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Traducción de
ALBERTO LUIS BIXlo

CRÍTICA
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FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉ)~ICO
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230 CRíTICA DE LA MODERNIDAD

amo ydominador de la naturaleza y de sí mismo; por otro lado, las identida- l


des personales y colectivas que resisten a los poderes en virtud de los cuales se 1
pone por obra la racionalización. La técmca crea.dora de los cambios libera al
sujeto de la ley de la tribu; la memoria lo protege contra d ·hecho de verse re.-
ducido a objeto. Cada vez que estas tres fuerzas se separan, y ~obre todo 10. EL SUJETO COMO MOVIMIENTO socIAt
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cuando una r.le ellas pretende la hegemonía, e1 mundo entrn en crisis, en mor-
tal enfermedad. Mortal es d int~grismo cultural, mo:.tal es también el orguHo l 1

tecnocrático y militar e igualmente mortal es el narcisismo de un sujeto priva-


l.
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do de instrumentos y de memorias. LA PROTESTA
-Una de las grandes versiones de la modernidad muestra cómo la seculari-
zación conduce del mundo encantado de los dioses al mundo desencantado y
conocible de las cosas. Ésta es una versión casi opuesta a la que ofrezco aquí: EL SUJETO no significa reflexión sobre el sí mismo ni sobre la experiencia vivi-
la ruptura del mundo sagrado que aleja cada vez más la naturaleza y sus leyes da; por el contrario, se opone a lo que se ha intentado llamar primero papeles
del sujeto y de la afirmación de su-libertad. Separación que, &i se deja llegar sociales, que en realidad es la constitución de la vida social y ner'.,onal por
hasta la ruptura completa, culmina en el quebrantamiento total de una socie- obra de los centros de poder que crean consumidores, electores y un público,
dad identificada con un mercado, una sociedad de actores sociaies reducidos a al menos en la medida en que ofrecen respuestas a demandas sociales y cultu-
pulsiones o a tradiciones, lo cual suprime todo principio de intervención. so- rales. El individuo, si no está constituido como sujeto, lo está como sí mismo
cial _contra la violencia, la desigualdad, la injusticia y la segregación. Es nece- por esos centros de poder que definen y sancionan sus papeles. Éstos no son
sario reconstruir una representación general de la vida social y del ser humano ·1 neutros ni técnicos, no están constituidos por la división técnica del trabajo ni
. par.aiundar una política. y hacer posible la resistencia al desorden extremo y !•
por la diferenciación funcional de las diversas instituciones. Aquellos que con-
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el. poder absoluto. Dicha representación sólo puede fundarse en la idea de que el
sujeto nace y se desarrolla sobre las ruinas de un ego objetivado por los posee-
dores del poder y transformado así en sí mismo, sujeto que como individuo
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sumen la sociedad, en lugar de producirla y transformarla, están sometidos a
quienes dirigen la economía, la política y la info:mación. El lenguaje de la
· propaganda y la publicidad tiende constantemente a ocultar este conflicto
aspira a ser productor (y no sólo con:,umidor) de su experiencia ind1vidual y '·~-~1:
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central, a imponer la idea de que la organización de la sociedad r.esponde a
de su ambiente social. Lo que mejor define la modernidad no es el progreso de ·~ ~t~ "necesidade~", siendo así que esa organización es la que crea necesi;:lades que,
las técnicas, ni el creciente individualismo de los consumidores, sino la exigen- por cierto, no son artificiales, pero responden a los intereses del pod\!r.
cia de libertad y su defensa contra todo lo que transforme al ser humano en El individuo únicamente llega a ser sujeto, al separarse del sí mimo, opo-
instrumento, en objeto o en extraño absoluto. niéndose a la lógica de dominación social en nombre de una lógica de la liber-
tad, lógica de la libre producción de uno mfamo. Se trata de rechazar una ima-
gen artificial de la vida social vista como máquina u organismo; es una crí.tica
desarrollada, no en nombre de principios trascendentes -Dio.i, la razón o la
historia-, sino en nombre de la libre producción de uno mismo q~e conduce
a afirmar el sujeto y sus derechos en un mundo don,'Ie el ser humano está
transformado en objeto.
Esta posición se tncuentra alejada no sólo del racionalismo que separa al
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individuo de su situación particular p~ra identificarlo con lo universal, sino
que está también completamente alejada del liberalismo de Isaiah Berlín y de
Richard Rorty, basado en el pluralismo aceptado de b s valores. Uno puede , /
negarse a arbitrar entre la libertad y la igualdad, entre ia creatividad person;al
y la justicia social, solamente si se define por completo.al individuo atendien-
do a s11 particul.aridad. Ahora bien, esta definición sólc, conviene a los genios
y no puedl! satisfacer al sociólogo. Éste conoce demasiado bien el carácter ilu-
sorio que tiene tal individualismo en una sociedad de rnasas dondt¡ una parte

