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Universidad Nacional Federico Villareal

La conquista del Perú, llamada la Nueva Castilla

Por: Ruiz Vasquez Israel William


Código: 2016027713

Facultad de Humanidades
Escuela profesional de Arqueología y Antropología

Lima – 2019
La conquista del Perú, llamada la Nueva Castilla
(Cristóbal de Mena)

Biografía del Cronista

Raúl Porras Barrenechea en su libro Las Relaciones primitivas de la conquista


del Perú (1937), da la primera biografía completa de Cristóbal de Mena y la única
completa que existe:

“Cristóbal de Mena nació en Ciudad Real (Castilla la Nueva,


España) el año de 1492. Su condición hidalgo, culto e instruido.
Hijo legítimo de Diego Sánchez, de Medina y de Inés Alonso. En
plena juventud, hacia 1512, se embarca a las Indias para seguir la
carrera de las armas. En 1526 participa con el grado de capitán en
la conquista de Nicaragua junto a Pedro Arias Dávila. En 1531
forma parte de los expedicionarios que se dirigen al Perú,
destacando por su arrojo y valor, lo que le hace merecedor de la
confianza de Francisco Pizarro.

Mas tarde, a la llegada de los capitanes Hernando de Soto y


Sebastián de Benalcázar, Mena es desplazado a un segundo lugar
dentro de ejército. Estuvo presente en la carga de caballería que
concluyó con la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca. A la
muerte de éste, y luego de la repartición del tesoro del rescate entre
los participantes en la acción de armas, le correspondió 8.380
pesos de oro y unos 366 marcos de plata por el rescate del Inca, lo
cual considera injusta y motivó que se retirara de la empresa
conquistadora. En protesta, se desliga del ejército conquistador y
solicita permiso para volver a España.

Se cree que dio inicio a la escritura de su relación durante el viaje


de regreso, en el primer barco que partió de Panamá llevando la
noticia de la conquista del Perú. Llegó a Sevilla el 5 de diciembre
de 1533. En abril de 1534 publicó en dicha ciudad, en forma
anónima, la primera crónica sobre los recientes sucesos de
Cajamarca, con el título de La conquista del Perú, llamada la Nueva
Castilla. Traducida a varios idiomas, la relación anónima alcanzo
en su momento notable difusión para caer luego en el olvido, al
igual que su autor, quien probablemente falleció poco después de
publicarla.” (Porras,1937)

Resumen

En el año 1531, primeros días del mes de febrero se embarcan del Puerto de
Panamá, doscientos cincuenta hombres, ochenta caballos, guiados por
Francisco Pizarro. Luego de quince días recorriendo el mar del sur, desembarcan
en el puerto de San Mateo y se adentran varias millas conquistan algunos
pueblos y se quedan alrededor de cuatro a cinco meses en el pueblo Coaque.

Fundaron San Miguel en una población llamada Tangarara, donde conocieron


de la noticia de un señor poderoso llamao Atahualpa que tiene una guerra con
su hermano mayor llamado el Cuzco (Huáscar). Partiendo de esta manera en
busca de este gran cacique hasta llegar al pueblo de Piura donde tendrían
información que Atahualpa se encuentra en el pueblo de Cajamarca con una
gran cantidad de indios.

Hernando de Soto parte al pueblo de Caxas, pues era el camino para Cajamarca
y se topa con el pueblo destruido por la guerra que Atahualpa había hecho allí.
De Soto ordena llamar al cacique del pueblo y éste fue hacia él quejándose de
Atahualpa donde el capitán Hernando de Soto le dice que estuviesen en paz con
ellos y que no teman por Atahualpa.

“El señor capitán les dijo que estuviesen en paz con los cristianos
y fuesen vasallos del Emperador, y que no tuviesen miedo de
Atahualpa. El cacique se holgó mucho, y luego abrió una casa de
aquellas que estaban cerradas y puesta guarda por Atahualpa, y
sacó de ella a cuatro o cinco mujeres y diolas al capital que
sirviesen a los cristianos a guisar de comer por los caminos. Oro
dijo que no tenía porque todo se lo había tomado Atahualpa;
todavía dio cuatro o cinco tejuelos de oro de minas.” (De
Mena,1534, p.28)
Al llegar por la mañana al pueblo de Cajamarca vieron a muchos pastores y
rebaños reales de Atahualpa y el primero en entrar fue Hernando Pizarro bajo
una gran granizada y en las puertas de la casa de Atahualpa, había mujeres
preparando chicha. Al estar en el campo del cacique, De Soto se retira un anillo
de su mano como una señal de paz el cual Atahualpa lo tomó con poca estima y
acordaron que se reuniría con Francisco Pizarro por la mañana.

