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2) MONADOLOGÍA 5 Por la misma razón no hay tampoco ninguna, mediante la cual una
substancia simple pueda comenzar naturalmente, puesto que no podría ser
11 La Mónada2 de que hablaremos aquí, no es otra cosa que una substancia
formada por composición.
simple, que forma parte de los compuestos; simple, es decir, sin
6 Por tanto, se puede decir que las Mónadas no podrían comenzar ni
partes.(Teodicea, § 10).
terminar de una vez, es decir, no podrían comenzar más que por creación, y
2 Es necesario que haya substancias simples, puesto que hay compuestas;
terminar más que por aniquilación; por el contrario, aquello que está
porque lo compuesto no es otra cosa que un montón o aggregatum de
compuesto comienza y termina por partes.
simples.
7 No hay medio tampoco de explicar cómo una Mónada pudiera ser alterada,
3 Allí donde no hay partes no hay, por consecuencia, ni extensión, ni figura,
o cambiada en su interior por alguna otra criatura; pues no se le puede
ni divisibilidad posibles. Y a estas Mónadas son los verdaderos Átomos de la
transponer nada, ni concebir en ella ningún movimiento interno que pueda
Naturaleza y, en una palabra, los Elementos de las cosas.
ser excitado, dirigido, aumentado o disminuido dentro de ella, como ocurre en
1 Leibniz, para explicar las leyes naturales, encuentra insuficiente la simple
los compuestos, donde hay cambio entre las partes. Las Mónadas no tienen
substancia extensa de Descartes, que crea, por otra parte, un abismo entre ella y el
pensamiento. Los átomos materiales no bastan tampoco, porque toda porción de ventanas, por las cuales alguna cosa pueda entrar o salir en ellas. Los
materia es infinitamente divisible. Los átomos deben ser inmateriales. Así, pues, la accidentes no pueden separarse, ni salir fuera de las substancias, como
Mónada es un átomo formal, un punto dinámico, no material. hacían en otros tiempos las especies sensibles de los escolásticos. Por tanto,
Cuando Leibniz habla de cuerpo o de materia, hay que tener en cuenta ni una substancia, ni un accidente puede entrar desde fuera en una
que en él esto es una simple designación. No acepta la existencia de nada material Mónada.3
y extenso en el sentido de Descartes. Para él la materia es un simple agregado de
8 Es necesario, sin embargo, que las Mónadas posean algunas cualidades;
partes formado por una colección de Mónadas regidas por una Mónada central.
Como la Mónada dice inextensión, el cuerpo o materia es extenso de modo en otro caso no serían ni siquiera Seres. Y si las substancias simples no
puramente fenoménico. Es decir, la extensión es la manera que la Mónada tiene de difirieran por sus cua‐
representarse las substancias compuestas. El mismo explica el uso de estos 3 Es decir, ninguna Mónada puede recibir influencia exterior, ni puede actuar sobre
términos que podrían parecer equívocos: «Mas así como el alma no debe ninguna otra. Leibniz va con ello preparando una concepción de la naturaleza que
emplearse para dar razón del detalle de la economía del cuerpo del animal, así elimine el problema que se le presentó a Descartes al dividir las substancias en dos
también pensé que no debían emplearse esas formas para explicar los problemas categorías irreductibles: la extensión y el pensamiento. Dándose ambas en el
particulares de la naturaleza, si bien son necesarias para el establecimiento de hombre, ¿cómo actuaba una sobre la otra no teniendo en absoluto nada de común?
verdaderos principios generales. » Nuevo Sistema de la Naturaleza (traducción de (Pag. 4) lidades, no habría medio de darse cuenta de ningún cambio en las
MANUEL GARCÍA MORENTE). cosas; puesto que lo que hay en lo compuesto no puede venir sino de los
2 De μόνας, unidad. ingredientes simples; y las Mónadas, no teniendo cualidades, serían
Las palabras escritas con mayúsculas y los subrayados figuran así en los
indistinguibles las unas de las otras, puesto que tampoco difieren en
manuscritos de esta obra de Leibniz.
cantidad. Y por consecuencia, supuesto lo lleno cada lugar no recibiría nunca
Los números al final de algunos párrafos de esta obra corresponden a los
parágrafos de la Teodicea. en el movimiento más que el Equivalente de lo que había tenido, y un estado
(Pag. 3) 4 No hay que temer en ningún caso la disolución, y no es concebible de cosas sería indistinguible de otro.4
ninguna maneramediante la cual una substancia simple pueda perecer 9 Es necesario también que cada una de las Mónadas sea diferente de toda
naturalmente. otra. Porque no hay en la Naturaleza dos Seres que sean perfectamente el
uno como el otro, y donde no sea posible encontrar una diferencia interna, o
fundamentada en una denominación intrínseca.
10 Doy también por concedido que todo ser creado está sujeto al cambio, y, comprende una variedad en el objeto. Por tanto, todos aquellos que
por consecuencia, también la Mónada creada, y también que este cambio es reconocen que el Alma es una substancia simple deben reconocer esta
continuo en cada una. multitud en la Mónada; y monsieur Bayle
11 Se sigue de lo que acabamos de decir que los cambios naturales de las 5 No habiendo en las Mónadas nada material, todo cambio queda reducido a un
Mónadas vienen de un principio interno, puesto que una causa externa no dinamismo psíquico. Todos los cambios y acciones entre las substancias que
parecen darse en las substancias no son más que representaciones psíquicas de
puede influir en su interior. (Teodicea, § 396,§ 400).
distinto grado. La representación verdadera para Descartes es la idea clara y
12 Pero es necesario también, que además del principio del cambio, haya un distinta. Todos los seres en los que no se da vida intelectual son considerados por
detalle de lo que cambia, que haga, por decirlo así, la especificación y la él como máquinas o autómatas, sin vida consciente. También, dada su radical
variedad de las substancias simples. oposición, consideraba la substancia corpórea y la espiritual unidas sólo de modo
4 Las Mónadas (v. párrafo 3) son inextensas, y carecen de las propiedades de lo accidental.
sujeto a la extensión (materia, división, figura). Son unidades de fuerza y, por (Pag. 6) no debiera hallar ahí ninguna dificultad, como ha hecho en su
tanto, para que pueda haber distinción entre las diferentes partes del universo, las Diccionario, artículo Rorarius.6
Mónadas tendrán que tener diferencias cualitativas, ya que todo lo cuantitativo
17 Por otra parte, hay que confesar que la Percepción y lo que de ella
está, por definición, excluido de ellas.
depende es inexplicable por razones mecánicas, es decir, por medio de las
(Pag. 5) 13 Este detalle debe comprender una multitud en la unidad o en lo
figuras y de los movimientos. Y si se imagina que existe una Máquina, cuya
simple. Porque como todo cambio natural se hace por grados, algo cambia y
estructura haga pensar, sentir, tener percepción, se le podrá concebir
algo queda; y, por consecuencia, es necesario que en la substancia simple
agrandada, conservando las mismas proporciones, de tal manera que se
haya una pluralidad de afecciones y relaciones, aunque no haya partes en
pueda entrar en ella como si fuera un molino. Supuesto esto, se hallarán,
ella.
visitándola por dentro, más que piezas que se impulsan las unas a las otras,
14 El estado pasajero que comprende y representa una multitud en la unidad,
y nunca nada con qué explicar una percepción. Por tanto, es en la substancia
o en la substancia simple, no es otra cosa que la llamada Percepción, que se
simple, y no en la compuesta o en la máquina, donde es necesario buscarla.
debe distinguir de la apercepción o de la conciencia, como se verá en lo que
Por tanto, en la substancia simple no puede hallarse más que eso, es decir,
sigue. Y es en esto en lo que los cartesianos se han equivocado mucho, no
las percepciones y sus cambios. Y también sólo en esto es en lo que pueden
habiendo tenido en cuenta para nada aquellas percepciones de las que uno
consistir todas las acciones internas de las substancias simples.
no se da cuenta. Es esto también lo que les ha hecho creer que solamente
18 Se podría dar el nombre de Entelequias a todas las substancias simples, o
los Espíritus eran Mónadas, y que no existían las Almas de las Bestias ni
Mónadas creadas, porque tienen en sí mismas una cierta perfección, hay en
otras Entelequias; y que hayan confundido, como el vulgo, un largo
ellas una suficiencia que las convierte en fuentes de sus acciones internas y,
desvanecimiento con la muerte en sentido riguroso, lo cual les ha hecho caer
por decirlo así, en Autómatas incorpóreos. (Teodicea, § 87).
en el prejuicio escolástico de las almas totalmente separadas, e incluso han
19 Si queremos llamar Alma a todo lo que tiene percepciones y apetitos en el
fortalecido a los espíritus mal formados en la opinión de la mortalidad de las
sentido general que acabo de explicar, todas las substancias simples o
almas.5
Mónadas creadas podrían ser llamadas Almas; pero como el sentimiento es
15 La acción del principio interno que realiza el cambio o el paso de una
algo más que una simple percepción, concedo que el nombre general de
percepción a otra puede llamarse Apetición: es cierto que el apetito no puede
Mónadas y de Entelequias basta para las substancias simples que no tengan
alcanzar siempre y por entero toda la percepción a las que tiende, mas
sino eso; y que se llama Almas solamente a aquéllas cuya percepción es
siempre consigue algo de ella, y alcanza percepciones nuevas.
más distinta y está acompañada de memoria.
16 Nosotros mismos experimentamos una multitud en la substancia simple,
6 Bayle, autor del Diccionario histórico y crítico. 26
cuando hallamos que el menor pensamiento del que somos conscientes
(Pag. 7) 20 Pues experimentamos en nosotros mismos un Estado en el cual 26 La memoria suministra a las almas una especie de consecuencia, que
no nos acordamos de nada y no tenemos ninguna percepción distinta; como imita a la razón pero que debe distinguirse de ella. Por esto vemos que los
cuando sufrimos un desmayo, o cuando estamos dominados por un sueño animales que tienen la percepción de alguna cosa que les hiere y de la que
profundo en el que no soñamos nada. En este estado el alma no difiere han tenido antes una percepción semejante, esperan por la representación
sensiblemente de una simple Mónada; pero como este estado no es de su memoria aquello que está unido a la percepción precedente, y son
duradero, y como ella sale de él, ésta es algo más. (Teodicea, § 64). dominados por sentimientos semejantes a los que habían experimentado
21 Y no se sigue de esto que la substancia simple no tenga ninguna antes. Por ejemplo: cuando se enseña el bastón a los perros, se acuerdan
percepción. Esto no puede ser por las razones antedichas; porque lo mismo del dolor que les ha causado y aúllan y huyen. (Preliminares, §65).
que no podría perecer, tampoco podría subsistir sin alguna afección, que no 27 Y la imaginación fuerte que le hiere y conmueve viene o de la magnitud o
es otra cosa que su percepción; pero cuando hay una gran multitud de de la multitud de las percepciones precedentes. Porque muchas veces una
pequeñas percepciones, donde nada hay distinto, se aturde uno; como impresión fuerte hace una sola vez el efecto de una larga costumbre, o de
cuando se gira continuamente en un mismo sentido muchas veces seguidas, muchas percepciones medianas reiteradas.
sobreviene a causa de ello un vértigo que puede hacer que nos 28 Los hombres actúan como las bestias en cuanto que las consecuciones
desvanezcamos y que no nos deja distinguir nada. Y la muerte puede de sus percepciones no se realizan más que por el principio de la memoria, y
ocasionar este estado durante algún tiempo a los animales. no actúan sino como los Médicos Empíricos, que tienen una simple práctica
22 Y como todo estado presente de una substancia simple es naturalmente sin teoría; y no somos más que Empíricos en las tres cuartas partes de
una consecuencia de su estado precedente, de este modo su presente está nuestras Acciones. Por ejemplo, cuando se espera que amanecerá un nuevo
preñado del porvenir. (Teodicea, § 360). día, se actúa en Empírico, porque esto
23 Así, pues, como una vez despertado de su desvanecimiento uno se (Pag. 9) ha ocurrido siempre así hasta ahora. Sólo el Astrónomo es el que lo
apercibe de sus percepciones, es necesario que las haya tenido juzga por razón. (Teodicea. Preliminares. § 65).
inmediatamente antes, aunque no se haya apercibido de ellas; porque una 29 Pero el conocimiento de las verdades necesarias y eternas es el que nos
percepción no puede venir naturalmente más que de otra percepción, como distingue de los simples animales y nos hace tener la Razón y las Ciencias,
un movimiento no puede venir naturalmente más que de un movimiento. elevándonos al conocimiento de nosotros mismos y de Dios. Y esto es lo que
(Teodicea, § 401‐403). es llamado en nosotros Alma Razonable o Espíritu.7
(Pag. 8) 24 Por esto se ve que, si nosotros no tuviéramos nada de distinto y, 30 También es por el conocimiento de las verdades necesarias y por sus
por decirlo así, notable, y de un más alto gusto en nuestras percepciones, abstracciones por lo que somos elevados a los Actos reflexivos, que nos
estaríamos siempre en un desvanecimiento. Y este es el estado de las hacen pensar en el llamado Yo, y considerar que esto o aquello se halla en
Mónadas completamente desnudas. nosotros; y ocurre que, pensando en nosotros, pensamos en el Ser, en la
25 También vemos que la Naturaleza ha dado percepciones elevadas a los Substancia, en lo simple y en lo compuesto, en lo inmaterial y en Dios mismo;
animales, gracias a los cuidados que se ha tomado para dotarles de órganos concibiendo que lo que es limitado en nosotros, en él no tiene límites. Y estos
que recojan varios rayos de luz, o varias ondulaciones de aire, para hacerles Actos reflexivos suministran los principales objetos de nuestros
tener más eficacia por medio de su unión. Hay algo de parecido en el olor, en razonamientos. (Teodicea. Prefacio).
el gusto y en el tacto, y tal vez en muchos otros sentidos que desconocemos. 31 Nuestros razonamientos están fundados sobre dos grandes principios, el
Y explicaré después cómo lo que ocurre en el Alma representa lo que se de contradicción, en virtud del cual juzgamos falso lo que implica
hace en los órganos. contradicción, y verdadero lo que es opuesto o contradictorio a lo falso.
(Teodicea, § 44, 169).
32 Y el de razón suficiente, en virtud del cual consideramos que no podría (Pag. 11) ser.8
hallarse ningún hecho verdadero o existente, ni ninguna Enunciación 38 Y así la razón última de las cosas debe estar en una substancia
verdadera, sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro necesaria, en la cual el detalle de los cambios no esté sino eminentemente,
modo. Aunque estas razones en la mayor parte de los casos no pueden ser como en su origen: y esto es lo que llamamos Dios. (Teodicea, § 7).
conocidas por nosotros. (Teodicea, § 44, 196). 39 Siendo esta substancia una razón suficiente de todo este detalle, el cual
7 Con esto queda completada la división de las Mónadas: Mónadas desnudas, que está enlazado por todas partes, no hay más que un Dios y este Dios basta.9
sólo tienen percepción sin conciencia. Mónadas cuyas percepciones van
40 Se puede juzgar también que esta Substancia Suprema, que es única,
acompañadas de conciencia y memoria (animales). Y Mónadas que, además, de la
conciencia y memoria, son razonables (almas y espíritus).
universal y necesaria, la cual no tiene nada fuera de ella que sea
(Pag. 10) 33 Hay dos clases de verdades: las de Razonamiento y las de independiente de ella, y siendo una consecuencia simple del ser posible,
debe ser incapaz de límites y debe contener tanta realidad como sea posible.
Hecho. Las verdades de Razonamiento son necesarias, y su opuesto es
imposible, y las de Hecho son contingentes y su opuesto es posible. Cuando 41 De donde se sigue que Dios es absolutamente perfecto, no siendo otra
una verdad es necesaria, se puede hallar su razón por medio de análisis, cosa la perfección sino la magnitud de la realidad positiva, tomada
resolviéndola en ideas y verdades más simples, hasta que se llega a las precisamente, dejando aparte los límites o lindes en las cosas que los tienen.
primitivas. (Teodicea, § 170, 174, 189, 280‐282, 367; Resumen, obj. 3). Y allí donde no hay límites, es decir, en Dios, la perfección es absolutamente
34 Así es corno los Matemáticos reducen los Teoremas de especulación y los infinita. (Teodicea, § 22. Prefacio, § 4).
Cánones de práctica por medio del Análisis a las Definiciones, Axiomas y 42 Se sigue también que las criaturas tienen sus perfecciones por la
Preguntas. influencia de Dios, pero que tienen sus imperfecciones por su propia
35 Hay, por último, ideas simples cuya definición no puede darse; hay naturaleza, incapaz de existir sin límites. Por esto es por lo que se distinguen
también Axiomas y Preguntas o, en una palabra principios primitivos, que no de Dios.