231

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232 ClÚTICA DE LA MODERNIDAD EL SUJETO COMO MOVIMIEN fO SOCIAL 233

creci :!nte de la c,•mducta ·humana está regida por centros de decisión capaces aur..que ésta t0me una forma utilitaria o c;implemente represente la búsqueda
de p~·ever los gu ;tos, las demandas y las compras de la pcblaci6n. Hasta el de la integraci0n s0, ial.
punt,:) de que die ho individualismo no puede tener otro sentido que el de pro- La raciong lización lleva al fortalecimiento de la lógica de integración so-
teger a una elite que dispone de recursos tan abundantes como para poseer, cial y, por consiguiente: a un dominio cada vez mayor del poder ilustrado so-
efect'. vamente, gÚndes posibilidades de elección. bre los miembros de la socied~d qu~, en este sentido, son los súbditos de nue-
l':n cambio, e :.iando hablo del sujeto, es decir, de la c-onstitudón del indivi- vo~ príncipes o de nuevas fuerzas dirigentes, como dice Michel Foucault. Es
duo 1:omo actor, · resulta imposible separar el individuo de su situación social. entonces cunndo la subjetivación se separa de la racional.iz~ción y de este mo-
U Por 11contrario, ·.1ay que oponer al individuo consumidor de normas y de insti- do se corre el riesgo de romper wía
relación sin la cual no hay modernidad.
¡I tuciones sociales el individuo productor de esa vida social y sus cambios. En el ~a historia central de la mod~i:nidad es el mome~ en ei cual se pasa ~fkjª-s
nivel del consum(,1de la sociedad, y tratándose de sociedades o de situaciones fa- lpchas d ~ t o contra el o r d e ~ lucha en la que éste se había aliado
vorables, es posil le no arbitrar entre la libertad y la .igualdad, pero en la mayor
parte de los casos' ese arbitraje se impone: o un gobierno disminuye los impuestos 1t\
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a racionalismo, a otra lucha, la dd sujeto contra los modelos racionalistas, en
la que a veces apela a las antiguas imágenes de sí mismo que habían elabora·
o desarrolla servicios sociales públicos. Por cierto que la mayoría de las veces
nada obliga a deéisiones extremas, pero debe haber decisión, es decir, debe bus- .,
-~¡ ,¡. do l~.s reHgiones monoteístas par:1 protegerse mejor -del orgullo totalitario,
propio del poder modernizador y animado por la pretrnsión de transformar
ucarse la equidad y la justicia en los términos que han sido perfectamente defini-
/ 1dos por John Ra...vls. Asimismo, en el nivel de la producción de la sociedad, la
defensa del sujeto y la racionalización deben combinarse y sólo pueden hacérlo,
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l radicalmente la sociedad y el ser humano.
·· La subjetivación estuvo primero y durante mucho tiempo en manos de los
cond•Jctores de la sociedad. Al principio en las manos de los clérigos, por lo
como ya ocurría en la sociedad industrial, instituyendo entre ellas una alianza ,11 menos en las socieciadt!s marcadas por el cristianismo, puesto que es la perso-
cont~a la produc~~ión de. los privilegios y contra la parte de irracionalidad que ~-
na de Cristo la que hace descender al sujeto del cielo a la tierra y la que pro-
está rresente en todo ejercicio del poder . .El sujeto debr. definirse atendiendo a.l duce la separación de lo espiritual y de lo temporal en la vida social, piedra
(t actor social y a los conflictos sociales: el sujeto no es ni un principio que esté angular sobre la cual se edificó nuestra modernidad. Esto no impidió a la Igle-
..1 por encima de la sociedad ni el individuo en su partkularidad, es un modo de ·~,!t~ sia, ni siquiera a las iglesias a través de los siglos, realizar un esfuerzo contra-
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constitución de la experiencia social, al igual que la racionalidad instrumental. ~ .!· rio tendiente a subordinar la acción humana a la ley divina interpretada por
Y a lo he indicado al .analizar la subjetivación corno un movimiento culi:u- ¡~:
~- los clérigos, circunsrancia qui:: los hizo enemigos centrales del racionalismo
ral de condición análoga a la de la racionalización. Las socieda~s modernas mod~rnizador y los condenó a la decadencia a partir del momento en que
"!stán animadas por dos movimientos opuestos, como lo ·estuvieron el Renaci- triunfó la secularización. Luego la subjetívación estuvo e11 manos .de la bur-
miea ~o y la Reforma: por un lado, la creación de una visión naturalista, mate- guesía, término que sirve par.:1 designar a los acrores de la autonomía de la so-
rialis·~a, ilustrada, del ser humano y del mundo; por otro lado, la invención de cit!dad dvil frente al Estado y, más precisamente, para designar la diferencia-
la subjetividad que fortalece l..i ética de la convicción, opuesta a la ética tradi- ción funcional de la economía en relación con la política, la religión y la
cional y religiosa de la contemplación y la imitación. familia, momento fundamental en el que se define la "gran transformación"
Corresponde preguntarse ahora si ese movimiento cultu.i:al, si esa decisión que liberó la modernidad. El burgu.§s fue la figura central de la modernización
en favor de uno de los polos de la cultura moderna es también un movimiento occidental porque al mismo tiempo fue el agente de la racionalización y el
social, es decir, si está realizado por actores :.ocialmente definidos que comba- de la su.bjetivaci6n. En este aspecto es muy diferente del capitalista descrito
ten no sólo contra una orientación cultural sino también contra una categoría por Weber, cuya fuerza consistió en eliminar toda referencia al sujeto en
social particular. ·
nombre de su sumisión a la p.:edestinación, lo cual hizo tabla rasa de ·todas
las filiadones y los sentimientos y dejó lugar libre al trabajo, la producción
y las utilidades merr.antiles.
El capitalista desempeñó un papel tan importante que el burgués podría
EL SUJETO Y LAS CLASES SOCIALES ser considerado cor.1O una figura opuesta a la suya, en la medida que el bur-
gués es el ho~nbre de la vida privada, de la conciencia y del decoro, es el, hom-
bre de la familia y de la piedad. E.drnund Leites nos ha dado una imagen mu-
Éstaf !s, ciertamettte, la idea hacia la que se orienta nuestra reflexión. El sujeto cho más rica del puritano de las colonias norteameri.canas de Nueva
sólo i existe
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com0 movimiento social, como oposición a la lógica del orden,
't Inglaterra y de Pensilvania que ln que nos había transmitido Weber. Esos pu-
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-d tanos no repud1an 1a vida pr~vada, espec;almente la sexualidad; por el con- los rebeldes y a los dominados, generalmente, en nombr,e de la utili~ad social
~rario, sus pastores fueron los primeros sexólogos qui! combinaron la búsque- y de la lucha contra sus enemigos exteriores e interiores.
. ,da del placer y la felicidad con el re~peto de la ley divina al exaltar Ja constan- Cuando esta protomodernidad termina, cuando triunfan los modelos ra-
cia y, por lo tanto, la fidelidad conyugal o la felicidad familiar manteniéndos.e ,111¡
J.:ionali$tas, en la política con la Revolución Francesa y en la economía con la
alejados de la brutalidad del mandamiento paulino de hacer uso de los bienes ·•1 }~ndustrialización británica, se rompe la unidad de la r...cionalización y de la
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del mundo como si no se los usara. Los burgue~es de la segunda mitad del sj- /. subjetivación, en tanto que la cultura y la sociedad se ha~en bipolares. Sin em-
glo XVIII, como lo han mostrado e~pecialmente :Philippe A::ies y Élisabeth Ba- bargo, la burguesía se hace capitalista, antes de llegar a t er el vasto mundo del
dinter, otorgan a los sentimientos, en particulat a la re.1.ación con el niño, una personal dirigente~ y desaparece la referenc:i?. al sujeto en ese mundo dominan·
importancia nueva, al tiempo que las mujeres conquistan en la familia y en:la te que ya sólo cree en los beneficios mercantiles y en e\ orden social, que se
sociedad un lugar que habrán de perder sólo el día ~n que triunfa el capitalis- convierte en clase dirigente y dominante y se desplaza hacia el mundo de los
mo radonalista con la revolución industrial. Es la bur uesía no el capitalis- .dominados de la sociedad moderna, que pronto se lla°hlará clase obrera. El
texto de Denis Poulot, Le sublime (1869, nueva ediciór1 Maspero, f 980, con
_:]li
mo uien def · o ied d --1 hombre - o-
< Q,iedad el más impocrame de esos derechas. El aspecto nega·civo del espíritu una larga introducción de Alain CottoreauL señala su ·Jresencia en los talle-
burg~és, la importau~ia d~da a la herenda y la correlativa minimiz~ci6n del res. Para ese pequeño empresario, los sublimes (de los que establece1 una tipo-
/
traba10, se ha denunciado Justamente y tan fuertemente que se ha olvidado su logía que va desde el simple sublime a los hijos de Dios y al sublime' por exce-
aspecto positivo: las limitaciones que el espíritu burgllés imponía a la domina- lencia) son obreros muy calificados, al mismo tiempo ·1lcohólicos, ;violentos,
ción política y sodat. l.a burguesía, al combatir contra la monarqufa abnoluta, revolucionario~ que protestan y descarados, lo cual cor-esponde -aproxima-
fundó el individualismo moderno, que asoció a una lucha social contra ehor- · damente en juicio de valor- al análisis ofrecido aquí. E [ sujeto se o_:Jone .1 los
den establecido y sus fundaml!ntos religiosos. Es grande la continuidad entre papeles sociales invocando la vida y la se.xualidad y apdando al mi¡smo tiem-
la defensn <le la propiedad realizadu por Locke, los constituyentes franceses y po a una comunidad. ~
· , el movimiento obrero que, un siglo después. ~erá el defens..Ql'....dtl_oficia y el Conviene agregar ahora que la unión de las dos caús del sujete, se re.Jiza
-~leo S!1e, como la Qropiedad,. constituyen principios de resistencia al poder en la lucha y mediante la lucha contra el adversario s )Cial que se: ide'ntifica
establecido. ~_r~earición aei sujeto es en parte un retorno al ~íritu bur- con el progreso y con la racionalización. En la Consc:ence ouvrie:¡e y luego
~uéu al misaº tiempo al espíritu del movimiento obrero, contrark>~ri- nuevamente en Le Mouvement ouvrier (con Mii:hel Wil viorka y Fran~ois Du-
{!!.:.4u.otalida "Qüe:Cfesde la Revolución Francesa a la revolución..soviética.._ha bet) he mostrado que el movimiento obrero, es decir, la presencia di: un movi-
dominado dos siglos de historia. Actualmente, es más importante reunir a los }1:-
miento social dentro de la acción obrera, se cáracteriza'. >a por la de 1:ensa de la
enemigos del pensamiento de la totalidad que reproducir los discurc;os que de-
,;., ~~tpg_q_mía obrera contra la organización del trabajo, que pronto ha hrá.Ji,-!-Jla·
fend~eron al mundo obrero contra la burguesía considerando ese mnndo obre-· marse racionalización. El movimiento obrero no se co t1tenta con ·•:eivindicar
.1:"
ro y su praxis como la encarnación de ,ia totalidad hi5t6rica. Esto obliga a des- mejores condiciones de trabajo y empleo, ni con exigir 'd derecho óe negociar
cartar conceptos ambiguos, como el de pra:ds, a:.ociado estrechamente al de {" y firmar convenios colectivos; defiende al sujeto obrerc '., contra una racionali-
totalidad por Lukacs, en tanto que Sartre, en la Critique de la raison dialecti- .J · zación que rlo rechaza pero que no quiere ver identifica, la con el int ~rés patro-
que (p. 30, nota 1), le da un sentido que se aproxima más a las idea.s defendi- } nal y, desde fines del siglo XIX, si ne habla de justicia so,:ial, se lo ha'ce para in-
l
das aquí cuancio dice: "La conciencia de clase no es la s~mple contra-dicción dicar la necesidad de combinar los 4,Q¡_ru:in.cipias :ie la roodemi.d2.d,._la
experimentada que caracteriza objetivamente a la clase -:onsiderada; es-.-esa
contradicción, ya superada por la praxi~ y por ec;o mismo conservada y nega-
da al mismo tiempcf'. Esta praxis es ufia acción liberadora, no de identifica-
i iacionalización y la "dignidad" del trabajador. Es verdad que el movimiento
1
óbrero asi definido se encuentra casi constantemente s1't bordinado .1 la acción
política, a los partidos socialistas, laboristas, socialden\ ócratas o c'omunistas,
ción con la historia, cuando en realidad de:.pués de la Revolución Francesa, pero ese triunfo de la acción política es sólo un. ardid dd espíritu de racionali-
como lo ha subrayado Eric Weil, ''la práctica moral se r:onvierte en práctica zación para imponer su lógica al movimiento obrero ~ para reduf rlo a una
histórica y su sujeto ya no es el individuo solo sino !a humanidad". De la bur- 11
acción de masas" dirigida por un partido que fáciln tente se traJ1Lsforma en
guesía al movimiento obrero como movimiento social, es en cambio el indivi- poder dictatorial y encarcela a los animadores de la acc:ón obrera. 1.
,: duo (pero situado en relaciones sociales concretas) y no b humanidad (figura Sólo durante breves períodos el movimiento obrew logra que :,ie reconoz-
.seudosocial de la totalidad), lo que se defiende, ·en todo caso contra lo qme se ca su independencia re:3pecto de los partidos políticos: ;durante el reríodo del
llama la sociedacf: Pues ést::i impone las mayores restricciones y coacciones a sindicalismo de acci6n directa, en el paso del siglo pasapo a éste y, ~nás recien-