Por la noche ni un hombre durmió y se pusieron en lugares estratégicos para el


día siguiente, pues decían que alrededor de cuarenta mil hombres dispuestos a
luchar se estaban aproximando. “Los Capitanes volvieron al señor Gobernador
y le dijeron todo lo que habían pasado con el Cacique, y que les parecía que la
gente que tenía serían cuarenta mil hombres de pelea” (De Mena, 1534, p.34).

Por la mañana llegaron los hombres de Atabalipa y en la plaza un fraile de la


orden de Santo Domingo con una la cruz en la mano se acercó diciéndole que
los cristianos eran sus amigos y que Pizarro le esperaba en su posada para verle.
Pero el inca se negó y pidió que devolvieran todo lo que habían tomado de su
tierra. Pidió el libro del fraile (la biblia) y él se lo dio pensando que Atahualpa iba
a besar el libro, pero éste arrojó. Dando el fraile la orden para que la artillería
atacase y tomaran por rehén a Atahualpa.

Luego de la victoria Castellana, los esclavos negros e indios recogen el oro que
estaban en los toldos y derramado en el campo, pues murieron alrededor de
siete mil indios y estaban vestidos con objetos de oro. Atabalipa le dice al
gobernador Pizarro que sabía la razón por la que habían llegado y querían el oro
para ellos y su Rey y “que les daría tanto oro como cabría en un apartado que
estaba allí, hasta una raya blanca que allí estaba, que un hombre alto no llegaba
a ella con un palmo, y sería veinticinco pies en largo y quince de ancho” (De
Mena, 1534, p.41)

Atahualpa tenía consigo una cabeza trofeo, del cual bebía chicha. Dicha cabeza
era de un hermano suyo al cual había derrotado en una batalla en Huamachuco
y donde habían muerto muchas personas. El Inca bebía de esta cabeza, ya que
su hermano había jurado beber de la suya si le derrotaba, y no fue así. Atabalipa
había ordenado decapitarle y hacer una jarra, esta es descrita
“…la cabeza con su cuero, y las carnes secas y sus cabellos, y
tiene los dientes cerrados y allí tiene un cañuto de plata, y encima
de la cabeza tiene un copón de oro pegado, por donde bebía
Atahualpa cuando se acordaba de las guerras que su hermano le
había hecho, y echaban chicha en aquel copón y salíale por la boca
y por el cañuto por donde bebía” (De Mena, 1534, p. 42-43)

Y durante este periodo le traían del Cuzco una bebida con esmeraldas molidas
para que beba y le daban consejos, también traían ofrendas de oro que
otorgaban a los castellanos. Hubo disputas entre los mismos españoles, pues no
creían que llevaban todo el oro para el Gobernador y por no haber una
contabilidad de las piezas, cortaron el brazo a un hispano que no quería dar todo
el oro para su majestad el Rey.

En los próximos cuarenta días les traería el oro desde una mina en Chincha. Los
castellanos fueron por el botín de oro hasta Cuzco y que todo el oro lo tenía un
capitán de Atahualpa llamado Quizquiz, sino antes cruzar por Jauja donde
encontraron cientos de cantaros llenos de oro y una gran silla de oro que llevaron
para Cajamarca para Pizarro, y lo tomó como trofeo y de su uso.

Los castellanos quedan maravillados al ver que el pueblo poseía, las cabañas
de barro estaban cubiertas por láminas de oro que pesaban mucho y las quitaban
con cuidado, ya que no querían romperlas. Mujeres con máscaras de oro y
bastones de oro muy fino y cargaron todo el oro para Cajamarca. Al no querer
llevar caballos para transporte, Hernando Pizarro ordena a los indios hacer
herraduras y clavos a base de oro y plata, ya que no estaban equipados para
ese camino.

