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Conduccion de Vehiculos SEIS 2014 PDF
Conduccion de Vehiculos SEIS 2014 PDF
PRESENTACIÓN ........................................................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN........................................................................................................................................... 4
CONOCIMIENTO Y REVISIÓN DEL VEHÍCULO ................................................................................................ 6
NIVEL DE URGENCIA E ITINERARIO PREFERENTE .......................................................................................... 8
PROTOCOLO DE SALIDA PARA EL CONDUCTOR .......................................................................................... 11
CONSIDERACIONES LEGALES ..................................................................................................................... 13
CONSIDERACIONES ÉTICAS ........................................................................................................................ 16
Principales causas de accidentes de vehículos de emergencias...................................................... 17
Factores de distracción durante la conducción .............................................................................. 17
Reacción de los usuarios de la vía ante el vehículo prioritario........................................................ 18
La primera reacción ...................................................................................................................... 19
Consejos para una conducción más segura.................................................................................... 20
Ganarse el respeto de la comunidad ............................................................................................. 21
CONSIDERACIONES TÉCNICAS ................................................................................................................... 22
Comunicar nuestra intención ........................................................................................................ 22
Mezclarse con el tráfico ................................................................................................................ 22
Relación de marchas ..................................................................................................................... 24
Intersecciones............................................................................................................................... 24
Cambio de dirección ..................................................................................................................... 25
Giros y curvas ............................................................................................................................... 25
Cambios de sentido....................................................................................................................... 27
Frenado ........................................................................................................................................ 29
Marcha atrás................................................................................................................................. 32
Utilización de la calzada ................................................................................................................ 33
Posición en el tren de salida .......................................................................................................... 38
Sirenas .......................................................................................................................................... 39
El tacto de la conducción .............................................................................................................. 42
Condiciones de conducción adversas ............................................................................................ 43
LLEGADA AL SINIESTRO ............................................................................................................................. 44
REGRESO AL PARQUE ................................................................................................................................ 48
FORMACIÓN Y RECICLAJE .......................................................................................................................... 49
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................... 53
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PRESENTACIÓN
Puede resultar paradójico que alguien que acaba de iniciarse en la profesión de bombero
se aventure a escribir una revisión acerca de la conducción en este ámbito tan peculiar de
las emergencias. Sin embargo, son precisamente el desconocimiento y el vacío formativo
lo que me ha empujado a preguntar a los compañeros con más experiencia, a buscar
información en la red y a reflexionar de un modo crítico sobre cada salida que realizo con
el servicio.
Por tanto, este trabajo sobre la conducción de emergencias tiene el doble sentido de
ordenar los consejos y las notas que he ido tomando al respecto, así como de ofrecer a
otros nuevos conductores un punto de partida para desarrollar su punto de vista
particular. Y aunque a lo largo del texto se emiten numerosas opiniones, en ningún caso
se pretende adoctrinar. Soy consciente de que es un texto incompleto, quizás demasiado
centrado en la conducción urbana.
Para obtener una visión más plural sobre el tema, conductores de diferentes servicios de
bomberos han revisado el texto y han aportado sus propias opiniones y experiencias. Mil
gracias a Miguel Ángel García, Antonio Fuentes, Manuel Castilla, Nacho Délano, Álvaro
Buendía y Alberto Moreno, entre otros.
Ojalá que esta lectura os inspire un extra de motivación para analizar, criticar y mejorar la
asistencia que prestáis en vuestros respectivos servicios.
Contacto: srenilla@gmail.com
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INTRODUCCIÓN
Pero la principal causa de estrés del conductor quizás sea el miedo a sufrir un accidente y
no llegar al destino.
Normalmente los accidentes ocurren por una cadena de causas, algunas más
importantes que otras, pero rara vez por una sola
causa. Es lo que se conoce como “Teoría del Queso
Gruyere” de James Reason.
Los agujeros de las lonchas representan fallas o puntos débiles por los que puede abrirse
paso el error. Trasladado a nuestro ejemplo, revisión superficial del vehículo, ausencia de
formación continua, nerviosismo exagerado al sonar la alarma, conocimiento deficiente
del callejero, velocidad temeraria, coches con ventanas subidas y música alta, llovizna,
etc. Si el error atraviesa una loncha, lo normal es que la siguiente se lo impida, y así
sucesivamente.
No obstante, a lo largo del tiempo, los agujeros cambian de tamaño y ubicación, y cuando
“casualmente” se alinean, el error los atraviesa y se produce el accidente.
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La Teoría del queso gruyere nos recuerda que los accidentes poco probables ocurren, y a
veces con daños irreparables para las personas.
En general, para evitar un único accidente trágico en el futuro debemos actuar sobre
decenas de detalles aparentemente irrelevantes en el presente, y eso tiene un coste
personal alto que a menudo nos cuesta asumir. Y sin embargo, a todos nos gusta
consideramos “profesionales” en nuestra labor. Pero la RAE define “profesional” como
“persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación”. Las
“capacidades” se pueden mejorar con la experiencia y la formación continua. Y la
“aplicación” se refiere al desarrollo de una aptitud proactiva durante las guardias.
A lo largo del texto se ofrecen enlaces externos a documentos (Link), vídeos (►) y
grabaciones en internet. Para seguir el vínculo hacer “click” o “ctrl + click”.
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CONOCIMIENTO Y REVISIÓN DEL VEHÍCULO
Por parte del conductor existe un trabajo previo a las salidas de emergencia que puede
tener gran trascendencia en el resultado de la intervención.
M: 9 t M: 20 t
L: 6 m / An: 2.4 m / Al: 3 m L: 8 m / An: 2.5 m / Al: 3 m
BUP AEA
M: 12 t M: 15t
L: 7 m / An: 2.5 m / Al: 3.2 m L: 10 m / An: 2.5 m / Al: 3.3 m
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Dicho conocimiento se adquiere con la conducción de los mismos, preferiblemente en
régimen de formación (callejeando), pero sobretodo durante las propias emergencias.
Es frecuente no revisar algunas partes porque tenemos la sensación: de que ya las han
revisado otros ¡Error!, de que seguramente funcionen bien ¡Error!, que su anormal
funcionamiento seguramente no afecte al desarrollo de las intervenciones ¡Error!, o de
que a los demás les parezca una tontería ¡Error!. (Teoría del Queso Gruyere).
