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Año 1 Número 1 enero-junio, 2014

Revista de los posgrados del IILL


Universidad Veracruzana
01
Universidad Veracruzana
Sara Ladrón de Guevara
Contenido
Creación
Presentación
José Manzanilla Madrid
Chanate Millennial… Pero, ¿Cuándo Nació? 5
Rectora Francisco Javier Romo Ontiveros
Ella, la de sus recuerdos 10
Leticia Rodríguez Audirac
Secretaria Académica Atticuss Licona
En el camino 14
Clementina Guerrero García
Secretaria de Administración y Finanzas Amaury David Sánchez Burelo
Signos vitales 19
Octavio Ochoa Contreras H. Gabriel Maya S.
Secretario de la Rectoría
G E N E R A C I Ó N N N
25
Carmen Blázquez Domínguez David Araujo
Directora General de Investigaciones
Yolanda Jiménez Naranjo
Directora General de la Unidad de
Estudios de Posgrado
Artículos y ensayos académicos
Edgar García Valencia Apenas dos apuntes: la Generación de medio siglo versus
Director General Editorial la derecha en méxico 31
Norma Angélica Cuevas Velasco Juan Javier Mora Rivera
Directora del Instituto de Investigaciones
Lingüístico-Literarias La imagen surrealista en poemas de César Moro,
Enrique Molina y Aldo Pellegrini (Contribuciones al des-
plazamiento de la lírica latinoamericana moderna) 43
Lepisma Gabriel Maya
Revista de los posgrados del IILL “Máscaras del alba” de Octavio Paz y el modernismo:
Universidad Veracruzana ejemplo de una generación de vanguardia 55
Joselyn Pérez Pérez
Idea original La figura del judío en la literatura española de los si-
Marco Antonio Larios Quirino glos xii-xiii 64
Olga Salazar Pozos
Director Contemporáneos: una generación de traductores 71
José Antonio Manzanilla Madrid Claudia Saraí Fernández López
Editor
Alejandro Solano Villanueva
Miscelánea
Comité Editorial
Diego Armando Lima Martínez La generación de los enfermos: el Movimiento
Alfonso Valencia Alterado como apología de la violencia 77
Diana Velázquez Vera
Diseño creativo Una poesía radial 83
Ilse Naomi Jaime Tanamachi Enrique Padilla
Ilustrador El curioso caso de Benjamin Button de Francis Scott
Manuel Peralta Fitzgerald. Algunas baladas para niños ricos 86
De la serie: Encerrados en el aire Josué Sánchez Hernández
twitter: @Risperidona1 Teoría de la precipitación: esquirlas de lo cotidiano 88
Alejandro Solano Villanueva
ISSN: En trámite
A
l momento de elegir el
tema inaugural de Lepis-
ma, muchas propuestas
fueron surgiendo, todas
ellas movidas por filias Año 1 Número 1 enero-junio, 2014

Presentación
personales, inquietudes literarias
e inclinaciones estéticas. Una cosa
quedó clara: nuestra diversidad era
uniforme, cada uno de los miem-
bros de esta revista está compuesto
por diferentes horizontes que se cruzaban en algunos momentos y se distanciaban
en otros, pero nunca dejaban de comunicarse. La variedad de lecturas, pareceres
y pasiones nos llevó a preguntarnos por qué esta diversidad parecía ser marca de
nuestro tiempo.
Caímos en cuenta de aquello que nos une: la edad, el momento, la coincidencia.
Hijos todos de la década de los años ochenta, forjados al fuego del fin del siglo y
el tránsito hacia un nuevo milenio, el eclecticismo gremial se volvió el estandarte
de nuestra cepa, una generación negada a la uniformidad y empeñada en una
búsqueda sin mapa, en un mundo de descubrimientos imprecisos y clásicos per-
sonales, de tradiciones rotas.
¿La única constante? La poesía y los ánimos que despierta: la crítica y la escritura.
Coincidimos siempre en el cuestionamiento constante, en la interpretación de
los silencios y de las polémicas que animan el fenómeno literario en estos años
caóticos. Luego vimos que este efecto se extrapolaba más allá del arte y termi-
naba definiéndonos por completo: la heterogeneidad es nuestra piedra de vida.
¿Pero siempre fue así? ¿Las generaciones anteriores dieron importancia a aquello
que los hermanaba? ¿Era importante la coincidencia de pensamiento, de ideales
espirituales, de aspiraciones metafísicas? Esas interrogantes animaron nuestra
discusión: gritar la pregunta al vacío y esperar a que nos sorprendiera el eco: eso
es Lepisma. Afortunadamente, el eco fue generoso y alimentó la conformación de
nuestro primer número. De esta manera, crítica y escritura entablan un diálogo
franco con el fenómeno de las generaciones, sin restricción temática pero natural-
mente inclinada hacía la literatura que siempre acaba por imponer su voz.
Somos conscientes de que el tema es por sí mismo problemático: sabemos que los
Contemporáneos tenían una revista que los agrupó y un café que era su reducto
privado; que la Generación de Medio Siglo siempre fue reacia a enmarcarse como
parte de un mismo pulsar estético, que hay generaciones que se definen a sí mis-
mas y otras que sólo el paso del tiempo puede encuadrar en una misma sintonía.
Con esa naturaleza cambiante queremos alimentar una discusión que no sólo pose
su mirada en el pasado, sino que ofrezca perspectivas para la conformación de
nuestro criterio futuro. Nace Lepisma en el seno de los estudios literarios, pero
busca proyectarse en el ámbito de la cultura general, sin olvidar nuestros fueros
populares y las deliciosas frivolidades que nos permiten apreciar la amplitud del
mundo y de las palabras que lo construyen.
José Antonio Manzanilla Madrid
Director
A r t í c u l o s

