Está en la página 1de 24

1

EL T E S T A M E N T O O LA HERENCIA DE CLEMENTE DONATTI

(Inspirada en la Opera Gianni Schicchi de Puccini)

Libro original de Giovacchino Forzano

Adaptación y arreglos Hugo Ultra

Personajes

Giovanni Schicchi ---------------------------------------Gustavo Priano

Laurencia, su hija -------------------------------------- Mariana castro

Plácida, prima de Clemente Donati -------------------María Rosa Caulin

Renato, sobrino de Plácida-----------------------------Martín Díaz

Nella, esposa de Simone----------------------------------María Noel Peña

Simón , cuñado de Clemente esposo de Nella--------Andrés Bacini

Doctor Spinelli ---------------------------------------------Ricardo Curbelo

Nicolas, un notario-----------------------------------------Cesar Soto

Gerardiño, hijo de Nella y Simone----------------------Maria Pia Lavista

Acto único

(Al levantarse el telón, aparecen los personajes rodeando la cama del


reciénteme pariente fallecido Clemente Donati. Muebles antiguos, un ropero,
una cómoda, un viejo reloj, florero, adornos y a los pies de la cama un gran
baúl. Sobre el baúl un lavatorio antiguo con su jarra y palangana. Todos lloran
cómicamente. Es evidente que el llanto de cada uno es falso, y que lo único que
les importa del difunto es su fortuna.

PLACIDA- ¡Pobre primo!

RENATO- ¡Pobre tío!

TODOS- ¡Oh, pobre Clemente Donati!

PLACIDA- Pensar que en los últimos tiempos tenía la manía de comerse las uñas, pero
al fin pude corregirle esa costumbre…

SIMON- Le ataste las manos?

PLACIDA- No, le escondí la dentadura…(Suspira y se seca una falsa lágrima)


2

SIMON- (Con gran aspaviento) ¡Oh, cuñado! ¡Oh cuñado! (Luego de una pausa) –
Plácida, tú crees en la reencarnación?

PLACIDA- Pues claro que sí.

SIMON - Y si te mueres, en que animal le gustaría reencarnarte?

PLACIDA- Pues a mí siempre me han gustado las serpientes.

SIMON - ¡Ah no! No vale repetir, no vale repetir! (El niño se rie)

PLACIDA- ¡Muy graciso! ¡No respetas a los difuntos!

GERARDIÑO- Papá, te juego una partida de pocker.

TODOS- ¡¡Shhhhh!!

SIMON- ¡Salga de acá! (Volviendo su rostros hacia el lecho mortuorio) ¡Te lloraré
durante días y días!

NELLA- ¿Cómo puedes decir solo días? ¡No lo podremos olvidar tan solo en días!
¡Serán meses y meses!

PLACIDA- ¿Cómo puedes decir meses? Es un tiempo muy breve. ¡Serán años y años!

SIMON- ¿Cómo puedes decir solo años? ¡Te lloraré toda la vida! Pensar que tendremos
que llevarte al cementerio…
GERARDIÑO- Lo triste no es ir al cementerio, sino tener quedarse.

TODOS- Shhhh!!!

TODOS- ¡Pobre Clemente! (Gerardiño, molesta a unos y otros para que jueguen a las
cartas con él, porque está aburrido)

GERARDINO- Estoy aburrido, Renato. Juégame solo una mano.

RENATO- ¡No me molestes!

PLACIDA- (A Simón) ¡Llévate a ese niño de aquí Simón! (Plácida se acerca al niño y
lo pone contra la pared en un rincón) Es impertinente igual a su padre!

SIMON- ¡Oye! ¡Yo no soy impertinente!

PLACIDA- Dije igual a su padre!

SIMON- Pero…

NELLA- ¿Qué es lo que has dicho? Si yo te dijera lo que me dijeron que no te dijera…
3

LA MITAD DEL GRUPO- ¡Shhhh! ¡Silencio! (Continúan con los lamentos)


¡Sí,Clemente, Clemente! ¡No te olvidaremos en toda la vida!

LA OTRA MITAD- Aunque seamos viejos, lloraremos tu partida. (Unos lo acarician,


otros se abrazan sin consuelo. Todo es un juego farsesco que debe dar la idea de que no
sienten el más mínimo dolor por el muerto. De pronto suena el teléfono. Nella atiende)

NELLA- ¿Aló? Si…quién Habla? No, habla Nella… ¡Callate que no puedo hablar
muy fuerte porque…..Por eso te digo… Pero ya que llamaste, te voy a decir que me dijo
Beatriz que vos le dijiste lo que me dijo Lucy que yo te dije que no le dijeras….Ah! vos
le dijiste que no me dijiste que vos lo habías dicho? Pues lo dijo! Bueno, pero no le
digas que yo te dije que me lo dijo… ¿qué me querés decir? ¿Y quién te lo dijo?
¿Basilia? ¿Estás segura? ¿Y te dijo que no me lo dijeras? ¿Qué suerte que me lo dijiste?
¡La cara que van a poner todos acá cuando yo se los diga!....Bueno, querida tengo que
cortar…..si, después te cuento….No te olvides de decirme si te dice algo que no quiere
que me digas….Un beso. (Cuelga)

SIMON- ¿Quién era?

NELLA- Ornella.

SIMON- ¿Qué quería?

NELLA- Vení que te lo digo. (Le dice algo al oído a Simón) Así como te lo digo!

SIMON.- ¿Qué estás diciendo? ¿Estás loca? ¡No puede ser cierto!

NELLA- Como te lo digo, aunque me dijeron que no lo dijera. Eso es lo que todo el
mundo comenta en la ciudad. (Se acerca Renato interesado en la conversación)

RENATO- ¿Qué dicen en la ciudad?

NELLA- Se dice que…(se lo dice al oído a Renato) Pero no tenés que decir que yo te lo
dije, porque me dijeron que no lo dijera.

RENATO- ¿¿Qué?? ¡No puede ser ¡!

SIMON- Es lo que andan diciendo por ahí.(Se secretean entre ellos)

PLACIDA- (Qué está lagrimeando junto al lecho del difunto) Y bien, ¿se puede saber
qué es lo que dicen? ¿Por qué tanto secretearse? ¿Eh?

SIMON- Es lo que comentan en la ciudad.

PLACIDA- ¿Sí, qué diablos comentan en la ciudad?

SIMON- Dicen chismorreros. No sé de dónde lo han sacado. Pero en la panadería de


Don Alfredo decía doña Basilia :” Si Clemente Donati muere, será como que cae maná
del cielo para las monjas”
4

PLACIDA- ¿Qué sabe esa vieja cobra?

