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EL SIGNO ARQUITECTONICO

Claves específicas de indicios que las utiliza el arquitecto con el fin de provocar
un acto de comunicación dicha señal se usa deliberadamente (emisor, forma
sensible y expresiva de la señal, significado e interprete).
José Luis Correa
López.
Connotación......
Unidades signicas espaciales.
Estadía o tránsito.
Conglomerado o dispersión.
Privacidad o publicidad espacio.
Grandeza o pequeñez.
Signos.
Unidades signicas estético- formales.
Forma, configuración, proporción, ritmo, color y textura; dichos elementos son
fundamentales para la aceptación o rechazo del usuario.
Intensiones.

CLASIFICACIÓN.
Indicios.
El signo arquitectónico.
Realidad percibida directamente, por medio de la cual es posible comprender algo
más de otras realidades (hechos perceptibles y hechos indirectamente
perceptibles)
Manera en como el arquitecto inconsciente o conscientemente le deja a la
sociedad por su obra arquitectónica una expresión a la sociedad.

DENOTACIÓN.......
Unidades signicas tectónicas.
Elementos mínimos con significado y cierta
independencia como muros, cubiertas y estos no tienen significado hasta que son
inscritos en un edificio.
Dependerá del factor interno del individuo; cada quien es capaz de interpretar un
signo, de acuerdo a lo que es, aunque también dependerán de factores externos
como historia o política.
Elementos sustantivos; elementos con existencia
real, material, independiente e individual; expresa
función primordial.
Los elementos funcionales son siempre signos denotativos donde el usuario se da
cuenta para lo que está hecha dicha obra y comprenda su uso o función. (No
siempre se tiene contemplado un cambio de función el cual cambia significado.)
Cuando son intencionales pueden ser funcionales, geométricos, formales, técnicos
o pueden ser hasta símbolos universales.
Señales.
La sustancia del significante arquitectónico
es dual: espacial y material.
Denotación y connotación.
Forma sustancia.

EL DISEÑO ARQUITECTONICO COMO SISTEMA


DE SIGNOS ICONICOS.
Una visión de la naturaleza lingüística de las formas arquitectónicas puede
explicarse debido al cambio de significados que ocurre en los edificios y sus partes
constituyentes a través del tiempo (Eco, 1986: 271-273). Un ejemplo de ello es el
Partenón, cuyo origen fue un lugar para el culto y hoy es un símbolo de la cultura
griega. Es evidente que los monumentos históricos permanecen en el tiempo, pero
no se puede asegurar que su significación se conserve, por lo que estilos y formas
arquitectónicas pueden desaparecer. Un mensaje decodificado con facilidad por un
observador del siglo XVIII posiblemente sea inaccesible a un observador
contemporáneo. En este sentido, Magariños en La Semiótica de los bordes escribe:

[…] lo que implica entender el significado como un efecto históricamente situado y


no como una sustancia esencial y universal. Según esto, la primera tarea de la
Semiótica, desde el punto de vista lógico, consiste en explicar, no ya el significado
de los fenómenos sociales, sino, antes que nada, el proceso de producción,
interpretación y transformación de tal o de tales significados. […] Porque el
significado […] es un estado de tránsito, que se hizo posible por haber existido un
antes, desde el cual el significado que en él tenía ese fenómeno, contenía también,
en sus bordes, la posibilidad de que se formulara el que tiene ahora (Magariños,
2007: 99-100).