Apenas dos apuntes:


La Generación de medio siglo
versus la derecha en México
Juan Javier Mora Rivera*
No es raro que todos nosotros, poetas, novelistas, ensayistas, campistas, nos preocupemos
por la crítica de una manera que, desde hace algunos años, no existía en México.
Juan Vicente Melo

El estudio de la Generación de Medio Siglo, in- son los grupos y posiciones políticas que se con-
distintamente de los autores que las diversas traponen, según sus distintas manifestaciones
ge-neraciones de críticos incluyen o no en la —moderadas o extremas—, a los valores contem-
poráneos de igualdad y/o libertad de los indivi-
misma, ha tenido distintos acercamientos y duos y que en algunas de sus corrientes conllevan
enfoques. Los que revisan las publicaciones un rechazo a concepciones económicas susten-
periódicas o sus discusiones públicas son tadas en la noción de libre competencia. Estas
menos frecuentes, tal vez porque suponen el expresiones, en términos generales, encierran un
demérito de las opiniones públicas a la catego- rechazo al cambio (económico, político, social,
cultural…) (11).
ría de trascendidos o curiosidades. Más escasos
son los que revisan las posiciones ideológicas,
acaso porque se considera que pocas veces se Como se verá, unos presionan hasta lograr el
entreveran literatura e ideología política. cierre de la efímera Cauce, mientras que los
Reviso dos episodios de esta generación, otros combaten a los “enemigos del régimen”,
relacionados con sus publicaciones e ideas en- tomando como objeto de sus ataques la labor
frentadas a las de la derecha del México de los de Juan Vicente Melo, en su calidad de Direc-
años cincuenta y sesenta. Por “derecha” coin- tor de la Casa del Lago de la unam.
cido aquí en la precisión de Víctor Manuel Mu-
ñoz Patraca:

* Tiene estudios en Letras Españolas, Comunicación y Periodismo por la uv. Integrante del Consejo Editorial del
periódico cultural Performance. Obtuvo el Premio Estatal de Periodismo “Rubén Pabello Acosta” (2007) gracias a una
entrevista con el poeta Ramón Rodríguez, publicada en Performance. Compiló la antología de ensayos literarios de
Juan Vicente Melo La vida verdadera (Instituto Literario de Veracruz S.C., Cuadernos de la Libélula, 2013), es autor de El
repertorio de las tramas. Una lectura inicial de la obra de Sergio Pitol (Instituto Mexiquense de Cultura, 2014, Colección
Raíz del Hombre). En coautoría ha publicado 40 años de la Editorial de la Universidad Veracruzana: Crónica y Testimonios
(uv, 1997) y Desciendo al corazón de la noche. Obra reunida de Ramón Rodríguez (ivec, 2008). También en La Jornada Se-
manal, Revista emeequis, Laberinto de Milenio Diario, La Palabra y el Hombre, “La Cultura en México” de Siempre!, entre
otros.

31
I. 1955: Cauce, de Sergio Pitol, “enfrentada” a Revista Mexicana de Literatura versus la
ultraderecha nacionalista
Referida en las cronologías oficiales de Sergio Y a menos que se adentre uno en sus en-
Pitol —no sólo la de la edición de sus Obras sayos posteriores, El arte de la fuga, y las ver-
reunidas sino también la del Centro Virtual siones príncipe y contemporáneas de la Au-
Cervantes—, se afirma con determinación la tobiografía, poco se sabe de este episodio en
existencia de una publicación donde figura la vida de Sergio Pitol. Tema pendiente para
como responsable editorial antes que en La otro escrito puede ser el discernir si ese es-
Palabra y el Hombre: “En 1955 dirige Cauce, una fuerzo editorial estudiantil se significa en su
revista fundada por un grupo de estudiantes obra reciente como una afrenta o un temor
de Filosofía y Letras, de la que sólo se publica- por el pasado juvenil; o bien, el estudio detal-
rían dos números” (Cronología, párr. 5). lado del contenido de los dos únicos números
de Cauce. Me interesa apuntar la cir-
cunstancia vinculada al cierre de esa
efímera revista.
Cauce (1955) es el impreso de un
grupo de estudiantes de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad
Nacional Autónoma de México (unam).
Armando Pereira complementa afir-
mando que Cauce tiene como direc-
tor a Sergio Pitol y como Secretario
de Redacción a Carlos Félix, contando
en su Consejo Editorial, entre los más
destacados, a Lucía Bonilla, José Luis
González, Manuel González Casanova,
Eduardo Lizalde y Enrique Alatorre. La
revista sólo alcanzará a publicar dos
números: los correspondientes a mar-
zo-abril y mayo-junio de la primavera
de 1955 (Pereira, 76-77).
El editorial inaugural permite
conocer que el grupo de estudiantes
se propone elaborar “una revista que
muestre a una juventud inconforme
y responsable”, distante del “silencio
cómplice y evasivo de los órganos
de difusión cultural que aparecen
en nuestra América” (Editorial, 3). Su
número inicial presenta un breve en-
sayo de Luis Cardoza y Aragón, “Per-
Serie: Encerrados en el aire fección de la pasión”, donde el escritor

