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POLÍTICAS INTERNAS DE NIXON

CRISIS ECONÓMICA Y ENERGÉTICA Con la guerra en el Medio Oriente entre Israel, Egipto y Siria, Nixon y Estados Unidos respaldaron
a Israel como su aliado. Sin embargo, otras naciones de Oriente Medio pronto embargaron el comercio de petróleo con los EE.UU. como un
colectivo conocido como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La inflación y la recesión resultaron.
NUEVO FEDERALISMO Bajo lo que Nixon consideró su idea de un "Nuevo Federalismo", buscó mejorar las relaciones entre los estados y
el gobierno federal. Al dar a los estados más control sobre el uso de los fondos federales, Nixon esperaba equilibrar los deseos de los
partidarios del programa social tradicional y los votantes conservadores que exigían recortes en estos programas.
INFLACIÓN Económicamente, los Estados Unidos se enfrentaron a muchos problemas, especialmente en lo que respecta a la inflación
creciente. Con un creciente déficit presupuestario y el gasto en la guerra de Vietnam, Nixon trató de detener la inflación y mantener el déficit
a raya. Instituyó gastos deficitarios para tratar de estimular la economía y congeló los salarios, los precios y los alquileres en 1971.
EL ENTORNO Buscando ayudar a disminuir la contaminación y preservar las tierras de conservación, Nixon creó la Agencia de Protección
Ambiental. En términos de legislación, Nixon también aprobó la Ley de Aire Limpio, la Ley de Agua Limpia y la Ley de Protección de
Mamíferos Marinos, todas orientadas a frenar y prevenir la contaminación.
ESTRATEGIA DEL SUR En un intento de apelar tanto a los liberales del Norte como a los conservadores del sur, Nixon implementó lo que
se considera su "Estrategia del Sur". En efecto, esto frenó la desegregación, al mismo tiempo que facilitó el cumplimiento de los requisitos
de la segregación. Se opuso a los autobuses como un medio para poner fin a la segregación en las escuelas.
26ª ENMIENDA: BAJANDO LA EDAD DE VOTACIÓN Bajo Nixon, se aprobó la enmienda 26, que redujo la edad de los votantes a los 18
años de edad de 21 años. La enmienda fue muy bienvenida y anticipada, ya que muchos creían que era malo tener edad suficiente para
luchar en la guerra, pero no lo suficiente para votar Cambio de política. Se considera un gran avance en los derechos de voto para los
jóvenes estadounidenses.
WATERGATE
El 17 de junio de 1972, la policía arrestó a cinco hombres que intentaban extraer y robar documentos de la sede del Comité Nacional
Demócrata en el complejo de Watergate en Washington.Uno de esos hombres, James McCord Jr., era el jefe de seguridad del comité para
la reelección del entonces presidente.Los sospechosos fueron encontrados con una serie de artículos, incluyendo objetos para forzar
cerraduras, billetes de 100 dólares con series secuenciadas y un receptor de onda corta que podría interceptar las llamadas de la policía,
según informó en ese entonces The Washington Post.La Casa Blanca se distanció de los ladrones, e inicialmente el escándalo no enredó a
Nixon. Fue reelegido en noviembre tras la competencia contra su rival demócrata, el senador George McGovern. Pero meses después de
su posesión, los periodistas y las investigaciones del Congreso comenzaron a reconstruir los detalles del escándalo, apuntando a la
participación de la Casa Blanca.
“No se trataba de un robo, una única irrupción”, le dijo Bernstein a CNN en el 2003. “Se trataba de un patrón de actividades ilegales que
involucraba golpear físicamente a miembros de la oposición política, robando sus memorandos, interviniendo las líneas de los opositores
políticos, irrumpiendo en las oficinas de psiquiatras, bombardeando centros de pensamiento
En marzo de 1973, el juez publicó una carta escrita por McCord en la que dijo que los funcionarios de la Casa Blanca habían presionado a
los acusados para que se declararan culpables.Mientras el escándalo explotó, Nixon y sus ayudantes fueron sospechosos de obstrucción a
la justicia al planear usar a la CIA para detener la investigación del FBI
El 13 de julio de 1973, un asistente de la Casa Blanca le dijo a los miembros del comité del Senado que Nixon había grabado todas sus
conversaciones en la Oficina Oval.
En abril de 1974, la Casa Blanca publicó más de 1.200 páginas de transcripciones editadas de las cintas de la Oficina Oval.
