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Los festejos del primer Centenario de la

Revolución de Mayo y la exclusión del


movimiento obrero

Juan Suriano *

Las conmemoraciones de los Centenarios de de cabezas de ganado de la mejor calidad


las revoluciones de independencia en América pastando por sus campos. A la vez presentaba
Latina adquirieron una dimensión simbólica una infraestructura de las más modernas como
especial pues se convertían en un hito funda- sus puertos, las redes tranviarias urbanas y los
mental del largo y complejo proceso de “inven- 28 mil kilómetros de vías férreas que surcaban
ción de las naciones”. No importa cuáles fueran el territorio de la nación conectando el interior
los problemas pasados y presentes, allí podían del país con Buenos Aires1.
exhibir las jóvenes naciones un relato histórico Los festejos fueron de tal magnitud que
nacional jalonado de acontecimientos heroicos, incluyeron, en el país, durante varios días,
una simbología patriótica que reafirmaba esa la presencia de numerosos representantes
identidad nacional y una proyección triunfante de naciones extranjeras entre quienes la
hacia el porvenir. más famosa fue la Infanta Isabel de España.
La Argentina no fue una excepción y los Asimismo se inauguraron decenas de escuelas
festejos del primer Centenario de la Revolución y monumentos patrióticos, se embelleció e
de Mayo representaron también para la elite iluminó la ciudad de Buenos Aires, se realizaron
gobernante una preciosa oportunidad de reafir- suntuosos banquetes y bailes, se movilizaron a
mación de su identidad. Aunque el homenaje a miles de empleados de instituciones estatales
las glorias del pasado estaba en primer plano, (maestros, alumnos, policías, bomberos, miem-
como quedó demostrado con la impresionante bros del ejército y empleados de otras reparti-
seguidilla de inauguraciones de estatuas de los ciones estatales) en asistencia a desfiles mili-
próceres revolucionarios de la patria, era, ante tares, civiles y religiosos como la peregrinación
todo, una celebración de lo hecho en el pasado a Luján o la procesión de Corpus Christi. Pero,
inmediato que se proyectaba con optimismo la magnitud de la celebración denotaba un opti-
hacia un futuro venturoso tal como Leopoldo mismo exagerado, era casi una sobreactuación,
Lugones proclamaba en sus Odas Seculares. No que derivó en cierta desmesura en el comporta-
es difícil entender las razones de ese optimismo. miento de los actores: “desmesura en el gasto,
En menos de cuatro décadas el país se había desmesura en los comportamientos desbordados
convertido en uno de los principales produc- de esas muchedumbres que coreaban insistente- 19
tores de alimentos del mundo con alrededor de mente el himno nacional o en la proliferación de
12 millones de hectáreas sembradas, 5 millones decenas de millares de banderas y escarapelas
de toneladas de granos exportadas y millones repartidas con profusión por el gobierno”2.

* Director de Maestría en Historia, Instituto de Altos Estudios. Docente Universidad Nacional de San Martín.
1 Lobato, Mirta Z. y Suriano, Juan. Atlas Histórico, Sudamericana, Buenos Aires, pp. 565-578
2 Devoto, Fernando. “Imágenes del Centenario de 1910: nacionalismo y república” en José Nun, (compilador), Debates
de mayo. Nación, cultura y política, Gedisa, Buenos Aires, 2005, p. 192.

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Juan Suriano

En realidad el exceso celebratorio estaba ocul- obrero que implicó la irrupción de las huelgas
tando ciertos malestares y preocupaciones y la emergencia de las ideologías que susten-
vinculados al funcionamiento del sistema polí- taban la organización del mundo del trabajo:
tico y, fundamentalmente, al mismo proceso de el socialismo, el sindicalismo revolucionario y
crecimiento de la economía y la sociedad que, el anarquismo.
de alguna manera, neutralizaba el optimismo Más allá de las vicisitudes que les tocó vivir,
reinante en la superficie. En el primer caso la estas tendencias organizaron y orientaron a los
preocupación se visualizaba en el debate sobre trabajadores en la construcción de una identi-
el tipo de legitimidad republicana y constitu- dad propia y los condujeron en los momentos
cional deseable, que involucraba la discusión de conflictividad social que durante la primera
sobre la reforma de un sistema político elec- década del siglo XX fueron varios. En este úl-
toral viciado por prácticas fraudulentas3. Pero timo punto fue particularmente importante el
interesa aquí el segundo malestar. No eran rol del anarquismo no sólo porque gozaba de
pocos quienes, desde la propia elite, se mani- las simpatías obreras sino por su combatividad
festaban insatisfechos por la escasa densidad y su impugnación frontal de las instituciones
nacional de los habitantes del país y, en buena existentes. Frente a un movimiento obrero de
medida, la base de ese malestar se hallaba estas características, el gobierno del presiden-
en las propias características de la sociedad y te José Figueroa Alcorta adoptó una drástica
en el tipo cultural de población que se había e injustificada resolución frente a los festejos
gestado. En efecto, una parte importante de del Centenario: el 13 de mayo se sancionó en
los más de siete millones de habitantes eran el Parlamento el proyecto de ley enviado por el
extranjeros provenientes de diversas naciones Poder Ejecutivo imponiendo el estado de sitio
que cargaban tradiciones (lenguas, costum- que permitió clausurar e imponer censura a la
bres, religiones) diferentes. Para aquellos que prensa anarquista, socialista y obrera en gene-
conformaban lo que se ha denominado “primer ral; cerrar los locales gremiales y partidarios
nacionalismo cultural” (Ricardo Rojas, José M. así como encarcelar y expulsar del país a cente-
Ramos Mejía, Manuel Gálvez) la multiplicidad nares de activistas. Más grave aún, se permitió
de rasgos culturales implicaba una fuerte crisis la acción de grupos de civiles que, invocando
moral que resultaba nociva para la existencia los intereses de la patria, participaron activa e
de una identidad nacional4. Por ello se tornaba indiscriminadamente en la persecución y agre-
necesario construir una verdadera cultura sión de los representantes obreros. De esta ma-
nacional suprimiendo las impurezas morales nera, un sector importante de la sociedad ar-
y apelando a las tradiciones locales5. gentina fue marginado contra su voluntad de
En el contexto de este malestar, vinculado la celebración del Centenario de la Revolución
al tema de la identidad nacional, uno de los de Mayo.
grandes problemas y fuente de inquietudes Los conflictos que irrumpieron en Buenos
del momento se relacionó a la cuestión social Aires y el resto de las ciudades del área
o, más específicamente, a la cuestión obrera. pampeana al despuntar el siglo XX tenían por
Esto manifestaba los problemas irresueltos objeto mejorar las condiciones de vida y de
inherentes a un mundo del trabajo que había trabajo de miles de trabajadores que no gozaban
crecido en esos años al ritmo de la economía. casi de ningún tipo de protección. Algunos
20 Sus primeras consecuencias fueron la crea- de esos conflictos desembocaron en crudas
ción de un relativamente fuerte movimiento huelgas generales que tomaron por sorpresa