8 Leibniz divide todas las verdades en racionales y de hecho. Las primeras pueden
pueden ser probados y que no necesitan de ello; y son las Enunciaciones
ser reducidas a un limitado número de principios indemostrables. Pero cada una de
idénticas, cuyo opuesto contiene una contradicción expresa. las verdades de hecho implica una serie infinita de causas, y no es posible
36 Pero la razón suficiente debe hallarse también en las verdades sistematizarlas racionalmente. Para conseguirlo, Leibnizcrea el principio de razón
contingentes o de hecho, es decir, en la serie de las cosas que se hallan suficiente que contiene, sin especificarlo, el detalle de todas las sucesiones que
repartidas por el universo de las criaturas; en la cual la resolución en razones implica cada verdad de hecho.
particulares podría llegar a un detalle sin límites a causa de la inmensa 9 Prueba “a posteriori”, es decir, de los efectos a las causas, de la existencia de
Dios.
variedad de las cosas de la Naturaleza y de la división de los cuerpos al
infinito. Hay una infinidad de figuras y de movimientos presentes y pasados (Pag. 12) 43 También es verdad que en Dios radica no sólo el origen de las
que entran a formar parte de la causa eficiente de mi escritura presente, y existencias, sino también el de las esencias, en tanto que reales, o de lo que
hay una infinidad de pequeñas inclinaciones y disposiciones de mi alma, de real hay en la posibilidad. Y esto es así porque el Entendimiento de Dios
presentes y pasadas que entran a formar la causa final. (Teodicea, 36, 37, 44, 45, es la región de las verdades eternas, o de las ideas de que dependen, y que
49, 52, 121, 122, 337, 340‐344). sin El no habría nada real en las posibilidades, y no sólo nada de existente,
37 Y como todo este detalle comprende otros contingentes anteriores o más sino tampoco nada de posible. (Teodicea, § 20).
detallados cada uno de los cuales requiere a su vez un Análisis semejante 44 Porque es necesario que, si hay una realidad en las Esencias o
para dar razón de ellos, no se adelanta nada; y es necesario que la razón posibilidades, o bien en las verdades eternas, esta realidad esté
suficiente o última esté fuera de la sucesión o series de este detalle de las fundamentada en algo existente y actual; y, por consecuencia, en la
contingencias por infinito que pudiera
Existencia del Ser necesario, en el cual la Esencia implica la Existencia, o al que realiza los cambios o producciones según el principio de lo mejor. Y esto
cual basta ser posible para ser Actual. (Teodicea, § 184‐189, § 335).11 es lo que corresponde a lo que en las Mónadas creadas realiza el Sujeto o
45 Por tanto, sólo Dios (o el Ser Necesario) tiene este privilegio: que es Base, la Facultad Perceptiva y la Facultad Apetitiva. Pero en Dios estos
preciso que exista si es posible. Y como nada puede estorbar la posibilidad atributos son absolutamente infinitos o perfectos; y en las Mónadas creadas o
de la que no implica límite alguno ni ninguna negación, y por consecuencia, en las Entelequias (o perfectihabies, como tradujo Her-
ninguna contradicción, basta esto sólo para conocer la Existencia de Dios a nada puede pensarse es lo mismo que aquello mayor que lo cual puede pensarse
priori. También lo hemos probado por la realidad de las verdades eternas. algo. Pero esto ciertamente no puede ser. Existe, por tanto… algo mayor que lo
cual nada puede pensarse, tanto en el entendimiento como en la realidad
Pero también acabamos de probarlo a posteriori puesto que existen seres
(Proslogion, cap. II). Descartes lo emplea también, deduciendo del hecho de que
contingentes, que no tienen su razón última o suficiente más que en el ser poseamos la idea de un ser absolutamente perfecto, que este ser existe. Leibniz
necesario, el cual tiene la razón de su existencia en sí mismo.12 substituye la noción de perfección por la de posibilidad: “Si Dios es posible, existe.
10 Toca aquí el problema del mal. Éste puede ser metafísico, físico y moral. El Por Dios entendemos una esencia que implica la existencia. Para que una esencia
primero no es causado por Dios, depende sólo de la limitación de la criatura, que la sea posible, basta con que no sea contradictoria. La idea de un ser que exista
hace menos perfecta que Dios. El mal físico es una negación (la ceguera, por necesariamente no es contradictoria, luego existe.”(Para esta cuestión, véase el
ejemplo). Como tal, no tiene causa eficiente, sino deficiente. No es imputable a prólogo de Antonio Rodríguez Huéscar al Proslogion, publicado en esta misma
Dios, por tanto. Sólo puede quererlo como castigo para una culpa o para producir Biblioteca de Iniciación Filosófica.)
un bien mayor. En cuanto al mal moral no lo quiere tampoco Dios, pero hay que 13 Filósofo cartesiano (1646‐1719). Descartes atribuye a Dios plena libertad de
distinguir entre la voluntad antecedente de Dios por la que quiere el bien y la indiferencia. De la voluntad de Dios dependen las verdades racionales y morales.
consecuente, por la que quiere lo mejor. No concurre, pues, al mal moral, cuando Leibniz se alza contra esta afirmación considerando que la voluntad de Dios está
se da, sino sólo al bien, aunque de ello resulte un mal para obtener un bien mayor. conforme con su sabiduría. La verdad o el bien no son cosas arbitrarias, sino la
11 Prueba semejante a la agustiniana. expresión del propio Dios.
12 Este argumento es una modificación del ontológico de San Anselmo, quien lo (Pag. 14) molao Bárbaro esta palabra) no son sino sus imitaciones, según la
formulaba del modo siguiente: «…Tú eres algo mayor que lo cual nada puede
perfección que tienen. (Teodicea, § 7, 149, 150; § 87).14
pensarse… por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse
existe sólo en el entendimiento, aquello mayor que lo cual 49 Se dice que la criatura actúa exteriormente, en tanto que tiene perfección;
(Pag. 13) 46 No hay que imaginar, sin embargo, como algunos, que las por el contrario, se dice que padece, en tanto que es imperfecta. Por lo cual
verdades eternas, siendo dependientes de Dios, son arbitrarias y dependen se atribuye la Acción a la Mónada, en tanto que tiene percepciones distintas,
de su voluntad como parece haber supuesto Descartes, y después monsieur y la Pasión, en tanto que las tiene confusas. (Teodicea, § 32, 66, 386).
Poiret. Esto no es verdadero más que en el caso de las verdades 50 Y una criatura es más perfecta que otra, cuando se halla en ella algo que
contingentes, cuyo principio es la conveniencia o la elección de lo mejor; por valga para dar razón de lo que ocurre en la otra, y es por esto por lo que se
el contrario, las verdades13 necesarias dependen sólo de su entendimiento, y dice que actúa sobre la otra.
son su objeto interno. (Teodicea, § 180‐184, 185, 335, 351, 380). 51 Pero en las substancias simples no hay sino una influencia ideal de una
47 Sólo, pues, Dios es la Unidad Primitiva, o la substancia simple originaria, Mónada sobre otra, la cual no puede tener su efecto más que por la
del cual son producciones todas las Mónadas creadas o derivadas; y nacen, intervención de Dios, en tanto que en las ideas de Dios una Mónada pide con
por decirlo así, por Fulguraciones continuas de la Divinidad de momento en razón, que Dios, al regular las otras desde el comienzo de las cosas, la tenga
momento, limitadas por la receptividad de la criatura, para quien es esencial en cuenta. Porque, como una Mónada creada no puede tener una influencia
ser limitada. (Teodicea, S 382‐391, 398, 395). física sobre el interior de otra, sólo por este medio una puede ser
48 En Dios hay a Potencia, que es el origen de todo, después el dependiente de otra. (Teodicea, § 9, 54, 65, 66, 201. Resumen, obj. 3).
onocimiento, que contiene el detalle, de las ideas, y, por último, la Voluntad,
52 Por esto ocurre que entre las criaturas las Acciones y las Pasiones son 58 Y ése es el medio de conseguir tanta variedad como es posible, pero con
mutuas Porque Dios, comparando dos substancias simples, halla en cada el más grande orden que se pueda, es decir, es el medio de obtener tanta
una de ellas razones que le obligan a acomodar la una a la otra; y, por perfección como posible sea. (Teodicea, § 120, 124, 241 y ss., 214, 243, 275).
consecuencia, lo que desde cierto punto de vista es activo, es pasivo si se 59 Por tanto, solamente esta Hipótesis (que me atrevo a considerar como
considera de otro modo: Activo, en tanto que lo que se conoce distintamente demostrada) es la que realza como es debido la grandeza de Dios. Esto lo
en o una cosa sirve para dar razón de lo que ocurre en otra; y Pasivo, en reconoció Monsieur Bayle, cuando en su Diccionario (artículo Rorarius) le
tanto que la razón de lo que pasa en una cosa se halla en lo que se conoce hizo objeciones, en las cuales estuvo incluso tentado a creer que yo concedía
distintamente en otra.15 demasiado a Dios y más de lo que es posible. Pero no pudo alegar ninguna
14 Hermolao Bárbaro, filósofo renacentista italiano (1454‐1493). razón para probar que esta armonía universal, que hace que toda substancia
15 Dado que ninguna Mónada puede ejercer ni sufrir acción sobre otra, Dios exprese exactamente a todas las demás por las relaciones que tiene con
dispone todas las accio- ellas, sea imposible.
(Pag. 15) 53 Ahora bien, como hay una infinidad de universos posibles en las 60 Por otra parte, se ven en lo que acabo de indicar, las razones a priori de
ideas de Dios y como no puede existir sino sólo uno de ellos, es necesario por qué las cosas no podrían ser de otra manera. Pues Dios, regulando el
que exista una razón necesaria de la elección de Dios, la cual le determine a todo, ha tenido en cuenta a cada una de las partes, y, particularmente, a
uno antes que a otro.16 (Teodicea, § 8, 10, 44, 173, 196 y ss., 225, 414‐416). cada una de las Mónadas, cuya naturaleza, por ser representativa, no podría
54 Y esta razón no puede encontrarse más que en la conveniencia o en los limitarla nada a representar solamente una parte de las cosas; aunque sea
grados de perfección que estos mundos contienen; pues cada posible tiene verdadero que esta representación no es más que confusa en cuanto al
derecho a pretender la existencia en la medida de la perfección que detalle de todo el Universo, y no puede ser distinta sino en una pequeña
comprende. (Teodicea, S 74, 167, 350, 201, 130, 352, 345 y s., 354). parte de las cosas, es decir, en aquéllas que están más próximas, a aquéllas
55 Y ésta es la causa de la Existencia del Mejor, que la Sabiduría hace que son más grandes en relación con cada una de las Mónadas. De otro
conocer a Dios, su bondad le hace elegirlo y su potencia le hace producirlo. modo, cada Mónada sería una Divinidad. No es en el objeto, sino en la
(Teodicea, § 8, 78, 80, 84, 119, 204, 206, 208. Resumen, obj. 1, obj. 8). modificación del conocimiento del objeto en lo que las Mónadas son
56 Ahora bien, este enlace o acomodamiento de todas las cosas creadas a limitadas. Todas ellas van confusamente al infinito, al todo; pero están
cada una y de cada una a todas las demás, hace que cada substancia simple limitadas y distinguidas por los grados de las percepciones distintas.
tenga relaciones que expresen todas las demás, y que ella sea, por 61 Y los compuestos están en esto de acuerdo con los simples. Porque,
consiguiente, un espejo viviente y perpetuo del universo. (Teodicea, § 130, 360). como todo está lleno, lo que hace que toda la materia esté ligada, y como en
57 Y como una misma ciudad contemplada desde diferentes lugares parece lo lleno todo movimiento produce algún efecto sobre los cuerpos distantes, a
diferente por completo y se multiplica según las perspectivas, ocurre medida de la distancia, de tal manera que cada cuerpo está afectado no
igualmente que, debido a la multitud infinita de substancias simples, hay solamente por aquéllos que le to-
como otros tantos diferentes universos, que no son, empero, sino las (Pag. 17) can, y no sólo se resiente de algún modo por lo que les suceda a
perspectivas de uno solo, según los dife- éstos, sino que también por medio de ellos se resiente de los que tocan a los
nes y reacciones de ellas desde el principio, de tal manera que la acción de cada
primeros, por los cuales es tocado inmediatamente. De donde se sigue que
Mónada está acordada con todas las demás del universo. Con esto resuelve Leibniz
el problema de la comunicación de las substancias, apuntado en la nota 3. Esta
esta comunicación se transmite a cualquier distancia que sea. Y, por
teoría es la de la armonía preestablecida. (véase n.º 78) consiguiente, todo cuerpo se resiente de todo lo que se haga en el universo;
16 El universo es infinito. Una pluralidad de infinitos sería contradictoria. de tal modo que aquél que lo ve todo podría leer en cada uno lo que ocurre
(Pag. 16) rentes puntos de vista de cada Mónada. en todas las partes, e, incluso, lo que ocurre y lo que ocurrirá; advirtiendo en
el presente lo que está alejado, tanto según los tiempos como según los que cada porción de la materia pudiera expresar todo el universo.
lugares σύμπνοτα πάντα que decía Hipócrates. Pero un Alma no puede leer (Preliminares, § 70. Teodicea, § 195).
en sí misma más que lo que se le representa distintamente, no sabría 66 Por donde se ve que hay un Mundo de criaturas, de Vivientes, de
desplegar de una vez todos sus repliegues porque se extienden al infinito.17 Animales, de Entelequias, de Almas en la más pequeña porción de la
62 Por tanto, aunque cada Mónada creada representa al universo entero, materia.
representa más distintamente el cuerpo que le afecta particularmente, y del 67 Cada porción de la materia puede ser concebida como un jardín lleno de
cual constituye la Entelequia. Y como este cuerpo expresa todo el universo plantas; y como un estanque lleno de peces. Pero cada ramo de la planta,
por la conexión de toda la materia en lo lleno, el Alma representa, por cada miembro del animal, cada gota de sus humores es, a su vez, un jardín o
consiguiente, todo el universo al representar al cuerpo que le pertenece de un estanque semejante.
una manera particular. (Teodicea, § 400). 68 Y aunque la tierra y el aire interpuestos entre las plantas del jardín, o el
63 El cuerpo que pertenece a una Mónada, la cual es su Entelequia o Alma, agua interpuesta entre los peces del estanque no sean ni planta ni pez,
constituye con la Entelequia lo que puede ser llamado un viviente, y con el contienen, sin embargo, peces y plantas, aunque frecuentemente sean de
Alma lo que se llama un Animal. Ahora bien, el cuerpo de un viviente o de un una sutilidad imperceptible para nosotros.
Animal es en todos los casos orgánico, pues siendo toda Mónada un espejo 69 Por tanto, no hay nada de inculto, de estéril o de muerto en el universo,
del universo, a su modo, y estando regulado el universo dentro de un orden nada de caos, nada de confusiones, sino sólo apariencia de ellos; poco más
perfecto, es necesario que haya también un orden en el representante, es o menos como parecería en un estanque a una cierta distancia desde la cual
decir, en las percepciones del alma, y, por consecuencia, en el cuerpo, según se vería un movimien-
el cual el universo es representado. (Teodicea, § 403). (Pag. 19) to confuso y un hormigueo, por decirlo así, de los peces del
64 Por tanto cada cuerpo orgánico de un viviente es una Especie de Máquina estanque, sin discernir los peces mismos.
divina o de Autómata Natural, que sobrepasa infinitamente a todos los 70 Por esto se ve que cada cuerpo viviente tiene una Entelequia dominante
Autómatas artificiales. Porque una máquina hecha por el arte del hombre, no que es el Alma del Animal; pero los miembros de este cuerpo viviente están
es Máquina en cada una de sus partes. Por ejemplo: el diente de una rueda llenos de otros vivientes, plantas, animales, cada uno de los cuales tiene, a
de hierro tiene partes o fragmen‐ su vez, su Entelequia o su alma dominante.
17 Todo está lleno, no hay un hiato en la serie de criaturas. Si lo hubiera no se 71 Pero no es necesario imaginar, con algunos que han interpretado mal mi
advertiría la razón suficiente de que Dios hubiera saltado de una criatura a la otra. pensamiento, que cada Alma tiene una masa o porción de materia propia y
(Pag. 19) tos, que no son para nosotros nada artificial y no tienen nada que asignada a ella para siempre, y que ella, por consecuencia, posee otros
indique a la máquina en relación al uso al que la rueda está destinada. Pero vivientes inferiores destinados siempre a su servicio. Porque todos los
las Máquinas de la Naturaleza, es decir, los cuerpos vivos, son, sin embargo, cuerpos están en un flujo perpetuo como los ríos; y las partes entran y salen
Máquinas en sus menores partes hasta el infinito. Esto es lo que constituye la en ellos continuamente.
diferencia entre la Naturaleza y el Arte, es decir, entre el arte Divino y el 72 Por tanto, el alma no cambia de cuerpo sino poco a poco y por grados, de
Nuestro. (Teodicea, § 134, 146, 194, 483). tal manera que nunca se ve despojada de pronto de todos sus órganos; y hay
65 Y el Autor de la Naturaleza ha podido llevar a cabo este artificio divino e frecuentemente metamorfosis en los animales, pero nunca Metempsícosis ni
infinitamente maravilloso, porque cada porción de la materia no es solamente transmigración de las almas; no hay tampoco Almas separadas por completo,
divisible hasta el infinito, como reconocieron los antiguos, sino que incluso ni Genios sin cuerpo. Sólo Dios está enteramente desprovisto de él. (Teodicea,
cada una de las partes está subdividida actualmente y sin fin en partes, cada § 90, 124).
una de las cuales tiene su propio movimiento; de otra manera seria imposible
73 También es esto lo que hace que no haya nunca ni generación entera, ni propias leyes, así como el cuerpo las suyas; y se encuentran en virtud de la
muerte perfecta, en el sentido riguroso de la palabra, que consiste en la armonía preestablecida entre todas las substancias, puesto que todas ellas
separación del alma. Lo que llamamos generaciones son desarrollos y son representaciones de un mismo universo. (Teodicea, § 340, 352, 353, 358).
acrecentamientos, así como lo que llamamos muertes son Envolvimientos y (Pag. 21) 79 Las almas actúan según las leyes de las causas finales, por
Disminuciones. apeticiones, fines y medios. Los cuerpos actúan según las leyes de las
74 Los Filósofos han estado siempre muy apurados en lo que respecta al causas eficientes o de los movimientos. Y los dos reinos, el de las causas
origen de las Formas, Entelequias, o Almas, pero hoy, desde que se ha eficientes y el de las causas finales, son armónicos entre sí.
descubierto, mediante investigaciones exactas hechas sobre las plantas, los 80 Descartes ha reconocido que las Almas no pueden dar fuerza a los
insectos y los animales, que los cuerpos orgánicos de la naturaleza no son cuerpos, porque hay siempre la misma cantidad de fuerza en la materia. Ha
producidos nunca por el caos o la putre- creído, sin embargo, que el alma podía cambiar la dirección de los cuerpos.