NELLA- ¡Plácida por favor! Respetemos al difunto! Hay cosas que no hay que decirlas
aunque tengas ganas de decirlas!

PLACIDA- ¡Ah ¡ Sí, es cierto. ¡Pero me da una rabia que se metan en nuestras
cosas…(Se vuelve hacia el lecho del muerto) Perdóname querido Clemente!
Bueno…total él no escucha nada…

SIMON- ¡Shhh! Pero la cosa no acaba ahí; el empleado de la botica, comentó que el
boticario que es bastante lengua suelta, había dicho, que si Clemente moría, había
llegado la hora del banquete para el convento.

RENATO- Pero ¿ y porqué decía eso? ¿Con qué fundamento?

SIMON- No sé de dónde lo sacó, pero el boticario afirma que nuestro pariente


Clemente, le dejó toda la herencia al convento. ¿Qué me cuentan?

TODOS- ¡¡¡Noooo!

SIMON- ¡Pues así es!

PLÁCIDA- ¡Simón! ¿Qué podemos hacer?

RENATO- Sí, tío. Tienes que pensar en algo!

SIMON- ¿Y por qué yo?

RENATO- Bueno…tienes más autoridad. Fuiste alcalde de la ciudad y…

PLÁCIDA- Porque eres el de mayor edad!

SIMON- ¿Y por casa cómo andáis?

PLÁCIDA- ¡Qué! ¿Me quieres decir vieja a mí?

SIMON- No. Un poco ajada nada más.

PLÁCIDA- No te rompo una silla en la cabeza, por respeto a …

SIMON- ¿A quién?

PLÁCIDA- (Mirando al difunto) Bueno, no sé. Pero si es verdad que este viejo
mojigato le dejó todo a las monjas…

NELLA- ¡Shhh!¡ No digas eso de mi hermano! ¡Además no digas nada de lo dicho,


porque que no sabemos si es cierto lo que nos dijeron que no dijéramos!

RENATO- Bueno, ¿Qué piensas tío?


5

SIMON- Pienso que si el testamento de encuentra en manos de un notario, nos veremos


en un problema muy serio. Sin embargo si está escondido en este cuarto, el problema
será para las monjas. ¿No les parece?

RENATO- Tenemos que encontrar el testamento, porque la esperanza que yo tengo de


casarme con Laurencia, ¡están puestas en la herencia de mi tío!

PLACIDA- ¡Pues entonces, manos a la obra! ¡Vamos a dar vuelta la casa hasta que lo
encontremos!

(Comienza una carrera para ver quién encuentra más pronto el testamento)

SIMON- (por un costado de la cama, se fija debajo del colchón de la cama del difunto)
¡Aquí está! (Todos se frenan esperanzados. Pero Simón extrae un libro que había estado
escondido) ¡Ah, no! No era. (Continúa la búsqueda)

PLÁCIDA- (Sienta al muerto en la cama y comienza a buscar debajo de la almohada y


del colchón del lado de la cabecera. De pronto encuentra un sobre) -¡Lo encontré!
(Todos se paralizan) -¡Ah, no! Es una placa de la cadera! (Suelta al difunto que cae de
espaldas y sigue la búsqueda. Revuelven muebles, abren cajones y vuelan papeles. El
niño se agacha y saca una escupidera de debajo de la cama)

GERARDIÑO- ¡Miren lo que encontré!

PLACIDA- ¡Lleva eso afuera, muchacho! (El niño la lleva y la deja arriba de la mesa)
¡Llévala afuera! (El niño obedece)

SIMON- ( Destapa al difunto y le levanta cómicamente las piernas y busca debajo del
colchón del lado de los pies. Encuentra un gran envoltorio alargado)

-¡Ahora sí que lo encontré! ¡Ah no! Es un pedazo de pan que ha escondido este tacaño!

NELLA- ¿Dónde podrá estar? Si Clemente me lo hubiera dicho, yo se los diría. Pero no
me lo dijo para que yo no se los dijera. ¿Dónde podrá estar?

PLACIDA- En algún lado tiene que haberlo escondido.

RENATO- (Que revuelve el baúl que está a los pies de la cama)- ¡Estamos salvados!
¡Estamos salvados! ¡Encontré el testamento de Clemente Donati! ¡Tía lo he encontrado
yo! (Vuelve a entrar el niño)

PLACIDA- ¡Qué suerte sobrino querido!

SIMON- ¡Viva Renato! ¡Viva Clemente Donatti!

PLACIDA- No! Que no viva que bien muertito está!

TODOS- ¡Shhhh!
6

NELLA- No lo digas! No queda bien decirlo, porque el pobrecito está muerto y nos
dejó su fortuna. (Lloriquea)

RENATO- Toma tía. (Le entrega el testamento a Plácida) ¿Dime pronto si el tío me ha
dejado en buena posición. Si dentro de poco, todos seremos ricos. En un día de fiesta
como el de hoy…

TODOS- ¡Oh! ¿De fiesta?

RENATO- Bueno, con un ojo llorando y el otro riendo dijo Shakespeare. ¿Darías tu
consentimiento, para que me case con Laurencia, la hija de Schicchi? Me parecerá más
dulce mi herencia, si puedo desposarla el 1º de mayo.

SIMON- ¡Oh sí,! ¿Por qué no? ¿Cuál puede ser el inconveniente?

NELLA- ¡Por supuesto que sí! Pero no lo digas ahora. Vamos a ver que dice el
testamento. Porque según lo que diga es lo que vamos a decirte.

RENATO- Entonces podré casarme el primero de mayo.

SIMON- ¡Rápido! ¡Léenos el testamento!

PLACIDA- (A Renato) ¿No ves que estamos con los nervios a flor de piel?

RENATO- ¡Pero es que no me has contestado si me das o no el consentimiento!

PLACIDA- Si todo se desarrolla como esperamos, ¡cásate con quien te plazca, aunque
sea la hija del diablo! Vamos a ver… (/Desenrolla el pliego de papel)

RENATO- El tío me quería mucho. Seguramente me ha dejado dinero en abundancia.


(Renato lleva aparte a Gerardiño )- Ve rápido a casa de Giovanni Schicchi y dile que se
presente aquí con Laurencia, que Renato, el sobrino de Clemente Donati, lo espera!
¡Rápido!

GERARDIÑO- ¿Y no me darás nada?