3 Botana, Natalio. “El arco republicano del Primer Centenario: regeneracionistas y reformistas, 1910-1930” en J. Nun,
Op. Cit.
4 Bertoni, Liliana “1910 y la emergencia de otra nación” en J. Nun, Op Cit. Véase en el mismo libro el texto de Hilda
Sabato.
5 La idea de la crisis moral de la sociedad en la que una dosis de culpabilidad pertenecía a los extranjeros no era nueva y
ya habían apelado a ella escritores como Eugenio Cambaceres, Julián Martel y otros durante la crisis de 1890. Véase,
Juan Suriano, “La crisis de 1890 y las lecturas del anarquismo y el socialismo” en Entrepasados, nº 24/25, 2004.
Los festejos del primer Centenario de la Revolución de Mayo y la exclusión del movimiento obrero

a una elite gobernante que atribuía dichos obtener una representación parlamentaria
conflictos a la importación de los problemas y, desde allí buscar la reforma del sistema y
del mundo del trabajo europeo. En realidad esa mejoramiento de las condiciones de existencia
sorpresa no parece justificarse demasiado si se de los trabajadores, no despertaba sospechas
tiene en cuenta que las industrias locales, los en la mayoría de los gobernantes. Sus sindi-
métodos de trabajo y de organización así como catos eran negociadores, sus manifestaciones
buena parte de los trabajadores eran euro- ordenadas, sus reclamos cautos, sus críticas a
peos6. Si se importaban capitales, empresarios las arbitrariedades patronales y a la prescin-
y trabajadores no debía resultar extraño que dencia estatal eran profundas pero sensatas a
los conflictos se parecieran demasiado a los que los ojos de las autoridades. Además, aunque
se producían en Europa como había percibido compañeros de ruta, eran sumamente críticos
lúcidamente Ernesto Quesada ya en la última de las posturas anarquistas, especialmente
década del siglo XIX7. En definitiva el mundo aquellas que llevaban los conflictos siempre
del trabajo urbano era tan cosmopolita como lo hasta el límite. Es por todo eso que, siendo
era su población. ministro del interior J. V. González, los con-
Pero sobre la percepción de este fenómeno vocó en el año 1904 para que participaran en
por parte de la elite conservadora vernácula la investigación previa y posterior elabora-
debe efectuarse una distinción. No todos ción del proyecto de ley nacional de trabajo.
compartían el azoramiento por la aparición Si bien la iniciativa despertó la oposición del
del conflicto social, para algunos de sus miem- ala gremial del partido, sus intelectuales y
bros con afanes reformistas como Joaquín V. profesionales más importantes tuvieron una
González o el mismo Quesada el enfrenta- destacada participación, como la tendrían
miento entre capital y trabajo era un rasgo del más adelante en la sanción de las primeras
capitalismo y, por lógica consecuencia, inhe- leyes obreras.
rente a la sociedad que se estaba conformando. Frente a los festejos del Centenario, el
La solución no era excluir a los trabajadores diario La Nación contraponía las “exaltaciones
sino integrarlos al sistema a través de una inútiles” de algunos representantes del movi-
legislación laboral que contemplara sus nece- miento obrero (sin duda se refería a los anar-
sidades y que equilibrara la entonces desigual quistas) con la actitud del Partido Socialista
relación entre capital y trabajo. En todo caso, que “en un manifiesto bien pensado, en el cual
lo que debía ser objeto de represión y exclu- recomienda a la masa trabajadora serenidad
sión del sistema eran las manifestaciones como y presencia de espíritu a fin de contribuir
el anarquismo que, por su naturaleza doctri- de este modo a la celebración del centenario
naria, negaba cualquier transacción con las exhibiendo con su conducta tranquila y firme
instituciones establecidas. el progreso alcanzado por las masas proleta-
También debe efectuarse una distinción en rias, dentro del progreso asombroso del país”8.
las formas en que estos sectores apreciaban a Los sectores reformistas de la elite compar-
las representaciones ideológicas y políticas del tían, con los grupos más conservadores, que
movimiento obrero. El socialismo no significa- quien debía ser objeto de represión y exclu-
ba un problema sino más bien la posibilidad sión del sistema era el anarquismo el cual, por
cierta de encauzar las demandas de los traba- su naturaleza doctrinaria, negaba cualquier
jadores dentro de los márgenes del sistema. transacción con las instituciones establecidas. 21
La propuesta del Partido Socialista tendiente En realidad los conservadores reformistas
a utilizar las herramientas electorales para ponían énfasis en que se debía tratar de alejar

