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La madre del desierto.

Bajo las matas

En los pajonales

Sobre los puentes

En los canales

Hay Cadáveres

Néstor Perlongher

holy ligth - bop out of the dark – blaze of hellish light

Samuel Beckett

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La aventura

(Tiempo pasado de guerras internas. Periodo de desorganización nacional. Inicio del

Desierto de Vallecito de San Juan. Paisaje ocre, amarillado y extendido a lo lejos.

Clima seco. Sopla el Zonda. Una madre cargando a su hijo se asoma al camino)

Deolinda Correa: Como la tonada mía tiene algo de llorona voy a hacer el esfuerzo de

no ponerme lastimera. Io soy La Deolinda, este es mi hijo y su papa no está, se lo han

llevado, y a buscarlo voy a salir, porque así lo arreglamos. Dentro de poco te vamos a

bautizar y después io te voy a destetar, un destetado de tu raza vai a ser vos mi bebo.

La raza láctea. Lo pequeño de lo pequeño, mi bebo… El Puraleche. El viento, caldeado

como aliento de perro, no afloja nunca, ni ahorita que es noche y io voy a salir a

encontrarme con mi marido, el gangoso, tu papaí, porque así lo arreglamos. El va a

estar ahí y nosotros sin él, no podríamos acá sobrevivir ni un día más, así que bueno,

voy… ahora, está noche, ia. Antiaier eios pasaron y a la fuerza lo llevaron. Io pensaba

que era cuento. Nada no dejaron. Ni marido, ni comida, ni caballos, así que bueno…

tendrá que ser a dos patas nomas. Igual io nunca he montado, para mí siempre fue

raro eso de andar sobre animal, como mono arriba de chancho, se me hacia la idea

mía cuando alguien andaba de a pingo. Tampoco es que llevo mucho io, tampoco

mucho nunca tuve. Dientes… todos, sí, huesos… fuertes y las gemelas… mis trenzas. Se

te ven de lejos, como al deseo, dice Baudilio, el gangoso, tu papaí. También los que

duermen rigen el orden del mundo, lo último que dijo, no lo entendí. Pero el me lo va

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a explicar, porque así lo arreglamos. ¡Ah…! También llevo la comida de mi bebo,

adentro mío. Soy… la vaca, arrojada ahora, derramando leche y mirando la luna con

miedo. Es que miedo también tengo, eh. Quizás… es lo único que tengo, eh. Bueno…

es momento ia, nos vayamos vayando. Pero antes, me voy a encomendar a todas las

madres celestes, porque io soy muy de pedir gauchada a las madres, que es locura que

io tengo con ellas. Virgen María se mi guía, protégeme a la cría. Virgen del anta

haceme de hierro las chanclas. Virgen de la Macarena aflójame la cadena. Virgen del

Carmen sácame los miedos. Virgen del valle tráeme los miedos. Virgen del Rosario

dame alas como el canario. Virgen de los milagros si me canso poneme un burro que io

hago el esfuerzo y me subo. Virgen del abejorro que miel de leche no me falte. Santa

Catalina sé la que me ilumina en el camina camina. Santa Teresa… hacé en mi tu

morada y que vengan todas eias, están invitadas, yo voy a ser una casa de fuego,

arrojada al deseo, como anima en pena, atravesando la arena, con el alma a la

intemperie, el bebo cargado y el trabajo de la búsqueda. Bueno… ¿La rioja? ¿Por ahí…?

Bueno… Voy nomas.

La argentina del momento

(La Madre impertérrita se abre camino cargando a su Bebo. El sol empieza a asomar.

Una ola de pedidos y agradecimientos se escuchan formando una suerte de canción

diáfana hasta que súbitamente se corta y La madre se recuesta en el piso y se queda

dormida)

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Deolinda (Entre sueños, murmura): ¡Sombra… Terrible! ¡Voy… a evocarte! ¡blah blah

blah!

Bebo PuraLeche: (Se desprende de su madre. El balbucea hasta que súbitamente dice

a público con cierto sigilo): ¡Ahora… la Madrugada! La Mamá se duerme, está raspada,

descansa empacada, se echa la burra alargada. La arena es la que la cansa, la piedra es

la que la raspa y el deseo es lo que la agota.

Deolinda (Entre sueños, murmura): ¡Sombra… Terrible! ¡Voy… a evocarte! ¡Para que

expliques… blah blah blah las cenizas! ¡El polvo bloh bloh bloh!

Bebo PuraLeche: Desde ahí, toda achacada, La Mamá sueña que sigue buscando,

mientras andando y andando, la alfombra amarilla de polvo estéril, se extiende desde

la punta de sus chanclas hasta un infinito de significaciones que naida nadita le dicen a

la pobre Mamita.

Deolinda (Entre sueños, murmura): ¡Sombra… Terrible! ¡Voy… a evocarte! ¡Para que…

expliques! ¡El polvo bloh bloh bloh! ¡Las cenizas blah blah blah! ¡Las entrañas bleh bleh

bleh!

Bebo PuraLeche: Adentro de ella: El rumor de la historia antes de ser historia. Afuera:

el murmullo de la naturaleza, vacía, deshabitada, todavía sin forma y el paisaje. El

paisaje es mío en mí ahora. Porque io soy El Bebo, y soy El Todo. Y es que es así, hasta

los seis meses, es. El bebo se percibe así, no complemento no, si todo si. La vastedad

arenosa ocre amarillo pillada y El Bebo: ¡Uno! La trasparencia tornasolada

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indefinidamente suspendida en el sofocante aire del amanecer San Juanino y el Bebo:

¡Uno! Los cactus jodidos, arbolito algarrobo, arbusto´ vago e´ mierda, eróticos

pajonales y El Bebo… ¡Uno! Místicos zorros, escarabajo negro, vinchucas malvadas,

chicharras que cantan contra la erótica del sueño y El Bebo: ¡Uno! El viento zondeado

no para y el Bebo: ¡Uno! La mamá dormida cansada que busca y busca… (Deolinda no

reacciona) Dale, mamita.