RENATO- ¡Ah, toma! Aquí tienes unos céntimos. Cómprate caramelos.(El muchacho
sale raudo)

PLACIDA- (Abre el testamento y todos la rodean quedando de frente al público.


Comienza a leer)- “ A mi querida familia…(Empieza a lloriquear de fingida emoción)

SIMON- ¡Pobre mi querido cuñado! Todas las velas de la ciudad van a arder para ti
hasta consumirse. (Prende dos velas que habrá en la cabecera de la cama en unos
candelabros de pie)- ¡Disfrútalas! ¡Disfrútalas! ¡Pobre Clemente!

TODOS- ¡Pobre Clemente!

SIMON- ¡Ay! Si me hubieras dejado esta casa…


7

NELLA- ¡Ay! ¡No me digas que me dejó los molinos de la villa! …los campos y las
mulas…

SIMON- (Aparte) Si me legaste la casa, las mulas, los molinos y los campos…

PLACIDA- ¡Shhhhh ¡ ¡Silencio! (Gran expectación. Plácida continúa leyendo y da


vueltas al testamento, mientras los otros mueren de impaciencia. El rostro de Plácida se
va transformando paulatinamente y va revelando su furia a medida que avanza en la
lectura. Luego golpea sobre la mesa) ¡Ahhhh!

TODOS- ¡Ahhhh!

SIMON-¿Qué pasó Plácida? ¿Qué dice?

NELLA. ¡Por Dios! Dilo ¡Nos morimos de impaciencia! Pero si es tan malo no digas lo
que nos dice Clemente en ese testamento!

PLÁCIDA- (Que por fin puede hablar)- ¡Era verdad! Lo que decía la gente! Le dejó
todo al convento. ¡Miserable!

SIMON- (Va hacia el lecho y le apaga las velas que recién ha encendido)- ¡Era cierto
nomás! ¡Yo te voy a dar velas! ¡A oscuras vas a caminar hacia el otro mundo!
¡Desagradecido! ¡Tacaño!- Todo para las monjas. Por algo siempre venían y me pedían
a mí, dinero.

TODOS- ¿A ti?

SIMON- ¡Claro! Un día, 10 mil florines, otro, 20 mil, otro treinta mil…

PLÁCIDA- ¿Y para qué querían tanto dinero?

SIMON- No sé, porque nunca se los dí. Ahora veremos a las monjas engordar a
expensas de los Donati.

NELLA- Y era cierto lo que Basilia me dijo que yo no dijera! Todo el dinero ahorrado,
acabará en los hábitos de esas monjas. Como dice el refrán: “frailes y monjas del dinero
esponjas”

SIMON - Si quieren conseguir dinero, ¿por qué no trabajan?

PLÁCIDA- ¿Trabajar? ¡No me hagas reír! Mire que van a trabajar.

SIMON- ¡Claro! Si quieren dinero pueden trabajar, o colgar el ´habito, o levantárselo,


o…

NELLA- ¡Shhh! ¡No lo digas! Respetemos a mi hermano!

SIMON- ¡Cállate! Todos nosotros privados de sustento y las monjas nadando en


abundancia. ¿Les parece justo?
8

TODOS- ¡Nooo!

SIMON- Yo tendré que medirme en las bebidas, mientras ellas beberán buen vino de las
viñas.

PLÁCIDA- Tendrán que agrandarse los hábitos de los gordas que van a quedar.

NELLA- Y después dicen que están casadas con el Señor…Mirá más vale que yo no
diga lo que me dijeron, porque no queda títere con cabeza. Mejor dicho monja con
cabeza; van a quedar decapitadas como en el tiempo de la inquisición.

PLÁCIDA- ¡Casadas con Dios! Flor de cómodas. Tienen un marido al que no deben
hacerle la cama ni la cena, ni la comida, ni plancharle la ropa. Así cualquiera. Y todavía
reciben nuestra herencia. ¡No es justo!

SIMON- Nosotros reventaremos de rabia y ellas de comida. (Con rabia) Qué patada le
pegaría a este viejo canalla!

RENATO- Mi felicidad se verá frustrada por las monjas de Santa Reparata!

SIMON- (Gritando como para que lo oigan las monjas)- ¡Vayan monjas abriendo las
despensas y afilando los dientes!

PLACIDA- (Gritando)¡Aquí tienen los frutos más tiernos del mercado!

NELLA – (Gritando) Aquí tienen! ¡Pobres monjas! (Con rabia) -Tordos gordos!
Compren codornices, gallinas tiernas, gansos, corderos, dulces, huevos…y nosotros
muertos de hambre. ¡Se los dije, nomás!

PLÁCIDA- Y con la cara bien sonrosada, se reirán de nosotros, pálidos y hambrientos!

SIMON- (Llora) ¡Quién iba a decir que cuando el primo acabase en el cementerio,
nuestro llanto sería sincero. (llora) ¡Canalla! (Lloran todos. Simón arrodillado, Nella ,
está sentada en su espalda. Todos están en posiciones ridículas. Simon se suena
fuertemente la nariz haciendo un gran estruendo)

PLÁCIDA- (Se van serenando lentamente.) ¿Y no hay modo alguno…?

SIMON- ¿…de cambiarlo?

RENATO- ¿ O de falsificarlo?

NELLA- ¿O de romperlo…?

PLACIDA- ¡No! ¿Cómo romperlo? ¿Y para quién iría la herencia entonces?

RENATO- Solo hay una persona que puede aconsejarnos y quizás salvarnos.

TODOS- ¿Quién?
9

RENATO- ¡Giovanni Schicchi!

PLACIDA- ¡A Giovanni Schicchi y a su hija, no quiero oír nombrarlos nunca más! ¿Lo
entiendes?

GERARDIÑO- (Entra gritando con un paquete de caramelos)- ¡Ya viene!

NELLA- ¿Quién decís que viene?

GERARDIÑO- Giovanni Schicchi (Sale corriendo)

PLACIDA- ¿Quién lo ha llamado?

RENATO- Yo lo he mandado buscar, con la esperanza de que arreglara las cosas.

SIMON- ¡Lindo momento para tener que soportar a Giovanni Schicchi! Imagínate a un
Donatti, casándose con la hija de un campesino.

PLACIDA- ¡Con la hija de un don nadie! Emparentarse con unos piojos


resucitados…¡No quiero que venga!

RENATO- Te equivocas, tía. Es un hombre hábil y astuto. Se conoce todas las trampas
posible de las leyes. ¿Quieren gastarle una broma a las monjas? ¡Pues Giovanni
Schicchi la inventará!