32
A r t í c u l o s

guatemalteco pide al grupo editar un medio embestida de la torre de marfil contra los prin-
que se destaque más allá de “la actitud crítica cipios que nosotros exigíamos”; Pitol sostiene
de una generación frente a la otra”: debe ser y agrega: “nos consternaba el hecho de que
ante todo “militante, muy mexicana, es decir, no hubiera ninguna publicación que pudiera
más allá de todo tropicalismo y de toda preo- hacerle frente, por ello decidimos formar una
cupación de poner fronteras al espíritu” pues nueva revista” (42).
nada peor viste que “los colores del guacama- Empero, el paso del tiempo permite ad-
yo” (Cardoza y Aragón, 5). vertir como una paradoja el hecho de que el
Para reafirmar su posición política y mismo argumento que Pitol emplea en contra
concretar la petición de Cardoza y Aragón, de Revista Mexicana de Literatura es similar al
los integrantes de Cauce decidieron incluir que Carballo y Fuentes utilizan para distan-
“Trayectoria del Muralismo Mexicano”, una en- ciarse de su antecedente inmediato: Revista
trevista realizada por Lucía Bonilla a David Al- de Literatura Mexicana, dirigida por Antonio
faro Siqueiros, protagonista de diversos actos Castro Leal, nacionalista en su concepto, reite-
políticos públicos que denostaban lo mismo rado desde el propio título. La diferencia en-
Guerra de Corea que la intervención nor- tre ambas posturas, la de Pitol y la de Carba-
teamericana en el proceso democrático de llo-Fuentes, tal vez radique en su perspectiva
Guatemala de los años cincuenta, según ex- frente al nacionalismo de Castro Leal. Mientras
plica Pitol en su Autobiografía (Pitol Autobio- que para Pitol el prospecto ideal de revista
grafía, 37 y siguientes). Alfaro Siqueiros expli- debiera conformarse a partir del binomio “na-
ca ahí que el Muralismo, en su faceta grupal, cional en su forma, socialista en su contenido”,
no pretendió “encontrar el arte nacional por Carballo-Fuentes imaginan una publicación
el camino de las influencias formales de las que se distancie de la provinciana divulgación
expresiones plásticas tradicionales de nues- e investigación de autores y obras eminente-
tro país, sino por el camino exclusivo de un mente nacionales, vinculadas a la historia pa-
funcionalismo político nacional” (32). Dicha tria, fuera antigua o moderna. Aspiran a pro-
posición coincidía con lo sostenido en el “Edi- ducir una literatura que no haga distinción o
torial”, al afirmar que “cualquier producto cul- que pondere las nacionalidades o las banderas.
tural tiene sus raíces en la realidad social del Empero, lo que emparenta a las posiciones de
medio que le da origen”, buscando como fin los tres escritores respecto de la de Castro Leal
ulterior “lograr un orden social más justo” (3). es precisamente esa aspiración por una litera-
Cauce se definía, desde el “Editorial” cita- tura y arte cosmopolitas.
do, como una publicación sin interés por “di- Resulta una ironía que apenas unos años
vagar por el etéreo espacio de la fantasía pura, después —a la llegada de Tomás Segovia y
sin nexos con la dura y difícil realidad que en- Juan García Ponce a Revista Mexicana de Litera-
vuelve y ahoga a los pueblos de América Lati- tura— sea el grupo de escritores alrededor de
na” (3). La revisión de los escritos autobiográfi- la Casa del Lago, denominada también como
cos de Sergio Pitol permiten conocer, además, Generación de Medio Siglo —dentro de la
que la revista buscaba “ubicarse entre las van- cual se ubica, literariamente, a Sergio Pitol—,
guardias”; nació, sorprendentemente, como quienes concreten parte de esa aspiración de
respuesta a Revista Mexicana de Literatura, di- Cauce en cuanto a la difusión de autores, obras
rigida entonces por Emmanuel Carballo y Car- y tendencias literarias que fueran más allá de
los Fuentes, “un baluarte del artepurismo, una los consabidos clichés de la cultura nacional.