6 Halperín Donghi, Tulio. “Una ciudad entra en el siglo XX” en Margarita Gutman y Thomas Reese (editores), Buenos
Aires 1910. El imaginario para una gran capital, Eudeba, Buenos Aires, 1910, p. 56.
7 Quesada, Ernesto. La Iglesia Católica y la cuestión social: conferencia dada en los salones del Ateneo el 4 de octubre
de 1895.
8 La Nación, 1 de mayo de 1910.

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a los grupos libertarios de las organizaciones la primera semana de mayo de 1909 (que en
gremiales generando las condiciones (reforma realidad fue una respuesta a la brutalidad
del sistema político, legislación laboral) que le policial que provocó la muerte de una decena
permitieran al socialismo participar sin trabas de manifestantes durante la movilización del
en los comicios y, desde el Parlamento, liderar 1º de mayo) no se habían producido huelgas
los reclamos obreros frente al Estado. importantes. Para los festejos del 1º de mayo de
Pero no fue esta cauta postura la actitud 1910 preveían tres manifestaciones diferentes
predominante en las filas del gobierno frente a llamadas respectivamente la FORA anarquista
la celebración del Centenario. Con mayor o me- (Federación Obrera Regional Argentina), la
nor convicción se apeló a una durísima repre- CORA sindicalista (Confederación Obrera
sión que, si bien se centró en los anarquistas, de la Región Argentina) y por el Partido
no discriminó a otras agrupaciones del cam- Socialista y sus representaciones gremiales.
po socialista y se generalizó sobre el conjunto Como prueba de la voluntad de que no se
del movimiento obrero. Aunque para justificar produjeran conflictos, los dirigentes foristas
la sanción del estado de sitio el ministro del habían negociado previamente el recorrido
Interior, José Gálvez, apeló exclusivamente al de su manifestación civilizadamente con la
“peligro anarquista” al sostener en la Cámara policía y esta se comprometió a mantener una
de Diputados que “hay un grupo que realmen- discreta vigilancia para evitar sucesos como
te no hace estos movimientos (huelguísticos) los del año anterior. La celebración fue casi
con el fin de mejorar sus condiciones de vida. un fracaso pues asistieron muy pocos mani-
Tiene otros propósitos, confesados en los dia- festantes aunque la intensa lluvia sirvió a sus
rios que edita, propósitos que van contra la organizadores como justificación de la escasa
familia, contra el Estado, contra la autoridad, concurrencia.
contra la propiedad; son real y efectivamente La movilización más destacada se realizó
anarquistas, y su número que hasta hace poco una semana más tarde, el 8 de mayo, y fue con-
era diminuto, ha crecido de un tiempo a esta vocada por la FORA y el Comité de Agitación
parte, debido a circunstancia especial, entre contra la ley de Residencia, no para efectuar
otras, la falta de defensa de esta sociedad y de reivindicaciones de tipo gremial sino de de-
los poderes públicos para oponerse a los avan- rechos civiles10. En efecto, el reclamo central
ces de estos verdaderos perturbadores del or- era la derogación de la ley de Residencia, una
den”9. Estas palabras fueron dichas el 13 de reivindicación sentida no sólo por todas las or-
mayo aunque unos pocos días antes el propio ganizaciones obreras sino también por buena
ministro y el resto del Poder Ejecutivo habían parte de las entidades étnicas y nacionales y
manifestado que no preveían disturbios mayo- aún por algunos políticos conservadores y dia-
res durante los festejos y por dicha razón no se rios comerciales que señalaban su evidente
justificaba tomar medidas graves como el esta- inconstitucionalidad11. De manera subordina-
do de sitio el que, finalmente, fue sancionado da formaban también parte de los reclamos
por el Parlamento el 14 de mayo. la libertad de los presos por cuestiones socia-
Es interesante corroborar que el contexto les y la amnistía amplia a los infractores del
en el cual se adoptó esta medida no era de ejército. El evento se destacó por el orden y el
una intensa conflictividad obrera sino más carácter pacífico y fue una de las manifesta-
22 bien de relativa calma. Desde la impresio- ciones más multitudinarias realizadas por el
nante huelga general desarrollada durante movimiento obrero desde su creación. El diario

9 Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Tomo I, 1910, p. 55.


