar que sí lo
hacen. El Citibank no maneja directamente a sabiendas la fuga de capitales; sus funcionarios del
"personal bancario internacional" mantienen una pequeña lista de excolegas que lo hacen por
ellos, para que el Citibank pueda ser el recipiente final de estos depósitos. El HongShang
describe esto como "libre empresa", y los ideólogos de la Sociedad Mont Pelerin se encargan de
elaborar las justificaciones filosóficas del caso.

Lo importante no es tanto que se atrape a Oswaldo Cisneros con las manos en la masa, aunque
eso no deja de ser divertido; más que eso, la Organización Diego Cisneros, el Grupo Latino, y el
resto de los de su calaña colaboran con los banqueros de la orden jesuita y los bancos de
liquidación de los viejos fondos europeos para ordenar los asuntos de las naciones y sus
sistemas financieros, en tal forma que un Hernández Cartaya estará a su disposición a cualquier
hora que le truenen los dedos. En el remolino del bajo mundo financiero, ladrones y hampones
como Cartaya compiten entre sí por las gracias de los olímpicos, quienes escogen a sus
sirvientes de entre los sobrevivientes.

Apéndice al resumen: En complemento a lo expresado en el libro Narcotráfico S.A. añadimos


algunos de los casos más resaltantes de contrabando de cocaína y decomisos en Venezuela en
la época en que el narcotráfico, al parecer, se había apoderado de las instituciones venezolanas.
Observen cómo en la mayoría de los casos los implicados eran muy altos oficiales o ex oficiales
de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional. Estos casos fueron publicados en el libro de
Gustavo Azócar Alcalá, Los Barones de la Droga, Alfadil Editores, Caracas, 1994.

• Félix Salcedo y Jairo Slebi, representantes al parlamento colombiano por el ala lopista del
Partido Liberal fueron sorprendidos in fraganti vendiendo cocaína en Venezuela. El comprador
era Alberto Abello, secretario privado del Senador de COPEI, Valmore Acevedo Amaya. El juez
que se encargó del caso por órdenes de Gonzalo García Bustillos (que ocupaba el cargo de
Secretario de la Presidencia, siendo Presidente Luis Herrera Campins) liberó a todos los
detenidos a las 72 horas.

• El 30 de abril de 1983, fueron decomisados 667 kilos de cocaina de alta pureza, encontrados
en el interior de una avioneta que había aterrizado en Charallave, cerca de Caracas. Este avión
procedía de Colombia y era propiedad del ganadero Lizardo Márquez Pérez, militar retirado
residenciado en el Estado Táchira. Uno de los socios de Lizardo Márquez Pérez era nada menos
que el comandante regional del ejército venezolano en la frontera con Colombia, general Italo del
Valle Alliegro, quien posteriormente sería Ministro de la Defensa de Carlos A. Pérez en su
segundo período presidencial. Era el decomiso más grande de América Latina y el segundo en el
mundo, sólo superado por los 800 kilos de cocaína capturados apenas unos meses antes en
Miami. Lizardo Márquez Pérez huyó a Medellín y fue detenido en los EE.UU. cuando el 10 de
noviembre de 1984 intentó cruzar la frontera con Nicaragua.

• El 26 de Febrero de 1984, las autoriades policiales venezolanas encontraron 136 kilos de


cocaina de alta pureza en el interior de un avión super king 200, propiedad del mayor retirado del
ejército Francisco Ocando Paz. Este fue detenido en Denver, Colorado y fue extraditado a
Venezuela el 12 de Mayo de 1989.

• El 5 de Noviembre de 1985, la juez Kirse Rodríguez dictó auto de detención contra el general
del ejército venezolano, Pedro María Díaz Paredes, quien había sido presidente de la Corte
Marcial de la República de Venezuela. Se le vinculaba al decomiso de 453 kilos de cocaina de
alta pureza en una carretera del Estado Falcón. Aunque siempre se declaró inocente, dos de sus
nietos fueron detenidos al tratar de pasar cierta cantidad de droga a su abuelo, detenido en el
internado judicial de Coro. Díaz Paredes pagó una condena de siete años y cuatro meses antes
de obtener la libertad por razones de salud y avanzada edad.

• El general de brigada Alexis Ramón Sánchez Paz, quien llegó a ocupar la dirección de
inteligencia del ejército venezolano, fue atrapado por la autoridades norteamericanas, a
principios de 1992, cuando intentaba negociar 50 kilogramos de cocaina. El caso de este general
es particular, puesto que su afición por las drogas era harto conocida. Sin embargo lo detuvieron
pocas horas después del intento de golpe del 4 Febrero, al parecer para utilizarlo como
argumento contra las fuerzas armadas, en momentos en que la popularidad del Carlos Andrés
Pérez había caído a menos del 10%, contra el 90% del teniente coronel Hugo Chávez Frías.

• El 12 de Septiembre de 1992, otro caso escandaliza al país. Se conoce que desde 1990, la
Dirección de Inteligencia Militar vigilaba a oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación
(Guardia Nacional). Uno de los oficiales investigados es el general de brigada Ramón Benigno
Guillén Dávila, oriundo de Tovar, estado Mérida, Jefe de la División antidrogas de la Guardia
Nacional. Varios cargamentos de drogas, que en conjunto llegaban a superar los 1500
kilogramos de cocaina, eran la prueba del delito.

• El 14 de Julio de 1991, dos cubanos anticastristas, Lázaro Rogelio Ugarte Bresslau (quien llegó
a Venezuela como enlace entre la CIA y el SIFA en 1969) y Orlando García Vasquez
(probablemente nombres falsos), que se desempeñaban como “asesores” de seguridad de
Carlos A. Pérez con sueldos de 2800 dólares mensuales, fueron acusados por un funcionario de
la Dirección de Inteligencia Militar, Osmeiro Carneiro de estar vinculados a varias estafas al
Estado venezolano, de la voladura del avión cubano (ocurrida en 1976 y que produjo la muerte
de 72 atletas cubanos), el asesinato de personalidades políticas en Caracas, Maracaibo y
Maracay (Luis Núñez Tenorio, Alberto Aguiar Serradas y Mateo Huizi, entre otros), además de
estar vinculados con el narcotráfico. Ambos salieron del país de la mano de Carlos Andrés Pérez
no sin antes haber llenado sus bolsillos con dólares de la partida secreta.

• El 23 de Enero de 1991, efectivos de la Guardia Nacional decomisan en la alcabala de Peracal


un cargamento de 621 kilogramos de cocaina pura dentro de un camión. El camión era
conducido por Silvestre Mario Schillachi, un italiano, nacionalizado norteamericano. Este señor
confesó que la droga debía entregarla a Edwin Rincón. Durante el allanamiento de la residencia
de Edwin Rincón se decomisa un automóvil de lujo, marca BMW, que de acuerdo al Registro
Automotor Permanente (RAP) pertenece al general Herminio Fuermayor, nombrado Director de
Inteligencia Militar por el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez. El general Herminio
Fuenmayor “explicó” que el auto pertenecía al empresario zuliano Ivan Camacho Fernández,
socio mayoritario del Grupo Colón y que fuera acusado por Carneiro de ser “el capo de la droga
en el Zulia”. Carlos Andrés Pérez no tuvo otro remedio que pedirle la renuncia al General
Fuenmayor, quien reside en el país, trabajando por su cuenta y ayudando, con declaraciones e
investigaciones de todo tipo, a su amigo del alma, a su protector y benefactor, el Presidente
Pérez.

