Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SE REFORMA VI
Diagramación y montaje:
Jesús Salazar
Corrección:
Impresión:
Printed in Venezuela
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
PRESENTACIÓN
Transformación de las Universidades:
una necesidad impostergable
1
Licenciado en Urbanismo, Universidad Simón Bolívar (USB). Master en Administración Financiera
en el Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA. Realizó el Diplomado en Habilidades
Docentes, Instituto Tecnológico de Monterrey-UNIMET, y el Programa de Especialización en Gestión
Universitaria, Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario (IGLU), Organización Universitaria
Interamericana (OUI). Es candidato a doctor en el Programa de Doctorado: Investigación en Economía
de la Empresa de la Universidad de Almería, España.
Profesor de la Universidad Metropolitana (UNIMET). Actualmente se desempeña como Director de
Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad
Metropolitana y es Miembro de la Comisión de Fortalecimiento Académico, del Centro de Vivienda
y Hábitat y del Grupo Promotor de la Investigación en Gerencia y Economía de la Empresa.
5
La idea del Ciclo de Foros fue conversar sobre un tema muy
vigente como lo es la necesaria transformación universitaria, en
momentos en los que se ha llegado a cuestionar la superviven-
cia de las universidades actuales si no se producen cambios en
su forma de funcionar y relacionarse con su entorno. Para ini-
ciar el ciclo se escogió el tema de la Autonomía Universitaria y se
invitaron a Graciela de Soriano, quien recientemente había publi-
cado un libro sobre el tema a tratar; a Benjamín Scharifker, Rec-
tor de la Universidad Simón Bolívar, y a Jesús María Casal, Deca-
no de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello. En el
segundo foro: «Sociedad - Universidad», ya hecho énfasis en la
autonomía, se buscó resaltar la pertinente vinculación de la uni-
versidad y su entorno, considerando las funciones que la uni-
versidad debe cumplir (Luis Marcano - Viceministro de Ciencia
y Tecnología) y la universidad ante los problemas sociales de
nuestros países (José Ignacio Moreno León – Rector de la Uni-
versidad Metropolitana). En el tercer foro, Relaciones Inter-Uni-
versitarias, Claudio Bifano (Coordinador del Consejo Consulti-
vo Nacional de Estudios de Postgrado - CCNPG), Claudio Rama
(Director del Instituto Internacional para la Educación Supe-
rior en América Latina y el Caribe – IESALC – UNESCO) y José
Roberto Bello (Vice – rector Académico de la Universidad Me-
tropolitana), enfocaron las relaciones entre las distintas institu-
ciones de educación superior tanto a nivel nacional como a ni-
vel internacional Para el cuarto y último foro, se planteó el tema
Universidad y Reformas Legales, el cual no se pudo llevar a cabo
por razones ajenas a la voluntad de los organizadores, sin em-
bargo, en este libro se incluye un ensayo vinculado a la temáti-
ca, escrito por Amalio Belmonte (profesor de la Universidad
Central de Venezuela y Coordinador de la Comisión de Educa-
ción Superior de esta universidad), uno de los ponentes invita-
dos al foro.
El binomio inseparable Autonomía – Universidad aparece
desde el inicio de la institución universitaria, lo cual analiza
Graciela Soriano a lo largo de la evolución de las universidades
latinoamericanas. Los diferentes tipos de autonomías se hacen
6
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
7
con el resto de los actores de la sociedad como la empresa y el
estado, que permitiría, permanentemente, revisar la pertinencia
y solucionar problemas reales, saber si se está haciendo lo nece-
sario, ya que la autonomía no es para aislarse, puesto que la uni-
versidad es una institución más dentro de la sociedad. La Ley de
los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políti-
cas Públicas, del año 2002, y la Ley de los Consejos Locales de
Planificación Pública, de ese mismo año, son dos oportunidades
para la participación de las universidades en la toma de decisio-
nes y planteamiento de proyectos de desarrollo, tanto a nivel
regional como local; inclusive, en la primera ley mencionada se
establece un representante del sector universitario de la región
correspondiente dentro de los miembros que conforman los con-
sejos estadales.
La autonomía universitaria, como lo afirma Jesús María Ca-
sal, está por primera vez establecida en la Constitución de 1999.
Preocupa las distintas interpretaciones del reconocimiento de la
autonomía, dando la potestad al Estado de otorgarla o quitarla,
cuando debe ser una garantía institucional. También preocu-
pan la situación del Consejo Nacional de Universidades (C.N.U.),
así como las distintas opiniones sobre quién decide la pertinen-
cia o no de lo que hacen las universidades.
El hacer de las universidades debe responder a una relación
Sociedad – Universidad; en el planteamiento de Luis Marcano
hay funciones específicas de la universidad, rasgos generales de
la relación entre la universidad y su entorno, inclusive, la univer-
sidad debe ser un emisor y recolector de la gran diversidad que
existe en el entorno. Por una parte, la universidad funciona como
resaltadora de todo aquello que la sociedad considera que la
define y, por otra parte, como reveladora de la «cara oculta de la
Sociedad», debiendo servir como punto de referencia la universi-
dad. En este sentido, luego de realizar un análisis de las universi-
dades en Venezuela, Marcano concluye que ninguna de las uni-
versidades cumple con todas las funciones mencionadas. Las
universidades deben autoevaluarse y revisar si están cumplien-
do con esas funciones, si realmente reflejan la sociedad a la cual
pertenecen, sería un buen indicador de su vinculación con ésta.
8
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
9
atender mejor la demanda, genera bajos niveles de integración
interinstitucional, la tendencia es a la división.
Rama aporta datos de mucho interés sobre la internacio-
nalización y emigración de estudiantes, lo que da un marco de
referencia para concluir que la especialización universitaria, la
internacionalización y la competitividad, favorecen las asociacio-
nes y alianzas inter - universitarias. Por otra parte, los distintos
efectos de la cooperación permite ver que el futuro de los siste-
mas de educación está asociado a los procesos de internacio-
nalización y a la cooperación internacional.
José Roberto Bello inicia su presentación realizando una ob-
servación sobre la poca información relacionada con el tema de
la interrelación entre universidades, principalmente en pre - gra-
do. Sin embargo, según lo escrito por algunos autores reconoci-
dos, puede deducir que prevalecen las relaciones entre las uni-
versidades de Venezuela y las del exterior sobre las existentes
entre las instituciones dentro del país. Hay poca integración en-
tre las instituciones universitarias venezolanas, nuevamente se
aprecia la ausencia de un capital relacional que genere redes de
intercambio y fortalezca las posibilidades de las alianzas tan ne-
cesarias para la complementariedad, donde las debilidades de
una universidad pueden ser suplidas por las fortalezas de otra y
viceversa, siempre y cuando haya la suficiente comunicación,
confianza y espíritu de cooperación para dar a conocer las debili-
dades; el no cumplir con esta condición puede estar significando
una limitación actual en las universidades nacionales.
«Las universidades no han tenido la voluntad para integrarse
en proyectos académicos conjuntos o de cooperar en el ejercicio
de actividades docentes», a nivel de pregrado. A nivel de
postgrado ha habido mayores posibilidades.
Entre la universidades hay más interés en competir que en
cooperar. La poca cooperación tiene como causas: el criterio de
la autosuficiencia, consecuencia de la abundancia de recursos
del cual han dispuesto las universidades; las limitaciones que
representan sus estructuras organizacionales; las normas de re-
conocimiento y la unidisciplinariedad.
10
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
11
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
1
Profesora Titular (J.), Licenciada en Historia con doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad
Central de Venezuela. Es investigadora docente en el Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas, la antigua Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela.
Cuenta con un grupo bastante nutrido de publicaciones dentro del cual la más reciente corresponde al
libro que lleva el mismo nombre de este foro: Sobre la Autonomía Universitaria.
13
proyectado en el hemisferio occidental y universal hasta el pre-
sente.
Condición sine qua non del nacimiento de la universidad en
el mundo occidental europeo fue la autonomía que, concebida en
los términos medievales ordinarios, consistía en libertades con-
cretas necesarias a una institución consagrada a la gestación, ela-
boración, desarrollo, conservación y transmisión del saber en la
sociedad. En la medida en que ésta sigue siendo la función de la
universidad, ésta sigue contribuyendo desde entonces a crear el
soporte o el sustento de la cultura occidental en sus diferentes
dimensiones. Desde allí la universidad fluyó, en su momento,
por razones obvias, hacia las dos Américas, con más intensidad
y premura hacia la hispano parlante que hacia la inglesa.
Como puede verse en el cuadro, es más que elocuente seguir
el ciclo de creación de las universidades en América española
durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
14
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
Académica Administrativa
Económica
AUTONOMÍA Territorial
Gubernamental Financiera
Jurídica
15
Recientemente Anne Marie Cocula2 ha sostenido, en rela-
ción con estudios llevados a cabo sobre la Universidad de
Burdeos, que es a ese carácter originario y nutrido de sus dife-
rentes autonomías, al que se debe la conservación de la esencia,
la función y la continuidad de la universidad a través de los
siglos.
Casi 200 años antes, en 1827, en la línea esbozada por Cocula,
Simón Bolívar suscribía la misma idea en sus «Estatutos repu-
blicanos» para actualizar la Universidad de Caracas, al recha-
zar el modelo napoleónico vigente en aquel tiempo en el cual la
institución quedaba absolutamente subordinada al centralísimo
poder del gobernante, volviendo a los supuestos tradicionales
medievales de la autonomía en todas sus vertientes, particular-
mente la que tenía que ver con la autonomía económica. La sa-
gacidad política sabia de Bolívar intuía ya, en aquellos años, el
peligro que podía significar para la institución universitaria de-
jarla al alcance de los buitres del poder, caudillos ambiciosos
dispuestos a tomarlo a la primera ocasión propicia, tanto peor
si, además, se la legitimaba en el esquema organizativo de la
función del Estado y sus instituciones.
En segundo lugar: la pluralidad y la persistencia de la mani-
festación histórica de la autonomía. Esa concepción plural, hol-
gada en relación con el reconocimiento de las libertades para su
funcionamiento objetivo, ha permitido, en primer lugar, la co-
municación ínter-universitaria, tanto más interesante si se la
imagina en una triple perspectiva: la de las relaciones entre las
universidades en la Edad Media; la de las relaciones constantes
y crecientes entre las universidades de la actualidad y, la de las
relaciones entre los esquemas de la existencia de la universidad
medieval y la actual, a la luz de las dimensiones universales o
globales, del universalismo medieval al globalismo actual en sus
respectivos contextos, en perspectiva comparada. En ambos
casos, siglo XII y siglo XXI, está presente la posibilidad de desa-
2
Cadilhon, Francois (et alia) Histoire d´une Université bordelaise: Michel de Montaigne,
faculté d´arts, faculté des lettres, (1441-1999) Bordeaux, Presses Universitaires, 1999.
Prefacio y conclusiones de Anne Marie Cocula.
16
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
17
consagran algunas cosas que en cierto modo poseen una signifi-
cación institucional tan importante para el continente (¿sin que
éste lo supiera?) como las que tendrían las reformas de Córdoba
en 1918. Bolívar consagra lo siguiente: primero la tendencia a la
secularización de la enseñanza superior; segundo, la especifici-
dad y el realce de la dignidad académica; tercero, la apertura de
esta dignidad a nuevos sectores sociales; cuarto, la tendencia a
la organización más que a la ordenación; quinto, un sentido
democrático más moderno de la vida académica; sexto, el res-
pecto de los valores anteriormente sugeridos y, por último, una
precisión mayor con respecto al funcionamiento y desempeño
de todos los niveles y áreas de la vida universitaria, sobre todo
en los ámbitos gubernamental, académico y económico.
En relación con este último ámbito vale la pena reiterar la rele-
vancia que Bolívar le dio a la imposibilidad de pensar en autono-
mía alguna sin el pivote fundamental de la autonomía económi-
ca. Por eso, en los estatutos se reconoció la dotación de la Univer-
sidad de Caracas con las mejores haciendas, las de las obras pías
de Chuao, Suata, Tácata, a fin de que el funcionamiento y la sub-
sistencia de la Institución no estuviese sujeta a avatares y angus-
tias económicas.
La holgura de la casa de estudios, sin embargo, no fue dura-
dera. Muy pronto se inició un duro destino para la universidad y
sus autonomías, cuando por necesidades políticas se vería ex-
puesta a conceder préstamos forzosos o contribuciones extraor-
dinarias al gobierno, conducentes a la ruina de la academia.
Luego, hay una serie de hechos sobre los cuales quisiera un
tanto pasar por alto porque tomaría mucho tiempo irlos descri-
biendo uno a uno, pero se refieren a la importancia del Código
de Instrucción Pública de 1843, en el cual el status de la universi-
dad queda poco más o menos igual, luego la legislación de 1849,
donde Monagas cercena por completo la autonomía universita-
ria al promulgar una ley absolutamente arbitraria según la cual
no podrían proveerse cátedras sino con profesores adeptos al
gobierno.
18
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
19
En todo caso, la universidad terminó siendo ganada por la
idea napoleónica de ese siglo, la idea napoleónica de la
profesionalización de las carreras necesarias a una sociedad pro-
gresiva y en marcha, sobre todo progresiva que estaba a la vez
ganada por las ideas positivistas que cuadraban tan estupenda-
mente, también, con el personalismo político en boga.
