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DISCUSIÓN TABLA 3

Aunque la asociación con el sexo no fue significativa, se observó una mayor prevalencia de
manifestaciones depresivas en las mujeres (52.1%); este hecho está ampliamente
documentado por estudios nacionales e internacionales, incluso en algunos que usaron
instrumentos distintos. Así Aldana & Pedraza (1) en un estudio realizado en Colombia en el
año 2012, basándose en la encuesta nacional de demografía y salud (ENDS) del año 2010, con
una población de 19094 adultos mayores y una muestra probabilística, estratificada de 17447
encontraron una asociación significativa (OR: 1.74), del mismo modo Martina et al (2) en su
estudio que se basa en la ENDES 2014-2015, con una población de 11411 adultos mayores,
encontró un OR de 1.92. Estos hallazgos se pueden explicar por el menor soporte social, las
desventajas económicas, el menor nivel de educación, y la tendencia a la cronicidad en las
mujeres.

Otra de las variables socio demográficas con la que no se encontró asociación significativa fue
el grupo etario, sin embargo las prevalencias que se encuentran para cada grupo son altas
(62,5% en el grupo de 60-70 años, 45,2% en el de 71-80 y 48,9% en los mayores de 80); varios
estudios si encontraron una relación significativa, el estudio de Segura et al (2015) realizado en
Antioquía, Colombia en el año 2012, con una población de 4248 adultos mayores, encuentra
para esta variable un OR de 1.29 para el grupo de 90-99 años (3). Este y varios estudios
coinciden en afirmar que las manifestaciones depresivas aumentan con la edad por la mayor
dependencia, otras dolencias, y en que es más difícil diagnosticarlas por la mayor importancia
que se le da a las enfermedades que tienen un componente físico más que psíquico. Pero en
nuestra investigación se encontró una mayor prevalencia en el grupo más joven (60-70 años),
esto puede explicarse bien porque este grupo solo tiene 16 de los 103 adultos mayores o por
el mayor impacto que tienen en este grupo otros factores como la dependencia económica,
las enfermedades, etc .

En cuanto a la convivencia se encontró una relación significativa entre vivir solo y el riesgo de
presentar manifestaciones depresivas; esto concuerda con el estudio de Velásquez (2011),
estudio realizado en la ciudad de La Paz, en el cual se encontró que la compañía se
comportaba como un factor protector para evitar la depresión; ya que según su estado civil, 15
(30.6%) de los adultos mayores estaban casados, 15 (30.6%) estaban solteros, 13 (26.5%)
estaban viudos y solo 6 (12.2%) estaban en unión libre (4).

En el estudio de Estrada, Cardona, Segura, Ordóñez, Osorio, & Chavarriaga (2013), hecho en
Centros de Bienestar del Anciano de la ciudad de Medellín, Colombia; se halló que los adultos
que manifestaron la soledad como motivo para la institucionalización (hospitalización),
mostraron una prevalencia de síntomas depresivos similar a los que no se sentían solos (p =
0.9821). Asimismo, los problemas de salud y económicos no se hallaron asociados con
síntomas de depresión (p > 0.05). Los adultos que manifestaron haber sido maltratados por
familiares, mostraron mayor sintomatología depresiva (p = 0.0153) (5). Lo anterior nos
muestra que los adultos mayores que poseen escasa red de apoyo familiar y social, así como
poco interés en la realización de actividades que involucren estrategias de socialización
tienden a presentar más síntomas depresivos que quienes cuentan con una adecuada red de
apoyo, como lo reportado en el estudio de Aranda, Pando, Flores, García en el 2001 (6). Esto
podría deberse a que al perderse capacidades integrativas y mentales se reduce la posibilidad
de responder eficazmente ante el medio y su relación con los demás, perpetuándose así el
autoaislamiento, la sensación de soledad y la baja autoestima.

