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EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

Los insecticidas químicos de síntesis desempeñan un papel fundamental en la agricultura


(entre otros agroquímicos) para el control de insectos que causan plagas en los cultivos, los
cuales producen grandes pérdidas económicas cada año en Europa y el mundo. Sin
embargo, el empleo de estos productos fitosanitarios posee varias desventajas, siendo la
más preocupante la acumulación de residuos tóxicos en las cadenas tróficas y los
ecosistemas, así como la repercusión que éstos puedan tener tanto para la salud humana,
como para el medio ambiente en general (Devine and Furlong, 2007). Además, el aumento
poblacional de las últimas décadas ha dado lugar a un incremento de las áreas cultivadas,
intensificándose el empleo de estos productos químicos, la aparición de insectos resistentes
a los mismos, la emergencia de plagas secundarias y la eliminación de enemigos naturales
(Devine and Furlong, 2007). Consecuentemente, la búsqueda de insecticidas respetuosos
con el medioambiente y la salud humana ha tenido un creciente interés en los últimos
años, siendo los insecticidas basados en microorganismos entomopatógenos (insecticidas
microbianos) una de las herramientas más efectivas y utilizadas para la protección de
cultivos frente a insectos plaga (Bravo et al., 2011).

El uso alternativo de los organismos entomopatógenos para el control biológico, más allá
del aspecto de la eficacia y los costos, incluye numerosas ventajas, como seguridad para los
seres humanos y organismos no blanco además de disminuir los residuos de plaguicidas en
los alimentos (Palacios, 2001). Existen aproximadamente 1500 microorganismos o
metabolitos microbianos que poseen propiedades insecticidas. El Noticiero de Desarrollo
Tecnológico en Alimentos de la Universidad Nacional Autónoma de México (1991) señala,
que el control biológico de las plagas puede definirse como el uso de organismos naturales
como virus, bacterias, hongos, protozoanos y nemátodos, para el exterminio de plagas.

De esta manera, dentro de la amplia gama de insecticidas biológicos, Bacillus thuringiensis


(Bt) es el microorganismo más ampliamente usado en el control biológico de plagas, en
razón a que produce proteínas cristalinas durante la fase de esporulación, las mismas
presentan actividad tóxica contra insectos los cuales atacan diferentes cultivos (Abarca et
al. 1992). Así, los biopesticidas a base de Bt son eficaces, biodegradables y de alta
especificidad al estado larvario de insectos plaga. El Bt constituye la materia activa de
aproximadamente el 95 % de todos los bioinsecticidas comercializados a nivel mundial
(Lambert et al., 1992). Bt es también la bacteria entomopatógena mas estudiada lo cual ha
resultado en la descripción de una gran variedad de diferentes cepas naturales las
cuales son portadoras de una amplia diversidad de genes con interesantes propiedades
insecticidas (Bravo et al., 2007). Los genes insecticidas se encuentran localizados
principalmente en megaplásmidos y menos frecuentemente en el cromosoma de la célula
bacteriana (Gonzalez et al., 1981). El ingrediente activo de estos biopesticidas está
constituido por un cristal paraesporal proteico y la espora del microorganismo; la
producción de este ingrediente activo se hace a partir de fermentaciones que deben proveer
las condiciones de cultivo apropiadas para el crecimiento del Bt, la formación del cristal y
las esporas. (Ríos y Buitriago, 2007).

La identificación de Bt se basan en pruebas bioquímicas clásicas, asociadas a sus


características fenotípicas, que son las utilizadas para identificar bacterias (Blackburn et al.,
2013; Heimpel y Angus, 1958). Actualmente, el método de identificación más utilizado es
la visualización de los cristales de proteínas Cry al microscopio (Patel et al., 2013).
Algunos autores han logrado caracterizar distintas cepas de Bt a partir de la identificación
de genes específicos (genes cry) por la técnica de PCR (“Polymerase Chain Reaction”)
(Ibarra et al., 2003). Existen más de 500 proteínas Cry identificadas hasta la fecha y se
presentan en diversas combinaciones en las diferentes cepas conocidas (Bravo et al., 2011).
La mayoría de las cepas de Bt pueden sintetizar más de una toxina Cry, por lo que no es
posible asociar serovares de Bt con un espectro de acción específico (Sanahuja et al.,
2011). Considerando esto, la empresa EPS Bioingenio C.A., ubicada en la parroquia
Tamaca del Municipio Iribarren-Estado Lara instaló una planta para la producción
industrial de un insecticida biológico a partir de Bacillus thuringiensis Var Kurstaki, cuyas
cepas son autóctonas de la región larense. A partir de lo planteado anteriormente, surgen las
siguientes interrogantes de la investigación: ¿Cuáles son las proteínas que pueden ampliar
el control de insectos de las cepas de Bacillus Thuringiensis Var. Kurstaki aisladas por EPS
Bioingenio C.A.? ¿Que cantidad de proteínas activas están presentes en un formulado
biológico btk (Bacillus thuringiensis Var Kurstaki) aisladas por EPS Bioingenio C.A? ¿Las
proteínas activas de Bacillus Thuringiensis Var. Kurstaki aisladas por EPS Bioingenio C.A
ayudara al control de las familias de lepidópteros, coleópteros, himenópteros y dípteros?

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