Era la fórmula para la convivencia de los regímenes
personalistas con la universidad, pero eso, con todo, no mató el
espíritu académico libre que perviviría en la institución parape-
tado en el sainete y la ficción, en la rebelión estudiantil cuyas
manifestaciones signaron tiempos nacionales como fue la pre-
sencia y acciones de la Generación del 28, ya en el siglo XX en
tiempos de Gómez, y como lo fue la definición del concepto y su
puesta en marcha en la era democrática que se iniciaba en 1958,
que marcó los tiempos posteriores bajo la influencia de las orien-
taciones del Rector De Venanzi. Ya esto que cuento son mis tiem-
pos, de manera que lo que cuento en cierto modo son mis pro-
pias vivencias y mi propia reflexión sobre mi propia universi-
dad.
El período entre 1928 y 1958 se debate entre la inseguridad del
poder para adoptar métodos y prácticas democráticas y la de la
sociedad para exigirlas. No entraremos en ellos, pero es el perío-
do en que se intenta y se inicia la regulación normativa de la vida
universitaria; es cuando ocurren los proyectos de Ley en 1946, la
Ley Orgánica de 1953, Ley de Universidades, también de 1953.
Ahora me quiero centrar en otro problema importante, que es el
de la Coexistencia de racionalidades dentro de la Universidad
Central de Venezuela en los años 60 y 70.
Me quiero centrar ahí porque fue un período muy malenten-
dido, muy ganado por las ideologías, por la pugna política y por-
que es el cuarto punto de los que quiero tratar en esta exposición.
La época que corre entre las décadas del 60, 70, y 80 constitu-
ye un período difícil, no siempre apreciado y comprendido en
sus justas dimensiones, ni con la cabeza clara para entender la
lógica de cada una de las posiciones asumidas frente a la institu-
ción y las racionalidades que las presiden.
20
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
21
Por último, quisiera llamar la atención sobre la situación actual
de la autonomía por las distintas potencialidades y retos en las
circunstancias actuales. Los problemas de la autonomía univer-
sitaria durante los últimos tiempos se pueden resumir en varios
puntos:
En primer lugar ¿quién es el sujeto de la autonomía? Aquí en
este gráfico lo tienen y puedo continuar diciendo que no siempre
se relaciona y medita con propiedad y detenimiento sobre el
problema del sujeto de la autonomía.
Normación propia
Ente Nacionales
Experimentales
Privados
En términos generales
La Universidad
2.-
Como cada una de las Universidades
particulares
Corporación de
Comunidad académica profesores
(Institución de carácter
La Universidad Corporación de
3.- como
estudiantes
22
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
7 tipos de
Edad Media Libertades concretas Autonomía
23
Tampoco se reflexiona suficientemente sobre el tema de la
autonomía en la jerarquía del orden jurídico, lo cual supondría
pensar en ella como derecho garantizado por la Constitución:
social, fundamental o garantía constitucional; como derecho or-
ganizado y legalizada por la Ley de Educación Superior válida
para todas las universidades del país, o como norma reglamen-
tada por los respectivos reglamentos específicos de cada univer-
sidad, en coherencia o de acuerdo con la Constitución y la Ley de
Educación Superior.
En estas líneas y por el interés que persigue este trabajo, se ha
mostrado preocupación por el tema de la racionalidad. Es cierto
que cuando se medita sobre la autonomía universitaria, no se
plantean las cosas en los términos susceptibles de permitir la con-
sideración de la universidad como un campo susceptible de serlo
para el despliegue de las distintas racionalidades que no se redu-
cen a las que he nombrado hace un momento: revolucionaria,
académica y gubernamental, sino que incluiría además la econó-
mica y la institucional.
La primera sería la propia de la supervivencia material de la
universidad y del cumplimiento efectivo de sus fines. (recorde-
mos la importancia que le concede Bolívar) y la segunda sería la
propia de las relaciones con el Estado, configurada en el orden
jurídico.
La desviación histórica que continuamente me impone mi pro-
pia vocación, me recuerda, por otra parte, la necesidad de re-
flexionar la autonomía a la luz de las distintas concepciones de la
libertad en las diferentes épocas históricas. En la Edad Media,
como libertades concretas. Como ya vimos al principio, los dis-
tintos tipos de autonomía eran en la Edad Media libertades con-
cretas; en la época moderna eran libertades aceptadas por la Igle-
sia y por el Estado. Así empieza la historia de la Universidad de
Caracas. En la post Revolución Francesa como libertad y respon-
sabilidad bajo la hegemonía del Estado, ya la libertad de los mo-
dernos, en los siglos XX y XXI como autonomía cada vez más
responsable en la medida en que no hay libertad sin responsabi-
lidad, ni responsabilidad sin libertad.
24
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
25
Sesión de preguntas:
- ¿Por qué la Universidad de Caracas pierde la haciendas en-
tregadas para la autonomía económica, en la Venezuela del Siglo
XIX?
-Cuando pierde las haciendas, las pierde porque no las pue-
de administrar. Con la liberación de los esclavos la universidad
se encuentra en una situación tremenda: o se convierte en em-
presaria de sus propias propiedades, que eran todas propieda-
des agrícolas, o simplemente se ve a la merced de la situación
política que está al acecho de la riqueza de la universidad para
apropiarse de los bienes que la universidad no puede adminis-
trar. La universidad es una organización creada para la elabo-
ración del saber, para la conservación del saber y para la trans-
misión del saber. Necesita de riqueza para poder mantenerse.
Bolívar lo entiende perfectamente y concibe que la universidad
necesita propiedades que le hagan vivir con independencia, con
autonomía económica, porque tal como vimos anteriormente la
autonomía tiene diversas vertientes que, repito, una vez más,
no se dieron todas juntas en todas las universidades medieva-
les, pero a través del estudio de todas ellas, podemos decantar
los tipos de autonomía. Bolívar no suscribe el modelo napoleónico
absolutamente administrado por dependiente del gobierno, sino
que concibe que la universidad debe tener su autonomía, con
órganos de gobierno propios. Reconoce todas las autonomías,
pero le da muchísima importancia a la económica porque teme
que la voracidad de los caudillos devore a la universidad y se
adopte el modelo napoleónico que él mismo, curiosamente, no
suscribe, para evitar que la universidad se convierta en instru-
mento en manos de gobernantes de turno. Es lo que termina
ocurriendo, porque la historia de la Universidad Central, en la
cual mayormente me he centrado, es realmente trágica hasta el
siglo XX.
La autonomía territorial es la autonomía del campus, o sea,
que del territorio de la universidad, del área donde se imparte la
enseñanza, donde se conserva el saber; ella debe ser inmune a las
influencias exteriores, no debe ser vulnerada por nadie. En el
26
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
27
eso por la sencilla razón de que no se ha ocupado de hacerlo, de
estudiarlo profundamente.
Puede ocurrirle lo mismo que le pasó a la universidad
decimonónica al no tener ni tiempo, ni estructura, ni gente que
se ocupe. Debe estudiar las posibilidades reales de la Zona Rental.
La Facultad de Derecho, por ejemplo, todavía no tiene edificio
propio. Los que conocemos el problema, y aquí hay quien lo
conoce, nos damos cuenta que eso es trágico, que de los propios
egresados de la Universidad Central no nos hayamos ocupado
de ese tipo de cuestiones. Es trágico porque la Universidad Cen-
tral nutre a todas las universidades del país, al menos las ha nu-
trido hasta ahora. En esta universidad hay muchos profesores
que se han venido de la Central para acá, la Universidad Simón
Bolívar comenzó con profesores de la Universidad Central. La
UCV es la madre de todas las universidades y, sin embargo,
padece de este tipo de problemas.
28
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
29
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
“Autonomía y Experimentalidad
en la Universidad Simón Bolívar”
BENJAMÍN SCHARIFKER1
1
Rector de la Universidad Simón Bolívar, Primer Vicepresidente de la Academia de Ciencias Físicas,
Matemáticas y Naturales, Licenciado en Química en la Universidad Simón Bolívar, Ph.D. en Físico
Química de la Universidad de Southampton, profesor titular de la Universidad Simón Bolívar.
Autor de más de un centenar de trabajos científicos así como un libro de texto, además de varias patentes,
entre sus contribuciones más importantes está el desarrollo de teorías y métodos experimentales para
el estudio de formación de fases sobre electrodos. Es Investigador Nivel IV del Programa de Promoción
del Investigador, Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y
Naturales, y Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina.
31
su estado actual, y una cronología del desarrollo de este con-
cepto autonómico en la Universidad Simón Bolívar. Por último,
una reflexión final acerca de la autonomía y la experimentalidad.
Primero que nada la autonomía universitaria ¿Por qué auto-
nomía universitaria? Eso fue expuesto por la doctora Soriano con
bastante lucidez, con la relación de los hechos históricos y la for-
ma como la autonomía universitaria se ha venido desarrollan-
do como concepto fundamental de la operación de las universi-
dades desde que surgieron hace aproximadamente mil años.
Las universidades tienen que ofrecer a la sociedad garantías
en los conocimientos que producen, en el capital humano que
generan y en la variedad de servicios que las universidades pres-
tan a la sociedad. Esas garantías requieren que las universidades
actúen con autonomía, sobre todo de lo que son los intereses in-
mediatos o particulares, no solamente de los gobiernos y las cor-
poraciones, sino también de la amplia gama de intereses indivi-
duales o sectoriales presentes en la sociedad en un momento dado.
En el caso de la universidad privada, garantías de independencia
de quienes la financian, sean éstos corporaciones o individuos.
En el caso de la universidad pública, como ha sido expuesto, si el
gobierno financia la universidad, entonces el gobierno pudiera
pretender que sus intereses estén reflejados en la gestión de la
universidad. No obstante la Universidad, a pesar de esos intere-
ses, debe garantizar calidad en los conocimientos, calidad en el
capital humano y calidad de los servicios que produce.
Cada día más vemos que la generación de conocimientos y
el uso de los conocimientos se convierten en una misma cosa.
Hoy no hablamos de instituciones que generan conocimientos
aisladas de quienes usan ese conocimiento; eso hoy aparece como
un concepto medieval, o en todo caso de la era moderna, pronto
a ser superado. Hoy en día hablamos de redes en donde se gene-
ra y se usa el conocimiento. Entonces este problema de la auto-
nomía universitaria y de cómo las universidades pueden garan-
tizar la calidad de los conocimientos que producen es actual-
mente muchísimo más severo de lo que pudiera haber sido en
la Edad Media o en la Edad Moderna, porque si nosotros en
32
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
33
objetivos que están planteados, sino que lo hagamos también
con economía de recursos, de una manera eficiente. Debemos
lograr altos niveles de desempeño, sobre todo si somos universi-
dades públicas y tenemos que rendir cuentas y demostrar que
somos responsables ante la sociedad. Las universidades priva-
das por supuesto también deben cumplir con estos requisitos,
pero las universidades públicas enfrentan, adicionalmente, la
cada vez mayor demanda de transparencia en la gestión públi-
ca, con mecanismos de rendición de cuentas que sean claros y
completos. Por último, las instituciones universitarias tenemos
que demostrar pertinencia, se requiere que nuestra acción atienda
y contribuya a solucionar problemas reales de la sociedad, y
que esa pertinencia e impacto social estén más allá de los intere-
ses particulares o los intereses gubernamentales transitorios o
inmediatos, expresados a través de gestiones ministeriales o pro-
yectos puntuales.
¿Cuál es la organización actual de la Universidad Simón Bo-
lívar dentro de esta discusión de la autonomía universitaria?
¿Cómo se ha planteado en la Universidad Simón Bolívar la au-
tonomía universitaria? Un esquema de su organización actual
se presenta en la figura 1.
34
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
35
Ley que data del año 70 en su última versión, o del año 58 en su
versión original, que es una autonomía fundamentalmente de-
rivada de la reformas de Córdoba de principios del siglo XX, y
sobre la cual tal vez el doctor Casals nos de informaciones más
precisas en su charla, más adelante.
Nosotros en la Universidad Simón Bolívar vemos la autono-
mía un paso más allá de las reformas de Córdoba. La concebimos
como una autonomía responsable, tal como la definía la doctora
Soriano, no como una autonomía de rasgos autistas, una autono-
mía que conciba a la universidad como una república dentro de
la república, sino una autonomía donde la universidad sea con-
cebida como una institución dentro de una república que tiene
muchas instituciones, y donde la universidad es una más entre
las instituciones.
En estos términos se requiere que la institución universitaria,
siendo autónoma, tenga un sentido de responsabilidad, de rela-
ción con su entorno, y de constante rendición de cuentas. La con-
cebimos como una autonomía organizativa, administrativa, aca-
démica, operativa, patrimonial y financiera. Es interesante notar
que la autonomía territorial no la definimos como parte consus-
tancial de la autonomía; no hemos definido dentro de la Univer-
sidad Simón Bolívar la extraterritorialidad como un rasgo funda-
mental de la autonomía, pero sí la capacidad de organizarnos
internamente, la capacidad administrativa de designar profeso-
res, de inscribir estudiantes, de incorporar profesores a la Uni-
versidad, de nombrar autoridades de todo tipo, de organizarnos
internamente.
Autonomía académica, libertad académica, autonomía ope-
rativa para la administración de los distintos programas, auto-
nomía patrimonial para incorporar o desincorporar patrimonio
de la universidad, y sobre todo autonomía financiera, como ha
sido mencionado, que es una aspiración y una meta pero que
está muy lejos de ser una realidad en este momento.