En Jauja, Chalcuchima (capitán del Cuzco) dice a Hernando Pizarro que tiene
una gran cantidad de oro que llevará como rescate por el Inca, a lo cual Hernando
pregunta por el oro del Cuzco y con una orden directa del Atahualpa, su capitán
responde que no hay más oro, que todo era una mentira. A lo cual Pizarro lleva
a Cajamarca ante el Inca y tortura quemando la mitad del cuerpo al capitán del
inca, y este termina diciendo la verdad, ya que no podía hablar porque Atahualpa
le estaba viendo y haciendo señas con su ojo para que mantenga silencio y por
lealtad ante él no podía desobedecer su palabra.
Los cristianos que vinieron del Cuzco venían con veinte cántaros llenos de oro y
piezas preciosas, con más de ciento noventa indios cargados de oro y que se
podían contar en quilates. Pizarro ordena fundir todo en lingotes, pues estos
hombres tuvieron la información que, en el Collao, había un río en el cual solo
se limpiaba el agua y se obtenían tejuelos de oro y pepas tan grandes como
castañas y el mismo Cristóbal de Mena relata:

“Y el gobernador hizo fundir todo el oro menudo, entre lo cual se


fundieron algunos granos de oro tan grandes como castañas, y
otros mayores, y otros de a libra, otros de más de peso. Y esto
dígolo porque yo velaba la casa del oro y los vi fundir. Había
además novecientos tejuelos de oro de minas. Algunos eran de
quilates. Muchos de ellos se fundieron y le hicieron barras, y otros
se repartieron entre la gente.” (De Mena, 1534, p.52)

Llegan dos hermanos de Atahualpa desde el Cuzco directo a Pizarro. Dormían


junto al gobernador, ya que tenían miedo a su hermano mayor. Y llega la noticia
que se aproxima la llega de miles de indios para asesinar a todos los cristianos
y rescatar a Atahualpa.

Para esto se realiza un consejo de capitanes y se decide ejecutar en la plaza a


Atahualpa por orden de Pizarro. Al cual lo ataron a un palo y lo iban a quemar,
pero antes por mandato de Dios, fue bautizado. A esta acción lo ahogaron y por
la mañana enterraron el cuerpo del Inca en una iglesia que tenían en dicha
localidad, a lo cual muchas indias querían ser enterradas vivas con el Inca.
Francisco Pizarro nombra nuevo Inca a Toparpa, hijo de Cuzco viejo (Huayna
Cápac) que estaba bajo protección del gobernador.

Luego tras la repartición del botín, no se le otorga su parte justa a Cristóbal de


Mena y éste muestra su descontento, por lo que pide permiso para regresar a
España, ya en Sevilla publica su crónica en la imprenta de Bartolomé Pérez en
el mes de abril de 1534.
Interpretación de los resultados
Perspectiva Inca del Oro y la Plata

Durante el viaje y el recorrido hecho por De Mena durante su estadía, se puede


deducir el punto de vista de los españoles y el de los Incas. Los extranjeros
durante su paso por todas las localidades pertenecientes al incario, extraen el
oro y plata de las edificaciones y adornos de los pobladores.

La perspectiva sagrada de los incas sobre el oro y la plata, y el modo en que


practican la orfebrería viene de la adaptación cultural, pues tiene que ver mucho
de la orfebrería Chimú. La impresionante urbe de esta cultura era de admirar,
contaba con centros ceremoniales, administrativos, barrios, almacenes que
serían las propias chulpas, que eran características notables que poseía esta
sociedad. (Eiroa, 2008).

Este rasgo característico, hizo que los incas adopten el tumi y el kero como parte
de su propia cultura y de uso ceremonial para la nobleza quechua. Los mismos
incas al poseer un gran sistema militar absorben a los chimú mediante el
sometimiento.

Los Incas tienen rasgos de culturas extintas en la zona de América del sur y por
ende la concepción de que el oro y la plata son sagrados proviene del mito de la
cultura Lambayeque, donde hablan que su procedencia es el sol y la luna
respectivamente. El astro rey fecunda a la Luna, y en este proceso ambos
pierden algo de ellos, donde el oro son los rayos de sol y la plata son los rayos
blancos de la Luna y estos al caer en la tierra descansan en su seno. (León,
1938)

En base a esto en el mundo andino se tiene la concepción divina de estos


metales, pues durante la crónica, su uso es en recintos con ceremoniales, en el
kero, adornos como aretes, el andar del inca, en la propia vestimenta, etc. Pero
no es un medio de intercambio en el comercio el uso del oro y la plata, pues
tienen una visión sacra de estos metales. Cualquier metal o piedra preciosa
proveniente de la tierra, tiene un valor sagrado pues la misma Pachamama las
había alimentado luego de separarse del sol y la luna. La conquista de parte de
Pachacútec hacia las zonas del Titicaca, donde se ubicaban grandes minas, y
también una mina sagrada donde se sacaba oro para la vestimenta y que
Pachacútec establece centros ceremoniales para alzar su imagen como inca ya
que vinculaba el oro con las lágrimas del sol y por ende el siendo hijo del sol, le
pertenecía este precioso mineral (Bouysse, 2017)