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temente, en vísperas de su gran decadencia, en el momento del cálido otoño ahorrar y hacer proyectos, es decir, lo que los sociólogos llaman el modelo de
italiano y de la huelga Lip en Francia, que sicuieron poco después del movi- )·"'
ll ,
la recompensa diferida (differed g,-atification pattern) en cuyo nombre obreros
. ri.:~.. .:o de mayo de 1·968. Este tipo de movimiento obrero, que fu~ atacado y patrones se imponen a sí mismos e imponen a sus hijos UD.a educación puri-
t 1mto por los dirigentes políticos de la izquierda como por el mundo c~pitalis- ·1ti:
·~ tana y una moral. exigente, unos porque el -:ontrol de uno mismo es indispen- ·
ta, debe reconocerse como la primera gran acción colectiva que transformó- la •;, ·,
sable para no caer en el alcoholismo y la miseria, los otros porque es necesaria
11 subjetivación, que era . una orie~tación cultural, en un movimiento social. El para el ahorro y la inversión.
n¡ovimiento r.rbrero abandona entonces la lucha de la moclernidad contra la
t:-pdiciór, la l"..!cha de la razón contra la religión, y sitúa su lucha en el interior /
e! la modern;dad para hacer que se manifiesten los conflictos que oponen la
icea de la pre ductividad al respeto por los derechos de los trabajadores trata- DE LAS 'CLASES A LOS MOVIMIENTOS
d1)s generalm,:nte como objetos, como una simple fuerza de trabajo.
., Si el pens 1miento de Serge Mallet ha ejercido tanta influencia durante la '
dJ:cada de 191,;o se debe a que la idea de "nueva clase obrera,, llevaba -en sf la Estc1 concepción de los movimientos sociales, aplicada aquí a la sociedad in~
elperanza cen;:ral del movimiento obrero, que aspiraba a independizarse de los dustrial, r.2,mpe con la idea marxista de la lu_cha de clases, a pesar de que am··
partidos políti,cos, a ser responsable del sentido de su acció:i, contrariamente a bas concépdones analizan lo~ mismos fenómenos históricos. Pues Ja concep-
la!concepción ¡leninista. Hoy resulta difícil comprender lo que fue el movimien- ción mnrxista identifica la acción obrera con la naturale-ia y con el desarrnllo
tc obrero, pu·es el sindicalismo .sólo conserva vigor e influencia cu:mdo se hi!:tórico e identifica el capitali!;mo .con la construcción del mundo artificial e
tr msforma en fuerza propiamente política, como ocurre en Suecia o Alemania. irraciona.l del beneficio mer~antil, mundo.0culto por hs categorías seudoposi-
El movimient<¡> obrero fue lo opuesto a un interlocutor sodal, no porque fuera tivas de la e.;onomía política y por las brumas del pensamiento religi0·so. El
revolucionario- --z-lo que no era cierto en todas partes y, por el contrario, en al- triunfo necr.sario del moviMiento obrero no será la realización del Espíritu,
gt mas partes s acentuaba su dependencia respecto de los partidos políticos-,
1
~

si1'10 porque trataba de liberar a los trabajadores de la organización del traba-


