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Antes de aventurar una problematización del tema, es importante dejar en claro bajo
qué perspectiva se entenderá al tratamiento, paciente y malestar. En primer lugar, según los
planteamientos de Freud (1905), el tratamiento se define como la intelección y/o
descubrimiento de representaciones inconscientes que bajo una permanente resistencia del
paciente actúan como la causa inmediata de su sintomatología, considerando que la terapia se
va desarrollando “sobre la base de enfermos aquejados de una duradera incapacidad para la
existencia; y estandoles destinada, su triunfo consiste en que pudo devolverles a un número
significativo de ellos duraderamente, esa capacidad” (Freud, 1905). Por otro lado, para
Galimberti (2006), el tratamiento proviene del concepto psicoterapéutico de cura, que refiere
al conjunto de medios terapéuticos que coadyuvan a pasar de la enfermedad a salud, para los
trastornos psíquicos se instala en las distintas formas de psicoterapia.
En segundo lugar, desde Freud (1904), hay que destacar que no toda persona que
consulta es paciente, entendiendo por paciente como aquel que demanda ayuda y que le permite
al analista –a través de entrevistas preliminares- situar el malestar para poder dar inicio a un
tratamiento psicoterapéutico. Para esto, se requiere de un saldo en el vínculo transferencial que
permita ubicar el modo en que esa persona que consulta tiene de esta relación de ayuda, ya que
no hay paciente cuando no hay demanda de ayuda y ausencia de malestar.
Dicho esto, cabe la necesidad de hacer coincidir el malestar con la persona que consulta
para dar paso a la entrada a análisis y/o al tratamiento, siendo conveniente situar aquello que el
yo enuncia como motivo de consulta, el cual no siempre coincidirá con el malestar actual
(Freud, 1904). Por lo tanto, teniendo en cuenta el contexto de la atención en el centro médico,
cabe la posibilidad de que el paciente disponga de un motivo de consulta inicial –por el cual
fue derivado por psiquiatría-, pero que no es necesariamente el malestar que lo aqueja en el
momento en que es atendido por el centro, dando a entender que puede que haya una ausencia
de malestar, el motivo de consulta haya cambiado su foco o más bien su síntoma se haya vuelto
egosintónico, lo cual dificulta la tarea del analista de decidir cómo actuar con el paciente y de
si efectivamente el caso dispone de una demanda de tratamiento cuando las razones de acudir
a psicoterapia no son claras.
En consecuencia, si el analista nota que el sujeto a pesar de estar mejor y de haber
regulado su malestar inicial, quiere seguir tratándose, quiere decir que surgirá un espacio de
apertura de algo nuevo, que, considerando el espacio de tiempo transcurrido entre la derivación
y la atención psicológica, efectivamente habrá un malestar nuevo que no necesariamente tiene
relación con el motivo de consulta inicial. Por consiguiente, es tarea del analista llevar a cabo
entrevistas preliminares que le permitan ir situando este malestar, reformulando el motivo de
consulta y venciendo las resistencias interiores del sujeto de modo que permita una apertura
del inconsciente (Freud, 1905). Pero para que todo esto se haga efectivo, es necesaria una
demanda de ayuda por parte del sujeto para que pase a ser paciente y para poder dar inicio al
tratamiento (Freud, 1904).
A partir de lo anterior, cabe mencionar que el Centro, además de contar con esta
dinámica de lista de espera, también cuenta con terapias de tiempo acotado, ya que
considerando su alta demanda, los pacientes cuentan -en un inicio- con una especie de
programa que ofrece una cierta cantidad de sesiones (4-5 meses aproximadamente) y que luego
de transcurrido ese tiempo se realiza una evaluación de la situación del paciente para tomar la
determinación de seguir el tratamiento o de derivar a consulta privada, tomando en cuenta la
urgencia subjetiva de su malestar. En consecuencia, todo este proceso dificulta el momento en
que se inicia el tratamiento, ya que dado el poco tiempo con el que se cuenta para acoger la
demanda de ayuda del paciente, puede que no se logre iniciar un tratamiento efectivo o que
este -una vez iniciado- se vea interrumpido por diversos factores ajenos a la analizabilidad o
no del paciente, cuestionando qué tan relevante es su situación clínica para el momento en que
consulta.