10 Alberto Ghiraldo afirmaba: “el proletariado, que desde hace varias décadas ha intuido la esencia del derecho, por más
que viva alejado de códigos y parlamentos, ha emprendido hasta el presente numerosas cruzadas tratando de conseguir
por diferentes modos la abolición de la bochornosa ley; pero todos los esfuerzos realizados en ese sentido fracasaron
siempre…” en Ideas y Figuras, nº 34, 1 de octubre de 1910, p. 263.
11 Véase por ejemplo La Nación, 10 de mayo de 1910, en donde se publicó una nota editorial sumamente crítica de la ley
de Residencia señalando, entre otras cuestiones negativas, los abusos constantes en su aplicación.
Los festejos del primer Centenario de la Revolución de Mayo y la exclusión del movimiento obrero

La Nación destacaba el “inusitado número de manifestaciones no era argumento suficiente


obreros…, cuando todas las asociaciones ad- para declarar el estado de sitio.
heridas a la Federación Obrera, organizadora Sin duda, el hecho más relevante de este
del mitin, se hubieron reunido, la columna se acontecimiento fue la exigencia al gobierno
puso en marcha por la calle Lavalle, inician- nacional de la derogación inmediata de la ley
do el itinerario que debía recorrer hasta pla- de Residencia bajo la amenaza de declarar
za Colón. La manifestación muy compacta una huelga general, cuya fecha de iniciación
llenaba seis o siete cuadras”12 y sigue ahora sería el 18 de mayo y se prolongaría durante
el relato de La Vanguardia, “de trecho en tre- los festejos del Centenario si las autoridades
cho elevaban banderas rojas orladas de negro no aceptaban el reclamo15. Sin duda parecía
o moños del mismo color, alternando con car- un desafío arriesgado establecer condiciones
teles alusivos… Abajo la Ley de Residencia o al gobierno sin contar con la seguridad de un
huelga general; Escojan los gobernantes, Viva respaldo obrero masivo a la posible medida
la Anarquía; Argentinos y extranjeros contra de fuerza, aunque tal vez los dirigentes
la Ley de Residencia; Queremos la libertad de anarquistas hayan pensado que, así como
los obreros presos y la amnistía amplia para los momentos de cosecha eran una buena
los infractores militares. También vimos un ocasión para efectuar reclamos gremiales, la
medallón con el retrato de Radowitzky y de víspera de los festejos podría ser un momento
Francisco Ferrer… El desfile de la Avenida de adecuado para presionar a las autoridades.
Mayo se hizo al compás de cantos anarquistas Sin embargo estas no habían demostrado ni
y continuos gritos de desaprobación hacia las tenían ninguna intención de derogar la ley de
instituciones públicas y la prensa rica”13. extrañamiento16. Quizás la determinación de
Hasta aquí se puede afirmar que fue una llamar a una huelga por parte de los dirigentes
manifestación más, masiva es cierto, de las de la FORA influyó en la decisión represiva
que acostumbraba realizar el anarquismo gubernamental aunque, insisto, al comienzo
argentino, con la exhibición de todo su aparato no prestó atención a la proclama huelguística
simbólico. Pero interesa destacar que fue una pues no parecía existir un clima conflictivo que
demostración del carácter pacífico de las movi- avalara la determinación gremial.
lizaciones anarquistas si la policía no inter- De hecho ni la FORA ni la CORA tenían
venía extemporáneamente. En todo caso la convicción sobre las posibilidades reales de
gran diferencia con las movilizaciones socia- llevar adelante una huelga general en un
listas se debía a la gestualidad agresiva y al momento de escasa agitación gremial. El impor-
contenido de las consignas libertarias “Una tante dirigente anarquista Eduardo Gilimón
oradora –sostenía el cronista de La Nación– sostiene en sus memorias las dudas existentes
llegó también al sitio del mitin sobre un en el movimiento anarquista ya que La Protesta
carruaje descubierto. Su voz exaltada congregó manifestaba un profundo recelo por la medida a
al instante a su alrededor una gran parte de pesar de apoyarla formalmente en sus páginas.
los obreros. Maldijo la sociedad actual por Por su parte, la FORA mantenía una “actitud
sus tiranías e injusticias y, con acento profé- silenciosa y un tanto equívoca” y se demoraba
tico, evocó la visión de una humanidad futura en tomar una determinación17. Los propios
sin dolor y sin cadenas”14. Pero este tipo de dirigentes foristas habían asistido a la Casa de
23
12 La Nación, 9 de mayo de 1910.
13 La Vanguardia, 9 de mayo de 1910.
14 La Nación, 9 de mayo de 1910.
15 “El pueblo congregado en manifestación magna en la Plaza Colón, porque es tal su voluntad, declara llegada la ocasión
de ir a la huelga general revolucionaria para el 18 del actual, si no ha obtenido antes satisfacción completa a las condi-
ciones siguientes: derogación de la ley de residencia, libertad a los presos por cuestiones sociales, amnistía amplia para
los infractores y desertores del ejército”. La Nación, 9 de mayo de 1910.
16 Una ley que fue derogada en 1958 durante el gobierno del Dr. Arturo Frondizi.
17 Gilimón, Eduardo. Hechos y comentarios, Imprenta B. Puey, Buenos Aires, Montevideo, México, 1911, p. 83.