La conexión cubana

Por conducto de Ernesto Samper Pizano, coordinador de la campàña presidencial de Alfonso


López Michelsen en 1982, el narcotraficante Carlos Enrique Lehder aportó grandes cantidades
de dinero a la causa de ese ex presidente colombiano.

Al parecer, Lehder también trabajó para los cubanos por mediación de Robert Vesco quien fue
testaferro de la mafia rusa. Los servicios de inteligencia estadounidenses afirmaban que Lehder
y Vesco eran los proveedores más importantes de cocaína para los Estados Unidos. La revista
Forbes señaló en su edición del 4 de Septiembre de 1984:

“La autoridades federales tienen la certeza de eque Vesco es el cerebro de lo que parece ser un
gran comercio en doble sentido entre Cuba y el continente norteamericano. Las actas de los
juicios federales de narcóticos en Florida y un caso que surgió en Tejas, al que se aplicó la ley
sobre comercio con el enemigo, parecen sustanciar esa conclusión. Hasta ahora han muerto
cuatro personas vinculadas con Vesco, a medida que siguen acumulándose las coincidencias.
Esto no es una pesadilla cualquiera. Se dice que las operaciones de Vesco se realizan con la
total cooperación del servicio de inteligencia cubano. Vesco ayuda a organizar los cargamentos
de heroína, cocaína y marihuana de Sudamérica a Cuba, allí los pasa a lanchas y avionetas
pequeñas, y los despacha a los estados Unidos y Canadá”.

Parte IV

El Hampa y la mafia nazi-comunista

Todo el contrabando de armas y todo el terrorismo


internacional se realizan por intermedio de la
Internacional Nazi de Lausana, Suiza.

Si el lector ha comprendido plenamente las fatales


consecuencias del cartel multimillonario del
narcotráfico, no ha de sorprenderle que la misma
oligarquía –de Oriente y de Occidente- que
patrocinó el ascenso de Hitler al poder y, aún así,
nunca compareció ante el tribunal de Nuremberg,
Así mismo, el lector podrá entender: haya concebido la Nueva Guerra del Opio como
instrumento para perpetuar por otros medios la
• Que el nazi suizo François Genoud, misma política genocida.
con la protección de Allan Dulles y el
ejecutivo de operaciones Especiales
(SOE) de Gran Bretaña, transfirió los fondos de Hitler y Goebbels a bancos suizos, conforme a
una “paz secreta” que comenzó dos años antes de terminar la Segunda Guerra Mundial y que
constituyó la base para revivir casi inmediatmente despúes de la guerra la Internacional Nazi de
Malmö;

• Que esa Internacional Nazi creada por Genoud –junto con el Instituto de Tashkent de la
División Islámica de la KGB y la Oficina Arabe de la inteligencia británica –patrocinó y aún dirige
el aprato islámico “fundamentalista”, que representa una enorme capacidad internacional para
realizar asesinatos políticos y canalizar el jachís y la heroína de la Media Luna Dorada del Asia
occidental y el Golfo Pérsico a Europa occidental;

• Que la misma combinación nazi-comunista maneja un ejército internacional de contrabandistas


y asesinos organizados en células integristas y separatistas bajo el manto de la Sociedad en pro
de los Pueblos en Peligro. Estas células integristas llevan a cabo una guerra secreta contra
todas las naciones soberanas de Occidente, y todas sufragan sus actividades con fondos de
Narcotráfico S.A.. De hecho, tales grupos integristas, que se ajustan al modelo de Triángulo
Dorado, se han convertido en el aparato internacional de preferencia para contrabandear toda
clase de estupefacientes;

• Que el nexo nazi-comunista constituye el núcleo del comisariado internacional de asesinatos y


atentados: el presidente John F. Kennedy, la primera ministra Indira Gandhi, el presidente Anwar
Sadat, el presidente Charles de Gaulle, el presidente Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II.

La clave para entender el papel central de la Internacional Nazi en nuestros días es que la
inteligencia secreta de Gran Bretaña, los banqueros suizos de Narcotráfico S.A., la élite
gobernante en la ex Unión Soviética, la facción anglófila estadounidense que se remonta a los
tiempos de la Compañía de la Indias Orientales británica e incluso una facción de la inteligencia
israelí tienen un pacto, vigente hasta la fecha, para fomentar, proteger y cosechar conjuntamente
los beneficios de los “negocios sucios” que se realizan por intermedio de la Internacional Nazi.

Para el común de los lectores el término nazi-comunista parece una contradicción, pero desde
los veintes hasta fines de la segunda guerra mundial, la inteligencia militar de los Estados Unidos
tuvo entre sus expedientes de máxima importancia el de la “Internacional Sinarquista; nazi-
comunista”.

Stipam International, la conexión búlgara

El 23 de Noviembre de 1982, el magistrado italiano Carlo Palermo, detuvo a varios individuos


acusados de manejar el centro milanés de la “cadena de tratantes de armas más grande del
mundo”. Descubrió que la firma Stipam International Transports, de Milán, no era sino un
conducto para hacer llegar enormes cantidades de armas a cuanto grupo terrorista, extremista e
integrista hay en el Oriente medio. Lo normal era que las armas se canjeasen por jachís, heroína
y otros estupefacientes producidos sobre todo en la Media Luna Dorada de Irán, Paquistán y
Afganistán.
Para cuando se asentó el polvo, se había demostrado la existencia de la conexión búlgara con el
intento de asesinato del papa Juan Pablo II. La investigación de Stipam saco a la luz del día la
repugnante realidad del maridaje entre las familias regentes de Oriente –tales como la dinastía
Zhivkov de Bulgaria- y los fondi oligárquicos de Europa Central y Gran Bretaña- representados
por clanes como los Thurn und Taxis y sus parientes políticos los Braganza, o por el Duque de
Kent- maridaje que se refleja en los bazares del mercado negro de Varna, Estambul, Sofía,
Palermo, Trieste y Londres.

A fines de 1984, el jefe de la DEA, emitió un informe que reconstruye el caso Stipam y el plan
para asesinar al Papa. Según dicho documento, en 1967 se celebró una reunión en Moscú para
fraguar un plan y “aprovechar y acelerar la corrupción inherente de la sociedad occidental”.