f como creía Hegel pensaudo en :a modernidad, sino de la naturaleza human.a.
Por eso, para los marxistas, la conciencia de clase no 1,ignifka ·en modo,,,algu-
jo , de defende'rlos contra la lógica de la productividad, de interpretar sus es- no una dase obrera consciente de sí misma,. sino que se t:nta de la situación
fuerzos espom áneos para resistirse a las reglas de una organización del traba- obrera interpretada por los intelec:tu.ales revolucionarios como el signq ae las
jo que se dec fa científica, al construir una organiución informal dé. la · contradicciones del capitalismo y de su S'lperación necesaria y posible. ·
pr.o ducdón y-1}constituir un poder compensador en el taller y en la empresa. · Cul'.ndo hablo del movimiento obrero, de movimiento,.social ántes que de
1 ¿Habrá qt;e proseguir ~ste análisis hasta el fin e identificar la racionaliza- conciencÍ-1 de clase-, lo hago precisamente para evitar toda confusiÓ'n con el
ción con el ca1 1italismo y la subjetivación con el movimiento obrero? No, pues pensamiento marxista. M~ refiero a un actor colectivo cuya_orientación prin-
ui~ movimiento social es el esfuerzo de un actor colectivo por adueñarse de los cipal es la defensa del sujeto, la lucha por los derechos y la dignida_d de los
"v_alores", de .[as orientadonen cultu~ales de una sociedad e.poniéndose a la t ..·abajadorc~ Por eso el pt!nsamiento revolucionario ha hablado tanto del pro-
ae- :ión de un a;dversario con el que está vinculado por relaciones de poder. La leta.riado; en otras palabras, ha definido a los trabajadores por lo que no tie-
pareja de la r;•1cionalizaciór.. y la subjetivación, por definir las orientaciones nen: h propied~d. En cambio, los historiadores y los sociólogos de la .acción
cu!turales de 1;a sociedad moderna, sus dos temas principales, constituye lo obrera, como yo mismo, han n~ostrado que el movimiento obrero estaba guia·
qu,e está en jue:'go en la lucha ~ntre lo que se ha dado en llamar clases sociales do por obreros calificados, defensores del trabajo y de la a,utonomfa•obreEa, ,y
en; la sociedad industrial, clases definidas por su posición en las relaciones de que ·su acción había sido más positiva que negativa pues inventaban otra so-
pri,ducción, dt'. suerte que industriales y asalariados, movimiento capitalista y cie·dad y no se contentaban con criticar ~l capitalismo y _la organización del
m<,1vimiento o~ rero se refieren -en realidad a los mismos valores culturare~, a la trabajo.' Un movimiento social es simult:ineamente un conflicto social y un
ra~1ionalizaciór> y a la subjetivación, sin dejar de combatir por ello uno cón;ra ~ ~ ~ ! t ~ l . Esto és cier-~o tanto en el c~so d~ los dirigentes como en el
el otro.
1
El movimiento obrero, y sobre todo el pensamiento soci:1Jista, son tau ~eJ.9_! dirigidos. Un movimieut<~l aspira siempre a J!.reali~~g{m.d~-
f fra ncamente hic;toridstas y naturalista.s como los industriales y los financieros, res culturales y, al rnisinc tien}20, a obteñerla victoria frente a un adversario
r1 adeptos al dan vinismo social, que creen que el mundo, gracias a la técnica y ~ .~Qcia.L Una lucha cie reivindicación no es en sí misma un movimiento social;
í. la inversión, m ircha hacia la abundancia y la felicidad. Por otro lado, en am- r1 puede ser defensa corporativa, aprovechamiento de la coyuntura en el merca-
bas partes se e~1cuentra la misma fe en el trabajo, el esfuer2.o, la capacidad de // do dd t.rabajo e incluso presión políticc1. Para que llegue a ser movimiento P<?·
l -
~~~-~~~~~~~~~~~~~~~~ ........ .., .......... ,.., ........, ~ ............. -~~~

23 8 CRÍTICA DE LA MODERNIDAD EL SUJETO COMO MOVIMIENTO SOCL cL 239


1(

cial eg ner.egario aue hable en nombre de los valores ne la saciedad iodustdal causa social justa para suscitar las resistencias, hacen f~_k~ tambi6L~'=!~(i.4a-
y se convierta en su defensOrtiQOTca sus propios a d v ~ . En la socieda~ des mo~- una idea que expresaba casi en el mism-) momento ·Horkhei-
industrial ne hay movimiento social mientras los obreros se oponen . l. la in- ~iliado de Alemania. Es en la soledad y el aban fono, frente': a lo que
dustriafüación, rompen las m2.quinas o se resis·ten a la implantación dt técni- parece ineluctable y que con frecuencia se presenta c01} los colore~: del fotu-
cas nuevas (aun cuando éstas se apliquen por razones importantes y legítimas) ro, cuando la conciencia de ciertos individuos se sientt,: responsable de la li-
1puesto que tales técnicas amenazan su empleo; tampoco h.u.,.nID.rimiwo...so.- bertad de los demás, lo cual _está muy lejos del morali,imo y cond'.uce a una
cial- ·si·-la acción ·sindica:l no ·está positiva.mente enderezada a forta!ecer1ª-J1_qto- lucha personal contra un orden injusto. Los modelos políticos cc,ns.tr.uidos
1
nomía obrera y no éombate especialm~nte la brutal afirmación deJQu?_~x~.o- en nuestro siglo nos inspiran más horror ue es eran:.:a¡ · tenemos t~ é \ : -
nos taylori<stas.: no.se os. paga para que pcnsfu.._ a
yor necesidad de una teona e libertad de ' libera ~ión, que d<! una w- ':f
No se trata de agregar un contenido moral a una acción colectiva cuya ra- :1&; rta e com romiso con frecuencia er en milit ~izació.n....d.d.la acción -
;zón de ser sería esencialmente de orden económico. La idea de movimienro co ectiva en una época en gue Ia bandera roja del mov miento obn:ro ondeó
sQ.cial se .QQ_one con la mi~erza tanto a una c o n c ~ ~ o con más fren:.encia sobre las tropas que reprimían los movimient~~ popula-
res que a la cabeza de los desfiles de huelguistas . Cuanto más sonbría es la
a una conceeción .utilitarista de la acción colectiva-. La idea ·central que rige
áq.uí er análisis es la de que una sociedad -definida como una colectividad
con, cierto nivel de historicidad y, por lo ta nr.o, de modernidad- no es ni un
'l
situación, 1:1;Ís se -~r.r.n~úa el repliegue so~r~ ~a defensa ;i~l sujeto; 1ando las ( /
luchas de hberac1on nenen mayores pos1b1hdades de ...nunfar, re ..parece la !"0....--
c..- ?

cuerpo de valores que penetre en todos los aspectos de la vida social ni tam- id~ntificación con la hfotoria o con-la razón, pero el análisis no debe separ:ar
poco una guerra civil larvada por la apropiación de los medios de acción que -y menos aún oponer- el compromiso y la liberación, la esperanza colec-
la sócied.ad tiene sobre sí misma, ya se trate de los medios relativos a la pro- tivr,. y la defensa de uno mismo, la moderni:lación y la protesta. ,
ducción, o 1se trate de los medios relativos al conocimiento o a la moraL .'Hná
.,~ _edad moder~a: funciona alrededor d~Ja lucha de <!_irigentes y de djrjgWos ~
-'
¡
La defensa del sujeto, esto es, la subjetivación, está animada ,..1 ,-:: :.'iovimien-
to socinl, puesto que las orientaciones culturales de una sociedad no se en-
~ ~ o r ,obra la ra~naliz~.ción y la subjetivadón. Nada d~bc separar cuentran por encima de ésta, ,como el sol en el cielo, sino que son inseparables
valores culturales y conflictos sociales, de man,!ra que el análisis tiene que re- de la forma social que les da el estado de los conflictos s0ciales, forma que va
sistir a las ideologías opuestas, la ideología de los amos de la sociedad que -desde la identifir.ación completa con los intereses de la clase dirigente hasta
ocultan su p0der iden-:ificándose con la modernidad y presentando a su.s ad- una autonomía extrema. La subjetivación se opone a la identificación de la ra-
versarios como simples obstáculos al progreso, y la idl!ología de lor. trabajado- cionalización con los intereses de la clase dirigente. Si el sujeto es no mrud-
res dependientes que, no pudiendo identificarse con una producción a la .cual l!l~ial, !o es en nombr-e de -las críticas del modern_ismo lanzadas oor
están sometidos, se proclaman los portadores del principio vivo de la moder- i:g¡_~tzsche y Freud para subrayar que cuanto má:s"mode'fcría es una sociedad,-,
nidad, el trabajo, en nombre de una concepción energética que opone la crea- más tiende a quedar reducida a un modelo ., racionalizador, a un sistem:i de
ción del trabajo directamente productivo al atolladero representado por un _t(cñica'"s y de objetos, a una tecnqestructura,: fo·cual hace indispensáble apelar
sistema capitalista generador de crisis, de desempleo y ~e miseria. a_la idea de su'eto ara rom er el encierro en lo ue M eber ;lamaruua_
Todos los movimientos sociales están interiormente desgarr~dos, pues ''jaula de hierro" de a sociedad moderna. ·
.,ninguno de .,ellos puede servir conjuntamente y de la misma manera a la ra- · Este análisis es tan directo y ataca tan eficazmente las ilusiones tecnicistas
cionalización y a la subjetivación'. La esperanza de André Malraux es una y dirigistas que se impone ante todo defenderlo, sólo que no debe llevarnos a
de las obras fundamentales del siglo XX _porque está construid~ sobre las la idea aparr.ntemente próxima pero inaceptablr. de que la sociedad moderna
contradicciones de la acción colectiva, dividida entre el espfritu de partido, no es más que la expresión racionalizada e ideológica de los intereses del siste-
~f~caz pero animado de un totalitarismb tan pdigroso como el que el autor ma mismo o de sus dirigentes. Recurrir al sujeto es contestatario, yero no es
combate, y la rebelión anarquista, cargada de protestas morales pero que se más que eso; por tal razón no se confunde con la creacVm de contraculturas o
descompone en sus luchas internas y en su incapacidad de organizarse. Se microsociedades que los alemanes llaman "alternativas '. Semejantes respues-
puede decir que la idea de tot.'llidad acompañó siempre a las clases ascen- t~s a la modernidad sólo tienen importancia real en una situación de tipo to-
dentes,. en tanto que la idea- de su1r.to da calor a los invier:ios de la acción talitario donde -reine la intolerancia respecto de todo aquello que no se con- .
histórica. En eL ,momento de la "guerra boba", en 1940, @e.01r.ges fried- forma a la lógica central del sistema y a los intereses de :;us dirigentes.

. ---
-ID<\'ll~,gue había sido compañero de rura del Partido Comunista y habíass-
crito La crisis del progreso, di<.:e en su Diario de guerra que no basta UJ'W.
.
j• ··
La defensa del sujeto no está subordinada a la racior.alización, así como no
es incompatible con ella. Dicha defensa ya no sueña con retornar a un ord,,,n ,
1 .

WMfii:.JfJF.;;::e~~·q, ~·@::-=;_~--t,.,.,).,, ,_ ,-_~·'·~ --~ -' ···


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240 CRÍTICA DE LA MODERNIDAD EL SUJF.TO COMO MOVIMIENTO SOCIAL 241


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natural ni cor que es el motor de todas las instituciones. Hay que rechazar el organizaciones, sino la mira dr. orientaciones culturales a través :de las relac,io-
pmsamiento , noralista con la misma fuerza que un pensamiento que tan sólo ~s._de poder y desigualdad., Una f,.mción importante de las ciencias sociales,
sea crítico. AJ 160s tipos de pensamiento son incapaces de reconoGer la duali- .sobre todo después de Marx, consiste en encontrar las relaciones sociales que
