Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de Sierra Carmen. America, el latinoamericanismo y la politica internacional en Marcha (Uruguay). In: América : Cahiers du
CRICCAL, n°9-10, 1992. Le discours culturel dans les revues latino-américaines, 1940-1970. pp. 359-375;
doi : https://doi.org/10.3406/ameri.1992.1085
https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1992_num_9_1_1085
AMERICA, EL LATINOAMERICANISMO
Y LA POLITICA INTERNACIONAL
EN MARCHA (Uruguay)
y obras consagradas. De igual forma en sus columnas se darân a conocer los nuevos
anâlisis en el campo de la Historia de las Ideas en America, sus relaciones con el
Americanismo, el Latinoamericanismo y los problemas del Imperalismo. En esta
linea de reflexion se publicarân numerosos editoriales de su Director, el Dr. Carlos
Quijano, a través del tiempo, como las investigaciones y trabajos de especialistas
nacionales-corresponsables del semanario o estrechos colaboradores- , como el Dr.
Arturo Ardao, el educador Julio Castro y el critico literario y cientista social Carlos
Real de Azûa ; también de importantes figuras extranjeras como los mexicanos
Leopoldo Zea y Octavio Paz, del cubano Alejo Carpentier o el argentino José Luis
Romero.
Sin lugar a dudas a través de esta nueva empresa de revision de lo nacional
en el interior de lo americano, surgirân nuevas pautas de anâlisis y comprensiôn del
pais en sus relaciones con el continente, con Europa, con Estados Unidos ; con lo
espaftol y lo nativo criollo.
Al comenzar el siglo XX, el escritor José Enrique Rodô, el autor de Ariel
(1900) - verdadero mensaje este por la union continental y la defensa de la
independencia econômica y cultural del continente, dirigido a la juventud de
Iberoamérica - visualizaba ya con toda claridad el nuevo imperialismo - aunque no
utilizara ese término -, de la época contemporânea. Eran los Estados Unidos, que en
la region del Caribe, denominado "Nuevo Mediterrâneo" se afirmaban en expansion y
poderio desde la segunda mitad del siglo XIX : las intervenciones y tomas de control
de Puerto Rico, Cuba, Haïti, Santo Domingo, Panama, Repûblica Dominicana,
Nicaragua y Veracruz en Méjico ; todos considerados por el gran pais del Norte dentro
de su esfera de influencia directa, a los que se debia guiar, educar y civilizar. En ese
llamado a la unidad al comenzar el siglo, se temia no solo la expansion econômica y
militar sino también la difusiôn de un modelo cultural de la potencia del norte que se
percibia con un sistema de valores y de sensibilidades muy diferentes a los
engendrados en la historia especîfica del continente latinoamericano. l
Résulta de interés observar cômo en los afios 60 se publica en el semanario
Marcha en forma de articulo una investigaciôn del Dr. Arturo Ardao, - abogado,
filôsofo, especialista de Historia de las ideas en America, catedrâtico universitario, a
la vez que cofundador del semanario -, sobre el tema "Origenes del
Latinoamericanismo antiimperialista" sobre cuyas bases investigarâ, mas tarde,
largamente el autor. En el mismo se plantea - contrariamente a la version mas
difundida en la época - como la corriente latinoamericanista y antiimperialista ténia
sus origenes hacîa un siglo, al comenzar la segunda mitad del siglo XIX. Como
habia comenzado como una toma de distancia frente al "viejo Americanismo" que
desde la revoluciôn independentista de 1810 habia dominado en el continente hasta el
"Congreso Americano" de Lima en 1864 ; haciéndose ver a su vez que este "Viejo
LATINOAMERICANISMO Y POUnC A INTERNACIONAL EN MARCHA 361
su propio destino". El juicio es categôrico, exigente para los americanos y sobre todo
para sus élites percibidas como expresiones de "psicologia o mentalidad de ocioso
impénitente que encomienda la resoluciôn de sus dificultades a la ayuda externa, al
golpe de azar, a la perezosa convicciôn de que todo se arreglarâ", mâs tarde 10. Por
ello también considéra que el famoso Panamericanismo, propulsado por la America
del Norte y aceptado cômodamente por muchos gobernantes y élites
latinoamericanas, "es una farsa" y un pretexto cobarde para eludir nuestras
obligaciones" de ser adultes e independientes. Aparece asi hasta ahora que "nuestro
gobiernos y nuestros pueblos ... casi todos han sido incapaces de trazarse un camino
y soportar los riesgos y penurias de andarlo". u
El anâlisis de Quijano reivindica sin duda, la racionalidad, la programaciôn,
la planificaciôn, la disciplina, que se adjudican generalmente como caracterîsticas de
la racionalidad y el cientificismo de las sociedades modernas, pero lo hace no en
cuanto modelo a copiar o sistemas a trasladar, sino en cuanto a fuerzas internas a
descubrir, ordenar y encauzar. Hay sin duda una toma de conciencia de la parte de
estos intelectuales criticos muy bien representados por Carlos Quijano, de ese
complejo de inferioridad y minusvalîa desarrollado en las poblaciones y en las élites
polïticas e intelectuales del continente. Complejos motivados por causas internas y
déterminantes externos, por tensiones y conflictos mal resueltos entre las
especificidades culturales tradicionales de las diversas regiones del continente
latinoamericano, la "modernidad" y los diversos caminos y formas de la
"modernizaciôn".