Deolinda (Entre sueños, murmura): ¡Sombre Terrible voy a evocarte para que

sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas de convulsiones internas,

¡blah blah blah, bloh bloh bloh, bleh bleh bleh bleh!

Bebo PuraLeche: y el Bebo… ¡Uno! Todo uno, todo es mío en mi ahora. Y io le hablo y

usted, si usted, me entiende, porque hasta los seis meses, el Bebo habla esa… la

lengua del todo. El Imperecedero registro de cómo dios habla. El todo que habla es

mío en mi ahora, y usted, y el Bebo… ¡Uno!

Deolinda Correa (entre sueños, dice): ¡Sombra… terrible, de enano patilludo, blah blah

blah, bloh bloh bloh cuando te agarre te voy a meter la ley de leva en el culo! (Se

despierta sobresaltada) ¡Ay…! ¡Soñando estaba! ¡Dormida me he quedado! ¿Cuánto

tiempo ha pasado…? ¡Nooo…! ¡Mirá si justo nomas…! ¡Ayayita! ¡Ayayita! ¡Mirá si justo

nomas…! ¡Baudilio…! ¿Tas por ai? ¡Soy io! ¡La Deolinda! ¿Tas por ai? Larguito hace ia

que camino, camino, camino, camino con el bebo cargado a peteco y no veo hacia

donde… Señor Quiroga… ¡Quiero ver a mi marido! ¡Devolveme lo que es mío, Caudillo

sombrío!

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Bebo PuraLeche: (Siempre habla la Lengua de dios): Oreja sorda tiene el desierto.

Eco… seco.

Deolinda Correa: ¡PuraLeche! ¡Ite pa ca, Bebo!

Bebo PuraLeche: ¡Ite pa ca, vo!

Deolinda Correa: ¡Ite pa ca, Bebo!

Bebo PuraLeche: No, ¡ite pa ca, vo mamí!

(El Bebo intenta pararse y camina pero se desploma y gatea hacia su madre)

Deolinda Corresa: Velloncito de mi carne, que en mi entraña yo tejí, ¿No lo ha visto

pasar a su papaí?

Bebo PuraLeche: A mi papá yo no lo vi… ¡Tetas vengan a mí!

Deolinda Correa: Con o-tros se-ño-res de a ca-ba-llo, ico, ico.

Bebo PuraLeche: ¡Ico, ico!

Deolinda Correa: Si… Uno pa-ti-llu-do... ce-ji-jun-to… ma-lo… bár-ba-ro… (El bebo se

asusta) ¡No me haga cascarria, ahora! (Despliega un mapa de la argentina del

momento, lee, busca)

Bebo PuraLeche (Comienza levemente a llorar mientras sigue a su madre): Desayuno

mamá, por favor. NECESITO LOS MINERALES, EL AGUA Y  LAS VITAMINAS…

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Deolinda Correa: “La liga unitaria del General Paz” ¿Curduba…? ¿Catamarkai…?

¡Tucumán!       

Bebo PuraLeche: DAME LAS GRASAS, PROTEINAS, HORMONAS, ENCIMAS.  

Deolinda Correa: (Sigue con su mapa) “Terrorismo federal: Briga-dier general, de la

capital…

Bebo PuraLeche: ¡La pureza que te brota, fuente nutricia! ¡Nos conviene a los dos!      

Deolinda Correa: (Sigue con su mapa): Pancho Ramírez, El sublime entrerriano de…

Entre Ríos…”

Bebo PuraLeche: Estoy re cagado de hambre.    

Deolinda Correa: ¿Y la Rioja, donde está? ¡Pero qué encorajinado, che!

Bebo PuraLeche: ¡Me voy a morir sin saber que es la angustia del octavo mes!     

Deolinda Correa: ¿Dónde está la rioja? ¿Dónde está la rioja? ¿Dónde está la rioja en

este mapita enano? (El Bebo rompe en llanto) ¡No mi velloncito, ahora no, no me llore

ahora!

Bebo PuraLeche: ¡El llanto es deseo en estado puro!

Deolinda Correa: Núúu mi Bebote, núúú…  ¿Que quiere? ¿Quiere el mapita?

Bebo PuraLeche: ¡Quiero y exijo todo, todo el tiempo! ¡Soy un bebé y soy el todo!

¡DAME LA SANGRE BLANCA!

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Deolinda Correa: Ia se lo que a usted le pasa, ta chichoneando porque no ha comido…

Bebo PuraLeche: ¡Sí, no comí nada!

Deolinda Correa: (Se arroja con su hijo y le da la teta. El bebe se prende

automáticamente y se calma) ¡Ta rica…! ¿Sabrosa? ¡Grasadios, mi manto blanco es

para vos! ¡Tu lechota!

Bebo PuraLeche: (Saca un pedazo de charque) Y para vos, tu carne sucia.