II. PRESENTACIÓN DE CASO
Caso Isabel
Isabel es una mujer de 65 años que llega a consultar luego de 3 meses en lista de espera,
ella es derivada por su psiquiatra tratante luego de un episodio depresivo con crisis de angustia
de acuerdo a los criterios DSM-V. La indicación de este último señala que la mujer tiene un
duelo complicado por muerte del marido en circunstancias extrañas hace 19 años. Isabel tuvo
5 sesiones, las cuales se vieron interrumpidas por el estallido social en Chile, para finalmente
recibir alta administrativa por las dificultades de acceso al centro médico luego de
aproximadamente dos meses sin poder asistir.
En la primera sesión, Isabel comienza relatando que hace poco más de 3 meses tuvo
una crisis de angustia pocas cuadras antes de llegar a su casa, con síntomas de falta de aire,
taquicardia y miedo intenso a que le ocurriera algo malo. Señala además, que previo a esto
habría estado con mucha pena, falta de energía y problemas para dormir; en estas condiciones
asiste a psiquiatra, cardiólogo y neurólogo, donde se descartan causas orgánicas, y el psiquiatra
le receta sertralina 50 mg, con lo que remiten los síntomas. La mujer además señala que tuvo
crisis similares en los últimos años, pero sin el componente de “presión” en el corazón, las
cuales también han sido tratadas con el medicamento. El primero de estos episodios, había
venido la primera vez que se quedó sola luego de haber “vivido siempre con mucha gente en la
casa”, al ponerse a pensar “qué voy a hacer ahora”.
Al interrogarla acerca de su interés por un proceso de psicoterapia, señala que teme que
una vez que se le retire el medicamento, sus crisis vuelvan. En la primera sesión, relata en largo
detalle el proceso de investigación que realizó luego de la muerte de su marido sólo con la
ayuda de un hermano y sin contarles a sus hijos, sin embargo, señala que no es algo que la
aqueja ahora, ya que se siente tranquila y lo ha conversado con su familia.
En esta primera sesión, también empieza a surgir el tema de que ella siempre se ha
hecho cargo de distintas personas: su madre enferma a quien cuidó por 10 años, su hermano,
sus hijos y sobrinos, sintiendo siempre la responsabilidad de “tenía que estar bien yo para que
no se preocupen” y de pensar en “no decirle porque lo podía preocupar”, en distintos
contextos. Se explora esto en otras sesiones, donde se repite esto de no decir las cosas por temor
y vergüenza a como pueda reaccionar el otro, quedando ella con sentimientos de pena,
impotencia y a veces rabia. Hay acá una aparente ausencia sintomática y la dificultad de una
demanda que apunta a solucionar un síntoma que puede o no surgir en el futuro, enfocando el
trabajo a localizar un síntoma en un primer momento, síntoma entendido como mensaje
descifrable sobre el sujeto (Aveggio, 2016), y no sólo al modo psiquiátrico.
En las últimas sesiones, señala que “han vuelto las crisis pero más leves” que ha sentido
la agitación en el pecho, pero que ha hecho cosas para distraerse, o ha llamado a su hijo, sin
que las crisis lleguen al momento de los mareos y que ha manejado el pensamiento de pérdida
de control, y ya en la última sesión relata que ha empezado a dormir por la noches en las casas
de familiares, para evitar que le vengan posibles crisis y estar más tranquila. ¿Podrá
considerarse esto como un problemas asociado al inicio del tratamiento? ¿Habrá alguna
relación del aumento sintomático con el encuentro con el significante del cuidado?
Con esto en cuenta, se plantea que el inicio del tratamiento podría darse cuando existe
una apertura del inconsciente, y cuando hay un paso hacia lo simbólico de la transferencia.