d:¡.d de los pri1tcipios constitutivos de la rr.odernidad, lo cual no :mpide recono- están detrás <le las categorías impersonales del análisis económico, administra-
cer que la deft nsa del sujeto choca ante todo contra el positivismo y el técnicis- tivo o aun teórico. Y esto es más importante hoy que en la época en que nada
mo de la soc~edad moderna, con sus aparatos de gestión y de control, de la sociedad ind 11strial.
manera que eJ. contenido contestwirio de la idea de sujeto debe recordarse con
mayor fuerza í]Ue el contenido modernizador del concepto du.acionalización. /
t, La idead~ sujeto est.á constantemente cargada de protesta, pues la socie_-
dad moderna ".tiende a negar su propia creatividad y sus conflictos internos y

·6.t\
LA SOCIEDAD PROGRAMADA-!
a representarse como un sistema autorregulado, que escapa pues a los acto-

l(y res sociales y a sus conflictos. Así como en las sociedades cristianac; la ten-
dencia teocrática o simplemente clerical tuvo siempre mayor peso que la in-
vocación a la fe y que la sepa.ración de lo espiritual y lo temporal, de la
m,sma maner . ., en la sociedad moderna tanto las concepciones tecnocr~ticas
No se puede sostener la idea de modernidad sin vincular estrechamente una
reflexión general con el análisis de una situación histórica particular, caracte-
rizada ella misma como una etapa ·de la modernidad. Pero ¿cómo se puede re-
cc\mo las liberales estuvieron más estrechamente vinculadas con 1:l poder es- chazar el historicismo y al mismo tiempo hablal' concretamente de sociedad
tablecido que con la evocación d~ la libertad del sujeto. Por eso la ide,a de posindustriaJ? Basta con reconocer que el historicismo es la manera de cooce-
sujeto es ante todo contestataria, lo cual permite justificar la formulación ~ir_cierta forma y ci~rta eta.p..a.:d.u:a.~ que la etapa ulterior, en~
, extrema ~o locada en el título de este capftul o: el su foto como movimientuo~ la cual ya hemos entrado, ya 110 :i;e concibe desde el pur.to de vista del desa-
.cial: Ciertamente la idea de sujeto no puede ocupar una posición extrema rrollo histórico, así como no lo hacía la etapa anterior, aquella en que se for-
pues su importancia es demasiado central, pero tampoco puede estar simple- ~ mó la filosofía política clásica desde el ·siglo XVI al XVllI. En el siglo XVIII se
hablaba de la felicidad y no del progreso, como en el siglo XIX; d,por.q.µé lo~a- ,.
m1nte en el centro del análisis puesto que no es ella sola la que define las
ónentaciones culturales de la sociedad moderna, sino que es la. pareja que
forma con la idea de racionalización. La idea de racionalización tiende gene- t recterístico de una sociedad posindustr.ial no sería hablar del r.ujetQ'?
Nuestra modernidad se caracteriz.5 en primer lugar por et abandono· de·'la
ralmente a combinar la centralidad cultural y la asocieci6n con la gestión sociedad· tradicional sin dej_ar: de estar Hgada al dualismo cristiano, lo cual
del orden establecido; la idea de sujeto tiende a ocupar un lugar cultural- quita, según vimos:, toda unidad real a lo que se ha llamado el espíritu de la
mente central pero está asociada a un contenido social contestatario. La ra- Ilustratíén, Luego s-: produjo el gran intento de integración de las dos fases de
cionalización ertá más intensamente vinculada con la acción de las fuerzas la n1odernidad en las filoso.fías de la historia, idealistas o materialistas. E.lhls-
dirigentes, en tanto que la ~bjetiyadón consti~~cn.~ sl_.teJ_l.)~ !9.@Slno fue ante todo una voluntad de unificar racionalización y su12ie.tiya-
'· central del m ~ ~cial Erooio de las categorías do.miaa4as . -cfóñ. Actualmente, una concepción aún más viva de nuestra hi~toricidad est~J
El concepto de clase sociafcorrespondió por cierto a un pensamiento hi~.- vinculada con la concienda crítica de los peligros del productivismo y de
toricista. Dicho concepto hacía descansar la oposición de dominadores y dQ- modernismo y con el l'etorno a un dua,Hsmo que insiste tanto en la·· oposició
mtnacfos en la oposición de sociedad y naturaleza o en la oposición de pasa.Po de la racionalización y la subjetivación como en su carácter complementario.
y J1uturo. Hoy, en cambio, debemos sustituir las I1Q9.Qnes guc ~!inktQll,r! J.gs Definir la sociedad posindustrial equivale a explicar las r·azones de este
actores ~n virtua de una situación no social por otras noc,iQ,ncs que an~M_~n nuevo dualismo~Por otra parte, éste no se puede comprender fuera de la situa-
las. s1tuac1ones--a-tcridrondo a &ctores y a relacion~es. P..2r e~n-cl ~ - ción histórka en que se desarrolla, situación que se encuentra regida por el rá-
~ movimiento social debe ceemplazac el de dac:c..sacial, a~LcomQ._el a:,.á.li- pido crecimiento de las ·industrias culturales. •4,,1UUQ.,~n\)Jefecto:·'-. .-: · ·ciedad--.:; ro-
. sist de la acció1! debe ocupar el lugar del análisis ;Je las siruaciooe~. Esto no ~da -expresión más precisa que la de socie a posin:.dustrial, fa. cual--sólo ~
eq~ivale a reemplazar el hecho por la opinión, lo objetivo por lo subjetivo, si-
no: a reconocer ' que el sentido de la acción, si no se reduce nunca a la concien-
e~tá ~~finid2 _por aq~ello_ a lo que mcede- aquella,en qu~ la roducción • la
d1fus1on masiva· de -los brenes,.cultura:léuicupan el · r central aue.
r
. cía ', que de él ti·:nen los actores, es aún menos independiente. Un 11lovimieÍ1to 1 bfan ocupa~os bienes materiales eo· la sociCd'ad71ndustrial. La metalurgia, la
social no es un a corriente de op~nión, puesto q·;.¡e pone en relá de juicio.J!na industria textil, la industria química y también las industrias eléctricas y elec-J ¡
rfo41ciónk_poc er que se sinia muy concretament~ en las instituciones J ..<:B .las., .. tró1.1icas fue.;:on e11 la sociedad industrial lo que en la sociedad programada fo_n
1
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242 CRITICA DE LA MODERNIDAD EL SUJETO COMO MOVIMIENTO SOCIAL
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la roducción adifusión de conocimiento~, de cuidados médk,os. yde infor- de la juventud. Asimismo, Jos estudiantes interrogados por Didier Lapeyron-
~-aciones, es decir la educación, a sal los randes mecl~<li.{1W6n. nie oponen _la defensa de su personalidad a un mundo universitario que ellos
·¿Por qué esta es1gnación? Porque en esta sociedad el poder de gestión consideran desorganizado y agresivo. No van en busca de su interés o su pla-
consiste en prever y en modificar opinion.cs, ac~itudes, conductas, en modelar cer, sino que aspiran a cierta autenticidad de vida en la situación en que se e.n-
la personalidad y la cultura, en entrar pues directamente en el mu.ndo. de los cuentran. Esta reacción no determina una acción colectiva, pues la desco·n-
"valores", eh lugar de limitarse al dominio de l~ uti1ida..d. La nueva importan- fianza respecto c!e los partidos políticos y de los sindicatos es gr.t nde, pero
cia de las industrias culturales reemplaza las tradicionales formas de control conduce a adquirir viva conciencia de un conflicto ge 1eral de oril.!ntaciones
social por nuevos ·mecanismos de gobemar a los hombres. Invirtiendo la anti- entre el aparato de enseñanza y los proyectos personales· de los estudiantes.
gua fórmula, se.puede decir que el paso de la sociedad industrial a la sociedad En definitiva, es alrededor de la televisión, el principal de los medios de
· programada1es el paso de la administración de las cosas al gobierno de•los difusión, donde el debat~ público se encuentra menos organizado y donde ha
hombres~ idea bien expresada por la fórmula "industrias culturales" laniada sido reemplazado por una extrema ambivalenciá de las ·actitudes frente a ella.
por los filósofos de Frankfort. . Un canal de televisión transforma todo en espectáculo / , con frecuencia, sólo
En la sociedad programada, la ~esistencia. al poder de gestión ya no puede :;j;\ trata de aumentar su participación en el mercado; peró también lleva a cada
apoyarse en una filosofía naturalista de la historia; sólo puede apoyarse en la :~ -¡ casa rostros, palabras, gestos, que transforman a sere; humanos remotos en
·defensa del sujeto. ¿Qué tema:; apasionan en las sociedades más industrializa-- :;1r,· nuestros prójimos. La comunicac.:ión de masas, cualqu'tera sea su contenido,
das si no son los de la educación; la formación y sobre todo la salud? Ahora político o documl'!ntal, r.onc:!de la primacía a la comun.· cación misma, esto es,
bien, en estas esferas, ¿no se trata acaso de defonder cierta concepción de la li- al impacto del mensaje, idea que MacLuhan expreJó primero y los profesi::ma-
bertad, de la capacidad de dar sentido a la vida contra aparatos dirigidos por les de la televisión comprenden dararr.ente, aprueben o no esta tJfansforma-
una voluntad neoliberal de a¿aptación al cambio, por un deseo de control so- j .. ción del medio en su propic, fin. Pero nada autoriza a :reer que el público se
dál o por argumentos tecnoburocráticos? siente atraído sólo por la violencia, d dinero y la tontería. La .atrac,;: ión de los
Especialmente el hospital, ¿deberá ser una organización regida por una programas más fáciles, que reducen al espectador ;i m·!rO consumi:dor, no es
mezcla dr. lógicas profesionales, financieras, administrativas, corporativas? ¿O ;1- felizmente lo bastante fuerte como para eliminar a su contrario, el t 1fecto de la
el hospital debe centrarse en el ··enfermo, de manera que éste no sea sólo un ob- expresión, la revelación de lo que está lejos o próxLno porque ;se impone
jeto de cuidados, sino tamb¡én un sujeto informado, capaz de proyectos y de . bruscamentt a nosotros con su peso de interrogación y ,ie participac,:ión.
memoria, que participe en las decisiones y en la aphcación de esos cuidados? Mi~~s antiguos movimientos sociales, sobr .! todo el siil..di.c.alismo
Este debate no ha provocado la formación de actores organizados, de sindica- obrero, se degradan y se transforman en grupos de pm'. ión política o en agen-
tos de enfermos. Pero está presente en todos ios espíritus y se e>..presa frecuen- tes de defensa corporativa de sectores de la nueva dase 'media asala :wda aores
temente en la televisión donde las transmisiones médicas que alcanzan mayor ciue en defensores de las .Q1.tegorías menos favorecidas,. :srn; nuevos movimien-
resonancia son aquellas·que abordan m.:i. directamente el iema de 1a responsa- t~s sociales, aun cuando carecen de una organización ' · r,oa rapa9_'.iad de ac-
bilidad y de lo:1 der.:chos de los enfermos, ya se trate de eutanasia o de cuidados ción permanente, hacen surgir ya una nueva generación de probleinas y con-
paliativos, ya se trate <le fecundación asistida o de tratamiento de las grandes flictos sociales y culturales. Ya no se trata de enfre1 ttarse para obtener la
enfermedades. La opinión pública francesa se ha conmovido profundamente al L dirección de medios d~ ·producción, sino que ahora se :rata de las finalidades