Estas nuevas generaciones de intelectuales no parecen créer en la validez de
un modelo de evoluciôn y desarrollo histôrico de valor universal ; no parecen
fascinados - salvo algunas excepciones - por ese modelo occidental de "el progreso" y
la "racionalidad" y de la "modernidad" que ha acompanado el sistema capitalista y en
cierto sentido también la experiencia del mundo comunista a través de otra version
voluntaria del desarrollo y el crecimiento. Si algo aprece claro en estos intelectuales
de extensa formation cultural universal actualizada es la afirmaciôn del anâlisis
histôrico, que descarta todos los peligrosos etnocentrismos "segûn los cuales el
conjunto de los paises del uni verso deben ordenarse en relaciôn a un modelo ûnico y
general que habria encontrado su expresiôn perfecta en ciertos paises del mundo que
por lo tanto deben ser considerados como los verdaderos modelos" a seguir. Es decir
que trente a esa pretendida universalidad del modelo occidental "desarrollado", se
reivindica la especifîcidad histôrica y las tradiciones culturales particulares insalvables
reconociendo al mismo tiempo las virtudes de racionalidad, de método, conocimiento
y planificaciôn que ha aportado a la historia universal la modernidad, pero sin
confundirla con determinadas expresiones histôricas de la modernizaciôn 12. Hacia
fines de los afios 50 y aflos 60 esta postura se refuerza a nivel nacional, como
LATINOAMERICANISMO Y POLJTICA INTERNACIONAL EN MARCHA 367
conciencia del nuevo protagonismo politico social que se percibe mundialmente con
los movimientos de independencia, de descolonizaciôn y de tendencias nacionales, en
regiones del tercer mundo, que hacen pensar en una nueva etapa de toma de posesiôn
de las propias historias de los paises de la "periferia" al mundo industrial y moderno.
Dentro de este tipo de toma de conciencia se podria considerar también -
pero dentro de un ângulo esencialmente ético en relaciôn a los problemas de la
identidad individual o colectiva -, un artfculo publicado en el numéro 50 de
Cuadernos de Marcha por el escritor uruguayo Roberto Ibâfiez, dedicado también a
Rodô. Reflexionando sobre la permanencia de muchos de sus planteos, hace notar
cômo Rodô siempre recordaba un precepto de Cicerôn, "que incluye entre los deberes
del hombre - de todas las épocas el "preservar" o tutelar la originalidad de su carâcter
personal", es decir respetando su historia y caracteristicas especificas. Como este
razonamiento lo relacionaba con la historia colectiva al referirse al continente
latinoamericano porque también "solo conquistando su propia personalidad e
independencia moral y espiritual - y ése es el propôsito explicita de su libro Ariel -,
podrîan conquistar estos pueblos (americanos) la plena independencia politica, social
y econômica". Concluyendo este escritor que una vez mas se confirmaba que en la
historia "solo se habilitan para la libertad quienes aima adentro Uegan a conocerse y
definirse". u
Para apropiarse de si mismos y defenserse de la "tutela protectora y
filantrôpica de los fuertes y ordenados sobre los débiles y revoltosos" y defenderse de
ese imperialismo americano empefiado en desmantelar soberanias, "protegiéndolas",
dice irônicamente Ibâfiez, con palabras de Rodô se hace necesario primero conquistar
la independencia desde adentro. La tarea fundamental es por lo tanto antes que nada el
autoconocimiento, la autoafirmaciôn y la apropiaciôn de si mismos, para poder ser
fuertes, defenderse y construir el proyecto propio. También Carlos Quijano, hacia la
misma época, en un editorial se identifica claramente con esta postura, afirmando que
en realidad "la experiencia propia no sirve a los ajenos. Tanto si se trata de hombres
como de generaciones", haciéndolo también extensivo por comparaciôn a las
sociedades. 14 Por ello también parece claro que la experiencia de los otros no sirve
fundamentalmente como modelo a los latinoamericanos, ni puede darles las
soluciones a sus problemas, que obedecen a una historia, a causas y caracteristicas
especificas.