Concebimos que el reglamento autonómico y el desarrollo de
la autonomía deban ser flexibles, garantizando variabilidad en
las estructuras y programas, para poder alcanzar los objetivos
36
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
37
Figura 2. Organización propuesta para la Universidad Simón Bolívar.
38
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
39
los objetivos estratégicos de la Universidad y la gestión adminis-
trativa, contribuye a la vinculación de la Universidad con el
Estado y la sociedad, y conoce de las políticas establecidas para
establecer alianzas con diferentes entes a través de convenios.
El Consejo Directivo es quien propone reformas al Reglamento
General, aprueba la planificación general de la Universidad de
acuerdo a los lineamientos que recibe del Consejo Social y la
Asamblea Universitaria, establece políticas y estrategias específi-
cas y los mecanismos para ejecutar esa planificación, coordina y
supervisa el funcionamiento integral de la Universidad, aprueba
y modifica su estructura organizativa y funcional así como los
reglamentos internos que no hayan sido dispuestos por la Asam-
blea, y elabora y presenta informes anuales de gestión académica
y administrativa de las diferentes unidades ejecutoras para que
el Consejo Social y la Asamblea Universitaria los conozcan y
aprueben.
Hay tres Consejos adicionales que se proponen para agilizar
la gestión universitaria. Por un lado un Consejo Disciplinario; en
este momento el asunto disciplinario depende exclusivamente
del Rector y pensamos que debe haber un Consejo Disciplinario
de manera de colegiar este tipo de decisiones que incorporan
tanto asuntos de personal académico y administrativo como a
los estudiantes. También se concibe la existencia de un Consejo
de Apelaciones, de forma tal que se puedan apelar las decisio-
nes del Consejo Disciplinario o las resoluciones mismas de los
diferentes Consejos de la Universidad. Por último, una Comi-
sión Electoral para garantizar que los procesos electorales se
realicen de forma independiente.
Me referiré ahora muy brevemente a la cronología del desa-
rrollo de estas concepciones de autonomía en la Universidad
Simón Bolívar. La Universidad Simón Bolívar inicia actividades
en 1970, el mismo año que la Universidad Metropolitana, por lo
que aprovechamos la oportunidad para felicitarla por este nuevo
aniversario. En 1995, coincidiendo con el 25 aniversario de las
actividades de la Universidad Simón Bolívar, el presidente de la
República en ese momento, el doctor Rafael Caldera, decreta y
40
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
41
Para finalizar quisiera terminar con unas muy breves reflexio-
nes acerca de la ausencia de contradicción entre el término ‘experi-
mental’ que pueda usarse para definir una universidad y el término
‘autónoma’ que también pueda usarse para definir a esa misma
Universidad. La Ley de Universidades define a las universida-
des bien sea como autónomas o como experimentales, pero no
establece que las universidades experimentales no puedan ser
autónomas. Esto el doctor Casals seguramente nos lo podrá acla-
rar con mucha mayor propiedad en su charla. De hecho, la Cons-
titución establece que todas las universidades son autónomas y
en cierto sentido las universidades experimentales son las más
autónomas porque actúan según su propio Reglamento, mien-
tras que las universidades definidas por la Ley de Universidades
como autónomas lo hacen en estricto apego a la estructura defi-
nida en esa misma Ley. Por lo tanto, el criterio compartido en la
Universidad Simón Bolívar es que la mejor manera de dotarse de
estructuras, reglamentos, objetivos y programas para poder cum-
plir su función ante la sociedad, es teniendo autonomía para fun-
cionar de manera experimental, de forma tal de no quedar limi-
tada en su funcionamiento por las definiciones -en algunos casos
bastantes restringidas- que contiene la actual Ley de Universi-
dades, la cual define de una manera muy rígida cuál debe ser la
estructura, por Facultades, en que debe funcionar una universi-
dad. La Universidad Simón Bolívar, en particular, no está orga-
nizada en facultades. Tiene una estructura matricial, la cual no
viene al caso definir ni describir en detalle aquí, pero que está
concebida para dotar a la Universidad de una manera de funcio-
nar más ágil y eficiente que las estructuras tradicionales. Por ejem-
plo, en una universidad autónoma tradicional venezolana que
cubriera en sus programas tanto las ciencias como las tecnolo-
gías relacionadas con la salud, un poco para terminar y simple-
mente como ejemplo, pudiera haber del orden de 7 departamen-
tos de bioquímica. Pudiera haber un departamento de bioquímica
en la Facultad de Ciencias, uno en la Facultad de Farmacia, uno
en la Facultad de Odontología, dos en Medicina, si en esa Facul-
tad hubiera dos escuelas, otro departamento de bioquímica en la
42
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
43
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
1
Abogado Summa Cum Laude de la Universidad Católica Andrés Bello en 1988, Especialista en Derecho
Administrativo por la Universidad Central de Venezuela y Doctor en Derecho por la Universidad
Complutense de Madrid. Decano y Profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la
Universidad Católica Andrés Bello, profesor de Derechos Humanos del Centro de Estudios para Gra-
duados de la Universidad Central de Venezuela, Vicepresidente de la Asociación Venezolana de Dere-
cho Constitucional y Miembro de la Comisión Andina de Juristas.
45
autonomía universitaria como principio y jerarquía que permi-
te a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas
de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a
través de la investigación científica, humanística y tecnológica
para beneficio espiritual y material de la nación...”, existe una
interpretación según la cual el uso del futuro (el Estado recono-
cerá) implicaría que en la futura legislación sobre la educación
superior se establecerán las condiciones que deben llenar las uni-
versidades, todas, incluso las que actualmente son calificadas
como autónomas, para gozar de plena autonomía. Esta es una
interpretación sumamente peligrosa. Es una interpretación total-
mente negadora del sentido histórico de la autonomía universi-
taria, al cual se ha referido la doctora Soriano, en el que el con-
cepto de autonomía va ligado a los orígenes de la universidad,
una universidad que es anterior al Estado moderno. Al respecto
es interesante recordar que en algunas decisiones de la antigua
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo (Vid. sentencia
del 21 de mayo de 1984, en RDP 19, pp. 94 y ss.), al hablar de la
autonomía universitaria se le reconoce este carácter de concepto
preestatal –anterior al Estado moderno-, frente al cual hay posi-
bilidades de regulación, siempre que se preserve su significación
histórica.
Según la interpretación comentada, la autonomía universita-
ria sería algo que el Estado puede conceder con arreglo a esos
requisitos fijados legalmente, contrariándose así la propia redac-
ción de la norma constitucional, porque cuando el Artículo 109
dice el Estado “reconocerá” la autonomía universitaria, está alu-
diendo a una realidad preexistente y esa realidad preexistente es
precisamente la universidad y la autonomía universitaria. Es decir,
esta norma, bien entendida, cuando dice que el Estado “recono-
cerá” la autonomía universitaria, lo que implica es que es un de-
ber del Estado garantizarla. Sin embargo, en uno de los
anteproyectos de ley que se están elaborando en relación con la
educación superior, se señalan una serie de requisitos -más que
discutibles- que deben llenar las universidades para ser universi-
dades autónomas.
46
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
47
tituciones de educación superior.
Pudiera pensarse que esta es una consagración muy generosa
y en principio positiva, pero la cuestión debe verse con mayor
detenimiento, porque lo que se reconoce en el anteproyecto a
todas las instituciones de educación superior es una autonomía
de segundo nivel, es decir, una autonomía limitada. Pareciera
que por querer generalizar demasiado el concepto de autono-
mía termina debilitándose, vaciado parcialmente de contenido.
Creo que es importante, siendo fieles a la Constitución, distin-
guir lo que es la autonomía universitaria de otras formas de
autonomía que puedan existir para proteger la libertad de ense-
ñanza en instituciones que no sean universitarias; la autonomía
universitaria es la única que tiene ese anclaje constitucional es-
pecífico y que posee ese sentido histórico, al cual antes nos refe-
ríamos y que no puede ser desnaturalizado por la ley.
Otro asunto relevante es el de la naturaleza jurídica de la au-
tonomía universitaria. Al respecto es interesante observar que
existe una tendencia, por lo menos en el constitucionalismo es-
pañol, con base en diversas decisiones del Tribunal Constitucio-
nal español (Vid., entre otras, la sentencia 26/1987), a reconocer
la autonomía universitaria como un derecho fundamental, y en
Venezuela una sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia (Sentencia 1395/2000, del 21 de noviembre)
establece que la autonomía universitaria se puede proteger a tra-
vés del amparo, que es el mecanismo de protección de los dere-
chos y garantías constitucionales. En nuestra opinión la autono-
mía universitaria en el Derecho venezolano es un derecho consti-
tucional, pero cuando menos habría que tratarla como una ga-
rantía institucional, lo cual se traduce en que el legislador la pue-
de regular, pero no la puede desnaturalizar, lo cual supone que
no es admisible cercenar los pilares fundamentales de su signifi-
cación histórica, de lo que ha sido la autonomía universitaria.
Otro tema que también es delicado y está recogido en diver-
sos anteproyectos de ley, es el concepto de sistema de educación
superior. El concepto de sistema de educación superior en sí mis-
mo no es objetable; diversos trabajos especializados sobre la ma-
teria consideran que es necesario crear un sistema de educación
48
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
49
ese Consejo no debería tener, pero no para que esas facultades
pasen al Ejecutivo Nacional como ahora se pretende, sino para
que vuelvan a la universidad, ahí está el pequeño detalle. Puede
ser cierto que haya algunos excesos en la ley vigente y que esto
deba ser ajustado al nuevo marco constitucional, a ese concepto
que ahora sí es constitucional de autonomía universitaria, pero
pareciera que el desenlace no puede ser aquel hacia el cual el
gobierno está apuntando; la conclusión sería que esas atribucio-
nes vuelvan a la universidad y que, por lo tanto, todo lo concer-
niente al gobierno de la universidad o a la aprobación de los pro-
gramas académicos sea competencia de cada universidad, pero
lo que está planteado en el Decreto 3444 y en uno de los
anteproyectos de ley, es que materias que hasta ahora se venían
abordando en un cuerpo colegiado en el cual las universidades
tienen participación determinante, pasarían a ser resueltas en una
instancia burocrática del Poder Ejecutivo. Si hubiera que escoger
entre las dos cosas, sería preferible quedarse con el Consejo Na-
cional de Universidades, porque por lo menos allí es posible una
deliberación plural entre pares, en lugar de una medida unilate-
ral del gobierno, cualquiera que sea, porque éstas no son reflexio-
nes hechas contra este gobierno, sino contra cualquier gobierno.
Lo expuesto es un mal presagio para lo que pueda ser ese
sistema de educación superior y cabría preguntarse ¿Cómo va a
estar integrado ese sistema? Una regulación que no está bien lo-
grada en las propuestas normativas es justamente la relativa a la
integración del sistema y al peso que van a tener las universida-
des dentro del mismo. Particularmente, la regulación de los
subsistemas es muy insuficiente, porque solamente algunos de
esos subsistemas son reconocidos como autónomos, a pesar de
que en otros que no están reconocidos como tales se van a tomar
decisiones que influyen en la autonomía universitaria, en el fun-
cionamiento de la universidad.
Finalmente, otra idea que debe tratarse con cierta cautela es la
de la pertinencia. En sí misma tampoco es mala; la idea de la
pertinencia se considera en la actualidad fundamental como
expresión de la responsabilidad de las universidades ante la
50
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
51
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
Universidad y sociedad*
l. Introducción
Voy a proceder a describir lo que considero característico de la
universidad como institución y de su relación con la sociedad a
la cual pertenece. Todo ello inspirándome en lo que puede consi-
derarse las mejores instituciones de este tipo que existen en el
mundo, con el fin de mostrar su complejidad y al mismo tiempo
su influencia en el desarrollo de una sociedad. Luego trataré de
ver la medida en que las universidades de Venezuela se acercan
o se alejan de ese ideal y, por ende, cómo podrían ser mejoradas.
Por último, concluiré describiendo brevemente cómo las univer-
sidades pueden ayudar a superar los problemas que se le plan-
tean, tanto los que las aquejan internamente como los que tienen
que ver con el lugar que el país ocupa como nación en el contexto
internacional.
1
Arquitecto (UCV 1972). Especialista en Construcción Industrializada (París, 1976–1979). Estudios de
doctorado en Ciencias Sociales en la UCV (1995– 1998). Profesor–investigador del Área de Economía
y Tecnología del Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción –IDEC– de la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo, UCV, desde 1980. Profesor del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES–
UCV) en el Postgrado Política y Gestión de la Innovación Tecnológica. Miembro del Directorio del
Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT) y Viceministro de Planificación y
Desarrollo del Ministerio de Ciencia y Tecnología desde marzo de 2003.
53
II. Funciones específicas de la universidad
Ahora bien, ¿Cuáles son las funciones específicas de la Uni-
versidad?
Esta es una pregunta que se presta a controversia, pero pien-
so que no habría demasiada discusión si digo que la universidad
es una institución que procura transformar a quien pasa por
ella en seis aspectos principales:
El primero, es que la universidad procura capacitar a los es-
tudiantes, docentes e investigadores para resolver problemas.