Respecto a esto último, en la transferencia surge cierta repetición de la relación con el Otro, ya
que este no decir, toma la forma de evadir y desviarse del tema cuando se le hace un pregunta,
dando un rodeo por temas tangenciales, antes de responder de forma muy breve y acotada,
dejando al terapeuta en ese mismo lugar que las figuras significativas.
Para la construcción de este caso nos planteamos tres conceptos guías con las que
articulamos el proceso; Fantasma, acting-out y tipo de tratamiento, dado que responden a las
dimensiones relevantes de la pacientes respecto de su sintomatología y el material tanto clínico,
vale decir intra sesión, como material que es traído por la paciente de situaciones extra-sesión
que permiten ahondar más en el foco de sus conflictos y buscar un abordaje oportuno de la
pregunta de investigación.
La primera de estas remite al fantasma, el cual se puede entender según Miller como
“una máquina que se pone en juego cuando se manifiesta el deseo del Otro” (Kait, 1996), es
decir, la respuesta que se da al deseo del Otro, frente a la lo que percibo como su falta. El
fantasma además sería algo que se construye en el proceso analítico, existiendo un fantasma
fundamental que no se interpreta y que se presenta con cierta monotonía, como una matriz del
comportamiento del sujeto (Kait, 1996).
Mediante el análisis del material clínico, se puede establecer un segundo momento del
tratamiento, donde aparecen con claridad el Acting-out, que conceptualmente puede permitir
entender la función de las crisis de angustia y como estas le permiten enviar un mensaje al
Otro. Así en términos teóricos el acting-out, está ligado a “la angustia que es un fenómeno de
borde, una señal que se produce en el límite del yo cuando éste se ve amenazado por algo que
no debe aparecer” (Lacan, 2007) habría una angustia que surge, como algo real, no
simbolizable para el sujeto, y que se manifiesta en el cuerpo en lo que psiquiátricamente se
conocería como crisis de angustia o de pánico.
Pensando un poco más respecto del concepto de tratamiento analítico aplicado, este
toma como referencia la aplicación del psicoanálisis a la terapéutica y la clínica médica desde
Lacan, que luego trabaja Miller que además de sistematizar los efectos terapéuticos rápidos,
los estudia en condiciones de gratuidad y brevedad, que aplica la totalidad de sus principios
guiados por las nociones de ciclo y transferencia (Araya et. al., 2019). Estos ciclos tendrían un
principio y un fin, existiendo una serie de estos en el curso de un análisis, y los cierres estarían
marcados por la presentación de un saber nuevo sobre el goce en juego en el malestar del sujeto,
o un cambio de posición en relación al mismo, lo que se inscribe en que la persona sea advertida
de la fuerza de su inconsciente (Araya et. al., 2019), esto permitiría usar el tiempo a favor de
la experiencia analítica, tal como se usa en los cortes de sesión.
En este caso, es una paciente que se dedica mucho a dar datos descriptivos, y que por
lo general contesta tangencialmente cuando se le pregunta, usar el una fecha marcada del fin
de terapia, permite empujarla al trabajo de lo que le es más urgente, y acotar el dicho para darle
más espacio al decir. Además el tomarle atención a estos ciclos mencionados, podría permitir
por ejemplo ampliar su fantasma, es decir reconocer esta repetición, y también tomar una
posición frente a ella, y advertirse de esta faceta del fantasma. Así mismo, es posible pensar en
cierto desplazamiento sintomático, el cual en la medida en que es descifrado puede permitir
ciertos efectos terapéuticos.
Finalmente, el uso del tiempo también permite aprovechar el momento de apertura del
inconsciente, pero también el cierre de este para poder cerrar un ciclo con los efectos
anteriormente mencionado, dejando la puerta abierta para una futura consulta, ya sea con el
mismo profesional o con otro, una vez las condiciones permitan a la paciente restablecer un
grado de funcionamiento que le permita salir de su casa.