Dadas las caracteristicas de Marcha, como palestra pûblica en el campo de
las publicaciones, de sus "Cartas a los lectores", de sus reuniones, conferencias y
discusiones, se manifestaràn, a través del tiempo diferentes posiciones filosôficas e
ideolôgicas sobres los temas anteriormente mencionados, dentro de una cosmovisiôn
dominante de tipo radical democrâtico progresista y de izquierda.
368 Carmen DE SIERRA NEVES
los aflos 30, de una "Europa enferma", cuya ûnica salvation era la union de la Europa
y la salvation de las circunstancias europeas, pero no la Hispanizaciôn de Europa 20
como lo ha planteado Arturo Ardao.
Se puede afirmar que gran parte de la clase intelectual del pais a partir de los
aflos 40, si bien no comparte muchos de los anâlisis sociolôgicos de Ortega y Gasset
en La rebeliôn de las masas, coincidfan en general con el escritor espafiol y otros de
su generation, en la mirada critica sobre ciertos aspectos de la evoluciôn del mundo
industrial capitalista contemporâneo y sus idolos de "economicismo predatorio",
sobre su alienation de ciertos valores fundamentales de la convivencia humana y de la
vida social. Pero esta prevenciôn del medio intelectual contra el economicismo
salvaje y el utilitarismo, no estaba contra lo util, lo eficaz, lo racional, lo
programado y lo planificado. Una manifestacion clara de ello sera la evoluciôn en los
afios 50 y 60 del semanario Marcha a través de la linea de compromiso con la realidad
national y latinoamericana, que le impone su direction y el equipo responsable de
redaction del mismo. En el mismo sentido se puede hablar de los trabajos de
investigation sobre temâticas y necesidades concretas y especificas del pais y el
continente, desde fines de los afios 50, en los 60 y primeros aflos del 70, de parte de
organismos de investigation de la Universidad nacional, como de otros organismos
oficiales privados de investigation cientifica sobre la realidad nacional.
Pero es cierto que, por etapas, en el seno de esos sectores surgieron
expresiones de caracter individual y de grupo, que se caracterizaron por una peligrosa
oposiciôn entre lo "americano" y la "tradition" - en cuanto identidad cultural
especifica - a la "modernidad". Esta actitud aparece en la prâctica como el
enfrentamiento entre una vision culturalista y marcadamente emotional de la
tradition, enfrentada de forma confusa a otra supuesta vision totalmente racionalista,
pragmâtica y cuantitativa de la modemidad. En realidad esa postura parecerâ como una
reacciôn al anterior desprecio maniqueo al que se ha hecho referencia, que identificaba
todo lo americano, lo hispânico y lo ibérico, con lo arcaico y regresivo, que habian
sido las caracterîsticas del pensamiento intelectual dominante de la primera mitad del
siglo, en total continuidad con el liberalismo racionalista, evolucionista y mismo
positivista de los sectores intelectuales en las ultimas décadas del siglo précédente.