Indicios circunstanciales hacen pensar que el misterioso “coronel Ivan”, personaje encargado de
la compra-venta de drogas, era en realidad Ivan Slavkov, yerno del presidente búlgaro Todor
Zhivkov. Slavkov, ex director de la televisión búlgara y ex Jefe del Comité Olímpico búlgaro, era
el eslabón entre la compañía Kintex (mampara para el tráfico de armas y drogas) y las mafias de
la droga en Iberoamérica y el Caribe. En octubre de 1979, Slavkov hospedó al entonces
presidente de Colombia, Alfonso López Michelsen, en visita oficial a Sofía. Al abrirse paso por
Colombia, la compañía Kintex se convirtió en un proveedor de equipo militar pesado para
Iberoamérica, por ejemplo, los tanques T-54 que le vendió al dictador Augusto Pinochet y a la
junta sandinista de Nicaragua. No era la primera vez que Kintex le vendía armamento a sus
enemigos ideológicos. En 1975, en visperas de que estallase la guerra civil en Líbano, el Partido
Comunista libanés presentó una enérgica protesta ante el Partdo Comunista búlgaro cuando
Kintex le facilitó toneladas de armamento pesado a las milicias cristianas libanesas. Aunque un
informe de la DEA dice que la entrega de armas de Kintex a la Falange libanesa se suspendió de
inmediato, todavía en 1983 el Bulgarian Litex Bank, brazo financiero de Kintex, poseía el 40% de
un banco en Beirut, el resto del cual pertenece al clan del ex presidente libanés Camille
Chamoun.

Dicho banco es conocido canal de contrabando de dinero. Su sucursal en Caracas, el Banco del
Caribe, costeó la conferencia sobre el Libro Verde de Kadafi celebrada en Venezuela en 1982.

Mehmet Ali Agca

Joven turco, militante del grupo paramilitar de ultraderecha Lobos Grises, del coronel Alparslan
Turkes, había escapado en Noviembre de 1979 de la prisión militar de Kartal-Maltepe, Turquía,
donde esperaba ejecución por haber asesinado a Abdi Ipekci, director del periódico izquierdista
turco Milliyet. Un día después de su fuga envió una carta a Milliyet en la que amenazaba al Papa
si no suspendía su visita a Estambul. La llegada de Agka a Sofía en el verano de 1980 marcó la
puesta en práctica del plan de asesinato que culminó el 13 de Mayo de 1981, con el disparo casi
fatal de Agca contra el Papa en la Plaza de San Pedro en Roma.

Petróleo por armas

Una de las transacciones más reveladoras de Stipam nos lleva de nuevo al Banco Ambrosiano y
su presidente, Roberto Calvi. Hasta que lo ejecutaron en el puente Blackfriars de Londres, a la
usanza ritual masónica, Calvi fue uno de los principales financieros de la logia P-2. Los archivos
de la policia italiana señalan que Calvi y el Ambrosiano le hicieron llegar fondos a la escuadra de
la Brigadas Rojas que asesinó a varios magistrados y funcionarios de la policía de Milán, cuando
estos empezaron a encontrar indicios de las ligas de la Logia P-2 con el tráfico de drogas y con
varios planes golpistas neofascistas frustrados, entre ellos la intentona golpista de Borghese de
1969, y el complot de mediados de los setentas denominado “Rosa dei Venti” (Rosa de los
Vientos), al cual acompañó una oleada de atentados terroristas ciegos.

En la época en que fue ocupada la Embajada norteamericana de Teherán, Stipam facilitó un


gran acuerdo de petróleo por armas entre el gobierno israelí y el régimen de Jomeini. A cambio
de las armas israelíes que Jomeini necesitaba desesperadamente para continuar la guerra
contra Irak, Irán le garantizó petróleo a precios de remate. El petróleo se entregó a Israel con la
plena colaboración de las compañías petroleras British Petroleum y Royal Dutch Shell, en la
práctica, la división mesolevantina de la rancia casta de la Compañía de las Indias Orientales
británica.

La Media Luna Dorada

En 1978, cuando la primera edición en inglés de este libro estaba por aparecer, el ayatola
Jomeini vivía exilado en París, la Unión Soviética no se había todavía apoderado de Afganistán,
la India no había sufrido el remezon separatista y el Triángulo Dorado del Sudeste Asiático
todavía era el centro de la producción mundial de opio.

En el transcurso de dos años se produjeron cambios muy profundos. Una nueva zona productora
de opio que abarca la región montañosa de Irán, el Afganistán ocupado por los rusos y el cada
vez más fragmentado Paquistán, se apoderó prácticamente del mercado mundial. La Dirección
de Estupefacientes de los estados Unidos calcula que la producción de opio en la región de la
Media Luna Dorada había alcanzado para 1980 las 500 toneladas por año, casi el triple de la
producción anual del Sudeste Asiático.

El narcoterrorismo, la guerra nazi-comunista contra Iberoamérica

Cuando se sigue el rastro que deja Narcotráfico S.A., en sus entradas y salidas en Iberoamérica,
se descubre un eficiente mecanismo de canje de drogas por armas que sustenta la embestida
terrorista, pagada por la mafia de las drogas, en contra de las naciones de la región.

El “narco-terrorismo” ocupó los encabezados de la prensa en Iberoamérica a lo largo de 1984.


En Perú, los ataques terroristas de Sendero Luminoso se volvieron cada vez más sangrientos,
en tanto que, al poder atacar de modo simultáneo las varias centrales generadoras que
abastecen electricidad a la capital, esa agrupación dio muestras de una capacidad que
sobrepasa las posibilidades del movimiento indígena que pretende ser.

En Colombia, la incursión del gobierno en Tranquilandia en marzo de 1984, la mayor refinería de


cocaína del mundo, acarreó la represalia sangrienta del M-19 en Florencia, Caquetá.

En México, el primero de enero de 1985, activistas del Partido Acción Nacional (PAN) quemaron
el palacio Municipal de la ciudad fronteriza de Piedras Negras, y amenazaron con intensificar la
violencia si el gobierno no les concede la victoria en las elecciones de julio de 1985 en los
estados del norte. El 15 de Noviembre de 1984, agentes federales respaldados por soldados del
ejército mexicano habían incursionado en el campo de producción y procesamiento de droga en
el estado norteño de Chihuahua. Más tarde quemaron marihuana valorada en unos 10.000
millones de dólares. Se rumoreó que gran parte del dinero de esta enorme operación ilícita
estaba destinado a las campañas electorales de los candidatos del PAN.

La Guerra del Opio en los Estados Unidos

El punto de inflexión de la Guerra del Opio en los Estado Unidos fueron los cinco primeros años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La unidad de combate clave de Narcotráfico S.A.,
había logrado infiltrar en los Estados Unidos en aquel momento crítico, el Ejecutivo de
Operaciones especiales (SOE) de la inteligencia secreta británica, fue el único mando de guerra
que jamás reconoció la paz.

Los siguientes cuadros de mando de Narcotráfico S.A., todos ellos oficiales británicos y
canadienses, dominaban el área más sensible de la inteligencia en los Estados Unidos durante y
después de la Segunda Guerra Mundial: el coronel sir William Stephenson, verdadero capataz
del sindicato de Meyer Lansky y mecenas de la rehabilitación de Lucky Luciano en la postguerra,
el coronel Louis Mortimer Blommfield, apoderado y je de contaduría de la fortuna amasada por
Bronfman en el comercio del licor y drogas; y el general Julius Klein, padrino de Max Fisher,
hombre clave de la mafia y presidente de United Brands.