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NIVEL DE URGENCIA E ITINERARIO PREFERENTE
Nivel de urgencia
El tipo de servicio orienta sobre la urgencia con la que se desarrollará la salida. Para
adecuar la conducción a la naturaleza del servicio podríamos clasificar las salidas como
urgentes y no urgentes:
Los servicios urgentes no son solo aquellos con un riesgo declarado o inminente, con
posibles víctimas implicadas (Ej.: Incendio en vivienda, accidente de tráfico con víctimas
atrapadas…), sino también aquellos siniestros, en principio inocuos, que pudieran
evolucionar desfavorablemente (Ej.: Fuego en contenedor). En los servicios urgentes se
conduce con rotativos y sirena, “optimizando la relación seguridad/velocidad”.
Aquí se presenta el dilema de si debemos circular más rápido si hay, o si pudiera haber,
víctimas implicadas. Sin embargo, el aumento de velocidad conlleva una disminución en
la seguridad, y parece más sensato llegar un poco más tarde que correr el riesgo de no
llegar. Es por ello que, desde este texto, se defiende una única relación de
seguridad/velocidad para todos los servicios urgentes. Aquella relación que, para
cada conductor, resulte ser la óptima, independientemente de la percepción de la
gravedad de cada siniestro. Obsérvese que los tiempos de aproximación se reducen
bastante gracias a los privilegios que el Reglamento de Circulación otorga a los vehículos
prioritarios.
Por su parte, en los servicio no urgentes (Ej.: Apertura de piso por pérdida de llaves), se
conduce sin rotativos ni sirena, respetando las normas de circulación como cualquier otro
vehículo. Igualmente conduciremos al regresar al parque, al ir a repostar, etc.
Durante el trayecto podemos recibir nueva información que aumente o disminuya el nivel
de urgencia, y deberemos adaptar la conducción a la nueva situación.
Itinerario preferente
Por otro lado, el conocimiento de la dirección del siniestro desencadena una serie de
preguntas que el conductor debería ser capaz de responder en el plazo de 30 segundos,
con objeto de que la salida no se demorase, idealmente, en más de 1 minuto. Para lo cual
se puede ayudar de la central de comunicaciones, el jefe de salida, mapas, etc. Estas
preguntas son:
¿En qué parte de la ciudad/comarca se encuentra dicha dirección?
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Si es una vía con múltiples accesos ¿A qué altura/ sentido se encuentra el siniestro?
¿Cuál es el itinerario preferente para llegar “desde donde me encuentro”?
¿Debo considerar alguna situación especial de tráfico, obras, eventos, frecuentes
vehículos en doble fila (horas escolares), etc…?
Las vías con múltiples accesos plantean el dilema de dos o más aproximaciones
diferentes a la misma dirección, y suele ocurrir por alguna de las siguientes razones:
o Vías largas (Ej.: Av. Larga)
o Vías de doble sentido con mediana (Ej.: Av. Mediana)
o Vías con tramos separados (Ej.: Calle Separada)
o Vías con tramos en los que cambia el sentido (Ej.: Calle Multisentido)
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Cabe destacar que la condición de “vía con múltiples accesos” es un concepto dinámico
que depende de nuestra ubicación con respecto a dicha vía y de la ubicación del siniestro
en la propia vía.
Por ejemplo, para dirigirse a un siniestro en la Av. Larga, al salir del parque podemos
decidir si acceder por la izquierda o por la derecha, en función de en qué extremo de la
vía tenga lugar. Pero si el siniestro se encuentra en el centro de la avenida, o si el aviso lo
recibimos al volver de otro servicio y nos encontramos en el punto X, el acceso a la Av.
Larga se reduce a una única opción.
Otros condicionantes
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PROTOCOLO DE SALIDA PARA EL CONDUCTOR
Las salidas urgentes resultan particularmente estresantes para los conductores ya que,
hasta la llegada al siniestro, casi toda la responsabilidad de la intervención recae sobre el
conductor. Para entenderlo, basta con pensar que si el vehículo y su dotación llegan
tarde, o no llegan, al lugar del siniestro se trunca la labor de salvamento, con las
consecuencias que pudieran derivar de ello.
Por otro lado, sabemos que la implantación de protocolos disminuye el estrés, al tiempo
que evita descuidos y aumenta la eficacia de tareas predecibles.
5. Salida con rotativos y sirena. Comprobar antes que todas las puertas del
vehículo están cerradas. Rezar la máxima S.E.R. (Seguridad > Eficacia >
Rapidez)
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Cuando parte del personal de servicio no sale a una emergencia, es de agradecer que
alguien ayude al conductor en tareas como arrancar el vehículo, poner las luces y la
emisora, comprobar que los armarios están bien cerrados, o transmitirle algún dato sobre
la dirección o el itinerario.
Merece la pena dedicar el tiempo necesario a clarificar el itinerario, pues este tiempo se
recupera después con creces durante el recorrido. Aunque muchas veces algún
compañero conoce la dirección, después pueden surgir sorpresas, por lo que es
aconsejable perder unos segundos más mirando el mapa para tenerlo claro nosotros, y
contar con información redundante. A veces, la redundancia es la clave de la seguridad.
Debemos tener en cuenta que cuando el conductor tiene claro “todo” el itinerario su
mente se libera de esa carga y puede centrarse completamente en la conducción. Sin
embargo, cuando el conductor es guiado, el hecho de estar atento a quién le guía y la
sensación de incertidumbre no permite que la mente se entregue a la conducción por
completo.
Por otro lado, ya durante la conducción, si tenemos la más mínima duda sobre el trayecto
debemos consultar cuanto antes al mando o a los compañeros. Debemos llevar un
callejero siempre en el vehículo.
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CONSIDERACIONES LEGALES
“Sólo” podremos ignorar las señales de prioridad de paso (stop, ceda el paso,
semáforos en rojo, ceder a la derecha, etc...) “si antes nos hemos cerciorado” de
que no existe riesgo de atropello para los peatones y que todos los demás
vehículos se han detenido o se disponen a facilitarnos el paso (Art. 67.2).
