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DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

Magistrado ponente

SL400-2019
Radicación n.°67968
Acta 01

Bogotá, D. C., veintitrés (23) de enero de dos mil


diecinueve (2019).

La Sala decide el recurso de casación interpuesto por


RODRIGO ATENCIO ZABALETA, contra la sentencia
proferida el 31 de marzo de 2014, por la Sala de
Descongestión Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Barranquilla, en el proceso ordinario que
promovió el recurrente contra YOLANDA MARGARITA
TORRENTS DE ARTETA, YOLANDA MARGARITA
ARTETA TORRENTS y CARLOS ALBERTO ARTETA
TORRENTS como cónyuge e hijos sobrevivientes de
CARLOS ALBERTO ARTETA CARO y HEREDEROS
INDETERMINADOS.

I. ANTECEDENTES
Radicación n.° 67968

Rodrigo Atencio Zabaleta demandó a Yolanda


Margarita Torrents de Arteta y Yolanda Margarita Arteta
Torrents con el fin de que se declarara la existencia de un
contrato de trabajo a término indefinido con Carlos Alberto
Arteta Caro, del 1 de enero de 1984 hasta el 30 de julio de
2006, cuando fue despedido sin justa causa; que las
mencionadas demandadas en sus calidades de cónyuge e
hija «y herederas» deben pagar la indemnización por despido
injusto, las cesantías y sus intereses, la sanción moratoria,
los aportes a pensión de «Enero de 1984 hasta el mes de
Marzo de 1991; y desde el mes de Agosto de 1997 hasta el
mes de Julio de 2006», los intereses legales, la indexación, lo
extra y ultra petita y las costas del proceso.

Indicó en sustento de sus peticiones, que prestó sus


servicios personales a Carlos Arteta Caro desde el «02» de
enero de 1984 y que este último falleció el 1 de julio de
2006; que continuó vinculado con las demandadas «en el
mismo establecimiento de comercio» ubicado en la calle 54
n.º44-93 en Barranquilla hasta el 30 de ese mismo mes y
año, cuando fue despedido sin justa causa; que el cargo que
desempeñó fue el de mensajero; que ejecutó sus labores de
manera personal, atendió las instrucciones del empleador y
cumplió el horario que se le asignó, esto es, de 8:00 a.m. a
12:00 m y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m. de lunes a sábado; que
el último salario que recibió fue de $408.000.00; que ni el
empleador fallecido ni las demandadas han pagado «la
totalidad de las cesantías con sus intereses».

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Refirió que fue afiliado a Protección «no obstante que su


relación de trabajo está regulada por el Sistema Tradicional
por haber sido vinculado antes del 01 de Enero de 1991»;
que el empleador realizó aportes a pensión desde abril de
1991 a julio de 1997, pero no lo hizo desde enero de 1984 a
marzo de 1991 y de agosto de 1997 a julio de 2006 (fs.º1 a
5).

Las accionadas se opusieron a lo pretendido. En


cuanto a los hechos, admitieron que el demandante laboró
para Carlos Alberto Arteta Caro, la fecha de deceso de este
último, hecho del que aseveraron causó el cierre de la
«EMPRESA» y la terminación del contrato de trabajo, «pues el
despido cuando el empleador es una persona natural» su
«muerte trae como consecuencia la extinción del vínculo
laboral». Afirmaron que la relación laboral terminó el 30 de
julio de 2006; de los demás supuestos dijeron que no les
constaban.

Propusieron las excepciones de «ENRIQUECIMIENTO SIN

CAUSA», y «PRESCRIPCIÓN Y CUALQUIER OTRA EXCEPCIÓN PERENTORA

(sic) QUE SE DERIVE DE LA LEY» (fs.°60 a 67).

El Juzgado Primero Laboral del Circuito de


Barranquilla, mediante providencia de 19 de diciembre de
2008 (fs.º94 a 101), condenó a Yolanda Margarita Arteta
Torrents a pagar al accionante la suma de $6.271.640.00
por indemnización por despido injusto; absolvió a dicha
demandada de las demás pretensiones y a Yolanda

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Margarita Torrents de Arteta de todas las súplicas de la


demanda; declaró no probadas las excepciones
interpuestas; y condenó en costas a la parte vencida.

La Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Barranquilla, en sentencia de 30 de septiembre
de 2009 (fs.º117 a 125), al resolver la apelación presentada
por las convocadas al proceso, resolvió:

1). DECLARAR la nulidad de todo lo actuado en el presente


proceso desde el auto admisorio de la demanda de fecha 17 de
abril de 2007 para que se adopten las medidas procesales
pertinentes, de conformidad con lo expuesto en la parte motiva de
esta providencia.

2). Sin costas en esta instancia, por no haberse causado.

Después de verificar que la decisión del a quo se basó


en la declaración de la sustitución del empleador con base
en la «comunicación enviada a Pensiones y Cesantías
Protección» de donde evidenció que la persona que suscribió
dicho documento también era hijo de Carlos Alberto Arteta
Caro, quien no fue vinculado al proceso ni tampoco se
ordenó integrar la litis con los herederos indeterminados,
conforme lo dispone el num. 9 del art. 140 del CPC, decidió
en los términos ya expuestos.

El juez del caso, mediante auto de 15 de febrero de


2010, en obedecimiento a lo dispuesto por el superior,
admitió nuevamente la demanda presentada por Atencio
Zabaleta contra Yolanda Margarita Torrents de Arteta,
Yolanda Margarita y Carlos Alberto Arteta Torrents y

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herederos indeterminados de Carlos Alberto Arteta Caro; de


igual modo, ordenó la notificación a Carlos Alberto y el
emplazamiento de los herederos (f.º127).

