Está en la página 1de 3

Juego educativo: La máquina de romper

miedos
Juego educativo para fomentar el desarrollo de habilidades para superar y afrontar los
miedos.

OBJETIVOS

 Desarrollar capacidad de superar el miedo.


 Aprender a identificar y destruir los miedos.
 Favorecer el desarrollo de las habilidades de afrontamiento del miedo.
PARTICIPANTES

Niños y niñas de 5 años en adelante.

MATERIALES

 Ficha “Mis miedos”, cuento “La máquina de romper miedos”, caja, material para escribir,
colorear y recortar.
EN QUE CONSISTE EL JUEGO

El juego consiste en desarrollar la habilidad de superar y afrontar los miedos. Son muchas
las ocasiones en las que los miedos nos limitan, nos impiden funcionar adecuadamente.
Mediante esta entretenida dinámica aprenderán a identificar sus miedos, comprendiendo
como influyen en nuestra felicidad. Luego se desarrollará la capacidad de afrontar el
miedo y destruirlo.
INSTRUCIONES

Preparación: Preparamos las fichas, el cuento y una caja.

Explicación: Les explicamos a los participantes lo siguiente: “Todos tenemos miedo a


cosas, y cuando tenemos miedo este miedo no nos deja hacer ciertas cosas que nos
gustaría hacer. Es muy importante aprender a superar los miedos y enfrentarnos a ellos
para poder hacer aquello que deseamos”.

Después de explicarles esto, les contamos el cuento “La máquina de romper miedos”. A
continuación les explicamos lo siguiente: “ahora vamos a reflexionar sobre nuestros
miedos para después anotarlos en un papel y destruirlos como hacía la pequeña Luna.”
Les entregamos la ficha “mis miedos” y les pedimos que la completen. Cuando todos
tengan la ficha completada, pasamos a la segunda parte. Les decimos lo siguiente:

“Ahora cada uno de nosotros va a fabricar su propia máquina de romper miedos, para ello
tenemos cada uno una caja de cartón que vamos a decorar como queramos y en la que
anotaremos “máquina de romper miedos”. Tenemos que dejar un pequeño orificio en la
parte superior para poder introducir los miedos.” Cada uno de los niños y niñas preparará
su máquina de romper miedos. Y cuando estén listas, continuamos con la explicación:

“Ahora vamos a anotar cada uno de los miedos que tenemos en la ficha en un papel, como
hizo la niña del cuento. Podéis escribir lo que queráis, dibujarlo, etc. Por cada miedo que
anotemos, vamos a anotar en otro papel aquello que podremos hacer cuando hayamos
superado el miedo. Tenemos que introducir los miedos en la máquina de romper miedos
y dejar que la máquina acabe con ellos. Es importante que ayudemos a la máquina con
todo aquello que podamos hacer para superar el miedo. Cuando lo hayamos superado
sacaremos el miedo de la caja y lo romperemos. Entonces cogemos aquello que hemos
anotado que podremos hacer y lo dejamos salir de la caja como los polvos mágicos del
cuento. Pegamos eso que podemos hacer en una cartulina y cada día lo leemos.

Poco a poco los niños y niñas deberán ir vaciando su máquina de romper miedos, a medida
que éstos se rompan. Les pediremos que guarden la caja, al igual que hizo la niña, para
poder romper miedos que aparezcan más adelante.

CUENTO LA MÁQUINA DE ROMPER MIEDOS.

Había una vez una niña que llevaba por nombre Luna, ya que nació una noche en la que
la luna llena reinaba en el cielo. Luna era una bonita niña pero era además una niña muy
miedosa. Se asustaba de los monstruos, de los fuertes ruidos, de algunos animales, de la
oscuridad,… Le daban miedo muchas cosas como las alturas, las cosas que no conocía,
correr demasiado deprisa en bicicleta, saltar muy alto, …

Eran muchas las cosas que le gustaban y sin embargo no hacía por miedo. No podía jugar
en el parque porque allí había muchas cosas que le daban miedo. Tampoco podía ir a la
piscina o a las excursiones del colegio, pues siempre había algo que le asustaba. Nunca
hacía carreras y tampoco hablaba mucho, pues las demás personas también la asustaban.
Luna, era una niña que apenas se divertía. Luna estaba casi siempre preocupada por sus
miedos. Incluso lloraba algunas noches porque quería hacer muchas cosas y sabía que si
tenía miedo no podía hacerlas.

Así una noche mientras lloraba, una pequeña lucecita apareció en la habitación de Luna.
La niña enseguida se asustó y sintió miedo. Poco a poco la lucecita se acercó a ella, hasta
que pudo comprobar que de un hada se trataba.

-No te asustes Luna, soy un hada buena y he venido a ayudarte a vencer tus miedos.

-¿Cómo me vas a ayudar?-preguntó la niña.

-Con esto-dijo el hada mientras movía su barita mágica- con esta máquina de romper
miedos.

Ante los ojos de Luna, apareció un curioso artilugio, que el hada había llamado la máquina
de romper miedos. Era una especie de caja con un delgado orificio en la parte superior.
El hada le explicó:

-Si introduces tus miedos por el orificio, éstos se destruirán, quedarán triturados con un
papel y saldrán por la parte de atrás en forma de polvo mágico de colores. Cada vez que
destruyas un miedo tendrás polvo mágico de colores que te permitirá hacer aquello que
desees, todas aquellas cosas que ahora crees que no puedes hacer. Hagamos una prueba,
vamos a coger tu miedo a la oscuridad anótalo en un papel y mételo en la máquina de
romper miedos.

La pequeña Luna anotó ese miedo en la hoja de papel, explicando muy bien porqué tenía
miedo y cómo sentía ese miedo, hasta hizo un dibujo. Y lo introdujo en la máquina,
enseguida el papel fue destruido por la misma y por la parte trasera salieron polvos
mágicos de color amarillo. El hada cogió los polvos y rocío a la niña con ellos.

-Ahora puedes levantarte y caminar en la oscuridad, verás como no te asustas.

Luna se levantó de la cama y camino en su casa en la oscuridad, el miedo había


desaparecido.

Poco a poco fue anotando todos sus miedos y destruyéndolos con la máquina de romper
miedos. Creando, mientras los destruía polvos mágicos de muchos colores, que le
permitían hacer muchas cosas, como ir al parque y a las excursiones, montar en bicicleta,
correr, bailar, ir a la piscina e incluso hablar con los demás.

Luna creció rompiendo sus miedos y guardó su máquina durante muchos años, porque de
vez en cuando aparecían nuevos miedos que debía romper.

También podría gustarte