(Pag. 20) facción, sino en todos los casos por semillas, en las cuales sin Pero esto era porque en su tiempo no se conocía la ley de la naturaleza que
duda hay alguna preformación, se ha juzgado que no solamente el cuerpo expresa la conservación de la misma dirección total en la materia. Si él se
orgánico estaba ya allí antes de la concepción, sino incluso un Alma en este hubiera dado cuenta habría caído en mi Sistema de la Armonía
cuerpo y, en una palabra, el animal mismo; y que por medio de la concepción preestablecida. (Teodicea, § 32, 59, 60, 61, 62, 66, 345, 346 y ss., 354, 355).
este animal sólo ha sido preparado para una gran transformación que le 81 Este Sistema hace que los cuerpos actúen como si (por imposible) no
convierta en animal de otra especie. Algo parecido a esto se ve, aparte la hubiera Almas; y que las Almas actúen como si no hubiera cuerpos; y que
generación, cuando los gusanos se convierten en moscas, y cuando las ambos actúen como si el uno influyera sobre el otro.
larvas se convierten en mariposas. (Teodicea, § 86, 89, 90, 187, 188, 403, 397). 82 En cuanto a los espíritus o Alma; razonable, aunque yo hallo que en el
75 Los animales, algunos de los cuales se ven elevados al grado de los fondo hay la misma cosa en todos los vivientes y animales, como acabamos
mayores animales por medio de la concepción, pueden ser llamados de decir (a saber, que el Animal y el Alma no comienzan más que con el
espermáticos; pero entre ellos, los que permanecen en su especie, es decir, Mundo, y no terminan más que con el Mundo), hay, empero, esto de
la mayor parte, nacen, se multiplican y son destruidos igual que los grandes particular en los Animales racionales, que sus pequeños Animales
animales, y sólo hay un pequeño número de Elegidos, que pasan a un más Espermáticos, en tanto que sólo son esto, tienen sólo Almas ordinarias o
grande teatro. sensitivas; pero desde el momento en que ellos son elegidos, por decirlo así,
76 Pero esto no era sino la mitad de la verdad: he juzgado, pues, que si el alcanzan, por una concepción actual, la naturaleza humana, y sus almas
animal no comienza nunca naturalmente, tampoco termina nunca sensitivas son elevadas al grado de la razón y a la prerrogativa de los
naturalmente; y que no sólo no habrá generación, sino tampoco destrucción Espíritus. (Teodicea, § 91, 397).
entera, ni muerte tomada rigurosamente. Y esos razonamientos hechos a 83 Entre otras diferencias que hay entre las Almas ordinarias y los Espíritus,
posteriori y sacados de las experiencias, se compadecen perfectamente con de las que ya he señalado una parte, hay todavía ésta: que las Almas en
mis principios deducidos a priori anteriormente. (Teodicea, § 90). general son espe-
77 Se puede decir, por tanto, que no sólo el Alma (espejo de un universo (Pag. 22) jos vivientes o imágenes del universo de las criaturas, pero que los
indestructible) es indestructible, sino también el animal mismo, aunque su Espíritus son, además, imágenes de la Divinidad misma, o del propio Autor
Máquina perezca frecuentemente en parte y abandone o reciba despojos de la naturaleza; capaces de conocer el Sistema del universo y de imitar algo
orgánicos. de él mediante muestras arquitectónicas, siendo cada Espíritu como una
78 Estos principios me han proporcionado el medio de explicar naturalmente pequeña divinidad en su departamento. (Teodicea, § 117).
la unión o la conformidad del Alma y del cuerpo orgánico. El Alma sigue sus
84 Esto es lo que hace que los Espíritus sean capaces de entrar en una Estado, de los que confían en la providencia, después de haber cumplido su
Manera de Sociedad con Dios, y que Él es con respecto a ellos, no deber, y que aman e imitan como es debido al Autor de todo bien, gozando
solamente lo que es un inventor con relación a su Máquina (como lo es Dios con la consideración de sus perfecciones según la naturaleza del puro amor
en relación con las otras criaturas), sino también lo que es un Príncipe con verdadero, que nos hace gozar con la felicidad de lo que se ama. Esto es lo
respecto a sus súbditos, o un padre con respecto a sus hijos. que hace que las personas sabias y virtuosas trabajen en todo lo que parece
85 De lo cual es fácil concluir que el conjunto de todos los Espíritus debe conforme con la voluntad presunta o antecedente de Dios; y que se
componer la Ciudad de Dios, es decir, el más perfecto Estado posible bajo el contenten, sin embargo, con lo que Dios hace llegar efectivamente por su
más perfecto de los Monarcas. (Teodicea, § 146. Resumen, obj. 2). secreta voluntad consecuente o decisiva; reconociendo que, si nosotros
86 Esta Ciudad de Dios, esta Monarquía verdaderamente universal, es un pudiéramos entender suficientemente el orden del universo, hallaríamos que
Mundo Moral dentro del Mundo Natural, y lo que hay más elevado y más sobrepasa los deseos de los más sabios, y que es imposible hacerle mejor
divino en las obras de Dios; y es en él donde verdaderamente se asienta la de lo que es, no sólo para el todo en general, sino incluso para nosotros
gloria de Dios, puesto que no la habría si su grandeza y su bondad no fueran mismos en particular, sí nos sometemos como es debido al Autor de todo, no
conocidas y admiradas por los espíritus; también en relación a esta ciudad sólo como el Arquitecto y a la causa eficiente de nuestro ser, sino también
divina tiene propiamente la Bondad, en tanto que su Sabiduría y su Potencia como a nuestro Maestro y a la causa Final que debe constituir el objeto
se manifiestan por todas las partes. entero de nuestra voluntad, y el único que puede hacer nuestra feli‐
87 Del mismo modo que hemos establecido anteriormente una Armonía 18 Habiendo elegido Dios este mundo entre una infinidad de posibles, es éste
perfecta entre los dos Reinos Naturales, el de las causas Eficientes y el de el mejor de todos, de donde deriva el optimismo de Leibniz. Todo tiende en él a
lo mejor, y lo malo o lo injusto no es sino un paso para la consecución de algo
las causas Finales, debemos señalar aquí aún otra armonía entre el reino
mejor.
Físico de la Naturaleza y el reino Moral de la Gracia, es decir, entre Dios
(Pag. 24) cidad. (Teodicea, § 278; Prefacio).
considerado como Arquitecto de la Máquina del universo, y Dios considerado
_________________________________________________________________________
como Monarca de la ciudad divina de los Espíritus. (Teodicea, § 62, 74, 118, 248,
112, 130, 247).
MATERIALES PARA EL ESTUDIO DE LA MONADOLOGÍA DE LEIBNIZ
(Pag. 23) 88 Esta Armonía hace que las cosas conduzcan a la Gracia por los ROGELIO ROVIRA
caminos mismos dela naturaleza, y que este globo, por ejemplo, debe ser DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA TEORÉTICA FACULTAD DE FILOSOFÍA
destruido y reparado por las vías naturales en los momentos en que lo exija
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID 2012
el gobierno de los Espíritus, para castigo de los unos y recompensa de los
otros. (Teodicea, § 18 y ss. 110, 244, 245, 340). ______________________________________________________________
89 Se puede decir también que Dios, como Arquitecto, satisface en todo a
ÍNDICE
Dios, como Legislador, y que, por tanto, los pecados deben llevar consigo su
castigo por el orden de la naturaleza; y en virtud de la misma estructura I. La estructura temática de la Monadología de Leibniz…………. 3
mecánica de las cosas; y que asimismo las buenas acciones obtendrán sus
II. Tema y estructura de los tres primeros parágrafos de la
recompensas por caminos mecánicos en relación a los cuerpos, aunque esto
no pueda ni deba suceder siempre en el momento.18 Monadología……………………………………………………………… 9
90 En fin, bajo este gobierno perfecto no habrá ninguna buena Acción sin
recompensa, ni ninguna mala sin castigo; y todo debe revertir en el bien de III. Notas sobre el significado de «mónada»………………………… 11
los buenos, es decir, de aquellos que no se hallan descontentos en este gran
IV. Análisis y valoración de la prueba leibniziana de la existencia de las ciertas ideas atropelladas y falsas irrumpe este hecho de la claridad
mónadas……………………………………………………....... 13 leibniziana. ¿No es una burlesca coincidencia que el pensamiento más claro
del planeta haya florecido en la cima del barroquismo que, según se dice,
V. Acabamiento y origen de las mónadas: Monadología §§ 4- … … 25
representa la simpatía hacia lo confuso y caótico? Ha habido aquí
VI. «Petites perceptions» y apercepción………………………………… 29 evidentemente un desliz del poder que dirige la historia. Guillermo Pacidio
(Gottfried Wilhelm) debía haber nacido hacia el ano 400 (a. de J. C.) en
VII. Las mónadas son distintas entre sí: Monadología § 9
Atenas, que es a lo que parece el lugar común de la claridad y de la sencillez.
(Esquema argumentativo y textos complementarios)….……… 33 Mas, por equivocación, nació de casta eslava en Leipzig, a la altura de 1646.
...................................................
VIII. El innatismo de las ideas………………………………………………… 38 La Monadología es una metafisica de bolsillo, como todas las
IX. Los dos grandes principios: Monadología §§ 31-32……….. 43 buenas metafísicas. Pero ¿qué es la metafísica? Mon Dieu! La metafísica...
La metafísica es la más inútil de todas las ciencias y por lo mismo la más
X. La tesis de la armonía preestablecida entre el alma y el cuerpo: honorable. Al menos esto es lo que literalmente dice Aristóteles. Y Pla-
(Pag. 4) tón, cuando quiere calificarla de manera más aguda, dice que es la
Monadología §§ 78-79……………………………………………… 47
«ciencia de los hombres libres»; se entiende libres de trabajo, ociosos,
XI. Reseña bibliográfica de la Monadología…………………….…….… 50 deportivos.

XII. Bibliografía básica……………………………………….………………… 52 ¿Por qué la buena metafísica es de bolsillo? Porque debe
componerse, no de tiradas verbales, más o menos incitativas, plausibles que
necesitan estirarse en un amplio volumen, sino de definiciones y argumentos
(Pag. 3) I ESTRUCTURA TEMÁTICA DE LA MONADOLOGÍA DE LEIBNIZ buídos, puro nervio dialéctico, triple extracto mental que se aloja holgado en
un breve repertorio. La metafísica debe ser vademecum.»
1. La Monadología constituye uno de los escritos más importantes del corpus
de las obras de Leibniz y es un verdadero clásico de la metafísica moderna. 2. He aquí el índice estructurado de cuestiones de que se ocupa Leibniz en la
Sobre esta breve obra escribió Ortega y Gasset (en «La Metafísica y Monadología, con indicación entre paréntesis de los parágrafos
Leibniz», Obras Completas. Madrid, Revista de Occidente, 1947, vol. III, correspondientes a cada tema:
págs. 431-432) estas palabras: I.— Las mónadas son el ser propiamente real.
El único sistema filosófico que ha podido ser expuesto íntegramente en unas I. Hay mónadas, o sea, sustancias simples, que son los elementos de
pocas páginas es el de Leibniz. Esto indica, por lo pronto, que su autor ha las cosas.
pensado sus pensamientos con una claridad sin par. La Monadología, única
exposición total del sistema leibniziano, es, en efecto, un librito de pocas 1. Noción de mónada (§ 1).
páginas, un epítome de noventa tesis, cada una de las cuales, como un 2. Prueba de la existencia de las mónadas (§ 2).
diamante, se transparenta y a la vez irradia en torno una luz etérea. Yo no
conozco obra de la mente humana que más se parezca a un aparato de 3. Las mónadas son los elementos de las cosas (§ 3).
relojería. Levantamos la tapa de este brevísimo volumen y vemos dentro II. Propiedades de las mónadas respecto de su origen y acabamiento.
funcionar el universo con su secreto rodaje. Como un crónico castigo de
4. No pueden corromperse ni perecer por disolución (§ 4).
5. No pueden comenzar por composición (§ 5). 23. Las mónadas racionales o espíritus (los hombres) (§§ 28-29).
6. Sólo pueden comenzar por creación y acabar por aniquilación (§ 6). II.— Fundamentos del conocimiento de las mónadas racionales.
III. Propiedades de las mónadas respecto de su naturaleza individual. VI. El origen de nuestro conocimiento.
7. Son incomunicables (§ 7). 24. El innatismo de las ideas (§ 30).
8. Tienen cualidades (§ 8). VII. Los principios de nuestros razonamientos.
9. Son distintas entre sí (§ 9). 25. El principio de contradicción (§ 31).
IV. Propiedades de las mónadas respecto de su actividad. 26. El principio de razón suficiente (§ 32).
10. Las mónadas están sujetas a cambios continuos (§ 10). VIII. Clases de verdad.
11. Condiciones del cambio monádico: a) Proviene de un principio interno (§ 11). 27. Verdades de razonamiento y verdades de hecho (§ 33).
12. b) Requiere un detalle de lo que cambia (§ 12). 28. La razón suficiente de las verdades de razonamiento (§§ 34-35).
13. c) Se verifica por grados y exige la representación de una muchedumbre 29. La razón suficiente de las verdades de hecho (§§ 36- 37).
en la unidad (§ 13).
(Pag. 6) III.— Dios como razón última de las cosas.
14. Elementos del cambio monádico: a) La percepción,
IX. Necesidad de una sustancia necesaria como razón última de lo
(Pag. 5) que es el estado transitorio que representa una muchedumbre en la contingente.
unidad (§ 14).
30. El argumento de la existencia de Dios por la contingencia del mundo (§ 38).
15. b) La apetición, que es la acción del principio interno que verifica el
X. Atributos de la sustancia necesaria, es decir, de Dios.
cambio (§ 15).
31. Unicidad y sola razón suficiente de todo (§ 39).
16. Prueba del cambio monádico por la experiencia de nuestro pensar (§ 16).
32. Infinitud (§ 40).
17. Imposibilidad de una explicación mecánica del cambio monádico (§ 17).
33. Perfección absoluta (§ 41).
18. Consecuencias del cambio monádico: a) Las mónadas son entelequias (§ 18).
34. Causa de la perfección de las criaturas (§ 42).
19. b) El sentido en que cabe llamar «almas» a las mónadas (§§ 19-21).
35. El entendimiento divino, región de las verdades eternas (§ 43).
20. Ley fundamental del cambio monádico: El presente está preñado del
porvenir (§§ 22-23). XI. Existencia de la sustancia necesaria, es decir, de Dios.
V. Clasificación de las mónadas según sus grados de percepción. 36. El argumento de la existencia de Dios por las verdades eternas (§ 44).
21. Las mónadas desnudas (§ 24). 37. El argumento a priori de la existencia de Dios (§ 45).
22. Las mónadas sensibles (los animales) (§§ 25-27). XII. Las verdades necesarias y las verdades contingentes ante Dios.
38. Las verdades necesarias dependen sólo del entendimiento de Dios; las 54. b) Consecuencia de la infinitud actual de lo compuesto: el «animismo
contingentes, también de su voluntad (§ 46). universal» (§§ 66-68).
XIII. Dios como la mónada originaria. 55. Corolarios de la tesis principal: a) En la naturaleza nada hay estéril; el
desorden es sólo aparente (§ 69).
39. Dios es la sustancia simple originaria, de la que todas las otras mónadas
dependen como producciones suyas (§ 47). 56. b) Hay un orden jerárquico en la naturaleza orgánica (§ 70).
40. Dios es omnipotente, omnisciente e infinitamente bueno (§ 48). 57. Los cuerpos están en perpetuo flujo (§ 71).
IV.— El mundo como el sistema de las mónadas. 58. El alma no está nunca desprovista de cuerpo: concepción de la
generación y la muerte de las mónadas vivientes (§§ 72-73).
XIV. Sobre la influencia de las mónadas entre sí.
59. Generación de las mónadas vivientes: teoría de la preformación (§§ 74-76).
41. Acción y pasión en la mónadas (§ 49-50).
60. Carácter indestructible de las mónadas vivientes (§ 77).
42. Carácter ideal de la influencia de las mónadas (§ 51).
61. El problema de la unión del alma y el cuerpo orgánico:
43. Carácter mutuo de la influencia de las mónadas (§ 52).
a) La tesis de la armonía preestablecida entre el alma y el cuerpo (§§ 78-79).
XV. El mundo actual en tanto que elegido por Dios.
62. b) Crítica de la concepción cartesiana (§ 80).
44. La elección de Dios entre infinitos mundos posibles: a) Necesidad de la
elección (§ 53). 63. c) Ventaja de la explicación por la armonía preestablecida: no admite la
interacción actual (§ 81).
(Pag. 7) 45. b) El principio que rige la elección de Dios: el principio de la
conveniencia o de lo mejor (§ 54). XVIII. El mundo de los espíritus o mónadas racionales.