Carlos Alberto Arteta Torrents, al comparecer al


proceso (fs.º131 a 136), rechazó las peticiones de la
demanda; de los hechos, aceptó la fecha del fallecimiento de
su padre, la afiliación a Protección y el salario devengado
por el accionante por cuanto «fue el encargado, como
representante de la herencia de finiquitar las relaciones del
señor ARTETA CARO»; negó que Atencio Zabaleta después
del fallecimiento del empleador, hubiera continuado con la
prestación de sus servicios para «los demandados» y por
tanto que el despido fuera injusto; de los demás dijo que no
le constaban.

Propuso las excepciones de inexistencia de la


obligación a su cargo, inexistencia de sustitución patronal,
inexistencia de la obligación por calidad de heredero,
inexistencia de terminación del contrato de trabajo sin justa
causa y prescripción.

Al ser remitido el expediente al Juzgado Primero


Laboral Adjunto, avocó el conocimiento y por autos de 30 de
mayo, 16 de agosto y 30 de septiembre de 2011 (fs.º 150,
154 y 158), designó de la lista de auxiliares a unas
personas como curadores ad litem de las demandadas.

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Por decisión de 6 de diciembre de 2011 (f.º 165), se dio


por no contestada la demanda con relación a los herederos
indeterminados y contestada respecto de Carlos Alberto
Arteta Torrents.

Enviado el proceso a descongestión, la apoderada de


Yolanda Torrents de Arteta y Yolanda Arteta Torrents
presentó incidente de nulidad, petición que se resolvió a su
favor «desde el auto de fecha 6 de septiembre de 2011,
inclusive, y en consecuencia se ordena la notificación
personal de las demandadas ...» (fs.º183 y 184). A pesar de
esta decisión, a través de providencia de 22 de octubre de
2012 (fs.º201 y 202), y como quiera que no se había llevado
a cabo las notificaciones a las citadas señoras, se les
designó curador ad litem y se ordenó su emplazamiento, no
obstante, presentaron contestación oponiéndose a las
pretensiones del escrito genitor.

En cuanto a los hechos, aceptaron que Arteta Caro


expiró el 1 de julio de 2006 e indicaron que no les
constaban los extremos de la relación laboral que existió
entre el actor y el fallecido, sin embargo, señalaron que el
«contrato de trabajo terminó como consecuencia del
fallecimiento del señor ..., lo cual se produjo el 30 de julio de
2006», como consecuencia de la muerte de Arteta Caro.
Precisaron que no existían bienes en cabeza del causante ni
herencia, razón por la cual no eran herederas, pues no se
aperturó una sucesión. De los demás supuestos fácticos
dijeron que no les constaban.

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Plantearon las excepciones de prescripción con base


en los arts. 488 del CST, 151 del CPTSS y 90 del CPC, por
cuanto si bien la relación del actor «finalizó el 30 de julio de
2006», se notificó el auto admisorio de la demanda por
estado el 19 de febrero de 2010, cuando había transcurrido
más de un año; también propusieron las de inexistencia de
la obligación y falta de causa, «INEXISTENCIA DE SOLIDARIDAD

POR LA RELACIÓN LABORAL QUE EXISTIÓ ENTRE EL SEÑOR CARLOS

ARTETA CARO Y EL SEÑOR RODRIGO ATENCIO ZABALETA, RESPECTO DE

LAS PRETENSIONES DE LA DEMANDA», carencia del derecho


sustantivo y enriquecimiento sin causa (fs.º206 a 219).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Cuarto Laboral de Descongestión del


Circuito de Barranquilla, mediante decisión de 18 de
septiembre de 2013 (fs.°234 a 243), resolvió:

PRIMERO: DECLARAR, probada la EXCEPCIÓN DE


PRESCRIPCIÓN, de conformidad con lo expuesto en la parte
motiva de esta providencia.

SEGUNDO: ABSOLVER a los demandados YOLANDA


TORRENTS DE ARTETA, YOLANDA MARGARITA ARTETA
TORRES y CARLOS ALBERTO ARTETA TORRENTS, de todas
y cada una de las pretensiones de la demanda impetrada por
RODRIGO ATENCIO ZABALETA.

TERCERO: CONDÉNESE en costas a la parte vencida.

(Negrillas del texto original).

Consideró que el punto de discusión radicaba en


determinar si el contrato de trabajo del accionante había

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continuado después del fallecimiento del empleador, y si se


configuraron las causales para dar por terminado ese
vínculo.

Estableció que de acuerdo con el art. 61 del CST, la


muerte del empleador no extinguía la relación laboral; luego
analizó lo previsto en el art. 51 ibídem, que refiere las
causales de suspensión del contrato, y señaló que si bien el
empleador había fallecido, tal hecho no trajo la culminación
del vínculo, pues este continuó con sus herederos, es decir,
que no se dio la suspensión de aquel.

En ese orden, procedió a estudiar la solicitud de


indemnización por despido sin justa causa, para lo cual
señaló que la parte demandada no demostró la justeza de la
terminación unilateral, y que por tanto, el actor tenía
derecho al pago de $6.120.000.00, por dicho concepto, pero
al resolver la excepción de prescripción propuesta por los
demandados, se remitió a las actuaciones procesales para
considerar que de conformidad con el art. 90 del CPC, el
auto admisorio no se notificó dentro del término para
hacerlo, por lo que declaró probado el medio exceptivo en
mención.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala de Descongestión Laboral del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, al desatar el
recurso de apelación interpuesto por el demandante, en

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sentencia de 31 de marzo de 2014 (fs.°258 a 265), confirmó


lo resuelto por el a quo; las costas las fijó a cargo de la parte
vencida.