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Los vehículos prioritarios “implicados en un accidente” de circulación
deberán:
Detenerse en el lugar menos peligroso de la vía.
Auxiliar a los heridos y avisar al 112.
Evitar modificar el estado de las cosas para la asignación de
responsabilidades (Salvo que con ello se perjudique la seguridad de los heridos
o de la circulación).
Permanecer en el lugar del accidente hasta ser autorizados a retirarse por la
autoridad (salvo si las heridas son claramente leves, la seguridad de la
circulación se haya restablecido, y ninguna de las personas implicadas solicite
nuestra presencia)
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Evidentemente, la aplicación del RGC a la conducción en el día a día requiere (¡además
de su conocimiento!) la interpretación por parte del conductor de cada situación, ya que el
texto da directrices muy abiertas para abarcar múltiples posibilidades. Y porque, sin
considerar las conductas extremas, no existe una línea divisoria clara entre la conducción
urgente responsable y la conducción negligente.
En todo caso, destacar que el conductor del vehículo de emergencias incumple las
normas de circulación bajo su “exclusiva” responsabilidad y que, dado el caso, la
valoración de un juez sobre un accidente en el que nos veamos implicados no tiene
porqué coincidir con la nuestra.
Como ejemplo curioso de lo que se desprende del RGC, si otro usuario de la vía provoca
un accidente debido a la presión de un vehículo de emergencias que intenta abrirse paso
de un modo agresivo, el usuario tiene la ley de su parte si denuncia al conductor del
vehículo prioritario.
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CONSIDERACIONES ÉTICAS
Éticamente, la conducción debe ser segura para los intervinientes y para los demás
usuarios de la vía. Y no hay ninguna situación que justifique conducir de forma insegura.
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Principales causas de accidentes de vehículos de emergencias
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Reacción de los usuarios de la vía ante el vehículo prioritario
… Puede que algún conductor/peatón no nos vea ni nos oiga (ventanas cerradas, música
alta, déficit visual, sordera…), por lo que debemos asegurarnos expresamente de que
"todos” los conductores/peatones nos ceden el paso o se disponen a hacerlo.
… La urgencia que representa la sirena causa estrés a los demás conductores, pudiendo
éstos quedar paralizados o realizar maniobras peligrosas. Por ello, debemos ser
pacientes y guardar una distancia prudencial para no agobiarlos, de ese modo se
apartarán del modo más seguro y rápido.
… En las vías con varios carriles, los conductores tienden a apartarse a su derecha. Por
ello, si tenemos la intención de girar a la derecha más adelante, no conviene
posicionarnos en el carril derecho con demasiada antelación, tal y como lo haríamos
durante la conducción normal. Porque los conductores rara vez comprenderán nuestra
intención, permanecerán en el carril derecho, e incluso aminorarán la marcha. En lugar de
eso, la mejor opción es seguir circulando por el carril izquierdo/central hasta unos metros
antes de la salida que queremos tomar, en la cual señalizaremos y, si es necesario,
detendremos el vehículo ligeramente torcido hacia donde queremos girar para dejar clara
nuestra intención.
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La primera reacción
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Consejos para una conducción más segura
No conducir por encima de las propias posibilidades. Las prisas son el peor enemigo de
la conducción. Se aconseja conducir a la defensiva, es decir, desconfiando y esperando
reacciones extrañas del resto de conductores y peatones, de este modo estaremos
prevenidos para reaccionar a tiempo y evitar el accidente.
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El conductor de un vehículo de emergencias debe anticiparse a los peligros más
frecuentes. La secuencia mental de este proceso es:
1) INVESTIGAR la vía (Mediante una actitud activa, visión global...)
2) IDENTIFICAR riesgos (Colegios en hora de entrada/salida, pasos de peatones,
tráfico denso, badén, intersecciones, estrechamientos, suelo mojado, luna empañada,
iluminación escasa, conductor negligente…)
3) PREDECIR si el riesgo es probable, inminente...
4) DECIDIR qué hacer para evitarlo
5) EJECUTAR
Sin embargo esta no parece ser en absoluto la situación actual. Hoy en día los SEIS
gozan de buena consideración por parte de los ciudadanos, y esto es algo a lo que los
conductores podemos contribuir practicando una conducción segura y respetuosa con los
demás usuarios de la vía.
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CONSIDERACIONES TÉCNICAS
Para ello se debe conocer bien el itinerario (preselección de carriles, prioridad de cruces),
observar el tráfico existente (visión global), conocer las reacciones frecuentes de los
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conductores, anticiparse a los contratiempos y adoptar estrategias eficaces cuando se
presenten, saber transmitir nuestras intenciones a los demás usuarios y conducir
dándoles tiempo para reaccionar.
Conviene guardar una distancia suficiente con el vehículo de delante, tal que si este se
detiene (o se encuentra ya detenido) podamos continuar nuestra marcha sin tener que
realizar ninguna maniobra adicional. Esto es válido tanto para la conducción de
emergencia como para cuando se regresa al parque.
Y, en caso de tener que zigzaguear, recordar que nuestros vehículos pueden volcar con
facilidad, especialmente si un imprevisto nos obliga a realizar un giro brusco.
Velocidad
En general, debemos disminuir la velocidad durante la conducción urgente cada vez que
vamos a contravenir una norma de circulación. De hecho, la posibilidad que tenemos de
rebasar los límites de velocidad estipulados queda restringida por la coletilla “ a condición
de haberse cerciorado de que no ponen en peligro a ningún usuario de la vía ”.
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La velocidad produce un efecto túnel que
disminuye el campo visual ocultando los
peligros laterales.
Relación de marchas
Intersecciones
Las intersecciones son los puntos más conflictivos de la red vial. Deberíamos considerar
las siguientes precauciones, especialmente cuando no tengamos prioridad:
Cruzar las intersecciones a menor velocidad.
Controlar lo que sucede en la intersección en su conjunto (Visión global). Especial
atención a las señales de prioridad, cambio de estado de los semáforos y frenado de los
vehículos que nos preceden.
Presentar nuestro vehículo progresivamente, de modo que todos nos vean y
aprecien nuestra urgencia y nuestra intención de cruzar.