PLACIDA- Bah! ¡Estupideces! ¿Qué puede saber un triste campesino?

RENATO- Viene del campo ¿y qué?¡ Basta de prejuicios mezquinos! (Se oyen tres
golpes en la puerta) ¡Es él! (Todos adoptan expresiones de dolor fingido. Giovanni
Schicchi entra con su hija. Mira a todos)

GIOVANNI- (Burlón) ¡Qué expresiones de consternación! ¿Es que Clemente Donatti


se mejoró?

LAURENCIA- (Al ver a Renato) ¡Renato!

RENATO- ¡Amada mía!

LAURENCIA- ¿Por qué estás tan pálido?

RENATO- Es que mi tío…ha fallecido. ¡Cuánto dolor!

LAURENCIA- ¡Pobre! (Giovanni se acerca al lecho para ver al difunto)

GIOVANNI- ¿Se ha muerto? (Con ironía) ¿Y entonces por qué lloran? Son mejores
actores que un juglar ambulante. ¡Ah! Comprendo el dolor de tamaña pérdida. (Con
ironía)- ¡Cuánto lo lamento.

SIMON- Ha sido una pérdida verdaderamente grande.


10

GIOVANNI- Bueno…así son las cosas. ¿Qué se le va a hacer? (Con ironía) -En este
mundo se pierde una cosa y se gana otra. Se arrima por detrás de Plácida) Se pierde a
Clemente, ( haciendo frotar los dedos) pero se gana una herencia.

PLÁCIDA- Una herencia que disfrutarán las monjas.

GIOVANNI- (Con alegre asombro) - ¿Ah! ¡Desheredados?

PLÁCIDA- ¡Desheredados! ¡Claro que sí! ¡Desheredados! ¿Te divierte eso?

GIOVANNI- No. No me divierte pero tampoco me afecta.

PLÁCIDA- ¡Márchate con tu hija! Aquí no nos haces falta!

GIOVANNI- ¿Ah no?

PLÁCIDA- ¡No! ¡No entregaré mi sobrino a una muchacha sin dote!

RENATO- ¡Tía, la amo!

LAURENCIA- ¡Padre, lo quiero!

GIOVANNI- ¡Hija, tienes que tener un poco de orgullo! ¡Nada tenemos que hacer aquí!

RENATO- (Furioso a la tía) ¡¡La amo!!

GIOVANNI- Muy bien, vieja muy bien. Por una dote sacrificarás a mi hija y a tu
sobrino. ¡Tacaña! ¡Miserable!

PLÁCIDA- ¿Cómo te atreves a insultarme?

GIOVANNI- (Furioso)- ¡Usurera! ¡Roñosa! ¡Mezquina!

SIMON- ¿Y todavía la insultas?

PLÁCIDA- ¡Sin dote no entregaré a mi sobrino! ¡No lo dejaré casarse!

GIOVANNI- (Tomando a Laurencia de un brazo y tratando de llevársela) ¡Vámonos de


aquí! ¡Dejemos a estos hipócritas!

RENATO- (Que es empujado por su tía) ¡Lo has arruinado todo! ¡Rompiste nuestras
esperanzas.

LAURENCIA- Padre, si no me caso con Renato, nunca seré feliz. (llora)

GIOVANNI- Laurencia, no llores. Si te casas vivirás miserablemente. ¡Son unos


roñosos que solo les importa el dinero!

RENATO- ¡Suéltame! ¡Yo me voy con ellos!


11

SIMON- ¡Silencio! (Todos se callan) ¡No peleen más!¡Piensen en el testamento!

GIOVANNI- ¡Vieja tacaña!

NELLA- ¡No digan lo que no deben decirse aunque lo quieran decir! Piensen en el
testamento!

GIOVANNI- ¡A nosotros no nos importa el testamento! ¡Vámonos de aquí!

RENATO- ¡Señor Giovanni, quédese un momento! (a la tía) - ¡En vez de gritar, dale el
testamento! (A Giovanni que trata de irse) - ¡Trate de salvarnos! No le ha de faltar una
idea maravillosa, una solución, una salida, un recurso!

GIOVANNI- ¿Para esta gente que no se lo merece? ¡Nada; nada; nada! (Golpea la
mesa. Va a buscar a Laurencia y trata de sacarla de allí) - ¡Vamos Laurencia!

LAURENCIA- Padre: ¿no ve que Sufro y me atormento? Oh Dios mío, si no me caso


con Renato soy capaz de morir. Papá, tenga piedad, tenga piedad.

(Breve silencio. Renato se acerca y pone el testamento en manos de Laurencia, sin que
su padre lo vea, para que esta se lo entregue)

GIOVANNI- ¡Bueno, denme ese maldito testamento! (Laurencia rápidamente se lo


entrega. Este se sorprende de que se lo de su hija. Lo toma y se recuesta a una mesa.
Mientras todos lo rodean el lee. Luego de una pausa dice)- ¡Nada se puede hacer!

TODOS- ¡¿No?!

LAURENCIA- ( A Renato) ¡Adiós nuestras esperanzas!

GIOVANNI- (Luego de pasearse con el testamento en la mano y dándose importancia)-


Sin embargo…(guarda el testamento en su bolsillo)

SIMON- ¿Y bien?

GIOVANNI- (Llama a su hija) - Laurencia, ve al patio y dale de comer a los pájaros.


(Ella inicia el mutis. Renato la sigue disimuladamente)- ¡Sola! (Renato se vuelve. Una
vez que Laurencia ha salido, Giovanni pregunta reservadamente a los demás) - ¿Nadie
sabe que Clemente ha muerto?

PLÁCIDA- ¡Nadie!... Nella, vos cuando hablaste por teléfono…

NELLA- No! Yo no dije nada! Porque Ornella no me dejó decirlo, por contarme lo que
Basilia le había dicho que no me dijera de la herencia de Clemente.

GIOVANNI- Bien. Nadie tiene que saberlo todavía.

SIMON- ¡Nadie se enterará!


12

GIOVANNI- Ustedes dos…(Por Renato y Simón) lleven el cadáver y los candeleros al


cuarto de al lado. Y Ustedes, mujeres…¡Tiendan la cama!

PLÁCIDA- ¡Pero…!

GIOVANNI- ¡Silencio! ¡Hagan lo que les digo! (Todos se ponen manos a la obra.
Cuando están levantando al difunto, golpean la puerta) ¿Quién puede ser?