Deolinda Correa: Desayunamos y seguimos nomás, ¿Si? ¡Provecho! Mmmh… mmmh…

mmmh… que fea está, pero peor es mascar laucha o mierda de cóndor, decía mi tata,

tu abuelo… El Nemer Juan Pablus Emeterio Cerro Correa besito papí donde quiera que

estés, Mmmmh… mmmh… (Escupe) No, no puedo, no… ¡Asco, asco, me da! ¡No puedo

papear esto! Mala leche me va brotar. ¡Ayayita…! ¡Ayayita! (Grita) ¿Donnde estas

Baudilio…? (Silencio) Si me vieras… chuneándole a la nada, locona… como cabra dada

vuelta. ¡Paciencia, Deolinda! ¡Paciencia! (reza para sí) El alma a la intemperie, el

trabajo de la búsqueda. El alma a la intemperie el trabajo de la búsqueda… ¡Cuando

nos vayamos al Chile los tris! ¡Ahí, sí! ¡Ahí, sí! Tierra angosta pero soñada. Así me dijo

El Baudilio… ¡Ahí, sí que vamos a comer bien, negra! Vacas no hay, achuras con olor a

bosta, no hay, todo del mar, marriscos, tiburcio fresco, yo no nunca he probado, pero

tu papaí… “ambrosia, mi negra” Y lo mejor: ¡No hay guerra de hermanos!

Bebo PuraLeche: (Se desprende de una teta, agarrar la otra): Civilización y Barbarie…

las cosas por su nombre.   

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Deolinda Correa: ¡Ya me he pensado todo io! Lo primero, al llegar nomai, te vamos a

bautizar en gracia para que tengas tu nombre de una vez. Ni criollo autóctono, ni

gringo extranjerizo y no se discute más sobre el tema. ¡Bien Bien bien Chileno lo

vamos a buscar! Benjamín… Gonzalo… Adalberto Liborio Calisto… Bustos. ¡Nombre

Largo! ¡Guampudo! ¡Como el de tu papaí…! Baudilio… Críspulo Floro Océano… Bustos,

mi gangoso… mi poeta favorito, mi criollo universal.

Bebo PuraLeche: (Se desprende de una teta) Io me quiero llamar: Confuso Panteísmo

Divino.

Deolinda Correa: La segunda cosa que vamos hacer, es abrir una pulpería típica de

acá, pero allá, vino de noche, leche de día. “Boliche… la Nodriza” o “La Mamua

Argentina” Y la tercera cosa que vamos a hacer, que quizás sea lo primero o lo

segundo, dependiendo de cómo nos vayamos acomodando con el papi es… ¡Encargar

otro bebo! ¡La nena quiero!

(El Bebo se desprende de la teta y le dice que no con el dedo)

Bebo PuraLeche: ¡A mi mamá quien más le gusta soy yo! ¡A mí quien más me gusta es

mi mamá! El viento sopla, fuu fuuu. Le leche brota, wiii wiiii.

Deolinda Correa: Va a ser lindo El Chile los tris…

Bebo PuraLeche: No llore mamita que estamos fundando un mito.

Deolinda Correa: ¿No quiere más? ¡Provechito!

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(Da vuelta al Bebe para hacerlo eructar)

Bebo Puraleche (Eructa): Las ideas no se matan…

Deolinda Correa: ¡Sentiiiilo nomas! ¿Hay más?

Bebo Puraleche (Eructa): Lo escrito permanece…

Deolinda Correa: Apalala… ¡muy bien mi bebo…! Bueno… nos vayamos ya. Seguimos

nomas.

La canción Sacrosanta

(Avanzan, el viento y el calor están más fuertes que nunca)

Bebo PuraLeche: Ahora… ¡Mediodía! Caliente como pava e´ sorda. Calorazo e´ muerte.

Seguimos buscando los huesos de mi papá para separarlos de los huesos de otros

papás. Pero en el desierto, todo se parece. Así que… ¡Metele mamita, Metele! ¡Vamos

mamita! ¡Vamos! ¡No se desanime, camine, camine! ¡Si se desanima! ¡Camina igual!

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

¿Qué es esto? ¿Qué es aquello?

Se pregunta el absoluto.

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A las dos de la tarde.

En la nupcia

Secreta

Del hijo

La madre

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

Deolinda, no se cansa.

Ella avanza y avanza.

El mamífero canta

La canción sacrosanta.

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

Ni gallina ni huevo.

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Lo primero fue el seno.

De la diosa lactante.

Adorada

En secreto

En rituales

Aquelarres

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

La patria dividida

La Familia en agonía

Desmintiendo la mentira

De la historia repetida

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En la antinomia

Argentina

¡No se desanime, camine, camine!

¡Si se desanima!

¡Camina igual!

Hoy se aproxima el fin del hoy

(Bebo descansa, La mamá sigue buscando a lo lejos)

Bebo Puraleche: (Se despierta) ¡Ahora Atardecer…! Nuestro permanente caminar en la

arena roja, naranja y amarilla de lo igual, que comienza y de inmediato se desvanece

tragada por la ilusión de la repetición, se frena. Solo el discurso se mueve ahora. Las cosas

que no son las cosas, si no las palabras que las designan: El lenguaje… ¡Io! ¡La materia

estética y políticamente ingobernable de la árida extensión! ¡Io! ¡La finalidad sin fin del

horizonte! ¡Io! La… (Se frena) Momentito dijo el infinito… ¿A Donde está La mama? ¿A

dónde está La mama? ¿A dónde está la mamá? ¡MI MAMA NO ESTÁ DENTRO DEL CAMPO

DE MI VISUALIDAD! ¡ENTONCES, ME DEJÓ, PARA SIEMPRE! (Llora) La emoción del bebo

arde en estado salvaje y una emoción que arde en estado salvaje se llama… LOCURA…

¡Adiós para siempre mamá, fue muy lindo conocerte! Ahora me volveré una entidad

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independiente. Un bebo solitario y salvaje, criado por bestias y educado por el viento, me

llamare… El babau del desierto (aúlla).

(Aparece Deolinda por detrás)

Deolinda Correa: Busco huellas, masco pasto, chupo roca, huelo el tufo de una bosta

echando humo… busco huellas, masco pasto, chupo roca, huelo el tufo de una bosta

echando humo…

Bebo Puraleche: ¡Resonancia sagrada! ¡La primera música escuchada! ¿A dónde estaba la

mamá?