David Sarnoff, cuyo conglomerado de comunicaciones, la RCA, aportó el personal que constituyó
el núcleo de la Agencia Nacional de Seguridad (ANS), y cuyo imperio el presidente Eisenhower
trató de disolver por ser el núcleo del “complejo industrial militar”; Walter Sheridan, jefe de
contrainteligencia de la ANS que más tarde coordinó la protección política y los servicios de
inteligencia de Resorts International, el imperio de casinos Lansky; el coronel Clay Shaw,
funcionario de la ANS, enjuiciado por el fiscal Garrison del distrito de Nueva Orleáns en el
asesinato de John F. Kennedy: de esta ralea son los elementos de que se ha valido el Ejecutivo
de Operaciones Especiales para conseguir su objetivo final: la absoluta libertad de operación de
Narcotráfico S.A., en los Estados Unidos.

La cacería de brujas de McCarthy claramente tenía un propósito. Fue el primer ejercicio de


envergadura de la División Cinco del FBI para colocar a los principales personajes del sindicato
de las drogas –hombres como Bronfman y Fisher- al mando de las fuerzas de seguridad
norteamericanas, con la libertad de usarlas, conjuntamente con los principales medios de
información, contra los enemigos de Narcotráfico S.A.

Es cierto que hubo una cierta resistencia, sobre todo por parte del presidente Eisenhower, quien
lucho por mantener los programas aeroespacial y nuclear fuera del alcance de Narcotráfico S.A.,
pero hasta la fecha las fuerzas de oposición no han tenido demasiado éxito. ¿Por qué? Porque
quien quiera que declare la guerra a las drogas, aún siendo Presidente de los Estados Unidos,
declara una guerra civil dentro de las fuerzas de seguridad e inteligencia de ese país.

Los testaferros

Los financieros británicos de Narcotráfico S.A. se valen de tres sólidos parapetos para encubrir
políticamente el tráfico de drogas en los estados Unidos. El promero es el cabildo sionista.

En la cima de éste se encuentra el compacto grupo de Hofjuden (“judios de la corte”). Son


familias negociantes que a lo largo de siglos han servido a las familias reales de Europa como
asesores hacendarios, que por siglos han mantenido adhesión inquebrantable a las casas
predominantes de la nobleza europea: las venecianas y las genovesas, la nobleza de
Ámsterdam, y luego, cuando la nobleza holandesa se fusionó con la británica en la denominada
Revolución Gloriosa de 1688, se reagruparon en torno a la Corona Británica y desde entonces
han estado a su servicio.

Estas familias no tienen nada que ver con el pueblo judío, ni su bienestar. La única relación de
estas familias con los judíos ha sido desatar contra ellos persecuciones periódicas, para luego
cohonestar su participación en ellas por el hecho de llevar apellidos judíos.

Entre estas destacadas familias están los Montefiore, servidores de la nobleza genovesa desde
las operaciones del siglo 13 en Italia y España; los Goldsmid y los Mocatta, principales
comerciantes de oro y plata de la real familia británica, desde la restauración de los Estuardo en
el siglo 17; los Oppenheimer, poseedores de una gran parte de las minas de oro y diamantes de
Sudáfrica; los Sassoon, los primeros Hofjuden que se domiciliaron en India y dedicaron sus
recursos primordialmente a la producción de opio, y que ahora también forman parte del jet set
caribeño; la familia canadiense De Hirsch, que sufragó la emigración sionista de Europa Oriental
a Canadá; los Rothschild, con su inveterado interés especial en destruir la república
estadounidense; y las otras familias bancarias de “Nuestra Gente”: los Warburg, Schiff, Meyer,
Loeb, Schroeder, etc.

El siguiente parapeto lo forman familias “iniciadas” que los primeros seleccionaron y patrocinaron
para dirigir el bajo mundo y sus organizaciones “legales” en los Estados Unidos. Este segundo
gran grupo de testaferros reviste una apariencia religiosa aparentemente distinta. Se trata de la
nobleza emigrada y la pseudonobleza de Europa oriental y el Mediterráneo: la nobleza ortodoxa
rusa-jesuita, o “solidarista”. Tales familias y sus apéndices operan con la coartada de sus
cruzadas anticomunistas en pro de las “naciones cautivas”, y por medio de pseudoiglesias
oscurantistas de corte ortodoxo oriental, particularmente en el Consejo Norteamericano de
Iglesias Cristianas.

La verdad es que prácticamente todas estas familias colaboraron de modo directo con el
fascismo centroeuropeo y proveyeron de efectivos militares a los gobiernos títeres de Hitler y
Mussolini en Europa oriental y los Balcanes. Agunas de ellas, como la antedicha familia
Sassoon, ejemplifican la contracultura del jet set, la flor y nata del narcotráfico, la pornografía y el
fraude organizado de los garitos de Narcotráfico S.A. Son ejemplos típicos de estas familias los
Radziwill, líderes de los solidaristas polacos; el fascista irredento Ferenc Nagy, de Permindex;
los De Menil, quienes por la vía del connubio han incorporado a Permindex grandes porciones de
fortunas tejanas; los Di Portanova, amigos de Henry Kissinger, proveedores personales de
drogas para la élite drogadicta de los garitos, desde las discotecas de Nueva York a los sitios de
veraneo de México y el Caribe, quienes también han traído dinero petrolero tejano a
“matrimonios nobles”; los Di Spadafora, representantes de la casa italiana de Saboya, en
Permindex, el comisariado de asesinatos; y desde luego, familias de menos abolengo, como la
del conocidísimo Brzezinski. La familia política de William F. y James Buckley, promotores de la
legalización de las drogas, es satélite permanente de los grupos emigrados jesuitas.

El tercer grupo de testaferros lo constituyen las organizaciones de la Internacional Socialista en


los Estados Unidos. Estas organizaciones raramente realizan actividades públicas, para así
poder infiltrar, al servicio de los organismos de inteligencia del Ejecutivo de Operaciones
Especiales de Gran Bretaña y sus sucesores, a organizaciones políticas y sindicales de veras
conservadoras.

La pandilla Bronfman

A la familia Bronfman la conocen los norteamericanos sobre todo por ser la propietaria de
Seagram, la productora de bebidas alcohólicas más grande de Norteamérica. Los haberes de la
familia son muchos: wisqui, bancos, minas, bienes raíces y –aunque de ello se sabe menos-
estupefacientes.

Hoy se les considera “filántropos” respetables y distinguidos, cuyo nombre está relacionado con
todo aquello que es importante en Canadá –e Israel-, trátese de asuntos de gobierno, de
negocios o “culturales”. Más no siempre fue esa la reputación de la familia Bronfman. Hace
menos de cincuenta años, se les conocía como los mayores contrabandistas de licores de
Norteamérica, y se hacía referencia a ellos con un título menos honroso: “la pandilla Bronfman”.

En mayo de 1936, cuando todo había terminado, los Bronfman habían aceptado pagar 1.500
millones de dólares para poner en orden sus cuentas con el Departamento de Hacienda de los
Estados Unidos; ese pago equivalía a reconocer que la mitad del licor que entró a los estados
Unidos durante la Prohibición lo metieron ellos de contrabando.