La cinta conectó a Nixon directamente con el robo, un hecho que había negado durante mucho tiempo. Su apoyo en el Congreso
desapareció y el Comité Judicial de la Cámara aprobó tres artículos de juicio político en su contra.
El 9 de agosto, Nixon renunció sin admitir ninguna culpabilidad. “Recuerda siempre que otros te odian, pero los que te odian no ganan a
menos que los odies, y luego te destruyes”, dijo en su discurso de despedida al personal de la Casa Blanca.
El vicepresidente Gerald Ford fue juramentado inmediatamente después de la partida de Nixon. “Nuestra larga pesadilla nacional ha
terminado”, dijo a la nación.
Un mes más tarde, el nuevo presidente perdonó a Nixon, quien expresó “pesar y dolor por la angustia que mis errores sobre Watergate”
habían causado a la nación y a la presidencia.
“Una cosa que puedo ver claramente ahora es que me equivoqué al no actuar de manera más decisiva y más directa en lo relacionado con
Watergate, particularmente cuando llegó a la etapa de procedimientos judiciales y pasó de ser un escándalo político a una tragedia
nacional”, dijo Nixon al aceptar el indulto.
Era una época conflictiva en la que reinaba el pesimismo en Estados Unidos por el escándalo de Watergate y los diez años de la guerra en
Vietnam. Para Ford, el indulto presidencial era el camino más expedito y justo para avanzar hacia la reconciliación. Si bien al principio no
fue bien recibido por la mayoría y le costaría a Ford su elección en 1976, con el tiempo ha sido reconocido como un acto responsable de un
verdadero estadista. Incluso los periodistas que destaparon el escándalo de Watergate, Bob Woodward y Carl Bernstein, hoy lo califican
como un gesto corajudo y una decisión correcta. Reconocen que obró por los intereses superiores de la nación y no los suyos.
Política interna Ford: Ford se enfrentó a tres problemas principales: el aumento de la inflación, el desempleo y la utilización de la energía.
Intentó controlar la inflación a costa de limitar el gasto de los programas sociales. El presupuesto federal tuvo un déficit creciente todos los
años en los cuales Ford fue presidente, desde finales del primer año de la segunda presidencia del republicano Nixon el país se hundió en
la peor recesión desde la Gran Depresión cuatro décadas antes, sumados a la escasez de petróleo combustible que obligaban al
racionamiento.14
La economía era una gran preocupación durante la administración Ford. En octubre de 1974, en respuesta a la creciente inflación, Ford se
presentó ante el público americano y les pidió sacrificios. En ese momento, se creía que la inflación sea la principal amenaza para la
economía, más que el aumento del desempleo, para 1975 la inflación permanecía en dos dígitos, llegando al 12.37% anual, uno de los
niveles más altos en la historia estadounidense.15
Redujo los impuestos a la población que disponía de más ingresos para que pudieran comprar más artículos. Se resistió a las peticiones de
proyectos de obras públicas patrocinadas por el gobierno para crear empleo.16. El aumento del desempleo alcanzó el nueve por ciento en
mayo de 1975.17
Su administración destacó por un constante enfrentamiento con el Congreso. En dos años de presidencia, hasta en 66 ocasiones utilizó el
presidente Ford su derecho de veto sobre las decisiones del Congreso.18
En 1975 tuvo ocasión de nombrar a un juez para el Tribunal Supremo de EEUU para cubrir la vacante dejada por William Douglas. Escogió
a John Paul Stevens, juez del 7º Distrito de la Corte de Apelaciones. Gerald Ford estuvo en el poder 895 días, debido a la crisis política sin
parangón, que llevó a buena parte de la opinión pública a exigir que Nixon pagase por sus actos, pero Ford optó por exonerarlo, una
medida muy impopular en su momento que lo llevó a perder las elecciones de noviembre de 1976 frente al demócrata Jimmy Carter
Política interna Carter: En el primer día de Carter en el cargo, el 20 de enero de 1977, cumplió una promesa de campaña mediante la
publicación de un Decreto Ley que declaraba una amnistía incondicional para los insumisos de la Guerra de Vietnam.3334
Bajo la tutela de Carter, se aprobó la Ley de Desregulación de Aerolíneas de 1978, que eliminó la Junta Aeronáutica Civil, también impulsó
la desregulación del transporte por carretera, ferrocarril, comunicaciones, finanzas e industrias
Cambios de los partidos