“Decirle al sujeto nada de acting out es algo bien difícil” (Lacan, 2007).
III. DISCUSIÓN
En fin, como terapeutas nos vemos compelidos acompañarnos para acompañar y así
poder llevar a cabo un trabajo efectivo y certero con los pacientes, quienes al igual que nosotros,
están sufriendo los daños colaterales que la contingencia está generando a nivel social,
económico, pero principalmente emocional. Dicho esto, cabe destacar la importancia de que
los terapeutas tomen como opción viable las terapias de tiempo acotado, ya que dado el
contexto en que nos vemos inmersos, se hace necesario acudir a procedimientos más prácticos
y funcionales que le permitan al paciente hacer algo con su malestar en momentos de crisis,
especialmente cuando el acudir a sesiones se vuelve complejo o cuando el paciente desea
anticiparse a esta angustia, miedo, ansiedad, etc., que pueda estar provocando la realidad
chilena en estos momentos. Todo esto se vuelve posible en la medida que el terapeuta logre
adaptarse a las demandas del paciente, de la institución y de la contingencia nacional, desde
una postura neutral y flexible que le posibilite acoger el malestar inmediato del paciente.
IV. BIBLIOGRAFÍA
Araya, C., Dighero, D., Reyes P., y Gómez, F. (2019). Duración, tiempo y psicoanálisis:
Reflexiones en torno a la brevedad del tratamiento. No publicado.
Aveggio, R. (2016) Del motivo de consulta al síntoma en la clínica sin demanda. Intervenciones
psicoanalíticas en instituciones de salud en Chile. En, Aveggio, R. y Araya, C.
Santiago: RIL Editores.
Belaga, G. et. al. (2005). La urgencia generalizada: la práctica en el hospital. Buenos Aires:
Grama Ediciones.
Freud, S. (1904). El método psicoanalítico. Sigmund Freud Obras Completas. Amorrortu ed.,
B. Aires, Vol. VII.
Freud, S. (1905). Sobre la psicoterapia. Sigmund Freud Obras Completas. Amorrortu ed., B.
Aires
Nasio, J.D. (1995). Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan. Gedisa
Lacan, J. (2007). Pasaje al acto y acting out. Seminario 10. La Angustia (pp. 127-144). Buenos
Aires: Paidós
Caso Isabel
Sesión 1
Motivo de consulta
“Vengo porque hace como 4 meses atrás tuve una crisis, donde me costó respirar, se
me aceleró el corazón y me asusté mucho porque pensé que me podía pasar algo, fui al
cardiólogo, después al neurólogo y me dijeron que no tenía nada, que eran por los nervios, de
ahí fui al psiquiatra que me recomendó venir para acá, además en ese tiempo tú me preguntabas
algo y yo lloraba, me sentía muy mal, ahí me dio la pastilla, la sertralina, y con eso después de
unos días se me pasó, pero tengo el miedo de que cuando la deje de tomar me vuelvan estos
ataques, antes ya me había pasado hace dos años atrás y fue lo mismo, entonces quiero ver si
se puede hacer algo para que estos ataques no me vuelvan”
Aquí la paciente relata el momento en que estuvo con malestar similar hace dos años
“pero sin la presión en el pecho”. “Hace dos años, me quedé sola en la casa por primera vez en
mucho tiempo, yo siempre había tenido mucha gente viviendo ahí, y esa vez mi hermano que
siempre vive ahí estaba de vacaciones en Alemania, y un día en la noche, me puse a pensar en
que iba hacer ahora, sentí así como un vacío, y después me vino la crisis, las otras después
fueron sin motivo, más en las noches”
Después se le interroga por el motivo de derivación del psiquiatra “mi marido murió en
el 2000, se suicidó, pero en realidad no lo hizo, fue un homicidio, lo mataron por temas de
plata, era gerente de una empresa que cerró, pero ya no había ese amor. El papá de él me dijo
que se mató por accidente, pero la historia no cuadraba, se había ahorcado, pero no estaban los
signos forenses, como que había muerto antes, hablé con un juez, busqué un abogado,
exhumaron el cuerpo, pero no había nada ningún signo de que se hubiera matado. Aparte había
como una grabación donde se despedía, pero no era la voz de él”
“Mis hijos no sabían nada, estuve casi dos años con mi hermano investigando y
haciendo todo esto, pero como que toqué un tope, no se podía hacer nada más, no quería
arriesgarme ni arriesgar a mis hijos, así que lo dejé y me enfoque en el trabajo, tratando de
taparlo un poco, igual me quedé con la tranquilidad de que hice todo lo que pude, pero con
harta impotencia igual”
Después al decirle que estamos llegando al final de la sesión cuenta: “después lo que
me desilusionó es que yo me enteré que tuvo otra familia, ya no había nada entre nosotros, pero
sentí que él me mintió, y no sé porque no me contó, él era muy bueno, nunca me faltó nada,
hasta le pasó una casa a mi hermana, que ella devolvió en malísimas condiciones”.