enterarse de la contaminación de enfermos provocada por una transfusión de de esas producciones culturales que son la educar.ión, ' os cuidados médi..::os y
sangre que los responsables sabían infectada por el virus del SIDA. la información de masas.
I
La discusión sobre las finalidades de la esr.uela se encuentra más difundida 1
Más complejos per.o también más visibles son los _!! Q.vimientos .'k ,.rebelión
aún en la opinión pública y en los intere<ados mismos. Pero los alumnos de li- c~:mtra un poder tota~it:f\nQ. o autodtariQ, que orienta ,los espíritus y las cos-
ce~ y los estudiantes universitarios viven intensamente la tensión entre una en- tumbres así como organiza la producción, que concern¡ra en sus m,anos todas
señanza que prepara para el empleo o que transmite normas propiamente es- las formas de poder político, económico y cultural. La :figura más , ·igorosa de
colares y una educación que se preocupe por la personalidad de cada alumno estas últimas décadas es la del disidente. La imagen de minante de 'la resisten-
y, la realidad de la clase. En 1990, los alumnos. de liceo que iniciaron l!n Fran- cia al nazismo era la de una resistencia política y, sob1'e ~odo en el caso fran-
cia un importante movimiento de protesta estaban preocupadoJ por su porve- cés, la de los militantes comunistas o gaullistas. Frente a·· totalitarismo postesta-
nir profesional, amenazado por el desempleo, pero también querían que la- linista, en ·cambio, es la imagen del hoffi:bre solo, el zek y la concie:;1eia 1ibre y
cultura escolar no fuera ajena a su cultura <le jóvenes o de ciertos segmentos valiente de un Saiarov, de U'l Solzhenitsin, de un Bou~ ovski o de 1/ n Chtcha-
, '

=~ ~-WJiijrj§lfW4~1·-~-,:¡í;.,.:..!;;'ll~;'! 1..;.v. ,""'"'!.,:- ,. -- • , . •__ ···~


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§t í{ . ..-. .. . º?'~~lit:'.: 'ir_¡,-efc~·Y
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EL SUJETO COMO MOVIMIENTO SOCIAL 245


244 CRÍTICA DE LA MODERNIDAD

raml i, entre mt!chos otros, lo que ha llegado a ser símbolo de una libertad la conciencia_!11.9ral, presente e_!l d corazón de los oueY.ru movimie1fü>LS.Q~Ü1-
que :ra no apela <ti compromiso sino a la liberación, a la valentía, no cie toma·r ~> está más íntimamente ligad<\ a la defensa de la identidad y de la dignidad
basttllas, sino de decir no a nn poder que no vacila ante ninguna forma de re- de quienes h:chan contra una opresión extrema o contra la miseria que las es-
presión. tmtegias políticas y sociales de sindicatos o de grupos de presi6n, que hoy for-
:¡' desde una perspectiva diferente, ¿no hay que ver en Gandhi a unél de las man parte del sistema de decisión de los países más ricos.
figuras más imp<1rtantes de este siglo?; y su llamado a la no violencia ¿no ha El gran vuelco de la acción colectiva que pasa de los temas económicos a
mov( lizado las c mviccior.es culturales y nacionaies así como los intereses 50· los tema~ personales y morale~. no s~ observa solamente en las formas más or-
ganizadas de movilización. Por e~ontrario, resulta más visible en las preferen-
ciale(;? Las prote . :tas más vivas tienen hoy un fundamento moral, no porque la t~ cias o en los temores, en las opiniones y en las actitudes expresadas en la vida
acció n colectiva 1,ea impotente, sino porque la domin:ición se ejerce 1;obre los "ll '
·11 cotidian2.:, le cual determina un fuerte desafecto por las instituciones pqHticas y
cuerpos y las aln tas aún más que sobre el trabajo y la condición jurídica, ~-
que la propagani! la y la represión totalitarias son las enfermedades más graves
.:-! las ideas sociales. Al comier.zo de la sociedad industrial y e.1 la Europa occi-
·Í - ·

del n mndo que s ·: dice moderno. dental, nada parecía interponerse entre la formación de un capitalismo brutal y
1~n efecto, vt:!mos desaparecer ante nuestros ojos el "repertorio',, según la las utopías ?. la vez sociales y morales; sólo muy lentamente se constituyeron
expn!sión de Ch;'.trles Tilly, de los movimientos sociales de la época industrial: mediaciones política~ entre estos dos polos opuestos. De la misma manera, hoy
las manifestacior,.es de masas, los violentos gritos de combate, la idea de toma asistimos a la descomposición de fuerzas y de instituciones políticas proceden-
·l
del pioder. En Pa':ís, en mayo de 1968, he sido testigo del encuentro de ese an- r,•. tes de la sociedad industrial, fuerzas e instituciones que ya no expresan deman-
tiguc repertorio, el de la huelga general utilizado sobre todo por la CGT, y el das sociale:; vigorosas y se transforman en agencias de comunicación política,
111 en .tanto que los Q.uevo:s movimientos sociales movilizan principios y seorimi.en- ;
nuevo repertorio creado por los estudiantes e interpretado con gran inteligen-
ios,.. Pero est4 decadtncia de las pasiones políticas no se explica s6lo por el he- '
cia política por : )aniel Cohn-Bendit, una novilización vuelta hacia sí misma
ante:,: que ·contr:.. el enemigo, "senta.das,, pacíficas provenientes de Estados cho de entrar en un nuevo período utópico. Lo ue está en crisis y en vías _.9e
Unid-os. Una trar sformación importante es el nuevo papel que desempeñan las desaparición es la función de los partidos -po ticos co_m o ~presentantes __ de_la

t
1 nece:;idad hi~t6rica y puestos por encima de los actores sociales y_ a menudo con-
muj~res en estos nuevos movimientos sociales en los que ellas constituyen la
may/)ría de los 1•articipantes activos; las mujeres aportan temas culturales y tra ellos. Los grandes. partidos populares de las masas el .origenestÜvi'eion én
socia les, invocan la defensa del sujeto que encontró su expresión más conscien• cie'Jos regímenes totalitarios del siglo XX; los nuevo:,; movimientos sociales
te y ip ás organiz:;tda en las acciones colectivas en favor de la anticoncepción y quieren alejarse lo más posible del modelo dado por los partid.os fascistas y co-
'ti
'11 ínun~stas. Dr! ahí el debilitamiento de las fuerzas propiamente políticas, contra-
la lif ertad de aburtar.
Hoy el espa<)o público está lleno de- estos movimientos sociales nuevos, partida de la apertura y de la creciente actividad del espacio público y del papel
aun t:uandc- mud1os de ellos sólo exhiben su debilidad política. A pesar de la cada. vez m~s importante de la opinión pú.blica, mucho más próxima, por su
influ~ncia que e;':rce sobre clios el fundaintntalismo revolucionario de sectas flexibiliclad e incluso por su fragilidad, a las demandas sociales que las grandes
izqui,erdistas o, ¡.,or el contrario, de encerrarse en temas no políticos y en unn maquinarias políticas seguras de sí mismas y de su derecho histórico a repre- tf
mezdla de afirma _:iones muy globales y de objetivos muy parti_culares; hay que !lenta! a un pueblo prontamente reducido al estado inferior de "masa,, . Los )(
recoi¡tocer que la: nuevas protestas no apuntan a crear un nuevo tipo de socle- nuevos movimientos sociales hablan más de autogestión que de sentido de la¡¡ 1
dad y menos toC'avía a liberar las fuerzas del progreso con miras al futuro, historia y más de democracia interna que de toma del poder.
sino que aspiran a "cambiar la vida", a ddender los decechos del hombre, No arribemos a la condmi6n de que todas las formas de individualismo y
t~nto el derecho a la vida de aquellos a quienes amenaza el hambre o el ex- juicio moral que se difunden tan rápidamente en las socieda¿es más industria·)~
1
terminio como eí derecho a la libre expresión o a la libre elección de un estilo lizadas sean expresiones del sujl!to y, en particular, de nuevos movimientos t
de vida personal! Ciertamente, es en las sociedades industrializadas donde se sociales. No lo son, así como no todas las manifestaciones de la a~ci6n sindi-
forman estos nu~vos movimientos sociales, que también se manifiestan en las cal repmentan al movimiento obrero. Cada sociedad funciona en el nivel más
acciones de defensa de las roblaciones más pob_~es y más dominadas. De ahí bajo así como en el más ele-vade. Por otra parte, un país perteneciente por lo
el carácter inten1acional de estos movimientos que supera en mucho el del
movimiento obrero de principios de siglo, antes de 1914, casi ningún otro te~
ma suscita tanta_emoción en lajuventud como el de la solidaridad...co.nJ.Qs
menos ne manera dominante a un tipo de sociedad, a un sistema .de acción
histórica dado, también está ma1:cado por su modo de modernizfilón. más o
menos liberal o estª-tista, según que· el cambio esté dirigido por capitalistas o
t'
pueblos más pobt·es y con las vícti~la s~r_~~iQ.Q_y_Ja__intoleraDc.ia. Pues 1 por el Estado. Pero, más allá de este doble principio de diferenciación interha,
- -,
···· :.·1~
~2~~~·--~~~-~~~~~~~~~~
~b - CRrnCA DE LA MODERNIDAD ... , -- ... - ..., - -- ....,. ...,. ~ ..... ~

EL SUJETO COMO MOVIMIENTO SOCIA . 247-

existe lo que. caracteriza el sistema de acción .histórica: un conjunto de orien- la superación del historicismo como una ruptura con la .n odernidad; sería to-
t1~i~ries culturale~ -la historicidad- y de conflictos sociaks por la apropia- rnar el detalle por el conjunto ciel cuadro. :
ción de esos modelos de obrar por sí misma que tiene la soci.edad. La so.~ieclad Esta evocación de un nuevo sistema de acción hiftó ~ica, el siste'ma de la
industrial tuvo como modelo dominante de conocimiento el evolucionismo y sociedad program2.da con sus actores, sus movimientos s '.)Ciales, con ·los obje-
como modelo moral la energía, e! trabajo y el cQntrol <le uno mismo; la refo- tivos culturales de sus conflictos y de sus negociaciones, está muy a lejada de
rencia al sujeto quedó entonces ahogada en la filosofía de la historia. Las cri- las im~.genes dominantes hoy en nuestra sociedad, las 1tmágenes v(nculadas /
sis de mutación que hacen pasar de la sociedad industrial a la sociedad pro- con el concepto de posmodernisrno. Y esto me lleva a de:''inir lo que <'>pone es- ..
gramada entrañan el peligro de hacer desaparecer la conciencia de la ta idea a la de sociedad posindustrial o prugramada_.g 'posrnoderni ,mo afu- t-./
historicidad y, por lo tanto, la idea misma de modernidad, pero también ,es ma la disociaciáu_c~Q!!illJeta del sistema y el actor: el sisi!ema es autc i_rrefew-Qt'
cierto que a través de esas crisis la idea de sujeto se desliga dcih.illi>ridsmo. · cial, autopoiético, dice Luhman, en tanto que los a~ ya na se de f.in.en..pnr
Hoy el mundo no viv~ solamente la ruina de lo~ modos de desarrollo vo- r~aciones sacia les sino por una diferenci;i cult~l. No niego que éstas 2.fir-
f. · 1untarista, es decir, el fin del socialismo 7 el triunfo de la ·economía de merca- maciones correspondan a una parte de la realidad, pero ~·on tan defo,:rnadoras
H do; el mundo también pasa, ante todo, de la sociedad industrial a la sociedad como las descripciones, hechas a principio del siglo XIX, :de la socied 11d indus~
programada, pasa de la fusión de la' racionalización y la subietivadón, fusión tdal como el rein:ido del dinero y la mercancía. Lo qui': aún no er;\ la clase.