Esta capacitación es la que prepara al educando a enfrentar
situaciones que dejarían relativamente indefenso a alguien que
no ha recibido esa formación. Los docentes, junto con los estu-
diantes, procuran crear una atmósfera donde la aparición de
un problema nuevo sea una razón para poner en movimiento
los «engranajes de la cabeza», en lugar de cerrar los ojos y ta-
parse los oídos para no alterar los esquemas asumidos hasta ese
momento.
El segundo aspecto, es que procura enseñar a plantearse pro-
blemas pertinentes acerca de la realidad que nos rodea, especial-
mente con el enfoque de la disciplina cultivada en cada caso.
El tercero, es que esta institución procura formar e informar
en y sobre los conocimientos ya establecidos por los que cultivan
la disciplina de que se trate.
El cuarto aspecto, es que la universidad procura integrar el
conocimiento parcial de cada disciplina en un contexto más ge-
neral que permita ubicarlo con relación a otros conocimientos.
El quinto, es que una universidad procura mantener a su per-
sonal profesoral formado para que pueda cumplir con los cuatro
aspectos anteriores, lo cual requiere que ese personal lleve a cabo
una labor de sistematización de conocimientos y de búsqueda de
otros nuevos saberes, así como de aplicaciones posibles de cono-
cimientos ya establecidos.
El sexto y último aspecto es que procura relacionarse con el
resto de la colectividad en labores de transferencia de conocimien-
tos científicos y técnicos, en atención a los problemas de impor-
tancia o de urgencia para la sociedad, que requieran conoci-
54
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
55
inadaptados, los que quieren desarrollarse intelectualmente, los
que quieren un título por el ascenso social que ello representa y
los que son todo eso al mismo tiempo. Pero, allí, en ese grupo,
suele estar también lo mejor de cada generación, tanto por su
altura de miras como por la profundidad y agudeza de visión.
No se asusten ni piensen que he decidido cubrir de flores a
nuestras universidades. Es inevitable que hablemos de ellas y
las analicemos a la luz de lo que considero característico de una
universidad, vista como una institución que se ha extendido por
el mundo.
La universidad es, pues, un recolector-emisor -rasgo que com-
parte con muchos otros organismos. Pero lo que la hace singular
es la diversidad y naturaleza de lo que emite y recolecta y que lo
hace en el propio país donde tiene su sede
b) El segundo rasgo general de la universidad, en su relación
con la sociedad que me parece importante destacar, es el de fun-
cionar como una especie resaltadora de la «cara explícita de la
sociedad».
Toda sociedad tiene un lado explícito y uno oculto. El explíci-
to está formado por todo aquello que esa sociedad considera que
la define en relación con otras sociedades, de acuerdo a su código
de valores. Lo que ella comparte y lo que la singulariza con rela-
ción a otras sociedades. De acuerdo a ese código, configura su
«cara explícita». Existen, por otro lado, características de esa mis-
ma sociedad que ella oculta cuando las percibe, o que percibe
defectuosamente, y que configuran lo que llamo su «cara ocul-
ta».
c) Esto nos conduce al tercer rasgo general que considero de la
universidad y que es el de funcionar como una especie de «reve-
lador de esa cara oculta de la sociedad».
La universidad suele tener menos medios represivos que los
que posee y perfecciona con celo la sociedad extramuros. Esto es
así, en parte porque la universidad no desea tenerlos, ya que
hacerlo no da prestigio internamente. No quiere medios de re-
presión porque la universidad no sabe de técnicas coercitivas;
porque además hay fuerzas profesorales y estudiantiles que se
56
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
57
presente de esa institución en el país, sin ignorar, sin embargo,
la determinante influencia que ha tenido la universidad en im-
portantes momentos históricos de nuestra nación.
Existen en Venezuela en el presente casi cincuenta universi-
dades, oficiales y privadas, en donde estudian más de un millón
de estudiantes.
Entre las oficiales destacan la Universidad Central de Vene-
zuela, la más vieja de todas, y en cierta forma «madre» de casi
todas las instituciones académicas de Venezuela, la Universi-
dad del Zulia, la Universidad de Los Andes y la Universidad
Simón Bolívar.
Estas instituciones tienen un desarrollo que destaca claramente
cuando se le compara con el de otras instituciones universitarias
de Venezuela.
La preponderancia de estas universidades, tanto de acuerdo a
índices cualitativos como cuantitativos, llama a reflexión.
También se encuentran las universidades privadas, las cuales
han sido resultado de un esfuerzo de la iniciativa privada. Entre
ellas destacan la Universidad Católica Andrés Bello, la Universi-
dad Metropolitana, en Caracas, y la Universidad Rafael Belloso
Chacín en Maracaibo. Sin embargo, este esfuerzo no ha llevado a
estas últimas instituciones a un nivel ni lejanamente comparable
al de las cuatro instituciones públicas antes mencionadas. Si ha-
cemos uso de dos índices, como pueden ser el de las publicacio-
nes en revistas arbitradas y las patentes y al número de profeso-
res en el Programa de Promoción del Investigador (PPI), las uni-
versidades oficiales mencionadas superan de una manera real-
mente sorprendente a las privadas. Estos índices son particular-
mente reveladores porque hoy se sabe que no puede haber ense-
ñanza de nivel superior que no vaya de la mano con la investiga-
ción científica y tecnológica.
¿Quiere decir esto que la iniciativa privada debiera abstenerse
de incursionar en la creación de instituciones universitarias? En
lo absoluto.
Más bien interpreto lo anterior como un indicio de que la
iniciativa privada ha invertido demasiado poco en la creación
58
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
59
establecidos en una determinada disciplina y, por último, cum-
ple una labor de sistematización de conocimientos y de búsque-
da de nuevos conocimientos, así como de aplicaciones posibles
de conocimientos ya establecidos.
Otra actividad que cubre varias condiciones especificas es la
de la interacción entre las carreras humanísticas y las técnicas y
científicas.
La existencia de tal interacción permite decir que la cuarta
condición específica y parcialmente la primera, segunda y sexta
se están cumpliendo en alguna forma.
Las actividades de extensión cultural, científica y técnica per-
miten decir que se están cumpliendo parcialmente las condicio-
nes específicas cuarta y sexta, además de estar acentuando los
cuatro rasgos generales.
De esta manera, en una primera aproximación del problema
de caracterizar nuestras universidades, puedo tomar el cumpli-
miento de los tres tipos de actividades arriba mencionados como
criterios razonables de funcionamiento. De acuerdo a esos tres
criterios, las universidades públicas mencionadas como las que
se destacan son ratificadas como tales. Pero ello no es lo más
importante de la adopción de esos tres criterios para caracterizar
la calidad de nuestras universidades. Lo más importante es dar-
nos cuenta de que esos mismos criterios nos están indicando ha-
cia donde debemos orientar nuestro esfuerzo para mejorar nues-
tras universidades en aquello que las caracteriza medularmente,
y no en aspectos subsidiarios, o abiertamente ajenos, a ese tipo
de instituciones.
V. Conclusiones
He hablado de los aspectos medulares de la actividad de la
universidad y de cuatro rasgos generales de su relación con la
sociedad a la cual pertenece. En el análisis de cada uno de esos
rasgos he podido encontrar la diversidad que tienen las activida-
des universitarias y la importancia -mayor de la que se ve a pri-
mera vista- de las mismas cuando se las visualiza a nivel de toda
la colectividad.
60
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
61
que toda profundización y extensión de la «cultura general»
es evidentemente beneficiosa, sino una necesidad imperiosa
para sociedades inmersas en una situación mundial de gran-
des desequilibrios, de manera de orientar las decisiones que
la afectan a nivel colectivo, teniendo en cuenta su naturaleza
y fines legítimamente alcanzables para preservarse como tal,
entre otras razones, para contribuir a proteger la diversidad
de culturas como patrimonio de la humanidad.
iii) He señalado cómo a nivel del país no puede ser sino benefi-
ciosa la colaboración entre universidades oficiales y priva-
das. Con relación a estas últimas, y sin detrimento del hecho
de que el Estado debe seguir promoviendo la universidad
pública, la industria privada podría contribuir en mucho a
hacer crecer las universidades privadas ya existentes y a fun-
dar nuevas instituciones de este tipo.
iv) Ultima, y no por ello menos importante: vista la gran diversi-
dad de actividades que puede cubrir una institución univer-
sitaria y del impacto beneficioso que pueden tener esas acti-
vidades en la sociedad a la cual pertenece dicha institución
universitaria, los que laboramos en esas instituciones debe-
mos tener conciencia clara de la enorme responsabilidad que
nos atañe en hacerlas funcionar mejor de lo que vienen ha-
ciéndolo en los últimos años. Sin caer en las críticas desbocadas
de quienes sostienen que la universidad no ha contribuido en
casi nada a mejorar nuestro país, pues un rápido análisis dice
lo contrario, si es cierto que la universidad como institución
viene realizando una labor muy inferior a la que podría rea-
lizar, y que si he logrado aclarar que la mejora de esas activi-
dades en el ámbito nacional es uno de los pasos necesarios
para garantizarnos la existencia como pueblo, habré cumpli-
do con uno de los propósitos de esta intervención.
Muchas gracias...
62
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
1
Ingeniero graduado de la Universidad de Luisiana (USA), Master en Administración de Empresas de
la Universidad Central de Venezuela y en Administración Fiscal y Desarrollo Económico de la Univer-
sidad de Harvard, Fellow en el Center for Internacional Affaire de la Universidad de Harvard.
Profesor Agregado de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Simón Bolívar. Actual-
mente se desempeña como profesor titular y Rector de la Universidad Metropolitana, como Consultor
de empresas financieras y corporaciones multinacionales, Vice-Presidente Región Caribe de la Organi-
zación Universitaria Interamericana-OUI y miembro del Consejo de Asesores Internacionales de
UNIVERSIA.
63
El tercer reto tiene mucho que ver con los anteriores y es el
de profundizar el compromiso cívico y los responsables sociales
de las universidades frente a los grandes desafíos del desarrollo
de nuestros pueblos y, en especial, frente a la crisis social e
institucional de la región.
Es obvio que para lograr ese nuevo posicionamiento y poder
enfrentar con éxito los retos anteriores, la universidad tiene que
cambiar y ese es el reto que yo identifico como el cuarto reto, el
de vencer la inercia y lograr esa transformación necesaria, a
los fines de poder cumplir con los compromisos perentorios plan-
teados en nuestras sociedades.
Para tener una visión más objetiva del escenario frente al cual
está enfrentada la universidad, no solamente en América Latina
sino en el mundo y también, desde luego en Venezuela, hemos
planteado de manera esquemática lo que son esas nuevas reali-
dades que empezaron a acentuarse en las últimas cuatro déca-
das, pero especialmente después del derrumbe del muro de Ber-
lín y a principio de los años 80, cuando se liberó el Internet para
usos civiles y se puso de manifiesto que estábamos frente a lo
que personas como Peter Drucker, Alvin Toffler y Fernando En-
rique Cardozo han identificado como la sociedad post capitalista
ó el «Nuevo Renacimiento» o nueva revolución industrial.
Ante estos cambios se está configurando en el mundo una
nueva realidad que, en lo económico, muchos la identifican como
la nueva economía y otros hablan de la sociedad global o la socie-
dad del conocimiento, que hasta ahora no parece estar encami-
nándose de manera cierta a resolver los grandes problemas que
vive la humanidad, porque las estadísticas nos dicen que en lo
social precisamente los problemas se han agravado. Las tensio-
nes sociales han aumentado por la profundización de la brecha
entre sociedades opulentas y sociedades pobres; e inclusive den-
tro de las mismas sociedades opulentas por bolsones de pobreza
versus grupos muy reducidos de grandes privilegiados.
Por ello se habla del peligro de que el proceso de globalización
pueda transformarse en una crisis global si no se revierten las
tendencias excluyentes del mismo. Ante estas circunstancias la
64
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
65
ya que es muy pobre la participación del sector productivo pri-
vado a esta actividad.
En cuanto al acceso a las nuevas tecnologías de la informáti-
ca y, en especial a Internet, se dice que una de las característi-
cas de esta nueva realidad que estamos viviendo, a nivel global,
es el uso masivo de Internet. Hasta principios de los años 80 el
Internet se había mantenido, no digamos que en secreto, pero sí
como una herramienta casi exclusiva del mundo militar y, en
algunos casos limitados, como servicio de apoyo académico;
pero a partir de que se abrió Internet al uso masivo pasó a for-
mar parte de uno de los componentes claves de esta revolución
tecnológica, de eso que se llama la revolución de la informática
y del conocimiento. Sin embargo, vemos que ésta no es todavía
una herramienta que sea fácilmente accesible a los países me-
nos desarrollados. Por ello se habla de los que pudiéramos lla-
mar los «Inforicos», que representan alrededor de 4 millones de
personas, apenas el 7% de la población mundial y manejan la
producción del 53% de los conocimientos, concentrándose en
Estados Unidos y Canadá el 70% de lo que va a los contenidos
académicos por Internet, mientras que en países «Infopobres»
como África Subsahariana el acceso a Internet beneficia sólo a
menos del 0,4% de la población. También es reducido aún el
acceso a Internet en América Latina, especialmente para las
poblaciones de menores recursos.
Hay otro tema que debemos resaltar en el análisis de la reali-
dad latinoamericana en cuanto al importante papel de compro-
miso impostergable de las universidades para transformar di-
cha realidad, se refiere a lo que conceptualizamos como el Capi-
tal Social y la necesidad de promover su expansión como estrate-
gia de desarrollo humano continental.