El “chickencock” Seagram que la familia pasó por la frontera era veneno puro: una mezcla de
alcohol puro, ácido sulfúrico, caramelo, agua y wisqui añejo de centeno que paralizaba a la
víctima. Entre 1920 y 1930, 34.000 norteamericanos murieron por envenenamiento etílico.

Desde 1920, los Bronfman han estado importando wisqui británico de la Distellery Company of
London, que dominaba más de la mitad del mercado mundial del wisqui escocés. Siendo sus
propietarios los más altos jerarcas de la nobleza británica, entre ellos el mariscal del campo Haig,
lord Dewar, lord Woolavington y otros, la concesión de derechos para la distribución fue una
decisión de Su Majestad el Rey.

El hampa sienta sus reales

Con la Prohición, delinquir se convirtió en el negocio más lucrativo del mundo. La economía
ilegal dejó de tener su base en la prostitución a pequeña escala, los prestamos usureros o la
venta de protección. Ahora se concentraría en la comercialización de una valiosa mercancía
ilegal cuyo abastecimiento se dirigía desde Londres y la colonia británica de Canadá. El hampa
se reorganizó, constituyéndose en una cadena de distribución al mayoreo y al menudeo, con
distritos comerciales bien delimitados, cuotas y precios uniformes. Había nacido el sindicato del
hampa.

Cientos de películas producidas en Hollywood abordaron el tema de los “fabulosos veintes”


enmascarando la verdad : con la Prohibición , Gran Bretaña, por conducto de la pandilla
Bronfman, había creado el cáncer del hampa organizada. En los veintes, la mafia de Bronfman
colocó de puerta en puerta heroína, cocaína y cuanta droga ponzoñosa tuvo a su alcance,
valiéndose para ello de la misma red de venta al mayoreo, transporte y venta al menudeo que
utilizaba para el contrabando de licor.

Aunque la mona se vista de seda

Revocada la Prohibición y ya en marcha el negocio del opio con Shanghai, los Bronfman, al igual
que muchos de sus socios al otro lado de la frontera, se “legitimaron”. El hampa invirtió sus
millones en empresas lícitas que les sirvieron tanto de careta de sus activiodades ilegales como
para mostrar un aparato de lavado de dinero sucio. Esta nueva fase, de pretendida
responsabilidad, marca el momento en que los contrabandistas de mayor éxito abandonaron el
tráfico en grande del wisqui por el tráfico en grande de estupefacientes.

Al principio, los Bronfman tuvieron que correr todos los riesgos de la profesión de contrabandista.
Tuvieron que eludir la ley, enfrentar a los atracadores del otro lado de la frontera, y encarar la
humillación de los escándalos y la exhibición pública cuando algo salía mal. Como resultado, la
familia adquirió una mala reputación. Dado el aumento del comercio de drogas en los Estado
Unidos, los británicos no podían darse el lujo de dejar a su principal testaferro en una situación
tan expuesta y precaria. Ni tampoco podían simplemente deshacerse de los Bronfman después
de la Prohibición. La familia se había vuelto irremplazable debido a su dominio absoluto sobre el
sindicato. No obstante, representarían un riesgo si continuaban trabajando tan abiertamente con
sus distribuidores en el tráfico de narcóticos como lo hicieron en la época de la Prohibición.

El problema se resolvió colocando a los Bronfman en los peldaños más bajos de la casta
Hofjuden. Casi de la noche a la mañana, los Rothschild, los Montefiore, los De Hirsch y demás,
tomaron a “Mister Sam”, el zar del hampa en Norteamérica, y lo transformaron en estrella
ascendente del movimiento sionista canadiense.

• En 1934, Mister Sam recibió su primer “puesto respetable”: presidente del National Jewish
People’s Relief Committee (Canadá).

• Para 1939 ya había sido designado director de la Jewish Colonization Association del barón De
Hirsch.

• Ese mismo año, la Canadian Pacific Corporation invitó a Mister Sam a establecer una nueva
organización de refugiados con judíos de Europa oriental.

• En cinco años, el principe del hampa se había transformado, por obra y gracia de los oligarcas
de Su Majestad, en “filántropo” sionista. Los puestos le caían uno detrás de otro. Fue director del
Comité Judio Canadiense, sustituyendo a Lyon Cohen, hijo de Lazarus Cohen, fundador de la
Jewish Colonization Association.

Los demás Brofnman recibieron puestos similares.

Por último, en 1969, los Bronfman recibieron de Su Majestad el más alto honor; Sam fue
nombrado Caballero de Gracia de la Veneranda Orden de San Juan de Jerusalén. A su hermano
Allan y a su hijo Charles los designaron al rango más alto, Caballeros de Justicia en esa orden.
Estos nombramientos no fueron mero maquillaje; sólo se confieren a quines han llevado a cabo
las misiones más peligrosas y fructíferas para la Corona británica.

Sin embargo, a pesar de su montaña de riquezas, a pesar de su laborioso ingreso al ámbito de la


sangre azul, sería un error pensar que los Bronfman tienen poder propio. Cuando se llega a la
cuestión de quién manda, se los trata como si el dinero no les perteneciera.

Tomemos por ejemplo el caso de Trizec, una empresa tenedora de acciones por conducto de la
cual los Bronfman aparentemente manejan sus diversas corporaciones, entre ellas Seagram.
Desde que se formó en 1960, ¡los bronfman jamás han tenido mayoría sobre las acciones! A
Trizec la maneja la Eagle Star Ltd., de Londres, una compañía tenedora de acciones, cuyos
directores, según se dice, son “los más notables de aristócratas británicos”.

Evelyn de Rothschild, los condes y duques que dominan los Lloyd de Londres y otras empresas
bancarias y de seguros, y las lumbreras de la inteligencia británica, como sir Kenneth Strong y sir
Kenneth Keith, todos convergen en el consejo de Eagle Star. Esta extraordinaria compañía es a
su vez dueña de English Property Corp., Ltd., cuyo accionista mayoritario, Laurie Marsh, ha
ganado fama en Gran Bretaña como el “Príncipe de la Pornografía” por ser propietario de la
mayoría de las salas de cine pornográfico, salones de masaje y edificios de la “zona roja” de
Londres. La English Property Corp., Ltd., posee una porción mayoritaria de las acciones de
Trizec.
Tampoco el cerebro de los Bronfman lo posee ninguno de los miembros de esa familia, sino el
bufete de abogados Phillips, Blommfield, Vineberg and Goodman.

Los Bronfman extienden sus tentáculos a Iberoamérica

Desde que Edgar Bronfman tomó las riendas de la sucursal de Nueva York en los ciencuentas,
convirtió la red de destilerías Seagram en un imperio muntinacional. Entre otros, los Bronfman
entraron en relación comercial con los Bacardí, la familia cubana del ron. Después que Fidel
Castro tomó el poder en Cuba, los Bacardí cambiaron su base de operaciones a Puerto Rico y a
Miami, llevándose consigo a un pequeño ejército de exilados cubanos anticastristas, con todo y
redes terroristas. Los narcotraficantes de las redes cubanas de los Bacardí, José Medarno
Alvero-Cruz y Antonio Cruz Vásquez fueron arrestados en 1978 por tráfico de drogas en el
Caribe y México.