Deolinda Correa: ¿A dónde estaba el bebo?

Bebo Puraleche: ¡Yo ya estoy mejor!

Deolinda Correa: ¡No lo vuelvas a hacer!

Bebo Puraleche: ¡No lo vuelvas a hacer!

Deolinda Correa: Ese cerro… que parece Ídolo acostado, ahora está acá, pero antes

estaba… allá, eso quiere decir que nosotros venimos de… allá, y esa montañita, marrón

brillante como mantel de fonda, se hace más grande para allá, eso quiere decir que

nosotros estamos yendo para…

Bebo Puraleche: No estamos buscando nada, mamá, somos una nada que pasea.

Deolinda Correa: A quien quiero escaramucear, io, más pérdida que churrasco en

ensalada de fruta, estoy. Me quiero situar y todo se me hace igual. Él para allá no se

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impone a él para acá… Aridez continúa, sabanas de piedra infinitas y arbustos chotos que

parece se duplican ¡No tiene sin embargos esto! ¡No tiene tope! ¡Todo lo mismo! ¡Todo

igual desde que salimos! ¡El continuadiiiisimo…! (Reza) Madre Celeste, una, dos, cinco,

todas… soy io, la Deolinda, la del camino largo, la que al lactante furioso nunca descuida,

antes de que llegue la noche negra, díganme cual es el camino que me lleva a mi marido,

una señal nomas no sea, un mensajero que me haga de guía y me diga, que tengo que

entregar, si algo tengo que entregar, para que el rumbo sea uno.

Bebo Puraleche: (Impostando la voz) Para seguir, hija mía, debes hacer fluir… la leche.

LECHE: Elemento de circulación y permanencia, sede de aquello que te guía en la lengua

que te habla y nos habla. Guía de aquello que se busca y de aquello que se estanca. ¡A

TOMAR LA LECHE, MAMAAAA, DIGO HIJAAAAA!

Deolinda Correa: ¿Qué es lo que hacemos acá?

Bebo Puraleche: Estamos huyendo de la violencia estatal y persiguiendo un espejismo.

Merienda, por favor.

(Deolinda amamanta nuevamente a su Bebo. Esta vez lo hace de parada)

Deolinda Correa: “También los que duermen rigen el orden del mundo”. También los que

duermen rigen el orden del mundo. Lo último que dijiste cuando te arrancaron de mí.

¿Qué se le habrá puesto en entrecejo al riojano patilludo nefasto ese? Feo como culo con

orejas, riojano liandroso, cantonero casquivano sopla media del otro porteño ese, culo

recontra mil roto ardido del otro… que se llama… “Juan Manuel La Rosa” no sé cuánto,

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bolsa de gatos, traicioneros todos, peleados con los otros manfloros kinkonaseos de los

unitarios, más soretes esos que los otros… ¿Qué se le habrá puesto al vergamuerta para

llevarse a mi marido?

(Súbitamente un huracán de viento los arrastra de un lado a otro.)

Las preguntitas

(Anochecer)

Bebo PuraLeche: Ahora… ¡La noche! Me voy a comer arena por ahí.

Deolinda Correa: Bueno… bueno… Requeté linda la noche parece que se viene… ¿Quién

quiere ayudar a la mami a ordenar?

Bebo PuraLeche: Me estoy comiendo a mí mismo, ahora no puedo.

Deolinda Correa: “Ordenar ordena una cuando anda medio cabeza agacha” decía mi

mamá, tu abuela bebo, la Sara Olga Liliana Gallardo, besito mamí donde quiera que estes.

(Revisa en su bolsa, saca un pequeño paraguas negro roto) Esto no me ande de servir

acá… quebrado como el país. No ievo. (Tira el paraguas. Saca un cepillo de dientes)

Baudilio, te olvidaste el cepilio… ¿Te lo llevo? No te lo llevo. ¿Te lo Ievo? Si, lo ievo

(Guarda el cepillo. Saca unos tapper) Los tapperweare para decorar la casa en el chile, y

para tu comida cuando te destete, bebo, ievo… (Guarda los tapper. Saca una patente que

dice CFK 2019) Esto no sé qué es, pero io por las dudas lo ievo, por las dudas si (Guarda la

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patente. Saca su chifle de agua) Agua… ¡Ay! Tomo, no tomo, tomo, no tomo, tomo, no,

no tomo… (Guarda el chifle de agua. Saca un enterito de bebe muy chiquito) ¿Te cambio

ahora? Rojo… como la bandera de la montonera… mazorqueros… Vikingos son… pasan y

arrasan, no ievo. (Tira el enterito. Busca en el bolso) Lo que no daría yo por unos

alfajores, triple: membrillin, batataso, camote mmmmh, (Saca un balde chiquito) ¡Mirá lo

que te trajo la mami! (Le alcanza el balde, sigue ordenando su bolsa) Haguí su castillito,

haguí ahí su reino, mi príncipe, haguí, haguí nomas.

Bebo Puraleche: ¡Voy a construir un país sobre está tediosa horizontalidad todavía vacía

de instituciones!

Deolinda Correa: (Saca Cepillo, lee el mango) “Cerda fina” (Se ríe) Un oximorón, Baudilio,

¿Cuchaste? Para los puemas tuyos y para las gemelas, solas no se arreglan, ievo. (Saca su

chifle de agua) Tomo, no tomo, tomo, no tomo… (Bebe de su chifle, lo deja a mano. Saca

un cuadernito cutre) ¡Mira lo que traje, Gangoso! ¡Tus puemarios…! Tus textos todos… (El

Bebo se acerca sigiloso y se lleva el chifle del agua)

Bebo Puraleche: Con permisito, necesito esto para solidificar es que voy a matar,

alambrar, mapear, topografiar, poblar, distribuir, lotear, coimear, estatizar, privatizar para

luego una patria crear.