46. Consecuencias de la elección de Dios: a) El «optimismo metafísico» (§ 55). 64. Las mónadas racionales en sí mismas: a) Se elevan al grado de la razón
y a la prerrogativa de los espíritus (§ 82).
47. b) El «perspectivismo» de las mónadas (§§ 56-57).
(Pag. 8) 65. b) Son imágenes de la divinidad (§ 83).
48. c) La hipótesis de la «armonía universal» (§§ 58-60).
66. Las mónadas racionales en sus relaciones mutuas: a) Constituyen una
XVI. El mundo de los compuestos inorgánicos.
especial comunidad: la ciudad de Dios (§§ 84-85).
49. Toda la materia es llena y está interconectada (§ 61).
67. b) La ciudad de Dios como un mundo moral en el mundo natural (§ 86).
50. La mónada creada representa el universo entero (§ 62).
68. c) La armonía entre el reino físico de la naturaleza y el reino moral de la
XVII. El mundo de los cuerpos orgánicos o mónadas vivientes. gracia (§§ 87-90).
51. La composición del ser orgánico (§ 63). (Pag. 9) II TEMA Y ESTRUCTURA DE LOS TRES PRIMEROS PARÁGRAFOS DE
LA MONADOLOGÍA
52. Tesis principal: la naturaleza es como una máquina divina (§ 64).
Los tres primeros parágrafos de la Monadología contienen la solución de
53. Justificación de la tesis principal: a) La infinita división de la materia (§ 65).
Leibniz al problema ontológico capital, que, en expresión clásica, cabe
enunciar así: ¿Cuál es el ser propiamente real (ti/ to\ o/)ntwj o)/n)? La la Monadología.
respuesta del filósofo se resume en esta afirmación: el ser en sentido propio
(Pag. 11) III NOTAS SOBRE EL SIGNIFICADO DE «MÓNADA»
conviene únicamente a las sustancias simples, llamadas mónadas, ya que
ellas son los elementos constitutivos últimos de la realidad. En fórmula del 1. Escribe Leibniz: La mónada, de la que vamos a hablar aquí, no es sino una
propio Leibniz: «Creo que todo el universo de las criaturas no consiste sino sustancia simple que entra en los compuestos. (Monadología, § 1). Monas es
en sustancias simples o mónadas, y en reuniones de ellas» (Anejo a la carta voz griega que significa unidad o lo que es uno. (Principios de la naturaleza y
a Remond de julio de 1714, GP III, 622). Esta es, sin duda, la tesis principal de la gracia, § 1
de la ontología de Leibniz y el núcleo en torno al cual se organiza la entera
2. Uno de los primeros textos leibnizianos en que aparece el vocablo
Monadología. En la exposición y justificación de esta doctrina sigue Leibniz
«mónada» es la carta a Miguel Angel Fardella del 13 de septiembre de 1696:
un orden sumamente tradicional. La estructura del pasaje se articula, en
La realidad me parece consistir en suma en la verdadera noción de mónada,
efecto, en tres pasos, que corresponden respectivamente a cada parágrafo.
es decir, de unidad real; esta unidad es un átomo formal, pues no hay átomo
El primero paso no es otro que el establecimiento de una definición nominal
material y no hay verdadera unidad en la materia; esta unidad es un punto
de «mónada». Por definición nominal entiende Leibniz la explicación del
sustancial, una esencia, mientras que el punto matemático no es más que un
significado de un nombre o, con mayor exactitud, la enumeración de las
modo
notas que resultan suficientes para distinguir un concepto de otro, sin que
todavía se aporte explícita prueba de que tales notas son lógicamente 3. La siguiente declaración de Leibniz (tomada de una anotación en el
compatibles entre sí, como exige, por el contrario, la definición real (cf. margen de la carta a De Volder del 6 de julio de 1701), recoge, en brevísima
Meditaciones sobre el conocimiento, la verdad y las ideas, GP IV, 424-425 y e insuperable fórmula, las características principales que el filósofo atribuye a
Discurso de Metafísica, § 24, GP IV, 450). Se trata, la mónada: La sustancia es un átomon autopleroun, un átomo completo en sí
mismo o que se completa a sí mismo. De donde se sigue que es un átomo
(Pag. 10) pues, de responder, respecto de la mónada, a la clásica cuestión
vital o un átomo que tiene enteléjeia. Átomo es lo mismo que
quid nominis. El segundo paso consiste en ofrecer una prueba de la
verdaderamente uno (Substantia est átomon autopleroun, Atomon per se
existencia de las mónadas. El argumento que ofrece Leibniz en el parágrafo
completum seu se ipsum complens. Unde sequitur esse Atomon vitale seu
segundo, basado en que la existencia de lo compuesto exige la de lo simple,
Atomon habens enteléjeian. Atomon idem est quod vere unum).
equivale, pues, a la respuesta del filósofo a la quaestio an sit relativa a las
sustancias simples. Finalmente, el tercer paso lo conforma la definición real 4. Así, pues, las notas esenciales de la mónada o sustancia simple son:
de las mónadas, o sea, la indicación de la posibilidad de tales entes. Y es (Pag. 12) 1. Individualidad. La mónada es el individuo propiamente real.
fácil advertir que la prueba de la existencia de las sustancias simples no sólo
2. Determinación. La mónada es un ente completo, es decir, un ente
revela a fortiori la posibilidad lógica del concepto de «mónada», sino que
absolutamente determinado, un ente, por tanto, cuya noción incluye todos
manifiesta también la esencia propia de las mónadas como elementos
sus predicados.
constitutivos últimos de lo real. En ello estriba, por tanto, la contestación de
Leibniz a la quaestio quid sit referida a las mónadas. El ineluctable orden 3. Actividad. La mónada es un ser capaz de obrar y, a fuer de tal, está dotado
lógico de estos pasos, según el cual la cuestión de la existencia es anterior a de fuerza activa o enteléjeia.
la de la esencia, aunque posterior a la de la definición nominal, es clara 4. Vitalidad. La mónada es un ser vivo, esto es, un ser dotado de un principio
muestra de la unidad estructural que forman los tres parágrafos que interno de acción, y que, en consecuencia, puede ser llamado alma o algo
inauguran análogo al alma.
5. Inmaterialidad. Por su simplicidad, entendida en sentido negativo, esto es, verdad de sus premisas
como inextensión, la mónada es un ente propiamente inmaterial.
La prueba de la existencia de las mónadas ofrecida por Leibniz
6. Unidad. Por su simplicidad, concebida en su acepción positiva, la mónada
puede muy bien exponerse en el siguiente silogismo:
es unidad auténtica y real.
Si no hay sustancias simples, no hay compuestos.
(Pag. 13) IV ANÁLISIS Y VALORACIÓN DE LA PRUEBA LEIBNIZIANA DE
Hay compuestos.
LA EXISTENCIA DE LAS MÓNADAS
Luego hay sustancias simples.
(Cf. Rogelio Rovira, «Monads Facing the Labyrinth of the Continuum », en
The Modern Schoolman, LXXVII (2000), 273-291). El argumento de Leibniz a De la corrección lógica de esta argumentación da testimonio
favor de la existencia de las mónadas y las tareas que exige su análisis En el
inequívoco el hecho de que se trata de un silogismo condicional
§ 2 de la Monadología propone Leibniz, en apretada fórmula, su principal
argumento a favor de la existencia de las mónadas o sustancias simples. El de la segunda figura (tollendo tollens, destruyendo lo condicionado,
texto sigue este tenor: Y es menester que haya sustancias simples, puesto
se destruye la condición) en su cuarto modo (ya que las
que hay compuestos;
dos proposiciones simples que componen la premisa mayor son
pues lo compuesto no es más que un montón o aggregatum de
negativas).
simples.
De los escritos de Leibniz pueden extraerse, cuando menos,
El estudio de esta prueba exige llevar a cabo tres tareas:
dos argumentos fundamentales para garantizar la verdad de la
1.º Examinar tanto la corrección formal de la demostración
premisa mayor de este razonamiento.
como las razones aducidas por Leibniz para avalar la verdad
La primera demostración se apoya en el principio de contradicción
material de sus premisas.
y en la noción de agregado como «pluralidad de partes».
2.º Considerar la dificultad inmediata que suscita el argumento,
Puede exponerse así:
que no es sino expresión del llamado «laberinto del continuo
Lo compuesto es un agregado (aggregatum), es decir, una
», y exponer la solución que de ella propone el filósofo.
pluralidad de partes. Si las partes del compuesto son siempre
3.º Discutir la validez del raciocinio a la luz de la respuesta
pluralidades, entonces habrá pluralidades siempre compuestas
leibniziana del referido problema.
de pluralidades, esto es, de partes que nunca son
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
sólo partes y que nunca son, en consecuencia, unidades indivisibles.
14
Pero esto equivale a sostener que lo compuesto
1. La corrección formal del argumento y las razones de la
es compuesto, por ser una pluralidad, y, a la vez, no es
compuesto, por carecer de partes que sólo sean partes, lo (del 30 de abril de 1687), enuncia paladinamente este argumento:
que es manifiestamente absurdo. Luego sin unidad no hay Creo que donde sólo hay seres por agregación, no hay siquiera seres reales;
pluralidad: la esencia de lo compuesto reclama, pues, lo pues todo ser por agregación supone seres dotados de una unidad
simple. verdadera, porque sólo obtiene su realidad de la de aquellos de que está
Este texto del § 1 de los Principios de la Naturaleza y de la compuesto, de suerte que no lo habría en absoluto si cada ser de los que
Gracia resume bien el curso de ideas expuesto: está compuesto es todavía un ser por agregación, o bien es preciso buscar
Los compuestos o cuerpos son muchedumbres; las sustancias simples todavía otro fundamento de su realidad, que, de esta manera, si es
(...) son unidades. Y tiene que haber en todo sustancias simples, porque siempre necesario continuar buscándolo, no se puede encontrar nunca».
sin simples no habría compuestos. A la luz de las razones expuestas no puede extrañar que Leibniz
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz haya hecho suya la tesis ontológica tradicional de la identidad
15 del ente y lo uno. Como es sabido, esta identificación se remonta
La segunda argumentación mencionada se basa en el principio a Parménides y tuvo su acuñación clásica en el dictum escolástico:
de razón suficiente y en la idea de agregado como «ser dependiente ens et unum convertuntur. En la citada carta a Arnauld
de sus partes». Cabe presentarla de este modo: declara Leibniz:
Lo compuesto es un ser por agregación (ens per aggregationem), Tengo por un axioma esta proposición idéntica, que no se distingue más
es decir, un ser cuya realidad depende de las partes que por el acento, a saber: lo que no es verdaderamente un ser, no es
de que está compuesto. Si las partes del compuesto son verdaderamente un ser. Se ha creído siempre que el uno y el ser son
siempre seres por agregación, entonces habrá seres por cosas recíprocas. Una cosa es el ser, otra cosa, los seres; pero el plural
agregación siempre dependientes de otros seres por agregación. supone el singular; y donde no hay un ser, todavía menos habrá muchos
Pero esto vale tanto como afirmar que hay seres por seres. ¿Qué puede ser más claro?.
agregación cuya realidad no tiene en definitiva ningún fundamento, Por su parte, la verdad material de la premisa menor del silogismo
lo que se opone al principio de razón suficiente. condicional en que se resume la prueba de la existencia de
Luego sin unidad indivisible no hay ser por agregación: la las mónadas la afirma Leibniz como una verdad de hecho: la experiencia
existencia de lo compuesto exige, pues, lo simple. nos enseña que hay cuerpos, o sea, masas extensas,
El siguiente pasaje, tomado de una carta de Leibniz a Arnauld que son divisibles y, por tanto, que están compuestas de partes.
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz igualmente concluyente.
16 Leibniz fue, sin duda, plenamente consciente de este problema,
2. El laberinto de la composición del continuo hasta el punto de que suele referirse a él denominándolo
El argumento leibniziano que acabamos de examinar encierra, «labyrinthus de compositione continui», el cual, junto con la
ciertamente, una evidencia innegable: sin simples no hay compuestos, dificultad de la conciliación de la libertad con la necesidad, conforman
es decir, sin unidad no hay pluralidad, o, si se quiere, los dos laberintos en los que, al decir del filósofo, se
sin unidad indivisible no hay unidad de agregación. pierde la inteligencia humana (cf. Teodicea, Prefacio). No obstante,
Sin embargo, no cabe dejar de señalar que este razonamiento respecto del laberinto de la composición del continuo,
presenta inmediatamente una grave dificultad: ¿Cómo lo simple Leibniz está convencido, según confiesa a la electora Sofía en
entra a formar lo compuesto? ¿Cómo es que lo que no tiene carta del 31 de octubre de 1705, de que «es en la solución de
partes da lugar a lo compuesto de partes? ¿No habría más bien esta dificultad en lo que creo haber llevado a cabo algún servicio
que admitir que lo compuesto es infinitamente divisible y que no a la ciencia».
hay, por ello, partes últimamente simples, indivisibles? La clave de la solución leibniziana al referido problema se halla
Este problema no es en modo alguno nuevo en la filosofía. Ya en una doble distinción y una subsiguiente doble afirmación.
Anaxágoras había sostenido, acaso frente a los argumentos contra La primera distinción es la que separa:
la pluralidad propuestos por Zenón de Elea, que «tampoco a) el orden de lo ideal o posible o abstracto
de lo pequeño existe la parte más pequeña, sino que hay siempre Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
una parte más pequeña, pues es imposible que lo que es 17
deje de ser [al ser dividido].». Y muchos siglos después Kant, en El espacio, el tiempo, el movimiento matemático y la intensión
su obra capital —concretamente en el «Segundo conflicto de las o crecimiento continuo propio de la velocidad y de
ideas trascendentales» de la «Antinomia de la razón pura»—, otras cualidades pertenecen, según Leibniz, al plano de lo
opone a la tesis: «Toda sustancia compuesta consta de partes ideal, pues tales magnitudes no son sino sistemas abstractos
simples» la antítesis: «Ninguna cosa compuesta consta de partes de relaciones entre las cosas.
simples», y afirma que cada una de estas dos proposiciones b) el orden de lo real o actual o concreto.
opuestas contradictoriamente es susceptible de una prueba La materia y el decurso de las cosas, en cambio, se hallan
en el plano de lo real, es decir, de lo concreto. noción de entero es más simple que la de las fracciones, y la precede»
La segunda distinción apuntada es la que se da entre dos diversos (Carta a la electora Sofía del 31 de octubre de 1705)
tipos de todos. Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
Es evidente que, desde el punto de vista lógico, la noción de 18
«todo» incluye la noción de «partes», y que sin la idea de éstas Examinemos, pues, a la luz de estas consideraciones, el modo
no se puede concebir la de aquél. en que Leibniz pretende resolver el espinoso problema de la
No obstante, desde el punto de vista ontológico hay que distinguir composición del continuo.
entre: De la tesis según la cual «en lo ideal o continuo, el todo es
a) el todo que es por naturaleza anterior a sus partes (que los anterior a las partes, al igual que la unidad aritmética es anterior
filósofos peripatéticos denominaron todo potestativo, porque se a las fracciones que la dividen» (Anejo (no enviado) a la carta a
divide según diversas potencias o facultades); Remond de julio de 1714), infiere Leibniz, con lógica impecable,
b) el todo que es esencialmente posterior a sus partes (que varias consecuencias mereológicas. Cabe presentarlas en este
los aristotélicos llamaron todo integral, porque si carece de alguna orden:
de sus partes el todo pierde su integridad). I. Las partes del todo ideal, por ser ontológicamente dependientes del todo,
son «extremidades», límites, partes divisivas del todo, no partes constitutivas
La doble afirmación subsiguiente que propone Leibniz puede
suyas.
enunciarse así:
II. Las partes del todo ideal, por ser límites no constitutivos del todo, son de
a) en el todo ideal o posible o abstracto (también llamado matemático), suyo indeterminadas, esto es, son partes potenciales del todo. Esta
consecuencia tiene su razón de ser en la divisibilidad potencialmente infinita
el todo es ontológicamente anterior a sus partes;
del todo ideal.
b) en el todo real o actual o concreto (asimismo denominado
III. Las partes del todo ideal, por ser infinitamente divisibles, son siempre
metafísico), el todo es ontológicamente posterior a sus partes. homogéneas respecto del todo, es decir, son partes que comparten con el
todo una misma propiedad esencial: la divisibilidad. Conviene notar en este
En la materia y en las realidades actuales» —escribe Leibniz— «el todo
punto que el carácter de siempre divisibles de las partes del todo ideal no
es un resultado de las partes: pero en las ideas o en los posibles (que está reñido con el hecho de que algunas de esas partes sean simples —
indivisibles, si se quiere—, en el sentido de no ser ya susceptibles de
comprenden no sólo este universo, sino también cualquier otro que pudiera
análisis. Leibniz, en efecto, señala expresamente la necesidad de distinguir
concebirse y que el entendimiento divino se represente efectivamente), entre la «división en partes» y la «resolución en nociones» al tratar de los
el todo indeterminado es anterior a las divisiones, al igual que la todos ideales. Explica así esta distinción: «La unidad es divisible, pero no es
resoluble; pues las fracciones que son las partes de la unidad incluyen de simples de las partes del todo real no impide en absoluto
nociones menos simples, porque los números enteros (menos simples que la
el hecho de que dichas partes sean cualitativamente complejas,
unidad) entran siempre en las nociones de las fracciones. Muchos que han
filosofado en matemáticas sobre el punto y la unidad se han confundido por esto es, susceptibles de análisis. En verdad, según
no haber distinguido entre la resolución en nociones y la división en partes.