Delimitó el problema jurídico a resolver, si en el sub


examine había operado la prescripción, y advirtió que el a
quo había dejado «sentado la existencia de un contrato de
trabajo entre las partes aquí enfrentadas» y que el
demandante tenía derecho a la indemnización por despido
injusto, pero «teniendo en cuenta que la parte demandada no
interpuso Recurso de Apelación contra la sentencia de
primera instancia, no es menester entrar a estudiar ninguno
de esos puntos, conforme lo establece el Art. 66 A del CPLSS
… […]».

Desde esta arista, analizó la excepción de prescripción,


para lo cual se remitió a lo establecido en los arts. 488 del
CST, 90 del CPC y 151 del CPTSS, y anotó que:

 El contrato de trabajo interpartes finalizó el 1º de Julio de


2006 y, la demanda fue presentada el 26 de Marzo de 2007 (Fl.
5).

 Se profirió auto admisorio notificado por estado al


demandante el 19 de Abril de 2007 (Fl. 57) y se notificó
personalmente a las demandadas YOLANDA MARGARITA
TORRENTS DE ARTETA y YOLANDA MARGARITA ARTETA
TORRENTS, el 1º de Junio de 2007 (Fl. 57 vto).

 Se surten las etapas procesales correspondientes al


Proceso Ordinario Laboral y se profiere audiencia de juzgamiento
el 19 de Diciembre de 2008, mediante la cual se condena a
YOLANDA MARGARITA ARTETA TORRENTS, y se absuelve a
YOLANDA MARGARITA TORRENTS DE ARTETA (Fls. 94 a 101).

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 Seguidamente, en conocimiento de Recurso de Apelación, la


Sala Tercera de Decisión Laboral del Tribunal Superior de Distrito
Judicial de Barranquilla, profiere decisión en data 30 de
Septiembre de 2009, mediante la cual declara la nulidad de lo
actuado desde el auto admisorio de la demanda de fecha
17 de Abril de 2007 (Fls. 117 a 125).

 Así las cosas, por auto del 15 de Febrero de 2010, se


admite al (sic) demanda contra YOLANDA MARGARITA
TORRENTS DE ARTETA, YOLANDA MARGARITA ARTETA
TORRENTS y CARLOS ALBERTO ARTETA TORRENTS en calidad
de cónyuge e hijos del señor Carlos Alberto Arteta Caro y contra
los HEREDEROS INDETERMINADOS del finado Carlos Alberto
Arteta Caro; siendo debidamente notificado el señor Carlos
Alberto Arteta Torrents (23 de Agosto de 2010, Fl. 127 y
emplazados y notificados los herederos indeterminados a través
de curador adlitem (sic) (24 de Octubre de 2011, fl. 162).

 Se surten las etapas procesales correspondientes y se


vuelve a decretar nulidad en data 13 de Abril de 2012, desde
el auto de fecha 6 de Septiembre de 2011, inclusive, y se ordena
la notificación personal a las demandadas YOLANDA
MARGARITA TORRENTS DE ARTETA y YOLANDA MARGARITA
ARTETA TORRENTS (Fls. 183 y 184), quienes quedan notificados
en data 29 de Octubre de 2012 (Fl. 205) contestan la demanda
(Fls. 206 a 214).

 Finalmente, se profiere Audiencia de Juzgamiento, objeto


del recurso de apelación bajo estudio, mediante la cual, la jueza
declaró probada la excepción de Prescripción, propuesta por los
demandados,…[...].

Señaló que si bien las demandadas habían sido


notificadas el 1 de junio de 2007, en razón de la decisión
adoptada por el Tribunal que anuló dicha notificación,
todas las actuaciones adelantadas en primera instancia
habían quedado sin efecto; hizo referencia a la otra nulidad,
declarada por el juez de primer grado, cuando este advirtió
que no se había cumplido a cabalidad la orden emitida por
el superior, y estableció, que luego de la declaración de esas
dos eventualidades, y que la demanda fuera admitida el 15
de febrero de 2010, los accionados fueron notificados de

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manera independiente; reiteró que el 29 de octubre de


2012, a Yolanda Margarita Torrents de Arteta y Yolanda
Margarita Arteta Torrents se les puso en conocimiento el
asunto, fuera del año siguiente a la fecha en que se notificó
al accionante del auto admisorio del escrito inicial -19 de
febrero de 2010- por lo que concluyó había operado la
prescripción.

III. RECURSO DE CASACIÓN

Lo interpuso el demandante, concedido por el Tribunal


y admitido por la Corte, se procede a resolver.

IV. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la casación total de la sentencia recurrida,


para que, en sede de instancia, revoque la de primer grado,
y en su lugar, declare no probada la excepción de
prescripción propuesta por la parte demandada,
«condenándola por todos los conceptos formulados en el
libelo introductorio».

Con tal propósito plantea un cargo, por la causal


primera de casación, que no fue replicado.

V. CARGO ÚNICO

Por vía directa acusa la decisión del Tribunal, por


«INDEBIDA APLICACIÓN de los artículos 488 del Código

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Sustantivo del Trabajo y 90 del Código de Procedimiento


Civil».