Intervenciones
Cuando habla del tema del marido, la paciente se enfoca en la descripción de los hechos,
pero le cuesta responder acerca de las emociones que sintió durante tal proceso, acá las
intervenciones son orientadas a la implicación emocional en el relato.
Finalmente se realiza una devolución desde el polo del apoyo, donde se reconoce que
la paciente se ha hecho cargo de distintos eventos a lo largo de su vida, los cuales de una u otra
forma le han afectado al no poder comunicarse del todo con sus cercanos, además se le
mantiene el motivo de consulta, señalándole que es difícil trabajar cuando está sin las crisis
respecto a esto, pero que si hay otros temas que puede ser importante trabajar en un contexto
de psicoterapia.
Sesión 2
“También me vino una vez después del terremoto, ese grande que hubo, pero ahí estaba
cuidando a mi mamá, así que no fue en el momento, tenía que estar bien yo, para no
preocuparla, y luego a los 4 días me vino uno, estaba con mucho miedo, preocupada de que
pasara algo, yo me hacía cargo sola casi de mi mamá”
Le preguntó por sus hermanos, “Hay una hermana con la que siempre me llevo mal,
pero cuando estaba enferma mi mami no le decía nada, ella es muy aprovechada, pero yo lo
dejaba pasar para no preocupar a mi mami, para no dar problemas, con esta hermana tuvimos
problemas con un negocio, además mi marido le había pasado una casa que ella devolvió en
malísimas condiciones, yo ahora le digo las cosas, no hablamos hace más de dos años, porque
yo ya no dejó pasar. Con mi hermano que vive al frente, no tengo ningún problema, pero él
tiene trabajando en su casa a la que era su mujer, y ella es muy mala persona le ha hecho mucho
daño y se está aprovechando, entonces ya no nos vemos mucho, el igual tiene otro hijo, que
fue fuera del matrimonio, ese hijo yo me hice cargo de hacerle llegar una pensión porque a mi
hermano nunca le nació contactarse ni nada, yo nunca quise decirle mucho tampoco, para no
hacerlo sentir mal, y se enteró por otro lado; yo pensé que se iba a enojar conmigo, porque no
le había dicho antes, pero al contrario, me agradeció por lo que yo había hecho.