Basándonos en la metodología descrita en Amirmasoud (2015: 2460-2462), para la


lectura de un texto arquitectónico utilizaremos un conjunto de descriptores
relevantes que definen determinadas capas o modelos de significación: histórico,
estético, simbólico, funcional, económico, etc., que debidamente interrelacionados
forman un texto arquitectónico. La lectura de este texto tiene como objetivo
reproducir un objeto arquitectónico en función de aquellas interrelaciones y la propia
interpretación del receptor del objeto. En este artículo, el sistema semiótico
generado del caso de estudio propuesto (texto arquitectónico), se ha desarrollado a
partir de las siguientes consideraciones:
 Un sistema de capas y subcapas transmite un mensaje o un conjunto de
mensajes que a su vez se transfieren al destinatario. Los diferentes códigos
contenidos en el texto se transfieren a través de su significación y relaciones
intertextuales. El destinatario intentará decodificar y transmitir el significado del
texto, sus diferentes modelos de significación, sus relaciones y su propio punto
de vista. ·
 Para comprender, interpretar los diferentes mensajes, el destinatario debe
utilizar una disciplina coherente que reconozca los elementos del texto e
interprete el significado. Esta disciplina es la Semiótica, o ciencia de los signos,
que analiza cualquier texto, como un “sistema de signos” mediante tres
funciones debidamente interrelacionadas: el significado de los signos
(semántica), la relación entre ellos (sintáctica), y la lectura que hace el
destinatario (pragmática) (Nöth, 1990: 49-51). Los signos no tienen significados
de forma aislada, sino que obtienen su significado cuando se insertan en un texto
asociado a textos anteriores y funcionan como introducción a otros textos. A la
relación entre las tres funciones, Eco le llama sistema de proceso. ·
 Finalmente, la Tabla 1 resume la interpretación del sistema semiótico generado
con la ayuda de conceptos y herramientas semióticas. Éstas han sido utilizadas
en el análisis semiótico del Yuan ying Guan para facilitar la lectura de su lenguaje
arquitectónico. Entre ellas citaremos: los Modos de signos, Código, Denotación,
Connotación, Paradigma, Sintagma, Metáfora, Metonimia y Articulación.
En consecuencia, la arquitectura puede ser concebida como un texto espacial con
múltiples connotaciones dentro de sus propios códigos. Si nos apoyamos en la frase
de Charles S. Peirce, “we think only in signs” (Peirce, 1931-1958: 2.302),
deduciremos que la Semiótica, puede dar respuestas a la lectura de una
arquitectura de signos. Si, además, los fenómenos culturales son sistemas de
signos, entonces:
[…] la cultura esencialmente es un proceso de comunicación, y uno de los sectores
en el que la Semiótica encuentra mayores dificultades, por la índole de la realidad
que pretende captar, es el de la arquitectura. [….] El examen fenomenológico de
nuestras relaciones con el objeto arquitectónico ya nos indica que por lo general
disfrutamos de la arquitectura como acto de comunicación, sin excluir su
funcionalidad

ICONOLOGIA E ICONOGRAFIA EN LA
ARQUITECTURA
La iconografía (palabra compuesta de icono y grafe -descripción-) es la descripción
de las temáticas de las imágenes y también el tratado o colección de éstas. El
término está vinculado a la colección de imágenes (en especial aquellas que son
antiguas) y al tratado descriptivo sobre éstas. Los matices de su diferencia
conceptual con la iconología son a veces poco precisos.
La noción de iconografía está relacionada con el concepto de iconología, que es la
rama de la semiología y la simbología dedicada al análisis de las denominaciones
visuales del arte. La iconología estudia cómo se representan valores y virtudes a
través de figuras de personas. La diferencia entre ambos términos es sutil: mientras
que la iconografía se centra en la descripción de las imágenes, la iconología realiza
un estudio más amplio con clasificaciones y comparaciones. La iconografía no es
una interpretación, sino una clasificación mediante el establecimiento de un nexo
entre un nombre, un concepto o un texto con figuras, alegorías, representaciones
narrativas o ciclos, y es posible sólo cuando las obras poseen una base lingüística.
MÉTODO ICONOLÓGICO:

En la obra de arte la forma no se puede separar de su contenido, teniendo un sentido