En el estudio de Marquez (2001), realizado en el Instituto Mexicano del Seguro Social, se


encontró que presentaban un riesgo mayor de trastorno del estado de ánimo (depresión) las
familias disfuncionales (7,5 más veces que las funcionales) (7). Concuerda también con
Montenegro & Santisteban (8) quienes hallaron que el 55.6% de los adultos mayores viven
solos (as), hablan por teléfono regularmente con 1 a 2 personas y ven a sus amigos o vecinos 1
a 2 veces; en relación a la frecuencia con la que ven a su familia el adulto mayor responde en
un 50% estar contento y el otro 50% estar descontento.

Asimismo, el estudio de Segura et al (2015) mostró una relación significativa entre ser soltero
(OR: 1,314), viudo (OR: 1,569) o separado (OR: 1,224) y presentar manifestaciones depresivas
(3). Así también lo hizo el estudio realizado por Martina et al (2017), quien demuestra que,
según la ENDES (Perú), existe relación significativa entre no contar con pareja (OR: 1,322) y la
depresión (2).

Respecto a la procedencia un 59,2% de los adultos mayores evaluados provienen de


provincias, es decir fuera de la ciudad de Arequipa (en su mayoría Cuzco y Puno) y dentro de
esta población un 50,8% de las personas presenta sintomatología depresiva, explicable en el
cambio de estilo de vida que experimentan las personas al arribar a la ciudad siendo originario
de un ambiente rural. Cambio que los enfrenta a nuevas exigencias sociales y que sin apoyo
familiar agravan la sintomatología depresiva. En nuestro estudio este acápite no mostro una
relación significativa.

En cuanto a la instrucción el 51,4% de los adultos mayores evaluados presentan analfabetismo


y de estos un 56,6% se asociaba a sintomatología depresiva. Los resultados podrían explicarse
en que al iniciar la escolaridad los ahora adultos mayores, tenían como labor primera, la ayuda
a los padres en el trabajo relacionado al ámbito rural. Nuestro estudio al igual que el
presentado por Montenegro & Santisteban (8) tampoco hallo una relación significativa en este
acápite.

1. Aldana Olarte R, Pedraza Marin JA. Análisis de la Depresión en el Adulto Mayor en la


Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2010 Tesis para optar el grado de bachiller
en epidemiologia. Colombia:; 2012
2. Martina M, Ara MA, Gutiérrez C, Nolberto V, Piscoya J.Depresión y factores asociados
en la población peruana adulta mayor según la ENDES 2014-2015. An Fac med.
2017;78(4):393-7 DOI: http://dx.doi.org/10.15381/anales.v78i4.14259
3. Segura A, Cardona D, Segura A, Garzón M. Riesgo de depresión y factores asociados en
adultos mayores. Antioquia, Colombia. 2012. Rev Sal Pub 17 (2): 184-194, 2015 DOI:
10.15446/rsap.v17n2.41295
4. Velásquez C. Prevalencia de demencia y factores asociados en adultos mayores de la
ciudad de la Paz, la Paz. Universidad Autónoma de Honduras. La Paz, 2011.
5. Estrada, A., Cardona, D., Segura, A. M., Ordóñez, J., Osorio, J. J. & Chavarriaga, L. M.
(2013). Síntomas depresivos en adultos mayores institucionalizados y factores
asociados. Universitas Psychologica, 12(1), 81-94.
6. Aranda C, Pando M, Flores ME, García T. Depresión y redes sociales de apoyo en el
adulto mayor institucionalizado de la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco. Rev
Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Barcelona. 2001; 28(2), 69-74.
7. Marquez E, Soriano S, Garcia A. Depresión en el adulto mayor: frecuencia y factores de
riesgo asociados. Aten Primaria. 2005; 36(6)
8. Montenegro Y, Santisteban J. Factores psicosociales asociados a la depresión en
adultos mayores del centro poblado los coronados Mochumí – Lambayeque - 2016.
Tesis presentada para optar el título profesional de enfermería. Universidad Señor de
Sipan. Lambayeque, 2016

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