PLÁCIDA- ¡El doctor Spinelli!

GIOVANNI- No lo dejen entrar. Díganle cualquier cosa…que Clemente ha mejorado y


que está descansando. (Tratan de meter al muerto dentro de un ropero, mientras abren
apenas la puerta y se asoma el doctor Spinelli)

SPINELLI- ¿Se puede?

TODOS- ¡Shhhhh!

NELLA- Buenos días Señor Spinelli. Ya le dijeron?

SPINELLI- No. ¿Qué?

NELLA- Bueno, yo se lo digo…

SPINELLI- ¿Cómo está Clemente?

NELLA- ¡Ha mejorado! ¡Ha mejorado! ¡Se lo digo como me dijeron que se lo dijera!

TODOS- Siiii!!! ¡Ha mejorado!

SPINELLI- (Luego de lograr asomar medio cuerpo adentro de la pieza) ¿Le ha ido bien
con el remedio?

PLACIDA- ¡Excelente! (Simón y Renato tratan de meter al muerto dentro del armario
sin que Spinelli los vea porque le ha quedado un brazo afuera) ¡Muy bueno el remedio!
¡Muy bueno!

SPINELLI- (Entra a la pieza, justo cuando logran esconder el cadáver de Clemente por
completo)- ¡Cómo ha avanzado la ciencia! Bien. Veamos…veamos…

SIMON- Pero ahora está reposando.

RENATO- Sí, hay que dejarlo descansar. (Hacen todos una barrera para que el doctor
no vea que la cama está vacía. El médico tiene en sus manos un estetoscopio)

GIOVANNI- (Se esconde detrás del respaldo de la cama y trata de imitar la voz de un
moribundo) ¡Oh, doctor Spinelli!
13

SPINELLI- (Hablará con el supuesto enfermo, pero los demás continúan haciéndole
una barrera para que no vea el lugar vacío) ¡Oh, mi estimado Sr Clemente! (Enfoca la
campana del estetoscopio hacia donde viene la voz)

GIOVANNI- ¡Qué ganas tengo de descansar! (Siempre con voz de moribundo) ¿Podría
volver esta tarde? Estoy a punto de dormirme.

SPINELLI- ¡Cómo no, Sr Clemente! Pero…¿se siente mejor?

GIOVANNI- ¡Mejorcísimo! ¡Me siento revivir! (Bosteza ruidosamente) Hasta luego.


(Comienza a roncar)

SPINELLI- Hasta luego entonces. ( A los demás) Por su voz, parece que está mejor. ¡A
mí jamás se me ha muerto un paciente!

SIMON- ¡Es claro que no!

RENATO- ¡No faltaba más!

PLACIDA- Vaya tranquilo…Pero antes, escúcheme doctor…

SPINELLI- Dígame hija…

PLACIDA- Usted quiere creer que cada vez que veo a un hombre me tiemblan las
piernas.

SPINELLI- Pero, cuantos años tienes, distinguida dama?

PLACIDA- 70, señor…

SPINELLI- ¡Ah! Entonces no Se preocupes, que eso es reuma.

CLEMENTE- (Con picardía) ¡Qué sabio!

SPINELLI- (mientras se va yendo) ¡Pero el triunfo no es solo mío; el mérito es de la


Escuela Boloñesa de medicina!

NELLA- ¡Ay, doctor, doctor...Espere que le diga algo…Pero esto sí se lo puedo decir.

SPINELLI- Digame hija…

NELLA- Cuando subo la pendiente para llegar hasta casa me fatigo muchísimo, ¿Qué
me aconseja tomar?

SPINELLI- Un taxi, señora.

NELLA- OOOOH!!!

CLEMENTE- (Con picardia) ¡ Qué sabiduría!


14

TODOS- ¡ Hasta luego, doctor! (Casi que lo empujan a la calle. De pronto se abre la
puerta del armario y el muerto asoma medio cuerpo. El Doctor Spinelli se vuelve pero
no llega a verlo)

SPINELLI- Hasta esta tarde. (sale. Simón mete al muerto de nuevo en el armario.
Todos suspiran aliviados)

GERARDIÑO- (Entra un poco intrigado por lo que pasa) ¿Qué ocurre que hay tanto
alboroto?

TODOS- Shhhhhh!!

GIOVANNI- ¿Y? ¿Qué me dicen?¿Era igual mi voz a la de Clemente?

TODOS- ¡Igualita!

GIOVANNI- ¡Victoria! ¡Victoria! (Todos lo miran asombrados) ¿Acaso no entienden?

TODOS- ¡No!

GIOVANNI- ¡Son unos alcornoques! Vayan a la casa del notario, y le dicen que venga
inmediatamente, porque Clemente Donati está muy grave y quiere hacer su testamento;
que traiga él las actas o será demasiado tarde. Entonces, cuando llegue, encontrará el
cuarto en penumbra y en la cama estará Clemente moribundo; con gorro de dormir,
sobre la boca un pañuelo y una nariz que se asemejará a la de Clemente pero que será la
mía, porque en lugar de Clemente estaré yo. ¡Yo Schicchi! Fingiendo ser Clemente
Donati, dando instrucciones y dictando el testamento. ¿Qué les parece esta descabellada
idea que surge de mi imaginación? ¿Eh?

TODOS- ¡Viva Giovanni! ¡Viva Giovanni Schicchi! ¡Schicchi! ¡Schicchi! ¡Schicchi!

GERARDIÑO- Papá, ahora que está contento, le voy a comunicar que tengo dos
noticias: una buena y una mala.

SIMON- ¿Cuáles son?

GERARDIÑO- ¿Cuál le digo? ¿Primero la buena?

SIMON- Bueno, sí!

GERARDIÑO- La buena es que aprobé todas las materias!

SIMON- ¡Qué bueno muchacho! ¿Y la mala?

GERARDIÑO- Que es mentira! Ja, je, je!

SIMON- (Corriéndolo) ¡Que este muchacho salga de acá porque vamos a tener dos
velatorios!
15

GIOVANNI- ¡Rápido! Vayan por el notario!

RENATO- ¡Ya voy! ¿No les dije que Schicchi era un genio?

GERARDIÑO- ¿Genio? ¡No me hagas reir! El mundo se está quedando sin genios.
Einstein se murió, Beethoven se quedó sordo… y a mí me duele la cabeza.

SIMON- ¡La cabeza te va doler más, cuando te de un par de coscorrones, muchacho


inútil, mal ejemplo!

GERARDIÑO- Tan inútil no soy, por lo menos sirvo para mal ejemplo.