que va más allá y que comporta valores simbólicos. No sólo hay que estudiar la obra
de arte como algo estético sino como un hecho histórico
Según Panofsky el estudio de una obra seguiría tres pasos:
1. Análisis pre iconográfico: Se analiza la obra dentro del campo estilístico
ubicándola en el periodo artístico que los tratamientos de sus formas indiquen.
2. Análisis iconográfico: Analiza los elementos que acompañan a la obra, sus
diferentes atributos o características, siguiendo los preceptos que este método
impone.
3. Análisis iconológico: Analiza la obra en su contexto cultural intentando
comprender su significado en el tiempo en que se ejecutó.
Análisis pre-iconográfico:
Podemos observar la representación de dos mujeres. Una sentada y la otra de pie.
Entre ambas se encuentra un perro que mira a la segunda. La que está sentada
está observando con atención un papel que sujeta con su mano derecha; con la otra
sostiene una lupa. El asiento sobre el cual está, se encuentra encima de una tarima
de madera. La otra mujer sujeta con su brazo izquierdo un cubo de metal. Con la
mano derecha descorre una cortina que oculta un cuadro sobre el mar agitado.
Ambas mujeres están en el interior de una habitación que tiene una ventana (a la
izquierda) por la cual entra luz. También observamos muebles y accesorios
repartidos entre estas dos paredes y un espejo colgado en la pared frontal.
Análisis iconográfico:
(iconografía se centra en la descripción de las imágenes) En esta obra, Metsu
presenta el agradable tema de la joven dama que lee un mensaje sentada junto a
una ventana, mientras la sirvienta espera y mira la marina que cuelga de la pared,
descorriendo la cortinilla. La criada no parece muy interesada por el cuadro. Su
movimiento es indiferente. La vestimenta de ambas mujeres, además de sus
tocados en la cabeza, nos hace vislumbrar la época a la que pertenecen –
probablemente el norte de Europa en el siglo XVII-. Podemos sospechar que la
dama acaba de recibir una carta, que le ha sido entregada por su sirvienta, la cual
todavía sujeta el sobre en el que venía introducida. Sin duda, este cuadro representa
la segunda parte de una historia de amor.
Análisis iconológico:
La obra trata de la atención visual. Yuxtapone diferentes formas de hacer presentes
las cosas ausentes: la carta, un cuadro en la pared y un espejo. Metsu se las ingenia
para llamar la atención sobre el acto de mirar. La dama dedica a la carta la atención
que antes estaba prestando a la superficie de su bordado, ahora en su regazo; su
concentración queda subrayada por el zapato que ha dejado caer al suelo. Inclina
la carta hacia la luz de la ventana para verla mejor; la doncella levanta la cortinilla
para dar un vistazo al cuadro y a su vez es mirada por el perro
El espejo se repliega en sí mismo y no refleja más que el emplomado de la ventana
contigua. La condición fragmentaria de lo que se presenta a la vista –el cuadro
medio cubierto por la cortina, la carta vuelta hacia la luz, el espejo que refleja su
capacidad de reflejar- incrementa nuestra atención, pero en modo alguno parece
que ponga la vista en entredicho. La vista queda específicamente relacionada a
representaciones de lo que está fuera de ese interior. Se relaciona con el mundo de
donde la carta procede. De hecho, el sobre está todavía en la mano de la sirvienta
que la ha traído. Pero Metsu se concentra decididamente en las superficies
presentes. La carta es una superficie observada y deja a la mujer inalterada.
LA INTERPRETACION DE LA ARQUITECTURA
La interpretación política.
Estrecha dependencia de la arquitectura a los acontecimientos políticos. Es decir,
que el periodo del cierto estilo arquitectónico (griego, barroco, gótico, etc.) siempre
se señala con algún acontecimiento político de gran relevancia; la arquitectura no
marca " por si sola " ese periodo. La interpretación política atiende a las causas de
las corrientes arquitectónicas o bien al simbolismo de los estilos.
La interpretación filosófico – religiosa.
La arquitectura es el aspecto visual de la historia”. Siempre un periodo político
marca el inicio o el fin de algún periodo arquitectónico. La interpretación filosófico -
religiosa puede escindirse en fenómenos históricos que involucran la cultura
arquitectónica, y el simbolismo.
La interpretación científica.
El positivismo subraya el paralelismo existente ente las concepciones matemáticas
y geométricas, y el pensamiento arquitectónico. En la arquitectura encontramos
desde planos de simetría y acentuaciones sobre el eje central, la perspectiva, la
cuarta dimensión, que nos han ayudado a expresar mejor la arquitectura. Pero esto
no hubiera sido posibles sin los conocimientos matemáticos como el cálculo integral,
y los científicos, y esto llevarnos a la geometría descriptiva.

La interpretación científica.
El positivismo subraya el paralelismo existente ente las concepciones matemáticas
y geométricas, y el pensamiento arquitectónico. En la arquitectura encontramos
desde planos de simetría y acentuaciones sobre el eje central, la perspectiva, la
cuarta dimensión, que nos han ayudado a expresar mejor la arquitectura. Pero esto
no hubiera sido posibles sin los conocimientos matemáticos como el cálculo integral,
y los científicos, y esto llevarnos a la geometría descriptiva. La interpretación
económico - social La arquitectura es la autobiografía del sistema económico y de
las instituciones sociales”. Es decir, la arquitectura refleja por completo la situación
económica y social del país en ese periodo. Nos muestra la situación del pueblo y
sus gobernantes, de los avances científicos y económicos. También tiene sus
aplicaciones simbolistas. Aquellos rascacielos de NY no son más que un símbolo
de poder, de superioridad sobre los edificios circundantes.
Interpretaciones materialistas.
Una de las interpretaciones positivistas secundarias sostiene que, la morfología
arquitectónica es explicada por medio de condiciones geográficas y geológicas de
los lugares donde se yerguen los monumentos. Todo edificio debe responder a su
objeto.
La interpretación técnica.
Prevalece en alto grado entre todas las interpretaciones positivistas. La
interpretación funcionalista es fruto de una inhibición mental que bandera del no -
arte tradicionalista, y en la apología del mundo industrial moderno y de los fines
inmanentes y sociales de la arquitectura.
Las interpretaciones fisio-psicológicas.
Son vagas evocaciones literarias de " estados de ánimo " producidos por los "
estilos arquitectónicos”. Egipto = edad del temor, Grecia = edad de la gracia, roma
= edad de las fuerzas de la pomposidad, Paleocristiano = edad de la piedra y del
amor, Gótico = edad de la aspiración, Renacimiento = edad de la elegancia, Los
Revival = edad de la memoria. Einfuehlung asegura que la emoción artística
consiste en el ensimismamiento del espectador en las formas y que la arquitectura
trascribe los estados de ánimo en las formas del construir, humanizándolas y
animándolas. Por esta razón, al observar una obra arquitectónica, vibramos con
ellas mismas en simpatía simbólica; ya que suscitan reacciones en nuestro cuerpo
y en nuestro ánimo.