¿Se puede comprar la honorabilidad?

Debido al amplio despliegue publicitario que durante años han recibido los Bronfman, han
perdido la respetabilidad que siempre han envidiado a otros. En la década de los cincuentas,
Sam Bronfman procuró hacerse senador del Parlamento canadiense. Gasto 1.200 millones de
dólares en sobornos. Los liberales tomaron el dinero pero no le concedieron el curul. El apellido
Bronfman todavía es demasiado sucio para permitirle que escale posiciones en la política
canadiense. En ese sentido, le fue mucho mejor a la familia Kennedy.

Los Kennedy: el hampa en el gobierno

El público estadounidense tiene algunos indicios de la


realidad sobre los Kennedy: el accidente de Teddy en
Chappaquiddick; las revelaciones de Judith Exner
Campbell de que Sam Giancana, el mafiosos de Chicago,
la había regalado a Jack; y las historias de los días del
contrabando de wisqui de Papá Joe.
Los Kennedy se ven limpios porque los británicos de
Narcotráfico S.A. los espulgaron, los entregaron y los
pulieron, comenzando por Papá Joe, para hacer de ellos
una fachada respetable.

Si algún Kennedy se volvió contra la corona británica en lo político –como lo hizo Jack Kennedy
en 1963-, eso no altera el carácter fundamental de la maquinaria política que da a la dinastía
Kennedy su poder. La maquinaria de los Kennedy es el hampa dentro del gobierno.

El ascenso al poder

Papá Kennedy no tuvo que esforzarse tanto como los Bronfman para adquirir fama y fortuna en
el bajo mundo: le venía de nacimiento. El padre de Jose, P.J. Kennedy era el mafioso de tugurio
a finales del siglo 19 en Boston.

P.J. comenzó a hacer fortuna cuando, siendo tabernero, se abrió paso en la corrupta maquinaria
del Partido Demócrata (maquinaria que, al igual que el aparato de poder de Jacob Astor y Aarón
Burr en Nueva York, tenía sus raíces en el tráfico de opio). Una vez que P.J. obtuvo un asiento
en el Comité Demócrata de distrito, a la edad de 26 años, se deshizo de la taberna y se inició en
el negocio de venta de licores al mayoreo, mucho más lucrativo.

Más tarde, el matrimonio de Joe Kennedy con una Fitzgerald (cuyo padre era el alcalde irlandés
de Bostón) lanzó a la familia Kennedy a las cumbres sociales.

Después de la I Guerra Mundial, Joe consiguió empleo en Galen Stone, la prestigiosa compañía
de inversiones que mantiene vínculos con los Rothschild. Ahí realizó sus primeros contactos con
la aristocracia británica.

La fusión de las compañía Film Booking Co (que adquirió a pesar de muchas trabas ) con Ideal
Films Ltd., Jose logró el primer intercambio genuinamente recíproco entre compañías británicas
y norteamericanas). Los negocios de Kennedy con los británicos desembocaron en la creación
de los estudios cinematográficos RKO, por cuyo conducto se introdujo a Hollywood el dominio
financiero y cultural británico.

Papá Joe también tenía vínculos de negocios con el lado más lucrativo del mercado negro. En
sus días de contrabandista de licor, entró en alianza con el Sindicato Reinfeld de Newark, el cual
pertenecía en un 50% a la familia Bronfman.

Cuando la Prohibición se acercaba a su fin, Kennedy regresó a Londres, donde Winston


Churchill personalmente aprobó la concesión que se le diera para representar a las destilerías
británicas en el mercado norteamericano. Por medio de su compañía Somerset Importers Ltd., y
de Renfield Importers, Kennedy colocó en el mercado el wisqui escoces Dewar’s, la ginebra
Gordon’s, el Ron Rico y Haig and Haig.

La aprobación de Churchill y el flujo en efectivo acompañante, fueron la señal de los británicos


que estaban dispuestos a sacar provecho político de Joe Kennedy.

Kennedy aceptó el trato colocando su fortuna en manos de uno de los integrantes del núcleo de
las finanzas de Londres, Lazard Brother’s, propiedad del vizconde Cowdray, primo de Churchill.

En 1933, el presidente Franklin Roosevelt designó a Kennedy presidente de la Comisión de


Cambios y Valores. En 1936, de nuevo Roosevelt, lo nombró embajador de Estados Unidos en
Gran Bretaña.

La inmutable lealtad de Kennedy a la monarquía británica tuvo su recompensa; su hija, Kathleen


Kennedy, hermana de John, Robert y Edward, se casó con William Cavendish, marqués de
Hartington, hijo y heredero del décimo duque de Devonshire (en la jerarquía de la nobleza
británica, los duques se encuentran en el más alto rango, sólo inferiores al monarca mismo. El
duque de Devonshire es un híbrido de los Cecil, los Salisbury y los McMillan, familias
entrecruzadas que dominan la política británica desde los tiempos de Isabel I).

Mas tarde, su hijo John se casaría con Jacqueline Bouvier, cuya hermana Lee se casó con el
príncipe Stanislaus Radziwill, noble polaco cuyo linaje se remonta cinco siglos. La familia
Radziwill, que reside en Inglaterra, estableció en Polonia la Orden de San Juan de Jerusalén en
1610, y ayudó a transplantarla a los Estados Unidos a principios del siglo XX.

John Kennedy (el futuro presidente de los Estados Unidos) fue entregado por su padre a la Mesa
Redonda británica para que recibiera educación especial en la London School of Economics,
institución fundada por la Sociedad Fabiana para educar y reclutar cuadros extranjeros y hacer
de ellos los futuros agente británicos colocados en los puestos de gobierno. De vuelta a los
Estados Unidos, John Kennedy estuvo en Havard bajo la tutela de sir John Wheeler-Bennet,
fundador y director de la división de investigaciones del real Instituto de Asuntos Internacionales.
Wheeler-Bennet niega haber sido el autor de la tesis de maestría de Kennedy en Havard (Why
England Slept) la cual es una apología de Hitler.

Por qué los británicos mataron a Kennedy

Cuando John Kennedy subió a la presidencia de los Estados Unidos, al menos temporalmente,
la corte real británica se había apoderado de la oficina oval.

Y también el hampa. La maquinaria de Kennedy, específicamente la Fuerza de Combate al


Hampa, de Robert Kennedy, tomó posesión del Departamento de Justicia. Harold MacMillan se
mudaba al número 10 de Downing Street y colocaba a David Ormsby-Gore como embajador de
gobierno en los Estados Unidos, de esa manera el embajador británico tendría acceso al
presidente a diario. Hay documentos que muestran que durante la crisis por los cohetes en
Cuba, fueron MacMillan y Ormsby-Gore quienes tomaron todas las decisiones. El idilio entre el
presidente Kennedy la corte real británica comenzó a deteriorarse alrededor de 1962-1963
cuando el presidente norteamericano , dando signos de independencia, adoptó una serie de
medidas para desarrollar la NASA y empezó a procurar la coexistencia pacífica con Cuba y la
Unión Soviética.

