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El arte kitsch es una manifestación visual que pone al ornamento por delante de cualquier

otra intención moral que tenga una obra, incluso suspende esas intenciones. Lo importante
es lograr la conmoción en el espectador a través de elementos espectaculares como un
colorido estridente, una ubicación surreal de los objetos en la obra o incorpora piezas de la
cotidianidad.

“Es por eso que esta exposición es la primera de su tipo en nuestro país”, comenta
Martínez. Es una exposición de publicistas usando un lenguado kitsch, que alterna
videoclips, esculturas, documentales, piezas arquitectónicas, pinturas, joyas, canciones, e
incluso, un pastel.

En la charla, se abordaron temas relacionados con la reconstrucción de


ambos conceptos en la historia, la idea que tiene el ser humano del paisaje
y la manera cómo se ha conformado y determinado diversos modos de
entender la ciudad y sus significados. Además, algunos elementos de la
cartografía histórica en los que se encuentran algunas explicaciones acerca
de lo kitsch y lo pintoresco.

Según Acosta Páez, docente de la Facultad de Arquitectura de la UN en


Bogotá, estos dos conceptos pertenecen a categorías diferentes y han sido
fundamentales en la construcción de ciudad a lo largo de la historia. “El
pintoresco, en la medida en que aparece como la intención del artista para
construir una imagen que estéticamente tiene cierto valor, permanece en la
historia del arte, de la arquitectura y de la ciudad; lo kitsch está asociado al
mal gusto, pobre estéticamente y de moral dudosa”.

Explicó que la ciudad contemporánea se encuentra permanentemente


influenciada por la composición arquitectónica. “Una concepción nueva
porque tradicionalmente lo pintoresco hacía referencia a pinturas italianas, a
jardines ingleses donde observar el paisaje era suficiente para tener una
experiencia estética bella y sublime”.

En la actualidad lo pintoresco es usado en el turismo de masas para atraer


más públicos y, por ejemplo, es común observar en los pequeños pueblos
intervenciones que resalten los patrimonios inmuebles de estos territorios.
“Algunas veces esas intervenciones caen en lo kitsch, puesto que es una
forma de estar a la moda en términos estéticos, por eso el turismo de masas
es un fenómeno en el que claramente se pueden apreciar ambos casos”,
dijo el docente.
Sin embargo, la significación de lo kitsch y de lo pintoresco en la
transformación de ciudad, tiene una relación importante con la percepción
subjetiva. En este sentido, hay apreciaciones basadas en juicios que se
exponen a la hora de justificar si una estructura, un edificio, un parque, una
calle es de buen o mal gusto.

El profesor Acosta Páez invitó a los estudiantes a reflexionar más allá del
discurso de lo kitsch, de lo pintoresco y del proceso de la construcción de la
ciudad, para analizar lo que esta ocurriendo con la Arquitectura
contemporánea.

“Muchas veces nos encontramos intervenciones de las que nos sentimos


orgullosos sin conocer a ciencia cierta lo que implica creer que ese tipo de
edificios son de buena calidad justamente porque hacen parte de un
marketing urbano que intenta vender una imagen de ciudad; pero que no
necesariamente son buenas arquitecturas y en ese sentido, se tiene que
construir una actitud mucho más crítica frente a esas dinámicas” concluyó.

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