Está en la página 1de 3

La teja

Latín tegula la teja es una pieza con la que se forman cubiertas en los edificios, para recibir y analizar el
agua de lluvia, la nieve, o el granizo. Hay otros modos de formar las cubiertas, pero cuando se hacen con
tejas, reciben el nombre de tejados.

La forma de las piezas y los materiales de elaboración son muy variables: las formas pueden ser
regulares o irregulares, planas o curvas, lisas o con acanaladuras y salientes; respecto a los materiales
pueden ser cerámicas (elaborada con barro cocido), hidráulicas (elaboradas con mortero de cemento),
plásticas y bituminosas (fabricadas con polímeros plásticos derivados del petróleo u otra materia
prima), de madera, de piedra (como la pizarra).

En cuanto a la cerámica, es fama que son mejores las viejas y esto se debe a que las nuevas tienen
mucha más permeabilidad y en la parte inferior pueden formarse condensaciones del agua transpirada,
formando una gotera, mientras que las viejas tienen los poros colmatados por polvo y musgos.

El empleo de tejas para cubiertas se atribuye a los griegos, que utilizaban placas de cerámica delgadas y
ligeramente curvadas. El arrabal del Kerámikon en Atenas se llamaba así por fabricarse en él tejas
cerámicas. Plinio el Viejo dice que los belgas se servían de una piedra blanca y blanda para fabricar las
tejas. El palacio de los reyes de Francia tomó el nombre de Tullerías al haber allí antiguamente
tejares.[1]

Un tejado tiene dos piezas fundamentales: la teja canal (abreviadamente: la canal), que recoge las aguas
de lluvia, llevándolas fuera del perímetro de la construcción, y la pieza o teja cobija (abreviadamente:
"la cobija"), que tapa la junta entre las canales.

Tipos de tejaa

Teja romana, tiene la pieza canal plana, con los bordes laterales levantados y la cobija curva. Se
fabricaban de piedra y de alfarería (barrio cocido)
Teja árabe, con una sola pieza, con la forma un tronco de cono, cortado por la mitad longitudinalmente,
tal como las cobijas romanas. Tiene la gran ventaja sobre todas las demás de que con esa pieza se
resuelven todos los problemas de una cubierta: canales, cobijas, cumbreras y limas. Aunque se
denomine teja árabe, por su uso extensivo por los árabes en la Península Ibérica, el origen de esta teja
es romano.

Teja plana, de forma más compleja, dispone de acanaladuras y resaltes para su encaje y solape, que
solamente fue posible cuando se pudieron fabricar por moldeo, bien de alfarería, bien de mortero de
cemento. Necesita piezas especiales para resolver las limas.

Teja mixta, también llamada teja belga, que tiene la canal y la cobija juntas en una pieza, lo que da
apariencia similar a la árabe o a la romana, ésta cuando la canal está formada por una parte plana con
solape en el borde. Como la anterior, requiere piezas especiales para resolver las limas.

Las piezas especiales son de variadas formas, y están destinadas a solucionar los puntos singulares del
tejado, como las "limas" (limatesas, aristas convexas, y limahoyas, aristas cóncavas), encuentros con
otros elementos, y puntos singulares.
Historia de las tejas

Se podría tomar como referencia el periodo Neolítico, hacia el VIII milenio a.n.e., momento a partir del
cual el ser humano logra controlar el proceso productivo de la ganadería y la agricultura, y por tanto se
sedentariza fijando una vivienda estable y más o menos fija. Estas viviendas solían agruparse formando
pequeños poblados.

El hombre utilizó los materiales más básicos que le ofrecía la naturaleza para construir las viviendas:
agua, tierra, madera, paja, pieles, crines. Mediante muros de barro elevaron las paredes de sus viviendas
que cubrieron con tejados de paja, elementos vegetales o pelajes de animales principalmente, ya que
este tipo de elementos naturales ayudaban a evitar, en la medida de lo posible, que la lluvia y la
humedad penetrasen a través de la techumbre.

El siguiente paso evolutivo en materia de “construcción”, que tardaría varias centurias en llegar, sería la
mezcla de tierra y el agua, que secada al sol daría lugar al adobe. Posteriormente se coció el adobe en
hornos dando lugar al ladrillo, un material más resistente, y que a través del proceso de cocción, vio
aumentada su capacidad de impermeabilidad.

Los pobladores antiguos comenzaron a utilizar la arcilla cocida para desarrollar todo tipo de elementos
constructivos como baldosas, azulejos o tejas.

La tradición atribuye el uso de las primeras tejas de arcilla cocida para cubrir los techos de las viviendas
a la zona mesopotámica y Egipto alrededor del II milenio a.n.e., no obstante, esto se debe a que los
restos más antiguos de tejas se han localizado en esta zona. También se han hallado restos de tejas
acanaladas de gran antigüedad en territorio chino.

También podría gustarte