En la demostración, manifiesta que el sentenciador


plural no tuvo en cuenta que en el transcurso del proceso
se presentaron nulidades que se originaron «no solamente
por la parte actora sino también por los juzgados de
conocimiento como lo son […], el imprimir impulso al proceso
sin haber notificado correctamente a todos los demandados,
en perjuicio de mi representado, cercenándole de tajo un
derecho sustancial que fue ejercido en tiempo con la
interposición de la demanda inicial …».

Considera que hubo una indebida aplicación de los


arts. 488 del CST y 90 del CPC, al dejar de lado lo previsto
en el art. 228 superior, esto es, la prevalencia del derecho
sustancial sobre el procedimental «en el entendido que si
bien es cierto que se generaron unas nulidades que
perjudicaron el derecho sustancial de mi representado,
también es cierto que se presentó la demanda inicial en
tiempo, es decir dentro de los tres años que consagra el
artículo 488 del C.S. del T.».

Asevera que de haberse aplicado correctamente las


normas en mención, no se habría declarado la prescripción.
Reproduce apartes de la sentencia CC C-662-2004.

VI. CONSIDERACIONES

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Se expone en la demostración del cargo que las


nulidades que se declararon en el trámite del asunto, no
solo son atribuibles al demandante sino también a los
jueces de conocimiento, pues le dieron impulso al proceso
sin haber notificado correctamente a todos los accionados,
lo que afectó su derecho sustancial, como quiera que ejerció
en término la acción; por ello, asegura que el Tribunal
incurrió en una indebida aplicación de lo dispuesto en los
arts. 488 del CST y 90 del CPC, este último modificado por
el Decreto 2282 de 1989.

Dada la senda por la que se encauza el ataque, no es


objeto de reparo que la demanda inicial se interpuso el 26
de marzo de 2007, y que luego de proferida la sentencia de
primera instancia el 19 de diciembre de 2008 y surtido el
recurso de apelación propuesto por las demandadas, la Sala
Tercera de Decisión Laboral del Tribunal Superior de
Distrito Judicial de Barranquilla, en providencia de 30 de
septiembre de 2009, declaró la nulidad de lo actuado desde
el auto admisorio, ante la falta de vinculación al proceso de
Carlos Alberto Arteta Torrents y los herederos
indeterminados, razón por la que el a quo mediante auto de
15 de febrero de 2010, nuevamente admitió la demanda,
incluyendo a estos últimos.

También se puede inferir que el recurrente acepta que


la notificación personal de Carlos Alberto Arteta Torrents se
realizó el 23 de agosto de 2010 y respecto de los herederos
indeterminados se agotó su emplazamiento, siendo

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notificados a través de curador ad litem el 24 de octubre de


2011; que el juez de primer grado, mediante providencia de
13 de abril de 2012, nulitó lo actuado desde el auto de 6 de
Septiembre de 2011, y ordenó la notificación personal de
Yolanda Margarita Torrents de Arteta y Yolanda Margarita
Arteta Torrents, cuestión que se surtió el 29 de octubre de
2012; que se profirió sentencia por el a quo, que declaró
probada la excepción de prescripción propuesta por los
accionados.

De las anteriores actuaciones procesales, las cuales


sirvieron de soporte a la decisión de segundo grado, se
desprende una aplicación literal del art. 90 del CPC, que no
resulta acorde con la jurisprudencia que en punto a la
temática ha establecido esta Sala de la Corte. En efecto, en
varios pronunciamientos, se ha procurado por una
interpretación que tenga en consideración la protección
especial del trabajador, lo que conlleva analizar en cada
caso, si la actuación del demandante fue la causa
generadora de que el auto admisorio de la demanda no
hubiese sido notificado o que tal acto se realizara más allá
del término procesal, pues, de lo contrario no es posible
sancionarlo con una declaratoria de prescripción.

Sobre este entendimiento en sentencia CSJ SL3810-


2014, esta Corporación reiteró:

Frente a dicho tema, esta Sala de la Corte ha previsto en su


jurisprudencia que entre la presentación de una demanda y su
notificación pueden generarse diversas eventualidades, que no
son imputables a quien funge como demandante y que, por lo
mismo, no pueden redundar en su perjuicio. En tal orden,

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contrario a lo argüido por la censura, ha admitido excepciones a


la regla prevista en el artículo 90 del Código de Procedimiento
Civil y, concretamente, como lo dedujo el Tribunal, ha aceptado
que «…la sola presentación de la demanda interrumpe la
prescripción cuando la notificación del auto admisorio de la
misma no se efectúa oportunamente por negligencia del juzgado
o por actividad elusiva del demandado…»

Dichas excepciones a la regla de interrupción de la prescripción


están fundadas en la prevención de conductas reprochables
desde todo punto de vista, que tienden al abuso de la disposición
por parte de los deudores y, en materia laboral, en una
protección especial para el trabajador que acude a tiempo a
reclamar sus derechos y que realiza todas las acciones que están
a su alcance para lograr la notificación de la demanda, por lo que
no se le puede sancionar con la prescripción, a pesar de haber
actuado diligentemente.