Leibniz, no sólo es necesario que las mónadas o sustancias
Las partes no siempre son más simples queel todo, si bien son siempre
menores que el todo» (Carta a Bourguet del 5 de agosto de 1715). simples tengan algunas cualidades, sino que es también
Naturalmente, de estas partes conceptualmente simples sigue siendo verdad
preciso que no haya dos mónadas perfectamente iguales.
que no son partes constitutivas del todo ideal: «El continuo,» —
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
(Pag. 19)afirma Leibniz— «aunque tenga por doquiera tales indivisibles, no
está compuesto de ellos» (Carta a Foucher (de fecha desconocida), GP I, 20
416).. IV. Las partes del todo real, por ser heterogéneas respecto del
IV. Las partes del todo ideal, por ser homogéneas respecto del todo, son todo, son partes de un todo discontinuo, discreto. Sólo el todo
partes de un todo verdaderamente continuo
real puede llamarse, en verdad, agregado.
V. Como consecuencia de lo dicho, hay que afirmar que, en el
V. Como consecuencia de lo expuesto, hay que afirmar que,
ámbito de lo ideal, el todo es ser en sentido más propio que las partes. O
expresado negativamente: en el todo ideal, las partes no constituyen en el terreno de lo real, a las partes les pertenece el ser en sentido
realmente al todo, que es ontológicamente anterior a ellas. Por su parte, de la más propio que al todo. O enunciado en forma negativa: en
tesis según la cual «en lo real, lo simple es anterior a las reuniones; las
partes son actuales, son antes que el todo» (nejo (no enviado) a la carta a el todo actual, las partes no dan lugar a un todo real, sino sólo
Remond de julio de 1714), saca Leibniz, con lógica no menos rigurosa, otras aparente. Se entiende bien ahora esta declaración de Leibniz: Confundimos
varias consecuencias mereológicas, paralelas a las de la serie anterior. lo ideal con las sustancias reales cuando buscamos partes actuales en el
Puedem exponerse del modo siguiente: I. Las partes del todo real, por ser orden de lo posible, y partes indeterminadas en el agregado de lo actual, y
ontológicamente anteriores al todo, son partes constitutivas suyas. así nos enredamos en el laberinto del continuo y en contradicciones
II. Las partes del todo real, por ser partes constitutivas del todo, son inexplicables (Carta a De Volder del 19 de enero de 1706). El filósofo nos
determinadas, esto es, son partes actuales del todo. Esta consecuencia la enseña, en efecto, que el mejor modo de no perderse en el laberinto del
fundamenta Leibniz en su tesis de la división infinita actual de las partes del continuo es reparar en la razón que nos autoriza a no entrar en él. Este
todo real. fundamento es, en general, según se desprende de las anteriores
consideraciones, el diverso modo de ser del todo y de las partes. El todo
III. Las partes del todo real, por estar actualmente divididas al infinito, son ideal o abstracto es —cabe decir— un todo en acto; sus partes, en cambio,
siempre heterogéneas respecto del todo, es decir, son partes que no son sólo potenciales; por ello no es legítimo buscar partes determinadas o
comparten con el todo la propiedad esencial de la divisibilidad. Son por ello concretas en lo ideal, pues ello equivaldría al imposible de componer lo
partes realmente simples, elementos reales últimos de la división del todo continuo con indivisibles. Por su lado, el todo real o concreto,
También en esta ocasión es preciso señalar que el carácter a fuer de fenoménico, es un todo potencial, es decir, un
todo que de suyo no está unificado, sino que es sólo unificable la de aquél, al plano fenoménico, por ser una unidad de
por la percepción; sus partes, por el contrario, son actuales; de agregación perceptual; la de éstas, al plano de la realidad, por
ahí que no sea lícito buscar partes siempre divisibles, que ser una unidad real de simplicidad.
habrían de ser necesariamente abstractas, en lo real, pues ello 3. La validez de la prueba de la existencia de las mónadas
supondría el absurdo de dividir infinitamente lo que no es realmente a la luz de la solución leibniziana del laberinto de la
continuo, sino discreto. No hay que confundir, por tanto composición del continuo
—tal es, en abreviatura, el precepto de Leibniz—, el modo en que Pero, ¿realmente ha asegurado Leibniz con su respuesta a la
las partes se hallan en el continuo verdadero, o todo indeterminado, dificultad de la composición del continuo la validez del argumento
con la manera en que las partes conforman el agregado, o de la existencia de las mónadas?
todo por agregación, cuya continuidad es sólo perceptual. No cabe ocultar que, cuando se considera esta prueba leibniziana
Por estas mismas razones, el problema de la composición del a la luz de la solución del referido problema, surgen muy
continuo no puede afectar en absoluto, según Leibniz, a la validez graves dificultades, que ponen en entredicho la fuerza demostrativa
de la prueba de la existencia de las mónadas. Y es que, del argumento en cuestión.
como los agregados de que tenemos experiencia son sólo todos Dos objeciones se presentan como las capitales.
fenoménicos, cuya unidad o, de otro modo, cuya continuidad depende 1. La prueba de la existencia de las mónadas concluye, como
de nuestra percepción, no es contradictorio afirmar que sabemos, la existencia de las sustancias simples apoyándose en
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz la afirmación de que hay compuestos. El silogismo condicional en
21 que consiste esa demostración exige, en efecto, destruir lo condicionado
sus elementos últimos son realmente simples, indivisibles. Es en la premisa mayor («no hay compuestos»), para
más: no es posible dividir al infinito lo que en realidad y a la destruir así su condición («no hay sustancias simples»).
postre, por ser un compuesto puramente perceptual, está integrado Ahora bien, la solución de Leibniz a las dificultades del continuo
por partes simples. De esta forma, pues, al admitir la revela que el todo real, que el compuesto actual es puramente
existencia de las mónadas no nos extraviamos, según enseña el fenoménico.
filósofo, en el laberinto del continuo, porque, en lo actual, la Pero esta afirmación impide que se destruya realmente lo
unidad del todo y la de sus partes pertenecen a órdenes diversos: condicionado de la premisa mayor del silogismo y, por tanto, que
se destruya la condición. Ciertamente, de la aseveración de que mónadas, y la consecuencia que de ella se deriva, como fruto de
hay compuestos sólo aparentes o fenoménicos no se puede inferir su solución del conflicto del continuo.
que hay sustancias simples reales. Tal es el primer non sequitur En efecto, la afirmación de que las mónadas no son materiales
de la prueba de la existencia de las mónadas que nos revela se le ofrece al filósofo de Leipzig como conclusión de este razonamiento:
el examen de la solución leibniziana del problema del continuo. Todo el mundo está de acuerdo en que la materia tiene partes, y que, en
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz consecuencia, es una multitud de muchas sustancias, como lo sería un
22 rebaño de ovejas. Pero como toda multitud supone unidades verdaderas,
2. Es evidente que, en la premisa mayor de la prueba de la es evidente que estas unidades no pueden ser materia, porque de lo
existencia de las mónadas («Si no hay sustancias simples, no contrario serían, a su vez, multitudes, y en modo alguno unidades verdaderas
hay compuestos»), por «sustancia simple» se entiende un elemento y puras, como las que en definitiva se requieren para hacer una
del compuesto real o actual, esto es, de la materia. Las multitud. Así las unidades son propiamente sustancias aparte, que no
razones aducidas por Leibniz para admitir la verdad de esta premisa son divisibles ni, en consecuencia, perecederas» (Carta a la electora Sofía
ponen, sin duda, en claro que el ser del compuesto material del 12 de junio de 1700).
depende, en tanto que ente por agregación, de partes integrantes Por su parte, la tesis, encadenada a la anterior, de que las
en último término simples, indivisibles. mónadas no son propiamente elementos del compuesto material
Ahora bien, cuando se pone en relación la conclusión de la la justifica Leibniz en estos términos:
antedicha demostración con la respuesta del filósofo al problema Ciertamente, las mónadas no estarán propiamente en un lugar absoluto,
de la composición del continuo, aparece con claridad que, en esa puesto que no son realmente ingredientes (ingredientia), sino sólo requisitos
conclusión, por «sustancia simple» se concibe algo inmaterial (requisita) de la materia. De ahí que no será necesario establecer
que, por ello mismo, no puede ser propiamente un elemento integrante ciertos lugares indivisibles, que nos arrojan en tantas dificultades.
del compuesto material. «Las unidades sustanciales» — Basta con que la sustancia corpórea sea algo que realice fenómenos
escribe Leibniz a De Volder en una carta del 30 de junio de 1704, fuera del alma; pero no quisiera concebir partes actuales en ella, excepto
— «no son en verdad partes, sino fundamento de los fenómenos aquellas hechas por división actual, ni partes indivisibles, excepto
». Y conviene comprobar inequívocamente que Leibniz defiende como extremos Carta a Des Bosses del 16 de junio de 1712.
de manera expresa la tesis de la inmaterialidad de las Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
23 de suerte que cabe decir que son, en el fondo, dos aspectos
Pero estas afirmaciones revelan que en la conclusión de la de un mismo problema.
prueba de la existencia de las mónadas hay algo distinto de lo Este problema, en efecto, está ya escondido en las palabras
que hay en su premisa mayor: en ésta, por «sustancia simple» con que, al comienzo mismo de la Monadología, describe Leibniz
no puede por menos de entenderse sino el último elemento a la mónada: «La mónada, de la que hablaremos aquí,» —escribe
constitutivo de la materia, es decir, aquello que en resolución en dicho lugar— «no es sino una sustancia simple que entra
hace que la materia sea; en aquélla, «sustancia simple» vale en los compuestos (qui entre dans les composés)». La expresión
tanto como el requisito último de la materia, esto es, aquello que «entrar en los compuestos» es equívoca. Si con ella se entiende
en definitiva se precisa para explicar el aparecer de la materia. que la mónada es un integrante del compuesto, entonces
Pero la conclusión no puede contener algo no contenido en las se cumple, en efecto, la ley lógica del silogismo condicional que
premisas: de la necesidad lógica de admitir ingredientes últimos ordena destruir lo condicionado para destruir la condición; pero
del ser de la materia no cabe transitar a la exigencia de establecer ello se hace al precio de perderse en el laberinto del continuo,
requisitos últimos del carácter fenoménico de lo material. pues ¿cómo es que lo que no tiene partes da lugar a lo compuesto
Esta es, pues, la segunda deficiencia —una quaternio terminorum— de partes? Pero si la mentada locución se interpreta en el
de la demostración de la existencia de las mónadas, tal sentido de que la mónada es requisito o fundamento del fenómeno
como se manifiesta tras el estudio de la respuesta leibniziana a de lo compuesto, entonces acaso no se entre en el enredo
las dificultades entrañadas en la composición del continuo. del continuo; pero el coste de esta escapatoria es no cumplir la
Así, pues, examinada desde la atalaya de la solución leibniziana regla tollendo tollens, pues de la existencia de los compuestos
del conflicto del continuo, la prueba de la existencia de las Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
mónadas parece condenada a cometer dos errores lógicos: a incumplir 24
la regla que en los silogismos condicionales exige destruir fenoménicos no se sigue en modo alguno la existencia de algo
lo condicionado para destruir la condición, y a tomar en dos real simple, por no mencionar que, en este caso, todavía queda
sentidos distintos el concepto de «sustancia simple», según figure sin explicación el modo en que lo simple puede dar lugar a la
en la premisa mayor o en la conclusión. Y bien se advierte apariencia de lo compuesto.
que estas dos incorrecciones se hallan íntimamente entrelazadas, Parece, en definitiva, que en este punto la metafísica de Leibniz
conduce a una aporía, que cabe enunciar en forma de paradoja. Es por ello un acabamiento relativo: el ser acaba
Se trata, como vemos, de que la prueba de la existencia de como un todo, pero subsisten sus partes.
las mónadas fuerza inexorablemente a entrar en el laberinto del Es así que las mónadas son substancias simples, esto
continuo, para acaso perderse en él, mientras que las razones es, sin partes, luego no cabe pensar más que su acabamiento
que, según Leibniz, facultan para no penetrar en dicho laberinto, es fruto de un acto:
y evitar así el extravío, suprimen, por su parte, la única fuerza (1) extranatural o metafísico o milagroso, esto es,
lógica del argumento para aceptar que hay mónadas. sólo explicable mediante principios metafísicos.
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz (2) consistente en la supresión absoluta de su ser: lo
25 que no tiene partes no puede existir “en parte”, esto es,
V disgregado en partes. Es por ello un acabamiento absoluto:
ACABAMIENTO Y ORIGEN DE LAS MÓNADAS: el ser o es o no es en absoluto. A esto se llama
MONADOLOGÍA §§ 4-6 aniquilación.
A) Sobre el acabamiento de las mónadas: Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
a) Tesis negativa: las mónadas no pueden perecer de 26
un modo natural, esto es, por descomposición. B) Sobre el surgimiento de las mónadas:
b) Tesis positiva: las mónadas sólo pueden perecer a) Tesis negativa: las mónadas no pueden originarse
de un modo extranatural, esto es, por aniquilamiento. de un modo natural.
Explicación y justificación: b) Tesis positiva: las mónadas sólo pueden originarse
Se dice que algo perece de un modo natural, esto es, de un modo extranatural, esto es, por creación.
por corrupción o descomposición, cuando su acabamiento Explicación y justificación:
es fruto de un proceso: Se dice que algo surge de un modo natural, esto es,
(1) físico, esto es, susceptible en principio de ser investigado por generación o composición, cuando su surgimiento es
y explicado mediante los métodos de la ciencia fruto de un proceso:
natural. (1) físico, esto es, susceptible en principio de ser investigado
(2) consistente en la disolución de elementos preexistentes. y explicado mediante los métodos de la ciencia
natural. 27
(2) consistente en la composición o combinación de Observaciones generales:
elementos preexistentes. Es por ello un surgimiento relativo: 1. Que la corrupción (o descomposición) y la generación
el ser surge como un todo, aunque sus partes ya (o corrupción) son explicables mediante principios
subsistían: producción ex alio praecedente. físicos quiere decir que pueden ser explicados por razones
Es así que las mónadas son substancias simples, esto mecánicas, esto es, por las figuras y los movimientos.
es, sin partes, luego no cabe pensar más que su surgimiento Vid. Monadología, § 17.
es fruto de un acto: 2. Que tanto la aniquilación cuanto la creación sólo
(1) extranatural o metafísico o milagroso, esto es, son explicables mediante principios metafísicos quiere
sólo explicable mediante principios metafísicos. decir que sólo son explicables con referencia, en último
(2) consistente en el surgimiento absoluto de su ser: término, a Dios. Dios, en efecto, es la razón última que
lo que no tiene partes sólo puede surgir ex nihilo praecedente. permite dar respuesta al problema metafísico fundamental,
A esto se llama creación. que no es otro, al decir de Leibniz, que éste:
La generación o producción ex alio praecedente lo es ¿Por qué existe algo en lugar de nada? Vid. Principios de
sólo de accidentes; la creación o producción ex nihilo la Naturaleza y de la Gracia, §§ 7-8.
praecedente, de sustancias. 3. La tesis de que las mónadas no pueden comenzar
«Deus est creator omnium rerum. Hoc est nullum más que por creación ni perecer más que por aniquilación
datur Ens reale quod non sit a Deo, sive id ex nihilo sive la fundamenta también Leibniz —además de en el
ex alio praecedente producatur. Itaque, quotiescunque carácter simple de las mónadas— en esta otra razón: en
nova aliqua realitas existere incipit in natura, sive sit la noción de sustancia individual están comprendidos todos
substantia sive accidens, modo sit ab aliis realiter distincta, sus predicados (cf. Discurso de Metafísica, § 9).—
eam a Deo produci tenendum est.» Leibniz no explica este argumento, pero acaso puede
De libertate fato gratia Dei (circa 1683-1686), ed. exponerse así: Es contradictorio afirmar que la mónada
Grua, 307) procede de algo que todavía no es y, a la vez, que la
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz noción de mónada encierra todos sus predicados: en
efecto, a la mónada, antes de originarse, habría que racional»).
atribuirle como predicados suyos aquello de lo que procede; Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
pero no puede haber atribución de predicados sin 29
sujeto. Y lo mismo habría que decir respeco del acabamiento VI
de la mónada: tras su desaparición, a la mónada «PETITES PERCEPTIONS» Y APERCEPCIÓN
habría que atribuirle como predicados suyos aquello en «Hay signos a millares que hacen pensar que en todo momento
lo que se disuelve; pero no puede haber atribución de existen en nosotros infinidad de percepciones, pero sin
predicados sin sujeto. apercepción y sin reflexión, es decir, cambios en el alma misma
4. La tesis de que todas las sustancias son de los cuales no nos damos cuenta, porque las impresiones son o
permanentes e imperecederas no debe confundirse con demasiado pequeñas al par que excesivas en número, o están
la afirmación de la inmortalidad de nuestro yo, del alma demasiado juntas, de manera que no tienen nada que permita
humana. distinguirlas por separado, pero aunque estén unidas a las otras
Cf. Discurso de Metafísica, §§ 34-35: no por ello dejan de producir efecto y de hacerse notar en el
La cuestión de la inmortalidad del alma no es sólo conjunto, aunque sea confusamente. Así es como la costumbre
una cuestion de susbsistencia metafísica, sino de subRogelio da lugar a que no pongamos atención al movimiento de un molino
Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz o a un salto de agua cuando desde hace algún tiempo hemos
28 vivido al lado. No se trata de que dicho movimiento no impresione
sistencia moral, en la que tiene un papel predominante siempre a nuestros órganos, y que a continuación no ocurra
el recuerdo. en el alma nada que responda a dichas impresiones, en virtud
La prueba última de la inmortalidad del yo no la proporciona de la armonía entre el alma y el cuerpo, sino que esas impresiones
la metafísica, sino la moral.— Necesidad de la que se dan en el alma y en el cuerpo, privadas de los
distinción entre sustancia y persona. atractivos de la novedad, no son lo bastante fuertes como para
Boecio, De duabus naturis et una persona Christi: atraerse nuestra atención y nuestra memoria, ocupadas en objetos
Persona est «rationalis naturae individua substantia» más llamativos. Toda atención exige memoria, y a menudo,
(La persona es «la sustancia individual de naturaleza cuando no estamos suficientemente advertidos de que debemos
poner atención a algunas de nuestras propias percepciones actuales, profundamente como para no tener alguna impresión débil y
las dejamos pasar sin reflexionar e incluso sin darnos confusa, y ni siquiera el mayor ruido del mundo podría despertarnos
cuenta; mas si alguien nos advierte inmediatamente después, y si no tuviésemos alguna percepción de su comienzo, que
nos hace notar, por ejemplo, algún ruido que se acaba de oír, es pequeño, como tampoco el esfuerzo mayor del mundo podría
nos acordamos de él, y nos damos cuenta de que ya hemos romper una cuerda si no hubiese sido ya tensada y estirada un
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz poco mediante esfuerzos menores, aun cuando el pequeño estiramiento
30 que producen no resulte visible.»