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La revisión de Cauce refleja un espíritu genera- la plena justificación; a diferencia de Cauce, la
cional: el de un grupo de jóvenes compacto, cual proponía un nacionalismo ubicado en el
con una posición ideológica concreta y desa- extremo contrario del derrotero ideológico de
fiante del pensamiento nacionalista de enton- la época:
ces. Producto de esa precisa definición en su
ideología deviene el cierre del impreso para Nacionalismo, democracia y justicia social fueron
mediados de 1955. el tripoide discursivo de la legitimidad del Sistema
Cauce no produce una tercera edición de- Político del México contemporáneo. […] Para que
bido a la inclusión, en el número 2, de unas no- el nacionalismo viviera, era necesario mantener
una distancia. A diferencia de otras naciones del
tas de viaje sobre México del poeta futurista, hemisferio, México procuró mantener una rela-
vanguardista y revolucionario ruso, Vladímir tiva distancia frente a la política norteamericana
Maiakovski —en versión de Sergio Pitol—, de militante anticomunismo internacional […] No
donde éste realiza impresiones “muy regocija- participó en la Guerra de Corea, ni apoyó el mov-
das, muy vivas y libres” sobre la cultura nacion- imiento subversivo contra del gobierno reform-
ista de Jacobo Arbenz en Guatemala, ni rompió
alista de nuestro país. No obstante, el texto de
relaciones con Cuba cuando ésta se enfrentó con
Maiakovski, más que entusiasmo, tocó “las más Estados Unidos, al declararse estado socialista y
recónditas fibras de patriotería” de la derecha su expulsión de la Organización de Estados Amer-
ultranacionalista “que de plano no aguanta icanos (OEA). […] Simplemente enarboló su tradi-
nada”, según explica Pitol años después en la cional principio de no intervención y evitó llevar
Autobiografía (44). A través de sus medios y su política anticomunista interna al campo inter-
nacional (Aguilar Camín-Meyer, 225-226).
con su poder de influencia, la prensa oficialista
de los años cincuenta se da a la tarea de de-
fenestrar a los estudiantes y al director mismo, Cauce no es una publicación institucionalizada,
aduciendo actos subversivos contra el país no sólo porque no recibe apoyo alguno para
por parte de los universitarios, dentro de los su producción, sino porque trata de encontrar
cuales se encontraba la impresión de la revista una identidad nacional por medios propios,
supuestamente financiada por la rectoría de sin recurrir al nacionalismo institucionalizado,
la unam. Sombra que fue la Generación de Me- por lo que integra a su discurso el de la izquier-
dio Siglo de Los Contemporáneos; el evento sin da nacionalista. De ahí las presiones que hacen
duda alguna recuerda a Jorge Cuesta a partir los grupos de la derecha, a través de la prensa
de la publicación de algunos fragmentos de cotidiana, esgrimiendo que la publicación de
Cariátide, la novela de Rubén Salazar Mallén, Sergio Pitol iba en contra del nacionalismo le-
que vuelve la mirada de los conservadores ha- gitimado a través de la revolución; en el fondo
cia Examen (Ruiz Pérez, 28-31). no hacen sino reclamar el cambio de pensami-
Héctor Aguilar Camín y Lorenzo Meyer en ento cultural y político de los integrantes de
A la sombra de la Revolución Mexicana atisban Cauce, quienes simplemente aspiran a con-
sobre las razones justificantes del nacionalis- struir “un orden social más justo”, tomando
mo revolucionario de los años cincuenta, expli- como ejemplo lo mejor del pensamiento uni-
cando que sólo eran aceptadas aquellas posi- versal, sin juicios que impidan la libertad de los
ciones que en lugar de cuestionarlo pasaran a individuos.

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A r t í c u l o s

Cauce alecciona en el futuro a Pitol no pasará a su literatura a través del relato “Tiem-
sólo sobre el activismo político y su mundo po cercado”, aparecido en la edición original
lleno de intrigas y verdades a medias, sino que de Infierno de Todos (uv, 1964, Ficción), cuento
le provee una de sus experiencias primeras peculiar y casi único dentro de su narrativa,
como editor. El episodio le permite definir para no sólo por su estructura sino por el tema y la
sí mismo que su comodidad como editor y serie de reflexiones que sobre el arte hace en
traductor deberá anteponer el poder de elec- él. La frase ejemplar para el episodio de Cauce
ción sobre los autores y las obras por traducir y en la vida de Pitol debiera ser “gato escaldado
publicar, inherente la libertad para la selección no vuelve por agua”: una máxima que inter-
de temas. En el plano literario, esa experiencia namente se repetirá con el paso de los años,
personal —el acoso y defenestración a la que siempre que la ideología y la política estén de
es sometido como responsable de la revista— por medio.

Serie: Encerrados en el aire

35
II. 1967: el affaire Juan Vicente Melo versus Gastón García Cantú, representante del
nacionalismo ramplón, revolucionario y populista
Es posible reconstruir los pasos de la Genera- Sin embargo, ampliando esta idea, sería
ción de Medio Siglo más allá del estudio de sus factible incluir en este criterio —más allá de la
libros, la reseña de sus obras o los géneros anécdota o la curiosidad— las distintas
literarios ejercidos. Algunas posibilidades polémicas y enfrentamientos públicos que
supondrían realizar un repaso de los premios protagonizaron los integrantes de esta ge-
otorgados a sus integrantes, como sugiere neración en esos mismos medios, señalan-
Vicente Leñero (95), ponderando los méritos do los finales y las consecuencias de dichas
y criterios que según los diversos jurados les discusiones. Los affaires de la Generación de
permitieron obtenerlos o no. Otro acercamien- Medio Siglo permiten establecer que muchos
to implicaría la revisión de las autobiografías se derivan de su interés por la crítica y la dis-
editadas por ellos, tratando de advertir las cusión de los asuntos públicos vinculados a
influencias, sus lecturas comunes y su visión la literatura, el arte y la cultura en general,
respecto de la literatura, buscando además incluidas las acciones de los responsables
las señales que permitieran establecer si unos de las instituciones culturales. Un repaso a
a otros se reconocían como una generación.1 las secciones Actitudes de Revista Mexicana
Un criterio más supone explorar las revistas, de Literatura, Palos de ciego de Cua-dernos
suplementos literarios o las actividades en los del Viento o en los apartados dedicados a la
espacios culturales a partir de los cuales se crítica de libros, teatro, cine, las artes plásticas
puede confirmar su influencia para moldear el o los géneros literarios de Revista de la Univer-
espíritu literario de su generación o las fuentes sidad permite advertir el perfil crítico de los
de sus influencias, identificando los géneros suplementos y revistas de entonces, y de las
de su mayor interés o bien los textos defini- posteriores a 1968, donde su examinadora
torios de cada autor. Sobre el tema, Christo- actitud —palabra justa y clara para definir a
pher Domínguez Michael sostiene: “la historia esta generación— resulta un rasgo distintivo
de una literatura suele ser la crónica de sus re- y definitorio de este grupo de autores, en tan-
vistas culturales y de sus suplementos literari- to que se constituye en el eje de su trabajo
os” (páginas centrales). intelectual, referido a todos los aspectos de la