Entre otras, en la sentencia CSJ SL, 12 feb. 2004, rad. 21062, se


precisó la posición de la Sala en torno al tema, de la siguiente
forma:

Se desestima, entonces, el cargo, sin que ello impida, como lo


recuerda el opositor, agregar que con relación a la aplicación del
artículo 90 del código de procedimiento civil en sentencia del 18
de febrero de 1998, radicación 10166, esta Sala de la Corte
expuso:

“(...) En lo relacionado con la segunda parte del cargo, esto es,


la acusación sobre la forma como el ad quem interpretó el
artículo 90 del Código de Procedimiento Civil -que debe
asumirse es el del texto original de ese estatuto procesal,
atendida la fecha de presentación de la demanda-, en
perspectivas de la tardanza en la notificación del auto admisorio
de la demanda por morosidad atribuible al juzgado de primera
instancia, encuentra la Corte que el juzgador de segundo grado
no incurrió en las transgresiones hermenéuticas que se le
endilgan, pues a partir de los supuestos fácticos que
determinaron su decisión, los cuales no discute el impugnador,
el entendimiento que le dio a tales normas atienden su genuino
sentido y es armónica con los principios que informan el
Derecho del Trabajo.

“En efecto, en sentencias de julio 31 de 1991 (Rad. 4336) y


mayo 15 de 1995 (Rad 7343), en los que se analizó un punto de
similares características al presente, esta Corporación sentó el
criterio que expone el ad quem respecto a los artículos 90 y 91
del código de procedimiento civil, que en lo concerniente a lo
aquí discutido conserva semejanza con la reforma que a los
mismos introdujo el decreto 2282 de 1989, y que es el
siguiente:

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“Entre los principios cardinales del proceso, a cuyo imperio han


de contribuir por igual en todas sus actuaciones el juez, las
partes y sus apoderados se encuentran en primerísimo lugar los
de la lealtad, probidad y buena fe que ha de presidir todas las
actuaciones judiciales, para cuyo eficaz cumplimiento su
observancia, prevención y sanción se impusieron como
específico deber al juez (art. 39, núm. 4 C.P.C), y a las partes y
a sus apoderados, cual aparece en los artículos 71, numeral (es)
1 y 2, y 74 del C. de P.C.

“(…) Acorde con tales postulados éticos, recogidos como normas


de obligatorio cumplimiento por la legislación positiva, observa
esta Sala que la sola presentación de la demanda interrumpe
la prescripción cuando la notificación del auto admisorio de
la misma no se efectúa oportunamente por negligencia del
Juzgado o por actividad elusiva del demandado, ya que
repugna al ordenamiento jurídico que el actor que obra con
rectitud y satisface las cargas procesales que sobre él pesan
tenga, sin embargo, que soportar consecuencias jurídicas
desfavorables por conductas reprochables a la incuria de
funcionarios judiciales o a maniobras de la parte contraria, que,
posteriomente (sic), resultase beneficiada de su propia conducta
contraria a derecho.

“Precisamente, en este mismo sentido, expresó la Corte, Sala de


Casación Civil, que la sola interposición de la demanda no
interrumpe la prescripción salvo que el retardo en notificar a
éste (el demandado) no se deba a culpa del demandante (…)
sino al demandado, por haber eludido esta, o al personal del
Juzgado encargo (sic) de hacerla, casos en los cuales la
interrupción se entiende consumada con la presentación de la
demanda”.

“(…) Tiene igualmente por sentado esta Corporación, que en el


proceso laboral, por aplicación supletiva de las normas
contenidas en el C.P.C., ha de incorporarse en lo pertinente, el
art. 90 de este Código, pero sin que ello signifique en manera
alguna que los principios propios del derecho laboral se vean
disminuidos o menguados pues dada su propia naturaleza son
de orden público. En efecto, en sentencia de 23 de abril de
1985, expresó lo siguiente: De acuerdo con reciente
jurisprudencia de la Sala el artículo 90 del Código de
procedimiento Civil es aplicable en materia laboral, con apoyo
en el artículo 145 del C. Procesal del Trabajo, pero sin que en
los juicios del trabajo sea aplicable el condicionamiento previsto
por esa norma procesal civil, en virtud del principio de la
gratuidad (C.P.T. art. 39). En materia laboral, en consecuencia,
una vez admitida la demanda se considera interrumpida la
prescripción desde la fecha en que fue presentada (…)”

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Radicación n.° 67968

“En consecuencia, con fundamento en lo antes transcrito, para


la Corporación el Tribunal no incurrió en la errónea
interpretación que del artículo 90 del código procesal civil
denuncia la censura en el cargo. Como tampoco es dable
afirmar que dicho juzgador entendió quivocadamente (sic) el
artículo 91 ibídem, pues, además, examinado el contenido del
auto que decidió en segunda instancia el incidente de nulidad
(flos 55 y 60 cuaderno 2), se colige que el mismo ciertamente
abarca la notificación del auto admisorio de la demanda, pero
por razones no adjudicables al demandante, motivo por el cual
ante tal evento también es aplicable el razonamiento
jurisprudencial expuesto en las sentencias antes referidas”.
(negrillas fuera de texto).

De acuerdo con el pronunciamiento jurisprudencial en


precedencia, estima la Sala que si bien el Tribunal hizo una
relación de cada una de las actuaciones procesales y que
evidenció las nulidades decretadas y las razones por las
cuales se resolvió de tal modo, no hizo un estudio de las
circunstancias que desencadenaron las eventualidades
procesales, ni sopesó las responsabilidades que pudieran
tener las partes por el transcurrir del tiempo entre la
presentación de la demanda inicial y su notificación; solo
tuvo en cuenta las decisiones que anularon los actos, y bajo
la égida del art. 90 de la normatividad procesal civil vigente
para esa época, itérese, sin realizar análisis alguno sobre
los principios tuitivos del derecho laboral, declaró la
excepción de prescripción.