tenido antes alguna impresión del mismo. Se trataba, por tanto, (G. W. LEIBNIZ, Nuevos Ensayos sobre el Entendimiento Humano,
de percepciones de las que no nos habíamos apercibido en el Pref. Gerhardt Phil. Schr. V, 46-47)
momento mismo, sino que la apercepción en ese caso sólo se Trad: J. Echeverría Ezponda
producía en virtud de una advertencia, tras un cierto intervalo, «Leibniz al notar que el ruido del mar procede fisiológicamente
por pequeño que fuese. Para razonar todavía mejor sobre las de las excitaciones mínimas que envían una por una las
pequeñas percepciones que en principio no podemos distinguir olas concluyó que en la percatación del ruido total se hallaban
entre la multitud, tengo costumbre de utilizar el ejemplo del latentes las percataciones del ruido de cada una de las olas. Oímos
bramido o ruido del mar que se nota cuando se está en la orilla. estos mínimos ruidos puesto que oímos su conjunto, pero
Para oír ese ruido tal y como sucede, es necesario oír las partes los oímos en diverso grado. Del conjunto nos damos cuenta que
que componen ese todo, es decir, los ruidos de cada ola, aun lo oímos, sus componentes menudos los oímos sin darnos
cuando ninguno de dichos ruidos pequeños pueda ser conocido cuenta: estas meras audiciones llamólas petites perceptions,
fuera del conjunto confuso de todos los demás juntos, es decir, aquella conciencia de la audición, aquel —por decirlo así— oír el
en el bramido mismo, sino que no sería notado si la ola que lo oír, denominólo apperceptions. Ya tenemos el origen histórico de
produce estuviese sola. Es necesario que uno sea afectado un este término —juntamente con su origen racional.
poco por el movimiento de dicha ola, y que se tenga alguna percepción Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
de cada uno de los ruidos, por pequeños que sean; de 31
otro modo no se tendría el de cien mil olas, puesto que cien mil Esta distinción de Leibniz entre “percepción” y “apercepción”
nadas no pueden hacer ninguna cosa. Uno nunca duerme tan ha penetrado, al través de Kant y Herbart, en la psicología contemporánea.
Sin embargo, uno como otro término contienen ya que oímos”. Esto puede significar dos cosas diversas: 1.° darse
en Leibniz equivocaciones de que no han sido por completo libertados cuenta de ese peculiar sentir ante el “yo” algo que no es inmediatamente
todavía. Por lo que hace a “percepción”, en su sentido él, que es justamente lo otro que un “yo”, que un
de petites perceptions, acontece que consistiendo su valor en “sujeto”, a saber, un “objeto”. 2.° colocarse el yo ante sí como
que el contenido de ella no exista para nuestra conciencia, es “objeto” algo que forma parte de él. Este segundo significado
decir, en que lo percibamos, parece incongruente llamarla así. valdría tanto como “conciencia de sí mismo”. Así, en otro lugar,
Cierto que Leibniz anticipaba en esa denominación una supuesta define Leibniz la apercepción como “la conciencia o conocimiento
ley según la cual “la percepción se convierte en apercepción por reflexivo de un estado interior, que no es dada a todas las almas
una pequeña adición o aumento” (Nouveaux Essais, II, ch. 9, § (por ejemplo, a los animales) ni a un alma en todo momento”.
4). Esto es verdad para muchos contenidos de conciencia de que Sería, según esto, la nota peculiar a la psique humana.
no nos damos cuenta en una ocasión pero podemos dárnosla en Si se medita un poco este doble significado no dejará de notarse
otra. Mas hay contenidos de conciencia, constituyentes de ella, que, en el primero, apercepción es una forma peculiar de
de que nunca podemos darnos cuenta en forma aperceptiva: conciencia cuyos caracteres distintivos aparecen comparándola
estas son las “sensaciones”. Y, por otro lado, sin sensaciones no con otra forma peculiar de conciencia, la percepción (en nuestra
es posible la apercepción. No se trata, pues, de una diferencia terminología “sensación”), al paso que el segundo significado se
meramente cuantitativa que pueda por aumento continuo salvarse. obtiene cualificando la apercepción por una clase particular de
Si siguiéramos el análisis descriptivo en nuestro ejemplo Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
anterior y tratáramos de resolver la imagen de la taza a su vez 32
en imágenes parciales notaríamos que nunca se llega a una situación contenidos, a saber, los estados íntimos. Como se ve pertenecen
de conciencia en que no exista esa dualidad de lo meramente ambos sentidos a órdenes heterogéneos de clasificación.»
sentido y lo percibido. Son dos formas irreductibles de (José ORTEGA Y GASSET, Para un Diccionario Filosófico, III. Apercepción,
conciencia: el “sentir” y el “percibir”. en Obras Completas, Madrid, Alianza Editorial-Revista
Por su parte, la “apercepción” tiene en el mismo Leibniz un de Occidente, 1983, tomo XII, págs. 474-475)
doble sentido: en lo dicho más arriba aparece caracterizada Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
vagamente como un “darnos cuenta de que oímos”, como un “oír 33
VII vas, que son, en definitiva, el fundamento de sus características
LAS MÓNADAS SON DISTINTAS ENTRE SÍ: externas.
MONADOLOGÍA § 9 (ESQUEMA ARGUMENTATIVO Y En efecto, si dos mónadas sólo difirieran por sus características
TEXTOS COMPLEMENTARIOS) externas (por ejemplo, por su distinta posición
I. Esquema argumentativo: en el espacio), podría una ponerse en el lugar de la
A) Formulación de la tesis: otra, sin que se apercibiese el menor cambio. Serían,
Cada mónada es diferente de otra cualquiera.— No pues, indiscernibles y, por tanto, la misma mónada.
hay dos mónadas iguales.— No hay dos individuos indiscernibles. De aquí se sigue que:
•Esta tesis es expresión del llamado “principio de la a) Las mónadas no difieren sólo en número. Cabe
identidad de los indiscernibles”: aplicar a las mónadas la tesis tomista sobre los ángeles:
Si A y B son indiscernibles, A y B son idénticos, que cada uno de ellos es una especie.— Tomás de
son el mismo ser. Aquino defiende que, en los seres compuestos de materia
•Este principio puede formularse también como el y forma, la forma es el principio de especificación y
“principio de la diversidad de los discernibles”: la materia, el de individuación, aunque la materia no individualiza
Si A y B son discernibles, A y B son seres distintos. sola, sino con el concurso de la cantidad. Por
•Esta es la forma en que Leibniz presenta el principio ello el Aquinate formula así el principio de individuación:
de individuación, cuestión que le preocupó desde “materia signata quantitate”: los seres compuestos se
los inicios de su actividad filosófica. Su tesis individualizan por tener una determinada cantidad de
doctoral es: Disputatio metaphysica de principio materia, es decir, por tener una materia determinada
individui (1663). por la cantidad que compete a dicho ente compuesto.
B) Explicación de la tesis: Como los ángeles no son materiales, no pueden individualizarse
La diversidad de las mónadas se fundamenta en algo más que por la forma: cada uno es una especie.
interno a ellas, en sus peculiaridades internas, cualitatiRogelio b) Las mónadas no tienen denominaciones puramente
Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz extrínsecas. Todas las denominaciones tienen en
34 último término su fundamento en la cosa denominada.
C) Pruebas a favor de la tesis: (Vid. Quinta carta a Clarke, 21)
1. Indicio empírico: 4. Prueba fundada en la perfección de Dios:
No hay dos cosas en la naturaleza (dos hojas, Si dos mónadas fuesen indiscernibles, serían
dos gotas de agua) que sean absolutamente iguales. absolutamente indiferentes para toda voluntad,
2. Prueba fundada en la apreciación del cambio de las vale decir: no habría ninguna razón para elegir una
cosas: a otra. Si Dios crea una en vez de otra, entonces
(Se trata de un razonamiento que se apoya en obra sin razón, lo que es contrario a su perfección.
el argumento del § 8 de la Monadología: las mónadas (Vid. Cuarta carta a Clarke, 1-2)
no sólo tienen cualidades, sino que el conjunto 5. Prueba fundada en la noción completa de la mónada.
de las cualidades de cada una es necesariamente Si en la noción de cada mónada están comprendidos
distinto del de las otras). todos sus predicados, el mismo conjunto de
Si las mónadas no fueran cualitativamente distintas predicados no puede pertenecer a dos mónadas
entre sí, serían indiscernibles unas de otras, distintas, porque, dada su noción completa, no se
porque no pueden diferir en cantidad. Pero entonRogelio distinguirían en nada.
Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz D) Discusión:
35 Leibniz sostiene Nuev. Ens., Lib. II, cap. XXVII, 1).
ces, supuesto lo lleno, no sería posible apreciar 1º. Ninguna diferencia espacial (externa y cuantitativa)
cambio alguno en los compuestos, que proceden puede fundar una diversidad de los entes.
de lo simple. Es así que apreciamos cambios en los 2º. Las diferencias espaciales dependen de las cosas:
compuestos, luego las mónadas deben ser cualitativamente el espacio es relativo a las cosas. (Frente a Newton: el
distintas. espacio es independiente de las cosas).
3. Prueba fundada en el principio de razón suficiente: Esta posición es contradicha por Kant, que alega el
Si dos mónadas fuesen indiscernibles, no habría caso curioso de la paradoja de las figuras iguales, pero
razón suficiente que explicara porque una no es la incongruentes:
otra Exposición de la paradoja:
(La expuso Kant en tres lugares: 1º. Dissertatio de 1º. Que simples diferencias espaciales bastan para
1770, III, § 15 C; 2º. Prolegómenos, § 13; Prin. Met. fundamentar una distinción entre las cosas.
Cien. Nat., I, Def. 2, Obs, 3). 2º. Que, en general, las diferencias espaciales dependen
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz de la sensibilidad (no del entendimiento): el espacio
36 es algo subjetivo e ideal.— La alternativa entre Newton
1) Si dos cosas son completamente iguales en todas y Leibniz está, pues, mal planteada: el espacio no es ni
sus partes, entonces la una en todos los casos y relaciones independiente (Newton) ni dependiente (Leibniz) de las
puede ser puesta en el lugar de la otra, sin que cosas; ambas posiciones son falsas porque sostienen
pueda reconocer en este cambio la menor diferencia que el espacio es algo objetivo).
(son indiscernibles) Esta paradoja la presenta Kant como una confirmación
2) Pero existen figuras iguales que no se puede poner de su idealismo trascendental.
a una en el lugar de la otra (son incongruentes). Ejemplos: E) Notas históricas:
dos triángulos esféricos de ambos hemisferios que 1) Leibniz se halla en deuda con Nicolás de Cusa respecto
tiene por base común un arco del ecuador; la mano derecha al principio de la identidad de los indiscernibles:
y su imagen en el espejo; el guante de una mano «La unidad del universo está contracta en la pluralidad.
y el de la otra. Pero la pluralidad de las cosas, en la que el universo
3) La paradoja consiste, pues, en que: está contracto en acto, de ningún modo puede
a) el entendimiento no puede captar ninguna convenir con la suma igualdad, pues entonces dejaría de
diversidad interna en las figuras. Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
b) los sentidos, sin embargo, nos presentan una 37
diversidad interna de estas figuras, que se manifiesta ser la pluralidad. Así, pues, es necesario que difieran
por la relación exterior en el espacio. entre sí mutuamente todas las cosas, ya en género, en
Consecuencias de la paradoja: especie, en número, o en especie y número, o en género
Por tanto, esta paradoja revela a Kant, en efecto, y número, de manera que cada una subsista en su
frente a Leibniz: propio número, peso y medida. Por lo cual las cosas del
Universo se distinguen entre sí por grados, de modo que y ello porque no son sustancias o realidades completas.
no coincida una con otra.» ..............................................
(Nicolás de Cusa, De docta ignorantia, Libro III, cap. 1) El principio de individuación equivale en los individuos al principio
2) El principio de la identidad de los indiscernibles de distinción que acabo de mencionar. Si dos individuos
tiene también un papel importante en la Ética de Spinoza: fuesen perfectamente semejantes, iguales, y, en una palabra,
«En el orden natural no pueden darse dos o más indistinguibles por sí mismos, no habría principio de individuaRogelio
substancias de la misma naturaleza, o sea, con el Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
mismo atributo.» 38
(Spinoza, Ethica more geometrico demonstrata, ción; me atrevo a decir incluso que entonces no habría distinción
Pars I, Prop. V) individual, o individuos diferentes, en ese supuesto. Por eso es
II. Textos complementarios: que la noción de los átomos es quimérica, y surge tan sólo de las
«Teofilo.— Además de la diferencia de tiempo y lugar, siempre incompletas concepciones humanas. Pues si hubiera átomos, es
resulta necesario que haya además un principio interno de decir, cuerpos perfectamente duros y perfectamente inalterables,
distinción, y aunque haya múltiples cosas de la misma especie, o incapaces de cambio interno, y que no pudiesen diferir entre sí
sin embargo, siempre es verdad que nunca son absolutamente más que en el tamaño y en la figura, es evidente que, al ser posible
semejantes: así, aun cuando el tiempo y el lugar (es decir, la que tuviesen la misma figura y tamaño, en ese caso serían
referencia a los de fuera) nos sirven para distinguir las cosas que también indistinguibles en sí, y no podrían ser distinguidos más
por sí mismas no distinguimos bien, sin embargo, las cosas que en función de denominaciones exteriores sin fundamento
siempre son distinguibles por sí mismas. El meollo de la identidad interno, lo que va contra los principales principios de la razón.
y la diversidad no está, por tanto, en el tiempo y el lugar, Mas la verdad consiste en que todo cuerpo es alterable e incluso
aun cuando sea verdad que la diversidad de las cosas va acompañada está actualmente alterado siempre, de manera que difiere de
por la del tiempo o el lugar, porque éstos aportan diferentes otro en sí mismo. Recuerdo que una gran princesa de espíritu
impresiones sobre la cosa. Eso por no decir que más bien sublime dijo un día paseándose por su jardín que no creía que
son las cosas las que nos permiten distinguir un lugar o un existiesen dos hojas totalmente similares. Un sabio gentilhombre,
tiempo de otro, pues por sí mismos son absolutamente semejantes, que era de la comitiva, pensó que sería fácil encontrarlas;
pero aunque buscó mucho, se pudo convencer por sus propios Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
ojos que siempre resultaba posible encontrar alguna dilerencia.» 39
(G. W. LEIBNIZ, Nuevos Ensayos sobre el Entendimiento Humano, »Esos grandes principios de “razón suficiente” y de “identidad
Libro II, cap. XXVII, 1-3. —Gerhardt Phil. Schr., V, 213-214 —) de los indiscernibles” cambian el estado de la metafísica, la cual
Trad: J. Echevarría Ezponda por medio de ellos se vuelve real y demostrativa, mientras que
«En las cosas absolutamente indiferentes, no hay opción en antaño apenas consistía más que en términos vacíos.
absoluto y, en consecuencia, ninguna elección ni voluntad, »Proponer dos cosas indiscernibles es proponer la misma cosa
puesto que la elección debe tener alguna razón o principio. bajo dos nombres. Así, la hipótesis de que el universo hubiera
»Una simple voluntad sin ningún motivo (a mere will) es una podido tener primero otra posición en el tiempo y en el espacio
ficción no solamente contraria a la perfección de Dios, sino incluso que la que ha llegado efectivamente a tener y de que, por tanto,
quimérica y contradictoria, incompatible con la definición todas las partes del universo habrían tenido la misma posición
de voluntad, y suficientemente refutada en la Teodicea. entre ellas que la que han recibido en efecto, es una ficción imposible.