Establecer contacto visual con todos los conductores y buscar gestos que denoten
que, aunque no se hayan detenido, nos ceden efectivamente el paso.
En los cruces, se debe mirar inicialmente contra el carril que primero vamos a
cruzar, después en el sentido contrario, y de nuevo en el primer sentido (para
cerciorarse de que la situación no ha cambiado)
Conductores que no vemos, apantallados por otros vehículos (autobús, camión...), y que
tampoco nos ven, pueden invadir repentinamente la intersección cuando cruzamos.
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Cambios de dirección
Giros y curvas
Vamos a considerar dos tipos de curvas, o giros, con diferentes peligros asociados:
Giros a 90º
Es el caso de los cruces entre calles, donde el principal problema puede ser la
maniobrabilidad. Cuando circulamos con camiones debemos tener en cuenta que,
Las ruedas delanteras están detrás de nuestro asiento.
Las ruedas traseras se comen parte de la curva. Abrirse al entrar a la curva. Vigilar el
interior por el retrovisor.
El voladizo barre el exterior de la curva. Cuidado con abrirse demasiado o girar
demasiado rápido. Vigilar exterior por el retrovisor. El voladizo, además de impactar
contra objetos de la vía, puede invadir el carril adyacente causando problemas al resto
de conductores.
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Curvas abiertas
Nos referimos a rotondas, curvas de avenidas, carreteras, etc. donde el principal peligro
es la salida de la calzada e incluso el vuelco del camión. Además, una velocidad excesiva
dificulta a los compañeros la labor de terminar de ponerse el equipo de intervención. Para
evitarlo deberemos tener presente:
Frenar con anticipación antes de entrar en la curva y seleccionar una marcha
adecuada con antelación.
Trazar la trayectoria adecuada, sin cambios bruscos de dirección.
No frenar (riesgo de subviraje) ni acelerar (riesgo de sobreviraje) dentro de la curva.
Tener en cuenta el centro de gravedad de nuestro vehículo (Ej.: Vehículos escalera) y
las posibles reacciones de sus cargas (Ej.: Cisternas de agua, especialmente a media
carga). Hay que tener en cuenta que la inercia de los líquidos transportados en las
cisternas provocan reacciones de vaivén con cierto retraso.
Al tomar una curva de radio no constante el giro del volante cambia continuamente
durante la trayectoria de la misma, cerrándose al entrar y abriéndose al salir. Es decir,
requiere que adaptemos constantemente el giro del volante a cada parte de la curva. Esto
es algo que no percibimos por costumbre, pero que se hace patente cuando apartamos
temporalmente la vista de la curva y al volver a mirar al frente observamos que el
vehículo se está saliendo de la misma, y nos vemos obligados a hacer la típica corrección
brusca para volver al centro del carril. Por lo tanto, al tomar una curva de estas
características a cierta velocidad se debería mantener la vista al frente, y evitar mirar por
los retrovisores si no es estrictamente necesario (cambio de carril, cambio de dirección,
etc.).
Vista la incompatibilidad entre tomar rápido una curva y mirar por los retrovisores,
podemos analizar el extremo contrario. Cuando hacemos un giro estrecho, típicamente un
giro en cruces de calles de un solo carril, suele ser necesario comprobar por los
retrovisores que el lateral interior de camión no se va a “comer” ningún objeto, y que el
voladizo exterior no va a “barrer” ningún objeto. Para ello, es importante reducir la
velocidad lo suficiente para pasar con seguridad.
Al circular de noche entre calles muy estrechas, a veces cuesta distinguir por los
retrovisores la distancia entre la caja de nuestro camión y los retrovisores de los coches
estacionados a ambos lados. En este caso, además de solicitar la ayuda del copiloto para
que vigile su lado, resulta muy útil encender los faros laterales de nuestro vehículo.
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Un caso diferente a lo comentado en los dos párrafos anteriores es el de las glorietas o
rotondas. Como éstas tienen un radio fijo es posible, manteniendo fija la posición del
volante, vigilar los espejos retrovisores mientras giramos sin salirnos de nuestro carril.
Esto no sólo es posible sino que además es aconsejable, ya que algunos usuarios de la
rotonda tienden a realizar, con cierta frecuencia, cambios de carril peligrosos.
Cambios de sentido
1º Viraje en U
Cuando se dispone espacio suficiente el cambio de sentido se realizará con una sola
maniobra de giro.
2º Viraje en redondo
Cuando el ancho de la calzada no permite el viraje en U podemos aprovechar una parte
de la calzada con mayor ancho que nos permita abrirnos antes de girar. La maniobra
implica 2 o 3 giros.
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3º Viraje en retroceso
Si los virajes anteriores no son posibles, pero existe una calle en el lateral de nuestro
sentido, podemos sobrepasar dicha perpendicular e introducirnos en ella retrocediendo,
para luego salir por el sentido contrario. En este caso se requiere invadir la vía secundaria
marcha atrás.
4º viraje de frente
Pero si la calle perpendicular sólo llega al sentido contrario, podemos introducirnos en ella
de frente y retroceder a la principal para posicionarnos en el sentido contrario y continuar
la marcha. Esta opción tiene el grave inconveniente de invadir marcha atrás la calle
principal.
6º Viraje en Y
Si al intentar el viraje de tres puntos no se logra salir a la primera seguiremos
maniobrando hacia delante y hacia atrás hasta que sea posible. Es la maniobra más
peligrosa y que bloquea la vía durante más tiempo.
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Frenado
Cada vehículo de los SEIS posee unas características particulares en cuanto a capacidad
de frenado y tacto del pedal de freno. Hasta que el conductor se acostumbre a dichas
diferencias conviene comenzar pisando el freno suave y progresivamente, con
anticipación, para ir tanteando la fuerza necesaria.
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Cuando se conduce por carretera hay que vigilar el posible calentamiento de pastillas de
freno, y evitar frenar durante mucho tiempo seguido, especialmente en pendientes
prolongadas. Un exceso de calentamiento de las pastillas de freno, los puede dejar fuera
de servicio. En estos casos hay que utilizar el freno motor junto a una marcha adecuada.
Distancia de seguridad
Es muy importante mantener una distancia prudencial con el vehículo / objeto que nos
precede para poder reaccionar adecuadamente ante cualquier contratiempo.