Una de las características de América Latina es el déficit tre-
mendo en valores como la ética, la falta de solidaridad, la falta de
conciencia cívica y de espíritu de asociatividad y el desconoci-
miento de cómo actuar en una democracia moderna. Todo ello
representa un profundo déficit de capital social que actúa como
pesada rémora al proceso de desarrollo latinoamericano, ya que
66
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
67
ciben frecuentes situaciones de corrupción, como es el caso de
varios de los países de América Latina, son países que no han
podido salir del subdesarrollo.
La fragilidad institucional es también otro aspecto que frena
el desarrollo en América Latina. En la región la percepción que
se tiene es de que hay poca satisfacción con el desempeño de la
democracia, en la forma como hasta ahora la hemos tenido, in-
clusive en los indicadores que identifican estas realidades,
Latinoamérica está por debajo de algunos países asiáticos, de la
India y cercano a Europa del Este que hace poco incorporó la
democracia como sistema de gobierno. Sin embargo, a pesar de
lo anterior, persiste la creencia en los ciudadanos de que no pue-
de haber democracia sin los partidos políticos y ya esto es algo
importante.
Insistimos en que, ante las preocupantes realidades referidas,
la universidad latinoamericana no puede permanecer indiferen-
te. Por ello el gran reto es el de contribuir a darle sentido humano
a la globalización y a los procesos de integración continental. En
este sentido, las universidades en América Latina deben asumir
dos grandes responsabilidades a nivel continental; en primer
lugar, deben formar los profesionales adecuados para los pro-
cesos de competencia que nos plantean los mercados globales;
profesionales que puedan desempeñarse en cualquier lugar y
que puedan mantenerse competitivos a lo largo de toda su vida,
pero además, profesionales que sean capaces de enfrentar como
ciudadanos integrales ese déficit de capital social que sufre la
región para lograr que nuestras sociedades superen el pobre ni-
vel de confianza que, como hemos indicado, explica en gran
medida el bajo nivel de desarrollo, entendido como el desarro-
llo con sentido humano y sustentable.
Los días 2 al 5 de octubre de 2005, participamos en
Florianópolis, Brasil en la XIV Asamblea Bienal de la Organiza-
ción Universitaria Interamericana (OUI), en la cual el tema del
compromiso cívico, la responsabilidad social de las universida-
des era el objeto fundamental de la agenda de ese encuentro que
reunió a cerca de 400 instituciones de educación superior de las
68
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
69
tégicas con los niveles inferiores del sistema para mejorar la edu-
cación en esas instancias, deben defender el principio de la auto-
nomía y el pluralismo académico e incluir el tema del capital so-
cial como parte del modelo educativo, fundamentado en una
pedagogía de valores.
En la Universidad Metropolitana hemos adoptado desde hace
más de cinco años esa estrategia, por ello la formación de nuestros
estudiantes no solamente está orientada a desarrollar profesiona-
les de excelencia con capacidades emprendedoras y competitivas
en los mercados globales y para que sean capaces de mantener-
se actualizados por su propia cuenta; sino sobre todo para que
sean buenos ciudadanos, profesionales habilitados no sólo para
buscar un buen empleo, sino también para ser emprendedores,
es decir, innovadores en las empresas y generadores de nuevas
empresas. Pero fundamentalmente para ser líderes con concien-
cia cívica y responsabilidad social, capaces de lograr las trans-
formaciones que permitan que la región supere la pobreza y la
exclusión social, fortalezca su institucionalidad democrática y
logre un proceso de desarrollo humano sostenible y equitativo.
En nuestra universidad estamos promoviendo la enseñanza
y práctica del capital social como estrategia de cambio cultural
y actitudinal para erradicar la mentalidad rentista y paternalista
y promover la cultura proactiva, productiva y solidaria para
enfrentar las nuevas realidades globales que no sólo plantean
los retos de la competitividad, sino que igualmente requieran de
cambios sustanciales para incorporar el sentido humano en la
nueva economía global que se está construyendo.
Para enfrentar el subdesarrollo tecnológico, la universidad la-
tinoamericana debe incrementar sus programas de postgrado e
investigación y creación intelectual. En este aspecto creemos que
una institución para llamarse universidad debe tener un alto
componente de post grado y, sobre todo, de investigación y de-
sarrollo; sólo así y con el apoyo decidido gubernamental y de los
sectores productivos se podrá ir cerrando la brecha y el rezago
tan preocupante que tiene la región en este campo.
70
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
71
un porcentaje importante ya con doctorado y el resto haciendo
programas de 4° y 5° nivel, como condición fundamental para
asegurar su acreditación académica.
Frente al reto fundamental de estas reformas, debemos estar
concientes que la universidad es una institución en crisis perma-
nente; que no se puede hablar de universidad si no se habla de
crisis, porque cuando la universidad no está en crisis y no está en
construcción permanente, no es universidad. Esa crisis tiene mu-
cho que ver con el equilibrio que debe mantener la universidad
entre ese mundo ideal para el cual la universidad debe cumplir
una función importante, ese responder a las demandas del en-
torno, esa tendencia hacia enconcharse y ampararse en el
academicismo, esa peligrosa tendencia a convertirse en máqui-
nas de producir graduados bajo esquemas populistas, en el caso
de universidades públicas, o por consideraciones mercantilistas
en universidades de gestión privada.
Creo que efectivamente como se planteó en el objetivo de esta
sesión, la universidad a nivel mundial y, en el caso de América
Latina con más razón, está sometida a grandes presiones y debe
responder sobre todo haciendo un gran esfuerzo de reformas in-
ternas que permitan romper con ese claustro encerrado y ajeno a
lo que está pasando en su entorno que es la situación común en
muchas universidades tradicionales. Yo diría que por la crisis
social que estamos viviendo la universidad debe buscar meca-
nismos que le permita ser más activa sin convertirse en agencia
de planificación y desarrollo en la promoción de su aporte para
mejorar las condiciones de su entorno y de su país, contribuyen-
do con los cambios que en la región se requieren para que Amé-
rica Latina y nuestro país, en particular, salgan del subdesarro-
llo, con un fortalecimiento de las instituciones sobre todo de la
institucionalidad democrática. Sólo así la universidad podrá so-
brevivir, en ese mundo de nuevas y complejas realidades gene-
radas por la globalización contemporánea.
Todo lo anterior nos permite aseverar que estamos en la an-
tesala de lo que pudiéramos llamar una nueva revolución uni-
versitaria. La primera la tuvimos en América Latina cuando a
72
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
Muchas gracias.
73
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
La Transformación Universitaria
y las Relaciones Ínter universitarias:
Necesidades improrrogables
CLAUDIO BIFANO 1
1
Licenciado en Química de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de
Venezuela (1962) y Ph.D. en Química de la Universidad de California, (1975).
Profesor Honorario de la Universidad de Carabobo. Profesor Titular de la
Universidad Central de Venezuela.
Ha sido Secretario Académico de la Comisión de Estudios para Graduados de la
Universidad Central de Venezuela y Director de Postgrado de la Facultad de
Ciencias. Vicepresidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas, CONICIT; Secretario General de AsoVAC y Presidente de la
Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria APIU (UCV).
Actualmente es Presidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y
Naturales, Coordinador del Consejo Consultivo Nacional de Postgrado; Presidente
de la Sociedad Venezolana de Química y Miembro del Centro de Estudios de
América.
75
que verdaderamente cree conocimiento nuevo; que la
masificación estudiantil atenta contra la calidad de la enseñan-
za; que es indispensable la evaluación sistemática del desempe-
ño de los profesores; etc. etc. Todo eso, y mucho más, como es
bien sabido, ha sido dicho por especialistas y no especialistas en
la materia y en algunos casos reconocidos exponentes de la vida
universitaria han asomado planes para orientar el quehacer
universitario que pudieron atenuar muchas fallas y permitirle
desprenderse de lo mediocre, pero que desafortunadamente no
han tenido repercusión alguna.
De manera que, a pesar de estar bien establecidos, vamos a
insistir en algunos conceptos básicos sobre la función de la Uni-
versidad, antes de pasar a hacer consideraciones en relación al
tema objeto de este foro.
La formación que ofrecen los estudios universitarios a la so-
ciedad siempre ha sido y es de carácter profesional, científico y
humanístico y, en consecuencia, la enseñanza de nivel superior
consiste en cursos teóricos y prácticos, en todo caso de alta cali-
dad, dirigidos a la formación de un profesional capaz de prestar
servicios al país, adaptados a las especificidades que les son pro-
pias, pero siempre a la altura de las exigencias de la sociedad de
nuestro tiempo. Igualmente a través de ciclos de seminarios, dis-
cusiones y oferta de cursos de ampliación de conocimientos, es
un recinto para mejorar y ampliar la cultura general y la capaci-
dad analítica y crítica de la población, elementos esenciales para
tener una sociedad más independiente y con una visión actual
de los acontecimientos sociales. Una sociedad que sepa preser-
var su identidad cultural e histórica y que a la vez sepa apreciar,
en su justo valor, las culturas de otros países.
También corresponde a la Universidad realizar investigación,
tanto la referida a la generación como a la aplicación del conoci-
miento científico, tecnológico y humanístico, dirigida y ejecuta-
da por profesionales de alto nivel de formación que, en virtud
de ello, puedan contribuir acertadamente a dar respuestas a cre-
cientes demandas sociales.
76
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
2
“La Misión Ribas es un programa educativo alternativo que te proporciona la
oportunidad de continuar los estudios de bachillerato, mediante un régimen espe-
cialmente adecuado a tu condición de adulto y a tus exigencias de responsabilidad,
autonomía, ritmo de desarrollo y necesidades personales de superación con visión
social en el colectivo al cual perteneces.”
“…la educación como el principio articulador del desarrollo con equidad social, y
habida cuenta de que los esfuerzos realizados en materia de acceso a la educación
media han resultado insuficientes,…” el Estado venezolano se ha visto obligado a
“asumir medidas que garanticen la justicia social como lo ordena la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela” creando la Comisión Presidencial Misión
Ribas el 16 de octubre de 2003, mediante el Decreto 2.656 ”
Tomado de la pagina web de las misiones…
77
Al dejar de tener las Universidades el derecho exigir a quie-
nes aspiran seguir una determinada carrera, un cierto nivel de
conocimientos para ser admitido, las obliga a tener que pensar
muy seriamente en el como desempeñar su papel sin menosca-
bo de los valores académicos que la definen, que funcione con
equidad y que al rendir cuenta de sus acciones no sienta ver-
güenza por la calidad del servicio prestado.
Tratar de visualizar como las Universidades pueden aceptar
un número mucho mayor de estudiantes del que actualmente
tienen -que es ya muy elevado- y como deben manejarse para
atender de manera apropiada poblaciones estudiantiles que, a
nivel medio, han recibido una formación diferente y formarlos
a la altura de las exigencias de unos estudios universitarios se-
rios que les permitan estar en capacidad de enfrentar proble-
mas de valor social, es algo que no admite demoras. Como ha-
cer, como bien dijo Mario Bunge, aunque en un contexto dife-
rente, que las Universidades puedan ser algo más que «un lugar
de trabajo, que «más que conocimientos produce diplomas que per-
miten a los jóvenes una forma de ganarse la vida y mantener o alcan-
zar un cierto status social», es un cometido que hay que enfrentar
con mucha seriedad, con decisión y con rapidez.
78
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
79
Los responsables de la transformación
¿De donde puede y debe salir la transformación de la Uni-
versidad?
A nuestro juicio la respuesta es que la transformación uni-
versitaria debe ser liderada por el profesorado y en consecuen-
cia su magnitud dependerá del compromiso que asuma el claus-
tro. Creemos firmemente que, al igual que la calidad de la ense-
ñanza que se imparte, el aggiornamento de las Universidades es
una responsabilidad que concierne principalmente a la comu-
nidad universitaria de profesores, y debe estar respaldada en
los valores sustantivos de la institución, que no pueden ser otros
que los académicos.
Pero antes de pasar al tema de la transformación tal vez
podrían ser útiles algunas consideraciones acerca del cometi-
do y del compromiso del Profesor Universitario. Decimos esto
porque nos parece importante reivindicar la importancia del «ofi-
cio de Profesor», como valor académico esencial. Y es necesario
hacerlo en virtud a que a veces la docencia es relegada a un
segundo plano por la exigencia que la Institución, o algunas
aparentes «buenas ideas», como los programas de estímulo a la
investigación, que inducen a los profesores a dedicar buena
parte de su tiempo a realizar investigación que produzca cono-
cimiento recopilable en revistas internacionales, esencialmente
para justificar un aumento de presupuesto en el primer caso y
para complementar el salario en el segundo.
Enseñar bien exige gran dedicación, no sólo para preparar una
clase magistral, sino para preparar materiales que puedan esti-
mular las capacidades y la curiosidad de los alumnos, atender
sus consultas y realizar una evaluación permanente. Un profesor
competente, además de dominar el conocimiento que imparte,
no por haberlo aprendido en los libros, sino por haberlo aplica-
do a través de la investigación, deberá tener alguna experiencia
profesional en su campo, estar abierto a nuevas ideas, no ser dog-
mático en sus conocimientos y estar en permanente actualiza-
ción.