En los primeros meses de 1963, John F. Kennedy comenzó a abandonar la política pro británica
que había seguido hasta el momento por una política más independiente. Se prepararon planes
para retirar la presencia estadounidense del sudeste asiático. Se iniciaron las pláticas de
coexistencia pacífica con la Unión Soviética; unas semanas antes que lo asesinaran, había
incluso enviado un emisario secreto a La Habana para iniciar conversaciones con Fidel Castro.
Los Kennedy daban muestras de oposición a la maquinaria que los había colocado en el poder.
Los británicos los mandaron a asesinar. En el lenguaje de las películas baratas, “Kennedy trató
de traicionar al sindicato, y lo enfriaron”.

Cuando Robert Kennedy se negó a abandonar la investigación de los asesinos de su hermano y


comenzó a lucha por la Presidencia, también a él lo mataron por órdenes de Gran Bretaña. El
seguro de vida Ted Kennedy es seguir colaborando con los asesinos de sus hermanos.

Permindex, el comisariado internacional de asesinatos

En 1963, se celebraron varias reuniones conspiratorias en Montego Bay, Jamaica, cuartel


general de la II Guerra del Opio. Entre otros asistieron:

• Louis Mortimer Blomfield, quien ocupaba un alto puesto en Ejecutivo de Operaciones


Especiales británico (servicio secreto).

• Ferenc Nagy, ministro del gobierno húngaro pronazi de Horthy y luego Primer Ministro de
Hungría.

• Georgio Mantello, judio oriundo de Rumania, ministro de comercio durante el gobierno de


Mussolini.
• Clay Shaw, coronel de los Estados Unidos, ex oficial de la Oficina de Asuntos Estratégicos
estadounidense y quien para la época dirigía el Centro Comercial Internacional de Nueva
Orleáns.

• Jean DeMenil, ruso blanco emigrado a los Estados Unidos, presidente de la Corporación
Schumberger de Houston, productora de maquinaria pesada y mampara para el contrabando de
armas.

• Paul Raigorodsky, otro ruso blanco, militante de derecha.

¿Qué vinculaba a estos individuos? Todos eran miembros de la directiva, funcionarios y


accionistas, de la compañía Permindex. Todos a su vez eran colaboradores de los servicios de
inteligencia británicos.

A medida que nos adentramos en la compañía Permindez encontramos una red internacional de
entidades manipuladoras de dinero sucio, encargadas de hacer llegar millones de dólares
provenientes del mercado negro a manos de asesinos profesionales empleados por Permindex y
sus capataces de los servicios de inteligencia británicos. Estas cañerías de dinero sucio están
íntimamente ligadas a los bancos narcos, Hong-Kong y Shanghai. También descubrimos una
banda internacional de asesinos intocables, salidos de las filas de la Gestapo, de los minoristas
de drogas y de una fuerza secreta creada por los servicios de inteligencia británicos,
especialistas en los asesinatos políticos con rifles de gran potencia y miras telescópicas.
Encontramos una quinta columna de la inteligencia británica imbricada en los servicios de los
Estados Unidos.

El mayor Louis Mortimer Bloomfield es el presidente de Permindex y fue designado jefe de


operaciones del atentado contra Kennedy.

Historia de un asesinato

En Febrero de 1969, se iniciaron en un juzgado de Nueva Orleáns las vistas del juicio del estado
de Luisiana contra Clay M. Shaw. El procurador de distrito Jim Garrison, negando las
conclusiones del informe Warren, había acudido al gran jurado y logrado una acusación por
conspiración para cometer homicidio. Después de la muerte misteriosa de diecisiete testigos de
la acusación y una feroz campaña de prensa contra Garrison, el intento se frustró.

Garrison había logrado reunir pruebas de los hilos de la ejecución material del crimen. Presentó
un testigo, Perry Raymond Russo, quien declaró haber estado presente en una conversación
entre Clay Shaw, David Ferrie y un sujeto a quien llamó “Leon Oswald”. El tema de la
conversación era el asesinato del presidente Kennedy. Ferrie, un agente de la División Cinco del
FBI insistía en la necesidad de contar con al menos tres francotiradores a fin de crear un
“triángulo de fuego” y agregó que además se necesitaba de un chivo expiatorio.

El sujeto que aparece como “Leon Oswald”, según las investigaciones, no tiene nada que ver
con Lee Harvey Oswald a quien la Comisión Warren declaró “asesino en solitario”. Según el
manuscrito inédito de William Torbitt, el sujeto, que tenía un parecido asombroso con Lee
Harvey, era en realidad William Seymour, agente de un despacho de detectives privados en
Miami. Esta despacho servía a menudo de fachada para las acciones encubiertas de la División
Cinco del FBI y la CIA.
Al parecer, Seymour se hizo pasar por Lee Harvey Oswald en los meses anteriores al 22 de
Noviembre, cuando fue asesinado John Kennedy, dejando un caudal de testigos que pudieran
asegurar que habían hablado con “Oswald”, que “Oswald” era un abierto simpatizante de Cuba y
que “Oswald” había manifestado su voluntad de asesinar al Presidente de los Estados Unidos.

Jack Martín, agente del FBI, declaró ante la Comisión Warren y ante el gran juardo de Garrison
que fue David Ferrie quien reclutó al verdadero Lee Harvey Oswald a la División Cinco, en 1956.
Aunque formalmente era infante de marina, Oswald recibió entrenamiento especial en espionaje
en la Escuela Naval de Inteligencia en Memphis, donde aprendió ruso. Desde 1956, hasta su
muerte, en noviembre de 1963, en el sótano de los cuarteles de la policía de Dallas, Oswald
estuvo en la nómina secreta de la División Cinco, mantenida por intermedio del Servicio de
Inmigración y Naturalizción, dependencia del Departamento de Justicia. Durante los seis meses
que culminaron con su asesinato en Dallas, Oswald trabajó en Nueva Orleáns y Dallas bajo la
supervisión directa de Guy Bannister, el director regional. Fue infiltrado en el grupo pro castrista
Comité pro Trato Justo a Cuba, pero él nunca supo que esa infiltración tenía un objetivo distinto
a lo que le dijeron en la División Cinco.

Parte V

Los orígenes británicos de la contracultura

La Conspiración de Acuario

A principios de 1980 fue publicado un libro de Marilyn Fergunson titulado The Aquarian
Conspiracy, una especie de manifiesto de la contracultura, que la define como la acogida
consciente de lo irracional –desde el rock and roll y las drogas hasta la retroalimentación, la
meditación, la elevación de la conciencia, el yoga, el montañismo, la terapia de grupo y el
psicodrama-.

La verdad de este libro es que Fergunson lo escribió dirigida por Willis Harman, director de
política social del Instituto Stanford, para vulgarizar un estudio político de mayo de 1974 sobre
cómo transformar a los Estados Unidos en el Mundo Feliz de Aldous Huxley.