(El Bebo comienza a tirar el agua sobre la arena)

Deolinda Correa: (Intenta leer en voz alta) No velo un pijo, ¿Que dice…? “Tratado sobre la

lengua autóctona” “Escribir es… buscar un estado que la lengua ordinaria o nacional, no

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reconoce” Yo le agregaría, si me permites Baudi, U ORAL… si me permitís… osea…

“Escribir es… buscar un estado que la lengua ordinaria, nacional u oral, no reconoce”

Meto mano, meto mano y vos feliz ¿Habrá poetas en El Chile? La lengua estatal Chilena…

Ay mi Baudilio, vos y tu lengua Gangosa… “Oda a un niño sin nombre” ¡Este es para vos,

Bebo! Claro, porque no tenés nombre…

Bebo Puraleche: “Tres veces en la noche, sonaron las campanas, mientras mi infancia

recorría, tierras extrañas, porque todavía mi infancia, sigue buscando, entre cuevas de

piedra, y los pájaros del alba… su verdadera gracia…”

Deolinda Correa: ¡Hermoso lo que te ha escrito el papi!

Bebo Puraleche: ¡Sí, un poema supremo!

(El Bebo termina de tirar el agua sobre la arena. Deolinda se da cuenta)

Deolinda Correa: ¡Ayayita ayita! ¡Bebo! ¡No! ¡No! ¿Qué és lo que ha hecho…? ¿Qué és lo

que ha hecho…? ¡No! ¡Velo! ¡Velo que hizo! ¡Mal, mal, mal, el agua, no, el agua, no! ¡El

agua es pa que tome la mami, no para hacer albóndigas!

Bebo Puraleche: ¡Estaba constituyendo mi modelo de nación!

Deolinda Correa: ¡Mal Bebo! ¡Mal! ¡Muy mal! ¡Ite pa allá! ¡Ite pa alla! ¡Al rincón a pensar!

(Deolinda refunfuña. El Bebo se queda solo en un rincón pensando)

Bebo Puraleche: No era mi intención apurar el suplicio agónico... Perdón.

Deolinda Correa: Perdón, bebo…

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Bebo Puraleche: No, perdoname vos.

Deolinda Correa: Perdoname, bebo… es que yo no sé cuánto más será para tener que

seguir siguiendo… no sé qué ande ser mejor…

Bebo Puraleche: Es que hacer sin saber es parte de la ofrenda, mamita.

Deolinda Correa: Tal vez devolvernos ahora, ¿Pero que nos queda allá?

Bebo Puraleche: ¡Volver, no! ¡Me quiero quedar un ratito más para siempre!

(Carga a su bebe)

Deolinda Correa: Ite pa ca, bebo. Pase lo que pase, usted… tiene que saber que vino a

este mundo para ser amado, por su papaí y por mí, ¿Sí?

Bebo Puraleche: Pase lo que vaya a pasar, usted tiene que saber vino a este lugar para ser

amada por un montón de gente, ¿Si?

Deolinda Correa: Cual más… cual menos… la mami y el bebo.

Bebo Puraleche: Vos, yo y la manía repetitiva de lo existente, no necesitamos nada más.

Deolinda Correa: Ahora, nos vayamos a dormir la mona…

Bebo Puraleche: No, no me quiero dormir.

Deolinda Correa: Nos vua a echar un ratito…

Bebo Puraleche: ¡NO! ¡No me quiero dormir!

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Deolinda Correa: No meta bulla… que hay que ir dormir ahora.

Bebo Puraleche: ¡No me voy a dormir! ¡No me quiero dormir!

Deolinda Correa: ¡Bebo no me peche! ¡¿Qué peche a la mami?!

Bebo Puraleche: ¡No me voy a dormir! ¡No me quiero dormir! ¡La noche es mía en mí

ahora! PORQUE IO SOY EL BEBO Y SOY LA NEGRA NOCHE ITEMPORAL Y ESTOY RE PASADO

DE LECHE… ASÍ QUE ITE A DORMIR A VOS, ITE A DORMIR VOS… PORQUE IO… ¡NO ME

VOY A DORMIR! ¡NO ME QUIERO DORMIR!

La parodia de la historia

Bebo Puraleche: Siendo las 03 Horas 27 minutos y 55 segundos de una madrugada de un

febrero zondeado, El Bebo no distingue que es hora de dormir y monta un huracán

pataleta. Caprichito que sopla cabrero… tifón seco… golpea… tuerce… NO ME QUIERO

DORMIR… NO ME QUIERO DORMIR. NO ME QUIERO DORMIR. La Mamá, afiebrada por el

cansancio, la sed y el solazo chupado, intenta acunar la tempestad con la música que

calma a las bestias…

Deolinda Correa:

Mi puraleche

Dormite ya

Esta es tu cuna

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De arena

Aquí tú patria

La inmensidad

Esta es tu cuna

De arena

Cuando seas grande

Cabalgaras

Todo este reino

Tuyo será

El bien existe

También el mal

Mi puraleche

Dormite ya

Esta es tu cuna

De arena

Aquí tú patria

La inmensidad

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Esta es tu cuna

De arena

Te hare juguetes

Con las piedras

Mi puraleche

Dormite ya

Me duele mucho

El caminar

Me duele mucho

Oírte llorar

El bien existe

También el mal

Mi puraleche

Volve

Hacia a mi

Mi puraleche

Dormite ya.

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Bebo Puraleche: ¿Se durmió la mamá?

Deolinda Correa: La inmensidad… blah blah blah

Bebo Puraleche: ¿Se durmió la mamá?