Durante el transcurso de la expedición española y la captura de Atahualpa, los


españoles extraen todo el oro que podían ver sus ojos, pero no tienen un acceso
directo a las minas de oro como la mina de chincha que se menciona. Pues estas
minas tienen un valor sagrado a la vez para ambos bandos, tanto como para los
europeos como para los Incas.

Los europeos antes de realizar la explotación de estas reservas de minerales en


su lugar de procedencia durante el siglo XVI, las bautizaban en nombre Dios, un
santo, o algún signo religioso que ellos tenían mayor veneración o fe.
(Biringuccio, 1977 [1540]). A diferencia de los andes Bouysse (2005) refiere que
en los andes, a las minas los denominan “wakas” seguido de un nombre al cual
venerarán, donde estas son referidas como hembras, al poseer gran cantidad de
mineral (oro o plata) y se le denomina “mamas”.

Pero teniendo en claro la idea plasmada de Bouysse las “mamas” son las minas
donde se encuentra gran cantidad de mineral, en este caso el oro y la plata al
cual los incas lo usaban como parte de su vestimenta y adornar sus viviendas.

En el caso de donde se extrae el oro, el propio De Mena dice “…que los cuarenta
días siguientes los traería y que porque la cantidad era mucha que el iría a una
provincia llamada Chincho”. (De Mena, 1534, p.41). Esta mina de Chincho es
una de las mejores de donde extraer Regal:

“…presentando señales muy evidentes de haber sido trabajadas


antes de la Conquista por los antiguos peruanos, pues en ellas se
encuentran cuernos de venado, huesos y piedras que servían de
herramientas a esos mineros. "Algunas de estas son las que se
trabajan en el día en el cerro de Chincho". (Regal, 1946, p.64)
Queda claro que en estos años en donde se basa la crónica, es la mina donde
se extrae el oro procedente de esta mina y demostrado que los Incas tenían
devoción a las minas. Y onde Eliade refiere a la creación de estas son divinas y
dice que “No se descubre fácilmente una nueva mina o un nuevo filón:
corresponde a los dioses y a los seres divinos el revelar sus emplazamientos o
enseñar a los humanos la explotación de su contenido” (Eliade, 2009 [1950],
p.25)

Entonces el mineral, y el lugar donde es extraído posee un carácter sagrado,


tanto para los españoles como para los incas. Y de esto se desprende una
pregunta ¿La orfebrería tiene un nivel jerárquico en la sociedad incaica?

La orfebrería en el Tahuantinsuyo es para la elite, como por ejemplo el tumi que


es un cuchillo ceremonial utilizado por sacerdotes; estatuillas o planchas para
cubrir el cuerpo de un guerrero o el mismo inca habla sobre un poder político.
Donde Bouchard (2017) refiere que el inca tenía la capacidad de concentrar el
poder que tenía para tener las mejores piezas orfebres de calidad excelente
desde un punto de vista tecnológico actual.

La visión del oro y la plata que se tiene en el Tahuantinsuyo es tanto sagrado


como jerárquico, donde el pueblo posee estas piezas orfebres, pero las de mayor
calidad y mejor tratamiento lo posee la élite, que abarcaría a los sacerdotes
incaicos que a su vez realizaban rituales de sacrificio con el uso del tumi. Guerra
y Núñez (2017) infieren que la orfebrería posee tiempos de producción, donde
cada material se trabaja dependiendo de la perspectiva cronológica y espacial
dependiendo el taller orfebre del cual procedía cada pieza hecha .