1 Las autobiografías editadas a iniciativa de Rafael Giménez Siles bajo el sello de Empresas Editoriales, en su serie
Nuevos escritores mexicanos del siglo XX presentados por sí mismos, fueron prologadas todas por Emmanuel Carballo
(1929-2014). De las anunciadas en ellas, sólo faltaron por ser editadas las de José de la Colina y Fernando del Paso,
según explica el propio Carballo en su Diario Público (Carballo, 131). La relación de Emmanuel Carballo (1929-2014)
con la Generación de Medio Siglo es singular. Una revisión de su bibliografía permite reconocer no sólo su interés
sistemático por la obra de sus autores, sino su visión como editor, y principalmente como crítico de casi todos sus
libros, sumado a la compartida voluntad “de ruptura respecto al status quo”, manifiesto a partir de la crítica y el en-
sayo. Pienso además en sus singulares encuestas sobre el proceso de escritura (¿Por qué y cómo escribo? Responden
124 escritores mexicanos, México, Revista Cuadernos de Comunicación, 1977) o su Diario Público 1966-1969, este último
una fuente de pistas y señales que ayudan a precisar el ambiente literario y cultural de entonces o los personajes
alrededor de esa generación, además de un testimonio refrendado de amistad.

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A r t í c u l o s

vida cultural y social, siguiendo el ejemplo de mos románticos” respecto a la promoción de


Octavio Paz, maestro de esta generación pla- nuevos autores dentro de la literatura mexi-
gada de polemistas brillantes. Juan Vicente cana.
Melo lo explica mejor en uno de sus ensayos: Sin embargo, el affaire que clausura el
proyecto literario conjunto de la Generación
Esta generación ha alcanzado una visión crítica, de Medio Siglo tiene como centro a Juan Vi-
un deseo de rigor, una voluntad de claridad, una cente Melo: su ignominioso despido de la
necesaria revisión de valores que nos han per- Dirección de la Casa del Lago y la cobarde
mitido una firme actitud ante la literatura, las defenestración de Melo por Gastón García
otras artes y los demás autores. Cada uno de los
miembros de esa supuesta generación (pues-
Cantú, cuando fungió como Director de Di-
to que las generaciones no existen en México, fusión Cultural de la unam a mediados de 1966.
al menos en literatura —estoy más próximo a En una búsqueda por hacer una limpia
Eduardo Mata, que tiene diez años menos que de todos los colaboradores que Jaime García
yo, para hablar de música—) ha alcanzado, es- Terrés había nombrado a su paso por esa
timo, apenas, pasados los treinta de edad o próx-
misma área —Huberto Batis en la Imprenta
imo a llegar a ellos, responsabilidad y compro-
miso con el arte. No es raro que todos nosotros, Universitaria, Juan García Ponce en Revista
poetas, novelistas, ensayistas, campistas, nos de la Universidad, José de la Colina en los ci-
preocupemos por la crítica de una manera que, neclubes, Juan José Gurrola haciendo teatro
desde hace algunos años, no existía en México. y televisión, Tomás Segovia primero como
La crítica —pero es punto de y aparte— permite, Director de la Casa del Lago y luego sobre
a quienes la ejercen, un cierto respiro económico
dentro de la multitud de trabajos que el escri-
diversos cursos al interior de la Universidad,
tor tiene que desarrollar en México, con las muy Juan Vicente Melo en la Casa del Lago sus-
notables excepciones —y eso está muy bien y tituyendo a Segovia e Inés Arredondo a sus
es digno de envidia— de Carlos Fuentes, Luis clases en la Facultad de Filosofía y Letras—,
Spota, Fernando Benítez, que viven de sus libros. Gastón García Cantú decidió que el Doctor
(Melo Autobiografía, 42-43)
Melo sería la víctima perfecta que le permiti-
ría desterrar fuera de la Universidad Nacional
Esto permite explicar las razones por las que a los enemigos del “nacionalismo ramplón,
Jorge Ibargüengoitia abandona la reseña demagógico y populista” reacios a “contarle
teatral tras las burlas de Carlos Monsiváis por las lentejuelas a la china poblana” (Batis Cua-
haber criticado, eficientemente y sin posibili- dernos, 151). García Cantú reprochó a todos su
dad a argumento en contra, la puesta en esce- carácter aristocrático y la rígida crítica, sin con-
na de Landrú de Alfonso Reyes; las diferencias cesiones, que hacían en sus reseñas, ensayos
sobre el estado y ejercicio de la crítica en Mé- y actividades culturales, suponiendo que por
xico, según las visiones de Emmanuel Carballo laborar en una institución pública los convertía
y Juan García Ponce; los señalamientos ficcio- en burócratas del diazordacismo, dispuestos a
nados de Luis Guillermo Piazza sobre todos tolerar los dislates y ocurrencias de las nuevas
los escritores de la generación y los medios formas de concebir la Difusión Cultural uni-
de expresión que detentaban, contenidos en versitaria. Adujo así que Melo era responsable
La mafia (1968); o las críticas terapéuticamente de “exagerados dispendios presupuestales”,
crueles de Juan Vicente Melo sobre la falta de además de permitir escandalosas celebra-
rigor en la selección de materiales y autores de ciones en la Casa del Lago después de los
Cuadernos del Viento, instalada en “infantilis- eventos ahí realizados. Supuso correcto avisar