Deolinda Correa: Me duele mucho… bloh bloh bloh

Bebo Puraleche: ¿Se durmió la mamá?

Deolinda Correa: El bien existe… bleh bleh bleh

Bebo Puraleche: ¡Se durmió la mamá! Ahora… la mágica hora. De noche y de día al mismo

tiempo. En un mismo momento, todos los puntos del universo, así que… ¡Bienvenidos al

Teatro nacional del desierto! Con prestancia de gaucho entero, de caudillo montonero en

su máximo esplendor, el bebo Puraleche interpretara a “El Tigre de los llanos”. La madre

Deolinda, con sutil estirpe san junina, de raíces muy profundas, interpretará al ausente

padre de esta patriótica historia de devoción y entrega, que hemos denominado en

llamar: El Padre en el desierto. Cualquier parecido con la representación histórica es pura

distorsión.

(La Mamá se transforma en el El Papá Baudilio, gangoso sonsonete. El bebo se

transforma en Facundo Quiroga, caudillo cheto rancio)

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: La ilusión de una realidad oculta tras el horizonte…

¿Vos también la ves, man?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: ¿Qué… como?

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Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Vení, acercate… vení.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Si, señor.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: El señor está en el cielo, a mí a partir de ahora me va a

decir… Facu. Pero acercate te digo, sin miedo, vení… ¿Te estabas tratando de escapar?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: ¡No…! Io… tengo las gamba´ achacada´ nomas y

quería… estirar, vio, señor.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Fa-cu.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Facu, si.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¿Cuál es tu nombre?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Baudilio… Críspulo Floro Océano… Bustos

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¡No, muy largo! ¡La extensión es un mal que aqueja a

este país! ¡Hay que acortar! ¿Cómo dijiste que te llamabas?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Baudilio Críspulo Floro…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga (Interrumpe): A partir de ahora, te vas a llamar:

Boludapio.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Me… si no, le moles...

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga (Interrumpe): Aunque quién conoce en realidad cual es

su verdadero nombre. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué

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corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, y mucho menos cuál es su nombre

verdadero, aquel que nos designo dios en el registro de la luz primera.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Que bien se expresa usted, don Facu…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¡A mí también me encanta cómo hablás, man! ¿Sos

francés?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: No, San Juani…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: (Interrumpe) Es una chanza man una broma, reite.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Je.. je.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: jojojojojojojojojojojojjojjajajajajajajajaja.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Señor Quiroga, yo en verdad no…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Facu, te dije. Facu.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Facu, mire, yo… nunca me he levantado en armas…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Está muy bien.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Yo apoyo la causa federal pero…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Yo soy unitario.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Je.. je.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¿De qué te reís, Boludapio?

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Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Es que… no, no se dice eso de usted.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Y es que hay tantas cosas que se dicen de mí… que no

duermo, que leo el pensamiento, que mis hombres se convierten en lobos las noches de

luna completa, hasta se dice que hablo con mi caballo, el moro, que él me aconseja, me

dice cuando y donde tengo que atacar. Todo verdad, para qué te voy a mentir. Pero…

¿Qué es lo que no se sabe de mí? Mi pena secreta. El secreto de mi desdicha ¿Querés

saber cuál es?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Eh…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¿Querés que te cuente, Boludapio? Yo confío mucho

en vos, los sordos son los que mejor escuchan.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Io no soy sordo, soy…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga (Interrumpe): Bueno, dejá, dejá, no te preocupes, lo

charlo con mi caballo. Pensé que vos y yo podíamos ser algo más que un caudillo y un

sordo.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: No pero… si, cuénteme Facu, cuénteme.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Mi secreto, lo que me permite saber que estoy vivo,

porque tener secretos es lo único que nos permite saber que estamos vivos, es que me se

feo.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Pero, usted no es tan feo…

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Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Horrible, con está pelambre grasosa que se me

extiende por todo el cuerpo como una enredadera. Cejijunto, visco, de piernas macetudas

y chuecas por el caballo constante, los dientes todos picados… ¿Sabés porque me dicen El

tigre? Por el aliento. ¿Y de mocoso? Regalito de dio´´, me llamaban…

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: ¡No llore, Don Facu!

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Es así, Boludapio, es así… una aciaga verdad. Ahora yo

descanso en mis imperfecciones simiescas, pero todo esto va a cambiar, todo esto va a

cambiar… Se generoso conmigo como yo lo fui recién con vos y contame un secreto…

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Bueno… Tengo esposa y un hijo muy chicoco, me deben

estar buscando ahora, porque…

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¡Un secreto, Boludapio! ¡Eso ya lo sé! Se quiere ir a

Chile con la familia para empezar de nuevo, ponerle un nombre al bebé, abrir una

pulpería, bien lejos de toda la violencia que se vive por las constantes y periódicas

patriadas de caudillos locales que azotan a las provincias bajo la injusta ley de

reclutamiento forzoso blah blah blah… Ahora contame un secreto…

(Deolinda Correa/Baudilio Bustos se queda callado)

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: ¡No me dejés pagando! ¡Déjame entrar en su hondura!

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Bueno… Io, era una persona triste… Muy tristona. A mí

la angustia, me llegaba de muchas maneras distintas, como una luz intermitente que se

encendía y se apagaba, y se encendía y se apagaba, y se encendía y se apagaba. Así

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andaba, entrando y saliendo del hondo quebranto, hasta que un día, decidí que para

terminar con los lamentos había que terminar con todo. Me fui hasta el rio no para nadar,

sino para dejarme llevar por la correntada y ahí la vi. Agachada, con sus dos trenzas,

lavando unas bombachas, próxima pero ajena, familiar pero extraña, misteriosa pero

increíble. Me miro fijo y me dijo… “venite un rato a mi rancho que yo te saco la tos”. Fui y

nunca más me fui. Porque ahí, con ella, la tristeza se fue, como si nunca jamás hubiese

estado.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Que lindas dos manos que tenés, delicadas para

hombre de campo. ¿A que te dedicabas antes de ser mi secretario personal?

