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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Más aun cuando en los tiempos Antiguos los Masones estaban obligados en
todas partes a ser de la religión del país o de la nación, hoy día se tiene por más
conveniente obligarlos únicamente a la religión en que están acordes todos los
hombres y dejar a cada cual su opinión particular: esto es, han de ser hombres
buenos y leales, hombres de honor y honrados, sea cual fuere la secta o idea
religiosa en que por otra parte se diferencien.
El masón debe ser un súbdito pacifico del poder civil, donde quiera que viva
y trabaje, y jamás debe mezclarse en motines y conspiraciones contra la paz y
bienestar de la nación, ni contrariar a las autoridades superiores. Pues que la
guerra, el derramamiento de sangre y los trastornos han sido siempre perjudiciales
a la Masonería, y en cambio desde la antigüedad han estado dispuestos los reyes
y príncipes a proteger y a fomentar la Institución, por la lealtad de ideas y los
principios con que los miembros del gremio han refutado las calumnias de los
adversarios de una sociedad que siempre ha florecido en tiempos de paz.
Por lo tanto, si algún hermano fuese rebelde contra el estado, no debe ser
sostenido en su rebelión, aún cuando se le compadezca como a hombre
desgraciado. Más, si no fuese convicto de algún otro delito, aún cuando la leal
hermandad debe desaprobar y desaprueba su rebelión y no debe dar al gobierno
establecido pretexto ni motivo para celos políticos, no podrá lanzarlo de la Logia y
su relación con ella quedará invulnerable.
forma debida y todo hermano está obligado a pertenecer a una de ellas y someterse
a sus Leyes especiales y a las ordenanzas generales.
Una Logia puede ser general o particular, y la mejor manera de formarse una
idea de ella, consiste en visitarla y en estudiar las prescripciones en la Logia general
o Gran Logia que más adelante se expresan.
Los que sean admitidos como miembros de una Logia, tienen que ser
hombres buenos y leales, de nacimiento libre, de edad madura y juiciosos; ni de
costumbres inmorales o repugnantes, sino de buena reputación, no se admiten
mujeres.
Tan luego que haya cumplido el número de años que prescriben las
costumbres del país y que descienda de padres honorables; para que, si tiene
además las cualidades requeridas, pueda adquirir la honra, según sus méritos, de
llevar a ser sobrestante (Vigilante), en seguida Maestro de la Logia, Gran
Sobrestante (Gran Vigilante), y por último Gran Maestro de todas las Logias.
Todos los Masones deben trabajar honradamente los días de trabajo, para
poder vivir honradamente los días festivos y también han de cumplir con las horas
de trabajo fijadas por las Leyes del país o por la costumbre.
Tanto el Maestro como los Masones, que reciban paga cabal, deberán ser
fieles a su constructor y concluir honradamente la obra, ya sea contratado por un
tanto o a jornal; tampoco contratarán por un tanto la obra que deba hacerse a jornal.
Cuando un Compañero del gremio haya sido electo Inspector de la obra bajo
las órdenes del Maestro, deberá serle fiel tanto al Maestro como a los Compañeros,
tener una vigilancia solícita sobre la obra en ausencia del constructor y sus
hermanos deberán obedecerle.
VI. De la conducta.
Pues aún cuando todos los Masones, como hermanos, están en un nivel igual
entre sí, no puede la Masonería retirarle a nadie un honor que antes poseía;
al contrario aumenta el honor de aquel, principalmente, que ha merecido bien
de la hermandad, la que tiene que dar honra a quien honra merezca y debe
evitar malas costumbres.
En fin, tendréis que acatar todas estas prescripciones, así como las
que de otra manera se os darán a conocer.
XII. Todo Masón debe pertenecer a una Logia, asistir a sus trabajos y
compartir los cargos generales.
RESP.·. LOG.·. SIMB.·. “JACQUES DE MOLAY No.57”
XIII. Nadie puede ser hecho Masón por la autoridad de un hermano aislado,
sino por una logia.
XVII. Los Masones tienen el derecho de asistir a todas las logias (particulares
y generales y Grandes Logias), de separarse o ingresar como miembros, de
ser socorridos en la desgracia, de acusar, quejarse, apelar defender y de
representar.
XXI. Las Logias son iguales y soberanas; no pueden intervenir unas en los
asuntos de las otras, ni dar ascenso a sus miembros sin su beneplácito.
XXVIII. Sólo se aceptan nuevos miembros a las Logias por unanimidad de los
hermanos.