Así las cosas, incurrió el órgano judicial colegiado en


la aplicación indebida de los arts. 488 del CST y 90 del
CPC, por lo que el cargo es fundado, debiéndose casar la
decisión recurrida, sin que haya lugar a costas dada la
prosperidad del recurso.

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Radicación n.° 67968

VII. SENTENCIA DE INSTANCIA

El demandante atacó lo resuelto por el juez de primer


grado, y para ello afirmó en el recurso de apelación que se
menoscabaron sus derechos sustanciales, debido a la
aplicación del art. 90 del CPC, puesto que la demanda
inicial se instauró de manera oportuna dentro de los 3 años
que disponen los arts. 488 del CST y 181 del CPTSS. Agregó
que se le impuso una carga adicional la cual resultaba
«compartida», ya que la falta de notificación del auto
admisorio,

[…] fue producto de falencias de todo el engranaje jurídico del


cual hicieron parte tanto el JUZGADO PRIMERO LABORAL DEL
CIRCUITO al darle curso al proceso hasta la sentencia sin haber
notificado a los herederos indeterminados ni al señor CARLOS
ARTETA TORRENTS, como también parte de esas falencias el
JUZGADO CUARTO LABORAL DE DESCONGESTON (sic) DEL
CIRCUITO al señalar y celebrar audiencia de conciliación y
primera de trámite.

Anotó que no se tuvo en cuenta que la notificación


tardía del auto admisorio fue producto de las nulidades
generadas, labor que no resultaba «exclusivamente de
responsabilidad del demandante» sino también de los
sentenciadores que tuvieron a su cargo el conocimiento del
caso.

Para resolver, son suficientes las consideraciones


expuestas en sede del recurso extraordinario para resaltar
el error en que incurrió el juez de primer grado, razón por la
cual debe la Sala analizar las circunstancias del caso para

18
Radicación n.° 67968

así determinar si el demandante fue negligente en las


cargas procesales que le correspondían.

Revisado el expediente, se desprenden las siguientes


situaciones: i) la demanda se instauró el 26 de marzo de
2007 (f.º56); ii) el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Barranquilla declaró la nulidad de todo lo actuado a partir
del auto admisorio de la demanda de fecha 17 de abril de
2007 (fs.º117 a 125), por cuanto consideró que debía
integrarse a la litis a Carlos Alberto Arteta Torrents y a los
herederos indeterminados de Carlos Alberto Arteta Caro; iii)
el juez de primer grado, en obedecimiento a su superior,
admitió nuevamente la demanda el 15 de febrero de 2010
(f.º127), de donde se colige que se tuvo como demandados a
Yolanda Margarita Torrents de Arteta, Yolanda Margarita
Arteta Torrents, Carlos Alberto Arteta Torrents, y a los
herederos indeterminados de Carlos Alberto Arteta Caro; iv)
esta decisión se notificó por estado n.º28 de 19 de febrero
de ese mismo año.

También se observa que la notificación personal de


Yolanda Margarita Torrents de Arteta y Yolanda Margarita
Arteta Torrents se surtió primeramente el 1 de junio de
2007 (f.°57 vto.), lo que implica que el accionante actuó en
esa oportunidad de manera diligente con la notificación de
quienes identificó inicialmente como accionadas; y que la
primera instancia se tramitó hasta culminar con sentencia
del 19 de diciembre de 2008 (fs.°94 a 101).

19
Radicación n.° 67968

El juez de segundo grado consideró la necesidad de


vincular al proceso a Carlos Alberto Arteta Torrents y a los
herederos indeterminados de Carlos Alberto Arteta Caro, y
al acatar lo dispuesto por el superior, el a quo procedió a la
admisión de la demanda inicial mediante auto de 15 de
febrero de 2010, siendo aquel notificado el 23 de agosto de
esa anualidad, esto es, dentro del término del año contado a
partir de su notificación al demandante.

En esa providencia nada dijo el juez unipersonal


respecto de la notificación personal a Yolanda Margarita
Torrents de Arteta y Yolanda Margarita Arteta Torrents,
quienes como ya se dijo, afrontaron inicialmente el proceso
hasta la sentencia de primera instancia que posteriormente
quedó sin efectos en razón de la declaratoria de nulidad por
parte del Tribunal, actuación procesal que de ninguna
manera anulaba su conocimiento respecto de la existencia
del proceso. No se atendió el hecho de que en la segunda
admisión, no se dispuso la notificación personal de las otras
accionadas y que a la postre generó la posterior nulidad, lo
que en modo alguno puede ser atribuible al accionante, que
de acuerdo con el recuento procesal contenido en la
sentencia recurrida, cumplió con las notificaciones
dispuestas por el a quo en cada oportunidad.