r propia de las filosofías de la historia, a su separación y a s1.: complementarie- obrera se representaba como el mundo diferente de los f,uburbios, lcf1. s talleres
dad. Y esta mutación incumbe al mundo entero, ,tan grande es el efecto domi- y las tabernas; el mundo del dinero y el mundo del trab).jo parecían ajenos el
nante de las sociedades que ya han entrado en la posindustrialización y que uno al otro en la sociedad capitalista. Hubo que esperar 1 que aparederan los
difunden sus ideas y sus maneras de vivir en todo el planeta. Es muy improba- sindicatos y las ideas-socialistas para descubrir relacionl!s de produ:ción de-
ble que la entrada en· la sociedad programada se realice en todas partes me- trás· de esas dife.rencias extremas. Hoy la acción de la soc'edad sobre 1:-í misma,
, <liante los métodos liberales del Occidente contemporáneo. Esos métodos su historicidad, es tan grande que, en efecto, existe la· posibilidad de ''una rup-
triunfan hoy en la Europa poscomunista así como en la Amé.rica latina pospo- tura cultur:11 que ya no deje ningún espacio al conflicto sf cial. Sin e~iiargo, es
pulista; pero podemos pensar que tales métodos a menudo serán juzgados co- más probable la evolución inversa. Se nos habla de nuestra sociedad corno de
mo ·insoportables o modificadqs en muchos países de suerte que se formarán una sociedad de información, así como se hablaba de-la sociedad industrial y
modos de intervención popular y estatal que en una u otra forma reproduci- del maquinismo. ¿Cuánto tiempo hará falta todavía para que encontremos se-
rán el esfuerzo que fue el de la socialdemocracia europea en la primera mitad res humanos y relar.iones sociales detrás de las técnicas y para que1 se com-
del siglo XX; no todos los caminos conducen al liberalismo. prenda que en todas partes se enfrentan maneras socialmente opuestas de uti-
Sin embargo, todos conducen a la sociedad programada: aunque no todos lizar la información y de organizar la comunicación, ya sea ''abstractamente",
lleguen a ella. Estamos tan impresionados por el deuumb~ de los regímenes para reforzar el flujo de información q~e es también flujo de dinero y de po-
comunistas y por la desintegración de las ideas soci.alistas que nos sentimos der, ya sea "concretamente'', para fortalecer el diálogo entre interlocutores si-
tentados a ver en los cambios histó_ricos actuales sólo el des.quite dd capitalis- tuados desigualmente en las relaciones de poder o de autoridad? ~
mo y hasta el triunfo completo del único buen camino, el del liberalismo. Pero En las ideas posmodernas veo, ante todo, una interpretación sociológica- " ~
e.~ra es confundir peligrasamcotui.n..xnodo de desarco)Jo cao un tipo de sacie- mente superficial de transformaciones; eµ los .feoómcoas eo que insiste el pen-~ ·
d. Lo esencial es reconocer la formación de una cultura y de relaciones so- sal.!liento posmoderno veo más situaciones de crisis que jnnoyaciaoes durnde-
les nuevas vinculadas con el reemplazo de las industrias materiales por las tM· La extrema diferenciación del sistema político y el sistema social de la que
dustrias culturales. Ni las formas de organización política ni 1~ conducta habla Luhman, ¿no define acaso la crisis de representación política que todo
~
personal o colectiva son las mismas seg~ que la entrada en esta sociedad pro- el i:rmndo reconoce y que sólo se superará el día en que se organicen nuevas
gr~mada se realice por el camino liberal o por un camino diferente que sea demandas sociales y en que nuestras democracias vuelvan a ser re1\resentati-
más intervencionista o esté más orientado por movimientos sociales popula- vas? Asimismo, referirse a la diferencia absoluta representa una conducta .de
res; pero más allá de esas diferencias propiamente históricas queda la un:dad '· I crisis cuando se desliga del reconocimiento de los conflictos sociales y de sus
propia de tin modelo de sociedad, del sistema nuevo de acción histórica que es objetivos culturales.
la sociedad programada. Y lo que mejor la define: no es la aparición de nuevas Vivimos el momento de. transición de una sociedad a otra. El siglo XIX es-
técnicas, sjna el u·raroa de la idea de su.jeto. Bien se comprende que esta rea- tuvo casi por completo ocupado por la transición de una sociedad mercantil a
parición del sujeto produzcz. a veces efectos 'antimodernistas, pero representar una sociedad industrial y del espíritu republicano al movimiento ob tero. Luh-

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249
EL SUJETO COMO MOVIMIENTO SOCIAL
248 CRITICA DE LA MODERNIDAD
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trial constituía el campo en el q.ie se form6 el movimiento obrero. Lo cual da
man recuerda muy justamente que una sociedad no puede definirse por un~
un nueva actualidad a la crítka que hizo Marx de las categorías de la vida y el
sola de sus dimensior:es: industrial, capitalist:1 o democrática. Esto es ciertÓ
análisis económico, d..!trás de las cuales quería encontrar relaciones sociales de
hoy pero también lo era ayer.
producción. Éste es un eiemplo que se puede· seguir adaptando a una situación
I El interés principal de este debate es recordar que la idea de sujeto es inse-
profundame.1te nueva. ~ r a el mundo de la ima en ya no se trata de .ª el r a ~
h para ble de la de relaciones sociales. En la sociedad programada,. e~ indJy_iduo
un valor de uso, así como se a ela a a a i eración necesaria de las ~ª's ~
ted_ucido a ser sólo u!l..@llS!Ullidor, un recurso hu111a1rn o un....hlanco...s.c...np..o..n.~-ª
P.roductivas contrala1rrac1ona idad · de as relaciones sociales de...p~t.ión.
la lógica dominante del sistema al a°E1rmarse...romSLsujeto_fQ!!!_té\_ el..m.µp<;l.9_de
L~ gue se opone a este universo . signos es a búsgueq_a de un sentidQ,..s!!~J~-
las cosas y contra.la objetivación de sus necesidades materiales. Por eso la idea
1 ~ita, ya no a la naturaleza, sino al sujeto. ET sujeto y el mundo de los objetos:
e suJeto no es separable de un análisis de la sociedad actuat entendida, ~.ó-
mo 12osmoderoa, sino corno RQsindustrial o programa.da. Las teorías posmo-
q~ consumo están en la misma relación de oposición que el capital y el trabajo
en un tipo anterior de sociedad. Lo cual subraya que la afirmación y la nega-
c'--rt_-s nos muestran la descomposición del sujeto pero también las crecientes
ción del sujeto están vinculadas con el reemplazo de la sociedad de producción
c1emandas de las minorías y el desarrollo de los sistemas cibernéticos. Pero en
por la sociedad de consumo y que nuestra imagen del sujeto es ajena a la ima-
lugar de ver sólo el carácter recíprocamente extraño de estos dos mundos, por
gen del suje.to racionalizador y ascético tal como lo concebía todavía Max We--
qué no ver su conflicto, pues ninguno de los dos mundos se define por sí mis-
ber. Caract'!riz:ar un conflicto social es imposible si al mismo tiempo no sebos-
p tecnológi1amente o culturalmente; uno y otro deben definirse socialmente queja el campo c:iltural en el que se sitúa y que constituye lo que está en juegó
e~ mejor aún,•por la oposición en que se encuentran. Esto es lo que.opone so-
entre rdaciones sociales opuestas. Sociedad de consumo y defensa del sujeto
h ,:e todo la id~a de sujeto a la idea de identidad o de conciencia: ~sujeto reprr~
son los a.'.:tores opuestos cuyo conflicto define la forma social tomada por una .
smta el cuesti onamiento ill!,.un orden, así como la imagen. de la socir<l.acudSl:a
sociedad posindustrial que en modo alguno es posmoderna sino que, por el
é<:>mo mercad,>tiene como razón de ser la reducción de la resistencia de las;de-
~ .~as cultura les. Todavía vivimos con la conciencia del desgarro, pero ya se contrario, es hipermoderna.
La importancia creciente otorgada n la idea de sujeto es opuesta a las vi-
h~cen oír en L opinión pública -aunque todavía no en la vida política organi-
siones que eliminan complrtamente al sujeto, ya sea ~uciéndolo a sus de-
zl da- nuevo:, conflictos y la exigencia de la transformación profunda de una
mandas mercantile:., o enconrr~.pdo _en ~J estructuras que escapan al actor y a
s~}ciedad cuya; orientaciones culturales están aceptadas por movimientos socia•
su concienda, o, finalmente, contbuandó el trabajo de la teoría crítica y la so-
le's que se opo\en en cuanto a su realización social y política.
1 : . ciología de inspiración althusse~iana que busca, detrás de la falsa conciencia,
1 l la fógica de un·sistema de dominación. En este período de transición en el que
l las prácticas sociales de la acción colectiva son demasiado débiles o están de-
sorientadas para llevar n cabo su propio análisis, los intelectuales han asigna-
LO UNO Y LO OTRO
do una i::nportancia extrema a la conducta y a las explicaciÓnes que rechazan
toda referencia al sujet:o. Y ellos son las principales víctimas, puesto que nin-
guna soc:idad está vacía de actores y porque queriendo ser sólo críticos o
Lo que se llam,a posmodernismo, cuyo sentido como forma extrema de descom-
queriendo reemplazé:l,r la sociología relacionada con la historia por una antro-
pc\sición del rr odelo racionalizador de la modernidad he señalado, define bién
po:ogía ahistórica, los btelectuales se ven en la imposibilidad de explicar las
aquello a lo qt e se opone el sujeto. El lenguaje impersonal de las pulsiones y so-
práctic:1s nuevas y terminan por crear ellos mismos un Estado dentró ·del Esta-
br,! todo el de 1quello que la h::y y el superyó.reprimen en el inconsciente ya no
do, nna corporación dentro de la sociedad, cuya lengua propia consiste en ne-
están encerrad JS en el inciividuo, si.no que son visibles por d.oquiera en la socie-
da;d llamada de: consumo, que reemplaza también la reivindicación social por la gar al sujeto. .
Parn volver a encontrar un :,entido ju3tO de los c:ambios observables basta
vi,,,lenta retirac,a hacia una cultura utilizada como lenguaie de un nuevo poder.
¡ Esa cultu.r, posmoderna niega ante todo la profundidad, es decir, la distan- con que los htelectuales y, en primer lugar los sociólcgos, vuelvan a entron-
ci~ entre l()s sii,:nos y el sentido. Por eso lleva al extremo la supresión del sujeto carse con la gran tradición de -m profesión: descuhrir lo que está oculto, salir
y rnstituye por el objeto -la lata de sopa Campbell o la botella de Coca-Coln de sí mismos y ~e su medio p1ra restablecer la di!>tancia ccn d objeto estudia-
1
en'.Andy Warh Jl- al suieto, el cual puede, como la Marilyn del mismo autor, do, distancia qu~ permite al !1istoriador o al etnólogo elaborar sus análisis.
¿No es demasiado tarde para pensar que hemos entrado en un período "post-
convertirse en )bjeto publicitario. Esta cultura del consumo constituye el cam-
po, en el que s~ sitúa la reivindicación del sujeto, así como la sociedad indus- soc.:ial" y "posh:stórico", en una sociedad de puro simulacro y de permanente

n
_ , ... _ ,...
_ ____ _____ ~