»Es indiferente colocar tres cuerpos iguales y en todo parecidos, »
en el orden que se quiera y, en consecuencia, no serán (G. W. LEIBNIZ, Correspondencia Leibniz-Clarke,
nunca ordenados por aquel que no hace nada sin sabiduría. Pero Cuarta carta de Leibniz, 1-6
siendo también autor de las cosas, no los producirá y, en consecuencia, —Gerhardt Phil. Schr., VII, 371-372—)
no los habrá en la naturaleza. Trad: Eloy Rada
»No hay dos individuos indiscernibles. Un caballero de alcurnia «Hay que reconocer que ese gran principio [el de razón suficiente],
amigo mío, hablando conmigo en presencia de Mme. la Electora aunque haya sido reconocido, no ha sido suficientemente
en el jardín de Herrenhausen, creyó que encontraría fácilmente empleado y ésta es en buena parte la razón por la que
dos hojas enteramente iguales. Mme. la Electora le desafió, hasta ahora la Filosofía primera ha sido tan poco fecunda y tan
y en vano corrió a buscarlas durante largo rato. Dos gotas de poco demostrativa. De lo cual infiero, entre otras consecuencias,
agua o de leche, miradas por el microscopio, serán discernibles. que no hay en la naturaleza dos seres reales absolutamente indiscernibles
Es un argumento contra los átomos, que no son menos combatidos porque, si los hubiera, Dios y la naturaleza actuarían
que el vacío por los principios de la verdadera metafísica. sin razón, tratando al uno diferentemente que al otro, y que, por
tanto, Dios no produce dos porciones de materia perfectamente (como hacen los cartesianos) la plenitud de las cosas y la
iguales y semejantes. Se responde a esta conclusión sin refutar uniformidad de la materia, y si a esto se le añade tan sólo el
la razón de ella y se responde mediante una objeción bien débil. movimiento, siempre se pondrá en lugar de él lo equivalente,
Este argumento (se dice), si fuera bueno, probaría que le sería como si tan sólo una rueda se moviera de un modo perfectamente
imposible a Dios crear materia alguna. Pues las partes perfectamente uniforme sobre su eje, o como si giraran esferas hechas
sólidas de la materia en tanto que iguales y de la misma de materia perfectamente similar, y así el estado de cosas en un
figura, cosa que es una suposición posible, estarían hechas momento no podría ser distinguido del estado de cosas en otro
exactamente igual la una y la otra. Pero es una petición de principio momento, ni siquiera por un ángel; por tanto, ni en el fenómeno
muy manifiesta el suponer esta conveniencia perfecta que, podría existir la variedad: de tal modo que, además de la figura,
según mi opinión, no podría ser admitida. Esta suposición de dos la magnitud y el movimiento, es menester admitir que hay formas,
indiscernibles, como es la de dos porciones de materia que convienen por las que aparece la distinción de los fenómenos en la
perfectamente entre sí, parece posible en términos abstractos, materia, formas que no veo de dónde pueden tomarse sino de
pero no es compatible con el orden de las cosas, ni con las entelequias.»
la sabiduría divina, en la que nada es admitido sin razón. El (G. W. LEIBNIZ, Carta a des Bosses del 2 de febrero de 1706)
vulgo se imagina tales cosas porque se contenta con nociones —Gerhardt Phil. Schr., II, 295-296—
incompletas. Y éste es uno de los defectos de los atomistas.» Trad: Rogelio Rovira
(G. W. LEIBNIZ, Correspondencia Leibniz-Clarke, «Se desprende de aquí, además, que no puede haber en la
Quinta carta de Leibniz, 21. naturaleza dos cosas singulares diferentes sólo en el número: ya
—Gerhardt Phil. Schr., VII, 393-394—) que, en efecto, hay que poder dar una razón de por qué son diversas,
Trad: Eloy Rada la cual debe basarse en alguna diferencia presente en las
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz mismas. Así, pues, lo que santo Tomás reconoció respecto de las
40 inteligencias separadas, de las cuales sostuvo que nunca difieren
«En alguna respuesta mía a Sturm publicada en las Actas de entre ellas sólo en el número, esto mismo ha de decirse también
Leipzig, hallará usted una demostración que se equipara (según de las otras cosas; y no se descubrirán jamás dos huevos o dos
me parece) a la de los geómetras, y que muestra que, si se admite hojas o hierbas en el huerto perfectamente similares entre sí. Y
la similitud perfecta de los lugares se da solamente en las nociones diferencia específica como la toman los geómetras respecto a sus
incompletas o abstractas, cuando las cosas no se tienen en figuras.»
cuenta íntegramente, sino sólo según cierto modo de considerarlas, (G. W. LEIBNIZ, Discurso de Metafísica, § 9
como sucede cuando atendemos únicamente a las figuras, —Gerhardt Phil. Schr. IV, 433—)
pero dejamos de lado la materia figurada, y así dos triángulos se Trad: Julián Marías
consideran con justicia iguales en geometría, aunque jamás se «Se sigue, además, que no hay denominaciones puramente
descubran dos triángulos materiales perfectamente similares. Y extrínsecas que no tengan absolutamente ningún fundamento en
aunque al oro y otros metales, también a las sales y a muchos la propia cosa denominada. Pues la noción del sujeto denominado
líquidos, se los tenga por cuerpos homogéneos, esto, sin embargo, debe involucrar la noción del predicado. Y por esto, cada
sólo puede admitirse en la experiencia sensible y ni aun vez que cambia la denominación de la cosa, debe ocurrir alguna
así es verdad exactamente.» variación en la cosa misma.»
(G. W. LEIBNIZ, Opúsculo ca. 1689, —in: Opuscules et fragments (G. W. LEIBNIZ, Opúsculo ca. 1689, —in: Opuscules et fragments
inédits de Leibniz (ed. Couturat), 519-520— inédits de Leibniz (ed. Couturat), 520—
Trad: Roberto Torretti Trad: Roberto Torretti
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz «Las cosas que coinciden en la especie y difieren en el número,
41 coinciden en la forma, y se distinguen materialmente. Por
«Que cada sustancia singular expresa todo el universo a su tanto, si los ángeles no están compuestos de materia y de forma
manera, y que en su noción están comprendidos todos sus [...], se sigue que es imposible que haya dos ángeles de la
acontecimientos con todas sus circunstancias y toda la serie de misma especie. Como también es imposible decir que hay muchas
las cosas exteriores.— De esto se siguen varias paradojas considerables, blancuras separadas, o muchas humanidades; pues las
como, entre otras, que no es cierto que dos sustancias blancuras no son muchas sino en tanto que están en muchas
se asemejen enteramente y sean diferentes sólo en número, y sustancias.»
que lo que Santo Tomás asegura acerca de este punto de los ángeles (TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologiae, 1, q. 50, a. 4 corpus)
o inteligencias (quod ibi omne individuum sit species infima), Trad: Rogelio Rovira
es verdad de todas las sustancias, siempre que se tome la Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
42 Sin embargo, es muy importante conocer lo que es verdaderamente
«Todo aquello que nosotros concebimos se representa a modo y lo que sólo lo es en apariencia, ya que una de
nuestro espíritu, bien como cosa, bien como manera de cosa o las principales causas de nuestros errores proviene de confundir
bien como cosa modificada. los modos con las sustancias y las sustancias con los modos.
Llamo cosa a todo lo que se concibe como subsistiendo por sí Pertenece a la naturaleza del verdadero modo el que la sustancia
mismo y como sujeto de todo lo que en ello se concibe. Es lo que de la que es modo pueda concebirse clara y distintamente sin él,
también se llama sustancia. pero que, a la vez, no pueda concebirse claramente este modo
Entiendo por manera de cosa, modo, atributo o cualidad, todo sin que se conciba simultáneamente la relación que tiene con la
aquello que siendo concebido en la cosa y no pudiendo subsistir sustancia y sin la cual no puede naturalmente existir.
sin ella, sin embargo la determina a ser de una cierta forma y da No quiere esto decir que no puede ser concebido el modo sin
lugar a que se nombre de un modo determinado. prestar atención distinta y expresa a su sujeto; pero lo que
Llamo cosa modificada cuando se considera la sustancia como muestra que la relación con la sustancia está implícita al menos
determinada por una cierta manera o modo. de forma confusa en la noción de modo es que no podría negarse
Todo esto se comprenderá mucho mejor mediante ejemplos. esta relación del modo con su sustancia sin que se destruyese la
Cuando considero un cuerpo, entonces la idea que tengo de él idea que se tenía; por el contrario, cuando se conciben dos cosas
me representa una cosa o sustancia, puesto que lo considero o dos sustancias, se puede negar la una de la otra sin destruirse
como una cosa que subsiste por sí misma y que no tiene necesidad las ideas que se tenía de cada una de ellas.
de sujeto alguno para existir. Por ejemplo, se puede negar con facilidad la prudencia sin
Pero cuando considero que este cuerpo es redondo, la idea prestar atención de modo distinto a un hombre que sea pruRogelio
que tengo de la redondez sólo representa una manera de ser o Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
un modo que yo concibo que no puede subsistir naturalmente sin 43
el cuerpo al que la redondez pertenece. dente, pero no puedo concebir la prudencia negando la relación
Finalmente, cuando uno el modo con la cosa, entonces considero que guarda con un hombre o con otra naturaleza inteligente que
un cuerpo redondo; esta idea representa una cosa modificada. tenga tal virtud.
. . . .. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
A propósito del tema de los modos hay algunos que pueden que puedan conocerse en cada una de ellas tomada por sí (en
llamarse interiores porque se les concibe en la sustancia, como todas las determinaciones correspondientes a la cantidad y a la
redondo, cuadrado; otros pueden denominarse exteriores porque cualidad), debe seguirse que la una puede ser puesta en el lugar
son tomados de alguna cosa que no es en la sustancia, como de la otra en todos los casos y en todas las relaciones, sin que
amado, visto, deseado, que son nombres tomados de las acciones esta sustitución cause la más mínima diferencia cognoscible. Y
de otro; esto es lo que, según la Escuela, se conoce como de hecho ocurre así con las figuras planas, en la geometría; pero
denominación extrínseca. Si estas palabras se obtienen a partir diversas figuras esféricas muestran, a pesar de aquella coincidencia
de la manera según la cual se conciben las cosas, entonces son interna completa, tal diferencia por lo que respecta a lo
conocidas como segundas intenciones. Así, ser sujeto, ser atributo, externo, que de ningún modo se puede poner una de ellas en el
son segundas intenciones, puesto que son maneras bajo lugar de la otra; p. ej., dos triángulos esféricos pertenecientes a
las cuales se conciben las cosas que son tomadas de la acción ambos hemisferios, que tengan por base común a un arco del
del espíritu, el cual ha unido dos ideas, afirmando la una de la ecuador, pueden ser completamente iguales tanto en lo que resRogelio
otra.» Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
(Antoine ARNAULD y Pierre NICOLE, La Lógica o el Arte de Pensar 44
Primera Parte, Capítulo II.) pecta a los lados como en lo que respecta a los ángulos, de
Trad: Guillermo Quintás Alonso modo que en ninguno de ellos, si ha sido descrito por separado y
«Aquellos que aún no pueden desprenderse de la concepción a la vez de modo completo, se encuentre nada que no esté a la
de que el espacio y el tiempo son modos reales de ser, inherentes vez en la descripción del otro; y sin embargo, no se puede poner
a las cosas en sí, pueden ejercitar su perspicacia en la siguiente uno en el lugar del otro (es decir, en el hemisferio opuesto); y
paradoja, y cuando hayan buscado inútilmente su solución, aquí hay entonces una diferencia interna de ambos triángulos,
pueden sospechar, libres de prejuicios al menos por algunos diferencia que ningún entendimiento puede indicar como interna,
momentos, que la degradación del espacio y del tiempo a y que se manifiesta sólo por la relación externa en el espacio.
meras formas de nuestra intuición sensible puede tener, quizá, Pero quiero citar casos más corrientes, que se pueden tomar de
con todo, fundamento. la vida común.
Si dos cosas son completamente iguales en todas las partes ¿Hay algo que pueda ser más semejante a mi mano o a mi
oreja, y más igual a ellas en todas sus partes, que su imagen en (p. ej, espirales de sentido contrario) tampoco podemos
el espejo? Y sin embargo, la mano que se ve en el espejo no hacerla inteligible mediante concepto alguno, sino sólo
puedo ponerla en el lugar de su original; pues si ésta era una mediante la relación con la mano derecha y la izquierda, lo cual
mano derecha, la del espejo es izquierda, y la imagen de la oreja remite inmediatamente a la intuición.»
derecha es una oreja izquierda, que nunca puede ocupar el sitio (Immanuel KANT, Prolegómenos a toda metafísica futura
de la primera. Ahora bien, no hay aquí diferencias internas que que pueda presentarse como ciencia, § 13. —Ak IV, 285-286)
algún entendimiento cualquiera pudiera siquiera pensar; y sin Trad: Mario Caimi
embargo, las diferencias son internas, como lo enseñan los sentidos, Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
pues la mano izquierda, a pesar de toda la igualdad y semejanza 45
por ambas partes, no puede estar encerrada dentro de VIII
los mismos límites que la derecha (no pueden ser congruentes); EL INNATISMO DE LAS IDEAS
el guante de una mano no puede ser usado en la otra. ¿Cuál es, En el § 30 de la Monadología Leibniz defiende la tesis del innatismo
entonces, la solución? Estos objetos no son representaciones de de las ideas.
las cosas tales como son en sí mismas y como el entendimiento Para entender la posición de Leibniz en el problema del origen
puro las conocería, sino que son intuiciones sensibles, esto es, del conocimiento, es menester tener presente la tesis
fenómenos, cuya posibilidad reposa en la relación de ciertas contraria, defendida por Locke en su Ensayo sobre el Entendimiento
cosas, en sí desconocidas, con otra cosa, a saber, con nuestra Humano (1690), y criticada minuciosamente por
sensibilidad. En ésta el espacio es la forma de la intuición externa, Leibniz en los Nuevos Ensayos sobre el Entendimiento
y la determinación interna de cada espacio sólo es posible Humano.
mediante la determinación de la relación externa con el espacio Como es sabido, en su Ensayo sobre el Entendimiento
todo, del cual (de la relación con el sentido externo) aquél es Humano Locke llama «idea»:
una parte; esto es, la parte sólo es posible mediante el todo, lo A) En un sentido muy amplio:
cual no ocurre nunca con las cosas en sí mismas, como objetos √ a «lo que es el objeto del entendimiento cuando el hombre
del mero entendimiento, pero sí con los meros fenómenos. Por piensa»,
eso, a la diferencia entre cosas semejantes e iguales, pero incongruentes √ a «todo lo que sea en que pueda ocuparse la mente al pensar
». El conocimiento que puede obtener el hombre depende, pues,
(Essay, Bk. I, chap I, § 8) esencialmente, respecto de sus «materiales», de que, mediante
B) Este uso tan general del vocablo congloba otros dos más los sentidos externos, le sean dados a la mente objetos sensibles
precisos. y de que, gracias a la introspección, acceda la mente a sus propias
a) De una parte, en efecto, por «idea» se entiende «representación operaciones. Locke lo dejó dicho paladinamente:
» o «percepción», o sea, aquello que está inmediatamente «Todos aquellos sublimes pensamientos que se elevan por encima
presente a la mente. de las nubes y que llegan tan alto como el mismo cielo, tienen
(Essay, Bk. II, chap. VIII, § 8 y Bk II, chap. I, § 9) su arranque y su base en esto: en toda esa gran extensión
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz por la que vaga la mente, en esas remotas especulaciones con
46 las que puede parecer que se eleva, no se mueve ni una pizca
b) De otra parte, «idea» significa también «concepto», más allá de esas ideas que la sensación y la reflexión le han
esto es, representación abstracta y universal. ofrecido para su contemplación»(Essay, Bk. II, chap. I, § 24).
(Essay, Bk. II, chap. XI, § 9 ). La negación de las ideas innatas —que se lleva a cabo en el libro
La teoría que defiende Locke respecto del origen de las ideas primero del Ensayo— la inscribe Locke en un proyecto polémico
suele ponerse bajo la rúbrica de empirismo. Se puede cifrar en más amplio: el de combatir la «opinión establecida entre
dos tesis principales, una negativa y otra positiva. algunos hombres» según la cual en la mente hay inscritos ciertos
La tesis negativa dice: no hay ideas innatas. Al comenzar su principios innatos tanto especulativos como prácticos. Frente a
actividad, la mente es un «papel en blanco» (white paper, tabula Descartes y, sin duda más específicamente, frente a muchos escritores
rasa, en la célebre expresión latina), «limpio de toda inscripción, ingleses del siglo XVII, Locke afirma, en efecto, que,
sin ninguna idea». puesto que las ideas que hay en la mente no son innatas, tampoco
La tesis positiva reza: las ideas que en el transcurso de su hay en absoluto verdades innatas.
actividad llega a poseer la mente tienen exclusivamente su origen Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
y fundamento en la experiencia, la cual es de dos clases: 47
sensación o «experiencia externa» y reflexión o «experiencia interna Dos son los argumentos principales que aduce el filósofo contra
» (Essay, Bk. II, chap. I, § 2). el innatismo de las ideas, según se trate, respectivamente,
de un innatismo actual o de un innatismo virtual. b) bien por varios sentidos,
1) Al innatismo actual de las ideas, según el cual hay ciertas c) bien por la reflexión,
nociones «impresas en la mente del hombre, que el alma recibe d) bien por la combinación de la sensación y la reflexión;
en su primer ser y trae al mundo con ella», opone Locke el que B) o son complejas, esto es, compuestas por la mente a partir
no todos los hombres tienen tales ideas: no las tienen los niños de las ideas simples; y ello
ni ciertos adultos, como los idiotas o los locos. Así, si bien la universalidad a) bien combinando en una idea compuesta varias ideas
de la posesión de ciertas ideas no puede ser, en rigor simples (ideas complejas);
lógico, una prueba a favor del carácter innato de tales ideas, la b) bien relacionando dos ideas, sean simples o compuestas
negación, por el hecho mismo, de semejante acuerdo general (ideas de relaciones);
sobre las ideas refuta la referida tesis sobre su origen (Essay, Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
Bk. I, chap. II, §§ 1-5). 48
2) Contra el innatismo virtual de las ideas, que defiende que c) bien abstrayendo una idea de las que le acompañan
todos los hombres tienen ciertas ideas que sólo descubren en su existencia real (ideas generales).