Los limites fundamentales de esos sectores, identificados con los valores
tradicionales, que no dejan de ser democrâticos, estarîan en la no distinciôn entre la
"modernidad" y las diferentes formas de la "modernization", como lo ha explicado
LATTNOAMERICANISMO Y POLJTICA INTERNAQONAL EN MARCHA 371
soluciones "comunistas", sobre todo después que la nueva Revolution Cubana - bajo
el bloqueo y el arrinconamiento econômico politico de Estados Unidos -, se adhiere
en forma aislada dentro del continente, al sistema soviético. Su temor no es
especificamente ideolôgico, sino metodologico y de respeto a los déterminantes de la
historia del continente. "Se trata de encontrar y elegir la trayectoria de America Latina
y dentro de ella, para nosotros la del Uruguay. Se trata de avizorar nuestro destino".
Pero para realizarlo - continua -, para ser eficaces y efectivos se hace necesario el
realismo y la planification. "Trayectoria y destino, para que sean viables, para que no
se frustren, para que cuajen, estân determinados en primer término por las
condiciones histôricas, geogrâficas, econômicas, las propias y las ajenas" ; porque,
continua, "para veneer a la naturaleza hay que empezar por obedecerla" 24.
Al comenzar los aflos 70 también Quijano realiza la sintesis de su
pensamiento y de la evoluciôn del semanario que dirige, asi como de una parte muy
importante del pûblico que lo sigue todos los viernes. Aparece en su discurso con
toda claridad el intento de reunion entre la tradition national y latinoamericana y la
modernidad. "Un pais es una tradition y un proyeeto. La tradition ... corre de padre a
hijos, de generation en generaciôn, de aflo en afio y de siglo en siglo. Vive en el aire
que se respira, en la tierra nutricia, en las palabras que se emplean, en las creencias y
en los mitos, aûn informulados o informulables que respaldan el cotidiano andar".
Queda asi asegurado el peso y el valor de la tradition y de esa especie de naciôn
natural que se ha formado a través de la historia nacional o continental, que no se
puede ni se debe soslayar. Pero aclara, "un pais no es solo una tradition, una
historia. Es un proyeeto también. Mirar al pasado es necesario. Construir para el
futuro es la tarea" 2S.
Parece ciaro en el anâlisis que ese proyeeto latinoamericano, de identidad,
desarrollo y crecimiento, habïa que construirlo con la imaginaciôn y el trabajo
propios, sin esperar de los modelos, las ayudas y las soluciones externas, la
resoluciôn verdadera de los problemas internos. Era necesario pues para realizar esa
"heroica, dificil, obscura" tarea, - que exigirâ el trabajo de varias generaciones -,
integrar el pasado y el présente, la tradition y lo moderno, lo subjetivo y lo objetivo,
lo interno y lo externo. La unidad del continente no existia como un hecho natural,
sino que habia que construirla a través de un duro trabajo y un proyeeto a realizar.
En el afio 59, Quijano habia ya planteado con realismo algunas evidencias
en su editorial "America, espacio y tiempo", haciendo referencia a que "America no
es un espacio politico, tampoco un espacio geogrâfico - haciendo menciôn sin duda a
la diversidad de regiones y a su incomunicaciôn -, y no esta demostrado que sea un
espacio econômico y sin embargo puede creerse que sea necesario hacer de ella un
espacio politico donde coexistan varios espacios econômicos" M. Diria también que
para America, la alternativa era "unirse o perecer" en cuanto espacio e identidad
374 Carmen DE SIERRA NEVES
histôrica independiente en el concierto mundial. Esta ahora claro, que ese proyecto de
union continental habia funcionado hasta ahora como un mito, un sueno, pero que
ahora se hacia imprescindible realizarlo en la prâctica por una exigencia de
supervivencia, material, cultural y de identidad histôrica : "y las opciones son varias -
decia mas tarde -, : la union de toda America Latina, la union de nuestra America
Hispana ; las uniones, federaciones o confederaciones régionales, que pueden adquirir
distintas formas, algunas no imaginables, y que son el reverso de la anexiôn", como
lo propulsaba el Panamericanismo 27.
Asi al correr de la década del 60 y al comenzar la década del 70, siguiendo un
camino de autoconocimiento abierto por estos sectores intelectuales y universitarios
empecinados y comprometidos en la reflexion cultural y geopolitica, la poblaciôn del
pais comienza lentamente a descubrir su pertenencia inevitable y lôgica al continente
latinoamericano, al présente y al futuro.
NOTAS