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Gobierno antes de la movilización para solicitar violentos desarrollados durante los festejos
la derogación de la ley de extrañamiento con del Centenario. “Los patriotas del gobierno…
la esperanza de evitar la huelga. Evidenciando no son mejores ni peores que los antipatriotas
la controversia interna, este hecho motivó ácratas, que en su furor internacionalista para
el enojo del connotado dirigente libertario empañar la solemnidad y el brillo de la fecha
Alberto Ghiraldo quien, designado para hablar del Centenario, decretan la huelga general
en la manifestación, se negó a hacerlo y no revolucionaria” 20.
asistió al evento en protesta porque el intento Parece evidente que durante el contexto
de negociación de los dirigentes foristas con de los festejos del Centenario no existía una
el gobierno violaba la tradición libertaria18. situación revolucionaria y ni siquiera había
De todas formas el diálogo no prosperó pues síntomas de convulsión social. Además no es
el Poder Ejecutivo planteó que la decisión de desatinado suponer que la gran mayoría de los
derogar la ley de Residencia no estaba en sus trabajadores extranjeros no quisiera involu-
manos y correspondía al Parlamento, así como crarse en un conflicto de este tipo ya porque
la libertad de los presos era esfera de la justicia sus metas se concentraran en el ascenso social,
y la amnistía a los infractores del ejército del ya porque sus hijos fueran argentinos, ya
Ministerio de Defensa. por temor o simplemente por indiferencia. Y
En realidad quien primero declaró formal- también hay sólidos indicios, como ha demos-
mente la huelga general fue la CORA diri- trado Adolfo Prieto, que muchos participaron
gida por los sindicalistas. Pero la decisión fue de manera entusiasta en las diversas manifes-
tomada con el apoyo de unos pocos gremios taciones de carácter patrio21 y, de hecho, por
de escasa importancia (albañiles de La Boca miles lo hicieron en las fiestas del Centenario.
y Barracas, canasteros del Tigre y otros simi- Cuando se resolvió llamar a la huelga general
lares) circunstancia que llevaba al diario oficial a partir del 18 de mayo existía la sensación
del socialismo a preguntarse cómo se garanti- generalizada de que se trataba más de un acto
zaría una huelga general sin la participación simbólico que de un desafío a las “instituciones
de los sindicatos (cocheros, chóferes, tranvia- burguesas”.
rios) que estaban en condiciones de paralizar Entonces, ¿por qué las autoridades cam-
la actividad laboral19. La decisión de la CORA biaron de opinión con respecto a la necesidad
apresuró el apoyo de la FORA a la medida y, de tomar medidas como el estado de sitio y
aún sin convicción, radicalizó el discurso en pro descargaron una andanada represiva sobre
de la huelga arrastrando a todo el movimiento las instituciones del movimiento obrero? Dos
anarquista. Sólo el socialismo se opuso a una días después del llamado a la huelga gene-
medida que consideraba a todas luces aventu- ral el ministro del interior declaraba que “no
rera y porque, además, tenía la convicción de tiene temores de ningún género pues conside-
que la vía adecuada para la derogación de la ley ra que, tratándose de una fiesta tan grande
de residencia era la parlamentaria. En un artí- como es la celebración del Centenario, ningún
culo titulado “Los anarquistas de arriba y los obrero argentino puede adherirse a un movi-
de abajo” que debió editarse el 15 de mayo pero miento revolucionario en el orden social para
por la aplicación del estado de sitio apareció esa fecha. De esa misma opinión comparten
recién en el mes de octubre, el columnista el presidente de la república y el ministro de
24 expresaba su crítica tanto al gobierno como a relaciones exteriores”22. Pero tres días más
los anarquistas a quienes culpaban, de manera tarde pronunció las palabras antes citadas a
exagerada, en igual medida por los sucesos favor de la aplicación del estado de sitio y el

18 Ghiraldo era un entusiasta promotor de la huelga.


19 La Vanguardia, 29 de abril de 1910.
20 La Vanguardia, 3 de octubre de 1910. Debe destacarse que a pesar de esta crítica, el diario socialista denunció siste-
máticamente los desmedidos ataques que desde el gobierno y grupos civiles lanzaron sobre el movimiento obrero.
21 Prieto, Adolfo. El discurso criollista en la formación de la Argentina moderna, Sudamericana, Buenos Aires, 1988.
22 La Nación, 10 de mayo de 1910.
Los festejos del primer Centenario de la Revolución de Mayo y la exclusión del movimiento obrero

14 de mayo fue sancionado sin que se aportara su misma aparición en la Argentina y tuvo un
ninguna prueba fehaciente de posibles aten- peso importante a la hora de sancionar la ley de
tados o perturbaciones en cierne. Sólo indicó Residencia en 1902, aunque entonces el hecho
haber recibido denuncias sobre la acción de material determinante en el ánimo de los legis-
agitadores que amedrentaban en las escue- ladores había sido las huelgas generales que
las a “los niños que se disponían a cantar el afectaron a la economía agroexportadora.
Himno Nacional”23. En 1910, aunque no se transitara por un
En principio, podría pensarse que el período de fortaleza gremial y de agitación
cambio de actitud se debió a factores diversos: huelguística, es muy probable que hechos
por un lado, existió una clara presión de los como el asesinato del jefe de la policía, Coronel
comerciantes sobre el gobierno, que no querían Ramón Falcón, en noviembre de 1909 a manos
verse afectados ni interrumpir sus actividades del joven anarquista ruso Simón Radowitzky
frente a posibles disturbios. Por otro lado, y –el cual había generado un profundo impacto-,
más importante, amplios sectores del arco polí- aún estuviera fresco en la memoria de las eli-
tico pensaban que el anarquismo significaba tes. El atentado, que había sido una respuesta
un peligro inminente para la paz que debía directa a la masacre de obreros provocada du-
regir durante las celebraciones. Por ejemplo, rante la manifestación del 1º de mayo de 1909
el diputado Lucas Ayarragaray en su inter- por la policía comandada por Falcón, fue el
vención en defensa de la sanción de la ley de primer atentado vinculado al anarquismo con
Residencia sostenía: “he observado que aven- víctimas mortales en el país y tuvo un signifi-
tureros extranjeros entre los cuales predomina cado fundamental en la construcción de una
ese tipo degenerado en sus instintos y senti- imagen del enemigo interno pues ya no se tra-
mientos, lo que llamaría el monstruo urbano taba de simples amenazas retóricas o de aten-
moderno, engendro de los centros populosos tados fallidos26; por primera vez un prominen-
industriales de las grandes ciudades euro- te miembro del Estado argentino era asesinado
peas, y vienen aquí a un país nuevo, gene- en nombre de la justicia y de los principios de
roso, hospitalario, sin castas y sin prejuicios a la anarquía. Poco después del atentado, quien
difundir sus métodos criminales de lucha”24.Y mejor expresó la idea de excluir definitiva-
como puede percibirse de las intervenciones mente al anarquismo del seno de la sociedad
de los legisladores en el debate realizado en argentina, o al menos reducirlo a su mínima
el Congreso, eran muchos los que compartían expresión, fue Estanislao Zeballos quien sos-
esta opinión25. Esta mirada que criminalizaba tenía que los principios y fines del anarquismo
al anarquismo no era nueva pues, influenciada estaban “en el ejercicio de la violencia y el cri-
por las corrientes cercanas a la criminología men. Estas son fuerzas perdidas para la socie-
lombrosiana, se había difundido con éxito desde dad…”27. Atentados, huelgas y radicalización