Al dar un gran peso a la generación de conocimientos, hay
que admitir que se corre el riesgo de disminuir el estímulo del
80
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
81
esta aseveración es falsa y hasta perversa podría decirse, que
ha allanado el camino a muchos profesores, académicamente
mediocres, para alcanzar altos cargos de representatividad
institucional.
A pesar de estar conciente de ser innecesariamente reiterati-
vo, quiero insistir que las únicas fuerzas que deben prevalecer en
la Institución universitaria son la razón de los argumentos y la
hoja de vida de sus integrantes. Y que es a través de un trabajo
realizado con honestidad académica, dedicación a la docencia
y a la productividad en la investigación y con un comporta-
miento civilizado de sus miembros, capaz de respetar las con-
troversias, como puede alcanzarse una Universidad mejor de la
que tenemos.
Nuestras Universidades están urgidas de valores académi-
cos y sociales sólidos que se reflejen en sus contribuciones a la
sociedad; lograrlo depende del esfuerzo y del compromiso de
los Profesores Universitarios, desde cualquier posición que ellos
ocupen.
Estamos convencidos que la transformación universitaria no
es un asunto que concierne a una u otra Universidad; es un tema
que atañe a todo el sistema universitario, público y privado, y
por tanto debe ser tratado de manera conjunta, sin pérdidas de
tiempo.
Proponemos por lo tanto, como materia de alta prioridad, ur-
gir a las Universidades abrir espacios de discusión que permitan
revisar conjuntamente las líneas maestras de la estructura acadé-
mica vigente, el impacto de los planes de estudio, de los progra-
mas de investigación y de las relaciones con el entorno social y
productivo.
82
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
83
iniciativas, a nuestro juicio, es perjudicial para las Universida-
des que no existan políticas que promuevan y apoyen las rela-
ciones ínter universitarias y es un error de la alta gerencia uni-
versitaria que aún no se hayan definido temas de interés
institucional, a ser desarrollados en el marco de una efectiva
cooperación ínter universitaria y, más aún, que no se establez-
can compromisos de alto nivel y un planificación que respalde
y que incentive relaciones estratégicas, entre Universidades o
entre Universidades y organizaciones de producción de bienes
y servicios que fortalezcan la investigación y la docencia uni-
versitaria.
84
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
85
investigación y docencia especializada y, finalmente, que com-
partir la infraestructura es la única manera de entender el siste-
ma de educación superior como tal y puesto al servicio de los
mejores intereses de la sociedad.
Las debilidades, si así pueden ser calificadas, estriban en que
requiere de una cuidadosa planificación y de recursos económi-
cos que permitan la movilización de los estudiantes y profesores
entre las diferentes universidades.
El Programa tuvo muy buena receptividad en las Universi-
dades y rápidamente se crearon los Postgrados Integrados en
Química, Física, Biología Molecular, Ecología Antropología; y
más tarde surgieron otras iniciativas en educación, finanzas,
salud, etc. Esta iniciativa continúa y en la actualidad constitu-
ye una de las vías que apoya con fuerza el Núcleo de Autorida-
des de Postgrado, al momento de discutir nuevas ofertas de es-
tudios de cuarto nivel.
Pensamos que programas que favorezcan la integración po-
drían ser estructurados por las Universidades a nivel de pre y
postgrado.
A nivel de pregrado, por la vía de convenios que faciliten el
tránsito de profesores.
A nivel de postgrado como una forma de hacer posible que
los centros de estudio de más reciente creación se desarrollen
más rápidamente aprovechando la experiencia y las capacidades
instaladas de las universidades más consolidadas; que se forta-
lezcan la docencia y los grupos de investigación aún incipientes
y que los estudiantes conozcan una realidad diferente a la de su
Institución. Estar en contacto con otros profesores, tener acceso a
laboratorios equipados, seminarios, conferencias, escuelas temáti-
cas, son maneras de ampliar y fortalecer su formación académica.
Incrementar el número de postgrados integrados podría ser
particularmente importante en estos momentos en que el Minis-
terio de Ciencia, Tecnología e Innovación ha dado a conocer su
Plan Nacional 2005-2030.
Sin intención de emitir juicios en torno al documento, que no
es materia de esta discusión, en virtud del tema que tratamos,
86
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
87
Tal vez a través de la integración académica de los postgrados
las Universidades pudieran contribuir con la meta que el Minis-
terio se propone, garantizando una formación profesional basa-
da en los mejores recursos académicos y de infraestructura con
que cuenta el país.
Sin embargo, no podemos dejar de manifestar serias preocu-
paciones en cuanto al futuro de nuestra educación superior. To-
das las interrogantes que hemos planteado anteriormente surgen
de la convicción de que la planificación de la Educación Supe-
rior, y de la Ciencia y Tecnología, no puede ser producto de la
aplicación directa de indicadores generales, como el número de
investigadores por millón de habitantes de un país, o de impul-
sos derivados de una demanda poco o mal estructurada.
Antes, por el contrario, su éxito en mucho depende de la ar-
monización de intereses, capacidades y demandas de los siste-
mas de educación, en particular de la educación superior, de in-
vestigación y desarrollo y de la estructura productiva de bienes y
servicios de cada país.
Además de emprender un acelerado proceso de transforma-
ción, a las Universidades compete por derecho manifestar sus
puntos de vista sobre las políticas de formación de los profesio-
nales que necesita el país para adecuarse a las exigencias de una
sociedad moderna.
88
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
1. El monopolio
La dinámica del proceso universitario en América Latina ha
estado marcada por la conformación de Universidades
monopólicas durante varios siglos, asociadas a coberturas de
élites. Las Universidades religiosas y coloniales se estructuraron
en la región en cada una de las diversas provincias o virreinatos
bajo un establecimiento único. Ellas se instalaron por Bula papal
o por decisión de la Corona asignadas a una específica región y
su gestión reposó en una determinada orden, que con ello acce-
día también al monopolio educativo de las élites de ese territorio
colonial. Posteriormente se produjo la lenta secularización de las
Universidades por la expulsión de la Compañía de Jesús en el
siglo XVIII y la transformación de las Universidades religiosas
en Universidades Republicanas a partir de los decretos de las
nuevas Repúblicas post independencias, pero se siguió mante-
niendo un modelo universitario monopólico que fue pasando de
religioso a laico, de colonial a republicano. Las Universidades
cambiaron de orientación o de dependencia pero mantuvieron
los mismos criterios pedagógicos y también su carácter como ins-
trumento monopólico de formación exclusivo en las nuevas fron-
teras nacionales, posterior a las independencias.
1
Director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en
América Latina y el Caribe. Ponencia presentada en el Ciclo de Foros “Transforma-
ción Universitaria: una necesidad Impostergable – Las relaciones Inter.-universita-
rias” de la Universidad Metropolitana, Caracas, 2 noviembre, 2005.
89
En el siglo XX, la Reforma de Córdoba que promovió la gra-
tuidad, la autonomía, el cogobierno y la pertinencia nacional de
las Universidades públicas, mantuvo el monopolio del servicio
educativo a través de la Universidad, basado en Facultades y al
interior de estas en Escuelas y Cátedras. Esta estructuración de
la Universidad moderna, napoleónica y republicana, promovió
su carácter exclusivo, y a su interior articuló la fragmentación
de los saberes a través de las Facultades. Tal organización de las
Universidades en Facultades, Escuelas y Cátedras, tiene su ma-
triz epistemológica en Descartes que concebía la necesidad de
dividir y desmenuzar un problema en tantas partes como fuera
posible y en Kant, que asumía que todo el conocimiento es ra-
cional y que como tal podía ser ordenado y clasificado en es-
tructuras de campos temáticos específicos, separados y
jerarquizados.
La estructuración de las Universidades en Facultades discipli-
narias, tendió a promover su fragmentación, que se instituciona-
lizó en los espacios urbanos en la proliferación de las distintas
facultades y escuelas en diversos lugares de las ciudades. Este
proceso, se reafirmaba en criterios que asociaban a una mayor
integración entre las Universidades y las sociedades y, en tal sen-
tido, su localización diseminada en la malla urbana fue la expre-
sión de dichas concepciones. La estructuración de las Universi-
dades en Facultades autónomas y Cátedras libres, sentó las ba-
ses del proceso de fragmentación y dispersión organizativa, aca-
démica y política, que derivó en criterios diferenciados y especí-
ficos de selección de alumnos, de oferta curricular o de requisitos
de ingresos de los docentes. Tal fragmentación, como respuesta,
sentó las bases para uno de los más significativos proyectos de
modernización e integración al interior de las Universidades de
América Latina, basado en la búsqueda de un funcionamiento
integrado, que tuvo su génesis en los Estados Unidos y que pro-
movió la construcción de los campus universitarios y la depar-
tamentalización de sus unidades de administración y de gestión
de los saberes.
90
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
91
2. La diversificación
El modelo monopólico universitario latinoamericano, ante la
presión de las demandas de cobertura, fue transformándose en
forma significativa desde la década del sesenta, mediante un
intenso y complejo proceso de diferenciación. Las instituciones
de educación superior respondieron a las mayores y diversas
demandas de acceso tanto mediante el incremento de la oferta
como a través de una diversificación de las oportunidades, lo
cual se expresó en una creciente diferenciación institucional,
académica, económica y social. En ese proceso, los gobiernos y
las propias sociedades promovieron la diversificación del sector
público, la expansión del sector privado, y la creación de insti-
tuciones no universitarias, tanto públicas como, sobre todo, pri-
vadas, por diversos motivos económicos, ideológicos o políticos.
Ello produjo el paso de una estructura monopólica pública de
educación superior a una estructura diversificada, con un cre-
ciente rol del mercado en la determinación de las ofertas
curriculares y educativas. Tal dinámica articulada a través de
una creciente mercantilización competitiva, contribuyó a pro-
mover una mayor oferta de oportunidades y una mayor frag-
mentación de los ámbitos de formación terciarios, lo cual re-
dundó en la complejización de los sistemas universitarios. Sin
embargo, las nuevas Universidades privadas siguieron en gene-
ral los mismos modelos organizativos de las Universidades pú-
blicas y, dada la ausencia de limitaciones o de controles, la ex-
pansión del sector privado fue extremadamente elevada y se
expresó en muchos casos en microuniversidades.
La autonomía independiente de las Universidades públicas
y la mercantilización competitiva de las instituciones de educa-
ción superior privadas, en un contexto de desregulación, de
ausencia de políticas públicas y de estándares de calidad bási-
cos, sentaron las bases de una dinámica en la región con bajos
niveles de integración interinstitucionales, crecientemente com-
petitivas y fuertemente ineficientes en términos del mejor uso
de los escasos recursos. Para responder a las demandas, las ins-
tituciones respondieron aumentando y diferenciando sus ofertas
92
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
3. La especialización
La diversificación universitaria creo un ámbito de la educa-
ción superior en casi todos los países disperso, diverso, competi-
tivo y repetitivo, que está lentamente derivando hacia una lógica
sistémica articulada a través de cierto proceso de especialización
disciplinaria e institucional, en un contexto de un funcionamiento
93
mercantil colectivo. En este escenario competitivo muchas de
las instituciones terciarias tienden a especializarse en la produc-
ción y transferencia de saberes en las áreas y campos disciplina-
rios en los cuales tienen sus respectivas ventajas, bien sean de
conocimientos, de localización, de calidad, de recursos, de mar-
cos normativos, de espacios competitivos, etc.
En Perú, es clara la especialización de la Universidad Nacio-
nal de Ingeniería, la Universidad Agraria y la famosa «Catuta»
en las áreas de ingeniería, agro y educación, respectivamente. En
Panamá, la Universidad de las Américas se especializó en las áreas
de asistencia social a las poblaciones débiles, en tanto que la
Universidad Tecnológica de Panamá en las áreas de Ingeniería
y la futura Universidad Marítima en los temas vinculados al
Canal de Panamá y el transporte marítimo. En Honduras, la
Universidad Francisco Morazán se especializó en educación en
tanto la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en las
otras disciplinas. En Venezuela por su parte, la creación de las
Universidades experimentales, a partir de la modificación a la
Ley de Universidades en 1971, permitió la creación de institu-
ciones especializadas tanto temáticamente, como fueron los ca-
sos de la Universidad Nacional Abierta (UNA) o la Universidad
Pedagógica (UPEL), o regionalmente como las 8 restantes. Ade-
más, las propias Universidades autónomas tienen un proceso
de especialización geográfica y no compiten en las mismas re-
giones, en un camino nuevo que derivó en una tendencia a la
especialización universitaria como derivación del proceso de
diversificación acontecido en los 80 y 90.
Tal tendencia es reafirmada en el nuevo escenario de la edu-
cación asociado a nuevas tecnologías y educación permanente,
que promueven la formación de una educación general básica y
competencias profesionales sintonizadas con las demandas la-
borales, en cuyas determinaciones el postgrado comienza a ex-
pandirse y, a través de éstos, las propias universidades tienden
a especializarse.