SIMON- ¡Perezoso! ¿No sabes que la pereza es la madre de todos los vicios?

GERARDIÑO- Entonces hago bien, porque a la madre hay que respetarla. Además ya
ven lo que le pasó al tío. Mátate estudiando y serás un cadáver culto.

GIOVANNI- ¡Qué maleducado es este niño!

GERARDIÑO- Decía un sabio griego :”No os toméis la vida en serio; total no saldréis vivos
de ella.

SIMON- Y quién lo dijo?

GERARDIÑO- Pues no lo sé; pero díganme si no es cierto.

PLACIDA- ¡Llévatelo Renato y ve a buscar al notario! ¡De prisa! ¡De prisa, muchacho!

RENATO- Ven tú y acompáñame! (Lleva a Gerardiño que le saca la lengua a Plácida)

SIMON- ¡Gracias Giovanni! ¡Qué alegría, qué alegría! Seremos herederos! (Todos se
abrazan y festejan)

PLÁCIDA- ¡Qué lindo es el amor entre parientes! ¿Quién dijo que los campesinos eran
ignorantes y mala gente? (Giovanni la mira con sorna) Vaya, y dígame Don Giovanni,
¿cómo le ha ido este año con la cosecha?

GIOVANNI- ¡Mal!¡Otra vez los cuervos se me la han comido!

SIMON- Pero hombre, tienes que hacer como yo, y poner un espantapájaros.

GIOVANNI- Si yo lo pongo, pero como si nada.

SIMON- Lo que tienes que hacer es pegarle una foto de mi suegra.

GIOVANNI- ¿Y eso es efectivo?

SIMON- Mira, a mí los cuervos no solo no me han comido la cosecha, sino que me han
devuelto la del año pasado.
16

GIOVANNI- ¡Qué bueno! Ja, ja, ja,ja!. A propósito, el otro día vi a tu suegra y...

PLACIDA- ¡Alto ahí! No se dice "suegra", se dice "madre política"

GIOVANNI- Pero si la política es un asco.

SIMON - Por eso mismo! Ja, ja, ja!

PLACIDA- ¡Ja, ja. Ja,ja!

NELLA- ¡Te digo que fastidia que siempre esté hablando mal de las suegras!
SIMON- ¿De qué te quejas? Al fin y al cabo, no hablo mal de la tuya, sino de la mía.

GIOVANNI- ¡Ja,ja,ja, ja!

SIMON- Bueno, Giovanni: ahora tenemos que pensar cómo repartiremos los bienes. El
dinero contante y sonante.

PLÁCIDA- ¡Partes iguales para todos.

NELLA- Eso es! Yo le digo lo que todos decimos. Que nadie quede desconforme.

SIMON- Para mí las propiedades que se encuentran junto al río y los corrales.

PLACIDA- Para mí, la casita del campo.

SIMON- Para mí, la del prado.

NELLA- Para mí el viñedo que está junto a la abadía. Eso me lo dijo Clemente y me
pidió que no se los dijera. (Giovanni los mira a todos lentamente. Todo revela que su
mente está tramando algo)

PLACIDA- Quedan todavía: esta casa, el molino de la villa, los campos linderos y las
dos mulas para trabajar el molino..

SIMON - Los bienes mejores. (Nella le da un codazo para que se calle) Ya que soy el
de mayor edad y he sido alcalde de la ciudad, me los pueden dar a mí.

PLACIDA- ¡No! ¡No!¡No! ¡Si eres viejo peor para ti!

RENATO- ¡Mírenlo qué pretensiones ! ¿No íbamos a repartir por partes iguales?

NELLA- ¡La casa, el campo, las mulas y el molino nunca! ¡Así como se los digo!(Se
entabla una discusión )

GIOVANNI- ¡Qué poco les duró el amor de familia! ¡Ja, ja, ja! (De pronto suenan las
campanadas profundas del reloj. Todos se callan)

LAURENCIA- (Entrando) Papá, ¿qué hago? Los pájaros no quieren comer más.
17

GIOVANNI- Pues dales de beber. (Vuelve a salir Laurencia)

SIMON- Con respecto a la casa, los campos, las mulas y el molino, propongo que lo
decida el sentido de la justicia de Schicchi.

PLACIDA- Sí, que lo decida Schicchi.

NELLA.- Bien dicho!

SIMON- Será sin lugar a dudas lo mejor.

GIOVANNI- Como ustedes quieran. Ahora denme las ropas para vestirme. ¡Rápido!
¡Rápido! (Las mujeres comienzan a buscar ropas en el baúl)

PLACIDA- Aquí está el gorro de dormir. (Aparte a Giovanni) – Si me das esta casa, los
campos, los molinos y las mulas, te daré 30 florines.

GIOVANNI- Veremos… (hace una guiñada al público)

SIMON- Si me das los molinos, la casa, la mulas y el campo, te daré 100 florines.

GIOVANNI- Está bien.

NELLA- Aquí tienes el pañuelo. (Aparte) Acuérdate de lo que te dije. Si nos das todo
lo que ya sabes, te ahogaré en dinero que no sabrás que hacer con él.

GIOVANNI- Lo tendré en cuenta.

PLÁCIDA- Y acá está la camisa de dormir. . (Aparte) Acuérdate de lo que te dije.

GIOVANNI- Me acuerdo, me acuerdo. (Giovanni se viste)

SIMON- Bueno, apúrate y acuéstate que ya estará por llegar el notario!

PLACIDA- ¡Vamos! ¡A la cama! (Giovanni se acuesta)

NELLA- ¡Serás nuestro salvador!¡Cuidado con lo que dices!

GIOVANNI- Primero una advertencia! Señoras y señores ya conocen la ley. Quien


sustituye a otro o falsifica testamentos y legados, a él y a sus cómplices se les cortará la
mano y serán exiliados. Así que…(Hace seña de que deberán cerrar la boca)
Recuérdenlo bien…si nos descubren estamos condenados. (Todos quedan consternados
y asienten con la cabeza de que no hablarán. De pronto suenan tres golpes en la puerta.
Giovanni se coloca el gorro de dormir, el pañuelo que le tapa parte del rostro y se
desliza entre las frazadas. Los demás adoptan actitudes de congoja. Algunos rodean el
lecho. Baja la luz)

RENATO- Aquí está el notario con las actas para el testamento.

NOTARIO- (Entrando) Buenos días señor Clemente.