Precisamente situaciones como la descrita, fueron las


que motivaron a la Corte Constitucional a declarar en
sentencia CC C-227-2009 la exequilibilidad del num. 3° del
art. 91 del CPC, tal como fue modificado por el art. 11 de la
Ley 794 de 2003, en cuanto se refiere a las causales de

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Radicación n.° 67968

nulidad previstas en los nums. 1° y 2° del art. 140 del CPC,


«en el entendido que la no interrupción de la prescripción y la
operancia de la caducidad sólo aplica cuando la nulidad se
produzca por culpa del demandante». En sus
consideraciones expuso:

No obstante, tal como está concebida la norma acusada, ésta


también permite entender que la misma sanción procesal –
ineficacia de la interrupción de la prescripción y operancia de la
caducidad - es aplicable al demandante que ha acudido de
manera oportuna y diligente a la justicia, cumpliendo con las
cargas procesales que le imponen las normas legales, y sin
embargo, debido a factores que no le son imputables, como
pueden ser las discusiones doctrinarias o jurisprudenciales sobre
las normas de competencia, se ve enfrentado a la pérdida de su
derecho sustancial así como de la oportunidad para accionar.
Este sentido, permitido por la configuración del segmento
normativo acusado, resulta inconstitucional por imponer al
demandante, que se encuentra en tal circunstancia, unas cargas
desproporcionadas.

Los argumentos en precedencia son suficientes para


concluir que no resultaba atribuible al accionante la
aplicación de las consecuencias de lo previsto en el art. 90
del CPC, pues los tropiezos en el trámite de la instancia no
recayeron en su totalidad sobre este, evidenciándose de esta
manera la equivocación del juez de primer grado.

Puestas así las cosas, se procede a resolver si le asiste


razón al demandante en sus pretensiones, no sin advertir
que el escrito inaugural se presentó el 26 de marzo de 2007
(f.°56 del cuaderno principal), esto es, previo al vencimiento
de los tres años contabilizados desde la fecha de
terminación, es decir, el 30 de julio de 2006, por lo que los
derechos que se hubieran hecho exigibles antes del 26 de
marzo de 2004 están prescritos, conforme a los arts. 488

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Radicación n.° 67968

del CST y 151 del CPTSS, salvo las vacaciones -que no se


solicitan en el sub examine- y la cesantía.

Solicitó el actor la declaratoria de existencia de un


contrato de trabajo a término indefinido con Carlos Alberto
Arteta Caro del 1 de enero de 1984 al 30 de julio de 2006, lo
cual se corrobora con la certificación de folio 15, suscrita
por Carlos Alberto Arteta Caro (f.º9), donde consta que el
demandante laboraba en su oficina de ingeniería desde el 2
de enero de 1984 como mensajero; a folio 68, repetido en el
218, Carlos Arteta Torrents afirma que el vínculo laboral
con el empleador fallecido finalizó el 30 de julio de 2006.

De los anteriores medios de convicción, se desprende


la existencia de relación laboral, la cual tuvo como extremo
temporal inicial el 2 de enero de 1984 y final el 30 de julio
de 2006. Conforme a lo expuesto, se puede afirmar que
Rodrigo Atencio Zabaleta prestó sus servicios personales en
la oficina del ingeniero Carlos Alberto Arteta Caro, quien si
bien falleció el 1 de julio de 2006 (f.º9), no trae como
consecuencia el finiquito del contrato de trabajo, pues tal
circunstancia no se encuentra establecida dentro de las
causales de terminación del contrato que prevé el art. 61
del CST, a lo sumo puede encuadrarse en lo dispuesto en el
num. 2 del art. 51 ibídem, que enlista las razones para la
suspensión.

Empero esto no fue lo que ocurrió, pues la parte


demandada aceptó que el actor laboró hasta el 30 de julio
de 2006, lo que se reafirma con la certificación de folio 68.

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Radicación n.° 67968

Dicho esto, se procede a resolver las pretensiones


señaladas en la demanda inicial, teniendo como salario, el
mínimo legal mensual vigente, tal y como consta a folios 15,
16, 17 y 20 a 41.

En cuanto a la indemnización por despido injusto, no


se observa evidencia alguna en el expediente que acredite el
hecho del despido. Sabido es que cuando se trata de la
terminación del contrato de trabajo bajo tales condiciones,
al trabajador le corresponde demostrar que la ruptura fue a
instancia del empleador. Al incumplir el demandante lo
anterior, no hay lugar a proferir condena por esta súplica.

Respecto a la cesantía, manifestó Atencio Zabaleta en


los hechos del escrito genitor que su relación de trabajo
estaba regulada por el sistema tradicional de cesantías por
encontrarse laborando desde antes del 1 de enero de 1991.
Revisado el expediente, se observa que si bien Carlos Arteta
Torrents en la comunicación que dirigió a la Administradora
de Pensiones y Cesantías Protección (f.°68), autorizó al
accionante para que retirara el valor de las cesantías, no
hay prueba en el expediente que acredite que en efecto, el
ex trabajador se encontrara afiliado a dicha entidad;
tampoco que hubiera renunciado al régimen tradicional de
liquidación de cesantías con retroactividad, consagrado en
el art. 249 del CST, o que se hubiera acogido al nuevo
régimen de cesantías establecido en el art. 98 de la Ley 50
de 1990.

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Radicación n.° 67968

El documento de folio 68, no tiene la entidad suficiente


para desvirtuar que el régimen de cesantías del actor era el
anterior al creado en la Ley 50 de 1990. En ese orden, la
liquidación definitiva del auxilio de cesantía debe realizarse
con todo el tiempo de servicios, esto es, entre el 2 de enero
de 1984 y el 30 de julio de 2006, que refleja un total de
8.129 días, que corresponden a 22.27 años, sobre el salario
mínimo legal que devengó el actor en el año 2006 que
equivalía a $408.000.00, lo que arroja una suma de
$9.086.160.00.