Tanto en el pregrado como en el postgrado se manifiestan las
tendencias a la especialización. El postgrado latinoamericano en
94
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
95
saber especializadas, fundamentalmente de postgrado, se ha
transformado en una modalidad estructural de los procesos pe-
dagógicos, ante la necesidad de prepararse a entornos cambian-
tes, acceder a escenarios multiculturales y multilingüísticos, es-
tar más cerca de los centros educativos localizados en las fron-
teras del saber de las diversas disciplinas y sobre todo cubrir
saberes a los cuales no se puede acceder a escala local. Actual-
mente se calcula que hay 2,5 millones personas estudiando fue-
ra de sus países de origen, con un creciente peso de los estudian-
tes extranjeros en el total de los estudiantes de los países. En Sui-
za alcanzan al 16,5%, en Australia al 13%, en Austria al 12%,
en Gran Bretaña y Bélgica al 10,5%, en Alemania al 9% y en
Francia al 7,5%. En Estados Unidos, cuya población estudiantil
extranjera es el 3%, para el año 2003 representaron 560 mil es-
tudiantes. En el caso de postgrado, para el año 2001, previo a
los atentados del 11 de septiembre, cerca de un tercio de la ma-
trícula correspondía a ciudadanos extranjeros con visa tempo-
ral. Su número había aumentado en un 31% durante el período
1994-2001, cuando a su vez la participación de la matrícula de
alumnos extranjeros en los Estrados Unidos disminuyó un 10%
. América Latina exporta estudiantes y es la región del mundo
de menor destino de estudiantes extranjeros ya que solo es se-
leccionada sólo por el 0,6% del total de estudiantes que estu-
dian fuera de sus países de origen a escala mundial 2.
Los estudiantes de postgrado están creciendo a escala global,
no sólo por la importancia de la movilidad estudiantil en los pro-
cesos de aprendizaje, sino por cuando en los países centrales, el
proceso de diferenciación se expresó en una tendencia a la espe-
cialización disciplinaria de las propias instituciones. Ello, por su
parte, ha redundado en un incremento significativo en las fron-
teras del conocimiento y en un factor de atracción para los estu-
diantes en la búsqueda de las instituciones localizadas en las
fronteras disciplinarias de los saberes.
2
Unesco, Institute for Statistics, “Tertiary Students Abroad: Learning without borders”,
February 2005, www.uis.unesco.org
96
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
4. La cooperación
La especialización universitaria, tiende a su vez a promover
sistemas universitarios que estén basados en la creditización,
con amplia movilidad interna y externa, mecanismos de asegu-
ramiento y evaluación de la calidad y un fuerte desarrollo de la
relaciones entre la investigación y la docencia. En esas determi-
nantes, la atracción estudiantil hacia ellas en situaciones com-
petitivas, bien sea económicas o de calidad, se refuerza la exis-
tencia de una malla universitaria tanto académica como
organizacional, que promueve la especialización de las diversas
instituciones. El sistema universitario tiende a competir –y por
ende a posicionarse- en base a la especialización. No se compite
en base a publicidad, ni inclusive a economía de costos, lo cual
genera que las instituciones se segmenten para orientarse a de-
terminadas áreas del saber, a escala, tanto de la investigación,
la docencia, como de todo su funcionamiento universitario, con
el objetivo de lograr mejores niveles de calidad y de relación
calidad / costos. Este proceso se apoyará en la búsqueda de
ventajas de saberes y ello en un marco de especialización, tien-
de a incrementar la competencia y, en respuesta a esa nueva
realidad las Universidades, buscarán incrementar los niveles de
cooperación entre las universidades y, también a través de po-
líticas públicas de regulación. La UNESCO expresa que «los paí-
ses en desarrollo y en transición están particularmente expues-
tos a transformarse en mercados no regulados con respecto a
los exportadores de educación superior debido a su insuficiente
97
capacidad de reglamentación» 3 . Así, en el actual contexto
global, crecientemente competitivo entre las instituciones, es tam-
bién uno de los momentos más creativos en el campo de las aso-
ciaciones y alianzas ínter universitarias, como instrumento de
defensa y de competencia de las instituciones de educación su-
perior y de los propios sistemas nacionales y subregionales de
educación superior. La propia Conferencia Mundial de Educa-
ción Superior en 1998, claramente expresaba que «deberá con-
cebirse la cooperación como parte integrante de las misiones
institucionales de los establecimientos y sistemas de educación
superiores» para promover la movilidad universitaria interna-
cional, paliar los efectos negativos de la fuga de cerebros, acor-
tar la distancia que separa a los países ricos y países menos de-
sarrollados en los ámbitos cruciales de la producción y aplica-
ción de los conocimientos4
La cooperación está teniendo múltiples manifestaciones en
la región. Desde la creación de Consejos de Rectores nacionales
y regionales, al establecimiento de múltiples redes de docentes;
desde la violenta expansión de los acuerdos entre universida-
des, hasta el incremento de la movilidad estudiantil; desde el
establecimiento de nuevos marcos normativos basados en polí-
ticas sistémicas para el funcionamiento de la educación supe-
rior hasta el establecimiento de alianzas universitarias; desde la
creación de ámbitos universitarios dedicados a la cooperación
hasta la propia internacionalización de las instituciones latinoa-
mericanos hacia los demás países de la región5 . Sin duda, en el
área de postgrado las posibilidades de cooperación son más
3
Unesco, «Educación superior en una sociedad mundializada», Sector de Educa-
ción, Documento de posición, 2003, www.iesalc.unesco.org.ve
4
Unesco, «La educación superior en el Siglo XXI, visión y acción, Informe Final de la
Conferencia Mundial sobre la Educación Superior», Paris, octubre 1998.
www.iesalc.unesco.org.ve
5
Didou, Silvie, «Internacionalización de la educación superior en América Latina –
Estudio comparativo», Caracas, 2005, www.iesalc.unesco.org.ve. En este informe
comparativo sobre los procesos de internacionalización de la educación superior en
la región a partir de los diversos estudios nacionales se constata como la modalidad
de acuerdos entre instituciones es la modalidad dominante de cooperación, así
como hay una destacable presencia creciente de instituciones de la región que bus-
can atraer estudiantes de la propia región o que se instalan en otros países de la
región.
98
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
99
y que coordina el sistema de préstamos ínter bibliotecarios. El
sistema ha permitido una fuerte especialización de las bibliote-
cas que solo compran en lo que efectivamente están especializa-
das, ellas o sus universidades, que establece una base de datos
bibliotecológica compartida, y que informa a los estudiantes y
docentes donde están los libros dentro de sistema. Tal modali-
dad ha ahorrado fuertes costos a las Universidades que no tienen
que comprar todos los libros, sino que compran aquellos en los
cuales se especializan. Además, la primera que adquiere el libro
es la que hacer el registro bibliotecológico en el sistema y tiene
por ellos determinados beneficios en el propio sistema de prés-
tamo inter bibliotecario.
El futuro de los sistemas de educación parece estar crecien-
temente asociado a los procesos de internacionalización y a la
cooperación internacional. Puede ser este el camino hacia una
división internacional del trabajo intelectual en el marco de co-
operaciones simétricas, que al tiempo que mantengan y promue-
ven la diversidad de instituciones, de saberes y de pertinencias,
promuevan un fecundo intercambio de saberes y de integracio-
nes en marco común. Pero también puede ser el camino para una
mayor expansión de universidades e instituciones globales, de
grandes megauniversidades, más grandes aún que las actuales,
que sienten las bases de una universidad mundial, de un pensa-
miento único.
100
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
Relaciones Inter-universitarias
1
Vicerrector Académico de la Universidad Metropolitana. Ingeniero Químico egresado
de la Universidad Central de Venezuela. Fue rector de la Universidad Simón
Bolívar (USB) entre 1981 y 1985; director de la Escuela de Ingeniería Química y de
Petróleo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y decano de Investigacio-
nes y Postgrado de la UNIMET. Tuvo a su cargo la coordinación de los proyectos
para la creación del Núcleo Universitario del Litoral y Instituto de Investigaciones
y Desarrollo Industrial (INVEDI), de la USB.
Ha sido también miembro de la comisión de becas del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) y de la junta administradora
del Proyecto del Fondo Especial de las Naciones Unidas para el Desarrollo de las
Escuelas de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Química en la UCV, así como asesor
del Decanato de Ingeniería de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en el
área de Ingeniería Química.
101
Las únicas informaciones que encontré coinciden con las ex-
puestas por quienes me precedieron. Están mayoritariamente
en el nivel de postgrado. En pregrado o en otros niveles no hay
información, y yo tengo la impresión que en el nivel de pregrado,
prácticamente no hay relaciones.
En el estudio hecho por Morles, Medina y Alvarez, sobre la
Educación Superior en Venezuela, publicado por el IESALC en
el año 2002, hay algunas referencias al tema. La percepción de
estos autores, porque tampoco se puede demostrar con datos
estadísticos, es que prevalecen las relaciones entre las universi-
dades de Venezuela y las del exterior, sobre las existentes entre
las instituciones dentro del mismo país.
Puede inferirse, entonces, una primera conclusión: hay poca
integración entre las universidades venezolanas. Pero también
puede decirse, adicionalmente, que no sólo hay poca integración
entre las universidades venezolanas, sino que también hay muy
poca integración al interior de las universidades.
Un ejemplo de lo anterior se encuentra en los dificultosos pro-
cesos que hubo de cumplirse en la Universidad Central de Vene-
zuela para conformar un programa integrado en el área de salud
compartido entre las Facultades de Ciencias, Medicina y Farma-
cia y lograr el reconocimiento de asignaturas a cargo de diferen-
tes Escuelas por los estudiantes de la misma Universidad cur-
santes del programa.
La limitada existencia de programas académicos compartidos
entre las Facultades de una misma Universidad explica la exis-
tencia de causas al interior de universidades venezolanas que
podrían explicar también porqué hay tan bajo nivel de relaciones
entre las universidades.
En el diagnóstico sobre la educación superior en Venezuela,
desarrollado en la obra antes citada de Morles y otros, se encuen-
tra como uno de los antecedentes de interrelación entre institu-
ciones de educación superior el decreto del año 1979 de integra-
ción del subsistema de educación superior.
Esa es la época en la cual surgen los institutos universita-
rios de tecnología y los colegios universitarios en Venezuela.
El decreto buscaba el establecimiento de vinculaciones entre
102
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
103
actividad docente a tiempo parcial en diferentes universidades,
representan un nivel de integración implícito. El profesor que
estando a tiempo completo en una universidad, ejerce activida-
des docentes a tiempo parcial en otra universidad crea integra-
ción, puesto que transfiere conocimientos y experticias de una a
otra sin que medie un acuerdo interinstitucional. Afortunada-
mente, entre las universidades venezolanas no se ha creado la
cultura del ejercicio exclusivo de actividades docentes y se per-
mite compartir recursos profesorales.
Me he ido formando la opinión en el sentido de que la
interrelación entre las universidades tiene mayores niveles en-
tre personas y grupos que aquéllas formales entre instituciones.
Pero tampoco hay datos para corroborar esta opinión.
El caso de la Universidad Metropolitana, puede servir de ejem-
plo en algunas experiencias. Hemos tenido profesores a tiempo
completo que han establecido relaciones con grupos de investi-
gación en el IVIC y en la Universidad Simón Bolívar y desarro-
llan actividades en esas instituciones. Esas actividades están for-
malizadas desde el punto de vista de la UNIMET, cuando confe-
rimos permisos a los profesores solicitantes para realizar tales
actividades y cuando comprobamos que efectivamente ellas se
traducen en logros. Cuando se nos ha preguntado sobre la
formalización de tales actividades he sostenido la posición de no
considerarlas necesarias, puesto que ellas son producto de los
intereses compartidos entre profesores alrededor de investigar o
de estudiar determinados temas y de la confianza creada entre
los participantes. Sostenemos la posición de que privan los acuer-
dos interpersonales, sobre el beneficio que pudiera obtener la
Universidad Metropolitana de explotar la existencia de progra-
mas compartidos con la USB y con el IVIC.
Al intentar encontrar respuestas sobre qué impide que tenga-
mos un nivel de interrelaciones entre las universidades, yo creo
que la expresión que usó el doctor Rama la explica. Estamos más
interesados en competir que en cooperar y este es un tema que
debemos analizar entre las universidades.
104
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
105
Otro componente que a mi modo de ver constituye un impe-
dimento para integración entre las universidades es su estructu-
ra organizativa. Anteriormente nos referimos a las dificultades
para estructurar programas compartidos entre diferentes facul-
tades. Yo estoy convencido, y es un planteamiento que sostengo
en la Universidad Metropolitana, que la organización académica
según facultades y escuelas dificulta la integración tanto al inte-
rior de la universidad como entre universidades, pues, se fun-
damenta en disciplinas, es decir, es unidisciplinaria, pero ade-
más, es unidisciplinaria en función de profesiones, no en fun-
ción de conocimientos y tal concepto organizativo no armoniza
con la idea de compartir recursos en torno a programas, pues la
mayoría de estos son de carácter multidisciplinario.
Un ejemplo de organización no convencional se encuentra
en la creación de la Universidad Simón Bolívar, en la cual se
planteó una estructura departamental según áreas de conoci-
mientos y otra estructura, separada de la primera, responsables
de los programas universitarios, es decir, de las ofertas de carre-
ras y de los programas de investigación.
Esta separación de funciones entre una estructura organiza-
tiva que decide qué programas hacer, cómo articularlos, cómo
modificarlos y cómo prestar atención a las demandas del entor-
no, y otra estructura organizativa responsables de ejecutar los
actividades, constituye una alternativa en el camino profundi-
zar la integración interna y, con ello, el inicio de acciones hacia
la integración entre universidades.
