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Gaby Contreras
SPAN 733
Dra. Whitenack
11/28/2017
Seducir, prometer, y engañar
Durante el siglo de Oro se escribieron varias obras literarias, como historias cortas y

novelas que destacaron aspectos de la honra de la mujer en la sociedad española. Donde

podemos notar que había hombres buenos y hombres desgraciados que hicieron perder la honra a

las mujeres valiéndose de su poder para deshonrarlas. Muchas de estas mujeres violadas tomaban

decisiones de convertirse en monjas o pedir justicia a sus familias. Sin embargo algunos casos se

hizo justicia a estos canallas haciéndoles pagar hasta con sus propias vidas los abusos cometidos

a su víctima quien para estos canallas eran como una prenda de vestir que el hombre la usaba

cuantas veces quería y la dejaba abandonada.

En esta época en España la mujer pura era una mujer virgen, en otras palabras era una

mujer honrada. La honra de una mujer era como una joya preciosa para la sociedad española.

Pero nada en esta vida quedaba impugné porque si algún canalla deshonraba a la mujer lo tenía

que pagar hasta con la muerte como dice el dicho el que la hace la paga.

Las obras de “Fuenteovejuna” escrita por Lope de Vega y la "El burlador de Sevilla"

por Tirso de Molina, ambas demuestran de cómo eran tratadas ciertas mujeres por los hombres

de esa época. De la misma manera que se reflejas los tipos y costumbre de la sociedad española.

En la obra de Fuenteovejuna” Laurencia, quien estaba lista para contraer matrimonio, pero para

que no se consumiera su matrimonio el comendador decide robársela a la fuerza y violarla

haciéndole perder su honra a esta mujer. La víctima tuvo que testificar todas las bajezas a la que

estuvo sometida para pedir al pueblo que hiciese algo en contra de esta canalla. Este pasaje
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demuestra como el hombre tiene no solo el poder para gobernar un pueblo; si no que también el

poder de abusar valiéndose de engaños para que sus víctimas caigan en sus manos. Además,

había otras mujeres que habían sido abusadas por este desgraciado. Todo estos abusos se

hicieron conocer al pueblo, Causando dolor en el pueblo, donde la gente sentía que eran

oprimidos, abusados, atados, burlados y que ellos no tenían el poder para poder cambiar la

situación. Pero cuando escucharon a Laurencia contar todo lo que le había hecho el comendador

en la misma noche de bodas, el pueblo despertó de este dolor y tomaron la decisión de tomar

justicia con sus propias manos. Podemos notar que el dolor causado a una mujer, despertó la ira

de un pueblo donde todos demuestran ser una unidad. A pesar que en el primer acto de la obra

triunfa el bien ahí es cuando Frondoso logra rescatar a Laurencia de las manos de este malvado

hombre y se enfrenta a él. Podemos ver como en realidad también el hombre protege a la mujer de

su abusador es como arrancarle a un perro hambriento su carne del hocico. Aunque de todas

formas este canalla la violó a esta mujer dejándola deshonrada.

En la otra de El burlador de Sevilla, tiene una similitud a la obra de Fuenteovejuna, donde

el seductor es don Juan, quien primero enamora a las mujeres, las seduce con engaños muchas

veces hasta prometerles matrimonio hasta lograr su propósito de llevárselas a la cama

convirtiéndolas en un objeto sexual. El primer caso corresponde a Isabela que se acuesta en la

oscuridad con Don Juan creyendo que era su amante el Duque Octavio. "Isabela: Duque Octavio,

por aquí podrás salir más seguro. Don Juan: Duquesa, de nuevo os juro de cumplir el dulce sí.

Isabela: ¿Mis glorias serán verdades, promesas y ofrecimientos, regalos y cumplimientos,

voluntades y amistades? Don Juan: Sí mi bien". (Molina, 30).

Otra de las víctimas fue Doña Ana quien deja entrar a su casa a Don Juan creyendo que

era su primo el Marqués de la Mota. “Doña Ana: ¡falso!, no eres el marqués, que me has
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engañado. Don Juan: Digo que lo soy. Doña Ana: ¡Fiero enemigo, mientes, mientes!". (Molina,

68). Don Juan Quien demuestra ser un vil cobarde dejando a sus víctimas a doña Ana y a su

padre muerto. Doña Ana quien representa la pureza fue burlada por don Juan, con engaños abuso

y la violó. Pero ahí no quedo todo al tal don Juan le cayó la justicia divina, haciéndole pagar todo

el dolor causado a esta mujer. Porque desde la tumba, el padre de doña hace justicia, y cobra

venganza sobre don Juan. En otras palabras se fue al infierno este malvado porque ni siquiera le

dio tiempo de arrepentirse ante Dios, por todo el dolor que causó. Como mencione al comienzo,

doña se fue a un convento para dedicarse a Dios, ya que su honra la perdió a causa de este

canalla. En el sepulcro del padre de doña se lee el siguiente lema "Aquí aguarda del Señor el más

leal caballero la venganza de su traidor". Al leerla Don Juan desafía altivo a Don Gonzalo quien

se le aparece y le invita a cenar a la capilla. Al encontrarse Don Gonzalo le pide la mano, pero

Don Juan en un acto de rebeldía lo abraza cayendo fulminado al piso. "Ésta es la justicia de

Dios" advierte Don Gonzalo "Quien tal hace tal pague".