Para vehículos pesados se ha sugerido la “Regla de los 3 segundos”:
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Por otro lado, dentro del tren de salida hay que guardar una distancia con el vehículo
prioritario que nos precede tal que:
Sea suficientemente grande como para no colisionar con el mismo en caso de
frenada brusca, para que no nos oculte de los vehículos que circulan delante del tren, y
para que tengamos una visibilidad adecuada del tramo de vía que nos precede.
La suficientemente corta para que los usuarios de la vía no se cierren sobre nosotros
tras el paso del vehículo prioritario que nos precede en el tren.
Frenada de emergencia
Tras percibir el peligro, una sensación de sorpresa invade al conductor y, estando éste
alerta, puede pasar un segundo hasta que emprenda la primera acción para evitarlo. A 50
km/h habremos recorrido casi 15 metros.
En caso de emergencia no conviene que intentemos frenar el camión progresivamente ni
reduciendo marchas, el retraso en la frenada puede resultar fatal.
En caso de tener que realizar una frenada extrema para evitar una colisión inminente
debemos actuar del siguiente modo (►).
1) Dado que la mayoría de los vehículos modernos cuentan son sistemas anti bloqueo
(ABS), pisaremos el freno a fondo y no intentaremos modular la frenada, de eso ya se
encarga la centralita del vehículo. Ésta integra las señales de diferentes sensores y
realiza ciclos de desbloqueo de las ruedas para mantener la adherencia.
2) Buscar una vía de escape a izquierda o derecha (no quedarse mirando el obstáculo) y
girar el volante con firmeza (máximo media vuelta).
3) Pasado el obstáculo, deshacer el giro con un movimiento rápido y corto.
4) Avanzar hasta un lugar seguro.
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Marcha atrás
Dar marcha atrás entraña un alto riesgo de atropello o colisión debido a la falta de
visibilidad. Y dicho riesgo es particularmente alto cuando hablamos de vehículos
pesados, con longitudes de entre 6 y 10 metros.
Mantener ambas manos en el volante mientras se vigilan los dos espejos retrovisores
es lo más aconsejable. Sin embargo, hay quién se siente más cómodo manejando el
volante con una mano y sacando la cabeza por la ventana.
Si no hay nadie con nosotros, debemos bajar y comprobar que no hay obstáculos, dar
marcha atrás un poco, volver a bajar para verificar la distancia a los obstáculos, dar
marcha atrás otro poco, y así progresivamente. Es un método lento pero seguro.
TRUCO: Cuando estamos solos y el margen de maniobra es estrecho, podemos bajar y
medir visualmente cuánto queremos dar marcha atrás. Después, desde la cabina,
sacamos la cabeza por la ventana, miramos hacia el suelo, y tomamos como referencia
una parte de la carrocería que haremos retroceder sobre el pavimento la distancia
deseada. Esto evita perder la noción de la distancia.
Al estacionar debemos guardar una distancia suficiente con el vehículo u objeto de
delante para que no sea necesario dar marcha atrás al salir.
Si por la razón que sea nuestro vehículo no emitiese la indicación sonora de marcha
atrás, deberemos dar toques de claxon durante la maniobra.
Los accidentes al dar marcha atrás pueden ocurrir de varios modos. Por ejemplo, cuando
pasan los años sin incidentes y nos invade una falsa sensación de inmunidad, decidimos
no contar con la ayuda de un compañero. O también cuando estamos solos y hay que ir a
buscar a un compañero y “molestarlo”. O porque, a pesar de estar los compañeros con
nosotros en la cabina, vamos a retroceder “sólo un palmo” para maniobrar en un giro y
nos parece innecesario que alguien baje a mirar. ¡Error evitable!
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Otra causa de accidente al dar marcha atrás son los malentendidos entre conductor y
persona que se sitúa detrás para guiarle. A veces el guía mueve una mano en señal de
stop pero no lo vemos bien por la oscuridad, o porque estamos vigilando el retrovisor
contrario. Otras veces nos gritan que paremos pero no lo oímos por el ruido del motor.
Para evitar estos malentendidos lo mejor es que el guía golpee contundentemente la
carrocería con la mano. Es una señal visual y sonora muy efectiva.
Otras veces, hay un obstáculo que el guía no ve desde su posición. Entonces, si nosotros
sólo atendemos al guía y no vigilamos el otro espejo, podemos colisionar el vehículo.
Además, cuando dos o tres personas parece que vigilan al mismo tiempo la maniobra,
hablando entre ellos, moviéndose de aquí para allá… unos por otros puede que ninguno
nos diga que paremos.
Como el conductor es el responsable del vehículo, es él quien debe procurar tener todo
controlado, informar de cómo quiere que se le vigile la maniobra y decidir si cumplir las
indicaciones del compañero al 100% o no.
Utilización de la calzada
En las vías con dos o más carriles es posible adelantar a los vehículos que van más
lentos o que nos ceden el paso. El adelantamiento es una maniobra compleja y peligrosa.
En función del número de carriles y sentidos de la vía el adelantamiento resultará más o
menos arriesgado, y deberemos seguir unas pautas determinadas para realizarlo del
modo más seguro y eficaz.
La máxima a seguir es: Integrarse en el flujo del
tráfico de la forma más natural posible.
El reglamento de circulación establece, para todos los usuarios
de la calzada, que:
Como norma general, fuera de poblado (carretera,
autovía…) se circulará por el carril de la derecha y se
adelantará siempre por la izquierda. Sin embargo, en las vías
urbanas (calles, avenidas…) y en las travesías (carretera en suelo urbano) se debe
circular por el carril que más convenga en función del destino, y el adelantamiento se
puede realizar tanto por la izquierda como por la derecha.
Además, cuando un conductor advierta la presencia de un vehículo prioritario en
servicio urgente deberá facilitarle el paso, generalmente deteniéndose o apartándose a
la derecha.
El RACE mantiene una política activa para unificar e implantar en nuestro país los
“corredores de emergencia” (►) , o espacios que deben dejar los conductores a los
vehículos de emergencias. El RACE realizó una encuesta en la que la mayoría de los
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conductores mostraba no tener claro cómo facilitar el paso en una vía con tráfico
colapsado.