18

GIOVANNI- (Con una voz muy cómica igual a la que hizo ante el doctor) ¡Ah! ¿Está
usted aquí? Gracias don Nicolás. Hubiera escrito el testamento por mi mano, pero me lo
impide mi estado de salud. Por eso he solicitado un notario como usted, serio y honrado.

NOTARIO- ¡Oh! ¡Muchas gracias señor Clemente. Muy cortés de su parte.

GIOVANNI- Bueno; ¿podemos comenzar? Porque creo que ya me queda poco tiempo.

NOTARIO- Sí señor Clemente. Enseguida. Pero no se agite usted que todavía le queda
rollo para rato. (Le hace señas a los demás de que ya está casi finado)

GIOVANNI- No crea…no crea…

NOTARIO- ¿Todos son sus parientes?

PLACIDA- Somos parientes y además testigos.

NOTARIO- Entonces comienzo: (Lee) En el año del Señor, 1930, el 1ero de setiembre;
yo Amantio Nicolás, notario, ciudadano de Florencia, por voluntad de Clemente Donati,
escribo su testamento.

GIOVANNI- Anulando, revocando, invalidando todos los precedentes.

PLACIDA- ¡Qué previsión!

SIMON- ¡Qué bien organizado, querido cuñado!

NOTARIO- Muy buen preámbulo. ..dígame Clemente, su entierro - que ojalá tarde en
llegar- lo quiere ¿espléndido, fastuoso, costoso?

GIOVANNI- ¡No, no, no! Con poco dinero. (Todos aprueban con sonrisas falsas) Que
no se gasten más de dos florines.

NELLA- ¿No les dije? Cuánta modestia!

PLÁCIDA- Sí, el siempre fue muy austero, de perfil muy bajo.

SIMON- ¡Pobre Clemente! ¡Qué corazón! Esta actitud le honra.

CLEMENTE- (Con voz de moribundo) Simón…

SIMONE- Sí, querido cuñado…

CLEMENTE- Acércate. (Simón se acerca) ¿Ves ese reloj que está hora sobre la mesa de
luz?

SIMON- Sí, querido Clemente…

CLEMENTE - Este reloj perteneció a mi tatarabuelo. De mi tatarabuelo pasó a mi


19

bisabuelo, de mi bisabuelo a mi abuelo, de mi abuelo a mi padre, de mi padre a

mí, y yo ahora quiero que pase a ti.

SIMON- Gracias, cuñado. Lo aceptaré con el más grato placer.

CLEMENTE- Bueno…Te lo vendo barato.

TODOS- Ohhh!

SIMONE- (Al público) Yo a este canalla lo mato!

GERARDIÑO - (Entrando siempre con los caramelos y con cierta mal intención)
¿Pero no se había muerto el tío Clemente?

PLACIDA- Shhhh!!! No. Solo dormía.

GERARDIÑO- (Acercándose a la cama)- Tío Clemente, cierra los ojos.

GIOVANNI- ¿Y por qué quieres que cierre los ojos?

GERARDIÑO- Porque papá ha dicho que cuando tu cierres los ojos, seremos
millonarios.

PLACIDA- ¡Salga , no moleste al tío, querido!

GERARDIÑO- ¡Qué amable que está ahora conmigo, tía! ¿por qué será?

CLEMENTE- (Siempre con voz de moribundo, ríe) ¡Qué ocurrente que es tu papá!
(Pausa) Prosigamos amigo Nicolás…

NOTARIO- Cuando usted disponga, Don Clemente.

GIOVANNI- Lego a las monjas de la obra de Santa Reparata,.. (Todos quedan


expectantes) … (con voz aflautada) cinco liras…

NELLA- ¡Bien dicho!

SIMON- ¡Bravo!

PLACIDA- ¡Qué devoto!

RENATO- Siempre fue muy caritativo el tío.

NOTARIO- (Mientras escribe) ¿No le parece muy poco?

GIOVANNI- Cuando alguien muere y deja una gran suma a órdenes religiosas y
monasterios, los que lo sobreviven dicen…(Con voz aflautada) “Era dinero robado”

PLÁCIDA- ¡Que principios! ¡Qué buen pensamiento!


20

RENATO- ¡Qué sabiduría!

NOTARIO- ¡Qué lucidez!

GIOVANNI- Los florines en efectivo los lego por partes iguales a todos mis parientes.

RENATO- ¡Oh! ¡Gracias Tío!

PLACIDA- Gracias primo

SIMON- Gracias cuñado.

TODOS- ¡Gracias Clemente Donatti!

GIOVANNI- A mi prima Plácida, lego la casita del campo y le dejo algo para que
coma el resto de vida que le queda…

PLACIDA- ¿Qué me dejas primo?

GIOVANNI- (Con voz aflautada) …una cuchara.

PLACIDA- ¡Oh! ¿Se está burlando?

GIOVANNI- A mi sobrino Renato, la casa del prado y el viñedo…

RENATO- ¿Y los toneles?

GIOVANNI- (Con voz aflautada) –también

RENATO- Gracias tío.

GIOVANNI- A mi cuñado Simon (Con voz aflautada)…le lego el perro ovejero. Dos
azadas, dos palas, una horquilla y el placer de trabajar para ganarse la vida, cosa que no
ha hecho en 25 años.

SIMON- ¡Miserable! (Aparte) ¡Cuando se vaya el notario lo mato!

GIOVANNI- A mi hermana Nella

NELLA - Sí, hermano….

GIOVANNI- … le lego la casa vieja junto al río…

SIMON- ¿ Con los dos corrales?

GIOVANNI- (Con voz aflautada) No, a esos te los vendo en cuotas…

SIMON- (Aparte) - ¡Canalla! Se está aprovechando de la situación (De mala gana)


Gracias hermano
21

NELLA- ¿No te dije que no le preguntaras? Pero le preguntaste y fijate lo que te dijo!

GERARDIÑO- (Acercándose nuevamente a la cama del supuesto Clemente)-


Tío…¿cuántos dientes tienes?

GIOVANNI- Ni uno sólo.

GERARDIÑO- ¡Uy, qué bien! Entonces guárdame tú mis caramelos porque todos estos
me los van a comer!

GIOVANNI- Dámelos. (Los toma y los esconde debajo de la almohada)

PLACIDA- (Al niño) ¡Fuera de aquí le he dicho.

GERARDIÑO- ¡Mire que hablo tía y no le va a gustar!

PLACCDA- No, querido. Si te callas te compro otra bolsa de caramelos.

GERARDIÑO- ¿Bombones?