37
de esto a las autoridades de Rectoría, incluido diante de Historia del Arte en la Facul-
el propio rector Javier Barrios Sierra. tad de Filosofía y Letras; era amigo
En la realidad, García Cantú inició, con sus nuestro, sobre todo de Juan Vicente Melo.
pobres señalamientos, una campaña de des- Fue el típico crimen de homosexuales
prestigio, “una persecución puritana, que se que seducen a heterosexuales, que por
ensañó en denunciar sus preferencias sexua- dinero o alcoholizados aceptan una
les, por ejemplo, o en tasar sus ingestiones relación homosexual y, después, horrori-
etílicas” explica Batis (Cuadernos, 182); a falta zados o por temor a ser descubier-
de argumentos para cuestionar su labor al in- tos, acaban matando al contratante. Al
terior de las áreas de la unam donde colabora- italiano lo martirizaron de espantosa
ban, confundiendo vida privada con la labor manera, en resumen, a mordidas. Cuan-
pública de su trabajo. do la policía encontró el cadáver, había
Recuerda en extenso Huberto Batis: Melo sangre y pedazos escupidos por toda la
llamó por teléfono a mi oficina en la unam: casa, que era la de Héctor Valdés, com-
pañero y amigo nuestro también […].
… para decirme que lo estaban interro- Entre los papeles del asesinado había
gando los abogados del Departamento recados de Melo, y en su libreta de di-
Jurídico. En mi carácter de encargado de recciones estábamos todos. La policía
la Dirección de Publicaciones, es decir, detuvo a Juan Vicente y lo “interroga-
como funcionario de la administración ron” duramente, quiero decir que lo tor-
del rector Barros Sierra, me presenté ante turaron; a pesar de lo cual tuvieron que
él para informarme de los cargos que se dejarlo libre porque obviamente era in-
habían levantado contra Juan Vicente ocente. Como se comprenderá, a Gastón
Melo e interceder por él. […] Barros Sierra García Cantú esta detención de Melo le
me confió que él apoyaba a su “brazo convenía. A poco escribía que no podía
derecho”, García Cantú. […] Intempestiva- ser director de la Casa del Lago un ho-
mente don Javier me preguntó si yo “también” mosexual sospechoso de asesinato. […]
era homosexual como Melo, y que si estaba En Excelsior, en el Olimpo Cultural […], se
de acuerdo con el grupúsculo que defendía publicaban las noticias y protestas a fa-
a Melo en los periódicos “atacando” a García vor del exdirector de la Casa del Lago.
Cantú y causándole, de paso, un grave Eran también muy comentados los
daño a la propia Universidad. […] Las artículos de Tomás Segovia y desde lue-
desgracias nunca llegan solas y llueve go la nota que García Ponce publicó en
sobre mojado. Por esos días asesinaron el suplemento de Benítez. (Batis Flecha,
a un joven italiano, Alvise Querel, estu- 197-199)2

2 El remarcado es mío. Carlos Monsiváis también refiere el asesinato de Querel, así como la abyecta difamación
de García Cantú hacia Melo, véase “Los gays en México: la fundación, la ampliación, la consolidación del guetto”
Debate feminista. Sexo y violencia. México, oct., 2002. Abril 2014 http://www.debatefeminista.com/PDF/Articulos/
losgay807.pdf.

38
A r t í c u l o s

Tras las vejaciones al Doctor Melo, solidaria- a sus espacios de crítica en el suplemento y
mente renuncian en masivo a sus responsa- en las revistas en que colaboraban habitual-
bilidades Arredondo, García Ponce, Segovia, mente, a excepción de Revista de Bellas Artes. 3
De la Colina y Batis, argumentando la poca Explicaciones adicionales a la actitud de
morosidad con que fue tratado el asunto por García Cantú existen, incluidas las propias publi-
parte de García Cantú, sintiéndose incapaces cadas en “La Cultura en México”4 . En La flecha
de “compartir los lineamentos de la política extraviada, Batis reproduce las conclusiones
cultural que usted se ha propuesto imponer del entonces Director de Difusión Cultural:
a la Dirección de Difusión Cultural”, prefirien-
do separarse de la institución, perdiendo su Y entonces, por así decirlo, me abrieron fue-
antigüedad y sus derechos de empleados go desde todos los periódicos sus amigos escri-
en lugar de trabajar “para una Universidad tores y hasta los caricaturistas; me acusaban de
que trata a sus colaboradores como si fueran haberme portado como un “censor”; yo no cen-
suré nada ni a nadie; únicamente paré los gas-
delincuentes” o, peor aún, ser considerados tos excesivos; pero ellos me atacaron con todo
“como enemigos del régimen”, según había como si hubiera cerrado y cancelado su destino.
escrito sobre ellos en un comunicado ofi- […] Yo escribí en Siempre!, no era ya colaborador;
cial Emilio Martínez Manatou, Secretario del lo expliqué todo, exactamente, contestando a
presidente Gustavo Díaz Ordaz. Para llamar la una agresión de Juan García Ponce en el suple-
mento de Benítez […] Yo apreciaba el trabajo
atención pública sobre las vejaciones al Doc-
de Melo, pero no el descontrol que tenía con el
tor Melo, Batis publica su carta de renuncia presupuesto y con la seriedad que debe guar-
en “El Heraldo Cultural” en febrero de 1967, lo darse en las instalaciones universitarias. A pesar
cual le acarrea su despido como Secretario de de que platicamos largamente, siguieron con sus
Redacción de dicho suplemento. De igual ma- ataques en la prensa. Al saber estas cosas, que no
nera, García Ponce, Colina y Batis llevan a Fer- están alteradas; probablemente con el tiempo
espero que se den cuenta que sí hubo una de-
nando Benítez sus respectivas renuncias para sproporción: parece que yo cancelé el destino
ser publicadas en “La Cultura en México”, de Juan Vicente Melo y de toda esa generación;
pero éste se niega por la estima que le tenía pero todos han hecho lo que pudieron hacer con
a García Cantú. Como respuesta renuncian o sin Casa del Lago. (cit. en Batis Flecha, 190-191).