La simpatía simbolista ha intentado reducir el arte a una ciencia, es decir un edificio


no sería más que una máquina para producir ciertas reacciones humanas
predeterminadas. La casuística de los elementos geométricos menciona que:

La línea horizontal. La seguimos por instinto mimético. Expresa el sentido de lo


inminente, lo racional, lo intelectual. Pero su trayectoria siempre encuentra algún
obstáculo que subraya su límite.

La línea vertical. Es símbolo del infinito, del éxtasis, de la emoción. Se rompe en el


cielo, se desvanece en él; nunca encuentra obstáculos ni límites y es símbolo de lo
sublime.

La línea recta y la línea curva. Las líneas rectas significan decisión, rigidez, fuerza.
Las líneas curvas representan hesitación, flexibilidad o valores decorativos.
La helicoidal.
Es símbolo del ascender, del desprendimiento, de la liberación de la materia
terrena.
El cubo.
Representa la integridad por medio de sus dimensiones iguales, y eso da un sentido
de la certeza definitiva y segura.
El círculo.
Tiene un sentido de equilibrio, de dominio, de control sobre todos los elementos de
la vida.
La esfera y Las cúpulas semiesféricas.
Ambas representan la perfección, la ley final, conclusiva.
La elipse.
Se desarrolla en torno a dos centros y hace al ojo móvil e inquieto.
La interpenetración de las formas geométricas.
Es símbolo de dinamismo y movimiento continuo.

La interpretación formalista Las estéticas tradicionales responden la composición


arquitectónica: La unidad.
El propósito de todo artista es expresar en su trabajo una sola idea.

La simetría. Es el equilibrio en los edificios formales, de carácter axial.


El equilibrio o "balance".
Es la simetría en la arquitectura formal, sin ejes. Para que exista balance respecto
a un plano colocado en la parte central de un edificio, es necesario que a uno y otro
lado haya masas de un mismo "peso".
El énfasis o la acentuación.
Siempre es necesario un centro de interés visual, un punto focal que atenace el ojo.
El contraste.
La unidad debe entenderse como síntesis de elementos contrarios, no como
igualdad cadavérica. Para que un edificio sea "vivo", es necesario que su vitalidad
se exprese por el contraste entre líneas verticales y horizontales, entre "vacíos" y
"llenos", entre formas cortantes y formas imprecisas, entre volúmenes, entre masas.
La proporción.
Relaciones de las partes entre sí y con el conjunto del edificio. Es el medio con el
cual se subdivide un edificio a fin de alcanzar las cualidades de la unidad, del
"balance", del énfasis, del contraste, y aun de la armonía y del ritmo.
Las dimensiones del dibujo o fotografía deben de guardar relación con las
dimensiones reales del edificio.
La expresión o el carácter.
Existe una gran exigencia expresiva de la arquitectura. Un ser viviente tiene
expresión y fisionomía. El carácter se ve reflejado en la nobleza, la utilidad,
refinamiento, humor, urbanidad, vulgaridad, dignidad, ostentación y fuerza.
La verdad.
“es block de vivienda obrera", falsedad, insinceridad de un arquitecto, incapaz de
concebir un edificio sin ser en términos de exhibiciones áulicas. La verdad tiene que
ir controlada por la propiedad.
La propiedad.
La propiedad de un piso es poder caminar sobre él, y tiene más valor que la verdad
estructural.
La urbanidad.
Todos tienen un mensaje de importancia universal, original; quieren destacarse del
conjunto social, sobresalir. Pero esto no puede llamarse urbanidad. El ojo
experimentado descubre los verdaderos valores, aun cuando éstos no sean muy
llamativos: quien tiene prisa en hacerse notar, tiene generalmente poco que decir.
Es la lingüística del dibujo.
Quien tiene algo que decir, lo expresa sencillamente en el idioma habitual. No existe
inmutabilidad ni esteticidad.

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