La polarización de la sociedad estadounidense, la brecha que separa a conservadores y progresistas, republicanos y demócratas, es cada

vez más profunda, a pesar de que la insólita campaña para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, marcada por la irrupción de

un personaje como Donald Trump, parezca haber dejado de lado las tradicionales ideologías de fondo de los dos principales partidos,

barridas por el efecto del carácter individual, 'por libre' y hasta cierto punto inclasificable, de la candidatura del magnate neoyorquino.

Es cierto que Trump sigue siendo, sobre el papel, el candidato a presidente por parte del Partido Republicano, pero también lo es que,

especialmente en los últimos meses, y según han ido aumentando sus escándalos y sus insultos, cada vez más pesos pesados de esta

formación, incluyendo expresidentes y altos cargos, han ido desmarcándose del millonario o incluso rechazando abiertamente sus

propuestas. De hecho, ni siquiera está claro que el apoyo popular del que disfruta Trump proceda (tan solo) de la base tradicional de

votantes republicanos, muchos de los cuales se ven incapaces de apoyar el simplismo xenófobo, excluyente, aislacionista y machista de

que hace gala sin remordimientos el candidato de un partido que ha dado al país presidentes como Lincoln,

Roosevelt (Theodore), Eisenhower o incluso Ronald Reagan.

Una de las claves es, probablemente, que esa base tradicional ha cambiado, y que muchos votantes desencantados, castigados por la

crisis y que hasta ahora permanecían al margen del sistema, han encontrado al fin en la candidatura de Tump un espacio en el que

reconocerse, y que poco tiene que ver ya con el discurso que seguían manteniendo las élites del GOP (Grand Old Party, como se conoce

a la formación republicana). Sin olvidar que esa deriva ha sido causada, en buena parte, por el comportamiento del propio partido a lo largo

de los últimos años (la irrupción del Tea Party fue el primer síntoma importante), y por su giro hacia posiciones cada vez

más nacionalistas, conservadoras en lo moral, 'populistas' y obsesionadas con "la ley y el orden".

Nada de esto es ajeno al incremento del resentimiento cultural y racial experimentado por la población blanca de mayor edad (el votante

republicano tipo), como respuesta al empuje liberal cada vez mayor que perciben en el país (matrimonio entre homosexuales, "corrección

política", más peso de los inmigrantes, políticas de apoyo a las minorías), ni a un debate ideológico que, a lo largo de la última década, ha

estado dominado por una gran confrontación, con un componente muy visceral, en la que presentadores radiofónicos ultraconservadores,

tertulianos en la televisión y participantes en foros de Internet discuten los problemas domésticos con una combinación de agresividad,

espectáculo y descalificaciones.

Tampoco en las filas del Partido Demócrata están siendo éstas unas elecciones típicas. El éxito del discurso antisistema (en este caso,

desde posiciones progresistas) de Bernie Sanders en las primarias obligó a la finalmente elegida candidata demócrata a la Casa
Blanca, Hillary Clinton, a virar su mensaje hacia la izquierda para poder repescar a los seguidores de su derrotado rival (jóvenes, votantes

con menos ingresos y menos identificados con el partido), que podrían verse tentados, no, obviamente, a votar a Trump, pero sí, tal vez, a

quedarse en sus casas el día de las elecciones.