3 Sólo para que los Gastú García Cantú no creyeran que les habían cortado el vuelo, parafraseando a José de la
Colina, es necesario agregar que la mayor parte de estos autores coinciden después escribiendo para la oficina de
publicaciones del Comité Organizador de la Olimpiada Cultural de los xix Juegos Olímpicos en México, incluidos
José Revueltas, Augusto Monterroso y Alí Chumacero, recuerda Batis (Cuadernos, 183).
4 De entre la bibliografía de los autores de esa generación destacan varios libros que abordan el caso y explican
el ambiente de esos rutilantes años sesenta. Varios de esos volúmenes incluyen lo mismo la narrativa que el ensayo
o la memoria: La obediencia nocturna (1969) de Juan Vicente Melo; Desconsideraciones (1968) de Juan García Ponce;
Actitudes (1970) y Contracorrientes. Notas y ensayos (1973) de Tomás Segovia; Personerío (2005) de José de la Colina,
además de los ya citados de Batis o Por sus comas los conoceréis (2001). Melo en su Autobiografía (1966) no refiere el
episodio acaso por la afrenta que representa. Una relectura de cualquiera de ellos, buscando las claves de este af-
faire, sin duda reviste de un matiz distinto a cada una de estas obras. Sumemos a ellos los artículos de García Ponce
sobre la discusión: “Entre los escritores la regla es pagar con generosidad la afrenta”, “Sobre la función de la Casa del
Lago”, “El valor de la apariencia” y “Sobre el oportunismo” publicados todos en “La Cultura en México”, números 260,
261, 263-264 y 266, entre el 8 de febrero y el 29 de marzo de 1967.

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Para Juan García Ponce las explicaciones de y que terminó viajando en el tren autoritario del na-
Gastón García Cantú eran muestra de “lo que cionalismo revolucionario, un tren que acabó atro-
pellando a los ciclistas y menospreciando a los
representa y lo que su conducta como di-
automóviles de lujo, sin dejar de exprimir a unos y
rector de Difusión Cultural demostró es que otros. Me parece que debemos destacar la impor-
la cultura había cambiado de dirección: ya tancia de esta derecha “revolucionaria”, pues ha
no era un producto nacido de la voluntad sido hegemónica durante varias décadas. Sus per-
de hacer arte o ciencia, en otro terreno, sino soneros más emblemáticos han sido el inmensamente
un instrumento de poder, un poder ejercido corrupto Miguel Alemán y el siniestramente represivo
Gustavo Díaz Ordaz, quienes son sólo algunos de los hi-
por los que lo necesitaban ya que creían en tos de la larga trayectoria de la derecha autoritaria que
él.” (García Ponce, 195) Eugenia Revueltas impidió tercamente durante decenios toda alternativa
sostiene que como consecuencia del episo- democrática en México. Esta derecha burocrática es
dio se creó la imagen de “autor maldito” alre- la responsable de la erección de la imponente
dedor de Juan Vicente Melo y La obediencia pirámide estatal de intereses económicos, admi-
nistrativos, sindicales y corporativos que saltó
nocturna, por lo cual se volvió un escritor pro-
del caballo al tren, para por último apropiarse de
hibido, limitando su difusión y estudio como muchos Cadillacs para transportar a los dóciles
figura cultural de esa generación. Finalmente, asalariados de la revolución institucionalizada.
Batis propone estudiar la figura de García (Bartra, 53)
Cantú como la de un intelectual, historiador o
funcionario cultural, “sin olvidar que el poder- De acuerdo con la definición de Muñoz Patra-
cito ocasional que conseguía lo transformaba ca, los señalamientos de García Cantú hacia
en un tiranuelo que podía equivocarse grave- Melo y los demás integrantes de la Genera-
mente, como le ocurrió en la cruzada que ción de Medio Siglo parecieran cuestionar no
emprendió contra el alcohol, la homosexua- sólo el proyecto cultural que desarrollaban
lidad…, cayera quien cayera, así fuera un es- en la unam y en la emblemática Casa del Lago,
pléndido escritor, crítico literario y de música” sino que juzgaban moralmente el compor-
como Juan Vicente Melo (Batis Flecha, 219). tamiento privado de sus integrantes, en nom-
Roger Bartra, explicando las carencias in- bre de “la seriedad que debe guardarse en
telectuales de la derecha, sintetiza los tres ti- las instalaciones universitarias”, mostrando
pos que de ella existen en el México del siglo de paso un rechazo total a su pensamiento y
xx y, más aún, sus orígenes y representantes obra crítica. Gastón García Cantú llevó al ex-
más precisos. Estas palabras resultan signifi- tremo todas sus maquinaciones, pensando
cativas para explicar la ideología de derecha que actuaba de forma justa al desterrarlos
presente a fines de los años sesenta: de la Universidad Nacional. La actitud libre
a nivel de grupo de la Generación de Medio
Parafraseando a Gabriel Zaid, podríamos decir Siglo terminó tal vez con un manotazo en el
que en México hay una derecha que va en bici- escritorio, pero no fue suficiente para truncar
cleta y otra que va en Cadillac. Hay una derecha
conservadora y una derecha liberal. […] Agregaría
sus proyectos literarios y de difusión cultural
que hay otra derecha que en sus orígenes iba a caballo individuales de los años siguientes.