En la actualidad, el Reglamento General de Circulación establece los criterios para ceder
el paso a los vehículos de emergencia, pero no recoge los problemas que se plantean a
estos servicios en caso de retenciones. Con los corredores de emergencia se reducirían
los cronos. En otros paises existen carriles para bomberos denominados “Fire Lanes”.
Los vehículos que circulen en tren de salida deben circular uno detrás de otro por el
mismo carril, con objeto de aprovechar el pasillo creado y no desconcertar a los demás
conductores. Cuando el
vehículo que nos precede en el
tren realiza un giro brusco,
debemos pensar que
seguramente ha esquivado un
obstáculo que nosotros también
tendremos que esquivar.
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Las siguientes recomendaciones para el uso de la calzada por parte de los servicios de
emergencias gozan de amplia aceptación:
Circularemos entre el carril izquierdo y el contiguo derecho, sobre la línea que los
divide. Al oír nuestra sirena, los vehículos que nos preceden comprenderán esta
estrategia mejor que cualquier otra y se apartarán dejando un pasillo libre. Los
vehículos del carril izquierdo se apartarán hacia su izquierda, y los de los demás
carriles hacia su derecha.
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ii. DOBLE SENTIDO SIN SEPARACIÓN FÍSICA, CON VARIOS CARRILES POR SENTIDO
A diferencia del caso anterior, circularemos por el carril izquierdo para no forzar a
ningún vehículo a conducir en sentido contrario. Y, en caso de especial urgencia y
extremo colapso, podremos invadir el sentido contrario en los tramos en que la
visibilidad sea absoluta y circulando a velocidad moderada, siempre que no suponga
un riesgo para los demás usuarios.
iii. DOBLE SENTIDO SIN SEPARACIÓN FÍSICA, CON UN CARRIL POR SENTIDO
Los adelantamientos en este tipo vías son especialmente peligrosos porque nos
obligan a invadir el sentido contrario, y porque los vehículos que circulan en sentido
contrario no tienen posibilidad de apartarse para permitirnos el paso.
Hay que valorar si el vehículo que nos precede circula lo suficientemente lento como
para que esté justificado adelantarlo, y si el tráfico reinante y la disposición de la
carretera permiten hacerlo con seguridad. Siempre con seguridad.
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En caso de colapso total, se aconseja circular sobre la mediana, entre ambos
sentidos. En este caso los demás usuarios se apartarán hacia su arcén.
En general, se desaconseja la circulación por el arcén, puesto que, si bien suele permitir
una circulación más rápida, no suelen gozar de continuidad, siendo muy probable su
interrupción brusca por obstáculos imprevistos, incorporaciones de otras vías, etc.
► DENTRO DE POBLADO
Aunque la circulación normal en poblado se rige por normas diferentes respecto al uso de
carriles y adelantamiento, las directrices mencionadas para autovías y carreteras también
funcionan en suelo urbano, especialmente en las grandes avenidas.
No obstante, en medio urbano, el adelantamiento invadiendo el sentido contrario es
especialmente peligroso debido a que las frecuentes intersecciones que atraviesan las
vías no dejan espacio para realizarlo con total seguridad. En este sentido, sólo se
aconseja invadir el sentido contrario para rebasar a vehículos muy lentos o parados,
siempre y cuando la visibilidad nos lo permita, realizando la maniobra a velocidad
controlada y regresando a nuestro carril lo antes posible.
En suelo urbano los cambios de dirección que debemos realizar son frecuentes. En vías
con varios carriles para el mismo sentido, los usuarios del carril derecho van a aminorar la
marcha al escucharnos, e incluso apartarse más a la derecha y detenerse hasta que
pasemos. Por lo que, si nuestra intención es cambiar de dirección a la derecha más
adelante, sería un error pasarnos con antelación al carril derecho, tal y como lo hacemos
con nuestro coche normalmente. Los demás usuarios tardarían mucho tiempo en
comprender nuestra intención y reemprender la marcha. En su lugar, debemos circular
por el carril izquierdo hasta llegar al cambio de dirección, donde reduciremos la velocidad,
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accionaremos el intermitente y nos arrimaremos progresivamente al carril derecho para
comunicar nuestra intención de girar ahí.
Dentro del tren de salida los vehículos más pequeños y maniobrables van delante de los
más grandes y difíciles de maniobrar. De este modo:
o Los vehículos pequeños no ocultan a los grandes, y se evita que los usuarios de la
vía tiendan a cerrar el paso tras el primer vehículo del tren.
o Cuando nos encontramos un paso estrecho (porque la calle es así, por obras, por un
vehículo mal aparcado, etc.), en caso de no poder pasar el vehículo grande con
dificultad para maniobrar (típicamente la escalera), como este va al final del tren no
bloquearía el paso de los vehículos ligeros, los cuales podrían dar una respuesta inicial
al siniestro.
No obstante, el orden puede variar por razones de operatividad a la llegada del siniestro.
Encontraremos información al respecto en los procedimientos operativos de nuestro
servicio.
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Sirenas
El uso de las sirenas presenta ventajas e inconvenientes. Las ventajas son evidentes,
alertan a los demás usuarios de nuestra presencia y hacen posible que podamos
contravenir las normas de circulación con cierta seguridad.
Aunque el uso de la sirena lleva asociados estos problemas, prescindir de ella durante un
servicio urgente puede resultar muy peligroso. La clave está en saber cómo y cuándo
utilizarla.
El uso de las sirenas es un privilegio que debemos saber usar, no un derecho del que
abusar. El privilegio puede retirarlo el ciudadano no cediendo el paso si la comunidad de
conductores de vehículos prioritarios no lo emplean con racionalidad. Cuándo activar o
desactivar la sirena es una decisión que el conductor debe tomar en función del servicio,
y de acuerdo con los procedimientos y las ordenanzas que le afecten.
En algunos municipios el uso indiscriminado que se ha venido haciendo de la sirena por
parte de algunos conductores de ambulancias durante servicios no urgentes ha
provocado una política de control mediante la instalación de dispositivos que registran
con detalle el uso de la misma.