23 Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Tomo I, 1910, p. 55.


24 Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Tomo I, 1910, p. 60.
25 Sin embargo es interesante constatar que, sin oponerse a la represión del anarquismo, algunas voces, como había
ocurrido con el debate sobre la ley de Residencia, dudaban en otorgar al Poder Ejecutivo facultades tan amplias
como el estado de sitio. El diputado Roca creía exagerada la medida y planteaba que el gobierno debía justificar feha-
cientemente la pertinencia de la medida, además advertía que si bien eran condenables los atentados y desbordes
anarquistas debía ser respetuoso de los aspectos legales. Profundizando su crítica sostenía que el gobierno no había 25
prestado suficiente atención a los problemas obreros y esto agudizaba el malestar en el mundo del trabajo y alimentaba
al anarquismo. Véase: Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, Tomo I, 1910, p. 61 El diputado Montes de Oca, ex
ministro del interior, sostuvo que la legislación vigente (ley de residencia y Código Penal) alcanzaban para garantizar
la libertad de trabajo y el orden. Véase: La Nación, 14 de mayo de 1910.
26 Recordemos que los atentados realizados por los anarquistas Planas y Regis contra los presidentes Manuel Quintana y
Figueroa Alcorta o el que Enrique Nido intentó sobre el cónsul español en Rosario a raíz del fusilamiento de Francisco
Ferrer habían fracasado. Conviene también remarcar que estos fueron los únicos atentados cometidos en este período
y que el terrorismo no fue una característica saliente del movimiento libertario local.
27 Zeballos, Estanislao. “El asesinato del jefe de policía de Buenos Aires” en Revista de Derecho, Historia y Letras,
volumen 34, 1909, p. 600.

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libertaria se asociaban en el imaginario de las anterior sostuvo “que una ráfaga de locura
elites a la violencia y al crimen, de allí que la patriótica ha envuelto a un pueblo” y con
principal preocupación no se vinculaba a los optimismo terminaba “imagino su vergüenza
peligros del sistema sino a la probable acción cuando recobre la razón”30.
organizada o espontánea de los anarquistas, Varios órganos de prensa denunciaron
que amenazaban con movilizarse en la calle a la policía por su pasividad y acusaron al
ante los prominentes invitados extranjeros y gobierno por permitir la participación civil. Y
enturbiar los festejos oficiales del Centenario no parecen haber exagerado. En su interven-
de la Revolución de Mayo. ción en la Cámara de Diputados, justificando
Sorpresivamente el 13 de mayo, un día el proyecto de sanción del estado de sitio, el
antes de que entrara en vigencia el estado de ministro del interior Gálvez planteaba haber
sitio, la policía procedió a expulsar del país a sido informado sobre la acción de perturba-
los principales dirigentes extranjeros del anar- dores en las escuelas públicas amedrentando
quismo y de la FORA y detener a los líderes a los niños que se disponían a cantar el himno
nativos. Al día siguiente cerró los locales y el 25 de mayo. “Ante esta amenaza –sostuvo–
periódicos obreros más importantes sin efec- se han acercado a mí muchos padres de familia
tuar demasiados distingos ideológicos entre alarmados, manifestándome que arme el brazo
ellos. Este fue el momento en que se desató una de sus hijos para que hagan respetar la esca-
ola de patriotismo nunca vista hasta entonces. rapela nacional que llevarán ese día. ¡Es que
Centenares de jóvenes universitarios y miem- el sentimiento argentino se encuentra herido!
bros de organizaciones de la elite28, como el ¡Es que debe haber y habrá seguramente ante
Club Sportivo, se lanzaron a las calles con esas manifestaciones hostiles de gente que no
banderas y escarapelas argentinas, cantando está arraigada en la patria, dentro de la cual o
el Himno Nacional y vivando a la patria. La es un hijo ingrato o un extranjero que no tiene
publicista feminista española Belén Sárraga, la comunión de nuestras glorias, es ante esta
de paso por Buenos Aires, fue testigo de los actitud, que se van a producir represalias y que
sucesos y con indignación comentó que “los ya está aprestándose la juventud para empezar!
estudiantes, la gran esperanza de todo el He sido informado hace pocos instantes por el
pueblo, que representan la intelectualidad gremio de estudiantes nacionales de que van
del porvenir, se convirtieron en salteadores e a celebrar una reunión pública para defender
incendiarios…”29. Quemaron locales obreros su honor que consideran ofendido”31. Estas
(sedes gremiales, bibliotecas, escuelas, libre- palabras son elocuentes y demuestran que
rías), destruyeron las imprentas de diarios el gobierno de Figueroa Alcorta de alguna
como La Protesta, La Batalla, La Vanguardia manera incentivó y legitimó la violenta parti-
y otros atacaron dirigentes gremiales. Pero la cipación de civiles reprimiendo paralelamente
ola de violencia no se detuvo allí y se extendió a las fuerzas del orden en un anticipo de lo que
a otros ámbitos de la sociedad como el emble- ocurriría durante la Semana Trágica de enero
mático circo de Frank Brown que fue incen- de 1919.
diado, cafés, prostíbulos, bares y comercios de Por supuesto Gálvez no fue el único
ciudadanos judíos. Se trataba centralmente instigador. El 14 de mayo el propio inten-
de un ataque al anarquismo que se extendió dente porteño Güiraldes arengó desde el
26 al socialismo, al movimiento obrero y, en una palacio municipal a una manifestación de la
clara manifestación de xenofobia, a los extran- Federación Universitaria y, al día siguiente,
jeros como los rusos judíos. La misma fuente otra manifestación estudiantil se detuvo frente