40
A r t í c u l o s

III. Un cruce de caminos


Individual y colectivamente, la Generación BIBLIOGRAFÍA
de Medio Siglo elaboró proyectos editoria-
les, literarios, artísticos y culturales difíciles Aguilar Camín, Héctor y Lorenzo Meyer. A la som-
de igualar en las décadas posteriores a la bra de la Revolución Mexicana. México: Cal y
de los años sesenta, no sólo por el carácter Arena, 1993. Impreso.
novedoso y renovador de sus propuestas, Bartra, Roger. “Los lastres de la derecha mexi-
cana” Letras Libres. Jun. 2008: 48-54. Abril,
sino porque transmitían en ellas una actitud
2014 http://www.letraslibres.com/revista/
crítica que iniciaba por su propio trabajo,
convivio/los-lastres-de-la-derecha-mexica-
teniendo como modelo a seguir la imagen na. Impreso.
de Los Contemporáneos. Sin embargo, como Batis, Humberto. La flecha extraviada. Prólogos,
aquellos también, fueron fustigados por los ensayos y presentaciones de libros. México:
grupos de la derecha gobernante ligada a la Editorial Ariadna, 2006. Impreso.
revolución institucionalizada. En el caso de _____. Lo que Cuadernos del Viento nos dejó. Mé-
Cauce, por proponer una idea de naciona- xico: cnca, 1994. Impreso.
lismo distinta de la construida a partir de la _____. Por sus comas los conoceréis. México: cona-
presidencia de Miguel Alemán Valdés, traicio- culta, 2001. Impreso.

nando con ello el nuevo imaginario colectivo Carballo, Emmanuel. Diario Público 1966-1969. Mé-
nacional; respecto del affaire Melo-García xico: conaculta, 2005. Impreso.
Cantú, supuestamente por tener un compor- ____. ¿Por qué y cómo escribo? Responden 124 escri-
tores mexicanos, México: Revista Cuadernos
tamiento privado ominoso y ejercer sus ide-
de Comunicación, 1977. Impreso.
as críticas con libertad, significándose como Cardoza y Aragón, Luis, “Perfección de la Pasión”.
una amenaza para el régimen diazordacista Cauce. Revista Bimestral de Cultura. Mar.-abr.
y los gobiernos emanados de la revolución 1955: 5. Impreso.
de 1910. Ambos momentos terminan con el Cauce. Revista Bimestral de Cultura. Mar.-abr. 1955:
silencio momentáneo de algunos de los in- 84. Impreso.
tegrantes de dicha generación, mas no clau- Colina, José de la. Personerío. Xalapa: UV, 2005. Im-
suran sus proyectos literarios personales: Ser- preso.
gio Pitol será prudente en el futuro cuando la _____. “La señal de una fugaz mirada” Revista de
política se inmiscuya en la literatura; Juan Vi- la Universidad de México. Mayo, 2013, 103.
cente Melo —según explica en una entrevista Abril, 2014. http://www.revistadelauniversi-
dad.unam.mx/ojs_rum/files/journals/1/arti-
hacia 1990— descreerá de la “otra política,
cles/411/public/411-2902-1-PB.pdf. Impreso.
sucia e inútil”, de la que no duda en octubre
Domínguez Michael, Christopher, “Un árbol
del 68 en desatar su ola represiva y su car- hemerográfico de la literatura mexicana”.
nicería injustificable para defender al país de Letras Libres. Jul., 1999, páginas centrales.
las fuerzas oscuras que, supuestamente tam- Abril, 2014. http://www.letraslibres.com/re-
bién, amenazaban con destruirlo… siendo el vista/convivio/un-arbol-hemerografico-de-
poder mismo desde la presidencia autoritaria la-literatura-mexicana. Impreso.
e intransigente la amenaza que acusaban se- “Editorial”. Cauce. Revista Bimestral de Cultura. Mar.-
ñalando a los demás. abr. 1955: 3. Impreso.

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García Cantú, Gastón. “Gastón García Cantú versus Ocampo, Aurora M. (dir.). Diccionario de escritores
Juan Vicente Melo” ctd Batis, Humberto, La mexicanos, siglo XX: desde las generaciones
flecha extraviada (186-205). Impreso. del Ateneo y Novelistas de la Revolución hasta
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