Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Se otorgaba en tiempo de paz, ante las antiguas asambleas, convocadas dos veces al
año, el 24 de marzo y el 24 de mayo por el Pontífice Máximo. El paterfamilias frente
a los comicios curiados, declaraba quienes serían sus herederos y que bienes
otorgaría.
B. Testamento in procinctu
Aparece un testamento redactado por escrito, que debería llevar la firma del testador y la de
siete testigos, junto con sus sellos, que, además, debía realizarse el mismo día y en un solo
acto.
A. Testamento tripetitum
Llamada así por su triple origen, ya que sacó lo mejor de cada etapa del derecho: del
antiguo, la necesidad de los testigos y su presencia en un solo acto; del honorario, los
sellos y el número de testigo; y de las constituciones imperiales, el requisito de las
firmas del testador y de los testigos.
B. Testamento nuncupativo
Se otorgaba frente a siete testigos, que debían oír la voluntad del testador.
C. Testamentos públicos
Había 2 formas: testamento apud acta conditum, realizado de forma oral frente a la
autoridad que luego levantaba el acta correspondiente; y el testamento principi
oblatum, que se hacía por escrito y era depositado en los archivos imperiales.
D. Testamentos especiales
Figuran los testamentos otorgados por el analfabeto y el ciego. En el primer caso,
debía firmar una octava persona, cuya firma suplía a la del testador; mientras que el
ciego, además de los siete testigos, debía dictar su testamento a un oficial público
llamado tabularius.
Existía otros testamentos extraordinarios que disminuyeron las formalidades que son:
en tiempos de peste, para el que no se exigía la presencia simultánea de los testigos,
con el propósito de evitar el contagio; y el confeccionado en el campo, para el que
sólo se requería de cinco testigos.
Cabe resaltar que existía el testamento del padre a favor de sus hijos, se realizaba de
forma oral ante dos testigos o constar en documento ológrafo del testador.
Por último, el testamento militar, fue una excepción al principio que ya conocemos
de que “nadie puede morir en parte testado y en parte intestado”, puesto que, si el
soldado sólo disponía de una parte de sus bienes, se podía abrir para el resto la
sucesión legítima o ab intestato.
Llamada también “testamenti factio”, sólo la tenían los ciudadanos romanos. Indican tanto la
capacidad para disponer por testamento, como la capacidad de ser contemplado en un
testamento como heredero o legatario. Los intérpretes llaman a la primera “testamenti factio
activa” y a la segunda “testamenti factio pasiva”.
La activa, solo la poseían los ciudadanos romanos sui iuris que gozaran de plena capacidad
jurídica, no así los impúberes, ni los pródigos. Los locos solo la tenían en los momentos de
lucidez. Los alieni iuris no podían hacer testamento ya que estaban sometidos a potestad y
no tenían patrimonio propio, pero se les permitió hacer testamento en relación con sus
peculios castrense y cuasicastrense. (Vilcapoma, 2010)
La pasiva, la tenían todos los ciudadanos romanos. Bajo la lex voconia de 169 a.C., se
prohibía a las mujeres que fueran herederas por los ciudadanos de primera clase del censo,
que eran los más ricos; esta ley cayó en desuso en la época imperial. No se permitió la
institución de personas inciertas. Y, por último, se podía instituir a los esclavos como
herederos, a los propios, si al mismo tiempo se le hacía el proceso de manumisión; y a los
ajenos, siempre y cuando su dominus que, por otro lado, era quien adquiría la herencia,
tuviera la testamenti factio passiva.
La fuerza del testamento arranca en la designación de heredero, del sucesor universal del
difunto.
El testador puede instituir uno o varios herederos, instituyendo a varios no le es dable repartir
entre ellos el patrimonio por objetos específicos por lo que se da por cuotas o fracciones
numéricas, las cuotas hereditarias se fijan comúnmente por el sistema duodecimal: la
totalidad del patrimonio se llama as, y se divide en doce partes, denominadas unciae; cada
parte o fracción se denomina sextans.
Cuando el testador no hace ninguna asignación de cutas, los herederos suceden por partes
iguales.
En el caso que se asigne a cada heredero la cuota, pero sin distribuir la totalidad del as, la
parte excedente se reparte entre las porciones escritas, si por el contrario las cuotas asignadas
exceden el as, se procede a una reducción proporcional.