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Escribo… soy… pueta.

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Poeta… ¡Pero qué lindo! A ver, declamame uno de sus

versus.

Deolinda Correa/Baudilio Bustos: Eh… “El madrejón desnudo ya sin una sed de agua y la

luna perdida en el frío del alba y el campo muerto de hambre, pobre como una araña…”

Bebo Puraleche/Facundo Quiroga: Me imaginaba… una cagada. Por algo jamás en mi vida

leí poesía, ni un libro, ni nada. El arte escrito me parece un hijo que nació muerto. A mi

interesa otra belleza, la belleza de los cuerpos que configuran un destino nacional. Belleza

que ahora no tengo, pero que pronto tendré. Si, a la historia de este país la voy a cambiar

yo, dentro de muy poco, porque primero me tengo que cambiar a mí. Yo voy a unir a esta

nación agrietada, con retoques, acá, acá y acá. Pera, nariz, frente pómulos, todo nuevo.

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Un cuerpo fulguroso de belleza y barbarie para administrar la justicia y la violencia de este

país inminente. Y como estocada final: Tetas, un buen par de tetas que aglutinen el deseo

nacional. Todos tirando para el mismo lado, todos agrupados por el mismo deseo. La

nodriza de la que mamen todos voy a ser. Rosas, Paz, López, el pueblo entero. Cada

argentino en su provincia, en su tapera, su rancho, anhelando una misma cosa, está

institución, estas tetas. Me mirás confundido, Boludapio, no es momento de vacilaciones.

Vení, vení para acá y pegale un mordisco de fe a la torta del futuro. Vení gil, sin miedo…

Belleza o muerte, carajo.

(Se besan. Se termina la comedia)

El imperecedero registró ensoñado

(Nueva madrugada. La madre y el bebo duermen y sueñan. En simultáneo dicen)

Deolinda Correa: Io soy la Deolinda, este es mi hijo y esa que está ahí es mi muerte.

Bebo Puraleche: Io soy el bebo y estoy soñando con mi destino.

Deolinda Correa: La llevo conmigo desde que salimos. Me la traje si querer y ella,

implacable y fiel, no me abandona.

Bebo Puraleche: La sed, el agotamiento y la penuria yacen finalmente con La mamá y ella

se arroja al sol del mediodía de una forma extraordinaria.

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Deolinda Correa: Ahorita que estoy soñando la veo ahí, separada de mi, como si fuese la

muerte de otra. Me acerco como una invasora no me resisto a ver de cerca mi última

forma.

Bebo Puraleche: Io me provisiono de su leche que no afloja nunca, como una fuente

blanca e infinita.

Deolinda Correa: Está entronizada, acostada sobre una cama hecha de huesos, arrojado al

sol del mediodía de una forma extraordinaria.

Bebo Puraleche: Dos arrieros me encuentran mamando del cadáver y a la fuerza me

arrancan y entre llantos me alejan.

Deolinda Correa: Me acerco un poco más, velas blancas y transparentes jarros de agua la

veneran como si fuese un animal extraño o una planta fabulosa.

Bebo Puraleche: Voy a parar a un convento de señoritas monjas.

Deolinda Correa: Algo raro pasa con el pellejo de mi muerta. No hay deterioro de la carne

y eso hace que me anime a tocarla.

Bebo Puraleche: En un tiempo prudencial, adquiero la lengua articulada de los hombres y

me transformo en niño.

Deolinda Correa: Con piedad, toco la cara de mi muerte. Es una difunta, es de yeso.

Bebo Puraleche: Me dedico en principio a la limpieza de los baños y en mis ratos libres,

aprendo a tocar la guitarra para acompañar el coro de los domingos.

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Deolinda Correa: Una estatua muerta en un santuario. Tiemblo.

Bebo Puraleche: La música es mi única manera de estar cerca de aquello que perdí hace

mucho.

Deolinda Correa: Escucho una canción que celebra un mandato de abnegación y sacrificio.

Bebo Puraleche: Huyo.

Deolinda Correa: Huyo.

Bebo Puraleche: Me llevo mis canciones a pulperías y fondas. La gente me empieza a

conocer como al niño cantor que canta las canciones más tristes del mundo.

Deolinda Correa: Me despierto.

Bebo Puraleche: Me despierto.

Deolinda Correa: Nada no recuerdo.

Bebo Puraleche: No me acuerdo de nada. ¡Buen día monótona fisonomía! ¡Buen día azote

invisible de viento! ¡Buenos días espina! ¡Buenos días, pequeño condor! ¡Buenos días, La

mama!

Deolinda Correa: Buen día, Bebo.

Bebo Puraleche: ¿Kuuuu? ¿Me contesto? ¡No puede ser…! (Tantea si el dialogo es

posible) ¿Y Cómo estamos hoy para encarar un nuevo día en el vacio soberano?

Deolinda Correa: Cansada… siento que no he dormido pero, hay que seguir siguiendo.

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Bebo Puraleche: Si porque si se desanima, camina ca… ¿Qué ta pasando? ¡Estoy hablando

la lengua adquirida! Entonces… ¡Si complemento sí, no todo no…! ¡Ya estoy

individualizado y soy un ente separado! ¡Estos son mis piecitos, estas son mis manos,

estos son mis deditos apuntando a mis piecitos! ¡Estos mis brazos! ¡Estas son mis orejas

que escuchan lo que dice mi boquita! Y este es mi corazoncito que late fuerte con

angustia, ansiedad, un poquito de felicidad… y mucha confusión. ¡Ha llego el momento

entonces de sacarme mi niñez, y ponerme mi adultez! Pero antes me gustaría despedirme

de la lengua del todo, con unas pocas palabras, que resuman y enaltezcan la experiencia

hasta ahora vivida: Agua, teta, ta-ta, late, cardo, chucha, api, ico, mendihscrem… ¡NOOO!