PLACIDA- (Furiosa) Bueno, bombones. (El niño se retira siempre comiendo


caramelos) Y ahora, tío, llegamos a esta casa, los campos, los molinos y las mulas…

SIMON- (Al público)- Aquí me ha de favorecer a mí, después de la broma que me hizo.
Estoy seguro.

GIOVANNI- Lego las mulas, las que cuestan 300 florines cada una y son las mejores
mulas de Toscana, a mi devoto amigo ( dice rápidamente) Giovanni Schicchi.

TODOS- ¿Qué? ¡No puede ser!

NOTARIO- Le lega las mulas a su devoto amigo Giovanni Schicchi. (Anota)

PLÁCIDA- Pero…

NOTARIO- ¡Shhhhhh!

SIMON- ¿Crees que le importarán a Giovanni Schicchi esas mulas?

GIOVANNI- Tranquilo Simone que yo sé lo que quiere Givanni Schicchi.

SIMON- ¡El muy sinvergüenza!

NELLA- Nos quiere estafar! ¿No les dije que le dijeran que no viniera?

PLACIDA- (Aparte) Lo peor es que no podemos protestar.

SIMON- ¡Se descubriría todo! ¡Nos tiene atrapados!


22

GIOVANNI- Lego esta casa de Florencia a mi devoto amigo: (con énfasis) Giovanni
Schicchi.

PLACIDA- ¡Basta! ¡Basta!

SIMON- ¡Maldito sea el bribón de Giovanni Schicchi!

TODOS- ¡Nos oponemos! (Van todos a increparle al supuesto moribundo)

NOTARIO- Los deseos de un hombre que hace su testamento no deberían de ser


obstaculizados.

GIOVANNI- Señor notario, lego los bienes a quien me parece. (Se sienta en la cama)
Tengo mi testamento en mente y no será otro. (Finge un aseso de tos y se acuesta
nuevamente y prosigue con voz aflautada) Los molinos se los lego a mi afectuoso
amigo Giovanni Schicchi. (Pausa) ¡Ya está todo!

TODOS- ¡Nooooo!

NOTARIO- ¡Shhhhh!

GIOVANNI- Plácida, de tu bolsillo dale 100 florines al bueno del notario.

NOTARIO- (Muy contento) - ¡Gracias señor Clemente!

GIOVANNI- Y ahora…nada de despedidas…Pueden irse… hay que ser fuertes…


(Plácida a duras penas le paga los 100 florines al notario)

NOTARIO- ¡Ah! ¡Qué hombre! ¡Qué hombre este señor Clemente! (Todos están
consternados pero por la trampa que les ha tendido Giovanni. Mientras el notario se
retira va diciendo) - ¡Qué hombre! ¡Qué pérdida! (Va saludando de a uno como
dándoles el pésame anticipado) - ¡Qué pena! ¡Que gran pérdida! ¡Qué buen hombre!
¡Valor! (Cuando sale el notario todos cambiarán de actitud. Están furiosos)

PLACIDA- ¡Ladrón!

SIMON- ¡Delincuente!

NELLA- ¡Estafador! ¡Así como te lo digo!

SIMON- ¡Tramposo! ¿Así que yo no he trabajado en 25 años? (toma una almohada y le


empieza a descargar almohadazos. Giovanni se tapa hasta la cabeza. Todos rodean la
cama y tratan de pegarle)

GIOVANNI- ¡Los echaré de mi casa!

PLACIDA- ¡La casa es nuestra!

GIOVANNI- ¡El testamento dice lo contario! ¡Aprendan que si los de adentro se


pelean los devoran los de afuera!
23

(Se para en medio de la cama y con una sábana arrollada, comienza a revolearla como
un lazo con el que trata de espantar a los parientes defraudados)

RENATO- ¡Adiós mi casamiento! ¡Se armó gran lío! (Sale corriendo)

SIMON- ¡Te vamos a matar!

GIOVANNI- ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera! (gran griterío) ¡Es mi casa! ¡Fuera! (Todos
comienzan a salir pero llevándose algo: un jarrón, el reloj, la palangana, la jarra, un
cuadro, etc, Giovanni sale y se oyen sus gritos) ¡Fuera! ¡Fuera!. (Breve pausa para
restaurar el orden. Entra sigilosamente Laurencia. Mira todo en derredor. Entra
Giovanni Schicchi. Laurencia lo ve y le canta tratando de conmoverlo y que le autorice
a casarse con Renato)
LAURENCIA – (Canta) Oh papito querido

Renato es mi amor,

Muy presto iré a comprarme

Un anillo y un velo

Y si hoy él no me quisiera

Y mi amor fuese en vano

Iría al puente viejo

Para arrojarme al rio

Sería triste e infeliz

Oh Dios seria morir.

GIOVANNI- ¡Ven aquí hija! ¿Quién soy yo para oponerme a tu felicidad? (La abraza)

RENATO- ( Entrando) ¿ Nos da permiso Don Giovanni? ¿Me concede su mano?

GIOVANNI- ¿Tú qué crees?

RENATO- Pues yo creo que…si…

GIOVANNI- Pues has creído bien, muchacho.

RENATO- Este… Y…¿Dónde viviremos?

GIOVANNI- Pues aquí! Esta es nuestra herencia.

RENATO- ¿Aquí? (Se acercan a la ventana. Laurencia va hacia él y se toman de la


mano) - Mira el atardecer de Florencia, Laurencia; es dorado y hermoso como nuestra
dicha.
24

LAURENCIA- ¡Es perfecto! ¡Aquí juramos nuestro amor!


RENATO- ¡Un amor que será para siempre!

LAURENCIA- ¡Para siempre! (Se abrazan. Giovanni. Se quita las ropas que utilizó
para engañar al notario, mira a los muchachos que se alejan y luego se dirige al
público)

GIOVANNI- Díganme, señoras y señores, si el dinero de Clemente podría haber tenido


un fin mejor. Tal vez esta idea descabellada me lleve al infierno…que así sea.
(Laurencia y Renato se retiran lentamente abrazados seguidos por Giovanni. La escena
queda vacía. Gerardiño entra)

GERARDIÑO- ¿Pero donde habrá puesto Giovanni mis caramelos? (Se acerca a la
cama y levanta la almohada. De pronto se abre nuevamente el armario y se ve la imagen
del difunto que cae medio cuerpo dentro de la escena)

GERARDIÑO- Ayyyyy!!! Mamáaaaaaa!!!! ( Gerardiño sale corriendo mientras cae el

TELON

También podría gustarte