28 “Con la base de los elementos jóvenes, inconcientes en su inmensa mayoría, los peores representantes de los clubs aris-
tocráticos, afectos a todos los gobiernos y con más razón al de Figueroa, organizaron la cruzada patriótica antiobrera”.
La Vanguardia, 2 de octubre de 1910.
29 Sárraga, Belén. “Locura patriótica” en Ideas y Figuras, nº 34, 1 de octubre de 1910, p. 25.
30 Ibidem.
31 La Nación, 14 de mayo de 1910.
Los festejos del primer Centenario de la Revolución de Mayo y la exclusión del movimiento obrero

a la casa de Joaquín V. González quien salió, esas normas como la expulsión del país para
los saludó y arengó a la “juventud argentina los extranjeros y el destierro interno para los
que quiere por fin afirmar la personalidad de nativos.
la patria frente a las pretensiones de exotismo
que no pueden arraigar en esta tierra”32. El
diario oficialista Tribuna exaltó ese clima sin ■■ Reflexiones finales
tapujos: “la juventud se ha levantado en masa
bajo el impulso de sus entusiasmos patrió- En primer lugar, cuando muchos meses
ticos. Manifestaciones numerosas y selectas más tarde el estado de sitio fue levantado,
recorren sin cesar las calles de la metrópoli las evidencias de las heridas sufridas por el
desplegando… nuestra enseña sin cesar”, anarquismo eran notables. Si bien, aunque
para agregar más adelante que en estas movi- ya en declive, volvería a desarrollar algunos
lizaciones había quedado asentado “el predo- combates importantes, las medidas repre-
minio del pueblo propio contra los prejuicios sivas del Centenario demostraron que los
quiméricos sustentados por los espíritus disol- anarquistas necesitaban la vigencia con cierta
ventes”33. Estos llamados a la participación plenitud de la libertad emanada de los dere-
civil con el objeto de repudiar las medidas chos civiles y la constitución para poder llevar
de protesta efectuadas por la FORA se repi- adelante sus estrategias políticas. Necesitaban
tieron desde diversas instituciones estatales. de ellas para editar y hacer circular sus perió-
Por ejemplo, en el Consejo Deliberante el edil dicos, sus folletos y sus libros; para organizar
Guerrico efectuó un encendido llamado a la sus círculos culturales y gremios obreros; para
juventud argentina a movilizarse contra el dictar sus conferencias o para realizar sus
anarquismo34. manifestaciones. La aplicación, a rajatabla, del
No hay dudas de que la represión y las estado de sitio y la ley de Defensa Social que,
movilizaciones civiles cumplieron su come- sin duda, coartaban y violaban las libertades
tido, pues durante los festejos del Centenario civiles, maniataba e impedía su activismo y
no se produjeron incidentes y el éxito de los militancia tal como la habían desarrollado
fastos fue garantizado tanto por el derroche desde su aparición. Paradójicamente, los anar-
presupuestario como por una impresionante quistas, que impugnaban la historia nacional,
participación popular en la que se confun- las instituciones y la democracia republicana,
dían ciudadanos nativos y extranjeros. Sin efectuaban ahora una crítica al gobierno por
embargo, el embate sobre las instituciones violarlas y defendían su propio derecho a recu-
obreras no terminó allí. Aprovechando un rrir a ellas, claro que desde otra perspectiva.
confuso incidente en el cual estalló un petardo Eduardo Gilimón sostenía que el gobierno “no
durante una función en el teatro Colón35, reparó en que la fecha a conmemorarse era una
se sancionó la ley de Defensa Social que fecha revolucionaria, una fecha de libertad.
ampliaba y profundizaba la ley de Residencia. Prescindió hasta de lo insólito que era celebrar
La misma prohibía el uso de los símbolos anar- bajo el estado de sitio, bajo la ley marcial, la
quistas (bandera roja, roja y negra), consignas gran fiesta nacional de la independencia. La
(“Viva la Anarquía”, “muera la burguesía”), autocracia, el autoritarismo, la cesación de las
periódicos, conferencias, huelgas, manifes- leyes constitucionales, la vuelta a un régimen
taciones, actos y reuniones. Por su parte parecido al existente en 1810, cuando el abso- 27
imponía severas penas a quienes infringieran lutismo real era la forma de gobierno en el