No es que Clinton, vista por muchos demócratas como un genuino producto del establishment y de las élites económicas, todavía bien

conectada con Wall Street, y no precisamente una revolucionaria en política exterior, haya radicalizado demasiado la agenda demócrata,

pero sí ha intentado, al menos, aprovechar para rellenar los tremendos agujeros sociales excavados por Trump, y aglutinar así a su

electorado tipo (minorías, militantes identificados con el partido, profesionales liberales, mujeres).

Política abierta

Antes de analizar la ideología de los dos grandes partidos estadounidenses, es importante reseñar la gran diferencia existente entre las

estructuras políticas en EE UU y las de los partidos españoles, o, en general, europeos.

En EE UU, el Partido Republicano y el Partido Demócrata actúan más como marcas bajo las que concurren coaliciones de políticos, que

como los aparatos burocráticos y jerárquicos, fuertemente dependientes de su líder y de sus estatutos, que operan a este lado del Atlántico.

El sistema estadounidense se centra en los candidatos (a cualquier nivel) en sí, unos candidatos que actúan de manera más o menos

independiente, con sus propios equipos de campaña, sin disciplina de partido y con una gran libertad de conciencia. Por ello, y aunque

existan una serie de referencias comunes según se pertenezca a una u otra formación, las diferencias ideológicas y programáticas entre

los distintos representantes y aspirantes políticos de un mismo partido pueden llegar a ser muy importantes.

En general, los demócratas representan el liberalismo (en el sentido estadounidense del término, no en el del liberalismo económico

europeo; es decir, con una agenda progresista más o menos de centro izquierda, que en muchos países de Europa sería vista como centro,

o incluso como centro derecha), e ideales basados en la solidaridad, la igualdad, la importancia de la comunidad y la responsabilidad

social. No obstante, en el seno de este partido coexisten con los liberales muchos grupos ideológicos distintos, desde conservadores

hasta progresistas, pasando por socialdemócratas, centristas e incluso socialistas como el propio Sanders. Los demócratas no se oponen a

la economía de libre mercado, y creen, al igual que los republicanos, que el capitalismo es el único sistema económico que permite

generar crecimiento y prosperidad. Pero piensan que el Estado debe intervenir para reducir los desequilibrios sociales, distribuir mejor la

renta y garantizar la igualdad de oportunidades.

El ideario republicano, entre tanto, es claramente conservador, tanto en lo económico (menos gobierno, menos impuestos, impulso a la

iniciativa privada) como en lo político y lo social (antiburocracia, a favor de un fuerte gasto militar, pro empresarial, énfasis en la

responsabilidad personal, importancia de valores tradicionales y religiosos). El Partido Republicano representa los ideales de

la justicia, la libertad, los derechos individuales, la responsabilidad personal y la importancia de la tradición. Y también conviven en su

seno diversas tendencias, desde la derecha religiosa cristiana más fundamentalista hasta posiciones más liberales en asuntos morales y

centradas tan solo en aspectos económicos, como la reducción de la fiscalidad.


Ambos partidos comparten aspectos esenciales del modo de vida y la cultura estadounidenses, un mínimo común denominador que incluye

valores relacionados con la fe en la capacidad de la iniciativa individual, la teórica igualdad de oportunidades, la democracia, el libre

mercado y la economía capitalista más o menos moderada, grandes dosis de patriotismo, separación formal entre la religión y el

Estado (aunque con un papel muy importante de la religión en el día a día de la vida pública), defensa radical de la libertad de

expresión y de los derechos individuales, etc.