Se condenará por los intereses a las cesantías, de


acuerdo a lo reglado por el art. 1 de la Ley 52 de 1975, el
cual dispone que deberán pagarse en enero del año
siguiente a aquel en que se causaron, en la fecha del retiro
del trabajador, o dentro del mes siguiente a la liquidación
parcial de cesantía, cuando se produce antes del 31 de
diciembre del respectivo período anual.

Por consiguiente, el demandante tiene derecho a esta


pretensión, pero en atención a la excepción de prescripción
que formularon los accionados, los intereses causados
antes del 26 de marzo de 2004, conforme ya se explicó, se
encuentran prescritos y por ello deberá recibir un monto de
$87.448.29, de acuerdo con la fórmula para hallar los
intereses a la cesantía y la siguiente información: para el
año 2004 se tiene en cuenta 275 días y un salario de
$358.000.00, para el 2005, 360 días y un salario de
$381.500.00 y para el 2007, 210 días y un salario de
$408.000.00.

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Radicación n.° 67968

En lo que concierne al pago de los aportes al Sistema


de Seguridad Social en Pensiones, por el período
transcurrido entre enero de 1984 y marzo de 1991, y agosto
de 1997 y julio de 2006, teniendo en cuenta el salario
mínimo legal vigente en esos años, también se proferirá
condena a favor del demandante, en atención a la
obligación del empleador de efectuar los aportes que
establece la ley, de acuerdo a lo previsto en el inc. 6 del art.
17 del Decreto 3798 de 2003, que modificó el art. 57 del
Decreto 1748 de 1995 y los arts. 13, 15 y 17 de la Ley 100
de 1993, a fin de cubrir las contingencias que a través del
sistema se resguardan.

Al expediente no se allegó prueba del cumplimiento de


los anteriores deberes patronales, lo que permite como ya se
dijo, imponer condena por el cálculo actuarial de los aportes
causados por el tiempo no cotizado al subsistema general
de seguridad social en pensiones en los ciclos señalados -
enero de 1984 y marzo de 1991, y agosto de 1997 y julio de
2006-, los cuales deberán ser pagados a la Administradora
de Pensiones al que se encuentre afiliado el demandante,
junto con los intereses de mora.

En punto a la sanción moratoria, se encuentra


establecido por esta Corporación que no es automática y
para su aplicación el juez debe constatar si el demandado
suministró elementos de persuasión que acrediten una
conducta provista de buena fe (CSJ SL8216-2016). No se
observa un medio probatorio que dé cuenta que los
demandados actuaron con el convencimiento de que nada

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Radicación n.° 67968

adeudaban al accionante; tampoco hicieron una


manifestación sobre el incumplimiento de las obligaciones
que se derivan de la prestación de sus servicios como
trabajador, mucho menos, como ya se señaló, la
acreditaron. En consecuencia, el demandante tiene derecho
a recibir como sanción del art. 29 de la Ley 789 de 2002, un
día de salario por cada día de retardo ($13.600.00) a partir
del 31 de julio de 2006 y hasta que se realice el pago de las
prestaciones sociales acá ordenadas, por cuanto devengó un
salario mínimo mensual de $408.000.00, y presentó la
demanda ordinaria laboral antes de que transcurrieran los
24 meses del finiquito contractual.

Se declara parcialmente probada la excepción de


prescripción, y no probadas las demás. Se absuelve de lo
demás. Las costas en ambas instancias a cargo de la parte
demandada.

VIII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia proferida el 31 de marzo de 2014, por la Sala
de Descongestión Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Barranquilla, en el proceso ordinario que
promovió RODRIGO ATENCIO ZABALETA contra
YOLANDA MARGARITA TORRENTS DE ARTETA,
YOLANDA MARGARITA ARTETA TORRENTS y CARLOS
ALBERTO ARTETA TORRENTS como cónyuge e hijos

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Radicación n.° 67968

sobrevivientes de CARLOS ALBERTO ARTETA CARO y


HEREDEROS INDETERMINADOS.

En sede de instancia, se RESUELVE:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia proferida por el


Juzgado Cuarto Laboral de Descongestión del Circuito de
Barranquilla, el 18 de septiembre de 2013, para en su
lugar, declarar la existencia de un contrato de trabajo entre
Carlos Alberto Arteta Caro y Rodrigo Atencio Zabaleta que
inició el 2 de enero de 1984 y terminó el 30 de julio de
2006.

SEGUNDO: CONDENAR a Yolanda Margarita Torrents


de Arteta, Yolanda Margarita Arteta Torrents y Carlos
Alberto Arteta Torrents a pagar a favor del demandante:

 Por cesantía retroactiva ………….$9.086.160.00


 Por intereses a la cesantía ………$ 87.448.29
 Por el cálculo actuarial de los aportes causados en el
tiempo no cotizado al subsistema general de seguridad
social en pensiones entre enero de 1984 y marzo de 1991,
y agosto de 1997 y julio de 2006, los cuales deberán ser
pagados a entera satisfacción de la Administradora de
Pensiones a la que se encuentre afiliado el demandante,
junto con los intereses de mora.
 Por indemnización moratoria, un día de salario por cada día
de retardo que corresponde a $13.600.00 a partir del 31 de
julio de 2006 y hasta que se realice el pago de las
prestaciones sociales acá ordenadas.

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Radicación n.° 67968

TERCERO: DECLARAR parcialmente probada la


excepción de prescripción, y no probadas las demás, como
se dijo en la parte motiva de esta sentencia.

CUARTO: ABSOLVER de las demás pretensiones.

Las costas, conforme se indicó.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al Tribunal de origen.

DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

JORGE PRADA SÁNCHEZ

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