32 La Argentina, 16 de mayo de 1910, citado en F. Devoto, Op Cit, p. 176.


33 Tribuna, 16 y 17 de mayo de 1910.
34 La Nación, 14 de mayo de 1910.
35 Por este incidente, pocos días después se detuvo y acusó al joven ruso Romanoff en un hecho que probaba, para el
gobierno, la conjura ruso anarquista. Sin embargo, luego de purgar más de tres años en prisión Romanoff fue absuelto
por la autoría del atentado y debió ser liberado. Sin embargo el gobierno le siguió considerando peligroso y lo expulsó
del país por el simple hecho de haberse resistido a su detención. Véase La Vanguardia, 13 y 17 de agosto de 1913.

Revista de Trabajo • Año 6 • Número 8 • Enero / Julio 2010


Juan Suriano

país, es lo que los republicanos federales de Para garantizar estos actos, simbólica-
la Argentina, pusieron en vigencia para cele- mente tan importantes, era necesario evitar
brar la Revolución de Mayo, de aquella revolu- que se produjeran manifestaciones calle-
ción que proclamó la libertad, los derechos del jeras encabezadas por la bandera roja y en
hombre, la soberanía popular”. Para afirmar las que se cantaran himnos revolucionarios
más adelante de manera contundente “el hecho y se proclamaran consignas como “muera la
es que las libertades legendarias del país han patria” o “Viva la Anarquía”37. Precisamente,
desaparecido. Y esto es lo importante”36. Y el el Centenario debía privilegiar e imponer el
anarquismo sin la vigencia de esas libertades himno nacional, la bandera argentina y, en
perdía buena parte de sus posibilidades de esencia, resaltar y exaltar la noción de patria.
existir. Joaquín V. González diría años más tarde que
En segundo lugar, sin duda, la justifi- fue en ese momento cuando “comprendí la
cación de la sanción del estado de sitio y la necesidad de intensificar la labor de argenti-
ley de Defensa Social así como la represión nización de la población nativa y extranjera”38.
desencadenada sobre el movimiento obrero Esa argentinización, basada en un nacio-
se basó, más que en los peligros de la hora, nalismo de carácter hispanizante y en gran
centralmente en las supuestas amenazas y en medida católica, recibió el apoyo entusiasta
los antecedentes del anarquismo. Sin embargo de buena parte de los grupos gobernantes
esto era sólo la punta del iceberg pues existía que parecían haber hallado una justa y noble
un trasfondo de fuertes prejuicios frente a la causa para oponer al internacionalismo y anti-
diversidad cultural y social de una sociedad patriotismo anarquista pero también al exce-
marcadamente cosmopolita. En 1910 así como sivo, y para algunos exótico, cosmopolitismo
se agudizaba la visión negativa del anarquismo de la sociedad. ¿De qué otra manera se podría
sucedía otro tanto con los extranjeros y ambas entender el ataque a los comerciantes rusos
cuestiones eran percibidas como una pertur- judíos sino como una manifestación de xeno-
bación a la formación del espíritu nacional, fobia y de temor al “otro”, a lo desconocido?39
era ese espíritu el que debía consolidarse Ahora no se trataba sólo de atacar y criticar
simbólicamente con las fiestas del Centenario. a los “agitadores” ácratas y extranjeros, se los
De allí que pocos días antes del 25 de mayo debía contraponer a los buenos argentinos (y
se inauguraran varias estatuas entre las que a los buenos residentes extranjeros), al patrio-
se contaban las de Manuel Alberti, Mariano tismo, al espíritu nacional. Los agitadores no
Moreno, Juan José Paso y Nicolás Rodríguez eran ya sólo perturbadores del orden social sino
Peña, entre otras. En el mismo sentido, Ramos también venían a poner en peligro la cohesión
Mejía encabezó desde el Consejo Nacional de de la nacionalidad argentina, y fue en nombre
Educación un operativo por el que se impuso de esa cohesión nacional que en los festejos del
el nombre de diversos próceres a numerosas Centenario se marginó a un segmento impor-
escuelas. tante del movimiento obrero.

28

36 Gilimón, E. Op Cit, p. 85.


37 Por supuesto, como sostiene Bertoni, estas ideas nacionales no eran nuevas y se venían plasmando desde 1880,
momento en que se advierte la existencia de ideas patrióticas para afirmar la nación a través de la conciencia de
pertenecer a la patria y compartir una historia. L. Bertoni, Op Cit, pp.197-198.
38 Joaquín V. González, Obras Completas, Congreso Nacional, Buenos Aires, 1935, Tomo XI, p. 622.
39 Tomo el concepto de Todorov quien ha planteado claramente la cuestión de la alteridad, en este caso cómo se comportan
grupos de poder frente a la presencia del “otro” desconocido. Véase, Tzvetan Todorov, La conquista de América. El
problema del otro (1987), Siglo XXI, Buenos Aires, 2003.

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