Esta conspiración data de la década de los treintas, cuando el Servicio de Inteligencia de Gran
Bretaña envió a Aldous Huxley a los Estados Unidos como oficial a cargo de una operación para
preparar al país para la vasta difusión de las drogas que vendría después.

El Modelo

Los británicos tenían un modelo del cual copiar la contracultura que le impsieron a los Estados
Unidos: las ceremonias paganas de las sectas de los decadentes imperios egipcio y romano. La
contracultura que se fomentó entre la juventud estadounidense en la década de los sesentas no
es simplemente análoga al antiguo culto de Isis. Se trata de una resurrección literal del culto, al
grado que la cruz de Isis se ha popularizado como el símbolo más frecuente en la contracultura.

Los Sumos Sacerdotes

El Sumo Sacerdote de la II Guerra del Opio de Gran Bretaña fue Aldous Huxley, miembro
fundador de la Mesa Redonda de Rhodes y colaborador de toda la vida de Arnold Toynbee,
quien a su vez fue miembro del consejo del Real Instituto de Asuntos Internacionales por casi
cincuenta años, encabezó la División de Investigaciones de la inteligencia británica a lo largo de
la II Guerra Mundial y sirvió durante la guerra como oficial de información del primer ministro
Churchill.

La “teoría” de la historia de Toynbee, expuesta en sus veinte volúmenes de historia de la


civilización occidental, planteaba que el rasgo característico de ésta ha sido siempre el auge y la
decadencia de las grandes dinastías imperiales. En el momento mismo en que estas dinastías
logran imponer su dominio sobre la faz de la Tierra, tienden a declinar. Toynbee arguyó que esa
tendencia podría vencerse si la oligarquía imperante se dedicara a reclutar y forjar un sacerdocio
siempre creciente, consagrado a los principios del dominio imperial.

Aldous Huxley, educado en la universidad de Oxford de Toynbee, fue uno de los iniciados. Otros
fueron T.S. Elliot, W.H. Auden, sir Oswald Moseley y D.H. Lawrence, amante homosexual de
Aldous Huxley.

La “conspiración abierta”, escribió H.G. Wells (jefe de la inteligencia británica en el extranjero


durante la I Guerra Mundial y abuelo espiritual de la conspiración de Acuario), “aparecerá
primero, creo yo, como una organización consciente de gente inteligente y muy probablemente,
en algunos casos, adinerada; como un movimiento con claros fines sociales y políticos, que
despreciará abiertamente la mayor parte del aparato de control político existente, o se valdrá de
él tan sólo como un elemento incidental en ciertas etapas; un simple movimiento en una cierta
dirección de un cierto número de personas, quienes luego descubrirán con cierta sorpresa el
objetivo común hacia el que se dirigen… De los modos más diversos influirán y orientarán el
aparato del gobierno visible”.

Libros tales como La conspiración abierta se escribieron para la propia casta sacerdotal. Pero los
escritos populares de Wells (La máquina del tiempo, La isla del doctor Moreau, etc.) y los de sus
discípulos Aldous Huxley (Un mundo feliz) y George Orwell (1984 y La granja de los animales),
se escribieron como manifiestos de masas para organizar el orden unimundista de Gran Bretaña.
Sólo en los Estados Unidos se enseña en la escuela primaria que estos “clásicos de la ciencia
ficción” son ataques contra el fascismo.

Aldous Huxley fue enviado a los Estados Unidos en 1937 donde permaneció durante toda la II
Guerra Mundial. Obtuvo un empleo de guionista en la Metro Goldwyn Mayer, la Warner Brothers
y los Walt Disney Studios. Como ya vimos anteriormente, Hollywood estaba en manos del
hampa, abastecidos con capital bancario sucio y dirigidos desde Londres.

El LSD

La introducción de drogas psicodélicas fuertes puede atribuirse en gran parte a la investigación


de la CIA para posibles aplicaciones militares. El LSD se popularizó accidentalmente por los
experimentos que se realizaron en más de ochenta universidades, sirviendo como conejillos de
indias, los estudiantes de postgrado que posteriormente comenzaron a fabricar su propio “acido”.

La operación de la CIA que llevó el nombre clave de MK-ultra, comenzó en 1952.

La Guerra de Vietnam

La Guerra de Vietnam creó el ambiente propicio de desesperanza moral que hizo de la élite bien
educada de la juventud estadounidense –la primera generación del siglo XX que se había criado
sin guerra o depresión- victima de las drogas.

Con Kennedy se inició a escala limitada la intervención estadounidense en Vietnam, vetada en el


gobierno de Eisenhower. Con el presidente Lindon Jonson comenzó en serio la presencia militar
de los Estados Unidos en Viernam. El principal consejero de Jonson en la guerra de Vietnam no
era estadounidense, era el oficial británico sir Robert Thompson.

Aprovechándose del anticomunismo ciego del presidente, Thompson lo convenció de que había
que detener a toda costa a la insurgencia comunista y que para ello hacia falta una sólida
presencia militar estadounidense. Jonson era un incompetente en política exterior y militar, y su
segundo consejero, Walter Rostow, jefe del Consejo de Seguridad Nacional, había recibido la
Cruz de la Orden del Imperio Británico. A Jonson los británicos lo arrastraron a Vietnam cogido
por las narices.

Los británicos tenían dos motivos para azuzar la Guerra de Vietnam. El primero era fomentar en
el sureste asiático una “guerra limitada” entre los Estados Unidos y la Unión Soviética
(representada por los norvietnamitas), tanto para reavivar la guerra fría como para socavar
efectivamente la influencia de ambas potencias en la región. El segundo motivo, aunque igual de
importante, era la desmoralización a tal grado de la población de los estados Unidos que se
desistengrara el sentido de orgullo nacional y la confianza en el progreso futuro de la república.

De la misma manera en que Aldous Huxley inició la subversión contracultural de los Estados
Unidos treinta años antes de que el público percibiera las consecuencias, lord Bertrand Russell
comenzó a echar los cimientos del movimiento pacifista de la década de los sesentas desde la
década de los treintas.

Se debe hacer mención de que el fervor de Russell en contra de la guerra era un fraude
descarado. En la II Guerra Mundial, Russell se opuso a la intervención de los Estados Unidos y
Gran Bretaña en la guerra contra los nazis, porque él estaba asociado al “Cliveden Set”, que era
pro nazi. En 1947, cuando los Estados Unidos tenían la bomba atómica y Rusia aún no, Russell
abogaba a voces porque los Estados Unidos desataran la guerra nuclear preventiva.

A partir de la década de los cincuentas, la tarea principal de Russell fue la de construir un


movimiento pacifista y antinorteamericano.

Imágenes cambiantes

Con casi toda una generación de jóvenes estadounidenses hundida en las drogas que inundaron
las universidades, le es posible a Marilyn Ferguson escribir en su “conspiración de Acuario” que
“hay legiones de conspiradores [acuarianos]. Los hay en corporaciones, universidades y
hospitales, entre los maestros de las escuelas públicas, en las fábricas y los consultorios
médicos, en las dependencias federales y estatales, en los concejos municipales y en la Casa
Blanca, en las legislaturas, en las organizaciones de voluntarios y en casi todos los medios
públicos del país”.

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