La siguiente víctima la pescadora Tisbea quien antes creída y orgullosa por su belleza,

cae en manos de este canalla como al igual que Aminta Don Juan le promete matrimonio, estas

mujeres estaban ciegas de codicia y deslumbradas por el nombre y poder del falso

pretendiente. "Tisbea: reparo que fue castigo de amor el que he hallado en ti. Don Juan: Si vivo,

mi bien, en ti a cualquier cosa me obligo. Aunque yo sepa perder en tu servicio la vida, y la diera

por bien perdida, y te prometo de ser tu esposo. Tisbea: Soy desigual a tu ser. Don Juan: Amor es

rey que iguala con justa ley la seda con el sayal". (Molina, 62-63). Podemos ver la falsedad de

Don Juan y la facilidad para enredar a estas mujeres. Con su famoso lema ¡qué largo me lo fiais!

que significa que la muerte y el castigo de Dios están muy lejanos y que por el momento no le

preocupa la salvación de su alma. Él es optimista, no cree que sus actos salgan a la luz del día.
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"Don Juan: Ahora bien: dame esa mano, y esta voluntad confirma con ella. Aminta:

¿Qué no me engañas? Don Juan: Mío el engaño sería. Aminta: Pues jura que cumplirás la

palabra prometida. Don Juan: Juro a esta mano, señora, infierno de nieve fría, de cumplirte la

palabra". (Molina, 103). (Que mal conoces al burlador de Sevilla). Pero la labia que tenía este

canalla para engañar a estas pobres mujeres, la facilidad que tenía para enredarlas, no cabe duda

que estas mujeres eran demasiados sanas para poder caer en las manos de este desgraciado

seductor. Y con la frasecita tan sinvergüenza que usa en la obra Don Juan: ¡Que largo me lo

fiais! (Molina, 63). Pero el ingenio de estas mujeres son tan débiles que todavía le preguntan a su

abusador”.

Por lo contrario, Yo pienso que esta obra no son verisímiles, porque las mujeres de esa

época podían refugiarse en un convento para escapar de la esclavitud de sus familias, o por las

normas que la sociedad les impone. Muchas veces las mujeres pueden saber lo que va a pasarles

y ellas mismas se entregan a los hombres para poder salir talvez de la esclavitud que vive.

Isabela: Quiero sacar una luz. Don Juan: Pues ¿para qué? Isabela: Para que el alma dé fe del bien

que llego a gozar. Don Juan: Mataréte la luz yo. (Molina, 20). Hay mucho contraste en estas dos

obras. "Aminta: Jura a Dios que te maldiga si no la cumples. Don Juan: Si acaso la palabra y la

fe mía te faltare, ruego a Dios que a traición y alevosía me dé muerte un hombre... (Muerto: que,

vivo, ¡Dios no permita! (Molina, 85) "Aminta: Vete, que vendrá mi esposo. Don Juan: Yo lo soy;

¿de qué te admiras? Aminta: ¿Desde cuándo? Don Juan: desde agora. Aminta: ¿Quién lo ha

tratado? Don Juan: Tus ojos. Aminta: ¿Con qué poder Don Juan: Con la vista Aminta: ¿Sábelo

Batricio? Don Juan: ´Si, que te olvida". (Molina, 83). Notamos como también hay

consentimiento por parte de Aminta, que acepta este compromiso de Don Juan, porque esta
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mujer esta ansiosa de sexo, y no le importa tener que olvidarse de su novio para comprobar que

el realmente no quiere nada con ella.

Finalmente, llego a la conclusión que en estas dos obras se presentan “antihéroes”, tanto

Don Juan como el comendador tienen un papel de vital importancia, más sin embargo no son

modelos para seguir o imitar. Por un lado, Don Juan, un hombre rufián, logra conquistar a las

mujeres apoyándose en la facilidad que tiene para engañar y mentir. Por otro lado, el

comendador, cometía sus fechorías abusando del poder que este tenía y usando a la violencia

como un medio regulador y opresor. Otra similitud, involucra la importancia de la honra de una

mujer la cual conlleva a la venganza y a un final fatídico por parte de estos dos personajes

previamente mencionados.