Ante la conformación de un sociedad en la que prevalecen la
interdisciplinariedad, las tecnologías de información y comuni-
cación y el trabajo en redes, considero que serios obstáculos con-
frontaremos en las universidades si no hay una acción de rees-
tructuración hacia su interior que promueva la integración in-
terna y las relaciones con otras universidades.
Otro aspecto que incide en los bajos niveles de interrelación
entre las universidades, se encuentra en que el sistema de edu-
cación superior venezolano no diferencia entre universidades.
Las acciones tomadas en diferentes gobiernos de crear uni-
versidades experimentales con diferentes sistemas de gestión
106
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
107
estudios. Pero el sistema de evaluación y acreditación está sus-
pendido.
En el nivel de postgrado se tiene la ventaja de que al no
estar regulado por la vigente Ley de Universidades, ha permi-
tido mucha más flexibilidad en el establecimiento de acuerdos
facilitados mediante regulaciones y normas acordadas por el
Consejo Nacional de Universidades e incentivados mediante
políticas de financiamiento que favorecen los programas inte-
grados. Las acciones de financiamiento, a la vez, se aplican en
función de la calificación de los programas y determinan, por
consiguiente un mecanismo de diferenciación tal que, en mi
opinión, promuevan los acuerdos y el avance en la interrelación
entre universidades.
En una visión prospectiva del tema que nos ocupa, considero
que los retos planteados a las universidades, debido a la existen-
cia de una sociedad basada en conocimientos y al valor de estos
en el desarrollo humano y en el de los países, va a obligar a las
universidades a tener que cooperar, pues van a aparecer em-
presas de conocimientos, dotadas de elevada capacidad de res-
puesta, que entrarán a competir.
En la medida en que no entendamos los cambios que están
ocurriendo en el mundo y cómo afectan a las universidades, no
sabremos enfrentar la presencia de empresas suplidoras de co-
nocimientos, porque los conocimientos se irán convirtiendo si es
que ya no lo son, en servicios sujetos a las reglas comerciales,
que van a ver en esa actividad un negocio, una actividad lucra-
tiva. Se prevé que va a ir transformándose el proceso de certifi-
cación de conocimientos, tradicionalmente en manos de las uni-
versidades, a un sistema de certificación de conocimiento a car-
go de otros actores. Si en las organizaciones universitarias esto
no se entiende y no se adaptan para afrontar tales retos, se ve-
rán desplazadas por otras organizaciones cuyos productos ten-
drán valor de mercado.
De hecho, ya existen universidades con fines de lucro, ya el
conocimiento está convertido casi en un servicio transable. Creo
que nadie pone en dudas que una certificación de una empresa
108
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
109
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
AMALIO BELMONTE 1
1
Sociólogo. Maestría en Ciencia Política. Postgrado en Historia Contemporánea de
Venezuela. Doctorando en Ciencia Política. Profesor Escuela de Sociología UCV.
Investigador sobre asuntos relacionados con la Educación Superior venezolana.
Colaborador en revistas especializadas con respecto a la Educación Superior ve-
nezolana. Coordinador de la Comisión UCV para examinar los desafíos de la
Educación Superior venezolana. Profesor Invitado para los postgrados sobre Se-
guridad y defensa y sociología Militar. Investigador sobre asuntos de Sociología
Militar. Conferencista permanente sobre temas relacionados con transformación y
legislación en la Educación Superior. Ex-director de la Escuela de Sociología. Ex-
presidente del colegio de Sociólogos y Antropólogos de Venezuela. Representante
profesoral ante: Consejo de Escuela Sociología; Consejo de la FACES; Consejo
Universitario de la UCV. Coordinador de la comisión que elaboró el Proyecto de
Ley de Educación Superior, en representación de la UCV y la Asociación Venezo-
lana de Rectores, AVERU. Miembro de la comisión designada por el Consejo
Universitario para examinar los efectos de las nuevas leyes de seguridad social sobre
la comunidad universitaria. Tutor de tesis en pregrado y postgrado sobre Sociología
Política, Sociología Militar, Participación Política y Educación Superior.
111
El Proyecto de Ley Orgánica de Educación contempla aspec-
tos de referencia obligada para la Educación Superior, que pu-
dieran transformarse en doctrina para las universidades y las
demás instituciones del sector, porque dispone de capítulos y
artículos, mediante los cuales se establecen normas y principios,
cuya eventual aprobación determinarían la esencia de una fu-
tura ley para la Educación Superior. Por ello la atención que
prestemos al destino del PLOE en la segunda discusión debe
emular el interés concedido durante años anteriores a este pro-
blema, enfatizando la necesidad de un sistema educativo que
no menoscabe los valores democráticos, la descentralización y
la autonomía académica.
Los peligros de un sistema político hegemonizado por el Eje-
cutivo Nacional se han hecho más evidentes por la composición
actual de la Asamblea Nacional. En el organismo parlamenta-
rio más importante de la nación sólo se encuentran representa-
das las tendencias políticas afectas al oficialismo. Ya en los de-
bates previos a la nueva legislatura, la discusión y aprobación
de leyes dependían de los requerimientos del Presidente de la
República2 . Hasta ese momento el oficialismo con la mayoría
que mantuvo en la Asamblea Nacional, discutía y aprobaba le-
yes que satisfacían los objetivos políticos del Presidente de la
República. Ahora tendremos un Parlamento Nacional con ma-
yor grado de indulgencia ante el jefe del gobierno.
Es en este contexto donde los universitarios deberán tomar
conciencia acerca de un eventual debate que tiene dos asuntos
importantes: la segunda discusión de la ley orgánica de educa-
ción, especialmente los capítulos y artículos relacionados con las
universidades, y la discusión futura de los proyectos de ley de
educación superior (el oficialista y el de la UCV).
Como es sabido, la Asamblea Nacional aprobó en primera
discusión, por unanimidad, durante el primer semestre del año
2
Los diputados jefes del sector parlamentario oficialista durante la discusión de
proyectos de ley que su función era satisfacer las exigencias provenientes del
Despacho Presidencial. En esos términos lo recogió la prensa nacional durante los
períodos de sesiones del año 2005.
112
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
3
El tema del socialismo del siglo XXI no ha sido definido por instancia alguna del
gobierno, sin embargo, es una suerte de muletilla que constantemente adscribe todo
discurso o proposición oficial a esa frase. En ese sentido también se habla de la
educación incluyendo a la educación superior.
113
un viejo eslogan según el cual las ideas de quienes pretenden
subvertir lo existente, poseen supremacía moral para actuar
como bien quieran hacerlo.
Suele ocurrir que algunos gobiernos, que se autodenominan
revolucionarios, convengan en reducir todos los proyectos que
emergen de la pluralidad social a un solo sistema, con la idea de
superar los que algunos filósofos llaman «el caos de la libertad
negativa» por una libertad conducida por una autoridad ilimita-
da, que resolvería todos los problemas y reconciliaría todas las
contradicciones. Al respecto el gran pensador Isaiah Berlin, aler-
ta sobre los peligros de una libertad dirigida:
«el pluralismo, con el grado de ‘libertad negativa’ que lleva consi-
go, me parece un ideal más verdadero y más humano de aquellos que
buscan en las grandes estructuras autoritarias y disciplinadas el ideal
del autodominio ‘positivo’ de las clases sociales, de los pueblos o de
toda la humanidad. Es más verdadero porque, por lo menos, recono-
ce el hecho de que los fines humanos son múltiples, no todos ellos
conmensurables y están en perpetua rivalidad unos con otros» (I.
Berlin 1998, P. 279)
El Ministerio de Educación se ha erigido en el custodio ideoló-
gico de un proyecto doctrinario para organizar el ideario oficial
bolivariano que superaría las consecuencias negativas de la ante-
rior educación, excesiva en pluralismo y valores neoliberales.
Suponen los funcionarios respectivos, de acuerdo como lo de-
nunciaba el citado Berlin que «…todos los valores pueden po-
nerse en los diferentes grados de una sola escala, de manera que no
haga falta más que mirar a ésta para determinar cual es el supe-
rior…» Ello explica la iniciativa del Ministro de Educación
Aristóbulo Iztúriz para ajustar el modelo educativo al modelo de
país del actual gobierno.
Quiere proceder el Ejecutivo Nacional como lo ha hecho con
otros proyectos y reformas de ley, para reforzar la tendencia
centralizadora y controladora del Estado4 . En ese sentido, son
4
Coincidiendo con otros funcionarios gubernamentales el Ministro Samuel Moncada
auspicia la centralización “para impedir la elitización de la educación promovida
por la descentralización privatizadora” (sic)
114
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
5
Estas declaraciones son muy relevante porque el profesor Acuña es uno de los pocos
voceros parlamentarios del oficialismo con disposición para escuchar opiniones de
sectores diferentes al Ejecutivo Nacional sobre los asuntos de la educación venezo-
lana...
6
Entrevista del Ministro de Educación con el periodista Wladymir Villegas en su
programa «Rebelión», en el transcurso de de la cual enfatizo la frase que le es
característica; «La educación es una sola, es un sistema. Es articular el proyecto
educativo al proyecto del país». Agregando que: «La oposición pone objeciones
para convertirlo en un especie de guarimba para chocarlo con el proyecto del país».
115
educativa proceder para «impedir obstáculos ideológicos» en
la estructura del burocrática del Estado (véase Jornada interna-
cional. Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela. Proyecto
Nº 15. «Supervisión en planteles y servicios educativos»).
Parte del discurso oficial dedicado a la «deuda social» del
país con los jóvenes, propone masificar la educación en todos
sus niveles, sin prestar demasiada atención a la calidad, incluso
se llega a descalificar criterios de mérito, formación académica
y calidad. De manera equivocada, los voceros oficiales de la edu-
cación consideran que el aumento de opciones y cupo produci-
ría inevitablemente justicia, equidad y luego se pensaría en el
nivel formativo.
Las críticas del oficialismo a la educación en general para
denunciar inequidades en el ingreso de los jóvenes de menores
recursos económicos y, en el caso de esas instituciones, acusan-
do al principio de autonomía como responsable de la supuesta
elitisación universitaria. Debemos recordar las propias declara-
ciones del Presidente de la República, quien descalificó, recien-
temente, el papel de las universidades venezolanas ordenando
al Ministro de Educación Superior hacer las reformas legales
que permitan reglamentar lo que considera un exceso de auto-
nomía, que ha hecho de las universidades un Estado dentro de
un Estado 7
Un gobierno sensato que desee construir una base de apoyo
para impulsar transformaciones en la educación debería pres-
tar atención a las experiencias y recomendaciones de otros paí-
ses, porque la prospectiva y los desafíos de la Educación son
7
Recordemos las críticas del profesor Héctor Navarro, quien luego de afirmar la
desnaturalización de las universidades, agregó: si se les aplicara un baremo, a lo
mejor algunas dejarían de serlo. (autónomas). Soy partidario, y en este momento no
estoy pensando en ninguna en particular, que así como las universidades pueden
alcanzar su condición de autónomas también las pueden perder”. (Entrevista,
Revista SUMMA, primer número. 2005)
Y en la llamada Declaración de Barinas, (Octubre 2003) las autoridades, profesores
funcionarios bolivarianos concluyeron en que: « las universidades nacionales han venido
perdiendo pertinencia y convirtiéndose en espacios públicos reproductores de las desigualda-
des de su entorno, ajenas incluso a los requerimientos ocupacionales del mercado, como lo
prescribe el credo neoliberal que se repite mecánicamente en la mayor parte de sus aulas».
116
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
117
académica acompañen el conjunto de decisiones que el Estado
y las universidades deban hacer: El debate sobre la calidad se
inscribe en el marco general de las distintas políticas, y se adop-
tan soluciones diversas, aunque convergentes, que guardan re-
lación con la autonomía universitaria y con la capacidad, por
tanto, de las instituciones para establecer sus propias pautas de
gestión.10
Las Universidades Nacionales deben comprometerse en rei-
terar su compromiso irrenunciable para reafirmar en el PLOE
la autonomía universitaria, así como todos los principios que
preservan la pluralidad, la libertad académica y la democracia
en todo el Sistema Educativo, y que garanticen la función de
conciencia crítica de la Academia Venezolana… Exigiendo que
los asuntos principistas y específicos de las universidades de-
ban ser objeto de la eventual Ley de Educación Superior, que es
su lugar natural.
Igualmente, debemos movilizar todos los recursos académi-
cos y políticos que hagan posible nuestra presencia en este de-
bate. La preservación de la libertad académica exige nuestro
compromiso sin evasivas porque: “cuando la intolerancia se hace
doctrina es demasiado tarde para batirla, y los que deberían
hacerlo se convierten en las primeras víctimas” (Umberto Eco,
Cinco Escritos Morales).
10
Francisco Michavila, Benjamín Calvo (2000) «La Universidad Española Hoy» Edi-
torial Síntesis.
118
LA UNIVERSIDAD SE REFORMA VI
Índice
P ÁG.
Transformación de las universidades:
una necesidad impostergable
ALEJANDRO MARTUCCI GRATEROL ....................................................... 5
Autonomía y experimentalidad
en la Universidad Simón Bolívar
BENJAMÍN SCHARIFKER .............................................................................. 31
Amenazas normativas
contra la autonomía universitaria
JESÚS MARÍA CASAL HERNÁNDEZ .......................................................... 45
Universidad y sociedad
LUIS F. MARCANO GONZÁLEZ .................................................................. 53
Relaciones inter-universitarias
JOSÉ ROBERTO BELLO ............................................................................... 101
119