Republicanos Demócratas
Estado de bienestar, aunque en el contexto
Cuanto más pequeño mejor, tanto en cuanto al número de personas
estadounidense (mucho menor que el equivalente
empleadas como en sus funciones y responsabilidades. Las
europeo). La intervención del Gobierno y un fuerte
Gobierno regulaciones del Gobierno tienden a entorpecer el capitalismo de
gasto público, aún a costa de aumentar el déficit,
libre mercado y el crecimiento del empleo. Máximo control posible
son necesarios para corregir desigualdades y
del déficit y de la deuda pública.
proteger a los consumidores.
Salarios mínimos, con incrementos periódicos en
Salarios regulados por el mercado e impuestos igualitarios (sin
función de la marcha de la economía, y cobro de
atender a niveles de renta), lo más bajos posibles para todos, una
impuestos progresivo, con mayores tasas para los
Economía vez cubiertas las necesidades más básicas de la sociedad. Alto
contribuyentes de mayores ingresos. Tarifas
grado de proteccionismo internacional para las empresas
proteccionistas más bajas e impulso de tratados
estadounidenses.
internacionales de libre comercio.
Gasto militar Incremento. Congelación o reducción.
La sanidad pública universal al estilo europeo es
En contra del apoyo estatal a la sanidad, salvo para casos
aún impensable en EE UU, pero los demócratas
extremos. Las aseguradoras privadas son más eficaces que el
son más favorables a un fuerte apoyo del Gobierno
Salud Gobierno, y el sistema privado de sanidad ayuda a evitar fraudes.
en seguros de salud, incluyendo los programas
En contra de la reforma sanitaria impulsada por el presidente
Medicare y Medicaid, y la reforma sanitaria
Obama (Obamacare).
Obamacare.
En los últimos años, las plataformas de ambos partidos han
Los demócratas están a favor de aumentar el gasto
enfatizado la importancia de un sistema financiado de educación
público destinado a financiar no solo la enseñanza
primaria y secundaria a nivel nacional. Sin embargo, los
primaria y secundaria, sino también las
Educación republicanos se centran más en dar dinero a los distritos locales
universidades y escuelas técnicas, con ayudas
para que sean éstos quienes decidan cómo gastarlo, y en limitar los
para reducir las enormes deudas de los
fondos federales a la educación primaria y secundaria, excluyendo
estudiantes.
la superior.
La mayoría de los que siguen apoyando la pena capital son La mayoría de los que se oponen a la pena de
Pena de muerte
republicanos. muerte son demócratas.
Los políticos republicanos, y en especial los más conservadores,
A favor del matrimonio legal entre personas del
Matrimonio suelen oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo, y
mismo sexo y, aunque en una menor proporción,
entre creen que esta institución debe limitarse legalmente a la unión de un
también de la adopción de niños por parte de
homosexuales hombre y una mujer. Rechazan asimismo la adopción de niños por
parejas homosexuales.
parte de parejas homosexuales.
La sanidad pública universal al estilo europeo es
A favor de una legislación más restrictiva en contra del aborto, aún impensable en EE UU, pero los demócratas
reduciendo los supuestos legales al mínimo, sobre todo entre los son más favorables a un fuerte apoyo del Gobierno
Aborto
republicanos religiosos más conservadores. Más tolerancia entre los en seguros de salud, incluyendo los programas
republicanos puramente 'económicos'. Medicare y Medicaid, y la reforma sanitaria
Obamacare.
Control, pero con moratoria en las deportaciones o
posibilidades de ciudadanía para ciertos
Mayor control, deportación de inmigrantes indocumentados y
Inmigración inmigrantes indocumentados (aquellos que no
refuerzo de la frontera.
tengan un expediente criminal, o que hayan vivido
en EE UU más de cinco años).
Defienden mayores sistemas de control para la
venta y la posesión de armas de fuego
Se oponen firmemente a las leyes para el control de armas y son
(especialmente de armamento automático o de tipo
Armas fuertes defensores de la Segunda Enmienda (el derecho a portar
militar), y ciertas restricciones al derecho a portar
armas), así como del derecho a llevar armas ocultas.
armas, incluyendo la prohibición de llevar armas
ocultas en lugares públicos.
Los políticos demócratas suelen ser más
Los politicos republicanos tienden a ser más aislacionistas, aunque intervencionistas y más defensores del papel de EE
Política son partidarios de intervenciones militares cuando están en juego UU como garante de valores universales. En
internacional los intereses (a menudo económicos) de EE UU. En Oriente Medio Oriente Medio son más críticos con Israel (aunque
son firmes aliados de Israel y se oponen al pacto nuclear con Irán. sin llegar a cuestionar la alianza entre ambos
países) y defienden el pacto nuclear con Irán.

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