Intervenciones
Sesión 3
Le digo que me cuente más acerca de cómo fue lo que ocurrió con su madre, “yo a mi
mami la cuidé por 10 años, ella tenía una enfermedad pulmonar, por eso estaba en cama
conectada, yo estaba siempre con ella, a veces iban mis hermanos, o mis amigas a ayudarme,
pero siempre era yo la que estaba a cargo, en ese tiempo no salía mucho tampoco, porque tenía
que prestarle siempre atención, en las noches dormía con ella porque ella se despertaba, se
asustaba, y tenía que estar yo ahí para calmarla, cuando murió fue un alivio para nosotros,
porque ella estaba sufriendo mucho. Yo creo que también eso me sirvió para no pensar en todo
lo que había pasado antes con mi marido”
Intervenciones
Le señaló que hay en ciertas situaciones en que parece que le cuesta decir algunas cosas,
y que pareciera que el quedarse callada la afecta de alguna forma. “Con mi mamá me pasó
mucho en el último tiempo que tenía ganas de decirle que la quería, yo la cuidaba y ella yo creo
que lo sabía, pero nunca pude decirle mami te quiero, porque me daba vergüenza, sólo una vez
ella fue la que me dijo, te quiero Choli, yo también te quiero mami, pero fue la única vez, es
que nosotros nunca fuimos de piel, yo aprendí después, con mis hijos, mis sobrinos, pero de
chica nunca fuimos así.”
Nuevamente en esta sesión apuntó a repetirle el “tenía que estar bien” junto a “hacerse
cargo”, marcando en su discurso cada vez que dice algo relacionado a eso. Surge aquí un patrón
de callar pensando en la reacción del otro quedando ella preocupada.
Sesión 4
En esta sesión la paciente llega contando que en la última semana, “ me quedé cuatro
días sola, y pensé que me iba a venir algo, pero nada, le contaba orgullosa a mis amigas, les
decía yo, uy que estoy grande, pero el sábado, llegó una prima de argentina, estuvimos
conversando todo bien, pero en la noche, cuando me quedé con mi hermano, me vino la
angustia de nuevo, y no se me podía pasar, traté distraerme pero no se me pasaba la sensación,
y fue raro porque ese día había estado todo súper bien, llamé a mi hijo, y él me dijo: mamá a ti
siempre te vienen las cosas después, acuérdate lo que pasó para el terremoto, y con eso como
que se me pasó un poco y pude ir a dormir”
Intervenciones
En esta sesión, por indicación del supervisor se aplica Conflictual Core Relationship
Theme, el cual busca que la paciente relata Eventos Relacionales donde ha sentido que no ha
podido decir cosas y como se ha sentido al respecto. Estos eventos se organizan por un deseo
(W), una respuesta esperada del otro (RO), y el sentimiento de ella al no poder decirlo (RS).
“Me pasó con lo de mis sobrino, tenía muchas ganas de decirle, pero tenía miedo de
que él se enojara, que me dijera que por qué no le dije antes, él se enteró por qué una vez lo
llamé y no corté bien el teléfono, y me quedé hablando con su medio hermano, mi otro sobrino,
él lo buscó y hablaron y al final me agradeció, pero yo tenía mucha pena, rabia de no poder
decirle”.
“Otro fue el problema con mi hermana, me costó meses decirle que me tenía que
devolver la casa, yo pensé que se iba a enojar, molestar, tenía temor de lo que iba a hacer, me
costó mucho decirle, estaba angustiada, pero al final cuando le dije no le importó, me contó
que se estaba mudando, después quedé con ganas de decirle también, porque me dejó la casa
en muy mal estado, y también me costó mucho decirle, entonces quedaba enojada yo, y me lo
guardaba todo”
“Ahora con todo el tema de mi hermano, me costó mucho decir, pero cuando le dije, él
se queda callado, baja la cabeza, y no dice nada, como avergonzado, estaba molesta, enojada,
pero al final dije me voy a preocupar de mí nomás ahora, pero igual estoy preocupada”.
Sesión 5
Intervenciones
En esta sesión, operé un poco más desde la psicoeducación acerca de lo que son los
ataques de pánico, pensando en que la paciente comprenda que estos son inocuos, y que
disminuyan las conductas de evasión, antes de que se vuelvan un hábito problemático. En este
sentido se le explicaron distintos aspectos de esta. Además se indagó un poco más en cómo es
la relación con el hermano actualmente “yo sé que a él igual le afecta, porque antes pasábamos
harto tiempo juntos, ahora hablamos por teléfono, pero no viene porque está con ella, y yo no
voy en el día para allá”.