Usar las sirenas cuando pretendemos circular a una velocidad igual o inferior que el resto
de vehículos de la vía puede resultar contraproducente, pues se crea una confusión
innecesaria. Los vehículos no sabrán sí acelerar o detenerse, y pueden ocurrir accidentes
innecesarios. Sin embargo, circular sin sirenas nos hace invisibles para los demás
conductores.
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La mayoría de los servicios de emergencias, haciendo caso al reglamento de circulación
y al sentido común:
No emplean las sirenas si el servicio no es urgente.
Utilizan las sirenas cuando el servicio es urgente y requiere circular como vehículo
prioritario, excediendo algunas normas de circulación.
Siempre que empleemos las sirenas debemos llevar encendidas las luces de corto
alcance y los rotativos. Las luces de emergencia (los cuatro intermitentes) no se deben
encender circulando, pues impediría el uso de los intermitentes para señalizar las
maniobras.
Tipos de sirenas
Yelp o Corta Frecuencial Rápida Cuando existe algún peligro y circulamos lento
Corto Alcance Intersecciones, adelantamientos, tráfico denso…
Phaser o Frecuencial Muy Rápida Cuidado con su uso, el ser muy agobiante puede
Metralleta provocar reacciones imprevisibles en los demás
Corto alcance
conductores.
Resulta muy estresante
Hi-Lo o Ni-no Bitonal Lenta Cuando estamos detenidos por la circulación, para que
los demás conductores no se bloqueen y reaccionen
Largo alcance
correctamente.
Es la menos estresante
Colapso total…
Además de estos tonos, puede que el vehículo cuente con un botón para accionar una
sirena de aire, muy grave y potente, que se suma al de las sirenas comentadas. Así
mismo, podemos utilizar el claxon para llamar la atención de algún conductor en
particular.
Modos de accionamiento
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También, existe la posibilidad de llevar la sirena apagada y accionarla durante sólo un
ciclo (5 segundos) al tocar el claxon. Se puede emplear en caso de encontrar situaciones
aisladas de baja peligrosidad (Pasos de peatones con visibilidad…).
A velocidades de más de 80 km/h los conductores que nos preceden apenas oirán
nuestra sirena. Y, cuando les adelantamos, la oyen de un modo más o menos repentino,
lo cual podría provocar un accidente.
Si el tráfico es fluido, y teniendo en cuenta que los camiones suelen ser los vehículos más
lentos, la sirena más que facilitar puede dificultar nuestra circulación, pues los vehículos
al oírnos pueden optar por aminorar su velocidad, e incluso detenerse, pudiendo provocar
colisiones por alcance.
Otras consideraciones
Cuando notamos que un conductor no actúa como debería actuar si nos hubiese visto,
podemos cambiar de sirena y dar ráfagas con las luces largas. Y aún así, desconfiar y
actuar a la defensiva.
Dentro del tren de salida, el vehículo de detrás debería utilizar un tono de sirena diferente
al del vehículo que le precede, para señalizar a otros conductores que hay más de un
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vehículo de emergencias, y que no se cierren tras el paso del primero. También se puede
servir de las ráfagas y el claxon con tal fin.
A pesar de todo lo dicho, el modo en que usemos los diferentes tonos va a depender en
gran medida de la libertad mental y física que nos permita la conducción, y de la facilidad
de accionamiento de la sirena.
El tacto de la conducción
Esto se traduce en gestos como levantar el pié del acelerador cuando anticipamos que el
tráfico nos bloqueará el paso más adelante, mantener una velocidad más constante y
eficaz.
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Condiciones de conducción adversas
Reducir la velocidad
Noche Observar con atención la vía. Más allá de la zona iluminada por nuestros
faros, se debe estar alerta a siluetas no iluminadas (peatones, ciclistas)
Mantener el parabrisas limpio por fuera y por dentro (evita el empañado)
Evitar las luces en cabina, así como mirar directamente a las luces fuertes
en el exterior, para no cegarnos momentáneamente
Cuidado con el uso indiscriminado de las ráfagas de luz larga para no
deslumbrar a los demás
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En la salida y en la puesta de sol éste puede deslumbrarnos
LLEGADA AL SINIESTRO
Operatividad: El vehículo debe estar lo más cerca “posible” del siniestro para evitar
largos desplazamientos del personal y optimizar medios como la escalera, siempre
observando la seguridad. Precisamente por motivos de operatividad, dentro del tren de
salida tiene preferencia la ubicación de la escalera.
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Paso: Nuestros vehículos no deben entorpecer el acceso de otros operativos
(personal sanitario, agentes de policía…) y, si es factible, debemos permitir que los
demás usuarios de la vía sigan circulando para evitar nuevos accidentes por alcance.
Antes de la escena: la mejor opción cuando la escena esté expuesta a atropellos (el
vehículo actúa de parapeto) si antes no lo ha hecho la policía. Siempre que el tren de
salida y los peligros lo permitan.
Al lado de la escena: es más peligroso (por cercanía, caída de objetos, colisión de
conductores despistados, obstaculización del tráfico...). Es conveniente para el vehículo-
escalera.
Después de la escena: Cuando lo obligue el tren de salida o algún peligro.
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Resulta útil establecer la zonificación del incidente, aunque sólo sea mentalmente y de un
modo aproximado. Esto nos ayudará a elegir el mejor lugar donde ubicar nuestro
vehículo…
Una vez estacionado el vehículo el conductor debe hacerse una composición global de la
situación y considerar acciones como:
Poner punto muerto, accionar el freno de estacionamiento y quitar el freno motor.
Señalizar la presencia del vehículo en la vía, lumínicamente y mediante dispositivos
de pre-señalización de peligro.
Al trabajar con auto-escaleras, estamos obligados a balizar todo el perímetro de
trabajo, y señalizar especialmente los calzos expuestos a la circulación de la calzada.
Conviene reservar varios metros de espacio libre tras la escalera por si hubiese que bajar
la cesta hasta el suelo.
Ponerse el resto del equipo de intervención que por comodidad al conducir no se
llevaba puesto. Nunca debemos prescindir de ponernos los guantes adecuados a la labor
que vayamos a desarrollar. Nuestras manos son nuestras herramientas más valiosas
(después de nuestra cabeza, claro).
Conectar las tomas de fuerza oportunas.