~~~~~~~~~~~~ - -~~-~~-~~ - ~~

250 CRfrrCA DE LA MODERNIDAD 1

1{

{ J¡sóluetón de las adores en un caleidoscopio d~ 1m~genes~ ¿No vemos más


b1e~ reconstruirse o tratar de transformarse a las sociedades que estuvieron !,..

sometidas al sistema comunista y no observamos al mismo tiempo conductas


pe_rsonales y colectivas hasta ahora desconocidas propagarse rápidamente en
las sociedades occidentales, mientras una p4 rte del tercer mundo se hunde en 11. Yo NO ES EGO
· h miseria, las luchas étnicas y la corrupción? Ya no es hora de anunciar el
· ocaso de la sociedad industrial ni de soñar con un nuevo equilibdo después de
un período de graildes transformaciones y de crecimiento acelerado. La noche
termina. Desde 1968 hemos recorrido todas las etapas de un cambio de socie-
~-¡ LAS DISCIPLINAS DE LA RAZÓN
dad, desde la descomposición de la sociedad industrial y las ilusiones poshis- :}
)l
tóricas hasta el proyecto puramente liberal de reconstruir una economía nue- l
va; es hora de que aprendamos a describir y analizar los modelos culturales, ti EL ESP1RITu DE LA ILUSTRACIÓN se proponía ser liberador y lo fue; a r;ienudo
las relaciones y los movimientos sociales que les dan forma, las elites políticas J se lo caracterizó como individualista pero no lo fue. El 1,ector recorífará la
y los modos de cambio social que hacen movc:r lo que durante un breve ins- oposición, que mostramos al comienzo de este libro, entre d himno cantado a
. tante pudo parecer un mundo situado más aliá de la historicidad. Volver a en- .~
la razón y el empirismo, característico del espíritu de la Ilustración, y el dua-
J/ contrar la idea de modernidad significa primero reconocer la existencia de il'. lismo cristiano y cartesiano que se encuentra en la Declaración de los dere..
l una sociedad nueva y de nuevos actores históricos. ~ chos del hombre. El sometimiento a las exigencias del pens4miento racional li-
!- · beró a la humanidad de las supersticiones y de la ignorancirl~ pero no liberó al
11¡ individuo. Ese sometimiento sustituyó por ~l reino de la raztn el de la costum- ,
bre, por la autoridad racional legal, como decía Weber, la lmtoridad tradicio- .
nal. El racionalismo moderno desconfía del individuo, prefi.!re las leyes imper-
l sonales de la ciencia que se aplican también a la vida y ,(1 pensamiento del
;;
,1 hombre. El pem;amiento llamado moderno se considera científico, pero es ma-
:.,¡1 . terialista y uatura.lista; disuelve la individualidad de los fené,menos obsttrvados
en leyes generales. En el orden social, puesto que el criterio ':iel bien ha 1.legado
JI a ser la utilidad social, la educación debe consistir en ele,ar a los ad:ultos y
más aún a los niños del egoísmo al altruismo a fin de conv< rtirlos en h,)mbres
y mujeres capaces de desempeñar sus papeles de conformi-dad con la!; reglas
que parezcan más favorables a la creación de una socieda-'1 razonable¡ y bien
equilibrada. ¡

Esta concepción de la educación entendida como so, ialización ~¡- corno


ascenso hacia la razón no ha des.i.parecido y se conserva to'davía en la;. escue-
las de no pocos países. El niño debe ser disciplinado y dd;e estar estii nulado
a través de rec.::>mpensas o ser repúmido mediante castigos a fin de qu~ se do-
mine y aprenda las reglas de la vida en sociedad y los pase ,s del pensa.~niento
/ racional. La finalidad de esta educación cargada de restricciones y coar'.:ciones
consiste en procurar a cada individuo la capacidad de resi: tir las dific;1ltades
materiales pero sobre todo intelectuales y morales que pueda encontd r en la
vida. _El individuo deberá ser capaz de,,dominan;e a sí misIHo, de dar I= ruebas
1 de coraje y sacrificio. La educación es aprendizaje del de1ber y el he :ho de
que la palabra deber signifique también la tarea asignada' por el matstro al
alumno y que la palabra disciplina designe al mismo tien,tpo una coacción,
un instrumento de castigo y un dominio de conocimiento n<;>se debe a una ca-

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lbf ~&-*·'11<;~.c;i!M\,Stt,,d.AAL~.¡;-¡-,s
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