¡IA ESTÁ PASANDO…! ¡NOOOO!

(Nuevo Atardecer. Deolinda camina y camina cargando a su bebo, caminan un largo

rato sin decir nada)

Bebo Puraleche: Otro mediodía. Vamos, mamá. Otro atardecer. Dale mamá, vamos. Otro

anochecer. Vamos, mamá. La nada se expande. Ningún refugio se nos revela. El desierto

comienza a reclamar lo anunciado.

(Deolinda se frena)

Deolinda Correa: Tengo sed.

Bebo Puraleche: Io nací con sed, sigamos.

Deolinda Correa: Mucha sed.

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Bebo Puraleche: Ahora no, mamá.

Deolinda Correa: Secada, agrietada… me imagino si todo esto habrá sido, un día feliz, me

imagino, volvemos, pero las piernas enmarañadas, los brazos no siento, las madres no

están y io… nada no veo.

Bebo Puraleche: ¿Qué pasa Mamá? ¡Vamos!

Deolinda Correa: Siempre cerca... ahí… tenerte. Todo lo que necesito siempre… Tengo…

sed. Tengo que… darte lo tuyo.

Bebo Puraleche: ¡No mamá! ¡No tengo hambre y no quiero que te mueras todavía! ¡Io la

amo mucho!

(Deolinda intenta darle el pecho a su hijo este se niega)

Deolinda Correa: Graciadio´ mi manto blanco de los ríos míos no se secan de la miel de

leche del abejorro virgen que da la vida por… dar la vida… y…

Bebo Puraleche: ¡Basta mamá, basta! ¡Está llamando a la huesuda!

(Deolinda tiembla, se tambalea un poco más, se cae)

Deolinda Correa: La casa de fuego… el pacto de piedra… La teta del estado nacional

ordinaria u oral que no abandona al lactante furioso… como mono arriba de chancho,

miedo tengo, fuerza para gritar tu nombre, no tengo… el alma a la intemperie, abro una

puerta le veo el culo a Cafiero, malo, bárbaro… camina… camina… nadie, nada, habrá sido,

para nada. Tanto. Todo.

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(Deolinda de desmaya)

Bebo Puraleche: Finalmente: se agotaron los anhelos… ya no hay vacilaciones, es el fin de

las vacaciones. ¡Lloro… lloro… lloro… lloro…! La Mami empieza morir el ser que habita.

Hoy se aproxima el fin del hoy. Nos ganó el mito. Qué tristeza, che ¡Lloro… lloro… lloro…

lloro…! Se hace de noche y por instinto me aferro al pecho que da luz y… ¡Mamo… mamo

y mamo! En el nombre del padre se inaugura la señal de la cruz. En el nombre de la madre

se inaugura la vida así que… ¡Salud mama! ¡Por vos! ¡Por el sacrificio que da paso a la

virtud extraordinaria! ¡Por la teta que no afloja! ¡Salud, adiós, melancolía y mamo, mamo,

mamo!

(Última noche en el desierto. El Bebo se durmió mamando. Deolinda se despierta)

Deolinda Correa: Salgo de mi última guarida. De mi morada, me asomo y me atrinchero

con lo poco me queda. Io, que pretendí ser arrastrada por un huracán de viento, como

flecha lanzada por el aliento de las madres, directa a los brazos de mí marido… me resisto

a morir. Al soplo de sentirme abandonada en mi causa. Ahora desde mis adentros, se que

ya no podre ser la que encontró lo que buscaba afuera. La silueta del hombre, la voz

gangosa de un poeta, el anhelo de un viaje y la promesa de un nombre, para un hijo, que

ahora es solo mío y del viento. Tal vez un error en la distancia, tal vez las madres estén

ocupadas en otros misterios, tal vez, como el me dijo, también los que duermen rigen el

orden del mundo y solo se trate de eso, de no hacer aquello que se pretende que. El rapto

fulminante de mi partida es leyenda inmóvil, de la que quizás nadie nunca sabrá nada.

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“¿Supiste algo de Deolinda?” ¿No se llamaba Daniela? “Dalinda, Belinda, Remigia, Antonia,

no, no sé nada” Como sea, no me importa. No dejo rastro en este fracaso de historia

inacabada, no dejo mi cuerpo entronizado, no me dejo morir. Me llevo las marcas y las

costras de la arena, en los ojos, en el pelo, en las uñas, en la piel y en las tetas.

Bebo Puraleche: (Se despierta) Partirporeldeseoeslamarcadelautenticoviajero

Deolinda Correa: Nos vamos, hijo.

Bebo Puraleche: Si nos vamos, ¿Cómo nos vamos?

Deolinda Correa: Nos vamos.

Bebo Puraleche: ¿Al chile?

Deolinda Correa: No, a otro lado.

Bebo Puraleche: ¿Otro lado? Pero… ¿Y papá?

Deolinda Correa: Papá ia está…

Deolinda Correa: ¿Y las madres celestes?

Deolinda Correa: Ahora otras fuerzas rigen a otras fuerzas…

Bebo Puraleche: ¿Y mi nombre?

Deolinda Correa: El desierto.

(Deolinda Carga su Bebo y abandonan el desierto. El espacio queda vacio. Súbitamente

se hace de noche y yo no se ve nada)

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Fin.

Nacho Bartolone Julio 2017

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