Vasos-Cráneo

Durante la captura del Atahualpa, el cronista sevillano Cristóbal de Mena relata:

“El mismo Atahualpa pensaba ser señor, porque había conquistado


la tierra pocos días antes. En una provincia que se dice
Huamachuco había muerto mucha gente y había prendido a un
hermano suyo, el cual había jurado beber con la cabeza del mismo
Atahualpa, y Atahualpa bebía con la suya, porque yo lo vi, y todos
los que se hallaron con el señor Hernando Pizarro, y él vio la
cabeza con su cuero, y las carnes secas y sus cabello, y tiene los
dientes cerrados y allí tiene un cañuto de plata, y encima de la
cabeza un copón de oro pegado, por donde bebía Atahualpa
cuando se le acordaba las guerras que su hermano le había hecho
y echaban la chicha en aquel copón y salíale por la boca y por el
cañuto por donde bebía.” (De Mena, 2014 [1534], p. 42-43)

En este párrafo extraído directo de la crónica, se logra apreciar nuevamente la


importancia que posee el oro al estar asociado a una cabeza humana
transformada en una especie de cantimplora o copón como le dice el español,
donde el Inca bebía chicha. Esta práctica de hacer del cráneo del enemigo en un
recipiente del cual bebían, se remonta hace muchos siglos antes de los incas,
en específico a los Moches donde se encuentran restos de los primeros vasos.
Donde Trigo y Korpisaari (2018) infieren que los primeros “vasos-cráneos” son
hallados en esta zona perteneciente a los moches pues estaban en la huaca de
la Luna, y posteriormente fueron adoptados por los Wari, hasta llegar a los Incas.

Entre los puntos resaltantes y que atestiguan esta práctica de parte de


Atahualpa, están los cronistas De Cieza, Betanzos y de Miguel de Estete que
refiere esta práctica:

…porque a lo que él mismo dijo, él había muerto a otros muchos


de ellos que habían seguido la parcialidad del hermano; y uno,
dicen, que, viéndole con embajada de su hermano, le hizo quitar el
cuero vivo, delante de él, y con la cabeza del hermano guarnecida
de oro, bebía; esta se tomó el día de su desbarate…” (Estete, M.
de 2017 [1535]: 260).

El oro al poseer un papel sagrado y de la elite incaica, se utiliza para tapar los
orificios de la cabeza como la base de la cabeza y por la boca se colocaba una
cañuto o pajilla hecha de plata, para que Atahualpa bebiese. Este ritual de sacar
las cabezas, puede relacionarse al de las trepanaciones craneanas, pues al igual
que estas se coloca una lámina de oro y se usa el tumi para realizar esta
trepanación al igual para la decapitación.
En el caso de las decapitaciones y póstuma creación de vaso cráneo, este no
pudo haber sido cortado por cualquier persona o hasta con cualquier cuchillo,
pues se pudo haber hecho uso del tumi ceremonial ya que el oro en este tipo de
ritual y trofeo de la élite, debe de tener un significado simbólico divino para los
incas, como a la vez tratar de imponer respeto y miedo hacia sus enemigos.

El tratamiento de la pieza debe poseer un ritual al utilizar estos minerales que es


el oro y la plata, pues éstas, muy aparte de la calidad las piezas orfebres, poseen
un significado divino como metal, pertenecientes al Sol y la Luna.

El vaso-cráneo al contar con piezas de oro, servía para beber la chicha, que es
considerada un elixir de los dioses. Tanto el kero como estas cabezas, tratadas
con un nivel orfebre y divino, tienen un significado divino equivalente para los
incas, pues, esta bebida no se servía en cualquier recipiente para su consumo y
por ende esta cabeza tendría un significado sagrado para la elite Incaica, ya que
debió existir un ritual para el decapitamiento y el curado de esta misma cabeza,
para que sea considerado como un recipiente que contenga la bebida de los
dioses.

Bebida con Esmeraldas

En la crónica del Sevillano Anónimo, relata lo siguiente en cuanto al consumo de


esmeraldas cuando Atahualpa está recluido y es lo siguiente: “… y así mismo el
Cuzco, que allí venían a tomar sus consejos sobre lo que habían de hacer, y
muchos días del año venían a un cimin que tenían hecho de oro, y le daban de
beber unas esmeraldas molidas.” (De Mena, 2014 [1534], p.43).

Es claro que las esmeraldas tienen un valor para los españoles, ya que es una
piedra preciosa y difícil de conseguir, a la vez para ambas culturas es una mineral
que usa la élite, tanto los reyes en su corona tenían estas piedras preciosas,
como en los incas los tenían en su orfebrería más fina y en el caso más claro es
el cuchillo ceremonial, pertenecientes a los sacerdotes.

¿Por qué el inca bebía esta piedra preciosa?