«cuando llegan al uso de la razón», presenta el pensador británico (Essay, Bk. II, chap. III, § 1 y Bk. II, chap. XII, § 1).
este argumento: decir que una idea está en el entendimiento Frente a la posición de Locke, Leibniz sostiene una postura innatista:
y no es todavía entendida es «casi contradictorio»: «es hay ideas y principios innatos.
tanto como decir que una cosa es y no es en la mente o en el A) Formulación del innatismo:
entendimiento» (Essay, Bk. I, chap. II, §§ 5-6 y § 9). • «El alma entraña al ser, la sustancia, lo uno, lo mismo, la
Como prueba de su tesis positiva sobre el surgimiento de las causa, la percepción, el razonamiento, y otras muchas nociones
ideas en la mente, ofrece Locke prolijos análisis del origen psicológico que los sentidos no pueden proporcionar»
de nuestras ideas, que le ocupan todo el libro segundo (Nuevos Ensayos, Lib. II, cap. I, § 2)
del Ensayo. La finalidad de estas investigaciones es mostrar que • A la tesis empirista:
las ideas: Nihil est in intellectu quod non prius fuerit in sensu
A) o son simples, esto es, dadas a la mente, y ello Leibniz añade este complemento:
a) bien por un solo sentido, excipe: nisi ipse intellectu
(Nuevos Ensayos, Lib. II, cap. I, § 2) 1. Se trata de un innatismo virtual.— Las verdades eternas
• Con esta postura está de acuerdo Platón, e incluso la Escuela, nos son innatas como inclinaciones, disposiciones, hábitos o virtualidades
así como varios filósofos modernos y los matemáticos. naturales.— Estas verdades no se pueden leer en el
B) Argumentos a favor del innatismo: alma a libro abierto: han de ser descubietas con esfuerzo.—
1. Primer argumento negativo, basado en la imposibilidad del Imagen de la figura de Hércules en un mármol. (Cf. Nuevos Ensayos,
empirismo.— La idea de tabula rasa es una ficción, que se basa Pref.)
en una noción incompleta (abstracta, no real). ¿Qué quiere decir 2. En el caso de las verdades eternas, la experiencia es necesaria
que el alma, al nacer, sólo posee puras facultades, sin ningún como condición del conocimiento, no como causa u origen
tipo de acto? Es imposible que una facultad puede reducirse a la lógico suyo. (Cf. Nuevos Ensayos, Pref.).
pura potencia y no ejercer acto alguno.(Nuevos Ensayos, Lib. II, Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
cap. I, § 2) 50
2. Segundo argumento negativo, basado en la insuficiencia IX
del empirismo.— El mismo Locke no puede por menos de buscar LOS DOS GRANDES PRINCIPIOS: MONADOLOGÍA
la fuente de buena parte de las ideas en la reflexión del espíritu §§ 31-32
sibre su propia naturaleza. (Cf. Nuevos Ensayos, Pref. y Lib. II, «Nuestros razonamientos se fundan en dos grandes
cap. I, § 2) principios: el de contradicción, en virtud del cual juzgamos
3. Argumento positivo, fundado en la existencia de las verdades falso lo que encierra contradicción, y verdadero
eternas.— Hay verdades que se presentan con los rasgos de lo opuesto o contradictorio a lo falso.
necesidad y universalidad. Pero tales rasgos no los puede enseRogelio »Y el de razón suficiente, en virtud del cual consideramos
Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz que ningún hecho puede ser verdadero o existente
49 y ninguna Enunciación verdadera, sin que de ello
ñar la experiencia, que sólo enseña lo contingente y particular. haya una eazón bastante para que así sea y no de otro
Luego estas verdades tienen que nacer de nosotros mismos. (Cf. modo. Aunque las más veces esas razones no puedan
Nuevos Ensayos, Pref.) ser conocidas por nosotros».
C) Sobre la índole del innatismo: (Monadología §§ 31-32, GERHARDT PHIL. SCH. VI, 612)
EL PRINCIPIO DE IDENTIDAD O DE CONTRADICCIÓN: • El terreno de las verdades de razón (o de razonamiento)
FORMULACIONES Y ÁMBITOS DE APLICACIÓN (Cf. Monadología, § 33, GERHARDT PHIL. SCH.VI, 612)
I. El principio de contradicción como principio del ser c) según la modalidad de los estados de cosas
• «Todo lo que es, es, y es imposible que una cosa sea • El dominio de la necesidad absoluta (o lógica o metafísica
y no sea al mismo tiempo» o geométrica)
(Nuevos Ensayos sobre el Entendimiento Humano, (Cf. Teodicea, Pref. GERHARDT PHIL. SCH.VI, 37 y Quinta
Lib. I, cap. I, § 4. GERHARDT PHIL. SCH. V, 68) Carta a Clarke, 10, GERHARDT PHIL. SCH. VII, 391)
• «Nihil potest simul esse et non esse, sed quodlibet est d) según las distintas ciencias
vel non est» • El campo de la Matemática (Aritmética y Geometría)
(Introductio ad Encyclopediam arcanam, COUTURAT, (cf. Segunda Carta a Clarke, 1, GERHARDT PHIL. SCH. VII,
515). 355)
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
51 52
II. El principio de contradicción como principio del conocer EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE: FORMULACIONES Y
A) Formulación: ÁMBITOS DE APLICACIÓN
• «Un enunciado no puede ser al mismo tiempo verdadero (El principio de la contingencia o de la existencia de las cosas.—
y falso, esto es, A es A y no puede ser no A» Principium rationis sufficientis.— Principium reddendae
(Segunda Carta a Clarke, 1, GERHARDT PHIL. SCH. VII, rationis.— «Le grand principe du pourquoi», Carta a Harsoecker,
355) 7.12.1711, GERHARDT PHIL. SCH.III, 529)
B) Ámbito de aplicación o de validez I. El principio de razón suficiente como principio del ser
a) según el contenido judicativo: A) Formulaciones generales (RATIO ESSENDI)
• El ámbito de la esencia de las cosas • «Nihil est sine ratione»
(Cf. Quinta Carta a Clarke, 10, GERHARDT PHIL. SCH. VII, (Introductio ad Encyclopediam arcanam, COUTURAT,
392) 515)
b) según el tipo de verdad del juicio: • «Nihil est sine ratione, seu quicquid est habet rationem
sufficientem» • «Ningún enunciado es verdadero sin una razón suficiente
(Demonstratio prop. Ak VI, , 483). »
• «Nihil est sine ratione intelligitur de causa efficiente, • «Omnis veritatis reddi ratio potest»
materiali, formali, finali» (Specimen inventorum, Vor 3, 482).
(Conversatio Stenonio, Nov. 1677 GRUA, 269) B) Ámbito de aplicación o de validez
• «Omnium rationem reddi posse» a) según el contenido judicativo
B) Formulaciones restringidas • El ámbito de la existenciade las cosas
a) referidas al suceder (RATIO FIENDI) (Cf. Quinta Carta a Clarke, 10, GERHARDT PHIL. SCH. VII,
• «Nihil fit sine ratione» 392)
(Pacidius Philalethi, COUTURAT, 618) b) según el tipo de verdad del juicio
• «Rien n’arrive sans raison» • El terreno de las verdades de hecho (o contingentes)
(Carta a Arnauld del 14 de julio de 1686, GERHARDT PHIL. (Cf. Monadología, § 35, GERHARDT PHIL. SCH. VI, 612)
SCH. II, 56) c) según la modalidad de los estados de cosas
b) referidas al obrar (RATIO AGENDI) • El dominio de la necesidad hipotética (o física o moral)
• «Nullus est actus qui non habeat rationem cur sit potius (Cf. Teodicea, Disc. Prel., 2, GERHARDT PHIL. SCH. VI, 50)
quam non sit» d) según las distintas ciencias
(Cf. De libertate rationalis, GRUA, 381) • El campo de la Física, Teología Natural, Metafísica y
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz Moral
53 (cf. Segunda Carta a Clarke, 1, GERHARDT PHIL. SCH.VII, 355,
• «Siempre hay una razón que nos inclina a una decisión Principios de la Naturaleza y de la Gracia, § 7 GERHARDT PHIL. SCH.
» VI, 602 y Escrito sin título GERHARDT PHIL. SCH. V
(Teodicea, I, 35, GERHARDT PHIL. SCH. VI, 122-123) Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
II. El principio de razón suficiente como principio del conocer 54
(RATIO COGNOSCENDI) X
A) Formulaciones: LA TESIS DE LA ARMONÍA PREESTABLECIDA ENTRE EL
ALMA Y EL CUERPO: MONADOLOGÍA §§ 78-79 cierta persona de grande elevación de espíritu y de muy celebrada
«Obligado, pues, a aceptar que no es posible que el alma ni santidad—, habrá un acuerdo perfecto entre todas esas
ninguna otra substancia verdadera pueda recibir algo de fuera, a substancias, que produce los mismos efectos que se advertirían
no ser mediante la divina omnipotencia, fuí poco a poco inclinándome Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
a una opinión que me sorprendió, pero que parece inevitable, 55
y que en realidad tiene muchas ventajas y muy considerables si comunicasen unas con otras por transmisión de las especies o
bellezas. Y es que deberá decirse que Dios ha creado originariamente cualidades, que el vulgo de los filósofos imagina. Además, la
el alma o cualquier otra unidad real, de tal suerte, masa organizada, en donde está el punto de vista del alma,
que todo nazca en ella de su propio fondo, por perfecta espontaneidad, queda expresada más de cerca y se halla recíprocamente dispuesta
y, sin embargo, con perfecta conformidad a las cosas de a obrar por sí misma, según las leyes de la máquina
fuera. Y que así, no siendo nuestros sentimientos interiores —es corporal, en el momento en que el alma quiere, sin que uno
decir, los que están en el alma misma, y no en el cerebro ni en perturbe las leyes de la otra, y los espíritus y la sangre tienen
las partes sutiles del cuerpo— sino fenómenos consecutivos entonces justamente los movimientos necesarios para responder
sobre los seres exteriores, o bien apariencias verdaderas y como a las pasiones y percepciones del alma; esta mutua relación, de
sueños bien arreglados, precisa que esas percepciones internas antemano dispuesta en toda substancia del universo, es la que
en el alma misma le vengan por su propia original constitución; produce lo que llamamos comunicación de las substancias, y
es decir, por la naturaleza representativa —capaz de expresar los constituye únicamente la unión del alma con el cuerpo. Y puede
seres de fuera, con relación a sus órganos— que le ha sido conferida entenderse por esto cómo el alma tiene su asiento en el cuerpo,
desde la creación y constituye su carácter individual. Y por por presencia inmediata, que no puede ser mayor, puesto que
eso sucede que, representando cada una de esas substancias está en él como la unidad está en el resultado de las unidades,
exactamente el universo entero, a su manera y según cierto que es la muchedumbre.»
punto de vista, y llegando al alma las percepciones de las cosas (G. W. LEIBNIZ, Nuevo Sistema de la Naturaleza
exteriores, en el momento preciso, por virtud de las propias y de la Comunicación de las Substancias, como asimismo
leyes del alma, como aparte del mundo y como si nada existiera de la Unión que Existe entre el Alma y el Cuerpo (1695), 14)
sino Dios y ella —para servirme del modo de expresarse que usa Trad: Manuel Gª. Morente
«Imagínense dos relojes que marchen perfectamente acordes. de una a otra de las dos substancias, es fuerza abandonar esta opinión. La
vía de asistencia es la del sistema de las causas ocasionales; pero sostengo
Esto puede conseguirse de tres maneras. La primera consiste en
que es acudir a un Deus ex machina en cosa natural y ordinaria, en la cual,
la influencia mutua de un reloj sobre otro; la segunda, en el cuidado según la razón, no debe Dios intervenir sino de la misma manera como
concurre a las demás cosas de la naturaleza. Sólo resta, pues, mi hipótesis,
de un hombre que atienda de continuo a ambos relojes; la
es decir, la vía de la armonía preestablecida por artificio divino previsor, el
tercera, en la exactitud con que los dos marchan. La primera cual desde un principio ha formado cada una de ambas substancias de
manera tan perfecta y tan bien dispuesta, con exactitud, que, sin seguir
manera, la de la influencia, ha sido experimentada por el difunto
otras leyes que las que ha recibido con el ser, concuerda siempre
Huygens, con grandísima extrañeza por su parte. Tenía dos
con la otra, como si hubiera influjo mutuo, o como si Dios pusiera
grandes relojes de péndulo, colgados de una misma viga de madera;
de continuo su mano, además de su concurso general.»
los continuos movimientos de esos péndulos habían comunicado
(G. W. LEIBNIZ, Otra Aclaración de la Hipótesis
iguales vibraciones a las partículas de la madera; pero
de la Armonía Preestablecida —1696—)
esas vibraciones no podían subsistir en su orden sin entrechocar
Trad: Manuel Gª. Morente
una con otras, a menos que los péndulos no marchasen de
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
acuerdo; sucedía, pues, por una aparente maravilla, que si se
57
desacordaban expresamente los movimientos de ambos péndulos,
XI
pronto volvían a convenir, como las dos cuerdas que están al
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA SOBRE LA MONADOLOGÍA
unísono.
Edición crítica:
La segunda manera de conseguir que dos relojes marchen
G. W. Leibniz, Principes de la nature et de la grace fondés en
siempre de acuerdo, aunque sean malos, podrá ser la de encargar
raison. Principes de la philosophie ou Monadologie. Publiés
a un hábil obrero que cuide de los dos a cada momento y los
intégralement d’après les manuscrits de Hanovre, Vienne et
ponga de acuerdo sin cesar; a esto llamo yo la vía de la asistencia.
Paris et présentés d’après des Lettres inédites par André Robinet.
(Pag. 56) Por último, la tercera manera será hacer desde luego los dos
relojes con tanto arte y exactitud, que podamos estar seguros de que han de Paris, Presses Universitaires de France, 1954.
marchar acordes en adelante; y esta es la vía del consentimiento
Algunas ediciones comentadas o anotadas:
preestablecido. Póngase ahora el alma y el cuerpo en el lugar de los dos
relojes. Su acuerdo o simpatía sucederá por una de esas tres maneras. La Leibniz, The Monadology and other philosophical Writings.
vía de influencia es la de la filosofía vulgar; mas no pudiendo concebirse
Translated with introduction and notes by Robert Latta. Oxford,
partículas materiales ni especies o cualidades inmateriales que puedan pasar
Oxford University Press, 1898. Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense
Leibnitz, La Monadologie. Publiée d’apres les manuscrits et accompagnée («excerpta philosophica» 10), 1994
d’éclaircissements par Émile Boutroux. Paris, G. W. Leibniz, «Monadología». Traducción y notas de María Jesús
Librairie Delagrave, 1938. Soto Bruna, en G. W. Leibniz, Obras filosóficas y científicas,
G. W. Leibniz, Vernunftprinzipien der Natur und der Gnade. vol. 2: Metafísica. Editor: Ángel Luis González, Granada,
Monadologie. Französisch-Deutsch. Auf Grund der kritischen Editorial Comares, 2010, pp. 326-342.
Ausgabe von André Robinet und der Übersetzung von Arthur Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz
Buchenau mit Einführung und Anmerkungen hrsg. von Herbert 59
Herring. Hamburg, Felix Meiner (Philosophische Bibliothek, XII
Band 253), 1982, 2. verb. Aufl. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
G. W. Leibniz’s Monadology. An Edition for Students by Nicholas GONZÁLEZ, Ángel Luis (ed.), La metafísica modal de Leibniz.
Rescher. London, Routledge, 1991. Número monográfico de Anuario Filosófico, XXXVIII/1 (2005),
G. W. Leibniz, Lehrsätze der Philosophie —Monadologie—. Letzte ORTEGA Y GASSET, José, «Del optimismo en Leibniz», en J. O. y
Wahrheiten über Gott, die Welt, die Natur der Seele, den G., Obras Completas, Madrid, Revista de Occidente, 1962,
Rogelio Rovira Estudio de la Monadología de Leibniz VIII, 325-351.
58 ROVIRA, Rogelio, «Leibniz’s Twofold Distinction Between
Menschen und die Dinge. .Französisch-Deutsch Textausgabe. Concrete and Abstract and Aristotle’s Fourfold Division of
Unter Benutzung älterer Übersetzungen und Kommentare aus Entities», en Studia Leibnitiana, XXXI/1 (2000), 68-85.
dem Französischen neu übertragen, mit Vorrede und ―, «Monads Facing the Labyrinth of the Continuum», en The
Einleitung versehen, sowie erstmals fortlaufend erläutert von Modern Schoolman, LXXVII (2000), 273-291.
Joachim Christian Horn. Würzburg, Königshausen & Neumann, ―, «¿Qué es una mónada? Una lección sobre la ontología de
1997, 2. Aufl. Leibniz», en Anuario Filosófico, XXXVIII (2005), pp. 113-144.
Algunas traducciones al español: ―, Léxico fundamental de la metafísica de Leibniz. Madrid, Editorial
G. W. Leibniz, Monadología. Principios de la Naturaleza y de la Trotta, 2006.
Gracia. Traducción de Manuel García Morente. Madrid,

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