Desplegar los sistemas de iluminación artificial.
Velar por la seguridad de la intervención desde la visión global que le confiere su
posición más alejada del siniestro.
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Cumplir las funciones que tenga encomendadas (manejo de la bomba, escalera,
etc…).
Permanecer alerta a nuevas órdenes.
Si, operando la bomba, no escuchamos el talky debido al nivel del ruido podemos
aguardar nuevas órdenes alejados unos metros de la misma.
Vigilar el nivel del tanque de agua, y localizar hidrantes si fuera necesario el
abastecimiento.
Velar por el buen funcionamiento de las máquinas (calentamiento de bomba, etc.)
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REGRESO AL PARQUE
Después del siniestro debemos colaborar con los compañeros en recoger el material. Se
aconseja echar un vistazo en el perímetro del siniestro para no dejarse ningún material en
el lugar. Y, si es posible, repondremos el agua gastada de la cisterna, ya que puede que
tengamos que acudir a un nuevo aviso antes de volver al parque.
El regreso al parque se realiza sin rotativos ni sirenas, por lo que el resto de usuarios de
la vía espera que acatemos el reglamento de circulación de un modo ejemplar.
Sin embargo, hay que recordar que nuestro vehículo puede ser movilizado de nuevo
hacia otro siniestro desde allí donde nos encontremos. Por lo que no debemos bajar la
guardia, debemos circular por vías principales, por los carriles que nos den más libertad
en caso de tener que pasar a situación de urgencia, y debemos guardar una distancia
prudencial con los vehículos que nos preceden para poder abandonar nuestro carril en
cualquier momento sin tener que realizar maniobras adicionales.
Una vez en el parque debemos dejar el vehículo de nuevo preparado para su uso, con
todos los sistemas eléctricos desconectados (Emisora), y con la salida rápida conectada
o la batería desconectada. Los tanques de agua se deben rellenar cuanto antes.
Además, conviene comprobar el nivel de las baterías del Talky y de la linterna por si fuera
necesario ponerlos a cargar.
Quizás una de las claves del éxito, e indicador de una elevada motivación profesional, es
la puesta en común, juicio crítico o “debrefing” tras cada una de las intervenciones. Y digo
“tras cada una” consciente de que el aprendizaje, la mejora y la cohesión del grupo tienen
lugar a todos los niveles de la intervención (herramientas, técnicas, manejo del estrés,
trabajo en equipo, mando y delegación, etc…). Por lo que deberíamos aprovechar hasta
las experiencias aparentemente más insignificantes o rutinarias para mejorar. Las críticas
constructivas siempre son bienvenidas.
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FORMACIÓN Y RECICLAJE
Seguro que algunos de los que os encontráis leyendo esta revisión, como yo, acabáis de
incorporaros a esta entrañable profesión y os hacéis más preguntas de las que os da
tiempo a responder. A falta de experiencia, en el interior de vuestra cabeza resuena una y
otra vez el mismo rumor, “Formación” “Formación” “Formación”. Entonces decidís buscar
material en la red y dais con este texto.
Como en cualquier proceso a largo plazo, aquí la clave es la motivación. ¿Por qué soy
bombero? ¿Para qué quiero seguir formándome? ¿Cómo puedo mejorar? ¿Comprendo la
relación coste/beneficio? ¿Y estoy decidido a asumirla?... En la respuesta sincera de
estas y otras preguntas “puede” que encontremos la motivación para los grandes
cambios.
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Podemos llevar un diario de los errores que vamos cometiendo. Esto nos ayudará a no
olvidar (para los que tenemos mala memoria), a orientarnos sobre qué debemos trabajar,
a percibir que vamos evolucionando con el tiempo, etc.
Desde fuera se aprecian mejor los errores, por lo que debemos escuchar atentamente a
los compañeros en sus críticas hacia nuestro trabajo, y nutrirnos de su experiencia.
Por desgracia, en los servicios con pocas salidas, en los servicios con muchos vehículos
diferentes, o en aquellos en los que los que los bomberos rotan también por el puesto de
conducción, es muy difícil mejorar la conducción en base a la experiencia, ya que esta es
muy limitada.
El estudio del callejero de una ciudad puede ser una tarea muy aburrida e ineficiente si no
se sigue algún método. Cada conductor ha desarrollado sus trucos para aprenderlo.
Todos los consejos son buenos, pero el mejor siempre es el que uno mismo haya
decidido seguir. Porque el sólo hecho de estar estudiando el callejero ya es un éxito
loable.
Como con cualquier sistema complejo de datos, cuantos más puntos de vista
consideremos más relaciones lógicas estableceremos, y más sencilla y eficaz será su
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memorización. Podríamos tomar el mapa y empezar a leer calles al azar, un día y otro
día. Pero seguramente nos aburriríamos y abandonaríamos la tarea sin beneficio alguno.
Método Exhaustivo-Útil
A continuación se expone un planteamiento, tan válido como cualquier otro, y que puede
ser un punto de partida para el conductor que apenas conozca la ciudad en la que
trabaja, pero que tenga gran motivación por mejorar y rendir en su labor.
Es un método que va desde el punto de vista de lo “Exhaustivo” hasta el punto de vista de
lo “Útil”.
Es un método a largo plazo, que puede llevar meses de estudio en casa y callejeo con el
coche, y que en sus últimas etapas transforma la paja en oro.
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v. Anotar si es de múltiple acceso (Larga ó sentidos deparados por mediana ó
cambios de sentido ó tramos separados). Y en este caso, anotar en el mapa los
números de portal necesarios para solucionar la ambigüedad en el acceso al
siniestro.
4) Trabajo por itinerarios preferentes
a. Plantear itinerarios preferentes desde el parque de bomberos a cada vía que se
considere de acceso a otras (Diagrama en Árbol)
b. Estudiar los itinerarios al detalle
c. Recorrer los itinerarios identificando:
i. Selección de carriles en cruces y glorietas.
ii. Calles que desembocan, nacen o cruzan en ellos.
iii. Preferencia de paso.
d. Estudiar la variación del tráfico, según día de la semana y hora, en las arterias
principales (Hablar con compañeros, Policía, Autobuses, Taxis, Ambulancias…)
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BIBLIOGRAFÍA
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