Entiendo a primera vista, se puede interpretar que las esmeraldas otorgarían


sabiduría, ya que se le toma la palabra y consejos a Atabalipa directo del Cuzco.
Pero esta piedra preciosa, ya era sagrado para los pueblos contemporáneos a
la llegada de los españoles y la región donde se ubicaba en Tahuantinsuyo.

En este caso hablare acerca de los indios Chibchas o Muiscas, esta tribu ubicada
cerca a los límites noreste ubicados en centro de Colombia, y posiblemente
tuvieron un comercio con los Incas, ya que en la revista Mi Historia Universal
(S/f) dicen: “Tuvieron intensas relaciones comerciales con los pueblos
centroamericanos, y parece que fueron quienes hicieron conocer a los Incas en
aquellas regiones.” Por lo que se deduce el conocimiento de las civilizaciones de
Centroamérica, sobre la riqueza y el imperio Inca provenía de esta civilización,
que comerciaba tanto con los Incas como con los Mayas.

Lo curioso sobre los Muiscas es su gran manejo y empleo de las Esmeraldas,


pues existen mitos de esta tribu sobre el origen de las esmeraldas y Duque
(1990) explica sobre este mito que el Dios Sol había anunciado al pueblo
Guachetá que fecundaría a una mujer y fruto de este saldría el hijo del Astro rey
y una mujer salió embarazada, hija del cacique de esta localidad y dio a luz a
una esmeralda, y que luego de tanto cuidado se transformó en un niño que le
llamaron Goranchacha y que hecho hombre libero al pueblo Ramiriquí del
mandatario que los oprimía y esclavizaba.

Por este mito teogónico, explica que la visión sagrada que tenían los indios sobre
este mineral, en especial a los Muiscas. Las provincias del Tahuantinsuyo que
estarían en la zona limítrofe pudieron tener un choque cultural con estos indios
y poder adoptar esta concepción sacra de las esmeraldas y el lugar de donde
estas son extraídas, pues Eliade (1981) refiere “en qué medida el
descubrimiento, es decir, la revelación del espacio sagrado, tiene un valor
existencial para el hombre religioso: nada puede comenzar, hacerse, sin una
orientación previa, y toda orientación implica la adquisición de un punto fijo .”
(Eliade, 1981 [1957] p.15)

No hay duda que el inca tomaba este líquido acompañado de chicha, pues al ser
una piedra con un gran nivel sacral y que otorga al que lo consumiera, sabiduría;
esta bebida pudo haber sido ingerida solo por los Incas gobernantes. No existe
una data exacta de cuando se toma esta bebida, pues sería la primera fuente
donde se trata de este tema.
El oro y la esmeralda tendría una visión por este pueblo, pues como ya mencioné
el oro son los rayos que el Sol perdió al fecundar a la Luna; y las esmeraldas es
el fruto de Sol con una mujer. Esto podría indicar que el Inca al consumir al propio
hijo del sol, obtendría la sabiduría en conflictos bélicos de este como serian
estrategias en caso de guerras, pues en el mito de los Muiscas, Goranchacha
libera a su pueblo de un opresor.

En esta época donde se escribe esta crónica se le da las esmeraldas molidas


para beber, cuando el pueblo incaico estaba pasando por un saqueamiento de
sus templos, robo del oro de los adornos de las personas y de los complejos
arquitectónicos; y posiblemente esta acción de beber era un acto que el Inca
realizaba cuando ocurría un conflicto, donde el Inca bebía el espíritu de
Goranchacha para obtener su sabiduría, y conducir a la paz y justicia a su
pueblo.

Conclusiones

- El oro y la plata en el texto aparecen como accesorios del Inca y del


pueblo, también utilizado en los recintos ceremoniales y las mejores
piezas pertenecen al Inca.
- Estos dos metales tienen una connotación sagrada para los Incas y el
pueblo, y a la vez el lugar de donde son extraídos, en este caso las minas
tienen una referencia a una mujer porque nutre el metal que hay dentro y
también son sagradas.
- Estos metales preciosos son empleados decapitar las cabezas y tapar los
orificios, por donde pueda escapar la chicha del vaso-cráneo, lo que les
da a estas cabezas, un repositorio sagrado para que el Inca tome la
bebida de los dioses.
- Las esmeraldas poseen un carácter divino y de sabiduría a la vez como
ya se ha demostrado con el mito que se cuenta de esta piedra preciosa,
y se relaciona al consumo con el espirito de la esmeralda.
Referencias

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Símbolo de un ritual de Decapitadores y Elemento panandino. C&C
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